Científicos norteamericanos han conseguido identificar unas neuronas en el cerebro que son las que desencadenan la ansiedad. Estas neuronas están situadas en el hipocampo y no sólo regulan la reacción de ansiedad, sino que también pueden ser controladas mediante un haz de luz. Los resultados se han publicado en la revista Neuron.
El descubrimiento se ha producido mediante un experimento con ratones, a los que sometieron a una serie de experiencias provocadoras de estrés, como por ejemplo dejarlos en espacios abiertos expuestos a depredadores, según se explica en un comunicado de la Universidad de California en San Francisco.
Mientras vivían esa experiencia, los investigadores registraron la actividad de las células del hipocampo. Observaron que cuando los ratones se sentían inseguros, se activaban las neuronas de una parte del hipocampo llamada CA1 ventral (vCA1).
El hipocampo es una de las principales estructuras del cerebro que se localiza, tanto en humanos como en otros primates, en el interior del lóbulo temporal. Desempeña funciones importantes en la memoria y el manejo del espacio, así como en regular las hormonas que controlan las emociones.
Neuronas de posición, neuronas de ansiedad
Ya se sabía que determinadas neuronas del hipocampo se activan también cuando un individuo atraviesa un espacio. Se llaman neuronas de posición o células del lugar. La nueva investigación ha identificado otras neuronas del hipocampo especializadas en desencadenar la ansiedad y las han llamado células o neuronas ansiosas.
Como el mismo proceso de regulación de las emociones se produce también en humanos, y no sólo en los ratones del experimento, los investigadores suponen que estas neuronas de la ansiedad pueden formar parte también de la biología humana.
Si esto es así, esta investigación ha abierto nuevos caminos a la investigación sobre el origen de la ansiedad y su tratamiento, especialmente porque ha encontrado una manera de controlar las neuronas de la ansiedad, al menos en los ratones, y conseguido modificar su comportamiento.
Para alcanzar este segundo resultado, los investigadores utilizaron una técnica denominada optogenética para enviar un rayo de luz sobre las neuronas de la ansiedad y reducir su actividad.
En consecuencia, consiguieron que los ratones recuperaran un comportamiento confiado y sin ansiedad, lo que les permitió disfrutar del espacio en el que estaban sin pensar en el riesgo que representa la posibilidad de que aparezca un depredador.
El descubrimiento se ha producido mediante un experimento con ratones, a los que sometieron a una serie de experiencias provocadoras de estrés, como por ejemplo dejarlos en espacios abiertos expuestos a depredadores, según se explica en un comunicado de la Universidad de California en San Francisco.
Mientras vivían esa experiencia, los investigadores registraron la actividad de las células del hipocampo. Observaron que cuando los ratones se sentían inseguros, se activaban las neuronas de una parte del hipocampo llamada CA1 ventral (vCA1).
El hipocampo es una de las principales estructuras del cerebro que se localiza, tanto en humanos como en otros primates, en el interior del lóbulo temporal. Desempeña funciones importantes en la memoria y el manejo del espacio, así como en regular las hormonas que controlan las emociones.
Neuronas de posición, neuronas de ansiedad
Ya se sabía que determinadas neuronas del hipocampo se activan también cuando un individuo atraviesa un espacio. Se llaman neuronas de posición o células del lugar. La nueva investigación ha identificado otras neuronas del hipocampo especializadas en desencadenar la ansiedad y las han llamado células o neuronas ansiosas.
Como el mismo proceso de regulación de las emociones se produce también en humanos, y no sólo en los ratones del experimento, los investigadores suponen que estas neuronas de la ansiedad pueden formar parte también de la biología humana.
Si esto es así, esta investigación ha abierto nuevos caminos a la investigación sobre el origen de la ansiedad y su tratamiento, especialmente porque ha encontrado una manera de controlar las neuronas de la ansiedad, al menos en los ratones, y conseguido modificar su comportamiento.
Para alcanzar este segundo resultado, los investigadores utilizaron una técnica denominada optogenética para enviar un rayo de luz sobre las neuronas de la ansiedad y reducir su actividad.
En consecuencia, consiguieron que los ratones recuperaran un comportamiento confiado y sin ansiedad, lo que les permitió disfrutar del espacio en el que estaban sin pensar en el riesgo que representa la posibilidad de que aparezca un depredador.
También a la inversa
Otra cosa que descubrieron es que este interruptor de la ansiedad no funciona sólo un una dirección. Cambiando los parámetros de la luz, aumentaron la actividad de las neuronas de la ansiedad y provocaron el pánico en los ratones, incluso en los espacios que consideraban seguros.
Los investigadores no creen que estas neuronas del hipocampo sean las únicas implicadas en la aparición de la ansiedad. Consideran más bien que son una parte de un circuito más extenso a través del cual el animal percibe informaciones relacionadas con la ansiedad.
Esta investigación abre nuevos caminos a la investigación neurológica sobre los mecanismos de la ansiedad en humanos y posibles nuevos tratamientos para una enfermedad mental que afecta a más de 260 millones de personas en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud.
Hasta ahora, los trastornos de ansiedad se relacionan con bajos niveles en un neurotransmisor que reducen la actividad del sistema nervioso central y desencadenan la ansiedad. Los tratamientos actuales se basan en ansiolíticos y antidepresivos.
Las investigaciones se orientarán ahora a determinar si el interruptor cerebral de la ansiedad funciona de la misma forma en humanos, algo que se considera plausible por las similitudes que tenemos en algunos aspectos con los ratones.
Otra cosa que descubrieron es que este interruptor de la ansiedad no funciona sólo un una dirección. Cambiando los parámetros de la luz, aumentaron la actividad de las neuronas de la ansiedad y provocaron el pánico en los ratones, incluso en los espacios que consideraban seguros.
Los investigadores no creen que estas neuronas del hipocampo sean las únicas implicadas en la aparición de la ansiedad. Consideran más bien que son una parte de un circuito más extenso a través del cual el animal percibe informaciones relacionadas con la ansiedad.
Esta investigación abre nuevos caminos a la investigación neurológica sobre los mecanismos de la ansiedad en humanos y posibles nuevos tratamientos para una enfermedad mental que afecta a más de 260 millones de personas en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud.
Hasta ahora, los trastornos de ansiedad se relacionan con bajos niveles en un neurotransmisor que reducen la actividad del sistema nervioso central y desencadenan la ansiedad. Los tratamientos actuales se basan en ansiolíticos y antidepresivos.
Las investigaciones se orientarán ahora a determinar si el interruptor cerebral de la ansiedad funciona de la misma forma en humanos, algo que se considera plausible por las similitudes que tenemos en algunos aspectos con los ratones.
Referencia
Anxiety Cells in a Hippocampal-Hypothalamic Circuit. Neuron, January 31, 2018. DOI:https://doi.org/10.1016/j.neuron.2018.01.016
Anxiety Cells in a Hippocampal-Hypothalamic Circuit. Neuron, January 31, 2018. DOI:https://doi.org/10.1016/j.neuron.2018.01.016