Notas
Hoy escribe Gonzalo del Cerro
Partimos de la afirmación básica de que en la época en que se escriben los Hechos Apócrifos de los Apóstoles, no existe una doctrina a la que atengan los que son considerados gnósticos. Puieden consultarse, por ejemplo, en este punto la Introduction â l’étude du Gnosticisme au I et au II siécle, París ,1903, de E. de Faye, p. 141. Por consiguiente, no es posible encontrar una regula fidei con la que comparar los HchAp. El gnosticismo era una forma de pensar y de ser en la que entraban componentes tanto cristianos como paganos. Ya decía Hipólito que estos herejes tomaban sus opiniones no de la Sagrada Escritura, sino de la sabiduría de los griegos (cf. J. Montserrat Torrents, Los Gnósticos, Madrid, 1983, II 8 y 21). En efecto, las teorías de Platón dejan en la ideología gnóstica conceptos tan característicos como el del cuerpo como cárcel del alma. Pero también ciertos ambientes judíos, como el del monasterio de Qumrán con su tendencia a la expresión dualística del pensamiento, son perceptibles tanto en las doctrinas como en la terminología de los gnósticos. En su versión cristiana, el gnosticismo tiene estos principios básicos: a) El espíritu del hombre, consustancial con el ser divino, está prisionero de la materia y suspira por su liberación. b) Tiene necesidad de un redentor que le otorgue el verdadero conocimiento (gnosis) de su origen y su destino. c) En ese conocimiento consiste la verdadera salvación. d) Una cosmogonía a base de emisiones por parejas a partir del Ser perfecto y mediante una terminología complicada que contiene elementos de origen tan variado como el pitagorismo, el hermetismo y la astrología. e) Una teología basada en la exégesis alegórica del Nuevo Testamento. f) Todo dentro de un contexto de elegidos o iniciados que han conseguido ya el conocimiento, mientras los demás siguen sumidos en la ignorancia. Acerca de estos temas ofrece una excelente síntesis A. Piñero en su estudio sobre “El infinito asequible. El gnosticismo cristiano en los siglos II y III” en los Cursos de Verano del Escorial, 1989, La gnosis y el conocimiento de lo oculto, Universidad Complutense de Madrid. El hombre se siente, en consecuencia, extraño en este mundo, añora la paz, el descanso, la luz de la otra vida que es la verdadera. El regreso, en suma, a su primitivo y original estado. Uno de los rasgos más característicos del gnosticismo es el dualismo, que da origen a múltiples antinomias: conocimiento-ignorancia, luz-tinieblas, materia-espíritu, vida-muerte, etc. La obsesión de conocer el origen es la razón del interés de los gnósticos por el libro bíblico del Génesis- Así se explican las palabras de Valentín, según Clemente de Alejandría, que pueden valer como una definición de su gnosis: “Lo que nos hace libres no es el bautismo solo, sino también la gnosis: (el conocer) quiénes somos, qué llegamos a ser, dónde estábamos, dónde hemos caído, hacia donde nos dirigimos, de qué hemos sido liberados, qué es el nacimiento, qué el nuevo nacimiento” (Clem. Alej., Excerpta ex Theod., 78, 2). Desde el punto de vista literario, se aprecia en los gnósticos una clara tendencia retorizante y el uso de una terminología esotérica, que podría estar motivada por su afán de ocultar sus doctrinas a los no iniciados. En este sentido, son mu aficionados a la alegoría como forma de presentación de sus conceptos. Por eso, muchas de sus ideas teológicas están basadas en la exégesis alegórica de la Escritura. E. Peterson, en su artículo "Gnosi" en la Enciclopedia Cattolica V 876, afirma que “los gnósticos hacen un uso abundante de palabras figurativas”. Después de esta rápida ojeada por la gnosis, se impone la pregunta: ¿Son los Hechos Apócrifos de los Apóstoles escritos realmente gnósticos? O lo que es lo mismo: ¿Contienen los HchAp los rasgos característicos del gnosticismo? No necesitamos insistir en el hecho de que la línea divisoria entre ortodoxia y herejía no estaba clara y definitivamente fijada en el siglo II. Faltaba en los litigios doctrinales “un criterio seguro de ortodoxia”, como dice Montserrat Torrents en la obra citada (I 38). Además, en una época de enfrentamiento con las ideas judía y griega, no era difícil ceder a la tentación de aceptar elementos considerados compatibles con la doctrina cristiana. Y realmente, ciertos conceptos típicos del gnosticismo son susceptibles de una interpretación ortodoxa. Pablo suspiraba por verse libre “de es cuerpo de muerte” (Rom 7,24). Los cristianos, que antes eran tinieblas, ahora son luz (Ef 5,8). La economía del evangelio consiste en la revelación de unos misterios antes escondidos (Col 1,26; Ef 3,9). El concepto de “plērōma” tiene evidentes resonancias gnósticas en Ef 1,23; 3,19; 4,13; Col 1,19, 2,9. Como las tiene toda la teología del corpus ioanneum. Sobre todo este tema, es útil consultar el libro de W. Schmittals, Neues Testament und Gnosis (Nuevo Testamento y Gnosis), Darmstadt. A pesar de todo, la antigua tesis de Lipsius sobre el origen gnóstico de los HchAp está hoy generalmente abandonada. Aunque no faltan quienes la secundan cuando analizan ciertos pasajes de algunos HchAp, como los de Juan y Tomás. Si bien, después de tantos estudios, se deben hacer algunas matizaciones. Entre otras razones, porque también el concepto de gnosticismo ha sufrido variaciones en la consideración de los expertos. Además, los distintos HchAp, a pesar de sus numerosas semejanzas, no pueden incluirse sin más en un mismo juicio genérico. Como también deben excluirse del juicio general sobre un Hecho Apócrifo concreto aquellos fragmentos considerados como ajenos al autor del texto primitivo. En los HchJn, existen fragmentos clara e indiscutiblemente de origen gnóstico. Son los capítulos 92-102 y el 109. En ellos están contenidos el famoso Himno de la Danza y la revelación del misterio de la cruz (HchJn 94-102) y de una prolija plegaria con motivo de la última eucaristía celebrada por Juan (HchJn 109). Ya notamos en otra ocasión cómo el fragmento de HchJn 94-102 interrumpía un discurso coherente, que empieza en HchJn 88, queda interrumpido en HchJn 94 y continúa en HchJn 103. Pero el resto cabe dentro de los límiter4s de la ortodoxia, incluido el pasaje sobre la polimorfía de Jesús (HchJn 87-93). De todos modos, es natural que los que juzgan los HchJn sin excluir estos fragmentos, consideren esos Hechos Apócrifos como portadores de ideas heréticas. (Continuaremos) Saludos cordiales de Gonzalo del Cerro ....................... Hoy, en el otro blog, "El blog de Antonio Piñero" el tema tratado es "Pasión por el reino de Dios" Manera de entrar en este blog: pinchando en el link de esta página, abajo a la derecha, "el blog de Antonio Piñero". Saludos de nuevo
