MARKETING: Javier Barranco


En estos días, Editorial Pirámide y ESIC Editorial han publicado mi último libro cuyo título es “Marketing Político y Electoral”. Quisiera, a través de este artículo, explicar a los lectores interesados en el tema, las novedades de esta edición respecto a las anteriores, originadas, principalmente, por la evolución que ha tenido esta especialidad de Marketing.

Sin duda alguna, ésta ha sido debida, por una parte, a la constatación de sus positivos efectos por los políticos y sus directores de campaña y, por otra, a la incorporación de las Nuevas Tecnologías, NNTT, a todos los campos de la Sociedad y, específicamente, al ámbito de la Política que no podía permanecer ajena a su impacto.



Quizá lo más significativo respecto a mis tratados anteriores sobre esta materia, “Técnicas de Marketing Político” (1.982) y “Marketing Político” (2.003 y 2.007), sea la distinción que pretendo efectuar entre Marketing Político y Marketing Electoral.

En mi opinión, el primero es el gran paraguas, la gran carpa, bajo la que se recoge todo lo relativo a la aplicación permanente a la Política de las Técnicas de Marketing, las 4Ps que indicaba J.McCarthy en su “Basic Marketing” de 1.960.

El Marketing Electoral es, sin embargo, un concepto promocional, tanto desde la perspectiva del tiempo limitado y concreto en que se aplica, la duración de la Campaña, como desde la de la “promoción” de unos productos específicos para la misma como son los candidatos y los programas.

Por otro lado, éste tiene un ámbito de aplicación mayor, ya que no se restringe exclusivamente a lo político, sino que es un instrumento de aplicación directa en cualquier campaña electoral en la que, a través de un proceso democrático, se tenga que elegir a uno entre los diferentes candidatos que concurren en la misma.

Y esto resulta válido y efectivo para todo tipo de elecciones, desde las sindicales celebradas en el entorno empresarial o sectorial, hasta las de cualquier colegio profesional o asociación cultural, deportiva o de ocio.

Si tomamos la Política como campo de aplicación, estaríamos ante dos etapas de un proceso que, aún utilizando las mismas técnicas, puede llegar a tener fines y objetivos diferentes, puesto que el Marketing Electoral pretende ganar unas elecciones concretas mientras que el Marketing Político tiene que ir más allá, ya que su misión es estar, permanentemente, en contacto con su Mercado Objetivo que, en este caso, lo constituyen todos los ciudadanos con independencia del sentido de su voto.

Un libro de Marketing Político y Electoral debe, por otro lado, contemplar los avances tecnológicos que, en este tiempo actual, van a influir en la gestión de la Comunicación del Partido con su potencial elector y en la sistemática para poder conocer su opinión, si es posible en tiempo real, y para fomentar su participación activa en la campaña, primero, y en el desarrollo político después.

Es por ello por lo que es necesario considerar el otro elemento provocador de nuevas estrategias de Marketing y que es el derivado de la irrupción de las denominadas Tecnologías de la Información y del Conocimiento, las TICs, en la Sociedad y, por lo tanto, en los potenciales votantes.

Estamos siendo testigos de cómo las NNTT están transformando las clásicas actuaciones de Marketing dando lugar, gracias a la Comunicación en Movilidad que ha supuesto la Telefonía Móvil y a la conectividad de los teléfonos modernos con Internet, a tipos de Marketing tan originales como el Viral o el del Consentimiento.

El Marketing Político y el Marketing Electoral son magníficos campos de experimentación práctica de estas estrategias cuyos resultados hemos tenido ocasión de constatar en las últimas elecciones norteamericanas.

A todo esto hay que añadir el fenómeno sociológico que, a nivel mundial, ha supuesto la proliferación y penetración en los países desarrollados de las diferentes Redes Sociales.

La influencia que éstas van adquiriendo irá en detrimento del que ostentan los Medios de Comunicación tradicionales que se van a ver obligados a tener actuaciones mucho más cercanas y respetuosas con las opiniones de sus audiencias respectivas.

