CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero
Escribe Antonio Piñero
 
Una vez más cito a Fernando Bermejo (cuyo artículo estoy extractando y comentando a la vez) porque sus palabras son muy certeras en mi opinión. Afirma que una vez considerada en bloque la lista de indicios que apuntan hacia un Jesús totalmente involucrado –naturalmente desde motivos puramente religiosos– en la política de su tiempo, o mejor en las consecuencias políticas que necesariamente se derivaban de su actitud religiosa al predicar el reino de Dios en la tierra de Israel (en un país que pertenecía al Imperio Romano como provincia, Judea, o en Galilea, el “reino” de Herodes Antipas, un tetrarca cuyo poder derivaba directamente del Senado Romano,
 
“Es infinitamente más fácil dar cuenta de ese patrón de recurrencia, si se acepta que tales datos remontan hasta Jesús, que si se argumenta que son debidos a un malentendido o a adiciones posteriores, es decir, a una creación artificial por parte de los evangelistas o del grupo que estaba detrás de ellos. 
 
“En palabras de F. Loof, escritas hace más de un siglo para un patrón diferente: " La suposición de que la fe de los cristianos posteriores fue la que creó por primera vez todas estas palabras y situaciones... es sin duda muy difícil de admitir, incluso desde un punto de vista histórico. Porque de la nada, nada viene" (F. Loofs, What is the Truth about Jesus Christ? (New York: Scribner’s, 191, p. 144). Por lo tanto, parafraseando a Ch. H. Dodd (History and the Gospel (New York: Scribner’s, 1938, p. 94), podríamos decir, por motivos estrictamente críticos, que, a la luz de la pauta antes mencionada, la tesis de que Jesús estuvo involucrado en actos de sedición contra el Imperio Romano está comprobada. Ello es así con independencia de la historicidad concreta de los variados indicios en detalle. Si el material de Jesús como “sedicioso” fuera rechazada en su totalidad como no histórico, tendríamos que rechazar igualmente toda la tradición de los Evangelios sobre él” (p. 18).
 
Eso abocaría a un escepticismo absoluto sobre el valor histórico de los Evangelios, que en mi opinión, es críticamente insostenible. Y como ya he comentado a veces a motivo de algunos indicios en particular, no cabe duda alguna de que muchos de tales indicios pueden superar con holgura la prueba del “criterio de dificultad”: no parece posible que la Iglesia cristiana de finales del siglo I hubiese podido inventar tales indicios, puesto que iban en contra de su teología dominante. De Lucas sabemos con toda seguridad (y más si se acepta que este personaje es también el autor de los Hechos de los Apóstoles, aunque es un tema discutido) que tenía un sesgo claramente prorromano. De Marcos igualmente lo podemos sospechar. Y razonablemente también de Mateo y de Juan.
 
Es muy posible que los evangelistas no cayeran en la cuenta de las conclusiones que los estudiosos críticos modernos íbamos a obtener de estos datos esparcidos aquí y allá en sus obras. Es cierto; pero eso no impide que argumentar que tales datos no fueron omitidos por los evangelistas no por su propia voluntad, sino debido al enorme peso de una tradición existente. Los recogieron porque estaban ahí, no podían obviarse, mucha gente sabía de ellos, e iban involucrados en la tradición con otras frases u otras acciones del Jesús histórico. Es de suponer que tales datos eran, pues, bien conocidos.
 
Y termino hoy con otra cita de F. Bermejo:
 
“La presencia de material embarazoso en los Evangelios puede explicarse teniendo en cuenta que algunos tipos de narrativa son capaces de desencadenar un efecto de realidad que supera el desconcierto creado por las inconsistencias (que podrían suponer estos indicios con la imagen del Jesús manso y humilde de corazón desentendido de la política; los Evangelios, con su atmósfera seria y sus numerosas referencias históricas –lugares, tiempos, personajes– logran transmitir una conmovedora historia de un héroe inofensivo, Jesús, que es odiado y rechazado por las autoridades judías malévolas y que es presentado como víctima de una conspiración, por lo los romanos lo tuvieron necesariamente como un sedicioso. 
 
“En estas circunstancias, el material embarazoso de loe Evangelios está prácticamente neutralizado  – tanto más cuanto que los escritos tienen ya el aura de los textos sagrados – a través de su integración en un marco narrativo fascinante. De este modo queda amortiguado la posible impresión de extrañeza que podría dar lugar a un análisis crítico (que condujera a una imagen distinta de Jesús). Todo esto explica por qué gran parte del material de los más de treinta y cinco indicios podría haber sido conservado en los Evangelios, a pesar de su naturaleza embarazosa”.
 
Saludos cordiales de Antonio Piñero
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com
 
Jueves, 19 de Enero 2017

Escribe Antonio Piñero
 
Creo que es una buena labor por parte de F. Bermejo, y también mía en menor grado ciertamente, el haber puesto de relieve este patrón de recurrencia. Son muchos puntos indicando una interpretación posible. Pero, como ocurre en la investigación del Nuevo Testamento, no hay ni un solo punto de esos más o menos treinta y cinco indicios que no haya sido cuestionado en cuanto a su autenticidad por algún autor de cierto peso. En general solo se acepta como rigurosamente histórico el que Jesús murió en la cruz. Todo lo demás se  discute, y la gente piensa sobre  uno o de otro punto de los enumerados en días anteriores que ha sido creado por la Iglesia primitiva por diversos motivos.
 
Así es la historia antigua, siempre en todo dubitante, y en lo que respecta a Jesús hasta lo que parece evidente es discutido. Pero lo que tratamos aquí es: ¿se puede uno formar una idea correcta y generalizante de un aspecto de la personalidad de Jesús que sirva para encuadrarlo en general en el espacio religioso de su tiempo? Se trata de obtener marcos, insisto, generales de interpretación. Y una vez asegurado uno, por el criterio de coherencia podemos ir formándonos una idea sobre cómo era Jesús, aspecto por aspecto estudiando otros patrones de recurrencia. 
 
A partir de los pequeños detalles se pueden formar cuadros o imágenes o conceptos generales de comprensión. Naturalmente este, o estos marcos, solo puede formarse si se tienen en cuenta también los conjuntos generales de información acerca del Israel del siglo I: religión, política, sociología… datos arqueológicos, todo lo que pueda ayudar a comprender en suma ese siglo en ese lugar del mediterráneo oriental. Con otras palabras: no basta con crear un marco de comprensión de un aspecto de Jesús, sino que este debe encajar plausiblemente con lo que sabemos del Israel del siglo I.
 
Insistí anteriormente que lo importante de estos patrones de recurrencia es que aparecen, como indicios, por todas partes en los evangelios y en todas las formas literarias de ellos. Eso, a priori, no puede ser casual, sino que se debe a la memoria en general sobre el personaje, en este caso Jesús, que se ha transmitido por una gran diversidad de canales. Pero aquí unos estudiosos argumentan que no se puede uno fiar de la memoria de los pueblos, mientras que otros sostienen que las impresiones generales sobre un personaje, que se han ido mantenido en un par o tres de generaciones, son fiables. Naturalmente alguien puede objetar: también se ha mantenido la idea de que Jesús es “manso y humilde de corazón” y que “no tuvo arte ni parte en la política de su tiempo”.
 
Pero este argumento no vale: se nota en ese caso la mano, o las manos redaccionales de los evangelistas (se han hecho innumerables estudios sobre el sesgo de cada autor evangélico), y se ve claramente que son ideas que se pretenden imponer al lector, mientras que los patrones de recurrencia –en este caso “Jesús y la resistencia antirromana”– son indicios sueltos aquí y allá, recogidos a veces sin pretenderlo, que chocan contra lo que es claramente una construcción teológica, y unos indicios se ven favorecidos por el criterio de dificultad: no es posible que tantos cabos sueltos se hayan conservado cuando la teología cristiana del siglo II apuntaba a lo  contrario, un Jesús que o bien no le interesaban los problemas que afectaban al Imperio Romano, o que era todo un colaboracionista ya que –se dice– afirmó que había que pagar el tributo al César y que era manso y humilde de corazón.
 
