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Blog de Tendencias21 sobre las implicaciones sociales del avance científico, tecnológico y biomédico.
Traducción de Antoni Aguiló y José Luis Exeni Rodríguez
Escrito por Boaventura de Sousa Santos
El fenómeno no es sólo portugués. Es global, aunque en cada país asuma una manifestación específica. Consiste en la agresividad inusitada con la que la derecha enfrenta cualquier desafío a su dominación, una agresividad expresada en un lenguaje abusivo y el recurso a tácticas que rozan los límites del juego democrático: manipulación del miedo para eliminar la esperanza, falsedades proclamadas como verdades sociológicas, destemplanza emocional en la confrontación de ideas, etc. Por derecha entiendo el conjunto de las fuerzas sociales, económicas y políticas que se identifican con los designios globales del capitalismo neoliberal y con lo que esto implica en términos de políticas nacionales, de aumento de las desigualdades sociales, de destrucción del Estado de bienestar, de control de los medios de comunicación y de estrechamiento de la pluralidad del espectro político. ¿De dónde viene este radicalismo ejercido por los políticos y comentaristas que hasta hace poco parecían moderados, pragmáticos, realistas con ideas o idealistas sin ilusiones?
En Portugal estamos entrando en la segunda fase de implementación global del neoliberalismo. A escala mundial, este modelo económico, social y político presenta las siguientes características: prioridad de la lógica del mercado en la regulación no sólo de la economía sino de la sociedad en su conjunto; privatización de la economía y liberalización del comercio internacional; demonización del Estado como regulador de la economía y promotor de políticas sociales; concentración de la regulación económica global en dos instituciones multilaterales, ambas dominadas por el capitalismo euro-norteamericano (el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional) en detrimento de las agencias de la ONU que anteriormente supervisaban la situación global; desregulación de los mercados financieros; sustitución de la regulación económica estatal (hard law) por la autorregulación controlada por las empresas multinacionales (soft law).
A partir de la caída del Muro de Berlín, este modelo fue asumido como la única alternativa posible de regulación social y económica. Desde entonces, el objetivo fue transformar la dominación en hegemonía, es decir, hacer que incluso los grupos sociales perjudicados por este modelo fueran inducidos a pensar que era el mejor para ellos. Y, de hecho, en los últimos treinta años este modelo ha conseguido grandes éxitos, uno de los cuales fue haber sido adoptado en Europa por dos importantes partidos socialdemócratas (el Partido Laborista británico de Tony Blair y el Partido Socialdemócrata alemán de Gerhard Schröder) y haber logrado dominar la lógica de las instituciones europeas (Comisión y BCE).
Pero como cualquier modelo social, este también está sujeto a contradicciones y resistencias, y su consolidación ha tenido algunos reveses. El modelo no está plenamente consolidado. Por ejemplo, aún no se ha concretizado la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión (TTIP), y el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) puede que no llegue a concretarse. Frente a la constatación de que el modelo no está todavía plenamente consolidado, sus protagonistas (detrás de todos, el capital financiero) tienden a reaccionar brutalmente o no en función de su evaluación del peligro inminente. Algunos ejemplos. Surgieron los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) con la intención de introducir algunos matices en el modelo de globalización económica. La reacción está siendo violenta y sobre todo Brasil y Rusia están sujetos a una intensa política de neutralización. La crisis de Grecia, que antes de que este modelo dominara Europa habría sido una crisis menor, fue considerada una amenaza por la posibilidad de propagación a otros países. La humillación de Grecia fue el principio del fin de la Unión Europea tal y como la conocemos. La posibilidad de un candidato presidencial en Estados Unidos que se autodeclara socialista (es decir, un socialdemócrata europeo), Bernie Sanders, no representa, por ahora, ningún peligro serio y lo mismo ocurre con la elección de Jeremy Corbyn como Secretario general del Partido Laborista. Mientras no constituyan un peligro, no serán objeto de reacción violenta.
