CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero
Hoy escribe Antonio Piñero


Me escribe Ariel Álvarez Valdés un sabroso comentario a mi postal de ayer que no me resiste a publicar:

COPIA

Estimado Antonio:
Le escribo para felicitarlo por el post de hoy en su blog. Me gustó mucho, ya que toca una cuestión candente de la teología paulina.

En él usted analiza las dos interpretaciones de Gal 2 (la tradicional y la moderna).
Quería expresarle mi humilde opinión al respecto. Creo que ambas interpretaciones son erróneas. Pienso que el “decreto de Jerusalén” no le fue entregado a Pablo ni en el concilio de Jerusalén, ni más tarde en Antioquía (según opinan ambas posturas). Pablo directamente nunca lo conoció, ni se enteró de su existencia.

En mi parecer, el decreto de Jerusalén (presentado por Hch 15,13-35 como si formara parte del Concilio), es posterior a éste, e incluso posterior al conflicto de Antioquía. Cuando el decreto llega a Antioquía, Pablo ya se ha ido de la ciudad, de modo que nunca llegó a conocerlo.

Podemos deducirlo por:
a) Pablo dice a los gálatas que en el Concilio no le impusieron ninguna condición (Gal 2,6). Y el decreto le impone cuatro condiciones, y bastante duras.
b) De haber existido el decreto, aceptado por Pablo en el Concilio, no se hubiera dado el conflicto con Pedro, porque ambos tendrían en claro qué es lo que se debía hacer según la disposición oficial.
c) Cuando en 1 Cor 8-10 a Pablo le consultan sobre cuáles alimentos pueden comerse, Pablo no menciona ningún decreto oficial. Da su propia opinión. Y dice que se puede comer cualquier cosa, en contra de lo dispuesto por el decreto.
d) Cuando le consultan a Pablo sobre el matrimonio entre parientes, Pablo lo rechaza (1 Cor 5,1-13), pero no por referencia al decreto, sino porque lo prohibía el derecho romano (1 Cor 5,1).
e) Cuando en su carta a los gálatas responde a los que decían que había que circuncidarse, en ningún momento Pablo cita el decreto, que le hubiera servido de excelente argumento contra los gálatas.
f) Además, según Hch 15,22-23.30, Pablo fue uno de los encargados de llevar personalmente el decreto a las otras comunidades. Pero cuando en Hch 21,25 Pablo regresa a Jerusalén, no tiene idea de la existencia de ningún decreto, y le tienen que informar.
Todo esto nos muestra que Pablo nunca se enteró de la existencia de decreto alguno, ni en Jerusalén ni en Antioquía.

Según mi opinión, el decreto fue precisamente consecuencia del enfrentamiento en Antioquía.
Cuando en Jerusalén se enteraron del conflicto que se había originado en esa ciudad, deciden que no es conveniente que los paganos vivan sin ninguna ley judía, como habían previamente decidido todos en el Concilio de Jerusalén (recuérdese que Pablo dijo que no le impusieron ninguna cláusula). Pero tampoco quieren imponer todas las leyes judías. Entonces se elabora un decreto con cuatro cláusulas:
1) No comer carne sacrificada a los ídolos.
2) No comer sangre.
3) No comer animales sin desangrar.
4) No casarse entre parientes próximos (Hch 15,13-29).

Este decreto es un retroceso de las disposiciones del Concilio, debido al conflicto en Antioquía.

En cambio Hechos dice que Pablo sí lo conocía, para mostrarlo siempre en total acuerdo con las autoridades de Jerusalén.

¿Por qué Lucas coloca el decreto como conclusión del “concilio”? Porque quiere mostrar que hubo acuerdo entre las partes que debatieron. Pretende destacar la unidad de la iglesia primitiva. Como si el “concilio” hubiera resuelto, en un magnífico acto de unidad y comprensión, el problema de la diversidad de pensamiento en la Iglesia. Es la constante teología que Lucas muestra en los Hechos.

Un cordial saludo.


FIN DE COPIA

Mi respuesta es:

Querido amigo:

Creo que tienes toda la razón. Me ha gustado mucho esta exégesis y opino que la mía está equivocada. Como tal, la voy a incorporar a la obra "Guía para entender a Pablo. Una interpretación del pensamiento paulino", que aparecerá Deo favente en el primer trimestre de 2015 en Trotta.

Saludos cordiales, Antonio


Fe d) erratas (17 agosto 2014(
Debido a mi congénito despiste, y dado a que mi propio hijo Antonio, le llamo a veces Alfonso, y a la inversa, debo corregir el título de la postal de ayer. Sé de sobre que el Dr. Ávarez Valdés se llama Ariel y no Daniel.
Pido disculpas al interesado y a los lectores.
Sábado, 16 de Agosto 2014

Hoy escribe Antonio Piñero

La disputa teológica acerca de la impureza ritual casi congénita de los gentiles, incluso los convertidos a la fe en el mesías Jesús tuvo una gran importancia en la iglesia primitiva, cuyos miembros eran muy escasos y que estaban ya divididos en algunas cuestiones sustanciales como éstas. Santiago, el hermano del Señor, y desde luego la facción farisaica del judeocristianismo jerusalemita, estaba en contra. Los cristianos paulinos a favor..., y Pedro (probablemente en cierto desacuerdo con Santiago, por lo cual “había emigrado” a Antioquía) estaba al principio de acuerdo con Pablo. y posteriormente, al parecer se pasó al bando de los más intransigentes. El episodio de Antioquía entre Pedro y Pablo, muy conocido, es el testimonio principal de estas diferencias teológicas:

b[Pero, cuando llegó Cefas a Antioquía, me enfrenté con él cara a cara, porque era digno de reprensión. 12 Pues antes de que llegaran algunos de los de Santiago, comía con los gentiles; pero cuando llegaron, se apartaba y retiraba por temor a los de la circuncisión. 13 Y lo imitaron en su hipocresía [también] los demás judíos, de modo que también Bernabé se vio arrastrado por la hipocresía de aquellos. 14 Pero cuando vi que no caminaban con rectitud respecto a la verdad del evangelio, dije a Cefas delante de todos: «Si tú, siendo judío, vives como gentil y no como judío, ¿cómo obligas a los gentiles a judaizar?» (Gál 2,11-14).
]b
Hubo, pues, una fuerte discusión entre Pedro y Pablo. El primero acostumbraba a comer con los gentiles conversos antes de que llegaran algunos del “partido” de Santiago, pero en cuanto llegaron estos, dejó de comer con ellos, influido al parecer por los recién llegados.

Esta es la interpretación usual del episodio, que ahora es muy discutida: ¿Son “los de Santiago” los mismos a los que en el v. 12 Pablo llama "los de la circuncisión", o son otros? ¿Hay que ver en la frase "antes de que llegaran algunos de los de Santiago" un mero marcador temporal, es decir, ocurrieron las dos cosas –llegaron los de Santiago; Pedro deja de comer con gentiles-- una detrás de otra, pero sin relación causa–efecto? Al responder que son dos grupos distintos y que “la llegada de los de Santiago” representa solo un mero marcador temporal, y que no hay relación causa-efecto entre ella y el apartamiento de Pedro, cosa conocida tanto por Pablo como por sus lectores, se muda la interpretación habitual de este pasaje: los de Santiago (moderados) no intentaron influir en Pedro, sino otros, que eran judaizantes . Contrastemos más detenidamente estas dos exégesis encontradas que, por otra parte, dan una idea al lector del estado actual de agitada controversia en la investigación.

A. Interpretación usual: “Los de Santiago” y “los de la circuncisión” son los mismos, y su aparición no es un simple marcador temporal. La aparición de “los de Santiago” en Antioquía fue por un doble motivo: a) Para llevar la carta de Jerusalén y b) Precisamente para que cesara la costumbre de comer juntos gentiles conversos y judeocristianos. Su presencia y exigencias puristas causaron la retirada de Pedro de la comensalidad común.

