Una enfermedad de los ojos denominada degeneración macular, que produce una falta de visión central clara, podría ser curada gracias a un avance tecnológico que consiste en implantar minúsculos dispositivos similares a un telescopio en los ojos dañados.
Tal y como han descrito en un artículo aparecido en la revista especializada Archives of Ophtalmology los creadores de estas minúsculas prótesis, fruto de una investigación dirigida por Kathryn Colby, oftalmóloga directora del Joint Clinical Research Center de la Massachussets Eye and Ear Infirmary, de Boston (Estados Unidos), la inserción de los dispositivos en los ojos enfermos debe efectuarse tras una facoemulsificación, que consiste en una extirpación quirúrgica del cristalino ocular mediante su disolución y su extracción por succión, es decir, siguiendo previamente el método común para el tratamiento de cataratas.
Pruebas exitosas
Las pruebas realizadas hasta la fecha han sido muy exitosas. Fueron llevadas a cabo durante 24 meses y en un total de 206 pacientes, resultando efectivas para dos tercios de los enfermos, pacientes con degeneración macular bilateral e irreversible, relacionada con el envejecimiento, que mejoraron notablemente su capacidad de visión gracias a los mini telescopios implantados.
Por esta razón, la Food and Drug Administration (FDA estadounidense podría dar luz verde próximamente al tratamiento, según informa la revista Scientific American.
Hasta la fecha, no han existido tratamientos que verdaderamente funcionen para esta enfermedad de la vista, y sólo se ha podido tratar de reducir el riesgo a padecerla, paliar sus efectos con lentes especiales o aplicar suplementos nutricionales como antioxidantes o zinc para tratar de detener el deterioro ocular de los pacientes.
La técnica quirúrgica que aplican los oftalmólogos asegura la colocación apropiada de la prótesis, reduciendo al mismo tiempo el trauma que la operación supone para el endotelio de la córnea, superficie de células que recubren la parte posterior de ésta, aseguran los expertos.
En un solo ojo
El mini telescopio ha sido desarrollado por la compañía californiana VisionCare Ophthalmic Technologies, que señala que este dispositivo ha sido diseñado para convertirse en una solución permanente para la degeneración macular irreversible.
Más pequeño que un guisante, esta prótesis se inserta en uno de los dos ojos enfermos, permitiendo que éste aumente la visión central de los ojos, ampliando el campo de visión, mientras que el otro ojo mantiene la visión periférica necesaria para la movilidad y la orientación.
Una vez implantado, el mini telescopio sobresale de la superficie de la pupila entre 0,1 y 0,5 milímetros, sin llegar a tocar el endotelio de la córnea. El implante consiste en un cilindro de cristal que mide 4,4 milímetros de largo por 3,6 de diámetro.
Este cilindro está ajustado en una pieza de polimetilmetacrilato, un plástico de ingeniería, que se sujeta con dos piezas más del mismo material al globo ocular. El dispositivo completo no se detecta desde el exterior porque está situado dentro del ojo, y está recubierto por el iris.
Una enfermedad en aumento
Con el envejecimiento de la población, la degeneración macular aumenta progresivamente, impidiendo a los que la padecen realizar actividades de la vida cotidiana, como la lectura, la costura o la conducción. Esta enfermedad afecta a la mácula, que es una parte del ojo que permite ver los detalles pequeños, y que se encuentra en el centro de la retina, que es el tejido sensible a la luz situado en el fondo del ojo y que se encarga de convertir dicha luz o las imágenes en impulsos eléctricos, que envía al cerebro.
La degeneración macular no causa dolor alguno, y avanza tan lentamente que, en ocasiones, las personas apenas se dan cuenta de que les está afectando. En otros casos, la enfermedad progresa rápidamente, pudiendo provocar pérdida de visión en ambos casos.
Según el National Eye Institute norteamericano, la degeneración macular afecta a más de 1,75 millones de estadounidenses, y se espera que alcance los 3 millones de enfermos en 2020. Según ha publicado además Doyma, del grupo Elsevier Iberoamérica, un reciente estudio ha señalado los grandes costes sociales derivados de esta enfermedad en cinco países examinados.
Alemania tenía el coste social anual más alto por paciente (10.025 euros), seguido por Canadá, con un coste de 6.767 euros, y Francia, con 5.933 euros. Para España y el Reino Unido, el coste por paciente era menos de la mitad de Alemania, con 4.618 euros para España y 4.269 euros para el Reino Unido.
