Los océanos del mundo están repletos de misterios científicos, incógnitas que podrían resultar herramientas para proteger algún día al planeta del calentamiento global.
Un grupo de investigadores informó ayer de que se han triplicado los tipos conocidos de virus que viven en las aguas de todo el mundo, y de que entienden mejor qué papel juegan en la naturaleza. El estudio, dirigido por científicos de la Universidad Estatal de Ohio (EE.UU.), aparece en la revista Nature.
Su trabajo, dicen en la información de la universidad, probablemente tendrá implicaciones de largo alcance, como, en última instancia, ayudar a preservar el medio ambiente mediante la reducción del exceso de carbono que los seres humanos ponen en la atmósfera.
Los océanos absorben la mitad de ese carbono, a costa de su acidificación, lo que pone a algunos habitantes del océano, incluido el marisco, en situación de riesgo. Comprender cómo interactúan los microbios y virus es fundamental para posibles intentos de gestionar el carbono, dicen los investigadores.
Su trabajo fue posible gracias a la expedición sin precedentes -de tres años de duración- Tara Oceans, en la que un equipo de más de 200 expertos se hicieron a la mar para entender mejor a sus habitantes invisibles, y a la expedición española de 2010 Malaspina, que evaluó el impacto del cambio mundial en el océano y estudió su biodiversidad.
Investigadores de la Ohio State procesaron muestras virales recopiladas por científicos a bordo de ambos buques.
El autor principal, Simon Roux, analizó la información genética de las muestras para catalogar 15.222 virus genéticamente distintos y agruparlos en 867 divisiones que comparten propiedades similares. Roux es un investigador postdoc en el laboratorio de Matthew Sullivan, autor principal del estudio y profesor de microbiología en Ohio State.
"Hace diez años, nunca hubiera imaginado que podríamos establecer un catálogo tan amplio de organismos marinos de todo el mundo" dice Sullivan. "Científicos de todo el mundo están revelando cómo impactan los microbios en nuestro cuerpo, el suelo, el aire y los océanos. A medida que mejoramos nuestra capacidad para estudiar los virus, estamos viendo el papel que juegan que juegan en estas funciones microbianas."
Roux dice que los microbios de los océanos hacen la mitad del oxígeno que respiran los seres humanos, por lo que los virus que infectan a estos microbios son particularmente importantes.
"Nuestro trabajo no sólo proporciona un catálogo relativamente completo de los virus superficiales del océano, sino que también revela nuevas formas en que los virus modulan los gases de efecto invernadero y la energía en los océanos", dice.
En todo momento, aproximadamente una de cada tres células del océano están infectadas con un virus, alterando la forma en que se comportan, añade.
La infección es siempre una mala noticia para la célula, ya que impide su función de alguna manera. Pero no es siempre una mala noticia para el medio ambiente. Los virus probablemente juegan un papel clave en la eliminación de floraciones de algas nocivas en lagos y océanos, por ejemplo.
Un grupo de investigadores informó ayer de que se han triplicado los tipos conocidos de virus que viven en las aguas de todo el mundo, y de que entienden mejor qué papel juegan en la naturaleza. El estudio, dirigido por científicos de la Universidad Estatal de Ohio (EE.UU.), aparece en la revista Nature.
Su trabajo, dicen en la información de la universidad, probablemente tendrá implicaciones de largo alcance, como, en última instancia, ayudar a preservar el medio ambiente mediante la reducción del exceso de carbono que los seres humanos ponen en la atmósfera.
Los océanos absorben la mitad de ese carbono, a costa de su acidificación, lo que pone a algunos habitantes del océano, incluido el marisco, en situación de riesgo. Comprender cómo interactúan los microbios y virus es fundamental para posibles intentos de gestionar el carbono, dicen los investigadores.
Su trabajo fue posible gracias a la expedición sin precedentes -de tres años de duración- Tara Oceans, en la que un equipo de más de 200 expertos se hicieron a la mar para entender mejor a sus habitantes invisibles, y a la expedición española de 2010 Malaspina, que evaluó el impacto del cambio mundial en el océano y estudió su biodiversidad.
Investigadores de la Ohio State procesaron muestras virales recopiladas por científicos a bordo de ambos buques.
El autor principal, Simon Roux, analizó la información genética de las muestras para catalogar 15.222 virus genéticamente distintos y agruparlos en 867 divisiones que comparten propiedades similares. Roux es un investigador postdoc en el laboratorio de Matthew Sullivan, autor principal del estudio y profesor de microbiología en Ohio State.
