CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero
Escribe Antonio Piñero



Pregunta:


Cómo se sabe que los papiros mas antiguos como por ejemplo el caso del papiro 52 de juan no es una copia sino el original? 2. como saber si un trozo de papiro de un texto, pongamos cualquiera del nt. le pertenece, si no tenemos los libros originales completos o al menos del siglo i para compararlos?? porque se usa o q tan confiable es usar las biblias de siglos posteriores para esa comparacion?


Si no estan los textos originales como saber q los textos encontrados de cualquier libro, en este caso del nt. le pertenecen a esos libros. es adecuad valerse de los libros conservados de fecha posterior como codices, etc. sin tener textos completos de fecha inicial. ejemplo: si tengo el papiro x de marcos del año 130 dc., como saber si es marcos si no hay un marcos completo hasta el siglo iv??


Respuesta:


Respondo por partes:


1: Ciertamente se presupone en principio que el papiro es una copia por la datación del papiro que se logra siempre de un modo aproximado: por medio del estudio de la escritura (conocemos muy bien la evolución del modo de escribir) y por medio del carbono 14 si se puede aplicar, que ofrece una fecha solo aproximada, más o menos 50 años arriba o abajo.


2: No tenemos los originales de los escritos del Nuevo Testamento, pero sí tenemos el texto tall como circulaba en el año 200. Y por citas de algunos autores anteriores (por ejemplo, Ignacio de Antioquía (muerto antes del 119) que conoce muy bien 1 Corintios y que debió de escribir entre el 130 y 150, y otros casos como Justino Mártir, etc.). Igualmente la Epístola de Bernabé (hacia 130)y vemos que los textos coinciden.


3. El P. 52 quizás pudiera ser el original, teóricamente, pero es ciertamente una copia, y lo sabemos por el tipo de escritura es datable entre el 125-175. Parece imposible que el original se hubiera escrito en una fecha tan tardía.


4: Las Biblias de ahora, respecto al Nuevo Testamento traducen ese texto del año 200 establecido por el análisis de los aproximadamente 5.000 manuscritos que poseemos del Nuevo Testamento. Hay un Instituto de la Universidad de Münster que se dedica exclusivamente a esta tarea y ha publicado ya 28 ediciones del texto griego del Nuevo Testamento que va cada más refinándose (NESTLE-ALAND: Novum Testamentum graece, Deutsche Bibelgesellschaft, Stuttgart, 282012).


Pr.:


Dado que parece ser que los Evangelios se escribieron entre los año 50 y 100,
¿ qué edad tenían los evangelistas cuando los escribieron?. Entonces la gente vivía mucho menos que ahora. Mateo y Juan fueron de los doce apóstoles . No me cuadran las fechas.
¿ Eran niños cuando iban con Jesús?
¿ Marcos y Lucas no fueron coetáneos de Jesús? ¿ No le llegaron a conocer?


R.:

1: Se escribieron los evangelios probablemente entre el 70/75 (Marcos) y el 100 (Juan).


2: Ni siquiera sabemos quiénes eran los autores. Los nombres son una tradición de mediados del siglo II y las atribuciones son gratuitas.


3: Los evangelistas no fueron testigos oculares de lo que ocurrió con Jesús, porque escribieron –incluso Marcos—sobre fuentes a medias (por ejemplo, colecciones de parábolas, de dichos de Jesús y de milagros más el relato de la pasión) que eran previos.


Le ruego que eche una ojeada a la “Guía para entender el Nuevo Testamento”, Trotta, Madrid 4ª edic. 2011 donde se tratan todos estos temas.




Pr.:



Al leer hoy su artículo acerca del libro NUEVO TESTAMENTO , me he enterado de su vinculación a la edición de una traducción del nuevo testamento de la BIBLIA DE SAN MILLAN. Tendría usted la amabilidad de informarme un poco al respecto? Vivo en Bogotá Colombia. Desde aquí, es posible adquirir esa obra?


R.:


Se trata de un proyecto a largo plazo para hacer una nueva Biblia absolutamente no confesional, universitaria, histórico-crítica y crítico literaria, con traducción revisada por catedráticos relacionados con la Academia Española de la lengua, una edición laica en una palabra, pero no militante, sino totalmente informativa y acerca del texto neotestamentario desde el punto de vista histórico y que aclarará, esperamos, bien el contenido y sentido de los textos. Irá en varios volúmenes. Por ahora estamos preparando el Nuevo Testamento, que aparecerá probablemente a finales del 2016 o principios del 2017. Habrá versión electrónica de modo que podrá adquirirla en Colombia.


Pr.:

Pregunta ¿ Qué aspectos paulinos encontramos en el Evangelio de Juan?


R.:


No hay ningún documento en la Iglesia antigua ni tampoco dentro del mismo Evangelio de Juan que nos explique expresamente cómo y por qué ese Evangelio comparte con el apóstol Pablo una concepción específica de Jesús y de su mesianismo.

Ha sido la investigación sobre el Nuevo Testamento la que a lo largo de siglos de pesquisas ha llegado a formarse, a través de un análisis crítico de los evangelios, cuál es la figura más probable del Jesús histórico, a la vez que caía en la cuenta de que Pablo –que escribió muchos años antes que el Evangelio de Juan en concreto-- se preocupaba muy poco de ese Jesús histórico y lo contemplaba tan solo como el Mesías después de su muerte y su resurrección, es decir, como el Cristo celeste. El siguiente paso de la investigación fue caer en la cuenta de que en el Evangelio de Marcos, que es el primero cronológicamente de los cuatro, se mezclan indisolublemente, en su pintura del Jesús terreno, rasgos que pertenecen al Jesús histórico con otros que son propios del Cristo celestial. Otro paso ha sido atribuir al autor cronológicamente anterior, Pablo, la influencia sobre el posterior, Marcos, hasta formular la idea de que la cristología marcana es en sus rasgos esenciales la misma que la de Pablo. Y finalmente el último paso es caer en la cuenta de que el Evangelio de Juan conoce al menos la tradición de los tres evangelios sinópticos (Mt, Mc y Lc), y muy probablemente ha leído y utilizado el Evangelio de Lucas, por lo que comparte con él –al menos también—una parte de su ideología/teología.

¿En qué consiste tener una concepción paulina de Jesús que en concreto se refleje en el Evangelio de Juan? Fundamentalmente en considerar a Jesús como mesías, hijo de Dios, pero sobre todo en atribuir a su muerte y resurrección el valor de actos redentores con el que cambia la historia del mundo y de la humanidad. En apariencia son el Diablo y sus satélites, las autoridades humanas, las que causaron esa muerte. Pero en verdad fue un acto decidido por Dios desde toda la eternidad, ya que en la cruz Dios acepta el sacrificio de la vida de su agente como reparación, o rescate, por todos los pecados de los humanos hasta ese momento –con lo que queda vencido el poder del Demonio--, y en señalar que la resurrección de Jesús es el camino para todos los fieles que igualmente participarán de ella tras una vida sin pecado.


En el instante de la muerte y la resurrección comienza en verdad la época mesiánica, que no se sabe cuánto durará y que concluirá con la segunda venida del Cristo --confirmado como mesías y señor por Dios en los cielos— a la tierra. Poco después de ese momento comenzará el juicio final a todos los hombres, en el que Cristo desempeñará un papel fundamental. La apropiación del valor redentor de la cruz debe hacerlo cada individuo aceptando con un acto de fe en Dios y en su mesías que el evento de la cruz es, por designio eterno divino, el momento supremo de la redención, evento ya ocurrido en el pasado, y que en él Cristo venció todo el poder del Diablo sobre la humanidad e incluso sobre el universo. De ese modo queda abierto para el ser humano un camino igual al del mesías. Este vino al mundo no para salvar a los justos sino a los pecadores, tanto judíos como gentiles. Ser paulino es pensar también que, gracias a esa redención obrada por Jesús, tienen todos los paganos la posibilidad de salvarse, no solo los judíos como pueblo elegido. Eso ocurre porque Dios ha decidido que el mesías tiene no solo el poder de perdonar los pecados (también en vida, no sólo por el acto de la cruz), sino también la posibilidad de cambiar la ley de Moisés, que debe interpretarse según el mesías. Aunque la ley mosaica siga siendo válida en todos sus términos para los judíos, en adelante no son válidas, por ejemplo para los gentiles las normas concernientes a la circuncisión, los alimentos y la pureza ritual. La ética se convierte para ellos ante todo en una moral universal cuyas normas están expresadas negativa y positivamente por el Mesías.

El Evangelio de Juan añade a esta visión paulina que el Logos, la Palabra eterna de Dios se encarna en el mesías Jesús. Éste es ante todo el Revelador. Su revelación consiste fundamentalmente en que el Padre y él son uno, y que quien crea en el Revelador participará de esta unidad. En realidad, y bien pensado, opina el autor del Evangelio de Juan, el Juicio Final ha venido ya para cada individuo que crea en el mensaje del Revelador y, al creer en él y su mensaje, ha conseguido ya salvación.


Saludos cordiales de Antonio Piñero
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com
Martes, 7 de Abril 2015
Hoy escribe Gonzalo Del Cerro

Literatura Pseudo Clementina

Homilía XI

Prosigue el rechazo de la idolatría

Como es lógico, Pedro reitera con insistencia su vital rechazo de la idolatría como de una actitud absurda y llena de contradicciones. Responde a la objeción de quienes ponen como excusa de sus errores la ignorancia. En este aspecto Pedro no puede ser más claro y expresivo. La ignorancia, dice, no excusa al pecador. Pues a veces algunos prefieren no aprender para verse libres de culpa. Ahora bien, el que no quiere aprender para no ser reo de juicio, ya está juzgado como responsable.

“Pero si realmente uno termina la vida presente en la ignorancia, será acusado de que no conoció durante su vida quién fue el benefactor que le proporcionó sus alimentos. Además, como insensible, desagradecido y como siervo muy indigno, será apartado del reino de Dios” (Hom XI 13,3). La realidad es que Dios siempre ofrece los medios para conocer el destino y el camino para llegar hasta su consecución.

