Fotografía de la Sábana Santa en dos versiones: A la izquierda, en positivo; y a la derecha, en negativo. Foto: Wikipedia.
Varios expertos participantes en las sesiones del Congreso Internacional de la Sábana Santa de Valencia, han ratificado los “errores” del estudio con la prueba del Carbono 14, realizado por un equipo de científicos en 1988, que dató el Sudario de Turín en la Edad Media, entre 1260 y 1390, según informa el Arzbobispado de Valencia en un comunicado.
El Sudario de Turín —también conocido como la Síndone de Turín, la Sábana Santa o el Santo Sudario— es una tela de lino que muestra la imagen de un hombre que presenta marcas y traumas físicos propios de una crucifixión. Se encuentra ubicado en la capilla real de la Catedral de San Juan Bautista, en Turín (Italia).
El sudario mide 436 cm × 113 cm. Los orígenes del sudario y su figura son objeto de debate entre científicos, teólogos, historiadores e investigadores. Algunos sostienen que el sudario es la tela que se colocó sobre el cuerpo de Jesucristo en el momento de su entierro, y que el rostro que aparece es el suyo. Otros afirman que este objeto fue creado en la Edad Media, extremo que se ha desmentido en el congreso de Valencia.
Según explicó en Valencia el químico norteamericano Robert Villarreal, responsable del Laboratorio de los Álamos en Colorado (EEUU), la muestra de tela de la Sábana Santa empleada para su datación por radiocarbono, con plena seguridad “contiene algodón, el cual no existe en absoluto en la tela de lino original de la Síndone”.
Villareal, que ha pronunciado la conferencia “Condiciones de las muestras en la datación de 1988”, ha asegurado, por tanto, “que la muestra que se tomó no es representativa de todo el lienzo” y que esa parte contiene, además, un remiendo “invisible” añadido durante “una reparación en época medieval”.
El científico ha explicado, también, los análisis efectuados, posteriormente, en el laboratorio de Los Álamos, con el que advirtieron que la muestra de C14 “concluye mal su datación”.
Circunstancias de la datación
Igualmente, ha participado en el citado congreso Emanuela Marinelli, licenciada en Ciencias Naturales y Geológicas por la Universidad de La Sapienza de Roma, que ha disertado sobre las “circunstancias de la datación con C14 de la Síndone”.
Marinelli ha calificado de “erróneos” e “inadecuados” los procedimientos y conductas que se llevaron a cabo para realizar el estudio del C14, ya que “se rechazó tomar más muestras” y la que se tomó “no era representativa de toda la Síndone”. Además, ha recordado que “hubo filtraciones de datos a medios sensacionalistas” porque “desde el principio el estudio se vició por problemas de publicidad”. Según Marinelli, “la idea fue desacreditar la autenticidad de la Síndone”. Por tanto, ese estudio de 1988 “no ofrece resultados fiables”.
Igualmente, en la sesión dedicada al análisis de la “edad de la Síndone”, ha intervenido, entre otros expertos, el ingeniero técnico químico y miembro de la Sociedad Española de Microbiología, Felipe Montero, que ha abordado la datación de los lienzos por el método del C14, en el caso particular del Sudario de Oviedo.
El Sudario de Turín —también conocido como la Síndone de Turín, la Sábana Santa o el Santo Sudario— es una tela de lino que muestra la imagen de un hombre que presenta marcas y traumas físicos propios de una crucifixión. Se encuentra ubicado en la capilla real de la Catedral de San Juan Bautista, en Turín (Italia).
El sudario mide 436 cm × 113 cm. Los orígenes del sudario y su figura son objeto de debate entre científicos, teólogos, historiadores e investigadores. Algunos sostienen que el sudario es la tela que se colocó sobre el cuerpo de Jesucristo en el momento de su entierro, y que el rostro que aparece es el suyo. Otros afirman que este objeto fue creado en la Edad Media, extremo que se ha desmentido en el congreso de Valencia.