Y aquí está el quid de la cuestión: ¿cómo iban a matar los romanos–y los judíos colaboracionistas de la Jerusalén de esos momentos–  a un judío también colaboracionista, que ordenaba pagar el tributo al César, que era manso y humilde de corazón, y al que no le interesa ni lo mínimo la política de su tiempo? No parece posible. Hay que buscar por otro lado.
 
Saludos cordiales de Antonio Piñero
Universidad Complutense de Madrid
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Miércoles, 18 de Enero 2017
 
Escribe Antonio Piñero
 
Transcribo aquí los últimos indicios evangélicos sobre  la posición religiosa-social-política de Jesús, que ya sabemos iban indisolublemente unidas, tal como las ha descrito F. Bermejo en su artículo tantas veces citado. A estos hay que añadir los que yo mismo había señalado en mi ensayo “Jesús y la política de su tiempo”, que publiqué en primer lugar, y que resumí también aquí:
 
26. «La tradición demuestra que los discípulos tenían profundos temores de ser detenidos y presuntamente ejecutados (tanto en la huida narrada en el relato de la pasión, y en la historia de las tres negaciones de Pedro).
 
27. «Mc 15,7 y Lc 23,19 mencionan una insurrección conocida en Jerusalén (griego: stásis), supuestamente poco antes de la detención de Jesús, en la que los rebeldes (griego hoy stasiastaí) había causado al menos una víctima mortal».
 
28. «El libro del Apocalipsis ha conservado el recuerdo de una concepción de Cristo como el feroz guerrero por excelencia: que va a luchar con los santos que van a vivir con él al final de la historia humana, y está " vestido con una ropa teñida en sangre».
 
Ap 19,11-19:
 
11 Entonces vi el cielo abierto, y había un caballo blanco: el que lo monta se llama «Fiel» y «Veraz»; y  juzga  y combate  con justicia.  12 Sus ojos, llama de fuego; sobre su cabeza, muchas diademas; lleva escrito un nombre que sólo él conoce; 13 viste  un manto empapado en sangre  y su nombre es: La Palabra de Dios. 14 Y los ejércitos del cielo, vestidos de lino blanco puro, le seguían sobre caballos blancos. 15 De su boca sale una espada afilada para herir con ella a los paganos; él  los regirá con cetro de hierro;  él pisa el lagar del vino de la furiosa cólera de Dios, el Todopoderoso. 16 Lleva escrito un nombre en su manto y en su muslo:  Rey de Reyes y Señor de Señores.  17 Luego vi a un Ángel de pie sobre el sol que  gritaba  con fuerte voz a todas  las aves que volaban  por lo alto del cielo: «Venid,  reuníos para el gran banquete  de Dios, 18  para que comáis carne  de reyes, carne de tribunos y carne de valientes, carne de caballos y de sus jinetes, y carne de toda clase de gente, libres y esclavos, pequeños y grandes.» 19 Vi entonces a la Bestia y a los reyes de la tierra con sus ejércitos reunidos para entablar combate contra el que iba montado en el caballo y contra su ejército.  
 
Así es el tono general del Apocalipsis. El desconocido autor del libro muestra un odio espectacular hacia el Imperio Romano, que para él es la Segunda Bestia que amenaza a los seguidores de Jesús hasta la muerte. Jesús, el Mesías, le retribuye con lo mismo.
 
Ap 14,20:
 
14 Y seguí viendo. Había  una nube  blanca,  y sobre la nube  sentado  uno como Hijo de hombre , que llevaba en la cabeza una corona de oro y en la mano una hoz afilada. 15 Luego salió del Santuario otro Ángel gritando con fuerte voz al que estaba sentado en la nube:  «Mete tu hoz  y siega, porque ha llegado la hora de segar;  la mies  de la tierra  está madura.»  16 Y el que estaba sentado en la nube metió su hoz en la tierra y se quedó segada la tierra. 17 Otro Ángel salió entonces del Santuario que hay en el cielo; tenía también una hoz afilada. 18 Y salió del altar otro Ángel, el que tiene poder sobre el fuego, y gritó con fuerte voz al que tenía la hoz afilada: «Mete tu hoz afilada y vendimia los racimos de la viña de la tierra, porque están en sazón sus uvas.» 19 El Ángel metió su hoz en la tierra y vendimió la viña de la tierra y lo echó todo en el gran lagar del furor de Dios. 20 Y el lagar fue pisado fuera de la ciudad y brotó sangre del lagar hasta la altura de los frenos de los caballos en una extensión de 1.600 estadios. 21 Los demás fueron exterminados por la espada que sale de la boca del que monta el caballo, y todas las aves se hartaron de sus carnes.»  
 
En esta obra la espada es el símbolo del  Mesías triunfante
 
Ap 1,16: “Tenía en su mano derecha siete estrellas, y de su boca salía una espada aguda de dos filos; y su rostro, como el sol cuando brilla con toda su fuerza”
 
Ap 2,12.16:   “Al Ángel de la Iglesia de Pérgamo escribe: Esto dice el que tiene la espada aguda de dos filos”. “Arrepiéntete, pues; si no, iré pronto donde ti y lucharé contra ésos con la espada de mi boca”.
 
Ap 19,15. 21 (texto citado arriba).
 
Y concluyo repitiendo la observación final de F. Bermejo:
 
«No es posible que un historiador objetivo para descartar todos las referencias militares relacionadas con las enseñanzas de Jesús o de algún modo relacionas con él. La simple enumeración de estos elementos muestra que los textos a nuestra disposición no son pocos.  Si los evangelios y el Nuevo Testamento contuvieran sólo unos escasos elementos, se podría fácilmente cuestionar o minimizar su importancia, pero la convergencia de tantos elementos diferentes y estrechamente relacionados constituyen un “patrón” de elementos interrelacionados que requiere una explicación.
 
Todos estos elementos se derivan de las fuentes canónicas (los evangelios sinópticos, Juan, Hechos, y algunos otros libros del Nuevo Testamento), y aparecen en diferentes tipos de formas literarias: dichos de Jesús, palabras asignadas a otros personajes (tanto seguidores como adversarios), resúmenes kerigmáticos (es decir, de la proclamación de la fe cristiana), relatos de exorcismo, historias, y así sucesivamente. Al mismo tiempo, este material (cumple con el criterio de dificultad) pues está en desacuerdo con la impresión de conjunto producida por los evangelistas, según la cual Jesús fue un maestro espiritual que nada tenía que ver con los turbios asuntos de la política en la Judea del siglo I controlada por los romanos».
 
Saludos cordiales de Antonio Piñero
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com
 
 
Lunes, 16 de Enero 2017
Escribe Antonio Piñero
 
Estamos concluyendo con los indicios evangélicos y de los Hechos de apóstoles que apuntan todos en la misma dirección. Luego hay que sacar consecuencias y resolver dificultades.
 
23. «Lc 2,2 define el tiempo del nacimiento de Jesús por el censo, un evento que en las crónicas de Flavio Josefo (“Antigüedades de los judíos” XVIII 1–10) es importante como un hito en la historia judía reciente, que anuncia el nacimiento del movimiento de resistencia antirromana».
 
Con este indicio –que es uno de los más débiles, pero que debe anotarse también– el Prof. Bermejo quiere decir que el Lucas  mismo apunta como marco del nacimiento de Jesús un censo que dio lugar a una revuelta antirromana terrible en Galilea con consecuencias de muchísimos muertos (Judas de Gamala / Judas, el Galileo: no sabemos distinguir netamente entre estos dos personajes; quizá sean el mismo, más el apoyo del fariseo Sadoc).
 