Errores del politeísmo

El politeísmo parte de errores radicales. Es esencial aceptar un solo Dios. Lo contrario es absurdo. “La terrible serpiente sugiere la idea de pensar esto y decir eso mismo que dicen muchos de los idólatras: “Nosotros también sabemos que existe un solo Dios, el Señor de todos, pero éstos también son dioses”. Y aportan el ejemplo, citado con frecuencia, de la existencia de un César supremo, que no supone que no existen otros jefes con diversos niveles de poder y autoridad.

Pues de la misma manera que hay un solo César, pero tiene bajo su poder administradores -cónsules, gobernadores, tribunos, centuriones, decuriones,- de la misma manera, siendo uno solo el gran Dios, como el César, hay también dioses según la razón de sus poderes inferiores, sometidos a él, pero que nos gobiernan a nosotros. Muchos han sido infectados (por la serpiente) con esta doctrina como con un terrible veneno, -me refiero a la perversa concepción de este ejemplo. Para el apóstol, se trata de un veneno terrible que aporta el error y la muerte espiritual a los que se esconden detrás de sus pretextos.

El politeísmo es ultraje del Dios único

En consecuencia, la actitud moral de estos personajes es llana y simplemente de ultraje básico contra la idea y la realidad dogmática de un Dios único. Desde las primeras páginas y los libros primeros de la Biblia, la enseñanza lo proclama sin la menor duda. Para los que aceptan el citado ejemplo del César, Pedro les recuerda que “como no es lícito dar a otro el nombre de César, -quiero decir a un cónsul, a un gobernador, a un tribuno o a otro cualquiera-, ya que el que lo diera no viviría, y el que lo tomara sería eliminado, así según el referido ejemplo, no es lícito dar a otro el nombre de Dios” (Hom XI 15,2). Y todo por una razón mayor, tanto cuanto Dios está por encima de cualquier autoridad humana.

Cultos abominables de los egipcios

Pedro recurre como en otras ocasiones a ejemplos paganos. Por ejemplo, a maestros egipcios, que se glorían de dominar ciertos aspectos de sabiduría humana, como la meteorología y prometen distinguir las naturalezas de las estrellas, por la mala opinión que se oculta en su interior, sometieron el nombre de Dios a toda clase de deshonor. Pues algunos de ellos enseñaron que se debía dar culto a un buey llamado Apis, otros a un macho cabrío, otros a un gato, otros a una serpiente, incluso a un pez, a cebollas, a flatulencias gástricas, a cloacas, a miembros de animales irracionales y a otros millares de abominaciones absurdas totalmente vergonzosas, cuya sola mención ofende nuestros oídos piadosos.

La explicación de Pedro provocó una risa generalizada entre su auditorio. Una risa lógica, reconoce Pedro. Pero advierte que también las posturas de sus oyentes producen hilaridad entre los egipcios. Más aún, los mismos egipcios están en abierta oposición unos contra otros, lo que es una prueba más de lo absurdo de su doctrina. Pues unos suponen que una cebolla es la divinidad, y los que dan culto a las flatulencias gástricas, les hacen la guerra. Así por el estilo, todos los que dais culto preferente a algo, reprobáis las cosas de los otros. Y con criterio diferente, uno venera uno de los miembros de un animal, y otro a otro. Por lo demás, aquellos de los egipcios que conservan un razonamiento correcto, avergonzados por el evidente absurdo, tratan de conducir el tema al ámbito de las alegorías, deseando por otra locura fortalecer lo mortal de su error.

Saludos cordiales. Gonzalo Del Cerro




Domingo, 5 de Abril 2015
Escribe Antonio Piñero


Pregunta:

Deseo saber si después de la caída de Bar Kojba el centro religioso de Judea fue mudado a Galilea y si en Galilea existía alguna escuela rabínica en los tiempos de Jesús, en particular antes de comenzar su predicación.


Respuesta:


Según todas las noticias, sobre todo del Talmud (siglos V-VII d.C.), parece que sí. En concreto a la ciudad de Jamnia/ Yabne. Pero los expertos talmudistas judíos son muy escépticos al respecto, de modo que dudan de que existiera tal academia. Y la razón es que –creen—que los rabinos posteriores inventaron o edulcoraron la historia posterior a la gran derrota del año 70 d.C. con la destrucción del Templo

Al perecer no existía en Galilea ninguna escuela farisea (rabínica) oficial en tiempos de la formación de Jesús hacia los años 1-30 d.C. Si se cree que existían algunos fariseos sueltos. Entre ellos Jesús. Con esto digo que su mentalidad y creencias coincidían con las de los fariseos.



Pr.:

Deseo de todo corazon, que alguien me de una explicacion, ya que algunos dicen que nos crearon dos dioses que fue enki y enlil, si es asi aquien debo benerar? otra pregunta se dice que la serpiente que dio a eva la manzana no es satanas, sino que fue uno de los dioses que nos crearon, dicen que la serpiente es enki, y que enlil es yahve, a quien debo tener como dios, quien es la serpiente? disculpe la falta de ortografia, y deceo me responda yo se que ud. me puede ayudar.



R.:

No haga caso de esas tonterías, puesto que se trata de dioses sumerios muy antiguos, del tercer milenio antes de Cristo, cuyas leyendas influyeron en la Biblia, sin duda, pero que fueron desmitologizadas por los hebreos.

Yahvé fue el Dios de Jesús. Y si Usted quiere adorarlo, está bien; pero como historiador respetuoso le diré que no trato de las creencias sino de la interpretación de los datos que nos ha legado la antigüedad.

En cuanto a lo de la serpiente y el mito de la caída del Cap. 3 del Génesis, le digo que no se lo tome al pie de la letra. Es un modo de explicar por qué en el corazón de los hombres anidan malos deseos. De hecho la equiparación de la “serpiente antigua” (símbolo del Mal como antagonista de Yahvé, el Bien) es muy posterior al mito.



Pr.:


El relato de los evangelios no dice que Juan de Arimatea solicita el cuerpo de Jesús después que este expiró. ¿Por qué esperó que el soldado atravesara su lanza en el cuerpo para luego solicitar su cuerpo? Pues él lo debió solicitar tan pronto este expiró sabiendo que el tiempo era corto. Sin embargo, esperó el lanzado. Además, Pilato se sorprende de su muerte tan temprano, por lo que es posible que el soldado, como romano, viendo que aún vivía lanzo su lanza y lo mato. Cuando Pilato le pregunta, tan solo afirma su muerte, posiblemente temiendo decirle a Pilato que el asegura su muerte porque él (soldado) lo mató. Es entonces que Arimatea solicita el cuerpo. Supongo que Pilato hubiese preferido que no se le matara para dejar a Jesús en el madero como afrenta al pueblo judío y demostrarle que su Rey, Hijo de Dios, no es como el hijo de nuestro dios, El Cesar. Obviamente habría que suponer que Juan está en lo correcto de su narración. De hecho es el único que presenta este relato Jn 19:31-37. Pero aún así me crea la duda. ¿Pudo haber ocurrido de esta forma?

Otra, y no molesto.

Marcos utiliza la expresión Hijo de Dios creo que como máximo 2 o 3 veces, siendo la última en Mc 15:39. Cuando comparamos el mismo texto con Lucas 23:47 dice ahí era "justo" y no Hijo de Dios. Por lo que entiendo que esa expresión es más allegada a Marcos (propiamente como judío) que a Lucas, y si Lucas copió de Marcos, ¿Por qué este cambio?


R.:


Respondo por partes:


1: La figura de José de Arimatea es dudosa históricamente. Por ello todo lo relacionado con él es borroso. Sencillamente no sabemos. Tampoco sabemos lo que pensaba de hecho Poncio Pilato. Pero él sabía que si la crucifixión de Jesús tuvo lugar por la tarde un viernes, y que en esa tarde a la caída del sol comenzaba la víspera de la Pascua de ese año, Poncio Pilato no podía dejar que los cuerpos estuvieran colgados en la cruz puesto que la ciudad resultaría contaminada.


El Gólgota estaba fuera de las murallas, pero a efectos legales en las grandes festividades se consideraba Jerusalén no solo lo que estaba dentro sino la periferia exterior, incluido probablemente el Monte de los Olivos.


2:

Lucas copió de Marcos, pero corrigiéndolo. En ese pasaje es posible que Lucas pensara que el sintagma “Hijo de Dios” en boca de un pagano pudiera ser mal interpretado (es decir, como hijo físico de Dios, a la manera de los dioses griegos que tenían hijos entre los hombres). Pero también es probable que Lucas lo cambiara por motivos teológicos, ya que este evangelista presenta la muerte de Jesús como el asesinato de un justo injustamente perseguido por los judíos.



Pr.:


Le planteo la siguiente cuestión:

Entiendo que la tesis dominante ahora respecto del Éxodo judío desde Egipto es la que defiende que no hubo tal Éxodo, ni huída de Egipto ni toma violenta de Canaan, sino que más bien fue una conquista silenciosa y mediante grupos migratorios, componiéndose el relato del Génesis y posteriores durante el S. VII AC, bajo el reinado de Josías.

Sin embargo, la Estela de Merenptah o de Israel confirma la presencia de este pueblo en Canaan sobre el sigto XIII AC, contando esta estela a los israelitas como uno de los pueblos vencidos.

¿Cómo se conjugan ambos hechos?


R.:


La estela de Merenptah es auténtica sin duda, y está fechada hacia el 1208 a.C. Y casi sin duda también menciona a los israelitas entre los pueblos cananeos vencidos por el faraón, sucesor de Ramsés II. A la vez, la síntesis de la hipótesis de Finkelstein-Silberman es también correcta. Y es cierto que es la posición dominante en la investigación hoy e igualmente que el Génesis comienza formarse tal como conocemos hoy en el reinado del rey Josías (638-609 a.C. ) a partir de textos legales y leyendas entre el pueblo muy anteriores.