¿Y Portugal? La destemplada reacción del Presidente de la República a la propuesta de un gobierno de izquierda hecha por el líder del Partido Socialista, en coalición con el Bloco de Esquerda y el Partido Comunista, parece indicar que el modelo neoliberal, que intensificó su implantación en Portugal en los últimos cuatro años, ve en tal alternativa política un peligro serio, y por eso reacciona con violencia. Es necesario tener en mente que solo en apariencia estamos ante una polarización ideológica. El Partido Socialista es uno de los más moderados partidos socialdemócratas de Europa. De lo que se trata es de una defensa por todos los medios de intereses instalados o en proceso de instalación. El modelo neoliberal solo es antiestatal en cuanto captura el Estado, pues requiere decisivamente de éste para garantizar la concentración de la riqueza y para captar las oportunidades de negocios altamente rentables que el Estado le proporciona. Debemos considerar que en este modelo los políticos son agentes económicos y que su paso por la política es decisivo para cuidar sus propios intereses económicos.
Pero el afán de capturar el Estado va mucho más allá del sistema político. Tiene que abarcar al conjunto de las instituciones. Por ejemplo, hay instituciones como el Tribunal de Cuentas que asumen una importancia decisiva, porqué tienen a su cargo la supervisión de negocios multimillonarios. Tal como es decisivo capturar el sistema de justicia y hacer que actúe con dos pesos y doble medida: dureza en la investigación y castigo de los crímenes supuestamente cometidos por políticos de izquierda, y negligencia benévola respecto a los crímenes cometidos por los políticos de derecha. Esta captura tiene precedentes históricos. Escribí al respecto hace cerca de veinte años: “a lo largo de nuestro siglo, los tribunales siempre fueron, de vez en cuando, polémicos y objeto de escrutinio público. Basta recordar los tribunales de la República de Weimar tras la revolución alemana (1918) y sus criterios dobles en el castigo de la violencia política de la extrema derecha y de la extrema izquierda” (Santos et all., Os Tribunais nas Sociedades Contemporâneas- O caso português. Porto. Edições Afrontamento, 1996, página 19). En aquel momento estaban en cuestión crímenes políticos, en tanto que hoy están en juego crímenes económicos.
Sucede que, en el contexto europeo, esta reacción violenta a un revés puede ella misma enfrentar algunos reveses. La inestabilidad conscientemente provocada en Portugal por el Presidente de la República (incitando a los diputados socialistas a la desobediencia) se asienta en el presupuesto de que la Unión Europea está preparada para una defenestración final de toda su tradición socialdemócrata, teniendo en mente que lo que pasa hoy en un país pequeño puede suceder mañana en España o Italia. Es una suposición arriesgada, pues la Unión Europea puede estar cambiando en el centro más de lo que la periferia imagina. Sobre todo porque se trata por ahora de un cambio subterráneo que solo se puede vislumbrar en los informes cifrados de los consejeros de Ángela Merkel. La presión que la crisis de los refugiados está teniendo sobre el tejido europeo y el crecimiento de la extrema derecha, ¿no recomendarán alguna flexibilidad que legitime el sistema europeo ante mayorías más amplias, como la que en las últimas elecciones en Portugal votó por los partidos de izquierda? ¿No será preferible viabilizar un gobierno dirigido por un partido inequívocamente europeísta y moderado a correr riesgos de ingobernabilidad que pueden extenderse a otros países? ¿No será de darles crédito a los portugueses por el hecho de estar buscando una solución distante de la crispación y la evolución errática de la “solución griega”? Y los jóvenes, que llenaron hace unos años las calles y las plazas con su indignación, ¿cómo reaccionarán ante la posición ofensivamente parcial del Presidente y el impulso anti-institucional que la anima? ¿Será que la derecha piensa que este impulso es un monopolio suyo?
En las respuestas a estas preguntas está el futuro próximo de Portugal. Desde ya, una cosa es cierta. El desvarío del Presidente de la República estableció el test decisivo con el que los portugueses van a someter a los candidatos en las próximas elecciones presidenciales. Si fuese electo(a), ¿considera o no que todos los partidos democráticos forman parte del sistema democrático en pie de igualdad? Si en las próximas elecciones legislativas se formase en la arena parlamentaria una coalición de partidos de izquierda con mayoría y presentase una propuesta de gobierno, ¿le daría o no posesión?
A partir de la caída del Muro de Berlín, este modelo fue asumido como la única alternativa posible de regulación social y económica. Desde entonces, el objetivo fue transformar la dominación en hegemonía, es decir, hacer que incluso los grupos sociales perjudicados por este modelo fueran inducidos a pensar que era el mejor para ellos. Y, de hecho, en los últimos treinta años este modelo ha conseguido grandes éxitos, uno de los cuales fue haber sido adoptado en Europa por dos importantes partidos socialdemócratas (el Partido Laborista británico de Tony Blair y el Partido Socialdemócrata alemán de Gerhard Schröder) y haber logrado dominar la lógica de las instituciones europeas (Comisión y BCE).