Desearíamos, con la publicación de este nuevo texto, poder contribuir a una praxis de la Democracia más directa, más participativa y, por supuesto, mucho más transparente y eficaz.
Jueves, 25 de Febrero 2010 Javier Barranco Saiz
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Redactado por Javier Barranco Saiz el Jueves, 25 de Febrero 2010 a las 18:27


En estos artículos hemos venido defendiendo la idea de que el Marketing Sostenible pretende que la vinculación de la empresa con sus Grupos de Interés, especialmente con sus clientes, sea permanente y rentable como consecuencia de que las relaciones mutuas resulten satisfactorias para las partes implicadas.

Con unos clientes que están en continua mutación mental ante la constatación de nuevas realidades sociales que afectan a su entorno más inmediato. Unos clientes, por otro lado, sensiblemente concienciados por la preservación del Medio Ambiente y solidarios hacia colectivos desfavorecidos por un injusto reparto de los beneficios sociales.

El Marketing Sostenible es la concreción de la relación entre el Marketing y la Sostenibilidad y, como consecuencia, la RSC. Si ésta debe ser, además de concreta y eficaz, rentable, y tiene que serlo para la empresa pues si no estaríamos hablando de filantropía, el Marketing Sostenible será el pilar de su vinculación con una realidad, la del Mercado, que es la de la Sociedad.



Concluimos esta serie de cinco artículos resumiendo, esquemáticamente, los beneficios que una adecuada Estrategia de Marketing Sostenible puede llegar a aportar al desarrollo de las empresas.

Estos beneficios son, fundamentalmente, los siguientes:

- Innovación en la Gestión Comercial
- Transparencia ante los Stakeholders
- Eficacia y Rentabilidad
- Cercanía a los Grupos de Interés
- Mejora de la Reputación Corporativa

Veamos cada uno de ellos.

1.- Innovación en la Gestión Comercial

El Marketing Sostenible obliga a transformar los principios comerciales tradicionales aplicados en la Compañía ya que se modifica el concepto de Mercado Perfecto, en el que el beneficio particular permite generar el beneficio colectivo, por el de Mercado Imperfecto, en el que el beneficio colectivo es el que genera el beneficio individual.

A este concepto intrínseco hay que añadir los desarrollos aplicables a los productos y servicios gracias a las Políticas de I+D+i y forzados por las exigencias del Mercado, en especial en lo referente al impacto medio ambiental.

El cambio de modelo comercial, al tener que considerar a todos los stakeholders, implica, también, la necesidad de una mayor creatividad que va a afectar a todas las Políticas de Marketing, desde la de Comunicación hasta la de Ventas.

2.- Transparencia ante los Stakeholders

El Marketing Sostenible contribuye a incrementar la transparencia de la empresa debido a la necesidad de informar a unos clientes más formados y sensibles, así como a otros Grupos de Interés que, cada vez, tienen mayor poder de influencia en la sostenibilidad de la organización.

Esta voluntaria transparencia se materializa en los informes empresariales que reflejan la triple dimensión característica de la RSC, con mayor profusión de datos de tipo cuantitativo y cualitativo.

3.- Eficacia y Rentabilidad

El Marketing Sostenible contribuye, de forma significativa, a una racionalización de los costes de los procesos productivos, en especial en lo que afecta a los consumos de energía y a las emisiones de gases contaminantes.

A esto hay que añadir lo repercutible, directamente, a las materias primas que constituyen los productos y a las relativas a sus envases y embalajes.

La información sobre los esfuerzos que realiza la empresa en este ámbito y la constatación por parte del cliente de su realidad, permite que la conexión de éste con la compañía sea más intensa, aumentando, en consecuencia, su fidelidad.

Esta confianza hacia la entidad se transforma en una ventaja competitiva de la organización en su sector de actividad que se materializará, a posteriori, en un incremento en la cifra de ventas y en un aumento de su cuota de mercado.