Jueves, 16 de Abril 2009
Comentarios
NotasHoy escribe Antonio Piñero Seguimos con el intento de aclarar quiénes fueron los adversarios de Pablo en Galacia, tema fundamental para esclarecer el pensamiento del Apóstol en esta Carta 5. Tampoco hay indicios claros en la Carta de que se trate de dos clases diferentes de adversarios/predicadores/misioneros, de dos “frentes de adversarios”. Más bien parece que Pablo no piensa en dos clases de enemigos sino que ataca siempre a un solo bloque. Sostener que Pablo no acaba de ver ese frente doble porque había sido mal informado, o porque no había entendido bien lo que pasaba en Galacia –como piensan algunos comentaristas- es demasiado suponer. Es pensar que un intérprete moderno de la Carta a los gálatas sabe más que Pablo mismo. 6. Igualmente es difícil afirmar con sólidas razones que estos judíos que arribaron a Galacia predicaban un judeocristianismo sincrético, Es decir, con mezcla de ideas de otras religiones en concreto paganas. El punto principal en el que se basan los comentaristas que abonan esta hipótesis está en el cap. 4 de la carta, donde Pablo afirma que si los gálatas hacen caso a los nuevos misioneros y abandonan el evangelio de la libertad sirven a los “elementos del mundo” (4,9). Estos intérpretes piensan que esa frase significaba rendir culto a espíritus astrales para garantizarse la benevolencia de éstos, idea que era muy propia de la religión pagana en general y de la gnosis: los “elementos del mundo” serían los espíritus que rigen este mundo en cuanto opuestos a Dios de alguna manera (estos espíritus se llaman técnicamente “arcontes”, es decir jefes que forman la corte del Demiurgo, la “otra divinidad” –distinta al Dios trascendente, que ha creado el mundo, según la gnosis). Ahora bien, hemos indicado antes en la explicación de este pasaje que tal suposición es innecesaria y que choca con la afirmación de Pablo en 4,3: « “Nosotros, cuando éramos menores de edad” –es decir, cuando estábamos bajo la tutoría de la Ley y debíamos cumplirla— “vivíamos como esclavos bajo los elementos del mundo”. » ¿Acaso Pablo sostiene que los judíos piadosos, observantes de la Ley tienen una religión sincrética o gnóstica porque adoran a elementos = espíritus o ángeles arcontes a las órdenes del Demiurgo o que adoran a espíritus astrales para hacerlos favorables a sus intereses? No parece en absoluto probable ni verosímil. Es más sencilla la explicación que hemos propuesto y que no exige pensar en un fuerte componente astral dentro de la religión judía común (la de Pablo): los nuevos predicadores eran simplemente judeocristianos que intentaban corregir la, según ellos, deficiente predicación del Evangelio por parte de su adversario, Pablo; a éste le faltaba proclamar que la ley mosaica seguía siendo obligatoria. El Apóstol reacciona y argumenta: aceptar la versión del cristianismo de mis adversarios es volver a la esclavitud siendo ya libres. ¿Por qué? Porque significa algo así como ser paganos de nuevo y de algún modo servir a los “elementos del mundo”. Para ejemplificar su audaz razonamiento Pablo utiliza dos veces el concepto de “elementos del mundo”, refiriéndose en ambos casos a los ángeles o espíritus, pero con su mente puesta en dos facetas de la actuación de éstos. Una la de seres espirituales que, según la tradición judía (p. ej., en el Libro de Henoc), controlan el universo por orden divina; otra como autores de algún modo de la Ley, transmitida a Moisés a través de ellos. En síntesis: Pablo ha establecido una comparación osada dando a las palabras “elementos del mundo = ángeles” una significación ligeramente variante en cada ocasión de su argumento. Éste sigue los siguientes pasos: 1. Los paganos politeístas adoran a “elementos del mundo” a los que erróneamente llaman dioses. Son “falsos” dioses porque en realidad son espíritus/ángeles, que controlan el orden del universo tal como Dios quiere. 2. Los cristianos que han adoptado el evangelio de Pablo están libres de cumplir la Ley, pues han sido salvados por la fe en Cristo en el marco de la promesa a Abrahán. 3. Pero si se deciden a cumplir la Ley de nuevo, vuelven a servir a los “elementos del mundo”. Pero Pablo no alude ahora a ángeles que controlan los movimientos de los astros, sino a los ángeles que sirvieron como promulgadores de la Ley a Moisés a través de los ángeles. Como se ve, Pablo viene a decir algo bastante ofensivo para unos oídos judíos: la Ley es hasta cierto punto un producto de los ángeles, no de Dios directamente. Es una estupidez, afirma el Apóstol, liberarse de un servicio a los ”elementos/ángeles”, controladores del mundo = salir del paganismo politeísta bautizándose en Cristo, para luego volver a servir de nuevo a los “elementos del mundo” = ángeles que fueron casi los autores de la Ley, pues la promulgaron y entregaron a los hombres a través de Moisés. Un razonamiento contundente. Saludos cordiales de Antonio Piñero. www.antoniopinero.com …………….………………… Hoy en el “Blog de Antonio Piñero” se trata del siguiente tema: “” Manera de entrar, si a alguien le interesare: pinchar en el enlace que se halla en la página presente, abajo en la derecha. Saludos de nuevo.