Pero como cualquier modelo social, este también está sujeto a contradicciones y resistencias, y su consolidación ha tenido algunos reveses. El modelo no está plenamente consolidado. Por ejemplo, aún no se ha concretizado la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión (TTIP), y el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) puede que no llegue a concretarse. Frente a la constatación de que el modelo no está todavía plenamente consolidado, sus protagonistas (detrás de todos, el capital financiero) tienden a reaccionar brutalmente o no en función de su evaluación del peligro inminente. Algunos ejemplos. Surgieron los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) con la intención de introducir algunos matices en el modelo de globalización económica. La reacción está siendo violenta y sobre todo Brasil y Rusia están sujetos a una intensa política de neutralización. La crisis de Grecia, que antes de que este modelo dominara Europa habría sido una crisis menor, fue considerada una amenaza por la posibilidad de propagación a otros países. La humillación de Grecia fue el principio del fin de la Unión Europea tal y como la conocemos. La posibilidad de un candidato presidencial en Estados Unidos que se autodeclara socialista (es decir, un socialdemócrata europeo), Bernie Sanders, no representa, por ahora, ningún peligro serio y lo mismo ocurre con la elección de Jeremy Corbyn como Secretario general del Partido Laborista. Mientras no constituyan un peligro, no serán objeto de reacción violenta.
¿Y Portugal? La destemplada reacción del Presidente de la República a la propuesta de un gobierno de izquierda hecha por el líder del Partido Socialista, en coalición con el Bloco de Esquerda y el Partido Comunista, parece indicar que el modelo neoliberal, que intensificó su implantación en Portugal en los últimos cuatro años, ve en tal alternativa política un peligro serio, y por eso reacciona con violencia. Es necesario tener en mente que solo en apariencia estamos ante una polarización ideológica. El Partido Socialista es uno de los más moderados partidos socialdemócratas de Europa. De lo que se trata es de una defensa por todos los medios de intereses instalados o en proceso de instalación. El modelo neoliberal solo es antiestatal en cuanto captura el Estado, pues requiere decisivamente de éste para garantizar la concentración de la riqueza y para captar las oportunidades de negocios altamente rentables que el Estado le proporciona. Debemos considerar que en este modelo los políticos son agentes económicos y que su paso por la política es decisivo para cuidar sus propios intereses económicos.
Pero el afán de capturar el Estado va mucho más allá del sistema político. Tiene que abarcar al conjunto de las instituciones. Por ejemplo, hay instituciones como el Tribunal de Cuentas que asumen una importancia decisiva, porqué tienen a su cargo la supervisión de negocios multimillonarios. Tal como es decisivo capturar el sistema de justicia y hacer que actúe con dos pesos y doble medida: dureza en la investigación y castigo de los crímenes supuestamente cometidos por políticos de izquierda, y negligencia benévola respecto a los crímenes cometidos por los políticos de derecha. Esta captura tiene precedentes históricos. Escribí al respecto hace cerca de veinte años: “a lo largo de nuestro siglo, los tribunales siempre fueron, de vez en cuando, polémicos y objeto de escrutinio público. Basta recordar los tribunales de la República de Weimar tras la revolución alemana (1918) y sus criterios dobles en el castigo de la violencia política de la extrema derecha y de la extrema izquierda” (Santos et all., Os Tribunais nas Sociedades Contemporâneas- O caso português. Porto. Edições Afrontamento, 1996, página 19). En aquel momento estaban en cuestión crímenes políticos, en tanto que hoy están en juego crímenes económicos.