Pero no veo contradicción alguna en afirmar que en el siglo VII se formara esa leyenda constitutiva del pueblo de Israel con datos no históricos, pero presuponiendo que Israel existía como pueblo o conjunto de tribus en el siglo XIII a.C. Lo único que dicen Finkelstein-Silberman es que los israelitas eran cananeos (¡!), no un pueblo distinto, y que vivía en una zona de Canaán en el siglo XIII a.C. Y añaden que toda la historia del éxodo se corresponde con traslaciones de gentes semitas desde el Delta a Israel en el siglo VII a.C. A partir de noticias del sigo VII se puede montar una leyenda en la que el pueblo israelita ya existente desde siglos en Israel, va a Egipto sufre esclavitud, huye gracias a la ayuda divina, vuelve a su tierra (entonces, en la leyenda, es “tierra prometida” por la divinidad) y la conquista a sangre y fuego, sin que nada de eso haya ocurrido en la realidad.

Por tanto, la hipótesis arqueológica de Finkelstein-Silberman no dice que Israel no existiera en el siglo XIII a.C., sino que eran cananeos y que ellos tuvieron su auge cuando otras tribus cananeas declinaron hacia el siglo XI a.C.; y que luego se inventó una gran leyenda de “ida a Egipto, esclavitud, huida por el Mar Rojo y desierto, conquista de Canaán”, sobre datos posteriores y que esa leyenda sirvió para constituirse como pueblo separado de los cananeos.

Todos los pueblos tienen leyendas etiológicas. Por ejemplo, la reconquista hispánica inventa toda una leyenda de ayuda divina del cielo contra los moros muy compleja. Supone la venida de Santiago a Hispania, su predicación aquí, una aparición de la virgen, vuelta a Jerusalén, martirio; traslado milagroso del cuerpo de nuevo a Hispania, y ayuda de ese Apóstol en todas las batallas empezando por Covadonga (722) y Clavijo (844)… etc., y de ahí el Camino de Santiago, etc.


Pr.:

Nunca le he consultado sobre su opinión sobre el Nombre de Dios.
Para mi Jehová queda descartado por ser una hibridación de las consonantes del Tetageama YHWH, y las vocales del titulo Adonay.
Como Vd sabe Clemente de Alejandría y Teodoroto de Ciro haciéndose eco de Clemente , en Strómata indica la pronunciación I A B E.
Que piensa vb. Esto daría la pronunciación Yahveh o en antiguo hebreo Yahwéh.
Pero he escuchado por ahí incluso la pronunciación Yahwih, promovida por el judio Mordekhay Alfandari.



R.:

Estoy de acuerdo con Clemente de Alejandría, teniendo en cuenta que el fonema /b/ se pronunciaba como africada /v/ Y me parece una tradición sólida y admitida por muy buenos hebraístas.

La pronunciación Yahwih, puede ser una mera variante ya que la vocalización del hebreo es muy parca: el mismo signo, yod, para /e/ y para /i/. O bien puedes ser un simple cambio fonético de /e/ a /i/.


Pr.:


He leído en algunos libros y foros de opinión, que los antiguos Anabaptistas son una especie de “Cristianismo primitivo derrotado” que siempre fue reprimido y que nunca tomó parte de la Iglesia Católica ni de la Reforma Protestante, más sin embargo hoy en día hay una corriente religiosa, los llamados “Bautistas” que reclaman la herencia doctrinal o se reclaman descendientes de los antiguos Anabaptistas (los cuales si bien no permanecieron a lo largo de la historia como institución, Si como grupos y como un compendio doctrinal). Mi pregunta es: ¿Existe evidencia histórica suficiente que apoye la veracidad de esa afirmación?, otra pregunta es, ¿Ha leído los libros de Justo C. Anderson “historia de los bautistas”? (me parece que son varios tomos) si es así ¿Qué opina de ellos?



R.:


La única base histórica antigua para el anabaptismo es lo que dicen los Evangelios sobre J. Bautista, y la mención de Flavio Josefo, en las Antigüedades de los judíos XVIII, 5, 2. Y no sabemos más, pues la menciones de J. B. en el Corán (unas 15 veces) se basan en fuentes apócrifas.

Así que Usted mismo puede formular su propio juicio sobre los anabaptistas.

No he leído el libro que menciona.



Pr.:


Tengo la duda con respecto a la estatura de jesus de mas de 1.80 segun los estudios del
sudario acaso eran tan altos en aquella época...


R.:


En el ámbito universitario de estudios bíblicos, e independientemente de las creencias íntimas de cada investigador, respuesta es unánime: No sabemos nada de la estatura de Jesús ni otros detalles de su vida real y cotidiana.


Tampoco se tiene en cuenta científicamente la Sábana Santa, ni sé que se estudie técnicamente en ninguna universidad, de cualquier color ideológico.


Saludos cordiales de Antonio Piñero
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com
Domingo, 5 de Abril 2015
Escribe Antonio Piñero


Hay más gente de lo que pensamos que aparte de la más que repetida negación, irreflexiva y poco informada, de la mera historicidad de Jesús de Nazaret, afirman con rotunda seguridad de que este Jesús no murió en la cruz. Y luego fantasean, sin saber –al menos muchos—que tales leyendas comienzan a expandirse a partir del siglo XIX, sobre presuntos viajes de Jesús después del episodio de la cruz, a la India en general, a Cachemira, a la Galias, etc.


Me parece inútil ponerse a defender lo que es casi obvio desde el punto de vista de la historia crítica, a saber que nadie que –por hipótesis-- está construyendo un mito, lo hace de forma que esté tirando piedras contra su propio tejado. Por tanto, lo primero que debe afirmarse en cualquier discusión de este estilo es la historicidad de la crucifixión.


A la verdad, no conozco comentarista serio alguno que niegue tal historicidad. La crucifixión de Jesús fue algo terrible para sus seguidores a los que planteó innúmeras dificultades teológicas…, tantas que tuvieron que pensar, y fundamentar teológicamente su sentido con nuevas y a veces aventuradas exégesis de las Escrituras. Dios había dado a entender con ella que cualquier noción triunfante del mesianismo había sido un error por parte del pueblo elegido. A los ojos de la inmensa mayoría de los judíos este fracaso de la cruz invalidaba por completo las pretensiones mesiánicas de Jesús. Pero ¡estaban terriblemente equivocados sus seguidores! Por consiguiente, tanto esfuerzo explicativo arguye que estamos ante un hecho incontrovertible, que mal que les pesara a los seguidores de Jesús ocurrió ¡y del había que dar cuenta por molesto que fuese tal suceso!


La teología judeocristiana postpascual, sobre todo la paulina, se esforzó y se centró en dar un sentido a este hecho en apariencia inexplicable; y lo hizo según el esquema típico del sacrifico expiatorio (víctima = Jesús) y de acuerdo con una misteriosa voluntad divina previa que exigía tal sacrificio. Parece, pues, imposible un invento puro de la crucifixión de Jesús por parte de la tradición cristiana.


Sin embargo no son creíbles en bloque los detalles que presentan los evangelistas en torno al hecho de la crucifixión del Maestro. No son todos históricos. Si se lee con ojos críticos la “pasión según san Mateo”, capítulos 26-27 del Evangelio, se observará enseguida cuánto hay de adorno, mejora, interpretación, teología y embellecimiento por parte del evangelista. Por ello, son mayoría los investigadores que opinan que el acto en sí –más el enterramiento- presenta en los Evangelios, sobre todo en el de Juan, una fuerte dramatización literaria. El cuarto evangelista presenta los hechos en seis episodios estructurados artificiosamente, más una introducción. El esquema es el siguiente:


A (19, 16b-18: introducción): Entrega a los soldados y crucifixión

B (19, 19-22): Título de la cruz

C (19, 23-24): reparto de las vestiduras

D (19, 25-27): Jesús al discípulo amado: “Ahí tienes a tu madre”

C’ (19, 28-30): Dan vinagre a Jesús para beber

B’ (19, 31-37): Lanzada en el costado de Jesús

A’ (19, 38-42): Descendimiento


Éste es un esquema que en la retórica clásica se llama “quiasmo”, y es muy dudoso que ocurriera así. Además, desde el episodio de Simón de Cirene hasta el de la compra de especias por parte de las mujeres para embalsamar el cadáver de Jesús, el Evangelio de Juan presente no menos de 20 omisiones respecto a los Sinópticos o a alguno de ellos. El sistema johánico eleva a un grado máximo la teatralización de los elementos tradicionales que se observa ya en Marcos y en sus seguidores inmediatos Mateo y Lucas. Pero puede comprenderse fácilmente que lo contado así, omite al menos detalles que pueden ser históricos y modifica o redondea, e incluso inventa, o hace “historia teológica” con otros.


Podemos preguntarnos por qué existen dudas razonables en cuanto a la historicidad de los detalles concretos en torno a la crucifixión. En general las dudas surgen sobre detalles concretos. Por ejemplo, sobre si lo clavaron por las muñecas o las palmas, sobre las palabras de Jesús en la cruz, sobre el modo de sorteo de las vestiduras, sobre si hubo en verdad un lanzazo en el costado de Jesús, etc. Y la razón es porque en esta detallada pintura se hallan omnipresentes las alusiones y citas al Salmo 22, lo que vuelve a plantear en qué grado las Escrituras tenían fuerza formativa para moldear los hechos desnudos.


Y por otro lado hay detalles de los que no puede dudarse en cuanto a su historicidad. Son, en mi opinión los siguientes: el titulus crucis, la tablilla fijada a la cruz que indica la causa de la crucifixión (“Rey de los judíos”), tiene los mayores visos de ser auténtico. Pilato la mandó poner probablemente para escarmiento de otros personajes presuntamente rebeldes al Imperio, quienes podían sufrir la misma suerte de “muerte agravada”. El inquieto pueblo judío debía saber que los delitos de “lesa majestad” –es decir, contra la constitución del Imperio o contra el poder y la figura del Emperador, consignados en la llamada Lex Julia lesae maiestatis (literalmente: “Ley Julia acerca de la majestad ofendida”), promulgada en tiempos de Augusto-- no iban a quedar impunes.