Para una mentalidad moderna este indicio dice poco, pero para los antiguos que pensaban que  el momento del nacimiento del héroe estaba determinado por el cielo y las señales de este…, y que estos determinaban qué iba a ser su vida y las características más importantes de su personalidad, sí es importante. Lucas está apuntando hacia la muerte de Jesús en una cruz por obra de los romanos: el final de la vida del héroe determinado, o indicado, por las circunstancias de su nacimiento.
 
24. «En Hechos 5,35– 39, el rabino Gamaliel compara Jesús y sus seguidores con Teudas y su movimiento, así como con Judas el Galileo y su movimiento».
 
Este indicio sí es importante.  He aquí el texto:
 
 
“Ellos (los judíos), al oír esto, se consumían de rabia y trataban de matarlos (a Pedro y Juan). 34 Entonces un fariseo llamado Gamaliel, doctor de la ley, con prestigio ante todo el pueblo, se levantó en el Sanedrín. Mandó que se hiciera salir un momento a aquellos hombres, 35 y les dijo: «Israelitas, mirad bien lo que vais a hacer con estos hombres. 36 Porque hace algún tiempo se levantó Teudas, que pretendía ser alguien y que reunió a su alrededor unos cuatrocientos hombres; fue muerto (por los romanos) y todos los que le seguían se disgregaron y quedaron en nada. 37 Después de éste, en los días del empadronamiento, se levantó Judas el Galileo, que arrastró al pueblo en pos de sí; también éste pereció y todos los que le habían seguido se dispersaron. 38 Os digo, pues, ahora: desentendeos de estos hombres y dejadlos. Porque si esta idea o esta obra es de los hombres, se destruirá; 39 pero si es de Dios, no conseguiréis destruirles. No sea que os encontréis luchando contra Dios.» Y aceptaron su parecer”.   
 
No importa para el argumento que Lucas se equivoque en el orden cronológico de los sucesos (primero Jue Judas y luego Teudas); lo que sí importa es que Gamaliel II, famosísimo rabino, compara el movimiento de los seguidores de Jesús con Judas el Galileo y Teudas… ¡dos reconocidos sediciosos contra el Imperio Romano! Para Gamaliel, el marco mental de los seguidores de Jesús y de Jesús mismo es el de Judas el Galileo.
 
25. «Jesús hizo varios comentarios críticos e irónicos sobre los gobernantes (Lc 22,25; Mc 10,42-45; Lc 7,25 / Mt 11,8), como un ejercicio de dominio absoluto y tiránico. Esta crítica está vinculada a la actitud agresiva de Jesús hacia los ricos».
 
 
La actitud agresiva hacia los ricos apunta hacia una suerte de revolución social, que va unida a la revolución necesaria de la expulsión de extranjeros –y colaboracionistas– del suelo de Israel para que Dios implante su Reino... o bien la implantación del reino de Dios lleva consigo la expulsión de extranjeros y colaboracionistas.
 
He aquí los textos:
 
Lc 22,24-27: “Entre ellos hubo también un altercado sobre quién de ellos parecía ser el mayor. 25 Él les dijo: «Los reyes de las naciones las dominan como señores absolutos, y los que ejercen el poder sobre ellas se hacen llamar Bienhechores; 26 pero no así vosotros, sino que el mayor entre vosotros sea como el más joven y el que gobierna como el que sirve. 27 Porque, ¿quién es mayor, el que está a la mesa o el que sirve? ¿No es el que está a la mesa? Pues yo estoy en medio de vosotros como el que sirve”.
 
 
Mc 10,42-45: “Jesús, llamándoles, les dice: «Sabéis que los que son tenidos como jefes de las naciones, las dominan como señores absolutos y sus grandes las oprimen con su poder.
43 Pero no ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, 44 y el que quiera ser el primero entre vosotros, será esclavo de todos, 45 que tampoco el Hijo del hombre ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos.»
 
 
Aquí solo hay que señalar que todos los comentaristas están de acuerdo en que el v. 45 es un añadido del propio Marcos que refleja claramente la teología paulina: la muerte en cruz, designio eterno de Dios, aceptado voluntariamente por Jesús, y que es un sacrificio universal, redención por el pecado de todos los humanos (= “muchos”).
 
 
Lc 7,24-25: “Cuando los mensajeros de Juan se alejaron, se puso a hablar de Juan a la gente: «¿Qué salisteis a ver en el desierto? ¿Una caña agitada por el viento? 25 ¿Qué salisteis a ver, si no? ¿Un hombre elegantemente vestido? ¡No! Los que visten magníficamente y viven con molicie están en los palacios”.
 
 
Este texto lo hemos citado ya y va, probablemente, contra Herodes Antipas y su corte.
 
 
Saludos cordiales de Antonio Piñero
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Domingo, 15 de Enero 2017
774- ¿Por qué los cristianos no aceptan a Jesucristo? 3 capítulos (14-01-2017)
Escribe Antonio Piñero
 
Hace ya un cierto tiempo, participé por medio de una larga entrevista en un documental que por fin ve la luz.
 
El director, Arístides Moreno, me envía la siguiente documentación, que les paso a Ustedes directamente.
 
Ya me informarán sobre qué les parece.
 
Saludos cordiales de Antonio Piñero
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com
 
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¿Por qué los cristianos no aceptan a Jesucristo? 3 Capítulos
 
¿Por qué los Cristianos no aceptan a Jesucristo? 3 Capítulos
Director: Arístides Moreno
Trailer: https://www.youtube.com/watch?v=sitxxEifOCk
 
Sinopsis Documental:
 
¿De donde vienen las traducciones del nuevo Testamento?, ¿Que base textual se uso para realizarla?, ¿Quién fue el verdadero Jesús de Nazaret y realmente cuales fueron sus enseñanzas? ¿Jesús es el creador del cristianismo?
 
La gente común, que va y compra una Biblia, no se hace estas preguntas y tienen la confianza de que la Biblia es la palabra de Dios, sagrada y sin error. Pero, ¿es verdad?
¿Por qué existen multitud de ediciones de la Biblia y difieren unas de otras?
Con la participación de Antonio Piñero, catedrático de filología neotestamentaria (filología griega), especializado en cristianismo primitivo y judaísmo, Nuevo Testamento, Apócrifos del Antiguo y del Nuevo Testamento, esclareceremos los datos históricos en torno al hombre Jesús de Nazaret y conoceremos la causa de las malas copias y traducciones y/o reinterpretaciones del nuevo testamento, produciendo a lo largo de los siglos falsas doctrinas que causaron multitud de antisemitismo a lo largo de la historia.
 
 
Una vez puestas las bases históricas en torno al personaje histórico se comparará algunos pasajes bíblicos claves, que indujeron falsas doctrinas, ocasionando una separación total del judaísmo de Jesús de Nazaret y lo que él enseñaba. Si Jesús no creo nada nuevo, ¿por qué los cristianos no aceptan el verdadero mensaje del mesías y lo más importante, por qué la iglesia católica no hace una profunda revisión y vuelve a sus raíces?
Este documental plantea la necesidad de revisar las bases del cristianismo a partir del consenso general que tienen los historiadores bíblicos sobre Jesús de Nazaret.
 
 
Fechas del estreno del documental: (gratuitamente en Youtube/Steadycamline)

¿Por qué los Cristianos no aceptan a Jesucristo?

Estreno del Capítulo 1º el 23 de Enero a las 00:00 horas
Estreno del Capítulo 2º el 27 de Enero a las 12:00 horas
Estreno del Capítulo 3º el 3 de Febrero a las 12:00 horas
 
 
Para aquellos que quieran ver el preestreno de los 3 capítulos continuos, podrán hacerlo on-line el mismo día domingo 22 de Enero a las 20:00 horas en una emisión en directo (live streaming) en youtube.com/steadycamline
 
 
Enlace de la retransmisión: https://www.youtube.com/watch?v=UUB6fG32S2A
 
 
Previamente al estreno de ¿Por qué los Cristianos no aceptan a Jesucristo?, se estrenará en abierto, solo en esta retransmisión, los 4 capítulos que están al alquiler o venta “El judaísmo de Jesucristo”, a partir de las 14:00 horas.
 