Sucede que, en el contexto europeo, esta reacción violenta a un revés puede ella misma enfrentar algunos reveses. La inestabilidad conscientemente provocada en Portugal por el Presidente de la República (incitando a los diputados socialistas a la desobediencia) se asienta en el presupuesto de que la Unión Europea está preparada para una defenestración final de toda su tradición socialdemócrata, teniendo en mente que lo que pasa hoy en un país pequeño puede suceder mañana en España o Italia. Es una suposición arriesgada, pues la Unión Europea puede estar cambiando en el centro más de lo que la periferia imagina. Sobre todo porque se trata por ahora de un cambio subterráneo que solo se puede vislumbrar en los informes cifrados de los consejeros de Ángela Merkel. La presión que la crisis de los refugiados está teniendo sobre el tejido europeo y el crecimiento de la extrema derecha, ¿no recomendarán alguna flexibilidad que legitime el sistema europeo ante mayorías más amplias, como la que en las últimas elecciones en Portugal votó por los partidos de izquierda? ¿No será preferible viabilizar un gobierno dirigido por un partido inequívocamente europeísta y moderado a correr riesgos de ingobernabilidad que pueden extenderse a otros países? ¿No será de darles crédito a los portugueses por el hecho de estar buscando una solución distante de la crispación y la evolución errática de la “solución griega”? Y los jóvenes, que llenaron hace unos años las calles y las plazas con su indignación, ¿cómo reaccionarán ante la posición ofensivamente parcial del Presidente y el impulso anti-institucional que la anima? ¿Será que la derecha piensa que este impulso es un monopolio suyo?
En las respuestas a estas preguntas está el futuro próximo de Portugal. Desde ya, una cosa es cierta. El desvarío del Presidente de la República estableció el test decisivo con el que los portugueses van a someter a los candidatos en las próximas elecciones presidenciales. Si fuese electo(a), ¿considera o no que todos los partidos democráticos forman parte del sistema democrático en pie de igualdad? Si en las próximas elecciones legislativas se formase en la arena parlamentaria una coalición de partidos de izquierda con mayoría y presentase una propuesta de gobierno, ¿le daría o no posesión?
Martes, 3 de Noviembre 2015
En los últimos días se ha llevado al nivel de la demencia la información desarrollada por un informe de la Organización Mundial de la Salud.
La OMS, como toda organización con determinados intereses, procura desarrollar su actividad con solvencia y responsabilidad. En el informe desarrollado sobre la carne (procesada o no) se generó una conclusión inesperada para muchas personas: la carne puede provocar cáncer.
Es conveniente recordar que toda probabilidad, como tal, implica que puede materializarse o no. La cifra nos da una idea de lo factible que es que esto suceda. En este sentido la OMS parece que nunca ha dicho "la carne produce cáncer", sino que la carne puede incrementar la probabilidad de llegar a padecer un determinado tipo de cáncer.
Hasta este momento, a mi juicio, todo correcto. El problema se generó cuando algunos medios de comunicación hipertrofiaron esta información llevándola al nivel discursivo de verdad absoluta y revelada.
Como bien sabemos todos los que tenemos cierto interés por la ciencia, ésta no pretende establecer grandes verdades. Al contrario. La ciencia aporta un conocimiento falibre y revisable. Por ello el informe de la OMS, que por cierto aporta unas conclusiones que eran bastante bien conocidas, responde a una posible necesidad y no a irresponsabilidad. La ciencia y los datos científicos no implican interés, ni ruptura con una determinada industria (la cárnica). Simplemente se podría colegir que esta organización, una vez más, viene a afirmar la necesidad de comer otras cosas que no sean exclusivamente carne.
Por lo demás, un interesante ejercicio mediático que ha hecho que el Presidente de nuestro Gobierno tuviera que hacer "declaraciones" al respecto, que los periodistas mencionaran eso y que puso en vilo a la industria de la carne en España.
Es conveniente recordar que toda probabilidad, como tal, implica que puede materializarse o no. La cifra nos da una idea de lo factible que es que esto suceda. En este sentido la OMS parece que nunca ha dicho "la carne produce cáncer", sino que la carne puede incrementar la probabilidad de llegar a padecer un determinado tipo de cáncer.
Hasta este momento, a mi juicio, todo correcto. El problema se generó cuando algunos medios de comunicación hipertrofiaron esta información llevándola al nivel discursivo de verdad absoluta y revelada.
Como bien sabemos todos los que tenemos cierto interés por la ciencia, ésta no pretende establecer grandes verdades. Al contrario. La ciencia aporta un conocimiento falibre y revisable. Por ello el informe de la OMS, que por cierto aporta unas conclusiones que eran bastante bien conocidas, responde a una posible necesidad y no a irresponsabilidad. La ciencia y los datos científicos no implican interés, ni ruptura con una determinada industria (la cárnica). Simplemente se podría colegir que esta organización, una vez más, viene a afirmar la necesidad de comer otras cosas que no sean exclusivamente carne.
