Tejido cerebral (azul y rojo), tres semanas después de inyectarle precursores neurales derivados de sangre (verde). Fuente: Universidad McMaster.
Científicos de la Universidad McMaster (Hamilton, Canadá) han descubierto cómo fabricar neuronas sensoriales adultas a partir de la sangre.
En concreto, los científicos de células madre de McMaster pueden convertir directamente células de la sangre de un humano adulto
en neuronas tanto del sistema nervioso central (cerebro y médula espinal), como del sistema nervioso periférico (resto del cuerpo), que son responsables de la percepción del dolor, la temperatura y la picazón.
Esto significa que la forma en que las células del sistema nervioso de una persona reaccionan y responden a los estímulos, se pueden determinar a partir de su sangre.
El avance, publicado en línea ayer, y que aparece en la portada de la revista Cell Reports, fue dirigido por Mick Bhatia, director de la Instituto de Investigación en Células Madre y Cáncer de McMaster, y profesor en el Departamento de Ciencias Bioquímicas y Biomédicas.
Actualmente, los científicos y los médicos tienen una comprensión limitada de la cuestión compleja del dolor y de cómo tratarlo. El sistema nervioso periférico se compone de diferentes tipos de nervios: algunos son mecánicos (sienten la presión) y otros detectan la temperatura (calor). En condiciones extremas, el dolor o el entumecimiento es percibido por el cerebro mediante señales enviadas por estos nervios periféricos.
"El problema es que a diferencia de la sangre, una muestra de piel o incluso una biopsia de tejido, no se puede coger una pieza del sistema neural de un paciente. Funciona como un cableado complejo por todo el cuerpo y no se pueden tomar muestras para el estudio", explica Bhatia, en la nota de prensa de McMaster.
En concreto, los científicos de células madre de McMaster pueden convertir directamente células de la sangre de un humano adulto
en neuronas tanto del sistema nervioso central (cerebro y médula espinal), como del sistema nervioso periférico (resto del cuerpo), que son responsables de la percepción del dolor, la temperatura y la picazón.
Esto significa que la forma en que las células del sistema nervioso de una persona reaccionan y responden a los estímulos, se pueden determinar a partir de su sangre.
El avance, publicado en línea ayer, y que aparece en la portada de la revista Cell Reports, fue dirigido por Mick Bhatia, director de la Instituto de Investigación en Células Madre y Cáncer de McMaster, y profesor en el Departamento de Ciencias Bioquímicas y Biomédicas.
Actualmente, los científicos y los médicos tienen una comprensión limitada de la cuestión compleja del dolor y de cómo tratarlo. El sistema nervioso periférico se compone de diferentes tipos de nervios: algunos son mecánicos (sienten la presión) y otros detectan la temperatura (calor). En condiciones extremas, el dolor o el entumecimiento es percibido por el cerebro mediante señales enviadas por estos nervios periféricos.
"El problema es que a diferencia de la sangre, una muestra de piel o incluso una biopsia de tejido, no se puede coger una pieza del sistema neural de un paciente. Funciona como un cableado complejo por todo el cuerpo y no se pueden tomar muestras para el estudio", explica Bhatia, en la nota de prensa de McMaster.
Aplicaciones
"Ahora podemos tomar la muestra de sangre de un paciente, como si fuera un chequeo rutinario, y con ella producir un millón de neuronas sensoriales, que conforman los nervios periféricos. También podemos hacer células del sistema nervioso central, ya que la tecnología que transforma células sanguíneas en neuronas crea células madres neurales de forma natural".
Esta tecnología tendrá muchas aplicaciones, aseguran, como resolver preguntas tales como: ¿Por qué algunas personas sienten dolor y otros entumecimiento? ¿Es esto algo genético? ¿Puede imitarse la neuropatía que sienten algunos pacientes de diabetes en el laboratorio?
También podría abrir la vía de nuevos fármacos que calmaran el dolor sin adormecer al paciente, es decir, que afectaran al sistema periférico y no al central. Asimismo, aseguran los investigadores, tendrá potencial para pronosticar enfermedades neuropáticas.
El equipo de Bhatia probó con éxito su proceso usando sangre fresca, pero también criopreservada (congelada), lo que les permite hacer múltiples pruebas.
"Ahora podemos tomar la muestra de sangre de un paciente, como si fuera un chequeo rutinario, y con ella producir un millón de neuronas sensoriales, que conforman los nervios periféricos. También podemos hacer células del sistema nervioso central, ya que la tecnología que transforma células sanguíneas en neuronas crea células madres neurales de forma natural".
Esta tecnología tendrá muchas aplicaciones, aseguran, como resolver preguntas tales como: ¿Por qué algunas personas sienten dolor y otros entumecimiento? ¿Es esto algo genético? ¿Puede imitarse la neuropatía que sienten algunos pacientes de diabetes en el laboratorio?
También podría abrir la vía de nuevos fármacos que calmaran el dolor sin adormecer al paciente, es decir, que afectaran al sistema periférico y no al central. Asimismo, aseguran los investigadores, tendrá potencial para pronosticar enfermedades neuropáticas.
El equipo de Bhatia probó con éxito su proceso usando sangre fresca, pero también criopreservada (congelada), lo que les permite hacer múltiples pruebas.
Referencia bibliográfica:
Jong-Hee Lee, Ryan R. Mitchell, Jamie D. Mcnicol, Zoya Shapovalova, Sarah Laronde, Borko Tanasijevic, Chloe Milsom, Fanny Casado, Aline Fiebig-Comyn, Tony J. Collins, Karun K. Singh, Mickie Bhatia: Single Transcription Factor Conversion of Human Blood Fate to NPCs with CNS and PNS Developmental Capacity. Cell Reports (2015). DOI: 10.1016/j.celrep.2015.04.056.
Jong-Hee Lee, Ryan R. Mitchell, Jamie D. Mcnicol, Zoya Shapovalova, Sarah Laronde, Borko Tanasijevic, Chloe Milsom, Fanny Casado, Aline Fiebig-Comyn, Tony J. Collins, Karun K. Singh, Mickie Bhatia: Single Transcription Factor Conversion of Human Blood Fate to NPCs with CNS and PNS Developmental Capacity. Cell Reports (2015). DOI: 10.1016/j.celrep.2015.04.056.