Los inventores del Chip de la Gripe
Epidemias y pandemias (como la que advierte la ONU sobre la gripe aviar) podrían ser detectadas en cuestión de horas en organismos humanos infectados gracias a un chip desarrollado por la universidad estadounidense de Colorado, en Boulder. Este chip es capaz de reconocer las características genéticas de cepas específicas de diversos tipos de gripe. Ya ha sido probado, con un elevado porcentaje de aciertos (más del 90%), para detectar tres virus de la gripe.
Según expolica la citada universidad en un comunicado, este chip (al que han bautizado Flu Chip o Chip de la Gripe) puede determinar la estructura genética de diversos tipos y subtipos del virus de la gripe en sólo 11 horas, en comparación con otros métodos tradicionales de diagnóstico, que suponen unos cuatro días.
Una de sus creadoras, la profesora Kathy Rowlen, de la universidad de Colorado, cree que el chip llegará a los laboratorios dentro de un año. Rowlen ha trabajado en el desarrollo de este chip junto a su colega, el también profesor de química en dicha universidad, Robert Kuchtar.
Contar con la información detallada acerca de los distintos tipos de gripe es crucial para la detección de cepas emergentes, mutaciones de las cepas que ya existen, con el fin de planificar las vacunas preventivas pertinentes. El nuevo chip permitirá identificar más rápidamente estas mutaciones, así como los tipos clásicos, lo que supondrá una ayuda para todos, enfermos y profesionales de la medicina.
El chip puede configurarse para reconocer todos los virus de la gripe conocidos, así como las nuevas variantes de las cepas. Ha sido probado ya en tres variables de la gripe: el de la gripe aviar (la conocida como cepa H5N1) y en otros dos tipos de gripe más comunes: el H1N1 y el H3N2. Los resultados han sido muy halagüeños, aseguran los expertos, puesto que el chip ha acertado en más del 90% de los casos.
Funcionamiento del Flu Chip
El Flu Chip va acoplado en una superficie microscópica y contiene una serie de vectores de datos con forma de puntos también microscópicos. La información genética va contenida en dichos puntos, de tal forma que las cepas de cada tipo de gripe pueden ser “analizadas” robóticamente. Cada fila de tres puntos de información contiene una secuencia específica del ADN que se ha de analizar. Cada punto mide sólo 0,0025 centímetros.
El Flu Chip se introduce en un baño de fragmentos de genes de la gripe obtenido a partir de los fluidos de cualquier individuo afectado. Dichos fragmentos de ARN se acoplan a los segmentos específicos de ADN contenidos en el chip, y es ésta correspondencia lo que permite a los expertos conocer qué tipo de virus ha afectado al paciente.
El ARN es acoplado entonces a otra secuencia complementaria del ADN del chip, que contiene además una tinta fluorescente, de manera que emite un color que define el tipo de gripe que afecta al enfermo. La tinta se detecta cuando el chip es insertado en un scanner láser.
El Flu Chip es asimismo capaz de reconocer las mutaciones de la gripe, como podría ocurrir si la gripe aviar muta y comienza a ser contagiosa de humano a humano. La ONU ya ha advertido de la posibilidad de que esto ocurra, y que a raíz de esta mutación se produzca una pandemia mundial que afectará a todo el planeta.
Cualquier subtipo de la gripe de características similares a las gripes conocidas puede ser detectado por este chip, aseguran sus creadores, tanto en el caso de las mutaciones de la gripe aviar como en cualquier otra mutación de cualquier otro tipo de gripe.
Tecnología portátil
Los científicos aseguran que, en unos años, esta tecnología podría reducirse al tamaño de un teléfono móvil o de una PDA, para ser trasladada a cualquier parte del mundo, incluso a regiones remotas, con el fin de diagnosticar cualquier cepa letal de la gripe.
A cualquier lugar apartado podría llevarse este chip, que permitiría, por ejemplo a la Organización Mundial de la Salud, contener epidemias de gripe en regiones aisladas.
Los creadores del Flu Chip trabajan ahora en intentar reducir las 11 horas de tiempo que el chip tarda en diagnosticar las cepas dañinas. Para ello, tratan de amplificar la señal fluorescente del ARN capturado en el fluido infectado, de manera que el virus pueda detectarse sólo en unas pocas.
El chip también podría usarse para testar el virus de la gripe aviar en aves de granjas situadas en zonas muy alejadas y remotas, tanto de Asia, como de Europa o de Rusia. Este dispositivo (programado para ello) serviría, además de para detectar la gripe, para diagnosticar otro tipo de enfermedades como la rubéola o la hepatitis C.
