La narcolepsia es un trastorno neurológico crónico causado por la incapacidad cerebral de regular normalmente los ciclos de sueño y despertar. Afecta al 0.02% de la población.
Las personas que la padecen experimentan frecuentes impulsos para dormir y en algunos casos se quedan dormidas involuntariamente, mientras hablan o incluso mientras conducen.
La narcolepsia se manifiesta en ocasiones con la pérdida del tono muscular (cataplejía), con alucinaciones mientras sueñan o al despertar, e incluso con breves episodios de parálisis total.
Pero pese a estos inconvenientes, los científicos han descubierto ahora que las personas narcolépticas disfrutan de un privilegio respecto a las demás personas: son más creativas.
Creatividad y sueño
En neurociencia, la creatividad se define como la capacidad de producir algo original a partir de nuevas asociaciones entre ideas y conceptos conocidos.
Integra diferentes procesos de interacciones cognitivas (conscientes e inconscientes) y emocionales y se ha establecido que depende en gran parte de la fuerza de las conexiones neuronales (sinapsis).
También se ha determinado que la creatividad implica a varias regiones cerebrales que trabajan en equipo para ayudar a resolver los problemas, y que se vale asimismo de los dos hemisferios para obtener los mejores resultados.
Otro dato relevante de lo que se sabe de la creatividad es que se favorece en una etapa concreta del sueño llamado sueño paradójico. Esta etapa llega después del sueño profundo (Delta), ocupa un 25 por ciento del ciclo de sueño y dura entre 15 y 30 minutos.
Al sueño paradójico se le conoce también como sueño REM y se caracteriza por una actividad cerebral muy alta y por ser el tiempo en el que más soñamos.
Una investigación realizada en 2009 por Sara Mednick, de la Universidad de California, estableció que la fase de sueño paradójico era capital para la creatividad.
La literatura científica actual sugiere incluso que una siesta que incluya una fase de sueño paradójico es seguida por un período de mayor flexibilidad mental para la solución de problemas.
Las personas que la padecen experimentan frecuentes impulsos para dormir y en algunos casos se quedan dormidas involuntariamente, mientras hablan o incluso mientras conducen.
La narcolepsia se manifiesta en ocasiones con la pérdida del tono muscular (cataplejía), con alucinaciones mientras sueñan o al despertar, e incluso con breves episodios de parálisis total.
Pero pese a estos inconvenientes, los científicos han descubierto ahora que las personas narcolépticas disfrutan de un privilegio respecto a las demás personas: son más creativas.
Creatividad y sueño
En neurociencia, la creatividad se define como la capacidad de producir algo original a partir de nuevas asociaciones entre ideas y conceptos conocidos.
Integra diferentes procesos de interacciones cognitivas (conscientes e inconscientes) y emocionales y se ha establecido que depende en gran parte de la fuerza de las conexiones neuronales (sinapsis).
También se ha determinado que la creatividad implica a varias regiones cerebrales que trabajan en equipo para ayudar a resolver los problemas, y que se vale asimismo de los dos hemisferios para obtener los mejores resultados.
Otro dato relevante de lo que se sabe de la creatividad es que se favorece en una etapa concreta del sueño llamado sueño paradójico. Esta etapa llega después del sueño profundo (Delta), ocupa un 25 por ciento del ciclo de sueño y dura entre 15 y 30 minutos.
Al sueño paradójico se le conoce también como sueño REM y se caracteriza por una actividad cerebral muy alta y por ser el tiempo en el que más soñamos.
Una investigación realizada en 2009 por Sara Mednick, de la Universidad de California, estableció que la fase de sueño paradójico era capital para la creatividad.
La literatura científica actual sugiere incluso que una siesta que incluya una fase de sueño paradójico es seguida por un período de mayor flexibilidad mental para la solución de problemas.