Según explicó en Valencia el químico norteamericano Robert Villarreal, responsable del Laboratorio de los Álamos en Colorado (EEUU), la muestra de tela de la Sábana Santa empleada para su datación por radiocarbono, con plena seguridad “contiene algodón, el cual no existe en absoluto en la tela de lino original de la Síndone”.
Villareal, que ha pronunciado la conferencia “Condiciones de las muestras en la datación de 1988”, ha asegurado, por tanto, “que la muestra que se tomó no es representativa de todo el lienzo” y que esa parte contiene, además, un remiendo “invisible” añadido durante “una reparación en época medieval”.
El científico ha explicado, también, los análisis efectuados, posteriormente, en el laboratorio de Los Álamos, con el que advirtieron que la muestra de C14 “concluye mal su datación”.
Circunstancias de la datación
Igualmente, ha participado en el citado congreso Emanuela Marinelli, licenciada en Ciencias Naturales y Geológicas por la Universidad de La Sapienza de Roma, que ha disertado sobre las “circunstancias de la datación con C14 de la Síndone”.
Marinelli ha calificado de “erróneos” e “inadecuados” los procedimientos y conductas que se llevaron a cabo para realizar el estudio del C14, ya que “se rechazó tomar más muestras” y la que se tomó “no era representativa de toda la Síndone”. Además, ha recordado que “hubo filtraciones de datos a medios sensacionalistas” porque “desde el principio el estudio se vició por problemas de publicidad”. Según Marinelli, “la idea fue desacreditar la autenticidad de la Síndone”. Por tanto, ese estudio de 1988 “no ofrece resultados fiables”.
Igualmente, en la sesión dedicada al análisis de la “edad de la Síndone”, ha intervenido, entre otros expertos, el ingeniero técnico químico y miembro de la Sociedad Española de Microbiología, Felipe Montero, que ha abordado la datación de los lienzos por el método del C14, en el caso particular del Sudario de Oviedo.
Similitudes entre las huellas de la sindone y el sudario de Oviedo
Igualmente, durante las sesiones del Congreso, expertos en medicina forense han defendido las similitudes entre las huellas de la Síndone y el Sudario de Oviedo, y han destacado la importancia de “hacer un estudio comparativo con las dos reliquias”.
El doctor Alfonso Sánchez Hermosilla, miembro del EDICES (Equipo de Investigación del Centro Español de Sindonología), ha advertido que “estamos perdiendo cada día información” de las dos reliquias, por el paso del tiempo y que es necesario que los dos lienzos “se estudien al mismo tiempo, valorando las aportaciones de cada uno”.
Asimismo, ha destacado “la similitud en el número de heridas y la distancia entre ellas”, en los dos lienzos históricos.
Por su parte, el doctor José Delfín Villalaín ha analizado el estudio “de la rigidez cadavérica” del hombre de la Síndone. Villalaín, catedrático de Medicina Legal de la Universidad de Valencia, ha indicado que el cadáver retratado en la Síndone se encontraba extremadamente rígido debido, entre otras causas, a la deshidratación, el intenso estrés al que fue sometido, el “shock hipovolémico” y la “muerte extremadamente violenta que sufrió”. Asimismo, ha citado a otros patólogos como Hyneck, Barbet o Guedda que ya habían observado este fenómeno en sus estudios.
Polen y ungüentos
La investigadora italiana Marzia Boi ha asegurado a su vez en el contreso de Valencia, por primera vez, que los restos de polen que se encuentran en la Sábana Santa de Turín no se corresponden sólo con los que se han ido depositando fortuitamente en la tela a los largo de la historia, como se creía hasta ahora, sino también con los de los ungüentos y flores que se utilizaban para ritos funerarios hace dos mil años.
El trabajo de Boi se suma a los otros estudios presentados en este simposio que hacen “compatible” que el cuerpo amortajado con la Sïndone pudo ser el de Jesucristo.
En su ponencia, Boi, que trabaja en el laboratorio de Botánica del departamento de Biología de la Universidad de las Islas Baleares, ha argumentado también que en el Evangelio se describe que la sepultura de Jesús se realizó con honores de reyes, lo que implicaba la preparación del cadáver con bálsamos y aceites.