Una Planificación de Marketing más sostenible constituye, a medio plazo, la más eficaz de las estrategias empresariales a implementar en este nuevo contexto social.

Cuando todo esto se ratifica a través de los resultados de los indicadores oportunos, aparece otra ventaja complementaria derivada de todo esto y es la posibilidad de incrementar la captación de recursos financieros de inversores socialmente responsables.

4.- Cercanía a los Grupos de Interés

La preocupación del Marketing Sostenible por la satisfacción de las necesidades y deseos de los diferentes Grupos de Interés permite incrementar la confianza de todos ellos hacia la organización. En especial si este tipo de comportamiento es permanente en el tiempo y genera beneficios para los diferentes colectivos relacionados con el negocio y para la Sociedad en general.

Cristina García Orcoyen, Directora Gerente de la Fundación Entorno, indica al respecto que “el Marketing basado en criterios de desarrollo sostenible será un factor clave para crear confianza en los clientes y para generar oportunidades de negocio”.

5.- Mejora de la Reputación Corporativa

El compromiso de la empresa en lo que afecta al Marketing Sostenible debe ser integral, ya que lo que genera una buena reputación es la confianza y fidelidad del cliente junto con un apoyo expreso y positivo de las instituciones de la Sociedad Civil.

Este “reconocimiento público alcanzado, expresión, en cierta medida, de legitimidad social” que es la Reputación Corporativa, se consolida por medio de una Comunicación estratégica y honesta sobre las prácticas y resultados de las acciones de Marketing Sostenible que la compañía desarrolla.

Concluimos, a modo de resumen, indicando que el Marketing Sostenible transforma la Estrategia de Marketing de la empresa haciendo que las clásicas 4P: Producto, Precio, Promoción y Distribución (Place), ayuden a satisfacer las necesidades económicas, sociales y medio ambientales de las otras 3P: Personas, Planeta y Beneficio (Profit).


Martes, 9 de Febrero 2010 Javier Barranco Saiz
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Redactado por Javier Barranco Saiz el Martes, 9 de Febrero 2010 a las 09:44


El Marketing Sostenible es una nueva forma de comprender y practicar las relaciones de intercambio con los Grupos de Interés que va más allá de las meras relaciones comerciales, ya que considera, también, el impacto y la interdependencia de sus resultados.

Pretende ayudar a la empresa a incrementar el valor de sus marcas para hacerlas más atractivas al mercado y para fidelizar a unos clientes más solidarios y más implicados en la conservación del medio ambiente.

En este artículo continuamos analizando los ámbitos en los que el Marketing Sostenible cumple con el objetivo de gestionar dichas relaciones desde la perspectiva de una estrategia de RSC.



Además de los dos significativos ámbitos de actuación del Marketing Sostenible que indicábamos en el artículo anterior, tienen especial importancia la posición de la empresa en el sector, así como las Políticas de Ventas y de Precios. Veamos algunos detalles de las mismas.

3.- Posicionamiento de la Empresa en el Sector

La actitud estratégica que tenga la compañía en cuanto a la consecución o mantenimiento de una posición determinada en el ranking del sector, puede ser un indicativo de la aplicación práctica de su Plan de RSC.

El desarrollo de actividades de Marketing que favorezcan una posición dominante en su mercado o el impedimento del acceso al mismo de nuevos competidores, puede llegar a anular cualquier otra acción que la entidad realice en el ámbito de la RSC.

En este aspecto, las Administraciones, tanto las nacionales como las autonómicas y, en menor medida, las municipales, juegan un papel muy importante como supervisoras de las reglas del mercado en aras a conseguir el mayor beneficio para los ciudadanos.

4.- Política de Ventas

La “fuerza de ventas”, los vendedores, son los representantes, la cara, de la empresa ante el cliente influyendo en el mismo de tal forma que su credibilidad, su ética personal, va a ser extrapolada por aquel a la totalidad de la compañía, engendrando, en consecuencia, simpatía o rechazo hacia la misma.

