Cuanto más cerca está la muerte, más se sueña con familiares y allegados ya fallecidos, revela un estudio realizado por psicólogos y publicado en ‘Journal of Palliative Medicine’. Imagen: lazydaisy. Fuente: Everystockphoto.
La ciencia suele ocuparse de estudiar la enfermedad para tratar de solventarla, pero de vez en cuando también analiza aspectos del final de la vida de las personas, para tratar de comprender lo que sucede en los momentos previos a la muerte, e incluso durante la muerte misma.
En este último sentido, hemos hablado de estudios realizados sobre las llamadas “experiencias cercanas a la muerte” o ECM, en especial de uno a gran escala que concluyó en 2014.
En este trabajo, realizado por un quipo de científicos de la Universidad de Southampton, en el Reino Unido, fueron analizados 2.060 pacientes en muerte clínica (por paro cardiaco), atendidos en 15 hospitales de diversos países. Estos pacientes volvieron a la vida gracias a las técnicas de resucitación actuales, y pudieron explicar sus experiencias.
Los resultados de esta investigación señalaron, entre otras cosas, que la conciencia parece darse durante un período de tres minutos tras la pérdida de latido, a pesar de que se considera que el cerebro deja de funcionar tras 20 ó 30 segundos de haberse producido la parada cardiaca; y que los recuerdos de conciencia visual de los pacientes moribundos pueden parecerse a las llamadas experiencias extracorporales o extracorpóreas (sensación de estar flotando proyectado fuera del cuerpo). La neurología ya tiene explicación para algunos de estos fenómenos.
Momentos previos
Por otra parte, estudios realizados sobre los momentos previos a la situación extrema de la muerte han documentado otro fenómeno que parece bastante común: los sueños y las visiones relacionados con la muerte.
Un trabajo reciente realizado por especialistas del Center for Hospice & Palliative Care y del Canisius College, ambos en Nueva York (EEUU) se ha centrado en este otro aspecto del proceso de morir.
En la revista especializada Journal of Palliative Medicine, los autores del estudio señalan que estos sueños y visiones próximos a la muerte (ELDVs, por sus siglas en inglés) suelen tener un impacto profundamente significativo en las personas que van a morir e incluso en sus seres queridos.
Por eso, los científicos decidieron cuantificar varios aspectos de ellos: la frecuencia de los sueños, las visiones experimentadas por los pacientes, el contenido y el significado subjetivo de los sueños y de las visiones; y la relación de estos factores con la proximidad de los decesos.
En este último sentido, hemos hablado de estudios realizados sobre las llamadas “experiencias cercanas a la muerte” o ECM, en especial de uno a gran escala que concluyó en 2014.
En este trabajo, realizado por un quipo de científicos de la Universidad de Southampton, en el Reino Unido, fueron analizados 2.060 pacientes en muerte clínica (por paro cardiaco), atendidos en 15 hospitales de diversos países. Estos pacientes volvieron a la vida gracias a las técnicas de resucitación actuales, y pudieron explicar sus experiencias.
Los resultados de esta investigación señalaron, entre otras cosas, que la conciencia parece darse durante un período de tres minutos tras la pérdida de latido, a pesar de que se considera que el cerebro deja de funcionar tras 20 ó 30 segundos de haberse producido la parada cardiaca; y que los recuerdos de conciencia visual de los pacientes moribundos pueden parecerse a las llamadas experiencias extracorporales o extracorpóreas (sensación de estar flotando proyectado fuera del cuerpo). La neurología ya tiene explicación para algunos de estos fenómenos.
Momentos previos
Por otra parte, estudios realizados sobre los momentos previos a la situación extrema de la muerte han documentado otro fenómeno que parece bastante común: los sueños y las visiones relacionados con la muerte.
Un trabajo reciente realizado por especialistas del Center for Hospice & Palliative Care y del Canisius College, ambos en Nueva York (EEUU) se ha centrado en este otro aspecto del proceso de morir.
En la revista especializada Journal of Palliative Medicine, los autores del estudio señalan que estos sueños y visiones próximos a la muerte (ELDVs, por sus siglas en inglés) suelen tener un impacto profundamente significativo en las personas que van a morir e incluso en sus seres queridos.
Por eso, los científicos decidieron cuantificar varios aspectos de ellos: la frecuencia de los sueños, las visiones experimentadas por los pacientes, el contenido y el significado subjetivo de los sueños y de las visiones; y la relación de estos factores con la proximidad de los decesos.
Características y resultados del estudio
Para realizar el análisis, se encuestó diariamente a pacientes hospitalizados en el Center for Hospice and Palliative Care de Cheektowaga (Nueva York) que estaban recibiendo ya cuidados paliativos. En total, fueron encuestados sesenta y seis pacientes entre enero de 2011 y julio de 2012.
Las preguntas de la encuesta versaban sobre el contenido, la frecuencia y los sentimientos reconfortantes o de angustia que les provocaban estos sueños y visiones.