Al analizar el microscopio las fotos de los pólenes extraídos en anteriores investigaciones sobre la Sábana Santa, la investigadora ha identificado tipos de plantas que “según está documentado desde antiguo”, eran comúnmente utilizadas para los enterramientos. Entre ellas, en la Sábana Santa hay pólenes principalmente de Helichrysum, según su observación, así como láudano, terebinto, gálbano aromático o lentisco.
La identificación de esas plantas supone, según Boi, un dato más que “confirma” que “el hombre de la Síndone puede ser Jesús”.
Con todo, la investigadora ha indicado que la revisión por parte de especialistas palinólogos de todos los “pólenes sindónicos ayudaría a identificarlos mejor”. Asimismo, ha reparado en que los aceites y ungüentos presentes en la Sábana la han protegido por ser potentes repelentes de insectos y hongos.
Igualmente, durante las sesiones del Congreso, expertos en medicina forense han defendido las similitudes entre las huellas de la Síndone y el Sudario de Oviedo, y han destacado la importancia de “hacer un estudio comparativo con las dos reliquias”.
El doctor Alfonso Sánchez Hermosilla, miembro del EDICES (Equipo de Investigación del Centro Español de Sindonología), ha advertido que “estamos perdiendo cada día información” de las dos reliquias, por el paso del tiempo y que es necesario que los dos lienzos “se estudien al mismo tiempo, valorando las aportaciones de cada uno”.
Asimismo, ha destacado “la similitud en el número de heridas y la distancia entre ellas”, en los dos lienzos históricos.
Por su parte, el doctor José Delfín Villalaín ha analizado el estudio “de la rigidez cadavérica” del hombre de la Síndone. Villalaín, catedrático de Medicina Legal de la Universidad de Valencia, ha indicado que el cadáver retratado en la Síndone se encontraba extremadamente rígido debido, entre otras causas, a la deshidratación, el intenso estrés al que fue sometido, el “shock hipovolémico” y la “muerte extremadamente violenta que sufrió”. Asimismo, ha citado a otros patólogos como Hyneck, Barbet o Guedda que ya habían observado este fenómeno en sus estudios.
Polen y ungüentos
La investigadora italiana Marzia Boi ha asegurado a su vez en el contreso de Valencia, por primera vez, que los restos de polen que se encuentran en la Sábana Santa de Turín no se corresponden sólo con los que se han ido depositando fortuitamente en la tela a los largo de la historia, como se creía hasta ahora, sino también con los de los ungüentos y flores que se utilizaban para ritos funerarios hace dos mil años.
El trabajo de Boi se suma a los otros estudios presentados en este simposio que hacen “compatible” que el cuerpo amortajado con la Sïndone pudo ser el de Jesucristo.
En su ponencia, Boi, que trabaja en el laboratorio de Botánica del departamento de Biología de la Universidad de las Islas Baleares, ha argumentado también que en el Evangelio se describe que la sepultura de Jesús se realizó con honores de reyes, lo que implicaba la preparación del cadáver con bálsamos y aceites.
Al analizar el microscopio las fotos de los pólenes extraídos en anteriores investigaciones sobre la Sábana Santa, la investigadora ha identificado tipos de plantas que “según está documentado desde antiguo”, eran comúnmente utilizadas para los enterramientos. Entre ellas, en la Sábana Santa hay pólenes principalmente de Helichrysum, según su observación, así como láudano, terebinto, gálbano aromático o lentisco.
La identificación de esas plantas supone, según Boi, un dato más que “confirma” que “el hombre de la Síndone puede ser Jesús”.
Con todo, la investigadora ha indicado que la revisión por parte de especialistas palinólogos de todos los “pólenes sindónicos ayudaría a identificarlos mejor”. Asimismo, ha reparado en que los aceites y ungüentos presentes en la Sábana la han protegido por ser potentes repelentes de insectos y hongos.