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Programación especial “Jesús de Nazaret”, en directo (live streaming) día 22 de Enero 2017
 
 
13:00h Documental “Los dichos ignorados de Jesucristo”
 
14:15h Estreno en abierto Documental “El judaísmo de Jesucristo - La teología de Jesucristo” CAP 1
15:50h Estreno en abierto Documental “El judaísmo de Jesucristo - El regreso del exilio en Babilonia” CAP 2
17:19h Estreno en abierto Documental “El judaísmo de Jesucristo - Apocalipsis, la gran ramera” CAP 3
18:34h Estreno en abierto Documental “El judaísmo de Jesucristo - La diáspora judía” CAP 4
 
20:00h Estreno Documental “¿Por qué los Cristianos no aceptan a Jesucristo?” CAP 1
21:10h Estreno Documental “¿Por qué los Cristianos no aceptan a Jesucristo?” CAP 2
22:15h Estreno Documental “¿Por qué los Cristianos no aceptan a Jesucristo?” CAP 3
 
Saludos
Arístides Moreno
www.steadycamline.com.es
info@steadycamline.com.es
 
Sábado, 14 de Enero 2017

Escribe Antonio Piñero
 
22. «Lc 1– 2 abunda fuertemente en anhelos nacionalistas que contemplan el sometimiento y la humillación de los gentiles (especialmente 1,32 - 33 y 1,51 - 55, donde la virgen María habla como los Macabeos, en un ambiente de guerra). Del mismo modo Zacarías, en Lc. 1,68-74 (véase también Lc 2,38.).  
 
He aquí los textos, que requieren poco comentarios. Obsérvese que el lenguaje empleado por María es idéntico a las proclamas nacionalistas que podemos encontrar en tiempos de los Macabeos. De hecho, se ha formulado la hipótesis de que Lucas ha utilizado para este capítulo fuentes baptistas (e de seguidores de Juan Bautista), quienes a su vez habían compuesto en  honor de éste, a quien consideraban el mesías, salmos que no desdicen en nada el ambiente de guerra nacionalista, unido al espíritu de restauración de la gloria y del poderío de Israel prometido por Dios a su pueblo elegido, sobre todo en Isaías 56-66.
 
Recalco solo las frases que creo más significativas:
 
Lc 1,30-: El ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; 31 vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. 32 El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; 33 reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin» .
 
1. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre
2. Reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin
 

· Lc 1,41: Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María (…) dijo: 45 ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!»
 
· Lc 1, 46-55: “Y dijo María: «Engrandece mi alma al Señor 47 y mi espíritu  se alegra en Dios mi salvador  (…) Ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso,  Santo es su nombre  50  y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen.  51 Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los que son soberbios en su propio corazón. 52  Derribó a los potentados  de sus tronos  y exaltó a los humildes.  53  A los hambrientos colmó de bienes  y despidió a los ricos sin nada. 54  Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia  55 –como había anunciado a nuestros padres– en favor de Abrahán y de su linaje por los siglos».
 
Para caer en la cuenta bien del ambiente nacionalista judío ayuda mucho destacar las frases separadamente:
 
1. Desplegó la fuerza de su brazo,
 
2. Dispersó a los que son soberbios en su propio corazón.
 
3.  Derribó a los potentados  de sus tronos  y exaltó a los humildes.  
 
4. A los hambrientos colmó de bienes  y despidió a los ricos sin nada.
 
5. Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia  
 
6. Como había anunciado a nuestros padres, en favor de Abrahán y de su linaje por los siglos».
 
La frase 1. indica que es Dios el que con su fuerza poderosa instaurará el Reino (¿con doce legiones de ángeles? (Mt 26,53)
Las frases 2. 3. 4. indican la revolución social que implica la instauración del reino de Dios, tal como se anuncia de Jesús, y que él efectivamente hace el centro de su predicación.
 
La frase 5 se concentra en el objeto del reino de Dios: Israel y no la universalidad del género humano. Con cuerda con una expresión clara de Jesús:  “A estos doce envió Jesús, después de darles estas instrucciones: «No toméis camino de gentiles ni entréis en ciudad de samaritanos;  dirigíos más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel (Mt 10,5-6).
 
 
· Lc 1,67-74:
 
“Zacarías, su padre, quedó lleno de Espíritu Santo, y profetizó diciendo: 68  «Bendito el Señor Dios de Israel  porque ha visitado y  redimido a su pueblo.  69 y nos ha suscitado una fuerza salvadora en la casa de David, su siervo, 70 como había prometido desde tiempos antiguos, por boca de sus santos profetas, 71 que nos salvaría de nuestros  enemigos y de las manos de  todos  los que nos odiaban  72 haciendo  misericordia  a  nuestros padres y recordando su  santa  alianza  73 y el juramento que juró a Abrahán nuestro padre, de concedernos 74 que, libres de manos enemigas, podamos servirle sin temor 75 en santidad y justicia delante de él todos nuestros días”.
 
Lo que voy a destacar, simplemente fragmentándolo, pertenece, según Lucas, a lo que el padre de Juan Bautista desea para su hijo. Pero me parece absolutamente claro que Jesús solo se entiende bien si se enmarcan sus inicios en la estela del Bautista, como señalan Marcos y Mateo (sobre todo este último) haciendo que Jesús repita palabra por palabra en sus inicios la predicación del Bautista. Y no olvidemos que según ya la teología cristiana primitiva, Juan Bautista es el precursor de Jesús. Nadie puede ser el precursor de nadie si tiene un pensamiento absolutamente distinto.
 
 
1. «Bendito el Señor Dios de Israel  porque ha visitado y  redimido a su pueblo.
2. Nos ha suscitado una fuerza salvadora en la casa de David, su siervo,
3. Como había prometido desde tiempos antiguos, por boca de sus santos profetas,
4. Nos salvaría de nuestros  enemigos y de las manos de  todos  los que nos odiaban  
5. Haciendo  misericordia  a  nuestros padres y recordando su  santa  alianza
6. El juramento que juró a Abrahán nuestro padre, de concedernos que  
7. Libres de manos enemigas, podamos servirle sin temor, en santidad y justicia delante de él todos nuestros días”.
 
Estas siete frases pertenecen de nuevo a la teología de la restauración de Israel. Se trata del dominio físico y terreno de Israel, el pueblo elegido, sobre todas las naciones de la tierra, gracias al brazo de Yahvé. No hay en los pronunciamientos que pueden considerarse auténticos de Jesús –y que son estimados así por el consenso de los investigadores– ningún pasaje expreso de Jesús que contradiga formalmente este ambiente teológico de la restauración de Israel, o que lo extienda formal y expresamente a los paganos.
 
Ya falta poco para terminar la enumeración de las piezas de este “patrón de recurrencia” en los textos evangélicos.
 
Saludos cordiales de Antonio Piñero
 
Viernes, 13 de Enero 2017
Escribe Antonio Piñero
 
Después del triste día de ayer, seguimos con nuestra acumulación de datos en torno a las implicaciones políticas y sociales de la actividad de Jesús, tomados del artículo de F. Bermejo “Jesús y la resistencia antirromana”, publicado en la revista “Journal for the Study of the Historical Jesus” 12 (2014) 1-105.
 
19. «De acuerdo con Lc 23,2.5.14, la acusación principal contra Jesús fue la de instigar la sedición y subvertir nuestra nación”' (los verbos utilizados son ἀναστρέφω (anastréfo)/ “derribar”, διαστρέφω (diastréfo) / “subvertir”, y ἀνασείω (anaseío) / “incitar”).
 
Lc 23,2-4: “Comenzaron a acusarle diciendo: «Hemos encontrado a éste alborotando a nuestro pueblo, prohibiendo pagar tributos al César y diciendo que él es Cristo Rey».  Pilato le preguntó: «¿Eres tú el rey de los judíos?» Él le respondió: «Sí, tú lo dices».  Pilato dijo a los sumos sacerdotes y a la gente: «Ningún delito encuentro en este hombre»”.
 