Muchas veces se olvida que el primer factor que incide en la Reputación Corporativa de una organización es el elemento humano, aquel con el que el cliente trata directamente y al que comunica sus problemas, necesidades o deseos. Si éste falla, la Imagen Corporativa se resiente de forma significativa.

Por otro lado, los clientes cada vez exigen, con mayor ímpetu, a las empresas que tengan unos comportamientos más responsables en todas sus actuaciones, incluso en aquellas en las que ellos no se van a ver, nunca, directamente afectados.

Estas reivindicaciones, estos posicionamientos personales ante unos nuevos planteamientos, tienen que ser conocidos por la empresa para poder anticiparse y adecuarse a ellos, y deben ser captados y transmitidos por esa fuerza de ventas que está en contacto con el cliente.

El profesional de Marketing, sea cual sea el puesto que desempeñe en el organigrama, debe ser un auténtico comunicador, influyente en la formación de tendencias sociales pero, también, quien convenza y garantice al cliente que estos compromisos solidarios y medio ambientales que la entidad está adquiriendo, se van a cumplir de forma permanente y satisfactoria para las partes.

5.- Política de Precios

En cuanto a la Política de Precios, independientemente de las Estrategias de Marketing que la compañía desarrolle, debe ser considerado como un elemento de actuación contribuyente al cambio social.

Esto es así porque o bien dicha Política forme parte constitutiva de Campañas específicas de Marketing Social Corporativo como las de “Marketing con Causa” o las de “Venta Solidaria”, o bien porque constituya, en sí misma, un factor de contribución a un beneficio repercutible, en parte, a campañas solidarias.

La constatación, por parte de los directivos de las empresas, de la influencia que tienen estos elementos en la Reputación Corporativa está provocando una reconsideración de las Estrategias de Marketing que afectan a los mismos, en especial en lo referente a la seguridad y salubridad de los productos y a la conservación del Medio Ambiente.

Por ello, se puede afirmar que el fin último del Marketing Sostenible es la consecución de los objetivos económicos previstos por la empresa, satisfaciendo los deseos, necesidades y expectativas de los clientes, al tiempo que se favorece el desarrollo sostenible de la Sociedad.




Domingo, 24 de Enero 2010 Javier Barranco Saiz
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Redactado por Javier Barranco Saiz el Domingo, 24 de Enero 2010 a las 20:24


El concepto de Marketing Sostenible que estamos tratando en estos artículos, también denominado, por algunos autores,” Marketing Responsable” e, incluso, “Marketing Holístico”, aparece en los primeros años de este siglo como una estrategia que pretende ayudar a las empresas a posicionarse ante los cambios sociales que se están produciendo y que van a tener efectos estructurales.

Su enfoque es más amplio que el Marketing, llamémosle, “tradicional” al que estábamos acostumbrados ya que va mucho más allá de la aplicación de unas Políticas Comerciales concretas, puesto que considera, también, el impacto que se produce como consecuencia de las mismas, tanto en el ámbito económico, como en el social y el medio ambiental.



La gran aportación del Marketing Sostenible a la RSC en particular y a la empresa en general, es la generación de un valor añadido a las actividades propias de las mismas; valor añadido que es el responsable, entre otras cosas, del incremento de su competitividad frente a aquellas compañías de su sector que no lo aplican.

Pero este Marketing Sostenible, tal y como indicábamos en el primer artículo de esta serie dedicada a él, va más allá de lo simplemente ecológico o medio ambiental.

Si la RSC constituye una forma diferente de gestionar las relaciones con los Grupos de Interés de la empresa, el Marketing Sostenible tiene, precisamente, ese mismo objetivo y lo cumple en una serie de ámbitos de los que podemos destacar los siguientes:

- Estrategia de Comunicación
- Política de Producto
- Posicionamiento de la Empresa en el Sector
- Política de Ventas
- Política de Precios

Vamos, a continuación, a realizar una serie de reflexiones sobre los mismos.