Esta interpretación supone que a pesar del pacto anterior en el “concilio de Jerusalén”, los de Santiago habían hecho luego causa común con los más intransigentes de la comunidad (“falsos hermanos”: Gál 2,4), quienes supondrían que Pedro, al comer con gentiles conversos, no estaba teniendo en cuenta la interpretación de la ley mosaica relativamente común entre judíos y prosélitos en Israel en esta época del Segundo Templo, a saber que los paganos, incluso los convertidos a la fe en el Mesías, seguían siendo impuros, pues no se habían circuncidado ni cumplían las normas de pureza de los alimentos. Así según Hch 10,28-29, donde habla el mismo Pedro:

Y les dijo: “Vosotros sabéis que a un judío no le está permitido unirse o acercarse a un extranjero; pero Dios me ha manifestado que no debo llamar profano o impuro a ningún hombre. 29 Por eso, cuando me han llamado, he venido sin reparo alguno. Os pregunto, pues: “¿Por qué razón me habéis hecho llamar?”.

B. La interpretación alternativa moderna quiebra diecinueve siglos de consenso: cuando aparecieron en escena ciertos judeocristianos de Jerusalén enviados por Santiago, es cierto que Pedro dejó de sentarse a la mesa con los paganos creyentes; pero si se lee bien el texto, se observa que, aunque “estos de Santiago” fueran los portadores de la carta con las normas noáquicas, en ella carta nada se decía --a juzgar por el texto de ella recogido en Hechos 15-- sobre la necesidad de circuncidar a los gentiles y de imponerles los preceptos de la Torá respecto a la pureza ritual; se les instaba únicamente a abstenerse de la idolatría, de la fornicación, de la ingestión de sangre, etc. Por tanto "los de Santiago" y "los de la circuncisión" son dos grupos distintos que coincidieron simultáneamente en Antioquía.

En este caso, la frase cuando llegaron los de Santiago sería un mero marcador temporal, no supondría complicidad alguna entre los de Santiago y los de la circuncisión, intransigentes judaizantes, e indicaría que los primeros no estaban en contra de la norma de Pablo de no obligar a los gentiles conversos a cumplir la ley completa judía que incluía circuncisión y pureza. “Los de la circuncisión” (v. 12) llegaron inmediatamente después, detrás de los de Santiago, y serían los “falsos hermanos” que aparecieron también por Galacia, probablemente fariseos judeocristianos intransigentes. Estaban horrorizados con la innovación de Pablo y su interpretación laxa de la Ley respecto a los paganos conversos. No admitían la decisión del concilio de Jerusalén. Tampoco estaban de acuerdo con la carta; no se contentaban con que los gentiles conversos cumplieran las “leyes de Noé” y eran los que exigían la observancia de la Ley completa a los gentiles.

Por tanto –según esta interpretación-- la oposición Pablo-iglesia de Jerusalén no era tan terrible; sí lo era la pugna entre “falsos hermanos” y Pablo respecto a la observancia de la Ley por parte de los gentiles conversos. Igualmente –y esto es importante-- se deduce que gran parte de la iglesia de Jerusalén podría estar de acuerdo con la postura de otros judíos no creyentes en Jesús Mesías, que relativizaban el valor salvífico de la Ley. La consecuencia es que Pablo, con su notable innovación de que los gentiles no cumplieran la ley de Moisés completa, no se apartaba tanto del judaísmo como se había pensado hasta ahora.

Opino que ambas interpretaciones son razonables. Desde luego fue muy probablemente en ese momento de Antioquía, y no en el concilio de Jerusalén, cuando se presentó la carta previamente redactada por los de Santiago. Pero la segunda exégesis parece más rebuscada y artificial y pretende dejar en claro que la judeidad de Pablo no quedaba en entredicho a pesar de sus innovaciones respecto al incumplimiento de la ley de Moisés completa por los gentiles conversos. Parece, por el contrario, más verosímil que Santiago y los suyos –probablemente Pedro incluido-- se dejaran arrastrar poco después del Concilio (recordemos que parte de la negociación había sido secreta como se deduce de Gál 2,6-9) por la facción rigorista –fariseos y sacerdotes que formaba parte del grupo o comunidad judeocristiana de Jerusalén-- y de facto formaran un grupo único a los ojos de un Pablo que ya se había marchado de la capital con otra impresión. Ciertamente, la carta no exigía más que el cumplimiento de la “Leyes de Noé” para los gentiles conversos, pero, de palabra, los enviados rigoristas pidieron la eliminación de la comensalidad judía-gentil converso. Y Pedro accedió. Así pues, es más que plausible que la intelección de la frase sea la que exige el ritmo de la sintaxis del texto en 2,12, y que el sintagma “cuando llegaron los de Santiago” no fuera un simple marcador temporal, sino que los dos grupos fueran de facto casi idénticos.
Lo único cierto es que Pedro cambió de actitud al llegar los de Santiago a Antioquía, aceptando que los paganos conversos a Jesús seguían siendo impuros, tanto por ser incircuncisos como, por ejemplo, por descuido en la estricta separación de los alimentos, o por cualquier otro motivo. Pedro se dejó convencer y ello significaba la negación del evangelio paulino.

La reacción de Pablo es, vehemente. No hay posible distinción entre judíos creyentes en el mesías y gentiles creyentes en el mesías porque ambos son pecadores (Rom 5,6-10, por ejemplo):

6 En efecto, cuando todavía estábamos sin fuerzas, en el tiempo oportuno, Cristo murió por los impíos. 7 En verdad, apenas habrá quien muera por un justo; por un hombre de bien tal vez se atreva alguien a morir. 8 Dios presenta sus cartas de recomendación de que nos ama en que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros. 9 ¡Cuánto más, pues, justificados ahora por su sangre, seremos salvados por él de la cólera! 10 Si, pues, siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, ¡cuánto más, ya reconciliados, seremos salvados por su vida!

Por tanto, respecto a la justificación, los judíos no pueden jactarse de ser superiores. Recordemos Gál 2,21:

No tengo por inútil la gracia de Dios, pues si por la Ley se obtuviera la justificación, entonces Cristo habría muerto en vano.

¿Significa esto que Pablo abolió la distinción social y respecto a ciertas ventajas de la Alianza entre judíos y gentiles? De ninguna manera, a pesar de que se ha sostenido así repetidas veces citando siempre el mismo texto de Gálatas, 3,28:

No hay ya judío ni griego; no hay esclavo ni libre; ni hombre ni mujer, puesto que todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.

Pero esto se refiere solo al plano de la relación con el Mesías y la salvación, pero no afecta al plano sociológico: las distinciones se mantienen. Pablo pide a Filemón que acepte al esclavo fugitivo Onésimo como hermano en Cristo, y sin embargo, Onésimo sigue siendo un esclavo… ¡ y Pablo no lo duda ni un segundo, ni condena la esclavitud!... aunque argumente que en Cristo no hay esclavo ni libre. Y aunque Priscila y su marido Áquila son iguales en cuanto apóstoles de Jesús, o predicadores del evangelio, Pablo sigue manteniendo que “la gloria de la mujer es el marido” y que este es el que manda en el matrimonio (1 Cor 11,3). Así que ya no hay hombre ni mujer… y todos somos pecadores…, y no hay distinción entre judío y gentil… Pero solo en el plano espiritual, “en Cristo”.

Hay todavía muchos teólogos que sostienen que, por medio de la revelación a través de Pablo Dios ha ordenado por decreto la lucha por la eliminación de las distinciones sociales. A mí me, encanta esto como persona, lo alabo y en cuanto puedo, lo pongo en práctica. ¡Pero no hay decreto divino alguno en las cartas de Pablo! Por tanto, el Apóstol no abolió la distinción, dentro de la Alianza, entre judíos y gentiles, de igual modo que no abolió la distinción social entre hombres y mujeres de su tiempo, ni tampoco entre esclavos y libres.

Saludos cordiales Antonio Piñero
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com

Viernes, 15 de Agosto 2014

Hoy escribe Antonio Piñero

He aquí algunas preguntas y respuestas:

Pregunta:

considero es una mala interpretación de algunas corrientes evangélicas de estos tiempos, en cuanto a mateo 24, lucas 21 y marcos 13.

Por algún motivo se interpretan esos pasajes como fin del mundo con venida segunda de Cristo y se termina todo.

Entiendo que solo relata la destrucción de Jerusalén y nada más.