Miércoles, 15 de Abril 2009
Notas
Hoy escribe Antonio Piñero
Una vez que se ha entendido –así lo espero- el contenido de la carta en sus líneas esenciales, sin introducirnos en menudencias que pueden hacernos perder la visión general-podemos ya sintetizar en un cuadro de conjunto los rasgos que con gruesos trazos nos dibujan en la epístola quiénes eran los adversarios de Pablo en Galacia, qué pensaban, es decir, las ideas con las habían seducido a los gálatas y los habían hecho apartarse del Apóstol: 1. Los enemigos de Pablo predicaban una interpretación del cristianismo distinta a la del Apóstol. Como es natural en este período tan temprano, en el cristianismo no había aún ninguna autoridad doctrinal fija. Convivían en él una notable diversidad de interpretaciones de Jesús y de su significado, una variedad de teologías mayor de lo que quizá nos podamos imaginar hoy, teologías a veces opuestas. Por ello no es exacto en este momento calificar de “herejes” a los oponentes a Pablo, como hacen algunos comentaristas. Entonces no había aún “herejes”, sino distintas interpretaciones de lo que había representado lo acontecido con y en Cristo. Debemos recordar que en alguna ocasión he expresado que el nacimiento del cristianismo no es otra cosa que el nacimiento de la teología cristiana, y que ésta se forma cuando los seguidores de Jesús, una vez muerto éste, reflexionan sobre el impacto que les había causado el Maestro. Y reflexionan sobre su figura y misión a la luz de la creencia de Dios ha resucitado a Jesús, es decir, lo ha confirmado en las líneas esenciales de su vida. Por tanto, cristianismo era interpretación de Jesús y había diversas interpretaciones. 2. Esos adversarios eran misioneros itinerantes judíos, cristianos, procedentes de Israel en general(Judea y Galilea), quizá de Jerusalén. Aunque defendían una concepción diferente del cristianismo respecto a la paulina, sus ideas debían sonar muy plausibles, ya que obtuvieron un éxito rápido entre los gálatas (1,6). Sostenían en primer lugar que el evangelio de Pablo no era en verdad “apostólico”, ya que no había conocido a Jesús; no había formado pare del grupo de sus “apóstoles”. Seguramente procedería ese evangelio, la doctrina de Pablo sobre Jesús, de alguna información meramente humana, es decir, del contacto con otros cristianos que le hubieran adoctrinado erróneamente. Según la imagen que podemos formarnos del Jesús de la historia, hay que confesar que estos misionero judeocristianos defendían una teología que se acercaba mucho más a la del Jesús histórico que a la de Pablo en el punto crucial del valor que tenía la ley de Moisés como camino de salvación. Los recién llegados a Galacia afirmaban que no había “justificación” completa ante Dios (= salvación) si no se sumaba al bautismo cristiano el cumplimiento de la ley de Moisés. Eran predicadores consecuentes con la sentencia de Jesús de Mt 5,17: « “No penséis que he venido a abolir la ley y los Profetas. No he venido a abolirlos, sino a darles su cumplimiento. Os lo aseguro: el cielo y la tierra pasarán antes de que una i o un ápice de la Ley haya dejado de cumplirse”, » y eran consecuentes también con la idea -correcta a nuestro parecer- de que Jesús no había roto o se había salido del marco del judaísmo y del Antiguo Testamento. Por tanto, tenían buenas razones para seguir defendiendo la necesidad de observar la ley de Moisés, si alguien quería salvarse. 3. El cristianismo de estos adversarios confesaba que Jesús era el mesías, pero pensaban que esta afirmación no cambiaba nada respecto a otras normas del judaísmo. Por tanto, al afirmar consecuentemente que había que volver a cumplir la ley de Moisés, sostenían que ello suponía guardar tanto preceptos importantes, como circuncidarse, como otras normas de no tanta relevancia pero significativas, por ejemplo observar las fiestas judías (4,10). Afirmaban también que era cierto que en Abrahán y en la promesa a él concedida por parte de Dios cabían los paganos si se convertían, pero que los nacidos judíos tenían una cierta preeminencia: eran descendientes de Sara, la esposa legítima; los paganos, por su parte, lo eran de la esclava Agar. 4. Algunos comentaristas han apuntado la idea de que estos predicadores eran gnósticos judíos. “Gnósticos” eran los cristianos que afirmaban haber recibido una revelación especial de la divinidad, de modo que prácticamente ellos solos eran los que iban a salvarse. Consistía en esencia esta revelación en caer en la cuenta de que lo más elevado del ser humano, el espíritu, es consustancial con la divinidad; que ésta no es la que la gente cree –el Dios normal de judíos y cristianos-, sino un Dios trascendente, superalejado y superoculto que habita más allá de los cielos; y en segundo lugar que la salvación consiste en que el ser humano obre de acuerdo con su espíritu, de modo que éste, desprendido del cuerpo, pueda retornar al lugar de donde salió, el cielo donde se halla el verdadero Dios trascendente, y allí unirse con Él y con los demás espíritus. Pero, a decir verdad, por lo que hemos explicado del contenido de la carta no se observa en ella ningún rasgo nítido y claro que permita sostener esta suposición, ni siquiera la unión de espiritualismo y peligro de “libertinaje” (se puede hacer lo que uno quiera con el cuerpo, porque ello no afecta al espíritu: 5,13 y 6,8), pues es ésta poca base para caracterizar a alguien como gnóstico. Aunque sea cierto que en algunos casos en el siglo siguiente, el II, se dio tal mezcla de espiritualismo en unas pocas sectas gnósticas, es deducir demasiado de pocos datos. Así que no afirmamos que tales adversarios sean “gnósticos”. Nos contentamos con decir que eran “judaizantes” Seguiremos con esta caracterización de los adversarios nos ayudará para comprender mejor el pensamiento de Pablo y con ello el núcleo de su evangelio, la “salvación, o justificación, por la fe”. Saludos cordiales de Antonio Piñero. www.antoniopinero.com …………….………………… Hoy en el “Blog de Antonio Piñero” se trata del siguiente tema: “Profeta del reino de Dios” Manera de entrar, si a alguien le interesare: pinchar en el enlace que se halla en la página presente, abajo en la derecha. Saludos de nuevo.
Martes, 14 de Abril 2009
NotasHoy escribe Antonio Piñero 6,1-10: « 1 Hermanos, aun cuando alguno incurra en alguna falta, vosotros, los espirituales, corregidle con espíritu de mansedumbre, y cuídate de ti mismo, pues también tú puedes ser tentado. 2 Ayudaos mutuamente a llevar vuestras cargas y cumplid así la ley de Cristo. 3 Porque si alguno se imagina ser algo, no siendo nada, se engaña a sí mismo. 4 Examine cada cual su propia conducta y entonces tendrá en sí solo, y no en otros, motivo para glorificarse, 5 pues cada uno tiene que llevar su propia carga. 6 Que el discípulo haga partícipe en toda suerte de bienes al que le instruye en la Palabra. 7 No os engañéis; de Dios nadie se burla. Pues lo que uno siembre, eso cosechará: 8 el que siembre en su carne, de la carne cosechará corrupción; el que siembre en el espíritu, del espíritu cosechará vida eterna. 9 No nos cansemos de obrar el bien; que a su tiempo nos vendrá la cosecha si no desfallecemos. 10 Así que, mientras tengamos oportunidad, hagamos el bien a todos, pero especialmente a nuestros hermanos en la fe. » Aclaración: Pablo desciende en estos párrafos al terreno de la práctica comunitaria donde se puede percibir el contraste entre “espíritu” (= Cristo) / “carne” (= mundo terrenal, corpóreo, ámbito de control de Satanás) , entre ley antigua (= ley de Moisés) / ley del amor (la traída por Cristo). Llega así a un máxima general: “Obrad según el Espíritu (divino); también según el espíritu (humano, renovado) y el amor, pero no según la carne. 