El barco Pinta, desarrollado por el Departamento de Ciencias de la Computación de la Universidad de Aberystwyth, en el Reino Unido, está recibiendo ya los últimos retoques antes de desplegar sus velas el próximo octubre.
De Pinta se espera que sea el primer robot que cruce el océano utilizando la energía solar, sin detenerse y sin asistencia. Se cree que tardará unos tres meses en alcanzar su objetivo, informa la revista Timesonline
Si verdaderamente funciona, su tecnología se empleará para el desarrollo de barcos que acometan labores de investigación y de búsqueda de muestras en áreas remotas y peligrosas de los océanos. Pinta demostrará su capacidad en una carrera amistosa que se está preparando para octubre y que ha sido bautizada como el Desafío Microtransat.
En ella participarán sólo navíos que sean completamente autónomos y cuya longitud no exceda los cuatro metros, publica la web de Microtransat. Los barcos saldrán de Viana do Castelo, en Portugal, y tratarán de alcanzar las costas del Caribe. En la carrera participarán en total siete barcos de seis países distintos.
Versión reducida
La finalidad de esta carrera es la de probar la resistencia y la fiabilidad de los robots en condiciones climáticas reales –fuera de laboratorio- y alejados de cargadores de baterías.
Pinta es en realidad una versión reducida y más barata de un barco robot de navegación más elaborado, el Beagle B, pero servirá para probar la tecnología de este último.
Beagle B mide 3,65 metros, pesa 280 kilos, tiene una vela de fibra de carbono y dos paneles solares para recoger la energía del sol. Asimismo, está equipado con sensores de ultrasonido, GPS, un ordenador y un sistema de radio-control estándar.
Pero su precio ronda los 50.000 euros, mientras que el de Pinta es de unos 3.100 euros. Por eso, será esta embarcación la que intente realizar la proeza de cruzar el Atlántico. Para ello, Pinta contará también con paneles solares para el suministro energético, y viajará a una velocidad media de 1,2 metros por segundo (2,5 nudos), aunque la velocidad máxima que puede alcanzar es de dos metros por segundo (cuatro nudos).
Robots para vigilar el mar
Si consigue su objetivo, los científicos arriesgarán entonces el Beagle B en un viaje de larga distancia. Este barco ya fue probado con éxito el pasado verano en una misión llevada a cabo en la bahía de Cardigan, al oeste de Gales, para hacer un recuento de delfines, pero atravesar el océano lo dejarán en primer lugar al barco más barato.
La cuestión principal a descubrir con esta difícil empresa, según Mark Neal, de la Universidad de Aberystwyth, es la verdadera resistencia y flexibilidad de los robots en medios tan complejos como los naturales.
El desafío es llegar a crear un barco que sobreviva durante tres meses sin asistencia, al tiempo que realiza alguna labor concreta. Si se alcanza este objetivo, se abrirá una nueva era de monitorización de los entornos marinos por medio de robots, aseguran los científicos.
Estos barcos robóticos del futuro serán capaces de seguir una ruta sin ayuda humana, al tiempo que toman muestras o recogen datos que servirán para investigaciones científicas sobre el cambio climático o la composición química de los océanos, entre otros temas.
Por ejemplo, los sensores podrán medir el contenido de dióxido de carbono del agua, el grado de contaminación de ésta, la presión del aire, la velocidad del viento o la temperatura del mar.
Los datos obtenidos proporcionarán una información muy valiosa a los científicos. Por otro lado, los barcos robots podrán controlar y monitorizar sucesos como el de los vertidos accidentales de petróleo. Y, como ninguna persona irá a bordo de ellos, podrán operar en condiciones muy
peligrosas.
Otros competidores
Según publica la revista Robots.net entre los competidores de Pinta en el Desafío Microtransat 2008 estarán, entre otros, el FEUP Autonomous Sailboat (FASt, creado por la Universidad de Oporto o el Mark III Robot Boat, de Estados Unidos.
El FASt es un barco velero autónomo fabricado a pequeña escala desarrollado por un equipo de profesores y estudiantes de la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Oporto.
Construido con materiales compuestos, su diseño está inspirado en el de los yates modernos. Controlado por un sistema computacional integrado, puede navegar de manera completamente autónoma.
