Algunos de los monos del experimento
Investigadores norteamericanos han conseguido restablecer las capacidades cerebrales de un mono senil, lo que abre nuevas posibilidades a los tratamientos contra el envejecimiento en las personas, según señalan en un artículo publicado en la revista Science.
Los investigadores de la Escuela de Medicina de Utah, que han trabajado junto a colegas chinos, han establecido que la disminución de la capacidad sensorial y la confusión mental propias de la senilidad, se originan por un descenso en la producción del neurotransmisor que regula la actividad eléctrica de las neuronas conocido como Gaba.
Lo que han hecho estos investigadores es restablecer el funcionamiento cerebral de un macaco de 26 años (equivalentes a los 90 años de edad en los humanos) sencillamente aumentando la concentración de Gaba en su cerebro.
Efecto temporal
El efecto sólo duró entre cinco y diez minutos y permitió establecer una relación directa entre la concentración de Gaba, o de otros productos equivalentes, en las neuronas de los monos y sus capacidades intelectuales, sensitivas y motoras.
Como quiera que en el experimento participaron monos jóvenes y mayores, el experimento pudo establecer también que el envejecimiento puede provocarse en cerebros de menos edad disminuyendo el neurotransmisor Gaba.
Gaba es un neurotransmisor conocido por la neurología desde hace treinta años y su función no es tanto estimular las neuronas como la de disminuir su actividad eléctrica, por lo que puede decirse que desempeña un papel tranquilizante.
Mayor inteligencia neuronal
El descubrimiento indica que el Gaba desempeña un papel benéfico para la actividad cerebral, ya que tranquilizando la actividad de algunos grupos de neuronas, las hace más inteligentes.
Cuando la concentración de Gaba se reduce en el cerebro por efecto de la edad, estos grupos de neuronas tienden a reaccionar desproporcionadamente y a enviar al cerebro información errónea, lo que origina la disminución de la actividad intelectual.
El descubrimiento indica que el envejecimiento cerebral puede corregirse con moléculas que estimulen la actividad del Gaba y permitan así a este neurotransmisor restablecer la capacidad cerebral de las personas mayores aquejadas de senilidad.
La investigación, que es continuación de otra anterior publicada por el mismo equipo norteamericano en el año 2000, confirma que las dificultades de visión que experimentan muchas personas muchas veces no tienen nada que ver con la capacidad de los ojos, sino con la alteración neuronal derivada de la menor concentración de Gaba en el cerebro de las personas mayores.
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El envejecimiento encuentra la luz al final del túnel
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Lo que han hecho estos investigadores es restablecer el funcionamiento cerebral de un macaco de 26 años (equivalentes a los 90 años de edad en los humanos) sencillamente aumentando la concentración de Gaba en su cerebro.
Efecto temporal
El efecto sólo duró entre cinco y diez minutos y permitió establecer una relación directa entre la concentración de Gaba, o de otros productos equivalentes, en las neuronas de los monos y sus capacidades intelectuales, sensitivas y motoras.
Como quiera que en el experimento participaron monos jóvenes y mayores, el experimento pudo establecer también que el envejecimiento puede provocarse en cerebros de menos edad disminuyendo el neurotransmisor Gaba.
Gaba es un neurotransmisor conocido por la neurología desde hace treinta años y su función no es tanto estimular las neuronas como la de disminuir su actividad eléctrica, por lo que puede decirse que desempeña un papel tranquilizante.
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Cuando la concentración de Gaba se reduce en el cerebro por efecto de la edad, estos grupos de neuronas tienden a reaccionar desproporcionadamente y a enviar al cerebro información errónea, lo que origina la disminución de la actividad intelectual.
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