6,11-18 es la conclusión de la carta. Lo dividimos por secciones. La primera es 6,11-12: « 11 Mirad con qué letras tan grandes os escribo de mi propio puño. 6:12 Los que quieren ser bien vistos en lo humano, ésos os fuerzan a circuncidaros, con el único fin de evitar la persecución por la cruz de Cristo. » Aclaración: Pablo se deja llevar de la emoción, toma la pluma de su amanuense o copista, y escribe con su puño y letra las últimas palabras. Aunque está ya en el final arremete de nuevo contra sus oponentes: si éstos fuerzan a los gálatas a circuncidarse, a “judaizar”, es por “evitarse la persecución”. Esta extraña frase indica probablemente que los adversarios misioneros –los que habían extraviado a los gálatas con la predicación de un evangelio distinto al de Pablo- procedían de Israel, donde los judeocristianos que seguían guardando la ley de Moisés sufrían menos ataques, menos persecuciones por parte del judaísmo oficial que aquellos otros convertidos a la nueva fe que no cumplían con las exigencias de la Ley y eran mucho peor vistos (los paulinos). Los nuevos misioneros desean que los gálatas sean como ellos. El contexto de estas frases nos hace percibir unos momentos en los que la nueva interpretación del judaísmo (el cristianismo) se va separando del “judaísmo oficial” y es atacada por éste. 6,13-16: « 13 Pues ni siquiera esos mismos que se circuncidan cumplen la ley; sólo desean veros circuncidados para gloriarse en vuestra carne. 14 En cuanto a mí ¡Dios me libre gloriarme si nos es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por la cual el mundo es para mí un crucificado y yo un crucificado para el mundo! 15 Porque nada cuenta ni la circuncisión, ni la incircuncisión, sino la creación nueva. 16 Y para todos los que se sometan a esta regla, paz y misericordia, lo mismo que para el Israel de Dios. » Aclaración: Pablo insiste una vez más y contraataca a sus adversarios acusándolos de vanagloria. Luego, toma el vocablo “gloria” como palabra puente y expresa con viveza otro de los puntos fuertes de su teología: es necesario tomar parte en la crucifixión de Cristo. En contraste con los oponentes, la única gloria de Pablo es participar de la cruz (el escándalo o paradoja de la cruz); los que se glorían en la circuncisión intentan escapar de esta necesidad de aceptar la cruz que está en la raíz misma del cristianismo según Pablo…, una cruz que lleva a la salvación, o lo que es igual, a la paz y la misericordia de Dios para el verdadero Israel. 6,17-18: « 17 En adelante nadie me moleste, pues llevo sobre mi cuerpo las señales de Jesús. 18 Hermanos, que la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén. » Aclaración: La carta concluye drásticamente: “Que nadie me moleste más” dice Pablo a la vez que desea de gracia para sus lectores. Seguiremos en la próxima postal con la aclaración más pormenorizada de quién eran, en cuanto se puede precisar, los adversarios de Pablo según esta Carta a los gálatas. Saludos cordiales de Antonio Piñero. www.antoniopinero.com …………….………………… Hoy en el “Blog de Antonio Piñero” se trata del siguiente tema: “Pedro, príncipe de los apóstoles. Pedro en la terna de los preferidos” Manera de entrar, si a alguien le interesare: pinchar en el enlace que se halla en la página presente, abajo en la derecha. Saludos de nuevo.
Lunes, 13 de Abril 2009
Notas
Hoy escribe Antonio Piñero
La importancia de los textos apocalípticos judíos y cristianos para entender el cristianismo primitivo, y en parte el actual es enorme. Merece la pena detenerse un momento en ello. La lectura de los textos apocalípticos que presento en mi libro "Los Apocalipsis", publicado por la Editorial EDAF, Madrid 2007, ofrece una solución a algunos de los múltiples misterios que presenta la historia del cristianismo primitivo. Voy a enumerar unos cuantos de estos temas, a veces enigmas, que son de interés y que encajan dentro del mundo de la apocalíptica. 1. ¿Es verdad que los apocalipsis tratan también de otros temas que no son simplemente el cuadro terrible de las desgracias finales antes de que este mundo concluya y que afectan al conjunto de la teología? 2. ¿Es verdad que tanto Jesús de Nazaret, como Pablo de Tarso y muchos cristianos primitivos estaban convencidos de que el fin del mundo era inminente? Y si la respuesta es positiva, ¿de dónde les venía la idea de que el final del mundo “estaba la vuelta de la esquina”? 3. ¿De dónde provienen las ideas del “reino milenario” al final de los tiempos –es decir, que antes del fin del mundo habrá una serie de justos que vivirán mil años sobre esta tierra en un reino lleno de todos los bienes antes de acceder al paraíso definitivo- que albergaban ciertos estratos del judaísmo y del cristianismo primitivo? 4. Hay muchas personas que están absolutamente convencidas de que al ser el Apocalipsis de Juan un libro inspirado encierra dentro de sí claves únicas para adivinar o al menos conjeturar los signos del fin del mundo. ¿Puede una recta intelección de este libro ofrecer tales claves? ¿O bien este apocalipsis fue escrito para un momento determinado de la historia, y una vez pasado esta etapa el Apocalipsis de Juan no es válido ya como instrumento de adivinación para el fin del mundo? 5. Y una pregunta aún más crucial: la tradición de la Iglesia afirma sin dudar que el autor del Apocalipsis puso por escrito simplemente lo que Dios tuvo a bien revelarle a él y sólo a él sobre los momentos finales del mundo. Pero cuando se lee este libro junto con tantos otros apocalipsis, ¿puede decirse que se trata simplemente de la puesta por escrito de una serie de visiones que tuvo el autor y sólo él? ¿Tomó “prestadas” la descripción concreta algunas de sus visiones? ¿Es acaso el Apocalipsis de Juan más bien un libro de laboratorio? 6. Mucha gente se pregunta: ¿qué hace hoy la Iglesia con estos apócrifos? ¿Desea que se publiquen o que permanezcan ocultos? 7. Hay también una pregunta muy importante que afecta más a nuestro tiempo y que se suscitó en la reflexión teológica e histórica sobre el cristianismo primitivo hace relativamente poco. En 1960 en una serie de artículos de grandísimo impacto en el mundo de los estudios científicos sobre el Nuevo Testamento, un teólogo protestante alemán llamado Ernst Käsemann, planteó la cuestión de si no sería la apocalíptica la matriz de toda la teología cristiana. O más afirmó contundente: la apocalíptica es la matriz de la teología cristiana. La pregunta y la respuesta fueron un bombazo. ¿No está de acuerdo todo el mundo en que la matriz, judía se entiende, del cristianismo se halla en todo caso en el Antiguo Testamento y no en estos escritos en su inmensa mayoría luego declarados apócrifos? ¿Cómo se atrevió a mantener semejante afirmación un estudioso reputado? Inmediatamente se sucedieron artículos y libros en el mundo científico que refutaban o matizaban esta propuesta, y creo que hoy se ha llegado a una suerte de consenso al respecto. 8. Hay una última cuestión importante planteada también en las últimas páginas de mi libro: ¿dónde están, dónde se conservan los originales cuya traducción española se ofrece en este libro? ¿De dónde me he sacado yo tantos apocalipsis? Pues bien, creo que a todas estas preguntas puede encontrar respuesta suficiente el lector de este libro, de esta curiosa colección de apocalipsis -45 apocalipsis- quizá nunca antes puesta en manos del público, así cómodamente reunida. Les doy la pista sólo de una de las preguntas ¿Qué hace la Iglesia con los apócrifos? Yo diría que la pregunta debe ser matizada: ¿qué hizo la Iglesia con los apócrifos? Y la respuesta está bastante claramente expuesta en varias secciones de los apocalipsis judíos que presento en el libro, y más claramente en una, en la sección número 13 que trata del “Ciclo tardío del profeta Esdras”. Ahí verán Ustedes clarísimamente qué hicieron los escribas cristianos con los originales antiguos judíos y cómo los manejaron… hasta dejarlos casi irreconocibles… Esto es, repito, un solo ejemplo. Si se leen las páginas del libro con calma, creo sinceramente que las respuestas están más o menos a la mano. Ahora bien, como en una buena novela, las respuestas no están siempre expresadas directamente, sino que deben deducirse de todo el conjunto del libro. Pero no se asusten: yo creo que la deducción será bastante fácil; mucho más fácil que en otras obras, por supuesto. Sólo hay que tomarlo y leerlo… Con un cordial saludo, Antonio Piñero www.antoniopinero.es -------------------- Hoy en el “Blog de Antonio Piñero” se trata del siguiente tema: “Preguntas usuales acerca de los Evangelios, en especial los apócrifos” Manera de entrar, si a alguien le interesare: pinchar en el enlace que se halla en la página presente, abajo en la derecha. Saludos de nuevo.