Los eventos del sol, la luna, y las estrellas entiendo que simbolizan los gobiernos, gobernantes, autoridades. El mismo lenguaje se usa en Isa. 13:9-13, 19, acerca de la caída de Babilonia; se usa en Isa. 34:4 para describir la ira de Dios contra las naciones; se usa en Ezeq. 32:7 con respecto a la caída de Egipto., pero no relatan una destrucción cósmica y cuando menciona que viene en las nubes, creo es una expresión figurada que se refiere a la intervención de Dios para juzgar y castigar. Isa. 19:1, "Profecía sobre Egipto. He aquí Jehová monta sobre una ligera nube, y entrará en Egipto". Sal. 104:3, "El que pone las nubes por su carroza, El que anda sobre las alas del viento". Estos pasajes del antiguo testamento se cumplieron en teoría y se referían a castigos de naciones y no a eventos cósmicos. Por otro lado lo curioso es que las recomendaciones de Jesús con respecto a las que estaban embarazadas por la huida o que no sea invierno o día de reposo, solo tendrían sentido en "esa generación". Entiendo esto no es la venida desde el cielo que menciona Pablo de Tarso para el fin del mundo "2 Tesalonicenses 1:8": "en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo"


Considera que estoy equivocado y me estoy perdiendo de algo ?

Respuesta:

Lo que Usted escribe está bien visto como antecedentes proféticos. Pero olvida Usted una cosa muy importante: la evolución del pensamiento judío después del Exilio de Babilonia y sobre todo el surgimiento de la Apocalíptica en la época del Helenismo. Ahí cambia la perspectiva profética y se orienta claramente hacia el fin de la historia. Olvida Usted también que Jesús, y Pablo, lo dicen expresamente: el fin está próximo. Son los primeros cristianos los que vieron en la destrucción de Jerusalén el comienzo del fin y moldearon esos discursos de Jesús, sin duda, pero dejaron intacto el deseo del fin que creían propio de Maestro.

Pregunta:

¿Jesús se vio influenciado por el pensamiento helénico de la época? ¿Pudo hacer uso del mismo, en la divulgación de su doctrina? Gracias


Respuesta:

Probablemente no más que cualquier hombre formado en las Escrituras en su época. Toda Palestina estaba más helenizada de los que parecía. Por favor, consulte, si le es posible mi obra “Biblia y helenismo. La influencia del pensamiento griego en la formación del cristianismo” (creo que hay vers. electrón.) Edit. El almendro, Córdoba 2006.
El pensamiento de Jesús está conformado por el fariseísmo helenísticos y sus doctrinas: su concepción de Dios y del mundo de ultratumba sí están influenciados por el pensamiento griego. Pero el uso de Jesús es como si ese pensamiento fuera exclusivamente judío.

Pregunta:

hace tiempo leí el libro de José Montserrat Torrents: "Jesús, el Galileo rebelde", y la verdad es que me chocó mucho la imagen de Jesucristo transmitida por el autor. Venía a decir que Jesús fue condenado por organizar una rebelión contra Roma, y que su grupo de seguidores iba armado en el momento de su detención, cuando presuntamente iban a asaltar de madrugada la muralla de Jerusalén, defendida por soldados romanos. ¿Es posible que Jesús no fuera ese apostól del amor y la paz que transmiten los Evangelios, sino una especie de extremista religioso que, como tantos, fue condenado a muerte por conspirar contra Roma y tratar de expulsar a los romanos del territorio de Israel?

Respuesta:

Se llama estrictamente “El galileo armado”. Soy escéptico ante una tesis tan radical y que presenta solo un aspecto de la compleja personalidad de Jesús. Pero su autor, a quien admiro por su clara inteligencia y buena formación, tenía el propósito de destacar un aspecto olvidado de Jesús en la enseñanza común. Es también posible que a la vez que políticamente peligroso para Roma Jesús fuer un apóstol del amor par todos los que no fueran enemigos declarados de Dios como la inmensa mayoría de los romano, según Jesús.

Pregunta:

Jesús era realmente observador de las leyes judias,si es así por que según el narrador,curaba enfermos en días de reposo?
Otra pregunta cuales leyes fueron abolidas del decálogo o de la ley de moisés según las tradiciones paulinas?


Respuesta:

• Sí lo era. Vea por favor mi obra (Editorial Atanor, Madrid 2012) “Ciudadano Jesús”.

• Pablo no abolió nada del Decálogo. Como buen observante judío de la Ley, a pesar de las exégesis en contra de esta opinión, jamás quebrantó Pablo el judaísmo. Su tesis principal era solo que los paganos creyentes en Jesús Mesías no tienen por qué hacerse judíos, sino que se salvarán como paganos creyentes. Por tanto, no están obligados a las leyes propias solo de los judíos como miembros de una Alianza especial con Dios: circuncisión, leyes de pureza ritual y normas sobre los alimentos.

Pregunta:


¿Hay alguna manera de saber qué es historia y qué mito en los Evangelios? Es decir ¿qué procede en verdad de Jesús y qué de sus discípulos?

Respuesta:


Nunca podremos estar seguros al cien por cien, sobre todo en los dichos de Jesús, sobre qué es históricamente cierto o qué se debe a manipulación --se supone que con buena voluntad-- de sus seguidores. La manera de proceder críticamente de los historiadores se ha ido perfilando en los últimos doscientos años de investigación y se concreta en los llamados “Criterios para juzgar la autenticidad de las tradiciones sobre Jesús”.

Saludos cordiales
Jueves, 14 de Agosto 2014

Hoy escribe Antonio Piñero

He aquí algunas preguntas y respuestas:

Pregunta:
si como Usted dice la Iglesia Primitiva eligió los evangelios de Marcos, Mateo, Lucas y Juan por proximidad a la vida de Jesús en donde no se fantasea (cosa que veo lógica), por qué se critica tanto que eligiesen éstos y no otros?
Respuesta:

No se critica el hecho en sí, sino que no sabemos –solo sospechamos-- qué criterios hubo para elegirlos, además de su proximidad cronológica: inspiración? Apostolicidad? Lectura frecuente en las iglesias? Rigor en atenerse a una norma de fe más o menos establecida dentro de un grupo?
Pregunta:

¿No existe también otro evangelio más o menos fidedigno que llaman la “Fuente Q”?


Respuesta:


Este evangelio es sólo una reconstrucción científica, una hipótesis aunque muy bien fundada, porque no se ha encontrado ningún manuscrito de él hasta ahora.

Se denomina “Fuente Q” a aquellos pasajes de Mateo y de Lucas que coinciden mucho entre sí, a veces al pie de la letra, y que no se hallan en el Evangelio de Marcos, que es una de sus fuentes escritas, de las que copian.

Al coincidir tan exactamente Mateo y Lucas en esos pasajes, a veces largos, los estudiosos piensan que ahí no obró la cualidad de que utilizaran la misma tradición oral. Hubo de existir ya en lengua griega una especie de “Evangelio”, que contenía ante todo “dichos del Señor”. Este “evangelio” hubo de estar ante los ojos del Mateo y Lucas, del que debieron de copiar lo que le interesaba.

Pero, se debe insistir en que no se ha encontrado aún ningún manuscrito de ese Evangelio. Sin embargo, la mayoría de los estudiosos del Nuevo Testamento piensan que es sumamente probable que existiera y que es mera casualidad la falta de copias.

Saludos cordiales
Miércoles, 13 de Agosto 2014
Hoy escribe Antonio Piñero

He aquí algunas preguntas y respuestas:

Pregunta:
¿ Leyendo los libros de Mateo y de Marco en la biblia, Jesús cuando cura a los enfermos les dice: "no se lo dijeran a nadie" cuado terminaba el milagro. En Mateo pasa lo mismo solo que en Mateo dice: no les comente a nadie y ve a la sinagoga. Cuales el sentido de estas palabras que Jesús?.
Respuesta:
Es el llamado secreto mesiánico. Un artificio literario de Marcos y colegas para explicar cómo fue posible que el hijo de Dios fracasara en su misión y fuera crucificado. Por tanto, no es posible adscribirle valor histórico ninguno.
Esta pregunta queda bien aclarada en mi obra “Guía para entender el Nuevo Testamento” de Edit. Trotta, Madrid, 4ª edic. 2011.

Pregunta:

Me gustaría saber qué perspectivas tiene hoy en España un investigador (laico) de la Biblia, la tradición patrística y, quizá ya en una esfera aparte pero relacionada, las influencias de la filosofía griega en el cristianismo primitivo y los Padres de la Iglesia. Mi pregunta peca de generalista; formación ideal, aceptación académica (fuerza del ámbito religioso)…

Respuesta:
En el ámbito académico solo puede uno formarse en esas disciplinas en las Universidades o Facultades de Teología de la Iglesia (Deusto; Barcelona; Madrid; Granada… La sección de Filología Bíblica Trilingüe que había en la Central de Barcelona y en la Complutense han sido cerradas por falta de alumno suficientes.