"Hace diez años, nunca hubiera imaginado que podríamos establecer un catálogo tan amplio de organismos marinos de todo el mundo" dice Sullivan. "Científicos de todo el mundo están revelando cómo impactan los microbios en nuestro cuerpo, el suelo, el aire y los océanos. A medida que mejoramos nuestra capacidad para estudiar los virus, estamos viendo el papel que juegan que juegan en estas funciones microbianas."
Roux dice que los microbios de los océanos hacen la mitad del oxígeno que respiran los seres humanos, por lo que los virus que infectan a estos microbios son particularmente importantes.
"Nuestro trabajo no sólo proporciona un catálogo relativamente completo de los virus superficiales del océano, sino que también revela nuevas formas en que los virus modulan los gases de efecto invernadero y la energía en los océanos", dice.
En todo momento, aproximadamente una de cada tres células del océano están infectadas con un virus, alterando la forma en que se comportan, añade.
La infección es siempre una mala noticia para la célula, ya que impide su función de alguna manera. Pero no es siempre una mala noticia para el medio ambiente. Los virus probablemente juegan un papel clave en la eliminación de floraciones de algas nocivas en lagos y océanos, por ejemplo.
Eliminar el carbono
El equipo de Ohio State está ansioso por ver cómo podrían encajar los virus en los futuros esfuerzos por reducir el carbono en la atmósfera.
Los gases de efecto invernadero que amenazan al medio ambiente podrían estar mediados por estos virus mediante manipulación de los científicos -algo para lo que faltan al menos un par de décadas, pero que probablemente será necesarios para gestionar el cambio climático, dice Sullivan.
"El océano es un amortiguador de gran envergadura contra el cambio climático. Nuestra sospecha es que la gente lo aprovechará para su beneficio. Podrían encontrar maneras de afinar los virus para que hundan carbono en el océano profundo."
Antes de este trabajo, se habían identificado virus en distintas partes del mundo, dice. Esa lista anterior se comparó con este estudio. Roux y Sullivan piensan que tienen una imagen mucho más completa de lo que está sucediendo a nivel viral en las aguas marinas del mundo.
"Simon ha desarrollado herramientas asombrosas para la comprensión de estos virus", dice Sullivan, añadiendo que este trabajo servirá como modelo para otros investigadores, incluyendo aquellos que estudian virus fuera del océano.
Roux utilizó un revoltijo de datos genéticos, llamados "metagenomas", para conseguir su catálogo de virus. "La magia es poder ordenarlos", dice, añadiendo que los recientes avances en las tecnologías de secuenciación y bioinformática hicieron posible este trabajo.
Una vez que ordenó las piezas del puzle, Roux fue capaz de identificar similitudes genéticas y clasificar los virus. "Debido a este trabajo, cualquiera que estudie los virus -en el ser humano, en el suelo, en el aire- sabrá mejor cómo identificar y clasificar lo que está ahí".
El equipo de Ohio State está ansioso por ver cómo podrían encajar los virus en los futuros esfuerzos por reducir el carbono en la atmósfera.
Los gases de efecto invernadero que amenazan al medio ambiente podrían estar mediados por estos virus mediante manipulación de los científicos -algo para lo que faltan al menos un par de décadas, pero que probablemente será necesarios para gestionar el cambio climático, dice Sullivan.
"El océano es un amortiguador de gran envergadura contra el cambio climático. Nuestra sospecha es que la gente lo aprovechará para su beneficio. Podrían encontrar maneras de afinar los virus para que hundan carbono en el océano profundo."
Antes de este trabajo, se habían identificado virus en distintas partes del mundo, dice. Esa lista anterior se comparó con este estudio. Roux y Sullivan piensan que tienen una imagen mucho más completa de lo que está sucediendo a nivel viral en las aguas marinas del mundo.
"Simon ha desarrollado herramientas asombrosas para la comprensión de estos virus", dice Sullivan, añadiendo que este trabajo servirá como modelo para otros investigadores, incluyendo aquellos que estudian virus fuera del océano.
Roux utilizó un revoltijo de datos genéticos, llamados "metagenomas", para conseguir su catálogo de virus. "La magia es poder ordenarlos", dice, añadiendo que los recientes avances en las tecnologías de secuenciación y bioinformática hicieron posible este trabajo.
Una vez que ordenó las piezas del puzle, Roux fue capaz de identificar similitudes genéticas y clasificar los virus. "Debido a este trabajo, cualquiera que estudie los virus -en el ser humano, en el suelo, en el aire- sabrá mejor cómo identificar y clasificar lo que está ahí".
Referencia bibliográfica:
Simon Roux et al.: Ecogenomics and potential biogeochemical impacts of globally abundant ocean viruses. Nature (2016). doi:10.1038/nature19366
Simon Roux et al.: Ecogenomics and potential biogeochemical impacts of globally abundant ocean viruses. Nature (2016). doi:10.1038/nature19366