Preparándose para lo que se avecina
La mayor parte de los expertos coinciden en que los Gobiernos deben prepararse para una pandemia de gripe aviar mutada. El desarrollo de métodos de identificación temprana, de vacunas, y el acopio de productos farmacéuticos, así como la planificación de posibles cuarentenas locales, resultará indispensable.
Según la OMS, la tendencia de los virus de la gripe a experimentar continuas mutaciones obliga a vigilar constantemente la situación mundial de la gripe y a introducir cada año ajustes en la composición de las vacunas antigripales. En el caso de la gripe aviar, que suele afectar sólo a aves y a cerdos, la primera vez que se supo que hubo un hombre infectado fue en 1997 en Hong Kong. La alarma volvió a saltar cuando, en enero de 2004 apareció la cepa H5N1 en personas con síntomas respiratorios graves en el norte de Vietnam.
La gripe aviar tiene 15 subtipos. La cepa H5N1 es la más preocupante porque muta rápidamente y tiene tendencia a adquirir genes de virus que infectan a otras especies animales. A medida que pasa el tiempo crece el número de personas infectadas, lo que aumenta la probabilidad de que el ser humano sirva de “tubo de ensayo” para que emerja –si esa persona estuviera a la vez infectada por el virus de la gripe humana- un nuevo subtipo con los suficientes genes humanos para poder transmitirse fácilmente de una persona a otra. De ahí podría sobrevenir la pandemia.
Las pandemias de gripe suelen sucederse tres o cuatro veces cada siglo, como consecuencia de nuevas cepas que se transmiten con facilidad entre humanos. La Organización Mundial de la Salud ha advertido ya que la gripe aviar podría ocasionar la muerte de 150 millones de personas en todo el mundo. Según el Banco Mundial, se necesitan ya 1.000 millones de dólares para combatir la gripe aviar en su estado actual de desarrollo.
Técnicas como la del Flu Chip, de detección temprana del tipo de cepa que infecta a los enfermos, serviría para conocer el virus y desarrollar productos farmacéuticos eficientes lo antes posible y prevenir o evitar la posible aparición de nuevas epidemias o pandemias.
Según expolica la citada universidad en un comunicado, este chip (al que han bautizado Flu Chip o Chip de la Gripe) puede determinar la estructura genética de diversos tipos y subtipos del virus de la gripe en sólo 11 horas, en comparación con otros métodos tradicionales de diagnóstico, que suponen unos cuatro días.
Una de sus creadoras, la profesora Kathy Rowlen, de la universidad de Colorado, cree que el chip llegará a los laboratorios dentro de un año. Rowlen ha trabajado en el desarrollo de este chip junto a su colega, el también profesor de química en dicha universidad, Robert Kuchtar.
Contar con la información detallada acerca de los distintos tipos de gripe es crucial para la detección de cepas emergentes, mutaciones de las cepas que ya existen, con el fin de planificar las vacunas preventivas pertinentes. El nuevo chip permitirá identificar más rápidamente estas mutaciones, así como los tipos clásicos, lo que supondrá una ayuda para todos, enfermos y profesionales de la medicina.
El chip puede configurarse para reconocer todos los virus de la gripe conocidos, así como las nuevas variantes de las cepas. Ha sido probado ya en tres variables de la gripe: el de la gripe aviar (la conocida como cepa H5N1) y en otros dos tipos de gripe más comunes: el H1N1 y el H3N2. Los resultados han sido muy halagüeños, aseguran los expertos, puesto que el chip ha acertado en más del 90% de los casos.
Funcionamiento del Flu Chip
El Flu Chip va acoplado en una superficie microscópica y contiene una serie de vectores de datos con forma de puntos también microscópicos. La información genética va contenida en dichos puntos, de tal forma que las cepas de cada tipo de gripe pueden ser “analizadas” robóticamente. Cada fila de tres puntos de información contiene una secuencia específica del ADN que se ha de analizar. Cada punto mide sólo 0,0025 centímetros.
El Flu Chip se introduce en un baño de fragmentos de genes de la gripe obtenido a partir de los fluidos de cualquier individuo afectado. Dichos fragmentos de ARN se acoplan a los segmentos específicos de ADN contenidos en el chip, y es ésta correspondencia lo que permite a los expertos conocer qué tipo de virus ha afectado al paciente.
El ARN es acoplado entonces a otra secuencia complementaria del ADN del chip, que contiene además una tinta fluorescente, de manera que emite un color que define el tipo de gripe que afecta al enfermo. La tinta se detecta cuando el chip es insertado en un scanner láser.
El Flu Chip es asimismo capaz de reconocer las mutaciones de la gripe, como podría ocurrir si la gripe aviar muta y comienza a ser contagiosa de humano a humano. La ONU ya ha advertido de la posibilidad de que esto ocurra, y que a raíz de esta mutación se produzca una pandemia mundial que afectará a todo el planeta.