 
Naturalmente, podrá decirse que las acusaciones son falsas. Pero la cuestión es que esta acusación se une al notable número de indicios que hasta el momento se han acumulado.
 
 
La segunda observación se refiere al claro sesgo de Lucas, que trata de exculpar a Jesús. Para el que conozca mínimamente a Poncio Pilato, las costumbres de los gobernadores romanos, el funcionamiento del Imperio en general, es absolutamente inverosímil que  después de una acusación de ese calibre, y tras la afirmación explícita –según el evangelista– por parte de Jesús que se proclama “rey de los judíos” (= pretendiente mesiánico; sucesor de David; que excluye absolutamente la dominación del Imperio y una subversión fenomenal del estatus político de Judea), diga simplemente «Ningún delito encuentro en este hombre».
 
 
Y naturalmente alguien podrá argüir que Pilato sabía perfectamente que el “Reino de Dios Jesús no era de este mundo” (Jn 18,36)…,  ¡lo cual supone aplicar a un gobernador romano la teología del cuarto evangelista pergeñada decenios más tarde!
 
20) «El episodio del exorcismo de Gerasa (Mc 5,1 - 13) parece tener una referencia política doble: el nombre del espíritu impuro es 'Legión' (lo que implica una visión negativa del ejército romano), y el trasfondo del Antiguo Testamento es el ahogamiento del ejército egipcio opresivo en Ex. 14,22 – 15,19».
 
Mc 5,1-13:
 
“Y llegaron al otro lado del mar, a la región de los gerasenos. 2 Apenas saltó de la barca, vino a su encuentro, de entre los sepulcros, un hombre con espíritu inmundo 3 que moraba en los sepulcros y a quien nadie podía ya tenerle atado ni siquiera con cadenas, 4 pues muchas veces le habían atado con grillos y cadenas, pero él había roto las cadenas y destrozado los grillos, y nadie podía dominarle. 5 Y siempre, noche y día, andaba entre los sepulcros y por los montes, dando gritos e hiriéndose con piedras. 6 Al ver de lejos a Jesús, corrió y se postró ante él 7 y gritó con gran voz: «¿Qué tengo yo contigo, Jesús, Hijo de Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes.» 8 Es que él le había dicho: «Espíritu inmundo, sal de este hombre.» 9 Y le preguntó: «¿Cuál es tu nombre?» Le contesta: «Mi nombre es Legión, porque somos muchos.» 10 Y le suplicaba con insistencia que no los echara fuera de la región. 11 Había allí una gran piara de puercos que pacían al pie del monte; 12 y le suplicaron: «Envíanos a los puercos para que entremos en ellos.» 13 Y se lo permitió. Entonces los espíritus inmundos salieron y entraron en los puercos, y la piara - unos 2.0000 se arrojó al mar de lo alto del precipicio y se fueron ahogando en el mar”.
 
El lector observará que la actitud de Jesús que está en una tierra extranjera (¿huyendo de Herodes Antipas?), que no es la suya, infligiendo un daño grave a la economía de las gentes de Gerasa, es notablemente injusta. Y es bastante parecida a la de los padres de niños musulmanes, emigrados, acogidos en España cordialmente, exijan de los directores de ciertos colegios que eliminen del menú del comedor escolar la carne de cerdo!!! A esto se llama imposición.
 
La tradición que está detrás de este exorcismo es contraria a la teología del evangelista Marcos, quien empieza ya a despolitizar a Jesús y a exaltarlo indirectamente como Dios. La historia, probablemente muy “arreglada” por esa tradición, y plena de problemas de historicidad –empezando porque Gerasa está a unos 60 kms. del lago de Genesaret, el “mar” más cercano– ha conservado, sin embargo, el carácter antirromano que tenía necesariamente la predicación de Jesús, aunque esta fuera eminentemente religiosa.
 
 21. «Varios pasajes que establecen un vínculo entre las actividades de predicación y sanación de Jesús y los levantamientos populares (Jn 6,15; Mc 14,2: «tumulto de la gente» ; Mc 6,30 - 45). Se nos dice que la multitud quería proclamar a Jesús como rey a toda costa».
 
Jn 6,15: “Dándose cuenta Jesús de que intentaban venir a tomarle por la fuerza para hacerle rey, huyó de nuevo al monte él solo”.
 
Obsérvese el “huyó” y el “de nuevo” y “solo”: esto implica que no era la primera vez; que el deseo de hacerlo rey era imperioso entre las gentes, y que huye solo, porque sus discípulos debían de participar de ese deseo, eminentemente político y antirromano de las multitudes.
 
Mc 14,1-2: “Faltaban dos días para la Pascua y los Ácimos. Los sumos sacerdotes y los escribas buscaban cómo prenderle con engaño y matarlo. Pues decían: «Durante la fiesta no, no sea que haya alboroto del pueblo»”.
 
 
Si lo que escribe el evangelista Marcos es verdad, el pueblo estaba absolutamente con Jesús. Y ¿era acaso prorromano el pueblo judío del momento?
 
Mc 6 ,30-45: relato de la primera multiplicación de los panes, que no es necesario que transcriba aquí. Pero obsérvese el v. 34: “Y al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión de ellos, pues estaban como ovejas que no tienen pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas”.  Es una cita clara de Números 27,16-17:  
 
“16 «Que Yahvé, Dios de los espíritus de toda carne, ponga un hombre al frente de esta comunidad, 17 uno que salga y entre delante de ellos y que los haga salir y entrar, para que no quede la comunidad de Yahveh como rebaño sin pastor».
 
El contexto es el del nombramiento de Josué como jefe dirigente del pueblo judío, un jefe que inicia, según la Biblia hebrea, la conquista de Canaán.
 
Judit 11,19:
 
“Yo te guiaré por medio de Judea hasta llegar a Jerusalén y haré que te asientes en medio de ella. Tú los llevarás como rebaño sin pastor, y ni un perro ladrará contra ti. He tenido el presentimiento de todo esto; me ha sido anunciado y he sido enviada para comunicártelo”.
 
El contexto (aunque no sea una obra histórica; es una novelita edificante) es totalmente guerrero. Judit, que está engañando a Holofernes, general de Nabucodonosor, le promete que Dios lo guiará para conquistar Judea.
 
2 Crónicas 18,16:
 
“Entonces él dijo: «He visto todo Israel disperso por los montes, como ovejas sin pastor; Yahveh ha dicho: No tienen señor; que vuelvan en paz cada cual a su casa”.
 
Contexto: el que habla es el profeta Miqueas que se dirige a Ajab, rey de Israel, que está proponiendo a Josafat, entrar en combate contra Ramot de Galaad.
 
Saludos cordiales de Antonio Piñero
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com 
Jueves, 12 de Enero 2017
Tras la muerte de Gonzalo Puente Ojea

 
Escribe Antonio Piñero
 
Día tristísimo para mí ayer, cuando un muy buen amigo, y de Gonzalo Puente (quien, si no me equivoco, los siguientes que iba a cumplir eran 92), me comunicó “que se había ido” quien durante años ha sido para mí un referente intelectual. Creo que se ha ido vencido por una profunda tristeza y sin ánimo de vivir, tras la muerte de su mujer, Pilar Lasa, y las demoledoras consecuencias que le trajo.
 
Ciertamente la carrera profesional de Gonzalo Puente Ojea se desarrolló en el ámbito del derecho y la diplomacia, hasta llegar al grado máximo de su carrera “Embajador de España”, función, cargo y honor que, una vez conseguido, es de por vida.  Pero su impacto en el ámbito intelectual en el mundo de lengua hispana fue por otros derroteros distintos a los meramente diplomáticos y políticos (fue Subsecretario del Ministerio de Asuntos Exteriores con Fernando Morán y Embajador de España ante la Santa Sede). Voy a obviar otros detalles biográficos que pueden encontrarse en diversos lugares en Internet, y explicaré el porqué de mi admiración personal y científico –en terrenos de la historia, sociología, filosofía, orígenes de la religión, Jesús de Nazaret y orígenes del cristianismo– hacia él.
 
