¿Quién es?
Rafael Alberto Pérez
Autor de referencia en comunicación estratégica, conferenciante y consultor. Es consejero de The Blueroom Project - TBP Consulting para temas de turismo y ocio
Considerado el padre de la Nueva Teoría Estratégica (NTE) y autor laureado. Su libro “Estrategias de Comunicación” (2001) ha recibido dos premios internacionales y ha sido seleccionado la revista “Razón y Palabra” como uno de los textos más influyentes en Iberoamérica.
En la actualidad divide su actividad entre impartir Seminarios- invitado por más de 170 Universidades y empresas de 14 países- y ejercer como consultor estratégico.
Considerado el padre de la Nueva Teoría Estratégica (NTE) y autor laureado. Su libro “Estrategias de Comunicación” (2001) ha recibido dos premios internacionales y ha sido seleccionado la revista “Razón y Palabra” como uno de los textos más influyentes en Iberoamérica.
En la actualidad divide su actividad entre impartir Seminarios- invitado por más de 170 Universidades y empresas de 14 países- y ejercer como consultor estratégico.
Tendencias Estratégicas
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22/11/2024 17:54 - Pablo Javier Piacente -
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Un aprendizaje rápido y social integró a los niños a las sociedades durante el 99% de nuestra historia
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Blog
En memoria de las víctimas del 11-M
Sin palabras
Rafael Alberto Perez
Viernes, 11 de Marzo 2011
Comentarios
En momentos de crisis y de alta inestabilidad los peor colocados en la parrilla de salida tienen su gran oportunidad.
Cuando lo pequeño, lo ambiguo y lo fluido se vuelven positivos:
A veces me critican que escribo pensando en las grandes corporaciones, y algo de razón si tienen. Cuando uno se ha pasado la vida trabajando para Unilever, Gillette, Coca Cola, BP, la Unión Europea, grandes instituciones (INE, ICEX, etc.) y para diferentes Ministerios, Comunidades Autonómicas y Ayuntamientos como el de Madrid, se tiende a pensar a lo grande. Pero pensar a lo grande no significa olvidarse del valor de lo pequeño ni tampoco de lo efímero y mutante.
Hoy voy a hablar de lo pequeño. Algo que en una sociedad dualista y dialéctica se entiende como malo (absoluto) o como peor (relativo), pero ¿Y si ese tamaño menor fuese una ventaja en tiempos de cambios?
Para empezar ese mundo que queremos transformar con nuestras estrategias lejos de ser sólido y estático es ambiguo y fluido. Difícil de entender y más difícil de atrapar. Tiene ese algo escurridizo del jabón en la bañera. Como dijo Heinz von Foerster “Es difícil tratar con objetos que en realidad son procesos”. De ahí viene la belleza y la dificultad de toda estrategia.
A veces me critican que escribo pensando en las grandes corporaciones, y algo de razón si tienen. Cuando uno se ha pasado la vida trabajando para Unilever, Gillette, Coca Cola, BP, la Unión Europea, grandes instituciones (INE, ICEX, etc.) y para diferentes Ministerios, Comunidades Autonómicas y Ayuntamientos como el de Madrid, se tiende a pensar a lo grande. Pero pensar a lo grande no significa olvidarse del valor de lo pequeño ni tampoco de lo efímero y mutante.
Hoy voy a hablar de lo pequeño. Algo que en una sociedad dualista y dialéctica se entiende como malo (absoluto) o como peor (relativo), pero ¿Y si ese tamaño menor fuese una ventaja en tiempos de cambios?
Para empezar ese mundo que queremos transformar con nuestras estrategias lejos de ser sólido y estático es ambiguo y fluido. Difícil de entender y más difícil de atrapar. Tiene ese algo escurridizo del jabón en la bañera. Como dijo Heinz von Foerster “Es difícil tratar con objetos que en realidad son procesos”. De ahí viene la belleza y la dificultad de toda estrategia.