Y aquí puede observarse cómo el Evangelio de Juan dramatiza y exagera el episodio: el texto era trilingüe; Pilato discute con los sumos sacerdotes acerca de la exactitud del título “Rey de los judíos”; es Jesús quien lo dice, arguyen los ancianos, pero no es verdad, se argumenta; el Prefecto, escéptico, no sabe qué es la verdad (Jn 18, 38), pero impone su voluntad sobre los judíos. Pero a pesar de la dramatización es importante observar cómo todos los evangelistas coinciden en lo sustancial: el cargo contra Jesús es haberse proclamado “rey de los judíos”, lo que alude a las pretensiones mesiánico-davídicas de Jesús, al menos según su entrada en Jerusalén.

Dado que la “muerte agravada en cruz” no era cosa de todos los días, incluso en la díscola Judea, y que era costumbre de Pilato informar al Emperador de las incidencias de su gobierno, es de suponer que el Prefecto remitió a Roma el informe de este hecho, donde se recibió y archivó.

Ello podría explicar el texto de Tácito en sus Anales XV 44,3: “Este nombre [de cristianos] viene de Cristo, que fue ejecutado bajo Tiberio por el gobernador Poncio Pilato”. A esto añade José Montserrat, en el libro “¿Quién mató a Jesús?” que reseñamos hace pocos días, que en el manuscrito (único, por desgracia) de los Anales de Tácito, se escribía chrestiani, no christiani. Nuestro ilustre colega sostiene que el hecho de la mención de la crucifixión de Jesús por obra de Poncio Pilato (¡sin mencionar a los judíos!) se debió a un afán “filológico” de precisión por parte de Tácito: el vulgo romano confundía el nombre con el que se designaba a los supuestos causantes del incendio de Roma como chrestiani y no christiani. Y él, Tácito, puso la forma correcta (chri-) y de paso afirmó que quien lo mató fue Poncio Pilato. Por tanto, el texto de Tácito no es una glosa de un escriba cristiano y sí una enorme prueba de que al principio del siglo II se sabía perfectamente en Roma –si se consultaban los archivos imperiales-- que Jesús había muerto por orden del Procurador.


Ahora bien, de estas presuntas actas no ha quedado ni rastro, por mucho que en la tradición posterior hayan aparecido algunas, todas ellas falsificadas. Esas presuntas actas acaban siendo recogidas, desde el siglo XI aproximadamente, en el llamado Evangelio de Nicodemo o Actas de Pilato. Esta obra se compone de dos partes, o de dos escritos, muy bien diferenciadas. La primera tiene dieciséis capítulos y es propiamente la que puede llamarse Actas. La segunda, algo más breve, no lleva título y se suele denominar Descenso de Cristo a los infiernos. ¡Es una pena que no se hayan conservado ya que supondría el fin de dudas que no me parecen razonables!


Saludos cordiales de Antonio Piñero
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com


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Vínculos para emisión radio noche Viernes Santo a Sábado Santo 5 abril 2015, a las 13.00 hs


Me comunica el director del Programa "Otros Mundos", lo siguiente:

Quería hacerle saber, siempre que sea de su interés, como podría seguir el programa o bien hacerle saber a sus seguidores como poderle escuchar en Otros Mundos en el programa de esta noche:


Lo pueden escuchar a las 23:00 h.(en España) en www.otrosmundos.eu/ o en esta otra web: www.radio-antorva.com/ También en la aplicación gratuita TUNEIN para móviles o celulares desde cualquier parte del mundo en Radio Antorva, Canal 1.
A través de las ondas en:
-RADIO COMPAÑÍA 98.8 (Murcia)
-RADIO ANTORVA (Cantabria e Internet)
-RADIO ESPACIO (Salamanca)
-RADIO ALFAGUARA (Granada)
-NUEVA ONDA YUNQUERA (Guadalajara)
-RADIO 21 (Sierra oeste de Madrid)
-ONDAS YAIZA (Lanzarote)
-RADIO SOL (Los Barrios, Cádiz)
-FÓRMULA HIT GUADIX (Guadix, Granada)
Por Internet:
-RADIO EDENEX
-IBIZA BLUE RADIO
-CANAL 2 RADIO
-ONDA AMISTAD
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Bien, D. Antonio, será todo un honor esta noche Viernes Santo a las 13.00 hs

Afectuosos saludos.
Javier Belmar


Viernes, 3 de Abril 2015
Aprenda a leer el griego del Nuevo Testamento
Hoy escribe Antonio Piñero

Para los que estén interesado en aprender griego les será interesante saber que ya ha aparecido la traducción al español de la "Gramática" de David Alan Black cuyo título es

Aprenda a leer el griego del Nuevo Testamento

He aquí los primeros párrafos de la sección titulada "Acerca de este libro."

"La lengua griega ha ejercido siempre una atracción peculiar para los lectores y expositores del Nuevo Testamento. En inglés se han publicado más de un centenar de gramáticas introductorias al griego del Nuevo Testamento, muchas de ellas compuestas por eruditos de primera clase. Sería muy raro, por tanto, que la gramática actual no hubiera sufrido la influencia de las anteriores, pero estoy seguro de que la aparición de este libro no es el mero producto de las deficiencias de sus precursores. Sin embargo, es satisfactorio saber que cualquier tema aumenta su interés, aunque sea en un grado pequeño, gracias al tratamiento independiente de la misma materia a la luz de las investigaciones más recientes.

"Por tanto, el objetivo del presente volumen — escrito por la amable invitación de los editores —" es satisfacer la necesidad de hoy día acerca de esta materia, aplicar una metodología lingüística bien informada y hacer hincapié en los modelos contemporáneos del aprendizaje de idiomas. La simplicidad de las explicaciones, el uso de un vocabulario básico, y los abundantes ejercicios de traducción están diseñados para preparar al estudiante para futuros cursos 'prácticos' en exégesis. Además, el hincapié en la lengua proporciona la base para cursos más avanzados de gramática. Albergo la esperanza de que este libro no sea indigno de las gramáticas que lo han precedido, y que la naturaleza de las lecciones lo signifique como una introducción útil a la lingüística griega, un campo especialmente preparado para proyectar una luz nueva sobre las palabras de las Escrituras.

"El texto está dividido en 26 lecciones, la mayoría de las cuales se organiza de acuerdo a la siguiente distribución: presentación de los conceptos gramaticales y de las formas que deben ser aprendidos, dividida en unidades manejables; una lista de vocablos esenciales que han de aprenderse de memoria; y ejercicios basados en el material que se ha tratado en la lección. El libro es adecuado para el estudio o para el repaso, para el trabajo individual o de grupo, como parte de un curso de actualización, o como guía útil de referencia. Está pensado para ser utilizado durante un año completo de estudio con una clase a la semana, con tiempo suficiente para pruebas complementarias, y para el repaso".

Ya está disponible actualmente en la edición impresa y también en PDF. La edición impresa cuesta $19,99, y la de PDF cuesta $0.99. Todas las ediciones digitales cuestan solamente $0.99. Además de estos formatos, tendremos el libro al menos en los siguientes formatos: Nook, Kindle, y Google Play. Logos Bible Software también está añadiendo este libro a su biblioteca de recursos, aunque todavía no está disponible.

Se puede comprar directamente de la casa editorial aquí:

Impresa (http://direct.energion.co/aprenda-a-leer-el-griego-del-nuevo-testamento);
PDF (http://direct.energion.co/Aprenda-a-leer-el-griego-del-nuevo-testamento-pdf ).

También se puede comprar en:

Amazon.com (http://www.amazon.com/dp/1631990292); y
Amazon.es (http://www.amazon.es/Aprenda-leer-griego-Nuevo-Testamento/dp/1631990292/ref=sr_1_1?ie=UTF8&qid=1427926964&sr=8-1&keywords=Aprenda+a+Leer+el+Griego+del+Nuevo+Testamento).

Saludos


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Otra noticia:


He aquí el enlace de la primera parte de una entrevista, centrada en la novela El Trono Maldito publicado ayer en ABC.es. El autor de la entrevista es César Cervera Moreno


http://www.abc.es/…/abci-entrevista-antonio-pinero-trono-20…

Saludos


Jueves, 2 de Abril 2015
Hoy escribe Fernando Bermejo

Poner en relación a Jesús con Herodes llamado “el Grande” tiene sentido tanto cronológicamente como en función de ciertos elementos legendarios desarrollados al respecto en la literatura cristiana primitiva. La relación de Jesús con Herodes Antipas es demasiado obvia para cualquier lector de los evangelios. Pero la del predicador galileo con Arquelao, desterrado a las Galias por Augusto en el 6 e.c. –es decir, cuando Jesús debía de ser un mozalbete– resultará a algunos lectores algo más incierto. No obstante, quien recuerde que el nombre de Arquelao es citado en Mt 2, 22 no se sorprenderá tanto. Hay, por lo demás, otro modo posible de relacionar a ambos personajes.

La parábola de las minas (Lc 19, 11-27) presenta un conjunto de problemas propio. El evangelio de Mateo tiene una parábola similar, la de los talentos (Mt 25, 14-30). Una mera comparación entre las dos parábolas revela que, aparte de sus diferentes contextos, la versión lucana contiene otra peculiaridad: la de poseer un elemento extra, referido a un “pretendiente al trono” (Lc 19, 12.14-15a.27). Este elemento, en apariencia añadido, presenta sus propios problemas.

Desde hace tiempo se ha llamado la atención sobre los aparentes paralelismos entre la sección de la parábola lucana referida al “pretendiente al trono” y algunos episodios decisivos relativos a la vida de Arquelao, uno de los hijos de Herodes llamado “el Grande” y de la samaritana Maltace, nacido ca. 23 a.e.c. En efecto, el material entreverado en la parábola de las minas contiene los siguientes elementos:

Lc 19, 12: un hombre de noble linaje parte hacia un país lejano con el fin de asegurarse la posesión de su reino;

Lc 19, 14: sus ciudadanos le aborrecían y envían una embajada tras él, diciendo: “No queremos que este reine sobre nosotros”;

Lc 19, 15a: una vez que el hombre ha recibido el reino, vuelve;

Lc 19, 27: a los adversarios que no quisieron aceptarlo como rey, manda traerlos y degollarlos en su presencia.