Domingo, 12 de Abril 2009
NotasHoy escribe Antonio Piñero Hemos ya concluido la aclaración de los seis argumentos con los que el apóstol Pablo defiende su interpretación de Cristo y de la “justificación” o salvación del ser humano, lo que él llama su “evangelio”. Pero la carta a los Gálatas continúa: 5,2-6,18. En esta sección -terminada la exposición de las razones en favor de su tesis sobre la "justificación por la fe y no por las obras de la Ley"-, Pablo añade a su escrito unas líneas fundamentalmente exhortativas (técnicamente se dice “parenéticas”; paráinesis en griego significa “exhortación”) que insiste una vez más en la libertad y los bienes que trae Cristo. 5,2-12: « 2 Soy yo, Pablo, quien os lo dice: Si os dejáis circuncidar, Cristo no os aprovechará nada. 3 De nuevo declaro a todo hombre que se circuncida que queda obligado a practicar toda la ley. 4 Habéis roto con Cristo todos cuantos buscáis la justicia en la ley. Os habéis apartado de la gracia. 5 Pues a nosotros nos mueve el Espíritu a aguardar por la fe los bienes esperados por la justicia. 6 Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión ni la incircuncisión tienen valor, sino solamente la fe que actúa por la caridad. » « 7 Comenzasteis bien vuestra carrera, ¿quién os puso obstáculo para no seguir a la verdad? 8 Semejante persuasión no proviene de Aquel que os llama. 9 Un poco de levadura fermenta toda la masa. 10 Por mi parte, confío en el Señor que vosotros no pensaréis de otra manera; pero el que os perturba llevará su castigo, quienquiera que sea. 11 En cuanto a mí, hermanos, si aún predico la circuncisión, ¿por qué soy todavía perseguido? ¡Pues se acabó ya el escándalo de la cruz! 12 ¡Ojalá se mutilaran los que os perturban! » Aclaración: Si los gálatas hacen caso a los enemigos del Apóstol y se circuncidan, Cristo no les aprovecha de nada; lo que vale para la salvación es la fe que actúa por el amor. Ésta ley del amor es la nueva ley de Cristo, que sintetiza y supera a la del Sinaí (5,14). Debemos insistir en el último versículo de esta sección: 5,12: « ¡Ojalá que se mutilaran los que os perturban! » Aclaración: La negación por parte de Pablo de la necesidad de la circuncisión para los conversos desde el paganismo llega hasta el sarcasmo insultante que se suele traducir más suavemente que lo que signfica en griego: "¡Ojalá se castren (o se “corten el pene”) los que os insurreccionan…!” = mis adversarios insisten tanto en la necesidad de la circuncisión, que ojalá se les vaya la mano con el cuchillo: en vez de circuncisión... ¡que se castren! En la Epístola a los Romanos Pablo se mostrará mucho más suave. 5,13-26: « 13 Porque, hermanos, habéis sido llamados a la libertad; sólo que no toméis de esa libertad pretexto para la carne; antes al contrario, servíos por amor los unos a los otros. 14 Pues toda la ley alcanza su plenitud en este solo precepto: = Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 15 Pero si os mordéis y os devoráis mutuamente, ¡mirad no vayáis mutuamente a destruiros! 16 Por mi parte os digo: Si vivís según el Espíritu, no daréis satisfacción a las apetencias de la carne. 17 Pues la carne tiene apetencias contrarias al espíritu, y el espíritu contrarias a la carne, como que son entre sí antagónicos, de forma que no hacéis lo que quisierais. 18 Pero, si sois conducidos por el Espíritu, no estáis bajo la ley. » « 19 Ahora bien, las obras de la carne son conocidas: fornicación, impureza, libertinaje, 20 idolatría, hechicería, odios, discordia, celos, iras, rencillas, divisiones, disensiones, 21 envidias, embriagueces, orgías y cosas semejantes, sobre las cuales os prevengo, como ya os previne, que quienes hacen tales cosas no heredarán el Reino de Dios. 22 En cambio el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, 23 mansedumbre, dominio de sí; contra tales cosas no hay ley. » « 24 Pues los que son de Cristo Jesús, han crucificado la carne con sus pasiones y sus apetencias. 25 Si vivimos según el Espíritu, obremos también según el Espíritu. 26 No busquemos la gloria vana provocándonos los unos a los otros y envidiándonos mutuamente. » Aclaración: Pablo sale aquí al paso probablemente de un nuevo argumento de sus adversarios. Es probable que los que él llama “falsos hermanos” arguyeran que la libertad de Cristo llevaba al libertinaje: éstos podían haber afirmado que predicar la libertad respecto a la Ley –es decir lo que hace Pablo con su evangelio—, podía o de hecho favorecía la caída sin freno en un libertinaje moral. Por el tono de Pablo en esta exhortación da la impresión de que el peligro de caer en tal libertinaje era real entre los gálatas. Ahora bien, ¿cómo se explica que el “evangelio de la libertad” de Pablo pueda llevar a un libertinaje insano? Probablemente porque la predicación paulina favorecía una religiosidad en la que se daban toda suerte de fenómenos espirituales: trances, visiones, profecías, cánticos espirituales, “hablar en lenguas”. Los cristianos impulsados por el Espíritu se sentían libres respecto a su cuerpo; podían llegar a creer que estaban “por encima de la carne” (el cuerpo). Algunos llegaron a pensar que pecar con el cuerpo no afectaba para nada al espíritu humano, o parte superior del hombre, renovado por el bautismo y por el Espíritu santo. El argumento paulino es así: · Los gálatas son espirituales (6,1): · Por ello han de poner en práctica los frutos del Espíritu y no tomar pretexto de esa libertad (5,13) para caer en el libertinaje. · Afirmar que se es del Espíritu pero practicar las obras de la carne (5,17-21) y abandonar las obligaciones de la ley del amor mutuo que se manifiesta en la caridad (5,14), es una contradicción. · Quien vive en esa duplicidad (ser espiritual y a la vez caer en pecados de la carne) no heredará el reino de Dios (5,21). Una parte de este largo pasaje - 5,19-23 (véase el texto transcrito más arriba)- exige un breve comentario o aclaración particular: Para explicitar la idea de que los que han conseguido la libertad en Cristo, a los que se puede llmar "espirituales", no deben cometer pecados con su cuerpo, Pablo recoge elementos de las variadas listas de obligaciones morales transmitidas por la tradición (5,19-23). En este caso el Apóstol aduce una lista de virtudes, “obras del Espíritu”, y de vicios, “obras de la carne”, que debe leerse a la luz del trasfondo de la equivalencia “libertad–evangelio de Pablo = obras del Espíritu”. Ya nos acercamos al final de la carta. Saludos cordiales de Antonio Piñero. www.antoniopinero.com …………….………………… Hoy en el “Blog de Antonio Piñero” se trata del siguiente tema: “” Manera de entrar, si a alguien le interesare: pinchar en el enlace que se halla en la página presente, abajo en la derecha. Saludos de nuevo.