“Las crisis son oportunidades disfrazadas”
Proverbio chino
En mi post del 12 de febrero me referí a la crisis de Egipto y añadí: “Esta palabra la solemos usar mal, pues no significa que algo vaya mal, sino que un proceso se ha vuelto imprevisible y puede salir por donde menos se espera. Hace referencia pues a un momento muy delicado. El enfermo entra en crisis cuando la fiebre sube a un punto en que en unas horas se muere o se cura. Y, por tanto, la crisis se diferencia de la lisis, que significa desintegración, pero no la niega, sino que la posibilita. Depende del curso evolutivo de los acontecimientos” (…) La crisis es una encrucijada y las encrucijadas son el espacio de las estrategias pues obligan a tomar elecciones, no siempre afortunadas.”
Lo que yo no sabía entonces es que al días más tarde, el presidente saliente de la Academia de Cine de España gran director de cine, Alex de la Iglesia, en su discurso de la gala de los Premios Goya, iba a decir algo parecido:
"Dicen que he provocado una crisis y esta palabra en griego significa proceso o cambio y el cambio es acción y el cambio es actuar, nada de lo que valía antes vale ya, las reglas del juego han cambiado".
Sin pretenderlo Alex de la Iglesia había puesto la palabra crisis en la mira de todos. Como si con los 4 millones de parados no fuese ya suficiente. Pero ese es el poder de las galas televisadas y del morbo de una dimisión anunciada.
Lo cierto es que la explicación semántica de Alex de la Iglesia peca de ser forzada para poder concluir con lo que él quería, esto es con que “las reglas del juego han cambiado” (y… Vd. Sra Ministra de Cultura no se ha enterado).Bueno esto último no lo dijo, claro, pero a buen entendedor…Para los que no estén en el ajo se trata de una polémica con la Ley Sinde de fondo.
Es verdad que la crisis es un proceso, pero no es menos cierto que muchas cosas son procesos y no por ello son crisis. La crisis, insisto, es cuando el proceso- sea el que fuere- ha llegado a un punto crucial y decisivo.
De acuerdo a los orígenes etimológicos del término, la palabra crisis viene del griego κρισις (krisis) y este del verbo κρινειν (krinein), que significa "separar" o "decidir". Crisis es algo que se rompe y porque se rompe hay que analizarlo. De allí el término crítica que significa análisis o estudio de algo para emitir un juicio, y de allí también criterio que es razonamiento adecuado. La crisis nos obliga a pensar por tanto produce análisis y reflexión.
La crisis o posible "separación" o "rompimiento" es un punto crucial y decisivo. En la medicina es usado para referirse cuando uno esta al punto de la muerte. Es allí entonces donde los doctores tienen que analizar los síntomas y decidir si el paciente vive o muere.
Por cierto, hay una segunda acepción de crisis en griego: “elección”. Dado que la crisis es el momento de la disyuntiva, hay que elegir. Y eso me devuelve a mi punto de partida: las encrucijadas y las bifurcaciones son los espacios de la estrategia, hay que elegir un camino, aquel que mejor prometa llevarnos a nuestros futuro deseado, es decir a nuestras metas.
Pero mas allá de la semántica y la etimología está la sabiduría, y si es eso lo que buscamos y para ello tenemos que remontarnos a la filosofía oriental. Y es así como desde la vieja China recibimos en forma de proverbio una de las mejores lecciones de nuestra vida: “las crisis son oportunidades disfrazadas”.
Esta es una idea de la que participa la Nueva Teoría Estratégica cuando nos dice que debemos pensar más en la articulación social que en el conflicto y en la oportunidad más que en el problema.
Luego si estamos en crisis- y parece que al menos en España sí lo estamos- busquemos con ahínco nuestra oportunidad. Seguro que nos está esperando en cualquier esquina. Suerte y a por ella!.
Lo que yo no sabía entonces es que al días más tarde, el presidente saliente de la Academia de Cine de España gran director de cine, Alex de la Iglesia, en su discurso de la gala de los Premios Goya, iba a decir algo parecido:
"Dicen que he provocado una crisis y esta palabra en griego significa proceso o cambio y el cambio es acción y el cambio es actuar, nada de lo que valía antes vale ya, las reglas del juego han cambiado".
Sin pretenderlo Alex de la Iglesia había puesto la palabra crisis en la mira de todos. Como si con los 4 millones de parados no fuese ya suficiente. Pero ese es el poder de las galas televisadas y del morbo de una dimisión anunciada.