Pues bien, sabemos por Flavio Josefo que Arquelao:

A la muerte de su padre Herodes, viajó a Roma con el objeto de obtener del emperador Augusto la concesión del título de rey

A la vez, una embajada de cincuenta judíos fue también a Roma para oponerse al nombramiento de Arquelao. Este había hecho intervenir a las tropas con ocasión de la Pascua, en una intervención que costó la vida a unos tres mil judíos (II 13)

A su vuelta siguió comportándose de modo torpe y cruel

Los paralelismos son por tanto estrechos, aunque haya también variaciones. Así, por ejemplo, Arquelao, en rigor, no recibió el reino, sino que fue hecho “etnarca” (de Judea, Samaria e Idumea). Aun así, numerosos exegetas y comentaristas del evangelio de Lucas han conjeturado que el material relativo al “pretendiente al trono” en el capítulo 19 se hace inteligible a la luz de acontecimientos históricos bien conocidos, referidos a este hijo de Herodes.

Una objeción elemental que se presenta aquí es la de que Herodes Arquelao fue un gobernante recordado sobre todo por su torpeza y su brutalidad –de hecho, como uno de los dirigentes más incapaces y aborrecidos del pueblo judío–. ¿Habría Jesús –o el autor del evangelio de Lucas– tomado como modelo de la actuación de Dios –o del Mesías– a una figura tan ominosa? ¿Tiene esto algún sentido? Esta es la cuestión que abordaremos en nuestra próxima entrega.

Saludos cordiales de Fernando Bermejo
Miércoles, 1 de Abril 2015
Hoy escribe Gonzalo Del Cerro

HOMILÏA XI

La mayor ingratitud

Dejábamos a Pedro la pasada semana proclamando la solidaridad de la Creación con su Creador. El mundo creado manifiesta su disgusto frente a la ingratitud de la humanidad y su correspondiente conducta. Según su criterio, la impiedad es mayor cuando la ingratitud se comete contra una persona mayor. Y no hay persona mayor que Dios, contra quien los impíos cometen sus gestos de ingratitud. Lo razona desde su particular punto de vista: “Como Dios es mayor que todos, así sufrirá mayor castigo el que es impío con él, como el que peca contra un superior. No porque Dios se defienda a sí mismo, sino porque toda la creación se irrita contra el impío y naturalmente se venga de él” (Hom XI 10,2).

Inmortalidad del alma

Toda la creación, dice Pedro, está irritada con vosotros los que deshonráis al creador del universo. Y aunque con la disolución de vuestro cuerpo escapéis del castigo, ¿cómo podréis huir, por la corrupción, de vuestra alma, que es incorruptible? Porque es inmortal incluso el alma de los impíos, para quienes sería mejor que no fuera incorruptible. Pues castigada con un interminable suplicio por el fuego inextinguible, y siendo inmortal, su desgracia no tiene fin. Estas realidades no pueden ocultarse al que busca la verdad de su vida futura de ultratumba. No sería lícito ni razonable dejar a los hombres en le ignorancia. Las cosas son como son, y no como a los hombres les gustaría que fueran. Cada acción del hombre va necesariamente ligada a su libre albedrío y a responsabilidad personal.

La serpiente malvada, oculta en vuestro corazón, siembra astutamente en vosotros ficciones hostiles a Dios, bajo el pretexto de la amistad con Dios. Reconciliaos con vosotros mismos, pues por vuestra salvación se promueve mediante las buenas obras el refugio en él. El hombre debe volver a su primitiva y original vida de inocencia, de felicidad y de amistad con Dios su Creador. Pues “la realidad actual es que vuestro deseo irracional es una cierta hostilidad con Dios, pues so pretexto de prudencia fortalecéis vuestra ignorancia”. Una vez más sale a la luz de los textos el concepto y las consecuencias de la ignorancia, fuente y raíz de todos los errores de la humanidad.

Inutilidad de los ídolos

Pedro discute opiniones peregrinas de sus oyentes. Algunos dicen: “Dios no se preocupa de nosotros. También esto es falso. Pues si realmente no se preocupara, tampoco haría salir el sol sobre buenos y malos ni enviaría su lluvia sobre justos e injustos . Y otros dicen: “Somos más piadosos puesto que veneramos tanto a Dios como a las imágenes”. No lo creo. Pues si quien esto afirma dijera a un rey: “Te doy el mismo honor que a los muertos y al estiércol arrojado”, no creo que saldría bien parado. Pero alguien dirá: “¿Es que llamas estiércol a nuestros objetos de culto?” Pues sí que lo afirmo. Porque los habéis convertido en inútiles para vosotros al ponerlos entre los objetos de culto, cuya materia posiblemente no sirve para otra cosa que para estiércol (Hom XI 12,1-3).

Pero ahora ni siquiera valen para esto, cuando los adoráis después de transformarlos. ¿Cómo decís que sois incluso más piadosos cuando sois los más impíos de todos y merecéis ante el Dios verdadero la ruina del alma por aquel mismo pecado incomparable, si en él perseveráis? Una vez más Pedro recurre a la semejanza de los hijos frente a sus obligaciones. En consecuencia proclama: “Si un hijo, que ha recibido muchos favores de su padre, da a otro que no es su padre el honor debido al padre, es seguramente desheredado. Pero si viviendo según el criterio del padre, le da las gracias por sus favores, con razón es nombrado heredero” Los idólatras pierden lógicamente su categoría de herederos del reino eterno cuando dan culto a ídolos sin vida ni poder.

Argumentos contra la idolatría

Es tan importante el tema que el Apóstol insiste con reiteración en sus razones y en las consecuencias de la idolatría. Algunos idólatras dicen: “Viviremos impíamente si abandonamos los cultos que nos transmitieron nuestros padres; pues es lo mismo que guardar un depósito”. Por este razonamiento, si uno es hijo de un padre ladrón o de mala vida, no debe ser sobrio ni elegir una vida mejor, para no ser impío ni pecar por no hacer lo mismo que sus padres. Otros idólatras son necios cuando dicen: “Adoramos estas cosas para no ser molestos a Dios”. Como si Dios se molestara con aquellas cosas con las que es alabado, y no se molestara con las ingratitudes y las blasfemias. ¿Por qué, pues, cuando se produce una escasez de lluvia, mirando continuamente hacia el cielo, ofrecéis oraciones y súplicas; y cuando llueve, os olvidáis inmediatamente?
Otrosí, cuando habéis recogido la cosecha o habéis vendimiado, al punto ofrecéis las primicias a los ídolos, que no son nada, y os olvidáis en seguida del Dios bienhechor. Y así os dirigís a los bosques y a los templos y os divertís ofreciendo sacrificios. Por eso, algunos de vosotros dicen: “Con razón se han organizado estos actos para consuelo y diversión”. Muchos idólatras buscan bienestar y diversión mejor en los ríos, en los bosques y en las selvas, donde hay banquetes, simposios y lugares umbrosos. Pero otros buscan el bienestar donde se da la locura de los demonios, amputaciones de manos, emasculaciones, furores, manías, cabellos hirsutos, jactancias, entusiasmos, gritos y todas aquellas cosas que suceden con hipocresía para pasmo de los insensatos, a fin de que presentéis a los que son más muertos que los muertos las oraciones y acciones de gracias a las que estáis obligados.

Saludos cordiales. Gonzalo Del Cerro









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Domingo, 29 de Marzo 2015
Escribe Antonio Piñero


Pregunta:




Mi pregunta es en relación a Mateo 24:15 y el famoso (para alguno) paréntesis:

"Por tanto, cuando veáis la abominación de la desolación, de que se habló por medio del profeta Daniel, colocada en el lugar santo (el que lea, que entienda)"

¿Esa expresión sale en el texto griego? Porque en mi opinión el redactor de esta parte de Mateo evidentemente no cita palabras de Jesús sino que pareciera ser una especie de mensaje en clave para los lectores del evangelio sin mencionar directamente a los romanos...

Se cree que fué escrito después de 80 (quizás por la imposibilidad racional de que recoja una profecía).

Pero, ¿por que Lucas sin pelos en la lengua se refiere a los romanos en la versión paralela de Lucas? :

"Pero cuando viereis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed entonces que su destrucción ha llegado".

De aquí mi pregunta del famoso parentisis de Mateo, el cual si aparece en el texto original sería una especie de aviso al lector de que entienda a quién significaría la abominación, sin mencionar directamente a los romanos. Pues para Lucas, ya no tendría sentido puesto que la destrucción habría pasado.



R.:


1: Naturalmente que este paréntesis se halla en el texto griego y sin variantes de importancia. Los manuscritos son unánimes casi. Para el evangelista, que está siguiendo a Marcos, las palabras (menos el paréntesis) fueron pronunciadas por Jesús. El paréntesis está tomado de Marcos por Mateo sin variación sustancial.

El paréntesis parece ser una alusión a un recuerdo ilustrado del pasado remoto de los lectores de Mateo (profanación del Templo en tiempo de Antíoco Iv Epífanes) que fue parecido al reciente pasado de los mismo lectores (reino de Calígula 37-41, por tanto 40 años antes = este emperador que se pusiera una estatua suya en el templo de Jerusalén, y una incitación al lector para que lea el libro de Daniel que presagiaba lo que ha ocurrido hace poco) o bien a la huida de los judeocristianos de Jerusalén, hacia Transjordania (ciudad de Pella) en el invierno del 67, o 68. Luego el Templo fue profanado por la consagración como sumo sacerdote de Phanni, un personaje indigno, en el 67.



2: ¿Por qué Lucas varía y se refiere más claramente a los romanos? No podemos introducirnos totalmente en la mentalidad de Lucas. Pero siempre que hay una variación respecto a Marcos se trata de una aclaración, o bien una precisión o corrección en la línea de su propia teología lucana. Este cambio lucano se debe a ver en el signo dela destrucción de Jerusalén y su Templo una acción general de los romanos como ejecutores de la ira de Dios contra los judíos por haber matado al justo Jesús.

3. Por tanto en Mateo, sin mencionar directamente a los romanos, el paréntesis se refiere a algo que ha ocurrido en el pasado –como he dicho más arriba—, que los lectores conocen, y que fue un signo de que se cumpliría la palabra de Jesús, a saber que el Templo sería destruido.