Por lo demás, un interesante ejercicio mediático que ha hecho que el Presidente de nuestro Gobierno tuviera que hacer "declaraciones" al respecto, que los periodistas mencionaran eso y que puso en vilo a la industria de la carne en España.
Viernes, 30 de Octubre 2015
Sonia, una persona a la que quiero mucho, me mostró esta canción y a raíz de escucharla varias veces se me ocurrido reflexionar sobre algunos imaginarios sociales que he detectado.
Latinoamérica es una región estrechamente relacionada con la Península Ibérica, sobre todo con Portugal y España. Paradójicamente, en esta canción la idea de lo latino se circunscribe a una Latinoamérica de habla española. Se hace mención, en un sólo caso y de manera colateral, de Brasil (por poner un ejemplo destacado). Por otro lado, también se mantiene en la oscuridad del discurso todo los elementos culturales indígenas propios de esta basta región (sumamente rica a nivel cultural).
Lo latino es identificado con lo alegre y se hace una reivindicación de ello. Ahora bien, como hemos dicho, es una reivindicación globalizada y mercantilizada. Esto me resulta paradójico. A su vez, sospecho -aunque no se dice nada en la melodía-, que esa Latinoamérica a la que se hace mención, rechaza su "yo" luso y su yo "hispano".
Particularmente creo que, en buena medida, ello es debido a la consideración que, desde España, se ha hecho de esta región. España se ha olvidado de su proximidad cultural con América y se ha centrado en Europa. Curiosamente a Europa no le importa demasiado España y, ahora, a Latinoamérica parece que tampoco. Esto ha permitido que USA entrase "a saco" es esta región convirtiéndola, desde la lógica económica, en un aliado. Europa, a través de España, ha perdido esa opción.
España se está alejando de aquello con lo que mantenía cierta filiación cultural. No acabo de comprender la razón de ello. Sospecho que ahí en encuentran inmersos una serie de imaginarios sociales relativos al rechazo o al menosprecio. Pero todo esto es simplemente una reflexión opinativa sin ningún valor.
Lo latino es identificado con lo alegre y se hace una reivindicación de ello. Ahora bien, como hemos dicho, es una reivindicación globalizada y mercantilizada. Esto me resulta paradójico. A su vez, sospecho -aunque no se dice nada en la melodía-, que esa Latinoamérica a la que se hace mención, rechaza su "yo" luso y su yo "hispano".
Particularmente creo que, en buena medida, ello es debido a la consideración que, desde España, se ha hecho de esta región. España se ha olvidado de su proximidad cultural con América y se ha centrado en Europa. Curiosamente a Europa no le importa demasiado España y, ahora, a Latinoamérica parece que tampoco. Esto ha permitido que USA entrase "a saco" es esta región convirtiéndola, desde la lógica económica, en un aliado. Europa, a través de España, ha perdido esa opción.
España se está alejando de aquello con lo que mantenía cierta filiación cultural. No acabo de comprender la razón de ello. Sospecho que ahí en encuentran inmersos una serie de imaginarios sociales relativos al rechazo o al menosprecio. Pero todo esto es simplemente una reflexión opinativa sin ningún valor.
Sábado, 24 de Octubre 2015
Será posible...
Un día escuché a mi padre hablarme del mar. Esa visión perdida en un aliento húmedo de vidas fondeadas y esperanzas. Allí de pie en las rocas de Corrubedo escuchaba lentamente los susurros del otro lado del Atlántico. Sentía su desesperación, su utopía, su calma, su desasosiego… Sólo al lado del mar.
Recordaba, también, las palabras de mi madre. Ella solía sentarse a la sombra de una encina y contemplaba las olas de otro mar. Más pequeño e inmediato. Donde el aire seco conducía las vidas pasadas y cabalgando entre las pajas boceaban los campesinos de otro tiempo.
Me busco ahora… Sólo me encuentro en mi pantalla, en mi Smartphone, me comunico en aislamiento. No sé donde estoy.
Recordaba, también, las palabras de mi madre. Ella solía sentarse a la sombra de una encina y contemplaba las olas de otro mar. Más pequeño e inmediato. Donde el aire seco conducía las vidas pasadas y cabalgando entre las pajas boceaban los campesinos de otro tiempo.