Lo cierto es que la explicación semántica de Alex de la Iglesia peca de ser forzada para poder concluir con lo que él quería, esto es con que “las reglas del juego han cambiado” (y… Vd. Sra Ministra de Cultura no se ha enterado).Bueno esto último no lo dijo, claro, pero a buen entendedor…Para los que no estén en el ajo se trata de una polémica con la Ley Sinde de fondo.
Es verdad que la crisis es un proceso, pero no es menos cierto que muchas cosas son procesos y no por ello son crisis. La crisis, insisto, es cuando el proceso- sea el que fuere- ha llegado a un punto crucial y decisivo.
De acuerdo a los orígenes etimológicos del término, la palabra crisis viene del griego κρισις (krisis) y este del verbo κρινειν (krinein), que significa "separar" o "decidir". Crisis es algo que se rompe y porque se rompe hay que analizarlo. De allí el término crítica que significa análisis o estudio de algo para emitir un juicio, y de allí también criterio que es razonamiento adecuado. La crisis nos obliga a pensar por tanto produce análisis y reflexión.
La crisis o posible "separación" o "rompimiento" es un punto crucial y decisivo. En la medicina es usado para referirse cuando uno esta al punto de la muerte. Es allí entonces donde los doctores tienen que analizar los síntomas y decidir si el paciente vive o muere.
Por cierto, hay una segunda acepción de crisis en griego: “elección”. Dado que la crisis es el momento de la disyuntiva, hay que elegir. Y eso me devuelve a mi punto de partida: las encrucijadas y las bifurcaciones son los espacios de la estrategia, hay que elegir un camino, aquel que mejor prometa llevarnos a nuestros futuro deseado, es decir a nuestras metas.
Pero mas allá de la semántica y la etimología está la sabiduría, y si es eso lo que buscamos y para ello tenemos que remontarnos a la filosofía oriental. Y es así como desde la vieja China recibimos en forma de proverbio una de las mejores lecciones de nuestra vida: “las crisis son oportunidades disfrazadas”.
Esta es una idea de la que participa la Nueva Teoría Estratégica cuando nos dice que debemos pensar más en la articulación social que en el conflicto y en la oportunidad más que en el problema.
Luego si estamos en crisis- y parece que al menos en España sí lo estamos- busquemos con ahínco nuestra oportunidad. Seguro que nos está esperando en cualquier esquina. Suerte y a por ella!.
Precedido por los casos de Iran, China y recientemente Wikileaks, Egipto reabre el debate sobre el posible control gubernamental de Internet y el papel de las redes sociales
El caso WikiLeaks no necesita refrescar la memoria; pero en cambio si me permito recordar al lector que el gobierno de China elimina a diario un 95% de los contenidos que se publican en los 220 millones de "blogs" existentes en el país según un informe publicado en junio de 2010 por Isaac Mao Xianghui, miembro del Centro Berkman de Internet y Sociedad de la Universidad de Harvard (EEUU), y que las autoridades iraníes bloquearon la conexión a Internet en un intento de silenciar YouTube, Facebook y Twitter, con motivo de las protestas callejeras para protestar los resultados de las elecciones presidenciales de 2009.
Por lo que hoy sabemos Egipto también tuvo sus apagón en la red el 28 de enero pasado. Aunque no está claro que Hosni Mubarack ordenase reprimir a su pueblo, si parece evidente que ordenó silenciar a los medios de comunicación. Qatarí Al Jazeera fue cerrada y asaltada, y muchos enviados especiales sufrieron el acoso de la policía y los seguidores de Mubarack, cuando no detenciones e interrogatorios. Una gran mayoría tuvo que hacer sus conexiones desde el balcón de sus hoteles.
Pero Mubarack no pudo con las redes sociales. Bajo presión de la comunidad internacional, cinco días después, el 2 de febrero, se restableció del acceso a la red. Mientras tanto el pueblo se organizaba a través de Tiwtter o Facebook. Así durante el viernes 11 de febrero, día de la dimisión de Hosni Mubarak las frases "Egipto", "Dimite Mubarak" y "#Feb11" se han convertido en "tópicos populares" o "trending topics" en Twitter cuyos adatos son bien expresivos:
+ La palabra "Mubarak" se repitió 55 veces por segundo.