Para Jesús esta destrucción era el paso previo a la construcción de otro templo nuevo. El judaísmo seguiría pero purificado y acabaría pronto en la instauración del reino de Dios sobre la tierra de Israel.

Para los lectores de Mateo y de Lucas, esta destrucción del Templo era ya perpetua. No seguiría el judaísmo igual, sino que los judíos debían aceptar al Mesías Jesús y, por tanto –siguiendo la idea de Pablo—, los judeocristianos habían que vivir el judaísmo de otra manera “en Cristo”, “en el mesías”. Y los paganos vivirían su nueva fe también “en Cristo”, pero sin hacerse judíos.



Estoy interesado en el griego del Nuevo Testamento. ¿Me puede indicar qué gramáticas hay?




Respuesta:



Se las enumero por los autores, pero para completar los datos, busque por favor en Internet


• Inmaculada Delgado Jara

• D. A. Black

• Moulton Milligan- Howard –Turner

• Blass-Debrunner-Funk y la versión española de Max Zerwick en Verbo Divino,

• Dana-Mantey

• Murray J. Harris, Prepositions and Theology

• Daniel B. Wallace, Greek Grammar beyond the Basics, an Exegetical syntax of the New Testament

A esas hay que sumar las de griego e historia de la lengua griega de

• Goodwin,

• Humbert,

• Jannaris,

• I. Rodríguez Alfageme,

• una muy interesante Gramática funcional-cognitiva del griego antiguo de Martínez Vázquez, Ruiz Yamuza y Fernández Garrido,

• F. Rodriguez Adrados, y alguna más que no recuerdo.



Pr.:



1: Si la frase de la "abominación desoladora" es un recuerdo del pasado remoto de eventos que afectaron a los judíos, ¿por que se dice que el Evangelio de Marcos (que es la "fuente") fue escrito para la "comunidad cristiana helenística de lengua griega" ?

¿Por que Marcos habría de utilizar una expresión que entendería más naturalmente un judecristiano? ¿O era Marcos también un escrito para los judíos en la Diáspora?

2: Y unas preguntas que me hago y que me inquietan (abusando de su tiempo), ¿cuanto cree usted que están alterados de los Evangelios Canónicos? (en términos generales y en el sentido que hubiese un fuente anterior de contraste, algo así parecido como la teoría de la llamada fuente Q ).

3: ¿O son los Evangelios que tenemos hoy en las Biblias una creación medieval (o de los Códices de los siglos III) ya que no hay muchas pruebas de contraste con los manuscritos más antiguos (como el P 52) ?

4: ¿Al tomar esos varios fragmentos, notáis alteraciones claras en los textos modernos?

5: ¿Hasta que grado es real esta afirmación Robert Funk?:



Respuestas:

En general:

Se ha estimado que hay más de 70.000 variantes significativas (las totales suman más de 500.000) en los manuscritos griegos del Nuevo Testamento. Tal montaña de variaciones ha sido reducida a un número manejable por las ediciones críticas modernas que ordenan, evalúan y eligen entre la miríada de posibilidades. Las ediciones críticas del Nuevo Testamento griego utilizadas por eruditos son, de hecho, creaciones de los críticos textuales y editores. No son idénticas a ninguno de los manuscritos antiguos sobrevivientes. Son una composición de muchas versiones distintas.



1: Los lectores eran gentiles eran “temerosos de Dios” que frecuentaban las sinagogas antes de convertirse y conocían bien la Biblia. Y otros lectores, menos, eran judeocristianos.

2: No tenemos ninguna fuente primitiva con las que poder contrastarlos. Por tanto no lo sabemos. La Fuente Q está sacada de los Evangelios, de las concordancias entre Mt y Lc cuando no copian de Marcos (vea un diccionario de la Biblia).


3: Una cosa son las copias de copias y otras es que sean creaciones del siglo III o IV. Antes de esa época tenemos citas del Nuevo Testamento en diversos autores y coinciden los textos.

4: Supongo que se refiere a las traducciones. No hay allterciones claras. Las traducciones suelen ser fieles. La divergencias están en cómo entender uno y un mismo texto y las notas con las que se aclaran.

5: Es totalmente real. Sólo es exagerado que las 70.000 afecten al dogma. Pero sí pueden afectar al dogma unas 200 o menos. Pero según la fe tradicional, también existe la Tradición, que las interpreta y para los católicos está el Magisterio de la Iglesia que escoge la interpretación.


Pr.:

El pasado día 15 de marzo, hizo usted alusión al capítulo 13 versículo 29 de los Hechos de los Apóstoles, y comentó textualmente “Jesús fue bajado de la cruz por las autoridades judías, es decir, se supone que no ellas, si no por medio de sus esbirros, y llevado a una fosa “. He buscado ese versículo, tanto en un Nuevo Testamento que tengo por casa, como en su publicación “Todos los Evangelios “ editado por Edaf, y en él, Pablo siguiendo el hilo de lo que anteriormente ha dicho dice “Y así se cumplió todo lo escrito sobre él, después de bajarlo del madero, lo pusieron en el sepulcro”. Le rogaría por favor me explicara si usted se refiere al hablar de ese versículo, a una interpretación que usted hace de él, o por el contrario, yo he confundido mi búsqueda, pues como vera, en el versículo al que usted hace alusión, no aparece para nada las autoridades judías, y no hay ninguna referencia a fosa alguna.


R.:


Usted ha leído solo el v. 29. Pero se le ha pasado por alto leer el contexto.


El texto completo dice así:


27 Pues los habitantes de Jerusalén y sus jefes, que no lo conocían ni a él ni las Escrituras de los profetas que se leen cada sábado, las cumplieron al condenarlo. 28 Y aunque no encontraron ninguna causa de muerte, pidieron a Pilato que lo eliminara. 29 Y cuando cumplieron todo lo que estaba escrito acerca de él, lo bajaron del madero y lo pusieron en el sepulcro.


Como verá, habla de los jefes de los sacerdotes como sujeto de todas las frases. Y respecto a la “fosa común”. El texto griego de Lucas/Hechos dice “mnemeion”, es decir sepulcro/memorial”. Pero si los sumos sacerdotes mataron a Jesús, según los evangelios como blasfemo, autor de escándalo público (Evangelio de Juan cap. 11), y los romanos, por su parte, lo mataron como sedicioso, reo de un delito contra la majestad del emperador Tiberio ¿lo iban a colocar en un “sepulcro/memorial”?

Lo que ocurre es que Lucas embellece las cosas todo lo que puede. Es conocido Lucas por los comentaristas por su tremendo sesgo en casi todo y cómo hay que tener eso muy en cuenta. Por ello, la estimación común de los historiadores es que Lucas llama “sepulcro” a la fosa común que –sabemos por otras fuentes— había en Jerusalén para delincuentes comunes que morían en la capital.



Pregunta:

1- Segun su juicio ¿donde cree que con toda probabilidad fue sepultado jesús, en una fosa comun o en el sepulcro cedido por josé de arimatea como indican los evangelios?

2- estoy leyendo la saga de libros "caballo de troya" de JJ Benitez, este autor afirma que dejando a un lado la ficciòn, la raiz de la historia es el resultado de varios años de su investigaciòn sobre la vida y figura de Jesús, quisiera preguntarle si ha leido algunos de estos libros y si piensa que ciertamente contienen algunos datos veridicos centrandonos en la vida de jesus y en la palestina del siglo I o de lo contrario se trata de de una novela sin datos historicos?


Respuesta:


La pregunta 1 puede responderse, creo con la anterior.

La segunda: Estimo mucho a J.J. Benítez como periodista. Y sí he leído el tomo I de “El caballo de Troya”. Pero nada más. Ese volumen I tiene muchísimas cosas copiadas de un libro de revelaciones norteamericano, escrito hacia 1910, si no me equivoco, que se llama el “Libro de Urantia”, que es pura fantasía. Igualmente, todo lo que dice J.J. Benítez carece de la menor credibilidad científica. No tenemos fuentes creíbles, ningunas, para esa reconstrucción de la vida oculta de Jesús.


Saludos cordiales de Antonio Piñero
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com



Domingo, 29 de Marzo 2015
“¿Quién mató a Jesús? La patraña del pueblo deicida” (571)
Escribe Antonio Piñero

Presento hoy un nuevo libro de José Montserrat, que despertará sin duda una acerada pero útil polémica. El título del libro es el de esta postal. Vio la luz a finales de 2014 en la editorial de DStoria Ediciones, de Sabadell; tiene 251 pp., y su ISBN es 978-84-941455-2-0. Precio, en torno a 19 euros. En las páginas centrales, con coloración diferente aparece una sinopsis en castellano de los cuatro evangelios en los capítulos que afectan al tema (Mc 14-15; Mt 26-27; Lc 23; Jn 18-19).

Me parece una decisión más que discutible que, por deseo de ofrecer un texto limpio y de fácil lectura, esta sinopsis carezca de la numeración interior de los versículos, y de que no aparezca en el encabezado de las correspondientes páginas la también útil mención del capítulo de cada evangelista y de los versículos que contiene cada columna. A efectos de la argumentación no afecta ciertamente esta carencia, ni tampoco a la posibilidad de que el lector vaya comprobando los textos evangélicos y contrastándolos entre sí. Pero luego no podrá controlar con comodidad en qué versículo se encuentra tal o cual dato de cada evangelista.

El propósito del libro es argumentar razonadamente que los textos evangélicos que hablan de la gran culpa moral de las autoridades judías y del pueblo de Jerusalén, que entregó a Jesús en manos de Poncio Pilato (¡no Pilatos!) y luego pidió su muerte y por crucifixión, se basa en textos evangélicos que no resisten la crítica racional histórica y que por tanto no son “atendibles”, en palabras del autor, es decir, no son fiables. Consecuentemente, la base de un antijudaísmo de siglos y siglos, que aún pesa entre el pueblo cristiano contra las judíos actuales, a saber el estigma atribuido a ese pueblo como deicida --que aún pende sobre su cabeza-- carece de cualquier fiabilidad histórica, y es probabilísimamente falso.

