Acontecimientos como la Primavera Árabe trajeron la esperanza de que Internet permitiera aumentar la democracia en países con un régimen autoritario. Sin embargo, un nuevo estudio de la Ohio State University de Estados Unidos indica que en realidad ha ocurrido algo completamente distinto.
En la investigación se encuestó a usuarios de Internet de origen ruso y ucraniano, y se halló que sus demandas sobre reformas democráticas en sus países dependían de lo que hacían cuando estaban conectados a Internet.
Así, aquellas personas que navegan en Internet sobre todo buscando noticias o compartir opiniones políticas son las más propensas a demandar la democracia en sus propios países.
En cambio, aquellos internautas que usan Internet para entretenerse (para ver vídeos de gatos, por ejemplo) son los que menos demandas democráticas suscriben. Además, este tipo de usuarios suelen creer que viven en un régimen democrático pleno.
Engañados con el nivel de democracia
No es sorprendente que la gente que usa Internet para entretenerse no esté interesada en la política, explican los autores de la investigación en un comunicado de la OSU. Pero “este estudio muestra mucho más que eso”, señala Erik Nisbet, co-autor del estudio y profesor asociado del departamento de comunicación de la Ohio State University.
“Nuestro estudio revela que la gente que usa Internet para el entretenimiento cree que gozan de más democracia de la que en realidad hay en sus países, lo que en última instancia supone que muestren más apoyo a los líderes autoritarios de sus países”, afirma Nisbet.
“Este resultado debería aleccionar a los que creen que el uso de Internet siempre es y será un poderoso aliado en regímenes no democráticos”, comenta la coautora del trabajo, Elizabeth Stoycheff. “Como cualquier otra forma de comunicación, Internet no es inherentemente bueno o malo para la democracia. Depende del uso que le gente decida darle”, recalca Stoycheff.
Características del estudio
La presente investigación consistió en un sondeo online realizado a 593 usuarios de Internet residentes en Ucrania y a 506 de Rusia durante la primavera del 2013.
Los científicos escogieron estos dos países porque ambos tienen tipos de gobiernos en los que Internet tiene un gran potencial para estimular actitudes democráticas. Al mismo tiempo, Rusia tiene un régimen autoritario y Ucrania está actualmente estancada en su transición hacia la democracia. Asimismo, ambos países comparten un espacio geográfico común, cultura e historia.
Los participantes realizaron distintos sondeos. El objetivo de uno fue ver cuánto preferían los usuarios un gobierno democrático. También se les preguntó cómo de democráticos creían que eran sus regímenes, cómo de satisfechos estaban con el funcionamiento de la democracia en sus países, y que opinión tenían de sus líderes de gobierno.
El uso de Internet fue medido con preguntas como cada cuanto usaban Internet para el entretenimiento y fines recreativos, como jugar a videojuegos y mirar vídeos, películas y series de televisión. También se les preguntó a los encuestados cuando usaban Internet con propósitos políticos, como leer noticias en medios de comunicación.
En la investigación se encuestó a usuarios de Internet de origen ruso y ucraniano, y se halló que sus demandas sobre reformas democráticas en sus países dependían de lo que hacían cuando estaban conectados a Internet.
Así, aquellas personas que navegan en Internet sobre todo buscando noticias o compartir opiniones políticas son las más propensas a demandar la democracia en sus propios países.
En cambio, aquellos internautas que usan Internet para entretenerse (para ver vídeos de gatos, por ejemplo) son los que menos demandas democráticas suscriben. Además, este tipo de usuarios suelen creer que viven en un régimen democrático pleno.
Engañados con el nivel de democracia
No es sorprendente que la gente que usa Internet para entretenerse no esté interesada en la política, explican los autores de la investigación en un comunicado de la OSU. Pero “este estudio muestra mucho más que eso”, señala Erik Nisbet, co-autor del estudio y profesor asociado del departamento de comunicación de la Ohio State University.
“Nuestro estudio revela que la gente que usa Internet para el entretenimiento cree que gozan de más democracia de la que en realidad hay en sus países, lo que en última instancia supone que muestren más apoyo a los líderes autoritarios de sus países”, afirma Nisbet.
“Este resultado debería aleccionar a los que creen que el uso de Internet siempre es y será un poderoso aliado en regímenes no democráticos”, comenta la coautora del trabajo, Elizabeth Stoycheff. “Como cualquier otra forma de comunicación, Internet no es inherentemente bueno o malo para la democracia. Depende del uso que le gente decida darle”, recalca Stoycheff.
Características del estudio
La presente investigación consistió en un sondeo online realizado a 593 usuarios de Internet residentes en Ucrania y a 506 de Rusia durante la primavera del 2013.
Los científicos escogieron estos dos países porque ambos tienen tipos de gobiernos en los que Internet tiene un gran potencial para estimular actitudes democráticas. Al mismo tiempo, Rusia tiene un régimen autoritario y Ucrania está actualmente estancada en su transición hacia la democracia. Asimismo, ambos países comparten un espacio geográfico común, cultura e historia.
Los participantes realizaron distintos sondeos. El objetivo de uno fue ver cuánto preferían los usuarios un gobierno democrático. También se les preguntó cómo de democráticos creían que eran sus regímenes, cómo de satisfechos estaban con el funcionamiento de la democracia en sus países, y que opinión tenían de sus líderes de gobierno.
El uso de Internet fue medido con preguntas como cada cuanto usaban Internet para el entretenimiento y fines recreativos, como jugar a videojuegos y mirar vídeos, películas y series de televisión. También se les preguntó a los encuestados cuando usaban Internet con propósitos políticos, como leer noticias en medios de comunicación.