Luego, encontrar un puesto de trabajo en esas universidades como investigador independiente es prácticamente imposible, como es natural. Tendría que ser investigador autónomo, adscrito como colaborador honorífico de alguna Universidad estatal con Sección de Lenguas Clásicas, o bien seguir la carrera de Clásicas, o de Semíticas (hebreo y arameo) y luego, una vez conseguido un puesto fijo, orientar la investigación propia al campo que uno desee.

Pregunta:

escuche en un programa a alguien que dice que pilato gobernador de judea escribio algun libro explicando que a el galileo se refire a jesucristo lo sentenciian a muerte porque roma temia que se comvirtiera en un alto politico y luego proclamarlo rey de los judios y es por eso que jesucristo dijo que su reino no era de este mundo. al mismo tiempo a nivel personal me queda una ligera interrogante en cuanto a que porque jesucristo no enseña ampliamente la forma de curar o sanar mentalemente sera posible que la comunidad medica de esa epoca temia que eso fura posible por aquello de que no tendrian pacientes enfermos para ganar dinero me pregunto si existen de alguna maneraa algunos manuscritos que enseñen el milagro de la sanacion mental o realmente todo es un ligero mito y leyenda pasajera creo que seria bueno encontrar esos manuscritos y asi la gente no tendria que esperar tanto por un medico y se ahorraria mucho dinero verdad.

Respuesta:

Que yo sepa, no existen tales manuscritos. Pero desde luego sí hay normas en la antigüedad, en todos los filósofos estoicos y epicúreos sobre todo, sobre cómo vivir racionalmente de modo que sepas orientr tu mente hacia lo mejor para ti mismo.

Pregunta:

es posible que sucediera de verdad que Jesús viajara a la India, o siendo el una persona de clase media/baja si es imposible viajar tan lejos en la epoca , en fin su opinión sobre el tema( siempre hablando del Jesús historico).

Respuesta:
Conociendo bien las circunstancias de la Galilea del siglo I, la mentalidad de Jesús como un judío celador de la Ley, pienso que –aunque no es imposible que viajara a Cachemira-- es totalmente inverosímil y prácticamente imposible que lo hiciera y menos para buscar sabiduría fuera de las Escrituras.
Un judío, en todo caso, iría a la antigua Persia para conversar con los “magos” = sacerdotes del zoroastrismo, religión a la consideraban (la única) algo respetable.
Pregunta:


¿Qué material hay de verdad disponible para reconstruir científicamente la vida del Jesús histórico?

Respuesta:

Lo único seguro es analizar muy críticamente los evangelios compuestos en tiempos cercanos a Jesús, que tienen menos probabilidades de fantasear libremente. Aplicarles la lupa de la crítica más severa para averiguar qué es historia y qué es teología pura.
Esos escritos más antiguos son precisamente los cuatro aceptados como evangelios canónicos desde la Iglesia primitiva. Dijimos que el primero en componerse fue el de Marcos. De él dependen en parte, porque lo copian transformándolo un poco o mucho, según ocasiones, Mateo y Lucas.
Debemos insistir en que el Evangelio de Juan (95-100 d.C.) es un caso muy especial. Coincide a veces con los tres anteriores, y en muchísimas otras difiere totalmente. Lo más probable es que conozca el material anterior y que lo interpreta a su manera, corrigiendo expresamente y muchas veces la interpretación de los evangelistas previos a él. Tal corrección la efectúa por medio de:
A. Una selección estricta de historias y milagros de Jesús; por la añadidura de escenas que son ficticias e ideales (por ejemplo, la samaritana, cap. 4, o la aparición a María Magdalena, cap. 20, que indican el paso de una fe imperfecta a otra perfecta).
B. Añadido de largos monólogos y discursos puestos en boca de Jesús que son más expresión de la teología sobre él del evangelista, que producto verdadero de la mente de Jesús.
Así que, insistimos, con este evangelio hay que andar con más cautela crítica. Hay autores de libros sobre Jesús que prácticamente ni lo citan. Esta posición me parece exagerada.
Saludos cordiales de Antonio Piñero
Martes, 12 de Agosto 2014
Literatura Pseudo Clementina. Las Homilías griegas.
Hoy escribe Gonzalo Del Cerro

Homilías griegas

Vuelve el debate entre Pedro y Simón Mago

La Homilía VII da un giro para regresar al enfrentamiento entre Pedro y Simón Mago, los dos actores principales del relato. Era el cuarto día de la estancia de Pedro en Tiro, que se inició con la aclamación de la turba dedicada a Pedro. Reclamaban de Pedro su magisterio frente a los engaños de Simón y sus milagros frente a la magia de su oponente. Pedro se encaramó sobre una piedra elevada para ser observado y escuchado con facilidad por la muchedumbre presente.

Pedro desenmascara la maldad de Simón

Las palabras de Pedro van encaminadas a desenmascarar al Mago y dejar patentes sus intenciones malvadas. Simón es, en efecto, la potencia siniestra de Dios, que trata de perder a los que no conocen a Dios. La tendencia natural de Dios de hacer el bien a los hombres y buscar su salvación y su libertad frente a los que procuran su perdición está discutida y rechazada por Simón. Como ya anunciaba Berenice, la hija de Justa la cananea, Simón resultaba peligroso para los inocentes por su habilidad dialéctica. Una habilidad que desempeñaba sin remilgos ni reparos. Una prueba más de la razón de Berenice es el testimonio de Pedro: Con sus artes mágicas, Simón “ha sido capaz de rodearos de enfermedades, que, consentidas por la amable providencia de Dios, os han obligado a buscar y encontrar al que puede curarlas. Y con ocasión de la curación del cuerpo, aceptasteis confiar en lo que a Dios agrada, para que de este modo a la vez que serán curados vuestros cuerpos, tengáis también sanas vuestras almas” (Hom VII 2,3).

La providencia de Dios siempre presente

La Providencia de Dios está siempre despierta y alerta en defensa de lo suyos, de los que lo buscan y buscan la verdad que lleva a la salvación. La presencia del mal y del engaño provoca la reacción de Dios y del cuidado que tiene sobre sus criaturas. Donde está la magia, Dios pone su poder y su misericordia. Sus milagros tienen siempre como finalidad aliviar el mal de loa humanidad, nunca son como los prodigios de Simón, esfuerzos por exhibir unos poderes que vienen por la vía de los demonios y sus caminos torcidos.

Pedro delata la estrategia de Simón para procurar el mal de los hombres. Con sus banquetes encuentra la ocasión propicia para sumar los efectos del vino a los de su magia. Lo que es lo mismo que añadir a su magia el apoyo de los poderes de los demonios, cuyo jefe es el mismo Simón. Por eso, lo que debiera ser una reunión de hermandad se convierte en ocasión de enfrentamiento armado entre ebrios movidos por la magia de Simón y de sus servidores los demonios. Ya lo había dicho Pedro en otras ocasiones, cuando los hombres se convierten en comensales de los demonios, se hacen sus siervos y esclavos. Es lo que Simón consigue fácilmente con su estrategia de invitar a hombres bien intencionados a sus banquetes y a sus comensales infernales.

El peligro de los comensales

Era el gran argumento para apartar a los cristianos de los convites de los paganos. La convivencia convierte a los comensales en esclavos de la mentalidad de los que participan de la misma mesa y los mismos alimentos. Pedro proclama solemnemente que Dios es el remedio contra la maldad de Simón (Hom VII 3). Pues ya desde el principio procuró Dios que los jefes del bien o del mal no tuvieran potestad sobre nadie si antes no lo habían hecho su comensal. Simón aprovechaba esta estrategia para desviar a hombres bien intencionados del camino recto.

Pedro desarrolla su argumento con palabras claras y contundentes: “En consecuencia, así como al participar de los sacrificios ofrecidos a los demonios, quedasteis sometidos al jefe de la maldad, así cuando abandonándolos, os refugiáis en Dios por medio del jefe bueno y de su derecha, haciendo lo que él quiere con honras sin sacrificios, sabed bien que con la salud del cuerpo tendréis también sanas vuestras almas” (Hom VII 3,4). Dios puede lo mismo herir que levantar al caído, así como librar a los hombres amenazados por la magia de Simón con su gracia y su luz para encontrar siempre el camino de la justicia.