+ El término "Egypt" se repitió 47 veces por segundo.
+ La frase "Free Egypt" se repitió 25 veces por segundo
Por su parte Facebook reportó un crecimiento del número de usuarios que según datos de la empresa alcanza los cinco millones de usuarios en ese país, de los cuales una quinta parte accede a través de móviles.
Fue también desde Facebook desde donde Wael Ghodim, un ejecutivo de Google en Egipto, ayudó a desatar la chispa del levantamiento que a la postre derrocó al presidente Hosni Mubarak la semana pasada.
Considerado hoy uno de los padres de la revolución egipcia, todos hemos visto el momento de su detención y como rompe en lágrimas de emoción durante la entrevista que concedió a una cadena internacional cuando dice sollozando:
"I am not a hero. I was only used the keyboard, the real heroes are the ones on the ground".
La reacción de Google fue durante unos días una mezcla de prudencia y autocensura, que se ponían de manifiesto en el hecho de que, hasta este viernes pasado, el nombre de Wael Ghodim su sólo daba 12 resultados en Google. La compañía solo se pronunció para decir que fue un enorme alivio cuando la policía egipcia liberó a Ghonim tras 12 días de estar detenido. Es evidente que la situación ha cambiado pues, el 15 de febrero pasado el consejero delegado de Google, Eric Schmidt rompía en Barcelona el silencio corporativo para declarar que Google se siente muy orgullo de su empleado egipcio Wael Ghonim. Un orgullo que ya se deja notar en los 360.000 resultados que se obtienen a día de hoy, con el nombre de Ghonim en el buscador.
Por lo que hoy sabemos Egipto también tuvo sus apagón en la red el 28 de enero pasado. Aunque no está claro que Hosni Mubarack ordenase reprimir a su pueblo, si parece evidente que ordenó silenciar a los medios de comunicación. Qatarí Al Jazeera fue cerrada y asaltada, y muchos enviados especiales sufrieron el acoso de la policía y los seguidores de Mubarack, cuando no detenciones e interrogatorios. Una gran mayoría tuvo que hacer sus conexiones desde el balcón de sus hoteles.
Pero Mubarack no pudo con las redes sociales. Bajo presión de la comunidad internacional, cinco días después, el 2 de febrero, se restableció del acceso a la red. Mientras tanto el pueblo se organizaba a través de Tiwtter o Facebook. Así durante el viernes 11 de febrero, día de la dimisión de Hosni Mubarak las frases "Egipto", "Dimite Mubarak" y "#Feb11" se han convertido en "tópicos populares" o "trending topics" en Twitter cuyos adatos son bien expresivos:
+ La palabra "Mubarak" se repitió 55 veces por segundo.
+ El término "Egypt" se repitió 47 veces por segundo.
+ La frase "Free Egypt" se repitió 25 veces por segundo
Por su parte Facebook reportó un crecimiento del número de usuarios que según datos de la empresa alcanza los cinco millones de usuarios en ese país, de los cuales una quinta parte accede a través de móviles.
Fue también desde Facebook desde donde Wael Ghodim, un ejecutivo de Google en Egipto, ayudó a desatar la chispa del levantamiento que a la postre derrocó al presidente Hosni Mubarak la semana pasada.
Considerado hoy uno de los padres de la revolución egipcia, todos hemos visto el momento de su detención y como rompe en lágrimas de emoción durante la entrevista que concedió a una cadena internacional cuando dice sollozando:
"I am not a hero. I was only used the keyboard, the real heroes are the ones on the ground".
La reacción de Google fue durante unos días una mezcla de prudencia y autocensura, que se ponían de manifiesto en el hecho de que, hasta este viernes pasado, el nombre de Wael Ghodim su sólo daba 12 resultados en Google. La compañía solo se pronunció para decir que fue un enorme alivio cuando la policía egipcia liberó a Ghonim tras 12 días de estar detenido. Es evidente que la situación ha cambiado pues, el 15 de febrero pasado el consejero delegado de Google, Eric Schmidt rompía en Barcelona el silencio corporativo para declarar que Google se siente muy orgullo de su empleado egipcio Wael Ghonim. Un orgullo que ya se deja notar en los 360.000 resultados que se obtienen a día de hoy, con el nombre de Ghonim en el buscador.
