Editado por Lola Books “Los colores del Conocimiento” (Madrid, 2013)  contiene aportaciones de 29 blogeros de Tendencias21.
Presentado en marzo de este mismo año “Los colores del conocimiento” permite al lector darse un paseo por la ciencia contemporánea desde la fisca y la evolución, hasta las neurociencias, pasando por el lenguaje, el arte, la innovación, lo digital, e incluso el marketing. Sin olvidar la negociación, la sostenibilidad, la prospectiva o el fenómeno urbano y la globalización.

Para mí, en cuanto blogero que también he participado, representa el  segundo libro colectivo que publico en lo que va de año. Mi contribución “¿Pero de qué estrategia estamos hablando: las re-conceptualizaciones de la Nueva Teoría Estratégica” pretende servir  para que el lector se pueda ubicar dentro de un conocimiento- el de la Estrategia- que, aunque muchos lo consideren inmutable, lo cierto es que cambia más de prisa que muchos de nosotros.  A tal fin, el trabajo divide  la historia moderna del management en tres Fases claramente identificadas: la I FASE (191-1954) es pre-estratégica; la II FASE (1954-1994) la abren Peter Drucker y Bruce Henderson y abarca  la  llamada revolución estratégica; y la III FASE (1994 hasta nuestros días): representa la ruptura con el pensamiento neoclásico y comprende desde las primeras críticas de Mintzberg, Ormerod, Prahalad y Hamel  a las actuales propuestas de refundación de la Nueva Teoría Estratégica y de Half Moon Bay.

Lo relevante aquí es que en esta tercera fase la estrategia- conceptual y metodológicamente- ha cambiado tanto que nos lleva a preguntarnos y ¿en qué concepción de la estrategia estamos situados? ¿Somos pre o post 1994? Esa es la pregunta clave que sobre todo habría que hacer a nuestros  presidentes y directores generales antes de hacerles la estrategia de su organización o de asesorarles en comunicación estratégica. No vayamos a presumir de comunicadores y después tengamos un diálogo de sordos. 

Séptimo principio: Decálogo de la Nueva Teoría estratégica

 Aquí surgen algunas contradicciones, pero la vida humana está llena de ellas. La estrategia es hija de la imaginación y ha de generar sorpresa y subversión. Pero a su vez se apoya en el cálculo y se ordena en la planificación.

Calculamos por lo menos 6 cosas: (1) la probabilidad de que una determinada discontinuidad o un futurible se produzca; (2) Las consecuencias que esa discontinuidad o futurible tendría para nosotros (3) las intenciones de los demás (teoría de la mente); sus posibles intervenciones y sus eventuales consecuencias;(4) las consecuencias probables de nuestras alternativas: (5) la probabilidad de que nuestras alternativas generen ciertas reacciones; (6) las consecuencias probables de esas reacciones. Como consecuencia de todo ello evaluamos la probabilidad global que tenemos de alcanzar las metas asignadas.

Como el lector puede ver lo que muchas veces llamamos racionalidad no es sino un simple cálculo de probabilidades. Pero a pesar de tanto cálculo lo cierto es que la estrategia desborda a la teoría de las probabilidades (algo que sabía muy bien John von Neumann) porque si bien la teoría de las probabilidades nos permite anticipar con pequeños márgenes de error las conductas colectivas ( la audiencia de la RTV, por ejemplo) no nos permite calcular ni anticipar el comportamiento ni la la estrategia de una persona singular. Y son esas voluntades individuales (el ser amado, el director de RRHH que dirige nuestra selección al puesto al que aspiramos; el directivo que decide si compra o no nuestra empresa; el conductor del coche de enfrente con el que podemos chocar, etc.) quienes muchas veces marcan el resultado final.

Este post es un merecido homenaje al 6º aniversario del CIEO - Centro de Investigação sobre o Espaço e as Organizações, de la Universidade do Algarve en Faro (Portugal) de cuyo consejo científico tengo el honor e ser miembro. Enhorabuena a su siempre dinámica y entrañable directora Teresa de Noronha asi como a Thomas Panagopoulos, António Fragoso, Marlene Fernandes, Julieta Rosa y al resto de sus investigadores.