La penitencia y la regla de oro

Por eso, los que han sido engañados por la magia de Simón pueden recuperar por la penitencia la fuerza de sus cuerpos y la gracia de sus almas. El camino recto consiste en hacer lo que a Dios agrada: “Orar a Dios, pedirle que otorgue todas las cosas con una ley equitativa, apartarse de la mesa de los demonios, no gustar carne muerta, no tocar sangre, lavarse de cualquier suciedad”. Lo demás queda comprendido en la denominada regla de oro: “No hagas a nadie lo que no quieras que te hagan a ti”. La Homilía VII la explica y desarrolla de forma muy clara: “No quieres que te maten, pues no mates a otro; no quieres que otro cometa adulterio con tu mujer, no lo cometas tú con la esposa de otro. No quieres que te roben nada de lo tuyo, no robes nada de otro” (Hom VII 4,4).

Dicho de otra manera, debemos hacer lo que nos parece razonable. Ello nos hará aceptos a Dios y nos abrirá el camino para la salvación eterna. La conducta contraria nos producirá tormentos para nuestro cuerpo en el tiempo presente y el castigo para nuestras almas en el mundo futuro.

Saludos cordiales. Gonzalo Del Cerro




Domingo, 10 de Agosto 2014

Hoy escribe Antonio Piñero


He aquí algunas preguntas y respuestas:

Pregunta:

Mi pregunta es sencilla... en uno de los programas de la otra realidad, usted comentaba que el documental de James Cameron estaba hecho para ganar dinero y lo razonaba con un argumento que no recuerdo. Podría decírmelo?

Respuesta:

Probablemente por dos argumentos y una consideración

1 Porque según Hechos de los apóstoles 13,29, Jesús muy probablemente fue enterrado en una fosa común para malhechores, a pesar de que Lucas emplea la palabra mnemeion, en griego, que significa “monumento funerario, para dignificar el sitio del enterramiento de Jesús.

2 Porque en el cristianismo primitivo no había el menor deseo de honrar tumba alguna, ya que Jesús había sido exaltado al cielo, volvería prontísimo y el final del mundo estaba a la vuelta de la esquina.

Y también probablemente añadí que entre centenares de urnas funerarias de difícil y exacta datación la repetición de la combinación de nombres muy comunes no prueba nada. Pero es interesante para Israel fomentar el turismo religioso…

Pregunta:

¿Oculta la Iglesia los evangelios apócrifos por tener datos sobre Jesús peligrosos para la fe?

Respuesta:

Hoy día ya no. Luchó contra ellos a muerte desde finales del siglo II hasta el V o VI. Los intentó destruir o manipular (como ocurre claramente con el Evangelio del Pseudo Tomás, filósofo israelita) para hacerlos ortodoxos.
Las ediciones de evangelios apócrifos hoy están promovidas muchas veces por la Iglesia porque ya no se ve en ellos problema ninguno. La batalla fue librada antes y los restos que quedan son considerados inofensivos.

Saludos cordiales Antonio Piñero
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com
Domingo, 10 de Agosto 2014
Hoy escribe Antonio Piñero

He aquí algunas preguntas y respuestas:

Pregunta:
Me gustaría que me diera su opinión sobre el libro de EL ZELOTE la vida y la época de Jesús de Nazaret, de REZA ASLAN, lo acabo de leer y me parece bastante bueno, debo decir que no soy un entendido en éstos temas, tan solo un aficionado que tiene interés por saber.
Respuesta:

Gracias a J.P. he podido leer los comentarios de Le Donne y Behrendt al libro de Reza Aslan. No he terminado de leer el libro de este último, por múltiples cuestiones de trabajo. Los enlaces son los siguientes:

http://bit.ly/1pbIWVj

http://bit.ly/1qXjgOM
En líneas generales estoy de acuerdo con la crítica de los dos estudiosos. El libro es exagerado, fantasioso, sesgado y a veces acrítico y no ponderado.
Pero, a la vez, está bien escrito (esto no es mérito estrictamente científico, sino literario) y hace hincapié en muchos detalles de la vida de Jesús que los historiadores confesionales suelen omitir, o pasar demasiado de prisa.

La vida de Jesús también incluye el aspecto "político" de celador de la Ley, aunque el partido (político) de los celotas todavía no existiese. Política y religión iban unidas indisolublemente. Saludos. Yo, en síntesis, recomiendo la lectura de Aslan como mero antídoto.

Pregunta:

hay una cosa que nunca le he visto explicar. Jesús dice que su Dios es el Dios de Israel (Mr 12.29) y según los investigadores como Israel Finkelstein, ese dios era Elyon y no Yahvé. Yahvé era el dios de los de Judá, que al final terminaron dominando. Hay una pista en Dt 32.8-9, en su versión más antigua de los Rollos del Mar Muerto, indica que Yahvé era hijo de Elyon, y que recibió de éste, el pueblo de Jacob por herencia. Es posible que el verso sea una artimaña de Josías y sus sacerdotes para convencer a los Israelitas de adorar a Yahvé. Pero sea como sea, evidencia la teoría de que Yahvé no era el dios principal hasta un poco después del siglo VII a. C.

Respuesta: Elyon es lo mismo que ’Elohim o ’El.
Finkelstein tiene razón. Lo más probable es (si es que el personaje de Moisés es histórico) que a partir de Moisés los israelitas introdujeran en su panteón a Yahvé, una divinidad de Madián que al parecer era la de la mujer de Moisés, Séfora, hija de un sacerdote de Madián. y que luego –como ocurre en muchas religiones, la griega, por ejemplo— esa divinidad joven acabe asumiendo los rasgos y características de las divinidades “viejas”. Yahvé de hecho tiene rasgos de ‘’El y de Baal, más los suyos propios.
Pero cuando yo hablo de que el Dios de Jesús es el mismo que el del Antiguo Testamento en general, estoy en el siglo I, en el cual estas distinciones eran ignoradas. Para Jesús no había más Dios que el ya tradicional en su momento y que ellos creían firmemente que había sido el único y el de siempre. Otro cosa es la rítica histórica que planteamos desde la Ilustración, no solo en le estudio de la Biblia, sino de la historia en general que nos hace ser más preciso y ver más coas. En un cierto sentido, nosotros sabemos de la religión de Jesús más que él mismo desde el punto de vista de la historia de las tradiciones religiosas.
Si le es posible, le recomendaría leer el libro de Julio Trebolle, “Imagen y palabra de un silencio. La Biblia en su mundo”, de Edit. Trotta, Madrid, 2008, que he comentado largamante en mi Blog.

Pregunta:

¿hay alguna alusión en la biblia, ya sea antiguo o nuevo testamento en que se haga alusión a la península ibérica?

Respuesta:

Sería posible que las referencias a Tarsis en la Bibli = Jonás 1,3; 4,2 Salmo 72,10; 1 Reyes 10,22; Isaías 2,16; 23,1; 69,9, podrían ser bien alusiones a Tartessos, o bien (y es lo más probable) alusiones a cualquier región lejana occidental.

Pregunta:

A mi juicio, y a juicio de varios especialistas que consulto, los sinópticos tienen una cristología menos avanzada que el propio Pablo (sobre todo el cántico de Filipenses). ¿Cómo explicar, entonces, que los sinópticos, siendo escritos por miembros de facciones paulinas y obviamente posteriores a Pablo, tengan una cristología menos avanzada?