Privilegio narcoléptico
Una característica de las personas narcolépticas es que presentan muchos síntomas asociados con el sueño paradójico. Además, la mayoría de ellas son conscientes de soñar en el momento en que sueñan: incluso a veces pueden influir en la experiencia onírica (sueño lúcido).
A la vista de todos estos datos, los científicos se propusieron determinar si las personas que padecen narcolepsia tienen un acceso privilegiado a esta fase del sueño, ¿significa que disfrutan de una creatividad mayor que las demás personas?
Para averiguarlo, los científicos evaluaron las capacidades creativas de 185 personas aquejadas de narcolepsia y de otros 126 individuos sanos que servían de control, combinando dos métodos diferentes.
El primer método medía la creatividad de forma subjetiva, mediante cuestionarios que evaluaban el perfil de los encuestados en diferentes dominios de las artes y las ciencias, incluido el humor, la cocina y la arquitectura.
El segundo método, llamado objetivo, medía la capacidad creativa de los encuestados a través del pensamiento divergente (que genera diferentes respuestas posibles a partir de un estímulo) y del pensamiento convergente (que integra diferentes objetos en un resultado coherente y original).
Más creativos
El resultado fue contundente: las personas narcolépticas obtuvieron calificaciones superiores a las de los individuos de control.
Sin embargo, la directora del estudio, Delphine Oudiette, advierte en un comunicado que solo una parte de ellas destacó realmente en logros creativos: los narcolépticos que tenían sueños lúcidos.
Esta constatación, según Oudiette, sugiere que el sueño desempeña un papel importante en los procesos creativos, si bien no queda claro si los sueños lúcidos son la causa o la consecuencia de la creatividad.
En cualquier caso, este resultado, publicado en la revista Brain, abre nuevas pistas para la comprensión de las funciones cognitivas del sueño y de los mecanismos del pensamiento creativo, concluyen los investigadores.
Una característica de las personas narcolépticas es que presentan muchos síntomas asociados con el sueño paradójico. Además, la mayoría de ellas son conscientes de soñar en el momento en que sueñan: incluso a veces pueden influir en la experiencia onírica (sueño lúcido).
A la vista de todos estos datos, los científicos se propusieron determinar si las personas que padecen narcolepsia tienen un acceso privilegiado a esta fase del sueño, ¿significa que disfrutan de una creatividad mayor que las demás personas?
Para averiguarlo, los científicos evaluaron las capacidades creativas de 185 personas aquejadas de narcolepsia y de otros 126 individuos sanos que servían de control, combinando dos métodos diferentes.
El primer método medía la creatividad de forma subjetiva, mediante cuestionarios que evaluaban el perfil de los encuestados en diferentes dominios de las artes y las ciencias, incluido el humor, la cocina y la arquitectura.
El segundo método, llamado objetivo, medía la capacidad creativa de los encuestados a través del pensamiento divergente (que genera diferentes respuestas posibles a partir de un estímulo) y del pensamiento convergente (que integra diferentes objetos en un resultado coherente y original).
Más creativos
El resultado fue contundente: las personas narcolépticas obtuvieron calificaciones superiores a las de los individuos de control.
Sin embargo, la directora del estudio, Delphine Oudiette, advierte en un comunicado que solo una parte de ellas destacó realmente en logros creativos: los narcolépticos que tenían sueños lúcidos.
Esta constatación, según Oudiette, sugiere que el sueño desempeña un papel importante en los procesos creativos, si bien no queda claro si los sueños lúcidos son la causa o la consecuencia de la creatividad.
En cualquier caso, este resultado, publicado en la revista Brain, abre nuevas pistas para la comprensión de las funciones cognitivas del sueño y de los mecanismos del pensamiento creativo, concluyen los investigadores.
Referencia
Increased creative thinking in narcolepsy. Célia Lacaux et al. Brain, awz137. DOI :https://doi.org/10.1093/brain/awz137
Increased creative thinking in narcolepsy. Célia Lacaux et al. Brain, awz137. DOI :https://doi.org/10.1093/brain/awz137