Sábado, 11 de Abril 2009
Notas
Hoy escribe Gonzalo del Cerro
En uno de los Salmos de Peregrinos, denominado “Salmo de la paciencia” (C. R. C. Allberry, A Manichaean Psalm-Book,part. II, del s. IV) se mencionan los siguientes datos de los apóstoles: 1) Pedro es crucificado cabeza abajo (HchPe, AV 37s; Mart 8s). 2) Andrés, cuya casa incendiaron los impíos, sufrió igualmente muerte de cruz (HchAnd 54)- 3) De Juan, el apóstol virgen (HchJn 54) se cuenta que fue objeto de intento de envenenamiento y encerrado catorce días para que muriera de hambre. 4) Tomás sufrió el martirio alanceado por cuatro soldados (HchTh 138). En el mismo salmo se refieren detalles de los sufrimientos de Tecla, que fue condenada a morir en la hoguera. La santa se hizo el signo de la cruz y saltó sobre el fuego, en el que permaneció indemne (HchPlTe 20ss). Fue luego condenada a las fieras (osos, leones, focas) que sin embargo no le hicieron ningún daño (HchPlTe 33-35). Siguen menciones de Drusiana, personaje importante de los HchJn, así como de la heroína de los HchAnd Maximila, de Aristóbula, citada en los HchJn 59,2. En otro de los salmos maniqueos, que tiene una exégesis de la parábola de las diez vírgenes de Mt 25,1-13, aparecen citadas con epítetos muy laudatorios Tecla (HchPl), Maximila e Ifidama (HchAnd), Drusiana y Aristóbula (HchJn), Eubula (HchPe) y Migdonia (HchTom), personajes femeninos representativos de los cinco grandes Hechos (Focio, Biblioteca, cod. 114; E. Junod, “Actes Apocryphes et hérésie: le jugement de Photius”, en F. Bovon, Les Actes Apocryphes des Apôtres, 1981). Como recapitulación de todo lo dicho, podemos recordar una vez más elo testimonio de Focio en el código 114 de su Biblioteca. Después de criticar negativamente el estilo y la doctrina de los Hechos Apócrifos de los Apóstoles, concluye diciendo que tal libro es “la fuente y la madre de todas las herejías”. De todo esto podemos concluir que los Hechos Apócrifos de los Apóstoles son, para los escritores eclesiásticos, sospechosos de herejía cuando no abiertamente heréticos. Pero reitero lo que ya he dicho en otro lugar, que el hecho de que estas obras no se hayan conservado en su integridad nos obliga a proceder con cautela a la hora de emitir un juicio sobre sus posturas. En esta actitud están de acuerdo la mayoría de los autores modernos. Pero sigue en pie la pregunta fundamental sobre este aspecto: ¿Están los Hechos Apócrifos dentro o fuera de la ortodoxia? ¿Qué hay de ese presunto “lazo estrecho entre los Hechos Apócrifos y la herejía”, como se pregunta Junod? Porque no podemos olvidar que muchos de los juicios negativos de carácter genérico están en contextos polémicos. Más aún, muchas veces la sospecha de heterodoxia brota del hecho de que esas obras son leídas y usadas por los herejes. Pero no debemos olvidar que, a pesar de todo, los HchAp se han conservado en buena parte, y han gozado a lo largo de la historia de un aprecio y una utilización que no parecen conciliarse fácilmente con las afirmaciones categóricas de ciertos Padres. Los HchAnd, por ejemplo, han sido objeto de numerosas reelaboraciones, lo que indica que se trata de una obra apreciada entre los fieles. El mismo Gregorio de Tours, al presentar su resumen de los HchAnd, lo que censura de ellos es únicamente su “excesiva verbosidad”. Los HchJn son citados sin ningún recelo por san Agustín en varias de sus obras, como el Tratado 124 sobre el evangelio de Juan. También los cita Dídimo el Ciego († 398) en su Comentario a Zacarías. En los HchPl busca Hipólito una argumentación para justificar la actitud de los leones con el profeta Daniel, lo mismo que el león que se postra a los pies de Pablo y se los lame (Com. in Dan., III 29). También los cita Orígenes al referir el episodio del Quo uadis? (Com. in Ioh. XXII 12). El sirio Efrén comenta la correspondencia de Pablo con los corintios, contenida en los HchPl, al lado de las cartas canónicas a los corintios. Otro día hablaremos de dos de los principales aspectos, presuntamente heterodoxos, que suelen atribuirse a los Hechos Apócrifos de los Apóstoles: el gnosticismo en sus diversas variantes, y el encratismo. Saludos cordiales. Gonzalo del Cerro …………….………………… Hoy en el “Blog de Antonio Piñero” se trata del siguiente tema: “Pasión por el reino de Dios” Manera de entrar, si a alguien le interesare: pinchar en el enlace que se halla en la página presente, abajo en la derecha. Saludos de nuevo.