Añade el autor que las autoridades eclesiásticas de hoy deberían analizar serenamente los evangelios y poner coto a lo que él denomina “patraña” (apoyándose en el diccionario de la Real Academia, urdida por los evangelistas Marcos y Mateo sobre todo, y afirmar públicamente que la Iglesia de hoy se desdice de cualquier tipo de afirmación negativa al respecto. Por ejemplo, deberían declarar que es falso que los judíos hubieran gritado “(Caiga) Su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos” (Mt 27,25) y que su deseo ahora no es en absoluto mantener ese estigma sobre los judíos.

El libro tiene dos partes claras. La primera argumenta razonadamente qué es lo que NO ocurrió, a saber que las autoridades juzgaran a Jesús y lo condenaran ya muerte, previamente al juicio romano; y que los habitantes judíos de Jerusalén participaran activamente en la petición de pena de muerte para Jesús y por último que exigieran en concreto que fuera crucificado. El autor insiste que la tarea normal de un historiador es establecer los hechos y sus causas. Por ello –sostiene-- comenzar un libro por la prueba de “lo que no ocurrió” es tremendamente difícil. Opina que la única manera de poner en duda hechos, que comúnmente se afirman como históricos pero que probablemente no sucedieron jamás, es analizar las fuentes que presentan esos hechos y demostrar que tales fuentes no son fiables. Y esto se logra solo mostrando sus carencias, su ignorancia y sus contradicciones en puntos esenciales.

Las siete contradicciones o ignorancias esenciales de los evangelistas son:

1: Las noticias sobre la Última Cena y el regreso al Monte de los Olivos (de noche; normalmente con las puertas de la ciudad cerradas y vigiladas por los romanos) son inverosímiles.

2: Los evangelios ignoran algo tan elemental como el año de la muerte de Jesús .

3: Los evangelios ignoran el día en el que murió Jesús. Los cuatro afirman que murió un viernes. Pero los tres primeros sostienen que ese viernes, unas tres horas después de la muerte de Jesús (hacia las seis de la tarde) comenzaba la Pascua de ese año. El evangelio de Juan, por el contrario, afirma que en ese viernes, hacia las seis de la tarde, comenzaba la víspera de la Pascua, y que era el momento en el que se degollaban los corderos para la Pascua. La muerte del “Cordero de Dios” coincidió temporalmente con el momento de la degollación de los corderos pascuales. Ambas construcciones son puramente teológicas.

4: Los evangelistas no se ponen de acuerdo sobre quiénes prendieron a Jesús: si la policía del Templo y otros, una turbamulta (Sinópticos) o una cohorte romana (Juan). Las noticias de Lucas sobre la actuación de “sumos sacerdotes” en el prendimiento son inverosímiles.

5: Los Evangelios no se ponen de acuerdo si hubo o no “juicio judío”, nocturno, contra Jesús.

6: Es inverosímil desde el punto de vista histórico que las autoridades judías entregaran a Jesús, o a cualquier “nacionalista” judío, en manos de Poncio Pilato, gobernador romano. No se conoce ni un solo caso de tal tipo de entrega. Es inverosímil que Pilato aceptara presiones, por ejemplo, sus indicaciones sobre el tipo de muerte al que debía condenar a Jesús.

7: Es inverosímil que las autoridades y el pueblo judío pidieran como sistema de muerte la crucifixión porque era desde hacía más de un par de decenas absolutamente insólita en Palestina y, además, contravenía el derecho legal y consuetudinario sobre las penas de muerte de la tradición judía.

La conclusión que obtiene J. Montserrat es que este conjunto de ignorancias y contradicciones hacen a los evangelios documentos no fiables. Por tanto no se les puede prestar crédito en sus acusaciones contra las autoridades judías y el pueblo de Jerusalén en cuanto a la muerte de Jesús.

La segunda parte del libro consiste en probar lo que probablemente ocurrió (aquí resume Montserrat su tesis de “El galileo armado” que puede sintetizarse con sus propias palabras: Jesús y su partida de insurrectos se concentraron en el Monte de los Olivos y pretendían asaltar el Templo como simple ocasión de una intervención divina posterior. Los romanos los atacaron y los desbarataron en una acción diurna. Jesús y algunos más de sus seguidores fueron capturados, y quizás a esto contribuyó la casualidad de que fueran precisamente ellos. Fueron condenados a muerte por el Procurador en un proceso extra ordinem, e inmediatamente crucificados. Sus cuerpos fueron arrojados a una fosa común. El resto de los conjurados huyó a Galilea (p. 111).

La segunda parte está destinada a dar verosimilitud a lo que probablemente ocurrió por medio de un estudio de las fuentes disponibles. Se divide así: cómo interpretar el nacimiento y el estado del cristianismo durante los siglos I y II y cómo influye en la interpretación de la muerte de Jesús; la persecución y los perseguidores; los historiadores romanos y Jesús. Luego concluye con una breves páginas sobre “Jesús, el Nazoreo, como mártir de Israel”. En síntesis, afirma el Prof. Montserrat: “Jesús fue un ferviente judío que se levantó en armas contra la dominación romana que oprimía a su pueblo. Al ser capturado y ejecutado por el gobernador de Judea, fue un mártir del pueblo de Israel, y este fue el primer motivo de su exaltación. La muerte martirial de Juan Bautista y de Jesús fue entendida por sus adeptos como el inicio de la acción liberadora de Dios que culminaría con el envío del mesías” (p. 233).

Mi valoración de este libro es muy positiva, porque presenta textos, análisis y crítica más que razonable. Los resultados serán extremos para muchos, y algunos dirán que son precisas ulteriores matizaciones. De acuerdo. Pero necesitamos tesis sólidas y sencillas para poder reflexionar con mayor facilidad. Tenemos los textos evangélicos y los que el Dr. Montserrat ofrece en la segunda parte de su libro, que son iluminadores y mucha gente los desconoce. Otra cosa es si de la prueba crítica de que los evangelios no son “atendibles” / fiables en su intento de cargar sobre los hombros de los judíos la responsabilidad moral de la muerte de Jesús, se puede deducir, como se escribe en la solapa y alguna vez en el libro, “que los judíos (de Jerusalén en ese año concreto) no tuvieron responsabilidad alguna en su muerte”.

Saludos cordiales de Antonio Piñero
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com

Jueves, 26 de Marzo 2015
Escribe Antonio Piñero


Pregunta:

Permítame molestarle para preguntarle si conoce la obra de Kennet Humphreys \"Jesús never existed\" y si es así su opinión sobre ella y el autor. Muchas gracias


Respuesta:

No la conozco. Lo siento. Pero sí puedo decirle que he publicado un libro conjunto con otros autores: "¿Existió Jesús realmente? El Jesús de la historia a debate". Editorial Raíces, Madrid 2011, que le recomiendo vivamente.

Se ha publicado recientemente un libro de Bart D. Ehrmann sobre la existencia histórica de Jesús —“Did Jesus exist. The historical Argument for Jesus of Nazaret”, HarperOne, San Francisco 2012 así como otro de unas 700 pp., de Richard Carrier, “On the Historicity of Jesus”, de Sheffield Pheonix Press de 2014.

Solo he ojeado por encima los dos, a falta de una revisión más calmada, que por ahora no me es posible. El primero defiende la misma posición que mis colegas y yo en “¿Existió Jesús realmente?. El Jesús de la historia a debate, de Editorial Raíces, Madrid, 2011. Y el segundo, de unas 600 pp. de textos, con muchos índices, referencias y bibliografía, que no cita nuestro libro en español, es un mitista testarudo y a la vez muy sistemático, que ha intentado rebatir a Ehrman en su blog. Su libro –repito a falta de una lectura más profunda— está lleno de hipótesis tras hipótesis, lo cual lo hace altamente improbable, a priori.

Me atrevo a escribir, sin embargo, un juicio sobre Carrier, a vuelapluma, tras lo brevísimamente examinado:

Prácticamente solo cita bibliografía en inglés. Debo investigar concienzudamente en este libro si examina seriamente separar con toda claridad a Jesús del Cristo celeste que se le superpoine desde Pablo de Tarso.


Opino que, naturalmente, "Jesu/Cristo" nunca existió. Nadie podría discutirlo ya que se trata de la unión o amalgama, o superposición, de una figura histórica con una construcción teológica judía, que es un producto mental humano (Pablo, despectivamente desprecia el conocimiento del Jesús katà sárka, “según la carne”). Pero si se separan, empiezan a solucionarse todos los problemas históricos.


¿Qué inconveniente hay en admitir la existencia de un carpintero (Hillel era zapatero) fanático y de fuerte carácter, rodeado y amigo, de celadores de las tradiciones de los Padres y de la Ley, "maestro" de la Ley, exorcista y sanador, rotundamente fracasado en sus propósitos, liquidado por los romanos como uno más de la docena de sediciosos reconocidos entre la muerte de Herodes el Grande y el estallido del 66?


Y ¿cuántos casos hay de idealización, incluso apoteosis en la historia antigua? A priori la negativa a considerar la división de los dos referentes de los evangelios, como hacen los mitistas supone escoger la solución más difícil, antieconómica y estúpida para un historiador moderno. Son ganas de enredar y enredarse en mil hipótesis conjuntadas un castillo de naipes.



Pr.:



La pregunta que le formulo esta vez es, ¿qué quiere decir Jesús, cuando le dice a la mujer Cananea, \"no está bien echar el pan de los hijos a los perros\"?. ¿Tiene connotaciones peyorativas lo de \"echar el pan de los hijos a los perros\"... o simplemente, Jesús quiere poner a prueba a la Cananea, para poder ver si realmente tiene fe?. Gracias,saludos cordiales.