En primer lugar por su inmensa honestidad intelectual. Fue en su juventud un fervoroso “Propagandista” de los fundados por el Cardenal Herrera Oria. Pero cuando le llegó la edad de una más profunda reflexión, se planteó decididamente las bases de sus creencias religiosas. Buscó y buscó. Leyó ávidamente todo lo que pudo, y creyó encontrar la clave de su vivir en dos direcciones: profundizar en el sentido de la historia leyendo no solo bibliografía meramente histórica, sino ante todo filosofía, y profundizar en los orígenes de la religión y en concreto de la suya, el cristianismo. Las dos direcciones le proporcionaron una base sólida para interpretar muchas  y variadas facetas del hombre occidental.
 
Quedó convencido Gonzalo Puente que la mejor herramienta para comprender la historia  era el materialismo dialéctico, siguiendo la estela de Marx y de Engels. Pero no fue nunca un fanático en su aplicación exclusivista. Y para entender la religión, creyó encontrar un venero seguro en la filología-teología alemana de principios del siglo XX, en la estela de R. Bultmann y su entorno. Y cuando creyó que podía explicar a las gentes su interpretación de la historia del cristianismo primitivo y de su ética y política, escribió en 1973 o 1974 –cuando aún vivía Franco y la libertad intelectual podía costar cara–  un libro impactante: “Ideología e Historia. El cristianismo como  fenómeno ideológico”, y luego “El fenómeno estoico” (no sé si es este su título exacto).
 
Sobre todo el primer libro de esos dos me impactó soberanamente, pues –aunque conocía bastante bien esa teología alemana por haber hecho gran parte de  mi tesis doctoral en Heidelberg, bajo la sensata dirección de Hans Freiherr von Campenhausen (y en Madrid, bajo la brillantísima égida de Luid Gil)– el libro me pareció iluminador cuando vi que toda esa teología se aplicaba, ante la gente atónita, a esclarecer ante el público en lengua hispana la figura de Jesús y del primitivo cristianismo. Y aquí viene lo de la honestidad intelectual: dado el momento en el que se publicó el libro fue un acto de valentía enorme, que le costó muchos disgustos (y también no pocas alegrías de gente que lo valoraron justamente). Desde que leí “Ideología e Historia”, mi vida intelectual cambió, porque se fortalecieron enormemente los puntos de vista que yo solo y tanteando en la oscuridad me había ido formando lentamente. Fue como un libro de cabecera que me robusteció.  Luego leí todos los libros de Gonzalo.
 
Y, en segundo lugar, tenía un enorme respeto por Gonzalo, por la sensatez, la profundidad de su análisis, por el ansia de aprender y de profundizar en todo lo que tocaba intelectualmente, por la pausa con la que leía y anotaba, por su capacidad de asimilación, por el orden y claridad de sus ideas y por la capacidad dialéctica, límpida, para discutir esas ideas laboriosamente conseguidas entre los que pretendíamos ser sus pares, sin conseguirlo, y abordar otros problemas intelectuales en torno a la política, la sociología y la historia reciente de España.
 
Así que siempre consideré a Gonzalo Puente un pionero, el arriesgado primero, el que abría senda, el que portaba la luz que abría el camino en la niebla, el que en serio roturó el campo aún en barbecho  del análisis crítico de la religión, de los evangelios, de la figura de Pablo, el dotado de una capacidad de análisis independiente, noble, valiente, a veces arriesgado, que reconocía con sinceridad cuáles eran sus fuentes, que no aceptaba ningún argumento sin profundizarlo y debatirlo… y el que exponía sus conclusiones pese a la posible estigmatización que la manifestación de su libertad le iba a ocasionar.
 
Por estas y otras razones parecidas he estimado muy profundamente a Gonzalo Puente Ojea como uno de mis más brillantes maestros intelectuales que he tenido. He disentido de él en diversas perspectivas, pero siempre con respeto a sus argumentaciones.  Esa disensión también me iluminó…, aún más. Abrió un camino que, para mí, aún no está del todo explorado. He olvidado sus defectillos, que todos tenemos, o defectazos, y ahora me quedo con el recuerdo de lo bueno. Y como dice Sebastián Vázquez, editor ilustre de libros que han abierto también caminos en campos de la historia, de las religiones, de la gnosis, de la afición por la egiptología: “Con la muerte de Gonzalo Puente hemos perdido uno de los pocos que eran de verdad de pensamiento independiente en España en materia de religión. Tan pocos que cabían todos en un taxi”. Ha quedado un hueco en ese vehículo y es una gran tristeza.
 
Saludos cordiales de Antonio Piñero
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com
 
Miércoles, 11 de Enero 2017

 Escribe Antonio Piñero
 
Sigo con la reunión de textos de F. Bermejo que apuntan todos en la misma dirección. Es un patrón de recurrencia muy claro sobre la postura de Jesús respecto al Imperio Romano. Todos los pasaje proceden del Nuevo Testamento; el mismo tema general se halla disperso por diversos estratos o formas de la tradición (parábolas, dichos, hechos, relatos polémicos, material puramente didáctico, punto de vista de Jesús, de los adversarios…, etc.).
 
Es muy difícil negar que este material cumple con creces dos de los criterios de autenticidad: a) testimonio múltiple; b) criterio de dificultad, porque todo él ha sido recogido por los evangelistas, a pesar de que a la vez estos mismos autores intentan mostrar que Jesús estaba totalmente fuera de la política de su tiempo, que su predicación era puramente religiosa y que nada tenía que ver  con los intereses nacionales de sus paisanos. Este patrón no presenta a un Jesús puramente humilde y manso de corazón. No podemos cerrar los ojos a otras perspectivas sobre Jesús que aparecen en este “material furtivo” (G. Puente Ojea), pero que está en la tradición por la evidencia mismas de los hechos y dichos que no puede eliminarse.
 
18.  «Los Evangelios testimonian una relación antagónica entre Jesús y Herodes Antipas, quien mantenía un ojo vigilante sobre Jesús y sus seguidores, y “quería matar” a Jesús (Lc 13,31)».
 
· Mc 6,14-16: Se enteró el rey Herodes, pues su nombre se había hecho célebre. Algunos decían: «Juan el Bautista ha resucitado de entre los muertos y por eso actúan en él fuerzas milagrosas.»  Otros decían: «Es Elías»; otros: «Es un profeta como los demás profetas.» Al enterarse Herodes, dijo: «Aquel Juan, a quien yo decapité, ése ha resucitado.»
 
 
· Lc 9,9: “Herodes dijo: «A Juan, le decapité yo. ¿Quién es, pues, éste de quien oigo tales cosas?» Y buscaba verlo”.
 
Estos pasajes muestran la curiosidad de Herodes Antipas por Jesús, pues pensaba que un enemigo suyo, Juan Bautista, podría haber resucitado. Pero esa curiosidad no era para aprender la doctrina de Jesús. Evidentemente había curiosidad, pero una vez satisfecha y comprobada su peligrosidad (Jesús era a sus ojos un personaje igual al Bautista), tendría que eliminarlo. Lucas lo dice claramente: “Se acercaron algunos fariseos a Jesús, y le dijeron: «Sal y vete de aquí, porque Herodes quiere matarte»”. Correr de nuevo el riesgo de matar a un profeta era –desde el punto de vista político– un grave problema para Antipas. Por tanto,  el tetrarca tenía motivos serios para correr tal riesgo: Jesús estorbaba su política.
 