Viernes, 10 de Abril 2009
Notas
Hoy escribe Antonio Piñero
Seguimos con la aclaración de los seis argumentos con los que el apóstol Pablo defiende su interpretación de Cristo y de la “justificación” o salvación del ser humano, lo que él llama su “evangelio”. Hay una pausa entre los agumentos: Gálatas 4,12-20: « 12 Os ruego que os hagáis como yo, pues yo me hice como vosotros. Ningún agravio me hicisteis. 13 Pero bien sabéis que una enfermedad me dio ocasión para evangelizaros por primera vez; 14 y, no obstante la prueba que suponía para vosotros mi cuerpo, no me mostrasteis desprecio ni repulsa, sino que me recibisteis como a un ángel de Dios: como a Cristo Jesús. 15 ¿Dónde están ahora los parabienes que os dabais? Pues yo mismo puedo atestiguaros que os hubierais arrancado los ojos, de haber sido posible, para dármelos. » « 16 ¿Es que me he vuelto enemigo vuestro diciéndoos la verdad? 17 El celo que ésos muestran por vosotros no es bueno; quieren alejaros de mí para que mostréis celo por ellos. 18 Bien está procurarse el celo de otros para el bien, siempre, y no sólo cuando yo estoy entre vosotros, 19 ¡hijos míos!, por quienes sufro de nuevo dolores de parto, hasta ver a Cristo formado en vosotros. 20 Quisiera hallarme ahora en medio de vosotros para poder acomodar el tono de mi voz, pues no sé cómo habérmelas con vosotros. » Aclaración: Entre el quinto argumento y el sexto que sigue Pablo interrumpe su razonamiento sobre la Escritura e introduce unas evocaciones personales con la intención de convencer a los gálatas por medio de razones afectivas para que vuelvan al redil. El Apóstol rememora lo bien que le trataron cuando estuvo entre ellos, y el enorme cariño con el que lo rodearon. ¿Cómo ahora pueden considerarle su enemigo, como si les hubiera predicado falsamente a Cristo? Pablo se siente desconcertado… ¿Cómo van a hacerle los gálatas la mala pasada de abandonarle…, a él y a las verdades que predicó? 6. El sexto y último argumento se halla en Gálatas 4,21-31: « 21 Decidme vosotros, los que queréis estar sometidos a la ley: ¿No oís la ley? 22 Pues dice la Escritura que Abrahán tuvo dos hijos: uno de la esclava y otro de la libre. 23 Pero el de la esclava nació según la naturaleza; el de la libre, en virtud de la Promesa. 24 Hay en ello una alegoría: estas mujeres representan dos alianzas; la primera, la del monte Sinaí, madre de los esclavos, es Agar, 25 (pues el monte Sinaí está en Arabia) y corresponde a la Jerusalén actual, que es esclava, y lo mismo sus hijos. 26 Pero la Jerusalén de arriba es libre; ésa es nuestra madre, 27 pues dice la Escritura: » “Regocíjate estéril, la que no das hijos; rompe en gritos de júbilo, la que no conoces los dolores de parto, que más son los hijos de la abandonada que los de la casada” (Isaías 54,1). « 28 Y vosotros, hermanos, a la manera de Isaac, sois hijos de la Promesa. 29 Pero, así como entonces el nacido según la naturaleza perseguía al nacido según el espíritu, así también ahora. 30 Pero ¿qué dice la Escritura? Despide a la esclava y a su hijo, pues no ha de heredar el hijo de la esclava juntamente con el hijo de la libre. 31 Así que, hermanos, no somos hijos de la esclava, sino de la libre. » Aclaración: El sexto argumento es repetición en parte del tercero: los cristianos son los verdaderos descendientes de Abrahán. Pablo lo demuestra con una interpretación alegórica de los capítulos 16, 17 y 21 del Génesis. La argumentación consiste en comparar a un hijo legítimo con otro ilegítmo y obtener las consecuencias: · Los cristianos son los hijos de Sara, esposa legal del patriarca; son los hijos legítimos de Abrahán. · Los judíos y los judaizantes, los que observan la Ley, son hijos de Agar, esclava y concubina de Abrahán, cuya descendencia no es el verdadero pueblo de Dios; por tanto los judíos y los judaizantes son hijos ilegítimos del patriarca. Este razonamiento sería también muy ofensivo para los judíos, quienes interpretaban estos capítulos del Génesis justo al revés. Pablo dice más o menos: los judíos que no creen en Cristo son como los ismaelitas (“moros”), que tampoco creen en Cristo. Este argumento termina con una exhortación que es una especie de resumen (5,1: « Para ser libres nos libertó Cristo. Manteneos, pues, firmes y no os dejéis oprimir nuevamente bajo el yugo de la esclavitud » De nuevo presenta Pablo la oposición libertad / esclavitud = seguidores de Cristo / los que aún siguen sin creer en el él = judíos y judaizantes. Seguiremos Saludos cordiales de Antonio Piñero. www.antoniopinero.com …………….………………… Hoy en el “Blog de Antonio Piñero” se trata del siguiente tema: “El Sanedrín y el ius gladii en tiempos de Jesús” Manera de entrar, si a alguien le interesare: pinchar en el enlace que se halla en la página presente, abajo en la derecha. Saludos de nuevo.