Una lección en vivo y en directo de la Nueva Teoría Estratégica
Simpatizo con el pueblo egipcio y desde aquí quiero enviarle mi apoyo simbólico. Lo que ha ocurrido estos días y sigue ocurriendo, genera en mí varias reflexiones que voy a compartir con Vds. A lo largo de esta semana, a través de diferentes posts.
Lo primero que me viene a la mente cuando veo a esa gente que reclama democracia desde la plaza Tahrir es que el pueblo árabe ha superado la idea simplista de que todo lo malo le llega de occidente. Y lo ha superado a pesar de las reiteradas torpezas de la diplomacia americana (me refiero a la anterior) queriendo imponer, por la fuerza y desde arriba, lo que tiene que surgir desde abajo.
Pienso que por fin esa gente ha tomado conciencia de que una parte de sus males (pensamiento complejo) viene de sus propios dirigentes, inmensamente ricos mientras ellos viven por debajo de lo justo. Ricos no quiere necesariamente decir corruptos, pero algo anda mal cuando se llega a tener tanta insensibilidad ante la miseria ajena. Y, más en concreto, es que esa gente se ha dado cuenta de que una parte importante de la situación de mínimos en la que viven procede de sus sistemas autocráticos de gobierno, en el mejor de los casos paternalistas.
La revolución de los papiros, no es la portuguesa de los claveles, hay muchos elementos que las diferencian, pero comparte con ella la cara amable de unos pueblos pacíficos que se han ganado el respeto internacional ante ejércitos que, en ambos casos han respetado la soberanía popular y dado un ejemplo de serenidad y prudencia.
Es muy posible que sea el over flow de los medios de comunicación occidentales, o el contacto con el turismo rico o acomodado que visita Egipto (engañosa promesa de un paraíso que tampoco existe) lo que haya generado esa toma conciencia repentina del pueblo. Pero qué importan las causas. Lo importante es que estamos más ante una emergencia en la que las partes se juntan para formar un nuevo todo, que ante una revuelta planificada
Tres palabras vienen a mí en este momento: crisis, encrucijada e hipocresía. Con ellas termino.
La revuelta pacífica ha dejado sitio a la crisis. Esta palabra la solemos usar mal, pues no significa que algo vaya mal, sino que un proceso se ha vuelto imprevisible y puede salir por donde menos se espera. Hace referencia pues a un momento muy delicado. El enfermo entra en crisis cuando la fiebre sube a un punto en que en unas horas se muere o se cura. Y, por tanto, la crisis se diferencia de la lisis, que significa desintegración, pero no la niega, sino que la posibilita. Depende del curso evolutivo de los acontecimientos. Y las teorías de la evolución nos dicen que los sistemas más próximos al caos son los más eficientes en términos de pasarse información (algo que hemos visto). Y que, en ellos, las alternativas que tendrían menos probabilidades en una situación estable, pueden prosperar. La crisis es una encrucijada, las encrucijadas son el espacio de las estrategias pues obligan a tomar elecciones, no siempre afortunadas. Era el lugar en que las brujas celtas aguardaban al viajero y donde hoy la Iglesia pone sus cruceiros con sus cruces como indica la propia palabra para que nos iluminen en nuestra itineratio in deo. Pues bien, el pueblo egipcio está ahora en esa encrucijada socio/económica/política donde todo puede ser a mejor o a peor. Crucemos los dedos, deseémosle lo mejor y esperemos.
Hipocresía, es la tercera palabra. La hipocresía de la diplomacia europea. Qué triste espectáculo, señoras y señores. Nos llenamos la boca hablando de democracia pero nos viene bien pactar con dictadores. Son “un mal menor”. “Algo útil para frenar el fundamentalismo islamita”. “Aportan estabilidad a la región”, geoestratégica, claro. Aunque todo eso sea acosta de sus pueblos. ¿Cuándo nos daremos cuenta que ese tipo de utilitarismo termina siempre por humillarnos y avergonzarnos?. Más allá del espacio común europeo, más allá del euro y sus ventajas, ¿Qué fue de los valores del viejo continente europeo…?. Confío en que ya que hemos llegado mal y a destiempo, seamos, por lo menos, capaces de respetar y apoyar ahora la voluntad de un pueblo que se lo merece.