Añade Bermejo: «Jesús hizo comentarios despectivos sobre el tetrarca, lo temía y huyó repetidamente de él»
 
 · Lc 13,32: “Y él les dijo: «Id a decir a ese zorro: Yo expulso demonios y llevo a cabo curaciones hoy y mañana, y al tercer día soy consumado.  Pero conviene que hoy y mañana y pasado siga adelante, porque no cabe que un profeta perezca fuera de Jerusalén. ¡Jerusalén, Jerusalén!, la que mata a los profetas y apedrea a los que le son enviados”
 
Lucas mezcla aquí dichos distintos de Jesús, pronunciados en diversas ocasiones. Pero interesa aquí caer en la cuenta de que Jesús era totalmente consciente de que el peligro que representaba Antipas para él era de muerte.
 
· Mc 8,15: “Él les hacía esta advertencia: «Abrid los ojos y guardaos de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes»” 
 
Es conocido que la levadura era como un símbolo de impureza, a pesar de lo necesaria que era para una comida básica, el pan. Previamente a la fiesta de la pascua, había que eliminar todo restillo de levadura que hubiere en la casa.
 
 
· Mt. 11,7-8: “Cuando éstos se marchaban, se puso Jesús a hablar de Juan a la gente: «¿Qué salisteis a ver en el desierto? ¿Una caña agitada por el viento?  ¿Qué salisteis a ver, si no? ¿Un hombre elegantemente vestido? ¡No! Los que visten con elegancia están en los palacios de los reyes.
 
 
La mayoría de los intérpretes observa aquí tres cosas importantes: a) El respeto y veneración de Jesús por Juan Bautista. Habla bien de él prácticamente siempre;  b) Es posible que la “caña sacudida por el viento sea una alusión a Antipas llena de ironía; c) El desprecio de Jesús hacia los ricos y los bienes materiales. No puede negarse que la oposición a los ricos está llena de consecuencias que muchos de la época interpretarían como revolucionarias. “Muchos primeros serán los últimos, y los últimos, los primeros” (Mc 10,31; Mt 19,30).
 
 
·  Según Bermejo, en Q 9,58, Jesús parece haber utilizado la alegoría velada para referirse despectivamente a Herodes y las élites de Séforis: “Jesús le dijo: «Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza». Aparte del sentido normal referido a  la pobreza de Jesús, que es evidente, puede haber un doble sentido: zorro = Herodes Antipas; aves y nidos = mansiones de los ricos. Jesús no es como Antipas / Jesús no tiene donde reclinar la cabeza.
 
He aquí unos posibles textos sobre la actitud de huida de Jesús  extraídos del Evangelio de Marcos, al menos pueden ser indicios de tal fuga y como tales han sido interpretados:
 
6,45: “Inmediatamente obligó a sus discípulos a subir a la barca y a ir por delante hacia Betsaida, mientras él despedía a la gente”. Obsérvese el “obligó”.
 
7,31: “Se marchó de la región de Tiro y vino de nuevo, por Sidón, al mar de Galilea, atravesando la Decápolis”. Obsérvese el camino errático. Diversos intérpretes opinan que no se trata de un error geográfico de Marcos, sino una descripción de una huida despistante.
 
8,10: “Subió a continuación a la barca con sus discípulos y se fue a la región de Dalmanutá” (región desconocida por nosotros).
 
9,2: “Seis días después, toma Jesús consigo a Pedro, Santiago y Juan, y los lleva, a ellos solos, aparte, a un monte alto. Y se transfiguró delante de ellos”.
 
9,30: “Y saliendo de allí, iban caminando por Galilea; él no quería que se supiera”. Jesús camina de incógnito. Hubo de tener serios motivos, a pesar de que su misión era proclamar continuamente la inmediata venida del reino de Dios.
 
10,1: “Y levantándose de allí va a la región de Judea, y al otro lado del Jordán, y de nuevo vino la gente donde él y, como acostumbraba, les enseñaba”. Al pasar a Judea, Jesús esuiva la jurisdicción de Antipas.
 
Seguiremos.
 
Saludos cordiales de Antonio Piñero
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com
 
Martes, 10 de Enero 2017
“Jesús y la resistencia antirromana”. Sigue el análisis de textos de los Evangelios (V)
 
Escribe Antonio Piñero
 
Continuamos con el patrón de recurrencia (que podría titularse también “Jesús sedicioso respecto al Imperio Romano”) que es una parte no muy extensa del artículo del Prof. Bermejo que estamos resumiendo y comentando
 
16. «El dicho de "cargar con la cruz" (Mc 8,34 - 35 y el paralelo en Lc 9,23 y Mt 16,24; Evangelio de Tomás 55) –y la mención de la cruz en Mc 10,38 / Lc. 14,27– indican una aguda conciencia de la violencia y hostilidad entre Jesús y el Imperio».
 
· Mc 8,34-35: Pero él, volviéndose y mirando a sus discípulos, reprendió a Pedro, diciéndole: «¡Quítate de mi vista, Satanás! porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres.»  Llamando a la gente a la vez que a sus discípulos, les dijo: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame.
 
 
=  Lc 9,23: Decía a todos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame». Lucas añade «cada día», con lo cual desvirtúa claramente el dicho originario y lo pasa a un sentido espiritualista, que es el que ha durado hasta hoy. Ya no tiene nada que ver con el martirio ante el Imperio, sino con aceptar los sufrimientos –de acuerdo con el espíritu de Jesús –que Dios manda cada día.
 
            = Mt 16,24: “Entonces dijo Jesús a sus discípulos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame»”. Mt restringe el “llamando a la gente de Marcos”. La comunidad de este primer evangelista tiene un sentido comunitario de la “cruz” que prepara el camino de Lucas. En esto Mateo se muestra más fiel al pensamiento del Jesús histórico.
 
            = Evangelio de Tomás 55: “Quien no odie a su padre y a su madre no podrá ser discípulo mío, y quien no odie a sus hermanos y a sus hermanas y no tome su cruz como yo no será digno de mí”.
 
El recopilador de las sentencias de Jesús y el que le da un tinte gnóstico, hace aquí –al juntar dos dichos pronunciados en circunstancias distintas– una operación parecida a la de Lucas: desvirtúa totalmente el sentido originario, pues hace de “tomar la cruz” un acto tan seguido y diario  como la postura de “amar menos” (= “odiar”) a su familia que el seguimiento de Jesús, prioritario.
 
 
17. «Varios seguidores de Jesús –Pedro (Mc 14,29-31 / Lc 22,31-33) y los hijos de Zebedeo (Mc 10,38-39)– expresan el compromiso de morir con él».
 
· Mc 14,27-31: “Jesús les dice: «Todos os vais a escandalizar, ya que está escrito: «Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas».  Pero después de mi resurrección, iré delante de vosotros a Galilea.» 29 Pedro le dijo: «Aunque todos se escandalicen, yo no». Jesús le dice: «Yo te aseguro: hoy, esta misma noche, antes que el gallo cante dos veces, tú me habrás negado tres». Pero él insistía: «Aunque tenga que morir contigo, yo no te negaré.» Lo mismo decían también todos”.
 
 
Los vv. 27-28 no pueden haber sido pronunciados por el Jesús histórico, ya que aluden a su resurrección. El que Jesús haya predicho la huida de sus discípulos es más o menos creíble, pero es muy verosímil que la cita bíblica añadida de Zac 13,7 es probablemente obra de Marcos.
 
 
· Lc 22,31-33: “«¡Simón, Simón! Mira que Satanás ha solicitado el poder cribaros como trigo; pero yo he rogado por ti, para que tu fe no desfallezca. Y tú, cuando hayas vuelto, confirma a tus hermanos». Él dijo: «Señor, estoy dispuesto a ir contigo hasta la cárcel y la muerte».  Pero él dijo: «Te digo, Pedro: No cantará hoy el gallo antes que hayas negado tres veces que me conoces»”.
 
 
Es claro que Lucas altera la escena: añade la “fe” (en Jesús) propia ya de una teología posterior; pronostica, pues ya es sabido en el momento de composición de Evangelio = ex eventu– el arrepentimiento de Pedro, y el liderazgo futuro de Pedro tal como cuentan los Hechos de apóstoles al principio (a partir del capítulo 2); añade lo de la “cárcel”, que es también reflejo de una persecución posterior que podrían haber sufrido algunos miembros de su comunidad.
 