Se constató que, por un lado, la mayoría de los participantes habían tenido al menos un sueño o una visión relacionados con la muerte; que casi la mitad de los sueños y visiones se dieron mientras dormían, y que casi todos ellos les habían parecido “reales” a los moribundos.
Por otro lado, en estos sueños y visiones solían aparecer amigos, familiares e incluso mascotas de los pacientes fallecidos antes que ellos. Estos sueños, que tenían un efecto reconfortante en los pacientes, fueron más frecuentes a medida que la muerte estaba más cerca.
Implicaciones
Los científicos concluyen, a raíz de estos resultados, que los ELDVs son un fenómeno común durante el proceso de la muerte, caracterizado por una sensación constante de realismo y por un significado emocional marcado.
"Estos sueños y visiones pueden mejorar la calidad de vida (de los pacientes), y deben ser tratados en consecuencia", explica al respecto James P. Donnelly, psicólogo del Canisius College, en un comunicado de dicho centro difundido por Newswise.
Algunos profesionales médicos tienden a no considerar los sueños y visiones antes de la muerte y visiones o creer que son “delirios” que deben ser controlados, explica Donnelly. Sin embargo, señala el investigador, existe una importante diferencia entre los ELDVs y los delirios.
"Durante un estado de delirio, la persona pierde su conexión con la realidad y la capacidad de comunicarse de manera racional. El delirio es preocupante y peligroso, y debe ser tratado médicamente. Por el contrario, nuestro estudio muestra que los ELDVs suelen ser reconfortantes, realistas, y a menudo muy significativos”.
Este es el primer estudio en el que se entrevista a pacientes acerca de sus experiencias ELDV en las últimas semanas de vida. Estudios previos habían recopilado solo información retrospectiva del fenómeno, a través de testimonios de médicos y familiares.
Para realizar el análisis, se encuestó diariamente a pacientes hospitalizados en el Center for Hospice and Palliative Care de Cheektowaga (Nueva York) que estaban recibiendo ya cuidados paliativos. En total, fueron encuestados sesenta y seis pacientes entre enero de 2011 y julio de 2012.
Las preguntas de la encuesta versaban sobre el contenido, la frecuencia y los sentimientos reconfortantes o de angustia que les provocaban estos sueños y visiones.
Se constató que, por un lado, la mayoría de los participantes habían tenido al menos un sueño o una visión relacionados con la muerte; que casi la mitad de los sueños y visiones se dieron mientras dormían, y que casi todos ellos les habían parecido “reales” a los moribundos.
Por otro lado, en estos sueños y visiones solían aparecer amigos, familiares e incluso mascotas de los pacientes fallecidos antes que ellos. Estos sueños, que tenían un efecto reconfortante en los pacientes, fueron más frecuentes a medida que la muerte estaba más cerca.
Implicaciones
Los científicos concluyen, a raíz de estos resultados, que los ELDVs son un fenómeno común durante el proceso de la muerte, caracterizado por una sensación constante de realismo y por un significado emocional marcado.
"Estos sueños y visiones pueden mejorar la calidad de vida (de los pacientes), y deben ser tratados en consecuencia", explica al respecto James P. Donnelly, psicólogo del Canisius College, en un comunicado de dicho centro difundido por Newswise.
Algunos profesionales médicos tienden a no considerar los sueños y visiones antes de la muerte y visiones o creer que son “delirios” que deben ser controlados, explica Donnelly. Sin embargo, señala el investigador, existe una importante diferencia entre los ELDVs y los delirios.
"Durante un estado de delirio, la persona pierde su conexión con la realidad y la capacidad de comunicarse de manera racional. El delirio es preocupante y peligroso, y debe ser tratado médicamente. Por el contrario, nuestro estudio muestra que los ELDVs suelen ser reconfortantes, realistas, y a menudo muy significativos”.
Este es el primer estudio en el que se entrevista a pacientes acerca de sus experiencias ELDV en las últimas semanas de vida. Estudios previos habían recopilado solo información retrospectiva del fenómeno, a través de testimonios de médicos y familiares.
Referencia bibliográfica:
Christopher W. Kerr, James P. Donnelly, Scott T. Wright, Sarah M. Kuszczak, Anne Banas, Pei C. Grant, Debra L. Luczkiewicz. End-of-Life Dreams and Visions: A Longitudinal Study of Hospice Patients' Experiences. Journal of Palliative Medicine (2014). DOI: 10.1089/jpm.2013.0371.
Christopher W. Kerr, James P. Donnelly, Scott T. Wright, Sarah M. Kuszczak, Anne Banas, Pei C. Grant, Debra L. Luczkiewicz. End-of-Life Dreams and Visions: A Longitudinal Study of Hospice Patients' Experiences. Journal of Palliative Medicine (2014). DOI: 10.1089/jpm.2013.0371.