Resultados obtenidos
Los investigadores constataron así que el uso de Internet por parte de los rusos tenía efectos directos e indirectos sobre sus demandas democráticas para su país.
El efecto directo consistió en que las personas que buscan noticias e información política en Internet demandan más democracia que aquellas que usan Internet con fines recreativos. El efecto indirecto consistió en que el uso de Internet de los participantes afectaba a la percepción del grado de democracia de sus países, impactando en sus demandas democráticas.
Por ejemplo, las personas que se conectaban a Internet con fines recreativos pensaban que tenían mayores niveles de democracia en sus países que otros, lo que significa que apoyaban más a sus actuales líderes.
“El entretenimiento en Internet hace que los ciudadanos sean menos críticos y lleven más tranquilamente la manera en que sus gobiernos autoritarios están operando”, afirma Stoycheff. En el caso de los participantes ucranianos, solo los efectos indirectos tuvieron un impacto en su demanda de democracia.
Nisbet, por su parte, indica que estos hallazgos seguramente puedan aplicarse a otros países. “Las implicaciones de la investigación no están limitadas a contextos no democráticos”, afirma.
“Investigaciones previas ya habían demostrado que ver entretenimiento en televisión lleva a actitudes más conservadores y autoritarias en países democráticos como los Estados Unidos; así que la problemática sobre el uso de Internet para el entretenimiento y su impacto en las creencias y valores de las democracias ya establecidas está abierta”, indica.
Como conclusión final, Nisbet señala que Internet por sí solo no es una vía para promover la democracia; y que si se quiere movilizar a la gente para que apoye la democracia en países autoritarios, se ha de expandir el uso de Internet como fuente de información política y medio de comunicación sobre política.
Estudios previos
En 2012, dos estudios realizados en Estados Unidos, uno por la Washington State University y otro de la Universidad de Wisconsin-Madison, ya comprobaron que los jóvenes que participan en redes sociales y blogs sobre política en Internet, son más políticamente activos también en el mundo real.
Ese mismo año, investigadoras de la Universidad Oberta de Cataluña y de la Universidad de Salamanca analizaron la relación entre el uso de Internet y el interés y la participación en política de los ciudadanos; y encontraron que la Red sí tiene un efecto positivo sobre la participación, independientemente del interés inicial de los usuarios de Internet por la política, como consecuencia de la gran cantidad de estímulos que aparecen en la Red relacionados con este tema.
En 2013, sin embargo, otro estudio empezó a matizar la relación entre política e Internet, al destacar que la gente sabe perfectamente la diferencia entre opinar de política en la Red y votar o llevar a cabo alguna actividad política concreta; y además reconoce que la influencia de las redes sociales en la política es limitada.
Los investigadores constataron así que el uso de Internet por parte de los rusos tenía efectos directos e indirectos sobre sus demandas democráticas para su país.
El efecto directo consistió en que las personas que buscan noticias e información política en Internet demandan más democracia que aquellas que usan Internet con fines recreativos. El efecto indirecto consistió en que el uso de Internet de los participantes afectaba a la percepción del grado de democracia de sus países, impactando en sus demandas democráticas.
Por ejemplo, las personas que se conectaban a Internet con fines recreativos pensaban que tenían mayores niveles de democracia en sus países que otros, lo que significa que apoyaban más a sus actuales líderes.
“El entretenimiento en Internet hace que los ciudadanos sean menos críticos y lleven más tranquilamente la manera en que sus gobiernos autoritarios están operando”, afirma Stoycheff. En el caso de los participantes ucranianos, solo los efectos indirectos tuvieron un impacto en su demanda de democracia.
Nisbet, por su parte, indica que estos hallazgos seguramente puedan aplicarse a otros países. “Las implicaciones de la investigación no están limitadas a contextos no democráticos”, afirma.
“Investigaciones previas ya habían demostrado que ver entretenimiento en televisión lleva a actitudes más conservadores y autoritarias en países democráticos como los Estados Unidos; así que la problemática sobre el uso de Internet para el entretenimiento y su impacto en las creencias y valores de las democracias ya establecidas está abierta”, indica.
Como conclusión final, Nisbet señala que Internet por sí solo no es una vía para promover la democracia; y que si se quiere movilizar a la gente para que apoye la democracia en países autoritarios, se ha de expandir el uso de Internet como fuente de información política y medio de comunicación sobre política.
Estudios previos
En 2012, dos estudios realizados en Estados Unidos, uno por la Washington State University y otro de la Universidad de Wisconsin-Madison, ya comprobaron que los jóvenes que participan en redes sociales y blogs sobre política en Internet, son más políticamente activos también en el mundo real.
Ese mismo año, investigadoras de la Universidad Oberta de Cataluña y de la Universidad de Salamanca analizaron la relación entre el uso de Internet y el interés y la participación en política de los ciudadanos; y encontraron que la Red sí tiene un efecto positivo sobre la participación, independientemente del interés inicial de los usuarios de Internet por la política, como consecuencia de la gran cantidad de estímulos que aparecen en la Red relacionados con este tema.
En 2013, sin embargo, otro estudio empezó a matizar la relación entre política e Internet, al destacar que la gente sabe perfectamente la diferencia entre opinar de política en la Red y votar o llevar a cabo alguna actividad política concreta; y además reconoce que la influencia de las redes sociales en la política es limitada.
, , Differential Effects of Capital-Enhancing and Recreational Internet Use on Citizens’ Demand for Democracy. Communication Research (2016). DOI: 10.1177/0093650216644645.