Un nuevo estudio dirigido por un investigador del sueño de la Universidad de California en San Francisco (EE.UU.) apoya lo que los padres han estado diciendo durante siglos: para evitar enfermarse, asegúrese de dormir lo suficiente.
El equipo, que incluyó a investigadores de la Carnegie Mellon University y la Universidad de Pittsburgh (Pensilvania), descubrió que las personas que duermen seis horas o menos cada noche son cuatro veces más propensas a coger un resfriado cuando se exponen al virus, en comparación con aquellos que pasan más de siete horas en la tierra del sueño, señala la información de la Universidad de California.
Este es el primer estudio que utiliza medidas objetivas del sueño que relacionan los hábitos naturales de las personas al respecto con su riesgo de enfermar, según Aric Prather, profesor de psiquiatría en la UCSF y autor principal del estudio. Los resultados se suman a la creciente evidencia de la importancia del sueño para nuestra salud, dice.
"El sueño escaso era más importante que cualquier otro factor en la predicción de la probabilidad de resfriarse", explica. "No importaba cómo eran de viejos, sus niveles de estrés, su raza, su educación o sus ingresos. No importaba si eran fumadores. Dormir era lo más importante".
El estudio se ha publicado en la revista Sleep.
Según una encuesta de 2013 de la Fundación Nacional del Sueño estadounidense, uno de cada cinco estadounidenses duerme menos de seis horas cada noche de diario.
Estudios previos de Prather han demostrado que las personas que duermen menos horas están menos protegidos contra una enfermedad después de vacunarse. Otros estudios han confirmado que el sueño es uno de los factores que regulan los niveles de células T.
El equipo, que incluyó a investigadores de la Carnegie Mellon University y la Universidad de Pittsburgh (Pensilvania), descubrió que las personas que duermen seis horas o menos cada noche son cuatro veces más propensas a coger un resfriado cuando se exponen al virus, en comparación con aquellos que pasan más de siete horas en la tierra del sueño, señala la información de la Universidad de California.
Este es el primer estudio que utiliza medidas objetivas del sueño que relacionan los hábitos naturales de las personas al respecto con su riesgo de enfermar, según Aric Prather, profesor de psiquiatría en la UCSF y autor principal del estudio. Los resultados se suman a la creciente evidencia de la importancia del sueño para nuestra salud, dice.
"El sueño escaso era más importante que cualquier otro factor en la predicción de la probabilidad de resfriarse", explica. "No importaba cómo eran de viejos, sus niveles de estrés, su raza, su educación o sus ingresos. No importaba si eran fumadores. Dormir era lo más importante".
El estudio se ha publicado en la revista Sleep.
Según una encuesta de 2013 de la Fundación Nacional del Sueño estadounidense, uno de cada cinco estadounidenses duerme menos de seis horas cada noche de diario.
Estudios previos de Prather han demostrado que las personas que duermen menos horas están menos protegidos contra una enfermedad después de vacunarse. Otros estudios han confirmado que el sueño es uno de los factores que regulan los niveles de células T.
Resfriado
Para saber cómo afecta el sueño a la respuesta del cuerpo a una infección real Prather colaboró con el reconocido psicólogo de Carnegie Mellon Sheldon Cohen, que lleva años explorando los factores psicológicos y sociales que contribuyen a la enfermedad. El grupo de Cohen inocula el virus del resfriado común a voluntarios para probar cómo diversos factores afectan a la capacidad del cuerpo para combatir la enfermedad.
Para este trabajo, Prather contactó con Cohen en torno a la investigación del sueño y la susceptibilidad al resfriado a partir de datos recogidos en UN estudio reciente de su laboratorio, en el que los participantes llevaban puestos sensores para conseguir mediciones objetivas del sueño.
Los investigadores reclutaron a 164 voluntarios del área de Pittsburgh entre 2007 y 2011. Se les sometió a dos meses de exámenes de salud, entrevistas y cuestionarios sobre estrés, temperamento y consumo de alcohol y cigarrillos. Los investigadores también midieron los hábitos normales de sueño de los participantes una semana antes de la administración del virus del resfriado, utilizando un sensor tipo-reloj que mide la calidad del sueño durante toda la noche.
Luego, los investigadores mantuvieron a los voluntarios en un hotel, les administraron el virus de la gripe a través de gotas nasales y los supervisarondurante una semana, recogiendo muestras de moco diarias para ver si el virus había arraigado.