El Mark III Robot Boat por su parte cuenta con elementos tecnológicos como una vela de fibra de vidrio, paneles foto voltaicos flexibles o una antena para satélites.
De Pinta se espera que sea el primer robot que cruce el océano utilizando la energía solar, sin detenerse y sin asistencia. Se cree que tardará unos tres meses en alcanzar su objetivo, informa la revista Timesonline
Si verdaderamente funciona, su tecnología se empleará para el desarrollo de barcos que acometan labores de investigación y de búsqueda de muestras en áreas remotas y peligrosas de los océanos. Pinta demostrará su capacidad en una carrera amistosa que se está preparando para octubre y que ha sido bautizada como el Desafío Microtransat.
En ella participarán sólo navíos que sean completamente autónomos y cuya longitud no exceda los cuatro metros, publica la web de Microtransat. Los barcos saldrán de Viana do Castelo, en Portugal, y tratarán de alcanzar las costas del Caribe. En la carrera participarán en total siete barcos de seis países distintos.
Versión reducida
La finalidad de esta carrera es la de probar la resistencia y la fiabilidad de los robots en condiciones climáticas reales –fuera de laboratorio- y alejados de cargadores de baterías.
Pinta es en realidad una versión reducida y más barata de un barco robot de navegación más elaborado, el Beagle B, pero servirá para probar la tecnología de este último.
Beagle B mide 3,65 metros, pesa 280 kilos, tiene una vela de fibra de carbono y dos paneles solares para recoger la energía del sol. Asimismo, está equipado con sensores de ultrasonido, GPS, un ordenador y un sistema de radio-control estándar.
Pero su precio ronda los 50.000 euros, mientras que el de Pinta es de unos 3.100 euros. Por eso, será esta embarcación la que intente realizar la proeza de cruzar el Atlántico. Para ello, Pinta contará también con paneles solares para el suministro energético, y viajará a una velocidad media de 1,2 metros por segundo (2,5 nudos), aunque la velocidad máxima que puede alcanzar es de dos metros por segundo (cuatro nudos).
Robots para vigilar el mar
Si consigue su objetivo, los científicos arriesgarán entonces el Beagle B en un viaje de larga distancia. Este barco ya fue probado con éxito el pasado verano en una misión llevada a cabo en la bahía de Cardigan, al oeste de Gales, para hacer un recuento de delfines, pero atravesar el océano lo dejarán en primer lugar al barco más barato.
La cuestión principal a descubrir con esta difícil empresa, según Mark Neal, de la Universidad de Aberystwyth, es la verdadera resistencia y flexibilidad de los robots en medios tan complejos como los naturales.
El desafío es llegar a crear un barco que sobreviva durante tres meses sin asistencia, al tiempo que realiza alguna labor concreta. Si se alcanza este objetivo, se abrirá una nueva era de monitorización de los entornos marinos por medio de robots, aseguran los científicos.
Estos barcos robóticos del futuro serán capaces de seguir una ruta sin ayuda humana, al tiempo que toman muestras o recogen datos que servirán para investigaciones científicas sobre el cambio climático o la composición química de los océanos, entre otros temas.
Por ejemplo, los sensores podrán medir el contenido de dióxido de carbono del agua, el grado de contaminación de ésta, la presión del aire, la velocidad del viento o la temperatura del mar.
Los datos obtenidos proporcionarán una información muy valiosa a los científicos. Por otro lado, los barcos robots podrán controlar y monitorizar sucesos como el de los vertidos accidentales de petróleo. Y, como ninguna persona irá a bordo de ellos, podrán operar en condiciones muy
peligrosas.
Otros competidores
Según publica la revista Robots.net entre los competidores de Pinta en el Desafío Microtransat 2008 estarán, entre otros, el FEUP Autonomous Sailboat (FASt, creado por la Universidad de Oporto o el Mark III Robot Boat, de Estados Unidos.
El FASt es un barco velero autónomo fabricado a pequeña escala desarrollado por un equipo de profesores y estudiantes de la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Oporto.
Construido con materiales compuestos, su diseño está inspirado en el de los yates modernos. Controlado por un sistema computacional integrado, puede navegar de manera completamente autónoma.
El Mark III Robot Boat por su parte cuenta con elementos tecnológicos como una vela de fibra de vidrio, paneles foto voltaicos flexibles o una antena para satélites.