Respuesta:

Como casi siempre, esta pregunta es demasiado compleja para ser respondida en este medio. Pero sin duda su formulación es una simplificación.
La cristología de Pablo es muy obscura, y en mi opinión es parecida a la del Libro de las Parábolas de Henoc: el mesías es un mero hombre y solo su concepto (como el de la Ley de Moisés) es preexistente. Luego, ese concepto se hace realidad en un hombre concreto, el cual tras la resurrección, por obra de Dios, no por sí mismo, es exaltado a la diestra del Padre y confirmado como señor y mesías.
El himno a Cristo de Filipenses 2,6-11 es interpretado por mí en mi obra “Guía para entender a Pablo. Una interpretación del pensamiento paulino” (salida: quizás en primer trimestre 2015 Edit. Trotta), como un contraste entre el primer Adán y el segundo Adán. Este segundo Adán = Cristo solo tras su muerte es exaltado y colocado casi al nivel de Dios (v. 11). Pero Pablo es totalmente subordinacionista (1 Cor 15, 24-28).
Si esto es así, Marcos, que presenta una cristología adopcionista (Jesús es hijo de Dios por adopción en el bautismo = Mc 1,9-11), sin duda, pero que tras el bautismo considera divino a Jesús ya en su caminar por la tierra puede ser más avanzado que Pablo. Igualmente Mateo y Lucas (o el autor de sus apéndices Mt 1-2 y Lc 1-2) consideran divino a Jesús ya desde su concepción en la tierra. Por tanto, es probable que esta cristología sea más avanzada que la de Pablo.
Pero, en síntesis, la cristología del Nuevo Testamento es un cajón de sastre, muy diversa, oscura, complicada, que da por supuesto mucho en los lectores.

Pregunta:

¿Cuál de los evangelio apócrifos es el más importante para reconstruir la vida del Jesús histórico?

Respuesta:

El más significativo de ellos es con mucho el Evangelio de Tomás gnóstico, que no otorga casi importancia alguna a los hechos de Jesús, sino a sus sentencias espirituales. Es como un evangelio místico al que sólo importa la salvación del individuo y la fusión espiritual con el Revelador Jesús.
Algunos investigadores de hoy le conceden una importancia igual o semejante a la de los cuatro canónicos. En mi opinión, sin embargo, esta posición es un tanto exagerada porque el texto que hoy tenemos está ciertamente reelaborado a mediados del siglo II…, y los investigadores no se ponen de acuerdo sobre cuál es la parte estrictamente antigua y cuál no.
A pesar de ello, creo que vale para confirmar que algunos dichos de Jesús son antiguos.

Saludos cordiales
Sábado, 9 de Agosto 2014
Hoy escribe Antonio Piñero

Concluíamos la semana pasada con la idea de que Pablo, como Jesús de Nazaret, es un teólogo de la restauración de Israel, tema profético si lo hay, sobre todo entre los oráculos de profetas posteriores al exilio en Babilonia, pero tema al que Pablo añade unas precisiones y perspectivas nuevas e importantes, que aún no hemos precisado aquí.

La incorporación de los gentiles a Israel es, pues, un tema antiguo. No sabemos con seguridad si el bautismo entre los judeocristianos –en el siglo I d.C.— era ya un uso común tomado del judaísmo corriente para mostrar la incorporación de gentiles a Israel, junto con, naturalmente, la circuncisión de los varones (= paso de gentil a prosélito). Pero lo que sí sabemos es que Pablo defendió entusiásticamente el bautismo como el sello que manifestaba que el judío normal o el gentil habían pasado a ser miembro del cuerpo (místico) del Mesías, una vez hecho el acto de fe en él como el mesías del Dios de Israel, y sabemos también que el Apóstol nunca se jactó de ser el primero que practicaba el bautismo como incorporación ( = injerto ; Rom 11,13ss) de los gentiles en Israel.

Por tanto, para Pablo, quien se salva es Israel. De momento –dice Pablo en el mismo capítulo de Romanos— este Israel solo un “resto”, entre el que él mismo se contaba, pero al final el Israel entero, que se supone aceptará a Jesús como mesías, se salvará (Rom 11,26). Y Pablo añade: los gentiles injertados en Israel tienen –en lo que respecta la salvación-- exactamente el mismo estatus que los israelitas de nacimiento (¡ y esto sí que era novedoso!).

De la lectura de Hechos 15, diríamos que la cuestión de esta igualdad cierta de estatus entre los creyentes en el Mesías había quedado resuelto. Pero no era así, por lo que cuenta Pablo en Gál 2,11-14 (el incidente entre él y Pedro en Antioquía): ¿tenían que sentarse a comer en mesas separadas los gentiles conversos a la fe en el mesías? Parecía que de ningún modo, según Pablo, puesto que en Cristo “ya no había judío ni gentil, esclavo ni libre, hombre ni mujer” (Gál 3,28). Pero otros mantenían lo contrario: la fe en el mesías no basta; los israelitas de nacimiento son superiores; los gentiles aun creyentes pueden estar en estado de impureza…, y como dice Pedro en Hechos: “10,28: Y les dijo: «Vosotros sabéis que no le está permitido a un judío juntarse con un extranjero ni entrar en su casa; pero a mí me ha mostrado Dios que no hay que llamar profano o impuro a ningún hombre.”

Para fundamentar la igualdad entre judíos y gentiles, Pablo había expuesto en Rom 1,16, y en resumen en Rom 3,9, que los dos grupos en los que se divide la humanidad (para un judío), a saber, gentiles y judíos, estaban esclavizados por el Pecado. Por tanto, no había distinción ni derecho alguno a la jactancia por parte de nadie.

Y Pablo tenía otro argumento: en esta situación de pecado general, quien quería ser salvado tenía que hacer un acto de fe en el Mesías. Con otras palabras: para apropiarse los efectos de salvación del evento de la cruz, es decir, el perdón de los pecados hasta ese momento, era necesario aceptar el designio divino de que así era por la cruz del Mesías, por sorprendente que esta idea fuese. Había que hacer un acto de fe en el mesías y en su cruz. Entonces, y solo entonces, tanto judíos como gentiles obtenían el perdón de los pecados, igualmente. Tampoco, pues, desde este punto de vista había motivo alguno para la jactancia.

Pablo se opone al pensamiento de algunos judíos contemporáneos suyos: la situación de pecado no es una situación de continua tentación del Diablo, a la que se puede oponer el ser humano por sus propias fuerzas, aunque reciba la gracia divina si es humilde en aceptarla, sino un estado perpetuo –según Pablo-- de esclavitud de todo ser humano bajo el Pecado/Diablo, del que no puede salir aunque sea humilde. Y, insiste Pablo mil veces, la salida de ese estado de esclavitud es un acto de fe, tanto para judíos como para gentiles. La justificación es solo por la fe. Si lo que Dios pide al pecador es un “sí” propio de la fe, en teoría no hace falta en ese momento hacer ninguna otra obra de las que habla la Ley de Moisés para quedar justificado. Por eso dice Pablo una y otra vez: “La justificación es sólo por la fe y no por las obras”.

Pero a la vez, una vez justificado, Pablo exige que el creyente en el mesías haga las obras que le exige la Ley como muestra de fidelidad posterior y consecuente con el acto de fe. El judío, que sigue siendo judío, tiene que seguir “haciendo” las obras de la Ley; y el gentil, que sigue siendo gentil, tiene que hacer las obras de la “ley del Mesías” (Gál 6,2), a saber, cumplir toda la ley natural = el Decálogo, más la moral que le dicta la nueva institución en la ha entrado, le iglesia o cuerpo místico del mesías.

Por el contrario, si un judío (sobre todo) o un gentil no cae en la cuenta de que el haber pecado te hace esclavo del Pecado, y que por tus fuerzas no puedes salir de esta situación, y te crees que el pecado no es más que una mera tentación que cada uno puede resistir con buena voluntad, entonces llega a pensar que él mismo se justifica ante Dios haciendo las obras de la Ley y negándose a pecar. PERO, insiste Pablo, intelectualmente (y en esto demuestra que a la vez que judío él es profundamente griego) no es así. La justificación es solo por gracia y por un acto de fe (ayudado por Dios mismo a hacerlo) sin que medie en ese momento obra alguna = por tanto, judíos y gentiles son iguales ante Dios, pues todos pecaron. Y continúa Pablo: de esclavos del Pecado pasan a ser esclavos del Mesías (así dice de sí mismo el Apóstol, véase el comienzo de Romanos), gracias al acto de fe en Dios y en su mesías que muere en la cruz (justificación) y la confirmación de esa fe en el bautismo, o “sello”.

