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Descubren el código secreto de los lutieres

Oculto en una palabra musical, permitía obtener la mejor venta de violines


Investigadores franceses han desvelado el código secreto de los lutieres, los fabricantes y vendedores de violines del siglo XIX. El código, oculto en una palabra “musical”, permitía obtener siempre el mejor precio de venta. De esta forma se han podido conocer los entresijos de este comercio sobre el que se escribe una parte importante de la historia de la música.


CNRS/T21
22/02/2017

Foto: Albert Giordan. Museo de la Música de París.
Foto: Albert Giordan. Museo de la Música de París.
Un conservador del Museo de la Música de París y un criptólogo del Centro Nacional francés de la Investigación Científica (CNRS) han descifrado el código secreto de un taller de fabricación de instrumentos de cuerda frotada y pulsada (lutier) del siglo XIX.

La clave es una palabra “musical” que permitirá descubrir nuevos datos sobre el mercado antiguo de violines, entre ellos el famoso Stradivarius, un mercado que forma una parte importante de la historia de la música.

Los lutieres son los encargados de crear  o  restaurar instrumentos históricos de cuerda frotada, como violines, violas, chelos, guitarras, entre otros. Durante siglos, algunos lutieres encriptaban informaciones en sus libros contables para ocultar sus márgenes a clientes y curiosos.

En el siglo XIX, el taller del lutier Gand & Bernardel era uno de los principales fabricantes de violines de París, al que acudían los músicos para encontrar instrumentos nuevos, entre ellos los afamados Stradivarius, Guarneri, Amati, Bergonzi...

El estudio de los archivos de este taller, conservados en el Museo de la Música de París, y especialmente de tres registros utilizados por Gand & Bernardel, ha descubierto que el precio de compra y el precio de reserva de los instrumentos estaba codificado con la finalidad de ocultar su valor a clientes potenciales. De esta manera, el lutier se aseguraba una posición ventajosa en las negociaciones de venta. Algunas cantidades eran anotadas en letras, en vez de números, según explica el CNRS en un comunicado.

Jean-Philippe Echard, conservador del Museo de la Música e investigador del Centro de Investigación sobre la Conservación (CNRS/MHNH/Ministerio de Cultura y Comunicación) y Pierrick Gaudry, director de investigación del Instituto de Investigación en Informática (LORIA - CNRS/Universidad de Lorraine/Inria), estudiaron detenidamente estos registros históricos y descubrieron cuál era ese código secreto utilizado como arma de venta por Gand & Bernardel.

La clave del código es una palabra muy musical: «HARMONIEUX » (armonioso). Cada letra representa una cifra «1234567890», «H» equivale a 1, «A» equivale a 2... Este código es simple y eficaz, fácil de convertir rápidamente por el lutier vendedor, permitiéndole llevar a buen término sus negociaciones de venta, sin que el cliente pueda darse cuenta, ni siquiera los empleados del taller.

Evolución del mercado lutier

Este código, una vez aplicado a más de 2.500 transacciones anotadas en los registros, permitirá disponer de una imagen precisa y definida del mercado lutier del siglo XIX, y particularmente conocer la evolución de los costes y beneficios de los mayores fabricantes de violines y de otros instrumentos afines.

En estos registros figura especialmente una venta relacionada con uno de los instrumentos emblemáticos de la colección del Museo de la Música, el violín fabricado por Antonio Stradivarius en 1708, conocido posteriormente con el nombre de “Tua”.

El 29 de diciembre de 1885, Teresa Tua, que por entonces tenía 19 años y era ya una gran esperanza del violín, compró este violín Stradivarius en el taller de  Gand & Bernardel, por un importe de 8.000 francos.

La aplicación del código permitió a los investigadores descubrir que estos lutieres habían adquirido ese mismo violín por 5.500 francos, que el precio de reserva era de 10.000 francos y que en la negociación el precio no podía bajar en ningún caso de los 8.000 francos, el precio que finalmente pagó Teresa Tua.

Según se explica en la web del Museo de la Música de París, Teresa Tua recibió el primer premio de violin (Nicodami) en 1880. Los 500 francos que recibió por este premio fueron la primera aportación para comprar el Stradivarius que le vendió Gand & Bernardel. En 1935, ese violín fue donado por Tua al Museo de París, donde sigue expuesto en la actualidad.

Referencia

Echard J.-P., Gaudry P., 2017, A harmonious encoding of instrument values by a nineteenth-century Parisian violin dealer, Cryptologia, pp. 1-11.  DOI: http://dx.doi.org/10.1080/01611194.2016.1257524



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1.Publicado por Carlos Calvimontes Rojas el 26/02/2017 20:32
Como los instrumentos de cuerda están hechos para reproducir o crear belleza su configuración física siempre conlleva el paradigma de la belleza: el Número de Oro.

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