Lo primero que me viene a la mente cuando veo a esa gente que reclama democracia desde la plaza Tahrir es que el pueblo árabe ha superado la idea simplista de que todo lo malo le llega de occidente. Y lo ha superado a pesar de las reiteradas torpezas de la diplomacia americana (me refiero a la anterior) queriendo imponer, por la fuerza y desde arriba, lo que tiene que surgir desde abajo.
Pienso que por fin esa gente ha tomado conciencia de que una parte de sus males (pensamiento complejo) viene de sus propios dirigentes, inmensamente ricos mientras ellos viven por debajo de lo justo. Ricos no quiere necesariamente decir corruptos, pero algo anda mal cuando se llega a tener tanta insensibilidad ante la miseria ajena. Y, más en concreto, es que esa gente se ha dado cuenta de que una parte importante de la situación de mínimos en la que viven procede de sus sistemas autocráticos de gobierno, en el mejor de los casos paternalistas.
La revolución de los papiros, no es la portuguesa de los claveles, hay muchos elementos que las diferencian, pero comparte con ella la cara amable de unos pueblos pacíficos que se han ganado el respeto internacional ante ejércitos que, en ambos casos han respetado la soberanía popular y dado un ejemplo de serenidad y prudencia.
Es muy posible que sea el over flow de los medios de comunicación occidentales, o el contacto con el turismo rico o acomodado que visita Egipto (engañosa promesa de un paraíso que tampoco existe) lo que haya generado esa toma conciencia repentina del pueblo. Pero qué importan las causas. Lo importante es que estamos más ante una emergencia en la que las partes se juntan para formar un nuevo todo, que ante una revuelta planificada
Tres palabras vienen a mí en este momento: crisis, encrucijada e hipocresía. Con ellas termino.
La revuelta pacífica ha dejado sitio a la crisis. Esta palabra la solemos usar mal, pues no significa que algo vaya mal, sino que un proceso se ha vuelto imprevisible y puede salir por donde menos se espera. Hace referencia pues a un momento muy delicado. El enfermo entra en crisis cuando la fiebre sube a un punto en que en unas horas se muere o se cura. Y, por tanto, la crisis se diferencia de la lisis, que significa desintegración, pero no la niega, sino que la posibilita. Depende del curso evolutivo de los acontecimientos. Y las teorías de la evolución nos dicen que los sistemas más próximos al caos son los más eficientes en términos de pasarse información (algo que hemos visto). Y que, en ellos, las alternativas que tendrían menos probabilidades en una situación estable, pueden prosperar. La crisis es una encrucijada, las encrucijadas son el espacio de las estrategias pues obligan a tomar elecciones, no siempre afortunadas. Era el lugar en que las brujas celtas aguardaban al viajero y donde hoy la Iglesia pone sus cruceiros con sus cruces como indica la propia palabra para que nos iluminen en nuestra itineratio in deo. Pues bien, el pueblo egipcio está ahora en esa encrucijada socio/económica/política donde todo puede ser a mejor o a peor. Crucemos los dedos, deseémosle lo mejor y esperemos.
Hipocresía, es la tercera palabra. La hipocresía de la diplomacia europea. Qué triste espectáculo, señoras y señores. Nos llenamos la boca hablando de democracia pero nos viene bien pactar con dictadores. Son “un mal menor”. “Algo útil para frenar el fundamentalismo islamita”. “Aportan estabilidad a la región”, geoestratégica, claro. Aunque todo eso sea acosta de sus pueblos. ¿Cuándo nos daremos cuenta que ese tipo de utilitarismo termina siempre por humillarnos y avergonzarnos?. Más allá del espacio común europeo, más allá del euro y sus ventajas, ¿Qué fue de los valores del viejo continente europeo…?. Confío en que ya que hemos llegado mal y a destiempo, seamos, por lo menos, capaces de respetar y apoyar ahora la voluntad de un pueblo que se lo merece.
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Blog sobre comunicación estratégica
Tendencias 21 (Madrid). ISSN 2174-6850
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