Boccaccini sostiene que una parte del transfondo ideológico de la Epístola de Santiago (que no sabemos quién la escribió, pero que parece querer representar el pensamiento de la iglesia madre de Jerusalén) es considerar la situación de “estar bajo el pecado” como un “estado de tentación” y no un estado de verdadera esclavitud. Por ello, esa Epístola defiende que la justificación en sí no se logra solo por un acto de fe, sino por un acto de fe acompañado de “obras”. El autor no había logrado asimilar la fina distinción intelectual de Pablo entre justificación en sí (que dura un instante) y la fidelidad que pide y exige esa justificación, fidelidad que se muestra por las obras consecuentes según la ley del Moisés (judíos creyentes) o fidelidad a la ley del Mesías (gentiles creyentes). Por eso el autor de la Epístola de Santiago dice que “la fe sin obras está muerta” (St 2,19-26) sin hacer las debidas distinciones y oponiéndose al pensamiento paulino. Para el autor de la Epístola la justificación no es solo por gracia divina y por la fe impulsada por la gracia (es decir, obra de Dios solo), sino el producto de una sinergia, o colaboración, entre el ser humano y Dios.

El sentido profundo de St 4,6-10 es este, aunque quizás no se capte a primera vista:

“10 Humillaos ante el Señor y él os ensalzará. 11 No habléis mal unos de otros, hermanos. El que habla mal de un hermano o juzga a su hermano, habla mal de la Ley y juzga a la Ley; y si juzgas a la Ley, ya no eres un cumplidor de la Ley, sino un juez. 12 Uno solo es el legislador y juez, que puede salvar o perder. En cambio tú, ¿quién eres para juzgar al prójimo? 13 Ahora bien, vosotros los que decís: «Hoy o mañana iremos a tal ciudad, pasaremos allí el año, negociaremos y ganaremos»; 14 vosotros que no sabéis qué será de vuestra vida el día de mañana... ¡Sois vapor que aparece un momento y después desaparece! 15 En lugar de decir: «Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello». 16 Pero ahora os jactáis en vuestra fanfarronería. Toda jactancia de este tipo es mala”.

No es casualidad, por ello, que la Epístola de Santiago no mencione en ningún momento el evento de la cruz y no hable de él como la clave del perdón de los pecados. Al parecer (en realidad apenas estamos informados de la teología del judeocristianismo), los judíos creyentes en el mesías, como parece que pensaban algunos de la iglesia madre de Jerusalén, cuando hablaban del perdón de los pecados no se referían a la cruz de Cristo, sino al sistema de expiación de los pecados por el arrepentimiento, por los sacrificios del Templo y por la absolución divina del Día general del Perdón (el Yom Kippur). Y aunque el autor hable ciertamente de la “ley de la libertad”, expresión que parece paulina, no lo entiende como Pablo, sino como la libertad de obrar libremente la ley de Moisés como prerrequisito ineludible para la justificación. El que es humilde en situación de pecado lo es por su cuenta… por su propia voluntad; por ello Dios le ayudará después. Para Pablo no es así: primero es el acto de fe y luego la humildad y las buenas obras como consecuencia de ese acto de fe:

St 1,25: En cambio el que considera atentamente la Ley perfecta de la libertad y se mantiene firme, no como oyente olvidadizo sino como cumplidor de ella, ése, practicándola, será feliz.
St 2,12: Hablad y obrad tal como corresponde a los que han de ser juzgados por la Ley de la libertad.


Y como, para Pablo, la justificación es solo un acto de fe, dice en Gál 2,21:

“No hago inútil la gracia de Dios, pues si por la Ley se obtuviera la justificación, entonces Cristo habría muerto en vano.”

Esta disputa teológica en el pensamiento “cristiano” primitivo entre judíos creyentes en el mesías y otros judíos y gentiles paulinos, tendrá profundas implicaciones en la vida de la iglesia futura y en la paulatina separación del cristianismo paulino del judaísmo normativo, aunque Pablo ni por un momento se le ocurrió pensar que eso podría ocurrir…, no solo porque el fin del mundo era inmediato en su opinión, sino especialmente porque él no albergaba intención alguna de fundar ninguna religión nueva. Él solo pretendía vivir su judaísmo en el Mesías.

Seguiremos

Saludos cordiales Antonio Piñero
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com
Viernes, 8 de Agosto 2014
Hoy escribe Antonio Piñero

Pregunta:

¿Qué credibilidad tiene para usted el llamado \"Evangelio de Judas\" en lo que se refiere a que era el discípulo más querido y que la traición estaba orquestada por el propio Jesús? Muchas gracias, Profesor.

Respuesta:

Como historia que nos acerque al Jesús histórico, ninguna. Sí es importante para conocer el pensamiento gnóstico, probablemente del siglo II o III d.C. cuando se escribió, en griego. En el “Blog de Antonio Piñero” tiene Usted una larga serie dedicada a este Evangelio con introducción, traducción y comentario. Utilice el buscador, por favor. La edición mejor del Evangelio de Judas en español, con texto copto, traducc. y notas es la de Fernando Bermejo, Editorial Sígueme, Salamanca, 2011.

Pregunta:

¿Les relatos pascuales donde se habla de la tumba vacía, son anteriores a los relatos de las apariciones de Jesús a sus discípulos en Galilea o en Jerusalén?

Respuesta:

No tenemos medios materiales para responder a esta pregunta, ni por datación de manuscritos (los más antiguos son de finales del siglo II o inicios del III) ni por crítica interna de los textos recibidos para dar una respuesta exacta. Lo normal es pensar que la tumba vacía y las apariciones forman un bloque, con dos perspectivas, para “probar” que la resurrección de Jesús fue un hecho histórico, digno de fiar.

¿No hay ningún evangelio apócrifo que tenga datos fiables sobre el Jesús histórico? ¿No hay excepción ninguna?
Respuesta:

Sí las hay: ciertos dichos recogidos en el Evangelio de Tomás gnóstico (descubierto en 1945 en traducción copta del siglo IV, pero compuesto hacia el 150 d.C.). Se aceptan que algunos detalles de la Pasión, reunidos por el Evangelio de Pedro (hacia el 130/140 d.C.) pudieron ser auténticos, y existen algunos fragmentos de relatos evangélicos conservados en papiros más o menos antiguos como el Papiro Egerton 2, o el Papiro de Oxirrinco 840 a los que se presta atención.
Sin embargo, y normalmente sólo sirven para confirmar lo dicho por los evangelios canónicos.

Pregunta:
Hoy 6 de agosto se celebra el día de la "Transfiguración de Jesús", uno de los mayores hitos de la vida de Jesús tal y como se describe en los evangelios. ¿Se sabe de dónde viene esta tradición y si hay algún precedente similar con otros profetas? Un afectuoso saludo.
Respuesta:

La "Transfiguración de Jesús" es una tradición que comienza con el evangelista Marcos. No tenemos antecedentes cristianos. Tampoco judíos estrictamente, porque Marcos quiere dar a entender que después del bautismo Jesús es “hijo adoptado de Dios” y por tanto, según las leyes de la adorpción romana, ya es divino (de algún modo).
Lo que sí tenemos en el mundo grecorromano (vea los comentarios científicos a la transfiguración) son historia de dioses que caminan de incógnito sobre la tierra, ponen a prueba a los mortales y si el resultado es positivo, los premian y se aparece al final a ellos con toda su radiante gloria. La historia estaba, pues, en el aire. Pero el trasfondo de la confirmación de Jesús como mesías divino, por parte de Moisés y Elías, en la escena de la Transfiguración es ya teología cristiana. No procede del Jesús histórico.

Pregunta:

Podría ud. aclarar el asunto (en esas preguntas respuestas online) sobre la influencia de la religión persa sobre el judaísmo y cristianismo?

Respuesta:

Dos libros que he publicado, como editor y autor, tratan del tema: 1. Orígenes del cristianismo, Edit. El Almendro, Córdoba, 1992, con múltiples reediciones. Creo que hay versión electrónica.
2 Biblia y Helenismo. La influencia del pensamiento griego en la formación del cristianismo” De la misma editorial y ciudad, año 2006. Hay un capítulo de Anders Hultgard sobre exactamente ese tema.
En líneas generales le informo: la influencia va sobre l concepción dualista de la divinidad (Bien Mal Espíritu bueno /Espíritu malo/; cosmovisión general. Influjo en la concepción sobre ángeles y demonios. El hombre compuesto de parte material y espiritual; existencia de la retribución divina, mundo de ultratumba con penas y glorias; juicio final previo, etc.
Pero hay que tener en cuenta que parte de etas ideas las recibe el judaísmo también de la espiritualidad griega, sobre todo órfica, desde la época helenística = a partir de la muerte de Alejandro Magno, 323 a.C., y la expansión del griego y del pensamiento helénico por el Mediterráneo oriental y Oriente Medio.