Cualquier subtipo de la gripe de características similares a las gripes conocidas puede ser detectado por este chip, aseguran sus creadores, tanto en el caso de las mutaciones de la gripe aviar como en cualquier otra mutación de cualquier otro tipo de gripe.
Tecnología portátil
Los científicos aseguran que, en unos años, esta tecnología podría reducirse al tamaño de un teléfono móvil o de una PDA, para ser trasladada a cualquier parte del mundo, incluso a regiones remotas, con el fin de diagnosticar cualquier cepa letal de la gripe.
A cualquier lugar apartado podría llevarse este chip, que permitiría, por ejemplo a la Organización Mundial de la Salud, contener epidemias de gripe en regiones aisladas.
Los creadores del Flu Chip trabajan ahora en intentar reducir las 11 horas de tiempo que el chip tarda en diagnosticar las cepas dañinas. Para ello, tratan de amplificar la señal fluorescente del ARN capturado en el fluido infectado, de manera que el virus pueda detectarse sólo en unas pocas.
El chip también podría usarse para testar el virus de la gripe aviar en aves de granjas situadas en zonas muy alejadas y remotas, tanto de Asia, como de Europa o de Rusia. Este dispositivo (programado para ello) serviría, además de para detectar la gripe, para diagnosticar otro tipo de enfermedades como la rubéola o la hepatitis C.
Preparándose para lo que se avecina
La mayor parte de los expertos coinciden en que los Gobiernos deben prepararse para una pandemia de gripe aviar mutada. El desarrollo de métodos de identificación temprana, de vacunas, y el acopio de productos farmacéuticos, así como la planificación de posibles cuarentenas locales, resultará indispensable.
Según la OMS, la tendencia de los virus de la gripe a experimentar continuas mutaciones obliga a vigilar constantemente la situación mundial de la gripe y a introducir cada año ajustes en la composición de las vacunas antigripales. En el caso de la gripe aviar, que suele afectar sólo a aves y a cerdos, la primera vez que se supo que hubo un hombre infectado fue en 1997 en Hong Kong. La alarma volvió a saltar cuando, en enero de 2004 apareció la cepa H5N1 en personas con síntomas respiratorios graves en el norte de Vietnam.
La gripe aviar tiene 15 subtipos. La cepa H5N1 es la más preocupante porque muta rápidamente y tiene tendencia a adquirir genes de virus que infectan a otras especies animales. A medida que pasa el tiempo crece el número de personas infectadas, lo que aumenta la probabilidad de que el ser humano sirva de “tubo de ensayo” para que emerja –si esa persona estuviera a la vez infectada por el virus de la gripe humana- un nuevo subtipo con los suficientes genes humanos para poder transmitirse fácilmente de una persona a otra. De ahí podría sobrevenir la pandemia.
Las pandemias de gripe suelen sucederse tres o cuatro veces cada siglo, como consecuencia de nuevas cepas que se transmiten con facilidad entre humanos. La Organización Mundial de la Salud ha advertido ya que la gripe aviar podría ocasionar la muerte de 150 millones de personas en todo el mundo. Según el Banco Mundial, se necesitan ya 1.000 millones de dólares para combatir la gripe aviar en su estado actual de desarrollo.
Técnicas como la del Flu Chip, de detección temprana del tipo de cepa que infecta a los enfermos, serviría para conocer el virus y desarrollar productos farmacéuticos eficientes lo antes posible y prevenir o evitar la posible aparición de nuevas epidemias o pandemias.
Riesgos de pandemia
Las informaciones relativas a los riesgos de una nueva pandemia, la gripe aviar, arrojan incertidumbre sobre la capacidad de la medicina actual para combatir una amenaza similar a la que en 1918 costó la vida a más de 50 millones de personas por efecto de la así llamada gripe española, por lo que la aparición de este chip puede cambiar la naturaleza de esta amenaza.
Los escenarios plausibles de la nueva pandemia son devastadores: se calcula que entre el 20% y el 50% de la población mundial estaría afectada y que morirían entre el 10% y el 50% de los enfermos.
Las informaciones relativas a los riesgos de una nueva pandemia, la gripe aviar, arrojan incertidumbre sobre la capacidad de la medicina actual para combatir una amenaza similar a la que en 1918 costó la vida a más de 50 millones de personas por efecto de la así llamada gripe española, por lo que la aparición de este chip puede cambiar la naturaleza de esta amenaza.
Los escenarios plausibles de la nueva pandemia son devastadores: se calcula que entre el 20% y el 50% de la población mundial estaría afectada y que morirían entre el 10% y el 50% de los enfermos.