Viernes, 10 de Abril 2009
NotasHoy escribe Antonio Piñero Seguimos con la aclaración de los seis argumentos con los que el apóstol Pablo defiende su interpretación de Cristo y de la “justificación” o salvación del ser humano, lo que él llama su “evangelio”. Hoy escribe Antonio Piñero 5. El quinto argumento se halla en Gálatas 4,1-11: « 1 Pues yo digo: Mientras el heredero es menor de edad, en nada se diferencia de un esclavo, con ser dueño de todo; 2 sino que está bajo tutores y administradores hasta el tiempo fijado por el padre. 3 De igual manera, también nosotros, cuando éramos menores de edad, vivíamos como esclavos bajo los elementos del mundo. 4 Pero, al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, 5 para rescatar a los que se hallaban bajo la ley, y para que recibiéramos la filiación adoptiva. 6 La prueba de que sois hijos es que Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama: ¡Abbá, Padre! 7 De modo que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero por voluntad de Dios. » « 8 Pero en otro tiempo, cuando no conocíais a Dios, servíais a los que en realidad no son dioses. 9 Mas, ahora que habéis conocido a Dios, o mejor, que él os ha conocido, ¿cómo retornáis a esos elementos sin fuerza ni valor, a los cuales queréis volver a servir de nuevo? 10 Andáis observando los días, los meses, las estaciones, los años. 11 Me hacéis temer no haya sido en vano todo mi afán por vosotros. » Aclaración: El quinto argumento es el siguiente: los convertidos en cristianos gracias a la fe en Cristo han sido declarados hijos de Dios y gozan de la libertad de ser tales; volver al cumplimento de la ley mosaica es caer de nuevo en la esclavitud. Aquí se insiste en la idea básica: “Antes de Cristo, esclavitud; después de Cristo, libertad”. Pablo establece así una atrevida equiparación: los paganos –lo que eran los gálatas anteriormente— son esclavos de los “elementos del mundo” (4,3). · Estos elementos son llamados erróneamente dioses por los gentiles, pues no lo son en realidad (4,8); · En verdad –según Pablo- son espíritus/ángeles que controlan el mundo por orden divina. · Además los ángeles en general son secundarios respecto a Dios: fueron los mediadores en el acto de otorgar la ley divina a Moisés; por el contrario, la Promesa fue otorgada a Abrahán por Dios directamente. Para confirmar qué es lo que Pablo entiende por “elementos del mundo" es preciso ir a Colosenses 2,20-23. Se duda si esta carta es auténtica. Probablemente no lo es; pero un discípulo de Pablo explica el pensamiento de éste. En concreto sobre los “elementos del mundo” dice: « 20 Una vez que habéis muerto con Cristo a los elementos del mundo ¿por qué sujetaros, como si aún vivierais en el mundo, a preceptos como 21 «no tomes», «no gustes», «no toques», 22 cosas todas destinadas a perecer con el uso y debidas a preceptos y doctrinas puramente humanos? » Aclaración: Los gálatas ya cristianos, al volver a la observancia de la ley de Moisés (dada por ángeles como mediadores), se hacen de nuevo servidores de los “elementos del mundo” como se dice en 4,9, es decir de esos mismos ángeles. Se trata de los mismos ángeles que controlan el mundo, pero Pablo piensa ahora sobre todo en su función de ángeles mediadores para la promulgación de la Ley, entregada a Moisés por medio de esos espíritus, como dijo en Gálatas 3,19. La comparación es, pues, suficientemente clara: el que siendo ya cristiano y libre se hace observante de la Ley es como si se hiciera pagano de nuevo (= esclavo), puesto que tan servidores de los “ángeles/elementos del mundo” son los unos como los otros: • Los paganos adoran a ángeles/elementos del mundo (“dioses”) en su faceta de controladores del orden del universo; • Los que siendo ya cristianos “judaízan” y se disponen a observar la ley de Moisés promulgada por ángeles, están adorando de alguna manera a estos elementos del mundo/ángeles en la faceta de transmisores de la ley de Moisés (4,3-9). Es como si omitieran el hecho de que Cristo ha venido al mundo y que con Él todo ha cambiado. Volveremos a esta cuestión cuando tratemos el tema de quiénes eran los oponentes de Pablo. Saludos cordiales de Antonio Piñero. www.antoniopinero.com …………….………………… Hoy en el “Blog de Antonio Piñero” se trata del siguiente tema: “” Manera de entrar, si a alguien le interesare: pinchar en el enlace que se halla en la página presente, abajo en la derecha. Saludos de nuevo.
Miércoles, 8 de Abril 2009
Notas
Hoy escribe Antonio Piñero
Seguimos con la aclaración de los seis argumentos con los que el apóstol Pablo defiende su interpretación de Cristo y de la “justificación” o salvación del ser humano, lo que él llama su “evangelio”. 4. El cuarto argumento se halla en Gálatas 3,19-29, con tres pasos: « A. 19 Entonces, ¿para qué la ley? Fue añadida en razón de las transgresiones hasta que llegase la descendencia, a quien iba destinada la promesa, ley que fue promulgada por los ángeles y con la intervención de un mediador. 20 Ahora bien, cuando hay uno solo no hay mediador, y Dios es uno solo. » « B. 21 Según eso, ¿la ley se opone a las promesas de Dios? ¡De ningún modo! Si de hecho se nos hubiera otorgado una ley capaz de vivificar, en ese caso la justicia vendría realmente de la ley. 22 Pero, de hecho, la Escritura encerró todo bajo el pecado, a fin de que la Promesa fuera otorgada a los creyentes mediante la fe en Jesucristo. » « C. 23 Y así, antes de que llegara la fe, estábamos encerrados bajo la vigilancia de la ley, en espera de la fe que debía manifestarse. 24 De manera que la ley ha sido nuestro pedagogo hasta Cristo, para ser justificados por la fe. 25 Mas, una vez llegada la fe, ya no estamos bajo el pedagogo. 26 Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús. 27 En efecto, todos los bautizados en Cristo os habéis revestido de Cristo: 28 ya no hay judío ni griego; ni esclavo ni libre; ni hombre ni mujer, ya que todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. 29 Y si sois de Cristo, ya sois descendencia de Abraham, herederos según la Promesa. » Aclaración: Este pasaje contiene el cuarto argumento, que tiene tres momentos: A. 3,19-20: La función de la Ley –que se sitúa cronológicamente entre Moisés y la venida de Jesús— es meramente provisional: es la de un puente provisorio hacia Cristo. La gente pecaba tanto (contra la ley natural, se entiende) que Dios no tuvo más remedio que promulgar una Ley. Ésta, sin embargo, es una ordenanza de segundo rango: fue promulgada por medio de ángeles, no por Dios directamente, y a través de un mediador, Moisés. La “promesa” por el contrario fue hecha por Dios directamente y sólo por Él (3,20). B. 3,21-22: La Ley y la Promesa no pueden estar en contradicción, porque Dios no puede contradecirse. Si la Ley “justificara”, no lo haría la Promesa. Eso sería contradictorio. La contradicción se evita al caer en la cuenta de que la “justificación” viene sólo por la fe, es decir, por la Promesa (= tercer argumento: 3,21). La línea del penamiento de Pablo es: · La Ley complementa la Promesa; simplemente demostró que todos los seres humanos eran pecadores; · Vino Cristo (“la descendencia”) e hizo realidad la Promesa: · El hombre se salva por la fe en Jesús como se salvó Abrahán (3,22). C. 3,23-29: En estos versículos Pablo remacha el cuarto argumento: hay un antes y un después de Cristo. El antes es la esclavitud; el después, la libertad. La Ley es un mero maestro o pedagogo provisional hacia Cristo. Una vez llegada la fe, sobra el pedagogo. Al ser todos uno en Cristo, todos (gentiles y judíos) forman la descendencia de Abrahán… que se salva por la fe (la “Promesa”). Ya no hay diferencia entre esclavo y libre, ni entre hombre y mujer o entre judío y pagano (3,28). Es ésta una frase que se ha hecho célebre, pero que no debe entenderse como la proclama de una equiparación social al modo moderno, sino como la expresión de una igualdad religiosa en el terreno de la salvación. A Pablo, que estaba convencido del fin inmediato del mundo, no le importaba de hecho la igualdad social entre hombre y mujer, sólo la espiritual. Era inútil, para tan poco tiempo, intentar cambiar la sociedad. Seguiremos el próximo día con el quinto argumento. Saludos cordiales de Antonio Piñero. www.antoniopinero.com …………….………………… Hoy en el “Blog de Antonio Piñero” se trata del siguiente tema: “Todos los Evangelios. Presentación” Manera de entrar, si a alguien le interesare: pinchar en el enlace que se halla en la página presente, abajo en la derecha. Saludos de nuevo.
Martes, 7 de Abril 2009
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Editado por
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.
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