Pregunta:
o Piñeros, Me gustaria saber su opinion sobre el polemico trabajo del profesor de historia de la universidad de Telaviv, el judio Shlomo Sand, que expone de que el pueblo judio como tal no existe hoy dia como etnia, y que por lo tanto ser judio es una religión solamente . Y que el pueblo judio de hoy dia es una invención. El argumenta de que los judios europeos son descendientes de los Jazaros y que los sefardies Españoles eran judios conversos de tribus bereberes y asi susesivamente va dando datos de cada una de las diferentes familias judias de hoy dia.... Da por hecho de que no existe hoy dia un pueblo etnico judio. Y segun este hombre no hubo una gran diaspora del pueblo judio de Israel en el año 70, y que ya existian pequeñas poblaciones de judios en diferentes partes antes del año 70, y que con el tiempo se fueron mezclando y lo que quedó fué la cultura judia expandida pero no una etnia como tal. Porque segun argumenta: es que la mayoria de la población judia de Palestina, se quedo en Palestina despues del año 70 con lo que se ve que luego hubo mas revueltas judias posterioes al año 70. En resumen: no existió una diaspora masiva, Los judios que se quedaron en Palestina se mezclaron con los diferentes pueblos que pasaron por la zona, y que los judios dispersos por europa tambien se mezclaron con los pueblos europeos, y solo quedó una religión pero no una etnia.
Respuesta:
No he leído el libro. Pero por su resumen entreveo que la tesis es muy probable. Entre los judíos se discute siempre qué es el judaísmo. Pero hay dos ideas claras: a pesar de la mezca indudable de razas, todo i¡hijo de madre judía es judío y forman un pueblo mixto que no por eso deja ser el pueblo elegido.

La segunda es: el judaísmo no es una religión, sino la mezcla de esa etnicidad sui generis, más un modo de ver a Dios y su relación con el pueblo judío basado en la Biblia hebrea y en la tradición interpretativa de los rabinos recogida en la Misná, Talmud, Midrashim y otros textos. Pero, no es en sí una religión, cuanto un modo de vida e interpretación del mundo y el hombre.


Pregunta:

¿Se puede sacar algo en limpio de los Evangelios acerca de la existencia de Jesús, aunque se acepte que los Evangelios son obras de propaganda religiosa?

Respuesta:

Creo que sí. Las remodelaciones y reinterpretaciones mismas de la figura de Jesús realizadas por los evangelistas nos indican que están tratando de modificar y presentar, de acuerdo con sus ideas, la vida de un personaje real, que era un tanto diferente. Es decir, idealizan y divinizan una figura real, cuyos rasgos no se dejan idealizar y divinizar del todo. Por ejemplo, muestran a un Jesús ignorante del momento en el que vendrá el fin del mundo, o equivocándose en sus profecías acerca de ese final.
Si los autores evangélicos hubieran inventado el mito de Jesús directamente, no habría ninguna diferencia entre el Jesús real y el Cristo de la fe, proclamado por los Evangelios mismos. Los dos serían exactamente iguales.
En otras palabras: las divergencias entre las dos pinturas de Jesús, el real, que se muestra como un mero hombre, y el de la fe, que aparece como un dios, no existirían si la figura de Jesús fuera un puro invento, un mito literario de los primeros cristianos sobre el modelo de una divinidad salvadora de la época. Lo habrían dibujado siempre como un dios y de manera más uniforme.

Pregunta:

a pesar de haber estudiado teología no logro ver ninguna cita bíblica que apele totalmente a la \"homoousios\" afirmada en el concilio de Nicea. Mi pregunta és: ¿ Hay alguna cita bíblica que califique a Jesús como Dios?.
Respuesta:
Sí los hay. De unos 1300 casos en los que aparece “Dios” en el Nuevo Testamento hay 7 casos en los que se nombra explícitamente Dios a Jesús o el Verbo = Jesús tres en Jn 1,1-18, más Jn 20,28; Tito 2,23; Heb 1,8 y 2 Pe 1,1.
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Pregunta:

Leyendo la Biblia he visto como la petición del pueblo de Israel para tener un rey `` como las otras naciones del mundo´´ fue duramente criticado por Dios, el cual estaba en contra de que Israel fuera una monarquía ¿ Cómo se explica la evolución teológica que pasa de una afirmación directa de Dios de que no quiere reyes a la promesa de un Mesías que reunifica un reino?

Respuesta:

Es difícil contestar de un modo simplista, puesto que su pregunta supone todo el cambio de la religión de Israel tras el exilio, sobre todo en la época helenística. El cambio ante todo está motivado por la terrible insatisfacción de Israel tras el exilio: cientos de años de sojuzgamiento bajo el Imperio Persa, luego bajo los Ptolomeos, y luego Seléucidas. Un paréntesis con los Asmoneos/Mcabeos, y luego la bota romana. Era ya insufrible para el pueblo. Dios arreglará las cosas a través del Mesías. Si le es posible, lea el libro “Biblia y Helenismo”, Edic. y varios capítulos míos, Edit. El Almendro, Córdoba 2006.
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Pregunta:

Ud. dice que los fariseos no aperecen en la Pasión de Jesús. Pero, al mismo tiempo, dice que pudo haber habido algo de verdad histórica en el juicio previo en ausencia, narrado en Juan 11: 45-54. Ahora bien, Juan 11: 47 dice que los fariseos convocaron el consejo. Según este pasaje, entonces los fariseos sí estuvieron en la organización del juicio previo que decidió la muerte de Jesús. ¿Es legendaria la participación de los fariseos en ese juicio?

Respuesta:

No hay contradicción, porque Juan se refiere a una reunión del Gran Sanedrín bajo la presidencia e impulso de Caifas, saduceo. Había ciertamente miembros fariseos en el Sanedrín, pero aparte de esta acción –en la que debemos creer que el evangelista tiene razón-- llama la atención la ausencia de cualquier mención de ellos en la Pasión estricta. Además, ciertos fariseos intentaron previamente salvar la vida de Jesús contra las acechanzas de Antipas: Lc 13,31: En aquel mismo momento se acercaron algunos fariseos, y le dijeron: «Sal y vete de aquí, porque Herodes quiere matarte.
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Pregunta:

He escuchado una entrevista que le hacen a usted, que se ha colgado hace poco en Ivoox, sobre el Apocalipsis de Juan. A pesar de que en todos los nuevos testamentos que que tenido en mis manos con el nihil obstat, se expresa que la autoría es de Juan Evangelista, y por otro lado, de que está ya más que demostrado que no es de el Evangelista, sino del Presbítero Juan, deportado en Patmos, ¿no sabía ya la iglesia en los siglos II y III que Juan de Patmos y Juan Evangelista eran dos autores diferentes y que el Presbítero fue en autor del Apocalipsis? Tengo entendido que el mismísimo Eusebio de Cerasea no pone bien a Papías de Hierápolis, expresando que Papías se vanagloriaba de haber conocido a Juan Evangelista, cuando realmente al que conoció fue al Presbítero Juan. En el supuesto de que la iglesia lo supiese ya en momentos tan tempranos ¿porqué sigue empeñada en dar la autoría del Apocalipsis al Evangelista?

Respuesta:

Ciertamente lo sabía; sobre todo en la erudita Alejandría. ¿Por qué se empeña? No se empeña en los libros y en las Facultades de Teología, pero sí ante el pueblo. Probablemente por pereza, apego a la tradición y por un deseo erróneo de no escandalizar. En el fondo está la creencia de que el pueblo es tonto. Había que formular la pregunta los obispos y al Papa
--
Pregunta:

quiero atreverme a consultarle su opinión sobre algo de lo que está pasando ahora en el medio oriente: ¿tiene el gobierno israelí derechos especiales o divinos para justificar las masacres e invasiones que está propiciando?

Respuesta:

Es evidente para ellos que sí la tienen. Porque esa tierra fue prometida a Dios para toda la eternidad desde las promesas del Génesis a Abrahán, caps. 12-17 en las Dios promete a su pueblo: Tierra (Israel); ser pueblo elegido y numeroso; que Abrahán será padre de numerosos pueblos = entendido como que Israel gobernará al final de los tiempos a todas las naciones (traducido final mente en mesianismo y luego en sionismo).

Saludos cordiales de Antonio Piñero
Jueves, 7 de Agosto 2014
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Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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