· Mc 10,37-40: “Ellos le respondieron: «Concédenos que nos sentemos en tu gloria, uno a tu derecha y otro a tu izquierda.» Jesús les dijo: «No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber, o ser bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado?». Ellos le dijeron: «Sí, podemos». Jesús les dijo: «La copa que yo voy a beber, sí la beberéis y también seréis bautizados con el bautismo con el que yo voy a ser bautizado; pero, sentarse a mi derecha o a mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado»”.
 
 
Esta escena es parte real, parte inverosímil tal como está narrada, pues contiene elementos proféticos que se refieren a la posible muerte de los dos hijos de Zebedeo (no solo de Santiago, como sabemos por Hch 12,2; (la posible muerte de Juan contradice la tradición –del siglo II– de su larga vida en Éfeso y desde luego hace imposible la autoría del Cuarto Evangelio por este  Juan, apóstol directo de Jesús). Pero lo que se debe sin duda obtener de la escena es la premonición de Jesús de que su comportamiento y el de sus discípulos era sedicioso respecto al Imperio, y que tanto él como sus seguidores podían ser condenados con la muerte (= el “cáliz” que se ha de beber: probablemente una expresión eufemística que no sabemos si procede de Jesús o de la iglesia posterior) por su modo de vida, prédicas y actuación.
 
 
Saludos cordiales de Antonio Piñero
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com
 
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No quiero repetir expresamente el texto más o menos largo con el que anuncié la continuación de mi Seminario sobre “Jesús de Nazaret y la investigación” actual en La Ramallosa, en el área metropolitana de Vigo (Pontevedra), hoy lunes 9 de enero a las 18.00. Por favor léase este anuncio en la postal del sábado pasado 7 enero 2017.
“Jesús y la resistencia antirromana”. Sigue el análisis de textos de los Evangelios (V)
 
Escribe Antonio Piñero
 
Continuamos con el patrón de recurrencia (que podría titularse también “Jesús sedicioso respecto al Imperio Romano”) que es una parte no muy extensa del artículo del Prof. Bermejo que estamos resumiendo y comentando
 
16. «El dicho de "cargar con la cruz" (Mc 8,34 - 35 y el paralelo en Lc 9,23 y Mt 16,24; Evangelio de Tomás 55) –y la mención de la cruz en Mc 10,38 / Lc. 14,27– indican una aguda conciencia de la violencia y hostilidad entre Jesús y el Imperio».
 
· Mc 8,34-35: Pero él, volviéndose y mirando a sus discípulos, reprendió a Pedro, diciéndole: «¡Quítate de mi vista, Satanás! porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres.»  Llamando a la gente a la vez que a sus discípulos, les dijo: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame.
 
 
=  Lc 9,23: Decía a todos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame». Lucas añade «cada día», con lo cual desvirtúa claramente el dicho originario y lo pasa a un sentido espiritualista, que es el que ha durado hasta hoy. Ya no tiene nada que ver con el martirio ante el Imperio, sino con aceptar los sufrimientos –de acuerdo con el espíritu de Jesús –que Dios manda cada día.
 
            = Mt 16,24: “Entonces dijo Jesús a sus discípulos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame»”. Mt restringe el “llamando a la gente de Marcos”. La comunidad de este primer evangelista tiene un sentido comunitario de la “cruz” que prepara el camino de Lucas. En esto Mateo se muestra más fiel al pensamiento del Jesús histórico.
 
            = Evangelio de Tomás 55: “Quien no odie a su padre y a su madre no podrá ser discípulo mío, y quien no odie a sus hermanos y a sus hermanas y no tome su cruz como yo no será digno de mí”.
 
El recopilador de las sentencias de Jesús y el que le da un tinte gnóstico, hace aquí –al juntar dos dichos pronunciados en circunstancias distintas– una operación parecida a la de Lucas: desvirtúa totalmente el sentido originario, pues hace de “tomar la cruz” un acto tan seguido y diario  como la postura de “amar menos” (= “odiar”) a su familia que el seguimiento de Jesús, prioritario.
 
 
17. «Varios seguidores de Jesús –Pedro (Mc 14,29-31 / Lc 22,31-33) y los hijos de Zebedeo (Mc 10,38-39)– expresan el compromiso de morir con él».
 
· Mc 14,27-31: “Jesús les dice: «Todos os vais a escandalizar, ya que está escrito: «Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas».  Pero después de mi resurrección, iré delante de vosotros a Galilea.» 29 Pedro le dijo: «Aunque todos se escandalicen, yo no». Jesús le dice: «Yo te aseguro: hoy, esta misma noche, antes que el gallo cante dos veces, tú me habrás negado tres». Pero él insistía: «Aunque tenga que morir contigo, yo no te negaré.» Lo mismo decían también todos”.
 
 
Los vv. 27-28 no pueden haber sido pronunciados por el Jesús histórico, ya que aluden a su resurrección. El que Jesús haya predicho la huida de sus discípulos es más o menos creíble, pero es muy verosímil que la cita bíblica añadida de Zac 13,7 es probablemente obra de Marcos.
 
 
· Lc 22,31-33: “«¡Simón, Simón! Mira que Satanás ha solicitado el poder cribaros como trigo; pero yo he rogado por ti, para que tu fe no desfallezca. Y tú, cuando hayas vuelto, confirma a tus hermanos». Él dijo: «Señor, estoy dispuesto a ir contigo hasta la cárcel y la muerte».  Pero él dijo: «Te digo, Pedro: No cantará hoy el gallo antes que hayas negado tres veces que me conoces»”.
 
 
Es claro que Lucas altera la escena: añade la “fe” (en Jesús) propia ya de una teología posterior; pronostica, pues ya es sabido en el momento de composición de Evangelio = ex eventu– el arrepentimiento de Pedro, y el liderazgo futuro de Pedro tal como cuentan los Hechos de apóstoles al principio (a partir del capítulo 2); añade lo de la “cárcel”, que es también reflejo de una persecución posterior que podrían haber sufrido algunos miembros de su comunidad.
 
· Mc 10,37-40: “Ellos le respondieron: «Concédenos que nos sentemos en tu gloria, uno a tu derecha y otro a tu izquierda.» Jesús les dijo: «No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber, o ser bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado?». Ellos le dijeron: «Sí, podemos». Jesús les dijo: «La copa que yo voy a beber, sí la beberéis y también seréis bautizados con el bautismo con el que yo voy a ser bautizado; pero, sentarse a mi derecha o a mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado»”.
 
 
Esta escena es parte real, parte inverosímil tal como está narrada, pues contiene elementos proféticos que se refieren a la posible muerte de los dos hijos de Zebedeo (no solo de Santiago, como sabemos por Hch 12,2; (la posible muerte de Juan contradice la tradición –del siglo II– de su larga vida en Éfeso y desde luego hace imposible la autoría del Cuarto Evangelio por este  Juan, apóstol directo de Jesús). Pero lo que se debe sin duda obtener de la escena es la premonición de Jesús de que su comportamiento y el de sus discípulos era sedicioso respecto al Imperio, y que tanto él como sus seguidores podían ser condenados con la muerte (= el “cáliz” que se ha de beber: probablemente una expresión eufemística que no sabemos si procede de Jesús o de la iglesia posterior) por su modo de vida, prédicas y actuación.
 
 
Saludos cordiales de Antonio Piñero
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com
 
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No quiero repetir expresamente el texto más o menos largo con el que anuncié la continuación de mi Seminario sobre “Jesús de Nazaret y la investigación” actual en La Ramallosa, en el área metropolitana de Vigo (Pontevedra), hoy lunes 9 de enero a las 18.00. Por favor léase este anuncio en la postal del sábado pasado 7 enero 2017.
Lunes, 9 de Enero 2017
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Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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