Tal y como han descrito en un artículo aparecido en la revista especializada Archives of Ophtalmology los creadores de estas minúsculas prótesis, fruto de una investigación dirigida por Kathryn Colby, oftalmóloga directora del Joint Clinical Research Center de la Massachussets Eye and Ear Infirmary, de Boston (Estados Unidos), la inserción de los dispositivos en los ojos enfermos debe efectuarse tras una facoemulsificación, que consiste en una extirpación quirúrgica del cristalino ocular mediante su disolución y su extracción por succión, es decir, siguiendo previamente el método común para el tratamiento de cataratas.
Pruebas exitosas
Las pruebas realizadas hasta la fecha han sido muy exitosas. Fueron llevadas a cabo durante 24 meses y en un total de 206 pacientes, resultando efectivas para dos tercios de los enfermos, pacientes con degeneración macular bilateral e irreversible, relacionada con el envejecimiento, que mejoraron notablemente su capacidad de visión gracias a los mini telescopios implantados.
Por esta razón, la Food and Drug Administration (FDA estadounidense podría dar luz verde próximamente al tratamiento, según informa la revista Scientific American.
Hasta la fecha, no han existido tratamientos que verdaderamente funcionen para esta enfermedad de la vista, y sólo se ha podido tratar de reducir el riesgo a padecerla, paliar sus efectos con lentes especiales o aplicar suplementos nutricionales como antioxidantes o zinc para tratar de detener el deterioro ocular de los pacientes.
La técnica quirúrgica que aplican los oftalmólogos asegura la colocación apropiada de la prótesis, reduciendo al mismo tiempo el trauma que la operación supone para el endotelio de la córnea, superficie de células que recubren la parte posterior de ésta, aseguran los expertos.
En un solo ojo
El mini telescopio ha sido desarrollado por la compañía californiana VisionCare Ophthalmic Technologies, que señala que este dispositivo ha sido diseñado para convertirse en una solución permanente para la degeneración macular irreversible.
Más pequeño que un guisante, esta prótesis se inserta en uno de los dos ojos enfermos, permitiendo que éste aumente la visión central de los ojos, ampliando el campo de visión, mientras que el otro ojo mantiene la visión periférica necesaria para la movilidad y la orientación.
Una vez implantado, el mini telescopio sobresale de la superficie de la pupila entre 0,1 y 0,5 milímetros, sin llegar a tocar el endotelio de la córnea. El implante consiste en un cilindro de cristal que mide 4,4 milímetros de largo por 3,6 de diámetro.
Este cilindro está ajustado en una pieza de polimetilmetacrilato, un plástico de ingeniería, que se sujeta con dos piezas más del mismo material al globo ocular. El dispositivo completo no se detecta desde el exterior porque está situado dentro del ojo, y está recubierto por el iris.
Una enfermedad en aumento
Con el envejecimiento de la población, la degeneración macular aumenta progresivamente, impidiendo a los que la padecen realizar actividades de la vida cotidiana, como la lectura, la costura o la conducción. Esta enfermedad afecta a la mácula, que es una parte del ojo que permite ver los detalles pequeños, y que se encuentra en el centro de la retina, que es el tejido sensible a la luz situado en el fondo del ojo y que se encarga de convertir dicha luz o las imágenes en impulsos eléctricos, que envía al cerebro.
La degeneración macular no causa dolor alguno, y avanza tan lentamente que, en ocasiones, las personas apenas se dan cuenta de que les está afectando. En otros casos, la enfermedad progresa rápidamente, pudiendo provocar pérdida de visión en ambos casos.
Según el National Eye Institute norteamericano, la degeneración macular afecta a más de 1,75 millones de estadounidenses, y se espera que alcance los 3 millones de enfermos en 2020. Según ha publicado además Doyma, del grupo Elsevier Iberoamérica, un reciente estudio ha señalado los grandes costes sociales derivados de esta enfermedad en cinco países examinados.
Alemania tenía el coste social anual más alto por paciente (10.025 euros), seguido por Canadá, con un coste de 6.767 euros, y Francia, con 5.933 euros. Para España y el Reino Unido, el coste por paciente era menos de la mitad de Alemania, con 4.618 euros para España y 4.269 euros para el Reino Unido.