1.- Estrategia de Comunicación

El Marketing es, en general, un instrumento de información y de formación que contribuye a facilitar la comprensión, por parte del cliente, de las nuevas circunstancias y de los nuevos paradigmas que rigen al mercado.

Por otro lado, le ayuda a reflexionar acerca de determinadas problemáticas que no siempre están relacionadas, de una manera directa, con el producto o con el servicio, sino con unas ciertas actitudes socialmente positivas.

Las transformaciones psicosociológicas producidas en los componentes del mercado, y que vienen confirmadas por los resultados de los Estudios de Investigación Comercial, aconsejan la práctica de un nuevo tipo de Estrategia de Comunicación más centrada en los valores.

La eficacia de una campaña de Comunicación basada en estos principios es mucho mayor que la que se consigue a través de una campaña convencional dirigida a un cliente que, por efecto del desarrollo y democratización de las NNTT, está saturado por una multiplicidad de impactos repetitivos.

Esta nueva estrategia comunicativa permitirá, además de conseguir lo anteriormente indicado, llegar a nuevos segmentos caracterizados por ser mucho más sensibles a los principios solidarios de la Responsabilidad Social.

La divulgación de esta novedosa filosofía empresarial y de los resultados obtenidos con las buenas prácticas realizadas por las organizaciones responsables es la mayor contribución que puede hacer este Marketing Sostenible al desarrollo de la RSC.

2.- Política del Producto

Con una adecuada Política de Productos la empresa puede llegar a convertirse en un referente en cuanto a la Estrategia de Marketing Sostenible en su correspondiente sector de actividad.

Será necesario analizar la composición de los propios productos, tanto en su naturaleza intrínseca como en las fuentes de donde provienen las materias primas que los constituyen, así como lo relativo a su manufactura o sistema de producción, considerando el país de origen y las características de la mano de obra que interviene en su fabricación.

Igualmente habrá que tener en cuenta la salubridad y la seguridad en su uso y el respeto a las señas culturales, religiosas y de identidad de los potenciales compradores. Sin olvidar el impacto en el Medio Ambiente tanto de los residuos directos originados por el propio producto en sí, como de los derivados de los envases y embalajes de los mismos.

En el próximo artículo terminaremos de analizar los ámbitos que corresponden al Marketing Sostenible en cuanto actividad integrante y coadyuvante de la Estrategia de Responsabilidad Social Corporativa de la empresa.




Domingo, 10 de Enero 2010 Javier Barranco Saiz
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Redactado por Javier Barranco Saiz el Domingo, 10 de Enero 2010 a las 12:40


En el artículo anterior indicábamos que lo primero que habría que plantearse era la determinación de los límites del término “sostenibilidad” que, por mor de la Política, empieza a ser demasiado manido.

El alcance del mismo o, mejor, del Desarrollo Sostenible, fue establecido a finales de los ochenta por la Comisión de Medio Ambiente y Desarrollo de la ONU a través del informe denominado “Nuestro Futuro en Común”, elaborado por el Grupo de Estudios dirigido por la doctora Gro Harlem Brundtland.

Posteriormente, a mediados de los noventa, su definición fue asumida por la Declaración de Río que la incorporó al conjunto de sus Principios, concretamente al tercero. Venía a indicar que el Desarrollo Sostenible consistía en “satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las generaciones futuras en cuanto a la atención de sus propias necesidades”.




Descendiendo en la escala operativa, esta definición contenida en el Informe Brundtland, al ser aplicada en la empresa, se la denominó Sostenibilidad “Empresarial” o “Corporativa” y constituye un sistema de gestión que tiene en cuenta una serie de valores que permiten asegurar su futuro y aumentar su competitividad.