Resultados
Descubrieron que los sujetos que habían dormido menos de seis horas por noche la semana anterior eran 4,2 veces más propensos a coger el resfriado en comparación con los que dormían más de siete horas, y los que dormían menos de cinco horas eran 4,5 veces más propensos .
"Va más allá de sentirse aturdido o irritable", dice Prather. "No dormir afecta de forma importante a la salud física."
El estudio muestra los riesgos de la pérdida de sueño crónica mejor que los experimentos típicos en los que los investigadores privan artificialmente del sueño a los participantes, asegura Prather, porque se basa en el comportamiento normal del sueño de los sujetos.
Los nuevos datos añaden otro elemento de prueba de que el sueño debe ser tratado como un pilar fundamental de la salud pública, junto con la dieta y el ejercicio, según los investigadores. Pero sigue siendo un reto convencer a la gente para que duerma más.
"En nuestra cultura de estar ocupados, todavía hay una buena cantidad de orgullo en no tener que dormir y conseguir hacer un montón de trabajo", dijo Prather. "Necesitamos más estudios como éste para empezar a llevar a las casas que el sueño es una pieza fundamental para nuestro bienestar."
Para saber cómo afecta el sueño a la respuesta del cuerpo a una infección real Prather colaboró con el reconocido psicólogo de Carnegie Mellon Sheldon Cohen, que lleva años explorando los factores psicológicos y sociales que contribuyen a la enfermedad. El grupo de Cohen inocula el virus del resfriado común a voluntarios para probar cómo diversos factores afectan a la capacidad del cuerpo para combatir la enfermedad.
Para este trabajo, Prather contactó con Cohen en torno a la investigación del sueño y la susceptibilidad al resfriado a partir de datos recogidos en UN estudio reciente de su laboratorio, en el que los participantes llevaban puestos sensores para conseguir mediciones objetivas del sueño.
Los investigadores reclutaron a 164 voluntarios del área de Pittsburgh entre 2007 y 2011. Se les sometió a dos meses de exámenes de salud, entrevistas y cuestionarios sobre estrés, temperamento y consumo de alcohol y cigarrillos. Los investigadores también midieron los hábitos normales de sueño de los participantes una semana antes de la administración del virus del resfriado, utilizando un sensor tipo-reloj que mide la calidad del sueño durante toda la noche.
Luego, los investigadores mantuvieron a los voluntarios en un hotel, les administraron el virus de la gripe a través de gotas nasales y los supervisarondurante una semana, recogiendo muestras de moco diarias para ver si el virus había arraigado.
Resultados
Descubrieron que los sujetos que habían dormido menos de seis horas por noche la semana anterior eran 4,2 veces más propensos a coger el resfriado en comparación con los que dormían más de siete horas, y los que dormían menos de cinco horas eran 4,5 veces más propensos .
"Va más allá de sentirse aturdido o irritable", dice Prather. "No dormir afecta de forma importante a la salud física."
El estudio muestra los riesgos de la pérdida de sueño crónica mejor que los experimentos típicos en los que los investigadores privan artificialmente del sueño a los participantes, asegura Prather, porque se basa en el comportamiento normal del sueño de los sujetos.
Los nuevos datos añaden otro elemento de prueba de que el sueño debe ser tratado como un pilar fundamental de la salud pública, junto con la dieta y el ejercicio, según los investigadores. Pero sigue siendo un reto convencer a la gente para que duerma más.
"En nuestra cultura de estar ocupados, todavía hay una buena cantidad de orgullo en no tener que dormir y conseguir hacer un montón de trabajo", dijo Prather. "Necesitamos más estudios como éste para empezar a llevar a las casas que el sueño es una pieza fundamental para nuestro bienestar."
Referencia bibliográfica:
Aric A. Prather, Denise Janicki-Deverts, Martica H. Hall, Sheldon Cohen: Behaviorally Assessed Sleep and Susceptibility to the Common Cold. Sleep (2015). DOI: 10.5665/sleep.4968
Aric A. Prather, Denise Janicki-Deverts, Martica H. Hall, Sheldon Cohen: Behaviorally Assessed Sleep and Susceptibility to the Common Cold. Sleep (2015). DOI: 10.5665/sleep.4968