R.:



En absoluto parece una prueba más o menos cortés, sino una demostración del poco aprecio de los judíos por los gentiles y de que Jesús no era un predicador universalista



Le transcribo lo que digo al respecto en mi libro “Jesús y las mujeres”, reedic. Madrid, Trotta, 2014: "La mujer sirofenicia y su hija: Mc 7,24-30 = Mt 15,21-28"


»Para muchos investigadores es este pasaje auténtico en su núcleo básico, pues presenta a un Jesús como un nacionalista religioso que afirma que su misión salvadora, es decir, la predicación de la venida del reino de Dios, es en primer lugar para Israel (los “hijos”), y en todo caso solo de un modo muy secundario para los paganos (los “perritos”). La versión del evangelista Mateo, que depende de Marcos, expande secundariamente este extremo para mayor claridad del lector, y en el lugar paralelo hace decir a Jesús: “He sido enviado solo a las ovejas perdidas de Israel” (Mt 15,24). Esta actitud de Jesús contrasta radicalmente con la que presenta la Iglesia primitiva, y también moderna, de un Jesús / Señor salvador universal, pues se afirma que la perícopa supone la misión de Jesús a los gentiles. Por tanto, la perícopa parece ser histórica y concorde con la actitud de Jesús.

»Para otros, sin embargo, aunque el espíritu y la frase de Jesús puedan ser auténticas por el llamado “criterio de dificultad” y de “desemejanza”, y no parezca verosímil que la Iglesia primitiva se haya inventado un dicho semejante del Maestro que contraría gravemente sus ideas sobre él…, todo el conjunto, sin embargo, de la escena les parece no histórico.

»O más bien surgen dudas serias sobre su historicidad, ya que el relato parece ser una construcción secundaria, dispuesta para presentar a un Jesús que –a pesar de su reparo inicial- acaba aceptando la petición de la mujer pagana y curando a su hija. Consecuentemente, la narración debe interpretarse –se dice- como un reflejo de la pugna entre las primeras comunidades cristianas sobre la conveniencia y el modo de la misión a los paganos en la que vence la facción que aboga por la misión a los gentiles. Se argumenta así: Jesús no dejó claro este extremo; por tanto, la facción cristiana favorable a la misión a los paganos compuso secundariamente esta escena para demostrar que Jesús era en el fondo favorable a tal misión a los paganos. Sería un nuevo caso de un relato compuesto a partir de una noción teológica, aprovechando sin duda como base alguna sentencia de Jesús que se prestara a ello.

»Estos son los argumentos, y a la verdad la mayoría de los investigadores se mantiene en la duda sobre si el relato cuenta un hecho histórico o no. En nuestra opinión, el relato puede transmitir un cierto trasfondo histórico, a saber un exorcismo de Jesús, cuya beneficiaria fue la hija de una mujer sirofenicia, pagana, que aceptaba la superioridad religiosa del rabino galileo (Fenicia y Galilea son vecinas y no había ningún impedimento en pasar de una zona a otra: el tránsito de gentes era muy frecuente), y que le pidió como tantos otros un exorcismo. Si este se practicó a distancia ya es harina de otro costal y es difícil saberlo”.



Pr.:



Mi consulta viene a raíz de que en uno de dichos podcast, creo que le entendí decir que Jesús era uno más entre diversos profetas que aspiraban al trono de los judíos y liberarlos del yugo romano. No sé si lo entendí bien. Intenté buscar de nuevo dicho programa pero no lo encontré o quizás entendí mal. Creo que dijo que la situación en la zona en dichos momentos (invadidos por los romanos, la complicidad del sanedrín, un rey títere a manos romanas...) provocó la aparición de diversos aspirantes a liberar al pueblo de aquella circunstancia.
¿Era algo así o entendí mal? ¿Podría explicármelo?



R.:


Si Usted lee a Flavio Josefo desde la muerte de Herodes el Grande (con una excepción en la vida de éste: el “bandido” Ezequías al que un joven Herodes liquida en Galilea era probablemente un luchador por la libertad política-religiosa de Galilea y Judea, es decir una figura premesiánica al menos) verá que va haciendo una lista de gentes que se sublevaron contra el poder, sobre todo el de los romanos, y que se atribuyeron títulos reales. En esta época declararse rey de Israel era una suerte de proclamación mesiánica.


Un adjetivo de este estilo es apropiado, ya que hasta la aparición del cristianismo con su nueva noción de un mesías sufriente --no político ni guerrero, un ser divino de algún modo que sufre muerte por el pueblo--, el mesías que todo Israel esperaba era sólo un ser sólo humano, y sobre todo de carácter político y guerrero. Según la opinión mayoritaria, el mesías habría de ser un experto militar cuya misión –apoyada por la divinidad ciertamente-- era liberar a Israel del yugo extranjero, de modo que estando el país libre y puro de contaminaciones ajenas pudiera cumplir perfectamente los requisitos de la ley de Dios. Así, éste bendeciría a Israel con toda suerte de prosperidades. Estos personajes son –y los digo de memoria— los siguientes:


1: Un tal Judas, galileo de nacimiento, hijo de Ezequías --el famoso y antiguo rebelde antes mencionado al que había combatido con éxito Herodes el Grande cuando era joven y jefe militar del norte del país bajo el mando de Hircano II--, se levantó contra Arquelao y los romanos en Galilea manifestando su esperanza de liberar al pueblo judío de los extranjeros, si alcanzaba la corona real. Con un grupo de incondi¬cio¬nales, asaltó en la ciudad de Séforis un arsenal real y, tras distribuir las armas entre los suyos, gobernó en la práctica como un reyezuelo durante unos meses en toda Galilea.

2: Algo parecido debió de ocurrir en la región de Perea, en la Transjordania, donde un tal Simón se alzó también en armas y pretendió igualmente ceñirse la corona real. Estos dos pretendientes fueron pronto liquidados por los romanos.

3: Un antiguo pastor de gran fortaleza física, llamado Atronges, formó una banda de resistentes junto con sus cuatro hermanos, se impuso a sí mismo la corona real y mantuvo en jaque a los romanos durante largo tiempo. Al parecer, en todos estos casos existía en el pueblo que secundaba a estos revoltosos la esperanza mesiánica de liberación del yugo extranjero sobre Israel.

4: Puede considerarse como mesiánico el movimiento de Juan Bautista

5: Jesús de Nazaret, que murió acusado de sedición contra el Imperio. Crucificado entre dos “bandidos” dos revolucionarios que probablemente pertenecían a su grupo de galileos

6: Inmediatamente, tras la muerte de Jesús, aumentaron las protestas antirromanas y la aparición de movimientos mesiánicos en Judea y Galilea. ¿Sería posible que la injusta muerte de Jesús a manos de los romanos –-a los ojos de muchos piadosos judíos, elementos de esas “muchedumbres” que lo habían seguido en su vida pública—hubiera dado alas a tales manifestaciones o hubiera generado una atmósfera aún más propicia para que se produjeran? Así opinan algunos investigadores. Pero otros piensan que pudo ser histórico el apartamiento de las masas que acabaron despreciando a Jesús (elección de Barrabás; exigencia de su crucifixión) precisamente porque sintieron que era un falso mesías: ¡había fracasado al ser prendido y a punto de ser condenado a muerte por los romanos…! ¡Y el mesías, si lo era de verdad, era un vencedor junto con Dios!). En este caso habría ocurrido lo contrario los ánimos populares antirromanos se habrían enfriados. Sea de ello como fuere lo cierto es que de hecho aumentaron las algaradas y revueltas. Como la de un gran jefe de “bandidos” = revolucionarios antirromnos, anónimo, fue capturado en el 44 d.C. y su banda disuelta.

7: Poco después apareció un tal Teudas, también otro mesías que congregó a grandes masas antirromanas en las riberas del Jordán. Como muestra de que Dios estaba con ellos prometió dividir las aguas del río como lo había hecho Moisés con el “Mar de las cañas”. Pero Dios no lo secundó. El gobernador Cuspio Fado envió un destacamento de caballería que lo prendió y decapitó; dispersó también a sus seguidores matando a bastantes.

8: Un motín antirromano de graves consecuencias se produjo en Jerusalén en la Pascua del 50 d.C. tras observar la multitud que un soldado romano de los que vigilaban el entorno del Templo se mofó del santuario y del pueblo elegido dirigiendo estentórea y públicamente sus ventosidades naturales contra los fervorosos peregrinos. Hubo revuelta, contraataque de romanos, huida atropellada de la multitud y más de tres mil muertos.

9: En el 52 d.C. hubo una revuelta casi general dirigida por un tal Eleazar hijo de Dineo. Éste era un “bandido” que llevaba más de veinte años en las montañas. Esta mera noticia indica el sustento popular de los “bandidos” puesto que por lo general sus víctimas eran los romanos o los prorromanos. Cumano logró matar a muchos de los seguidores de Eleazar, pero la revuelta se extendió por toda Judea. Hubo de intervenir el legado de Siria, con nuevas ejecuciones y crucifixiones (signo de que se consideraban los delitos como de “lesa majestad contra el Estado y el Emperador”). El gobernador que sustituyó a Cumano, Félix (el que según los Hechos de los apóstoles, presidió en Cesarea varias audiencias contra Pablo y que lo envió a Roma) acabó finalmente con la rebelión: capturó a Eleazar, lo envió a Roma para escarmiento, y siguió la política de crucifixiones y otros castigos.

10: Aparte de otros movimientos más pequeños pero constantes, en el año 55 apareció un judío, profeta, que habitaba en Egipto, denominado enseguida “el profeta egipcio”; congregó a varios millares en el desierto y luego se dirigió para atacar a Jerusalén. Fue naturalmente liquidado por los romanos, junto con muchos de sus seguidores.

11: Si siguiéramos ahora, nos adentraríamos en los años 60-66 inmediatamente previos a la Primera Gran Revuelta, donde por lo menos otros dos, como Juan de Giscala y un Menahén fueron pretendientes mesiánicos

Lo importante es que, según Josefo, en los años sucesivos a la muerte de Jesús aparecieron gentes pseudo inspiradas por Dios, que prometían un cambio casi repentino de las condiciones económicas y sociales, con otras palabra la liberadora venida del reino de Dios sobre la tierra de Israel con la expulsión de los romanos, que congregaban a grandes muchedumbres, no precisamente en Jerusalén sino en regiones desérticas o alrededor del río Jordán, ambos lugares típicos del encuentro del pueblo de Israel con su Dios.

Saludos cordiales de Antonio Piñero
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com

Miércoles, 25 de Marzo 2015
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Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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