Y, en este caso, cuando empleamos el término competitividad estamos expresando que los stakeholders consideran a la Compañía como la mejor para comprar, para trabajar y para invertir.

Es decir, asignan a la entidad “legitimación social” porque, además de obtener beneficios y maximizar su valor contable, contribuye al desarrollo, apellidémosle, sostenible de su comunidad, de su entorno y de la Sociedad en general, respetando al tiempo los derechos humanos, tanto individuales como colectivos.

De acuerdo con esto, y nos centramos ya en el ámbito del Marketing, podríamos afirmar que la vinculación de las empresas con sus clientes deberá ser sostenible, es decir: satisfactoria, lucrativa y permanente a lo largo del tiempo.

En esta nueva filosofía de la RSC, el Marketing debe jugar un doble papel: por un lado conseguir y mantener esas relaciones sostenibles con los compradores y, por otro, contribuir, a través de estrategias específicas, como la de Comunicación, a cambiar o a modelar actitudes y comportamientos de los mismos.

Desde este punto de vista, al Marketing, al Área de Marketing de la empresa, le corresponde la importante misión de dirigir la actuación de la organización de cara al exterior, de cara al mercado, hacia un comportamiento responsable. Lo mismo que le sucede al Área de Recursos Humanos hacia el interior. Objetivos estos que, evidentemente, no son fáciles.

Este Marketing Sostenible, este Marketing Responsable, lo que hace es añadir valor suplementario a unos productos o servicios que, gracias a las tecnologías actuales, son bastante indiferenciables para el cliente. Y comunicarlo.

A este tipo de Marketing se refería Michel Porter cuando indicaba que, para que la RSC sea algo diferente a una buena intención, a una filantropía corporativa, debe estar integrada en el negocio de tal manera que se crucen los objetivos lucrativos de la entidad con las necesidades sociales o medioambientales de la Sociedad.

Y esto, además de hacerlo, hay que comunicárselo al mercado. De ahí la importancia que tiene la consideración de que el Marketing y la RSC son dos actividades que se necesitan mutua e imperiosamente, ya que su fin es el mismo: la sostenibilidad de la empresa a través de la generación de un beneficio que debe repercutir en todos sus Grupos de Interés.
Miércoles, 9 de Diciembre 2009 Javier Barranco Saiz
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Redactado por Javier Barranco Saiz el Miércoles, 9 de Diciembre 2009 a las 10:53
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Javier Barranco Saiz
Javier Barranco Saiz
Licenciado en Ciencias Físicas y en Gestión Comercial y Marketing (ESIC), Javier Barranco Saiz es asimismo Master en Recursos Humanos (Instituto de Empresa). Su trayectoria profesional ha transcurrido en Orgemer Consultoría como Jefe de Investigación de Mercados y en el Grupo Telefónica como responsable en las siguientes áreas: División de Informática (Servicio de Marketing), Recursos Humanos (Estudios, Selección de Personal, Organización y Planificación), Relaciones Institucionales (Gestión Económica) y Fundación Telefónica (Gestión Económica, Marketing Social,Proyectos Sociales y Culturales,Voluntariado Empresarial). Actualmente Javier Barranco es Socio Director de Abalon Consultoría de Marketing. Ha sido profesor en los MBAs de Marketing y Recursos Humanos del Instituto de Empresa y de la Escuela Superior de Estudios de Marketing, ESEM. Ha publicado en Ediciones Pirámide, Grupo Anaya, los siguientes libros:"Tecnicas de Marketing Político","Planificación Estratégica de Recursos Humanos","Marketing Interno","Marketing Político"(2ª Edición) y "Marketing Social Corporativo". Además ha publicado artículos en" Capital Humano","Marketing y Ventas para Directivos","Revista T". Es asimismo miembro de de AEDEMO (Asociación Española de Estudios de Mercado, Marketing y Opinión) y de AEDIPE (Asociación Española de Dirección y Desarrollo de Personas).

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