Ben Potter y su colaborador, Josh Reuther, excavan en la tumba de los niños, en el sitio Upward Sun River de Alaska. Imagen: Ben Potter. Fuente: UAF.
Los restos de dos niños de la Edad de Hielo que fueron enterrados hace más de 11.000 años en un lugar de Alaska, representan los restos humanos de esa época más jóvenes de todos los encontrados en América del Norte, según un nuevo estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
El yacimiento en que fueron hallados los restos, así como los artefactos que en él han aparecido, proporcionan nuevos conocimientos sobre las prácticas funerarias y otros aspectos raramente conservados de la vida de las personas que habitaron esa zona hace miles de años, afirma Ben Potter, investigador de la Universidad de Alaska Fairbanks y autor principal del artículo de PNAS, en un comunicado de dicha Universidad.
Potter ha dirigido al equipo de arqueólogos que realizó el descubrimiento en otoño de 2013 en una excavación del yacimiento Upward Sun River, situado cerca del río Tanana, en Alaska central.
Claves sobre sociedades primigenias
Los científicos señalan, por otra parte, que los restos humanos y ofrendas funerarias asociadas, así como las inferencias acerca de la época del año en que los niños murieron y fueron enterrados, podrían dar lugar a nuevas formas de pensar sobre el momento inicial de la estructuración de las sociedades, sobre las tensiones que enfrentaron estos humanos cuando trataban de sobrevivir, y sobre cómo se trataba en la época a los miembros más jóvenes de la sociedad.
Por último, los hallazgos podrían arrojar luz sobre la percepción de la muerte y la importancia que se le daba entonces a los rituales asociados a ella.
Otro niño anterior
El descubrimiento fue realizado en el mismo lugar en el que, en 2010, se encontraron los restos incinerados de otro niño, de tres años de edad. Posiblemente, este fue cremado en un antiguo pozo de cocinar. Después, el interior de la casa se llenó con tierra, lo que sugiere un entierro respetuoso.
Los huesos de los dos últimos niños hallados aparecieron en una fosa situada justo debajo de ese espacio residencial en el que se encontraron esos primeros restos infantiles.
"Tomados en conjunto, estos entierros e incineraciones reflejan comportamientos complejos relacionados con la muerte entre los primeros habitantes de América del Norte", concluye Potter.
El yacimiento en que fueron hallados los restos, así como los artefactos que en él han aparecido, proporcionan nuevos conocimientos sobre las prácticas funerarias y otros aspectos raramente conservados de la vida de las personas que habitaron esa zona hace miles de años, afirma Ben Potter, investigador de la Universidad de Alaska Fairbanks y autor principal del artículo de PNAS, en un comunicado de dicha Universidad.
Potter ha dirigido al equipo de arqueólogos que realizó el descubrimiento en otoño de 2013 en una excavación del yacimiento Upward Sun River, situado cerca del río Tanana, en Alaska central.
Claves sobre sociedades primigenias
Los científicos señalan, por otra parte, que los restos humanos y ofrendas funerarias asociadas, así como las inferencias acerca de la época del año en que los niños murieron y fueron enterrados, podrían dar lugar a nuevas formas de pensar sobre el momento inicial de la estructuración de las sociedades, sobre las tensiones que enfrentaron estos humanos cuando trataban de sobrevivir, y sobre cómo se trataba en la época a los miembros más jóvenes de la sociedad.
Por último, los hallazgos podrían arrojar luz sobre la percepción de la muerte y la importancia que se le daba entonces a los rituales asociados a ella.
Otro niño anterior
El descubrimiento fue realizado en el mismo lugar en el que, en 2010, se encontraron los restos incinerados de otro niño, de tres años de edad. Posiblemente, este fue cremado en un antiguo pozo de cocinar. Después, el interior de la casa se llenó con tierra, lo que sugiere un entierro respetuoso.
Los huesos de los dos últimos niños hallados aparecieron en una fosa situada justo debajo de ese espacio residencial en el que se encontraron esos primeros restos infantiles.
"Tomados en conjunto, estos entierros e incineraciones reflejan comportamientos complejos relacionados con la muerte entre los primeros habitantes de América del Norte", concluye Potter.
Ofrendas funerarias
En su artículo en PNAS, Potter y sus colaboradores describen cómo desenterraron los restos de los dos niños de una fosa situada bajo la estructura residencial antes mencionada, y a unos 15 centímetros por debajo del nivel del hallazgo de 2010.
Las dataciones por radiocarbono de los restos recientemente descubiertos resultaron idénticas a las del anterior hallazgo (de 11.500 años de antigüedad).
Dentro de las fosas también se hallaron ofrendas, de una importancia sin precedentes. Estas incluyen puntas de piedra con formas, y cornamentas decoradas con incisiones abstractas, que representarían algunos de los ejemplos más antiguos de armas con mango de América del Norte. Esto significa que se le daba importancia a los elementos de caza en las ceremonias de sepultura, escriben los investigadores.
Carencia de recursos
Los científicos también examinaron los restos esqueléticos y dentales para determinar la edad y el sexo probable de los niños en el momento de su muerte: uno de ellos habría sobrevivido unas pocas semanas a su nacimiento por unas pocas semanas, mientras que el otro murió en el útero.
La presencia de tres cuerpos infantiles en un solo lugar podría indicar una escasez de recursos, por ejemplo de alimentos, en aquel momento.
Los hallazgos resultan valiosos para la ciencia, ya que, salvo circunstancias especiales como las descritas en el documento, hay poca evidencia directa sobre prácticas de organización y enterramiento de tales culturas humanas primitivas, que no tenían lenguaje escrito.
En su artículo en PNAS, Potter y sus colaboradores describen cómo desenterraron los restos de los dos niños de una fosa situada bajo la estructura residencial antes mencionada, y a unos 15 centímetros por debajo del nivel del hallazgo de 2010.
Las dataciones por radiocarbono de los restos recientemente descubiertos resultaron idénticas a las del anterior hallazgo (de 11.500 años de antigüedad).
Dentro de las fosas también se hallaron ofrendas, de una importancia sin precedentes. Estas incluyen puntas de piedra con formas, y cornamentas decoradas con incisiones abstractas, que representarían algunos de los ejemplos más antiguos de armas con mango de América del Norte. Esto significa que se le daba importancia a los elementos de caza en las ceremonias de sepultura, escriben los investigadores.
Carencia de recursos
Los científicos también examinaron los restos esqueléticos y dentales para determinar la edad y el sexo probable de los niños en el momento de su muerte: uno de ellos habría sobrevivido unas pocas semanas a su nacimiento por unas pocas semanas, mientras que el otro murió en el útero.
La presencia de tres cuerpos infantiles en un solo lugar podría indicar una escasez de recursos, por ejemplo de alimentos, en aquel momento.
Los hallazgos resultan valiosos para la ciencia, ya que, salvo circunstancias especiales como las descritas en el documento, hay poca evidencia directa sobre prácticas de organización y enterramiento de tales culturas humanas primitivas, que no tenían lenguaje escrito.
Referencia bibliográfica:
Ben A. Potter, Joel D. Irish, Joshua D. Reuther, and Holly J. McKinney. New insights into Eastern Beringian mortuary behavior: A terminal Pleistocene double infant burial at Upward Sun River://. PNAS (2014). DOI: 10.1073/pnas.1413131111.
Ben A. Potter, Joel D. Irish, Joshua D. Reuther, and Holly J. McKinney. New insights into Eastern Beringian mortuary behavior: A terminal Pleistocene double infant burial at Upward Sun River://. PNAS (2014). DOI: 10.1073/pnas.1413131111.