Me busco ahora… Sólo me encuentro en mi pantalla, en mi Smartphone, me comunico en aislamiento. No sé donde estoy.
Martes, 20 de Octubre 2015
La Unión Europea ha visto la importancia que están teniendo las publicaciones académicas en acceso abierto. Por esta razón ha elaborado una guía, dentro del paraguas del horizonte 2020.
En este informe la Comisión Europea muestra el enorme impacto que pueden llegar a tener las publicaciones científicas en acceso abierto. Además, se podría -si es el caso- incorporar la acción de personas de la mal llamada "sociedad civil" en el proceso de toma de decisión editorial. Por otro lado, en el informe se apuesta por una celeridad en los procesos de publicación.
Actualmente, y sobre todo en ciencias sociales y humanas, los procesos de revisión y edición de las publicaciones es enormemente lento. La UE desea promover un sistema de publicación mucho más rápido. El problema con el que nos encontramos, entonces, es la de tener un buen grupo de trabajo que cooperativamente haga público el conocimiento desarrollado a nivel nacional o internacional.
Se puede descargar el informe aquí.
Actualmente, y sobre todo en ciencias sociales y humanas, los procesos de revisión y edición de las publicaciones es enormemente lento. La UE desea promover un sistema de publicación mucho más rápido. El problema con el que nos encontramos, entonces, es la de tener un buen grupo de trabajo que cooperativamente haga público el conocimiento desarrollado a nivel nacional o internacional.
Se puede descargar el informe aquí.
Domingo, 18 de Octubre 2015
Para Luhmann (2000 y 2002) la sociedad moderna se sustenta en un proceso operativo que consiste en una permanente observación de la observación. Esto puede expresarse como una expresión de la circulación del punto ciego. ¿Podemos entonces estudiar la realidad social o nos perdemos parte de la película?
ESCRITO POR JUAN R. COCA Y MILTON ARAGÓN.
Al analizar la complejidad de la realidad social se pone de manifiesto que existe un punto ciego. Esta es una característica específica de la sociedad de la modernidad. Ahora bien, en la posmodernidad el incremento de puntos ciegos parece verse incrementado por la liquidez de símbolos, relaciones y significaciones.
Al mismo tiempo que esto sucede, surge una conciencia de la imposibilidad de poder resolver el punto ciego. Empezamos a ser conscientes que no podemos aprehender y comprender toda la realidad. De ahí que nuestra realidad se nos muestra como algo inconcluso. Como una verdad parcial. Como una mera aproximación. Un entrecamino entre lo inmutable y lo difuso.
La realidad que configuramos en comunidad (intersubjetivamente) es, por tanto, una realidad permeada por lo real y por lo imaginario. Lo paradójico es que no percibidos y comprendemos la realidad ni como real, ni como imaginario (irreal). De ahí el incremento de conflictos en las relaciones y los males entendidos habituales.
Al analizar la complejidad de la realidad social se pone de manifiesto que existe un punto ciego. Esta es una característica específica de la sociedad de la modernidad. Ahora bien, en la posmodernidad el incremento de puntos ciegos parece verse incrementado por la liquidez de símbolos, relaciones y significaciones.
Al mismo tiempo que esto sucede, surge una conciencia de la imposibilidad de poder resolver el punto ciego. Empezamos a ser conscientes que no podemos aprehender y comprender toda la realidad. De ahí que nuestra realidad se nos muestra como algo inconcluso. Como una verdad parcial. Como una mera aproximación. Un entrecamino entre lo inmutable y lo difuso.
La realidad que configuramos en comunidad (intersubjetivamente) es, por tanto, una realidad permeada por lo real y por lo imaginario. Lo paradójico es que no percibidos y comprendemos la realidad ni como real, ni como imaginario (irreal). De ahí el incremento de conflictos en las relaciones y los males entendidos habituales.
Sábado, 17 de Octubre 2015
Perfil
Juan R. Coca
JUAN R. COCA Profesor Contratado Doctor del Departamento de Sociología y Trabajo Social de la Universidad de Valladolid (España). Actualmente es director de la Unidad de Investigación Social y Enfermedades Raras de la Universidad de Valladolid.
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Tendencias 21 (Madrid). ISSN 2174-6850
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