Podéis acceder a sus publicaciones aquí. Entre ellas, una aportación personal sobre el Estado del Arte de la Comunicación estratégica. (The State of the Art in Strategic Communication, 2012)

Sexto principio: Decálogo de la Nueva Teoría estratégica

Ningún experto, ni ninguna estrategia, por buena que sea, nos puede garantizar el logro de nuestras metas. No hay ruta segura del éxito. El famoso “one way to succeed” de los norteamericanos y “las 7 fórmulas seguras del éxito” son sencillamente una estafa. Si Vd. quiere cambiar el futuro o influir en él, tiene que asumir que va a penetrar en un territorio donde domina la incertidumbre estructurada. La explicación es simple: el resultado, esa trama relacional que queremos reconfigurar no depende solo de nosotros (también intervienen otras personas, fuerzas, sistemas (sin olvidar el azar) que con su actuación pueden modificar el resultado.  Entonces ¿Para qué hacer estrategias?  pues porque es mejor hacerlas que prescindir de ellas. Y a pesar de que nuestra capacidad de transformación sea limitada hay que intentarlo pues ese es nuestro margen de maniobra. Lo contrario sería volver al fatalismo y dejar nuestras vidas en manos de los dioses.

Hace menos de un mes el Dr. Javier Saldaña Almazán fue nombrado rector electo de la Universidad Autónoma de Guerrero . Javier estaba a cargo de la Dirección General (Vicerrector) de Planeación y Evaluación Institucional y este sábado pasado 6 de abril, ha tomado posesión de su cargo de Rector.

La noticia sería suficiente para justificar este post dado el respeto y cariño que le profeso a la Universidad de La Habana, donde el Dr. Saldaña presento y defendió su tesis doctoral el pasado 20 de diciembre, aquella Universidad que en su día me abrió las puertas de su Aula Magna para dar una conferencia sobre la Nueva Teoría Estratégica. Un honor que guardo con toda emoción.
 
Pero, para decir verdad, quien justifica este texto es el protagonista de la noticia, el Dr. Saldaña, nuevo Rector de la Universidad Autónoma de Guerrero. A quien no tengo el gusto de conocer personalmente pero sí sus ideas y trabajos. Y son esas ideas las que establecen el nexo entre la noticia de hoy y este blog de Estrategar.
 
Me explicaré, tengo en mis manos la tesis doctoral del hoy Rector Saldaña. Y lo primero que merece mi atención es que la tutora es la Dra. Neysi Palmero Presidente de  CONFIARP y el consultante (mantengo la nomenclatura cubana) es el doctor español Francisco Aguadero, colega y amigo. En la Tesis se cita una larga lista de autores españoles, entre ellos y para no fatigarles: Kathy Matilla, Alfonso González Herrero, Paul Capriotti- que aunque argentino es docente y reside en España- J. Costa, etc.  A mayores, el tema de la Tesis es la articulación entre la Comunicación Organizacional y la Planificación Estratégica. Y ¿curiosamente? su autor identifica en la comunicación estratégica su punto de encuentro. Lo que le lleva a la Nueva Teoría Estratégica (NTE) y a un tal Rafael Alberto Pérez ¿les suenan?
 
Pero la afinidad no es solo formal, ni fruto de unas citas más o menos cercanas, sino de una importante coincidencia teórica. Mientras  muchos comunicadores siguen anclados en la retorica e insisten en persuadir a sus interlocutores (pero se resisten a cambiarse a ellos mismos). Y mientras muchos estrategas siguen anclados en la competencia pura y dura (analogía militar) e insisten en enfoques conflictivos (pero se resisten a dialogar) el Rector Saldaña se preocupa por establecer las bases de una  articulación, en este caso académica, que tanto él, como yo,  entendemos necesaria.
 
Y eso hace que la  articulación sea el link que nos une, o como diría el Dr. Saldaña nuestro verdadero punto de encuentro. Hoy ya no se trata de cambiar al otro, sino de escuchar y dialogar para adaptarnos, hoy los retornos tiene que ser recíprocos (que no necesariamente económicos ni cuantificables, sino muchas veces emocionales y cualitativos).
 
Estoy fuertemente convencido de que en la sociedad de hoy prosperarán (no me gusta el termino triunfarán) aquellas personas y organizaciones que sepan articularse con sus entornos y generar armónicamente utilidades compartidas. John Forbes Nash (beautiful mind) les llamaría juegos de suma superior a cero.