Reseñas
Economía solidaria
Juan Antonio Martínez de la Fe , 28/08/2015
Conversaciones con el Dalái Lama sobre el altruismo, el desarrollo y la compasión
Ficha Técnica
Título: Economía solidaria. Conversaciones con el Dalái Lama sobre el altruismo, el desarrollo y la compasión
Editores: Tania Singer y Matthieu Ricard
Edita: Editorial Kairós, Barcelona, 2015
Colección: Biblioteca de la Nueva Conciencia
Traducción: Fina Marfà Pagès
Encuadernación: Tapa blanda
Número de páginas: 280
ISBN: 978-84-9988-440-0
Precio: 16 euros
El Mind and Life Institute nació en 1987, con el objetivo de establecer un diálogo abierto y una colaboración en la investigación entre las ciencias modernas, las tradiciones contemplativas vivas en el mundo, la filosofía, las humanidades y las ciencias sociales. Desde el momento de su creación, ha venido desarrollando una serie de actividades, entre las que se encuentra la que recoge este libro que comentamos.
En abril de 2010, este Instituto reunió a un selecto grupo de investigadores en diferentes ramas sociales en torno a un tema: ¿Qué importancia tienen la motivación prosocial y el altruismo en los sistemas competitivos como es el imperante en el sistema económico occidental? Un debate a todas luces de vibrante actualidad, especialmente en Europa, donde crisis económicas y sociales abundan por doquier.
Algo quedó claro a lo largo de los dos días que duró la reunión: que el campo de la economía necesita un replanteamiento fundamental. No solo el beneficio puro y duro ha de ser su objetivo; ha de tener en cuenta aspectos tales como la justicia y una distribución más igualitaria de la riqueza, los impactos sociales que produce su actividad y, finalmente aunque no menos importante, los impactos medioambientales. Como se dice en el Prólogo firmado por el Dalái Lama: “Cada vez somos más conscientes de que, en la economía, la ética y la compasión tienen igual importancia; al fin y al cabo, la economía es una actividad humana y su objetivo básico es lograr mayor felicidad y disminuir el sufrimiento”.
En la Introducción, redactada por los editores, se pone de manifiesto cómo todos reclaman una economía más solidaria, sostenible e igualitaria; las crisis económicas que padecemos precisan de soluciones que aborden el problema con profundidad, no simples parches para dejar las cosas tal y como estaban.
Se parte de una realidad constatable: si bien los ingresos de los ciudadanos han crecido de forma espectacular desde la década de 1960, sin embargo, los niveles de felicidad no han seguido su ritmo, permaneciendo estancados. Otro hecho, fruto de investigaciones sobre el particular, es que, aunque la teoría económica determinó que nos movemos fundamentalmente por interés propio o que las economías capitalistas solo pueden funcionar ofreciendo a las personas la posibilidad de progresar en sus propios deseos, sin embargo, todas las personas poseemos una enorme capacidad (¿incluso una proclividad biológica?) de compasión, cooperación y altruismo.
La obra que comentamos aporta una razón para la esperanza, pues el altruismo puede aprenderse, cultivarse y, además, su recompensa es profunda. “Creemos que podemos transformar nuestras políticas y acciones económicas en una fuerza benéfica, una fuerza que responda a las aspiraciones a corto y a largo plazo para la protección del medioambiente, la prosperidad material y la satisfacción personal y profunda de todas las personas”. De hecho, hay experiencias que avalan este sentimiento, como son la economía del bien común, la banca ética, el movimiento precio justo, etc., aunque, lamentablemente, se ven en ocasiones empañados por la más triste realidad, como es la situación de los refugiados-emigrantes a Europa o la xenofobia. Personalidades de indiscutible liderazgo espiritual, como el Dalái Lama, promotor del Instituto, o el Papa Francisco, con su encíclica Laudato si, se pueden incardinar dentro de este movimiento esperanzador.
El libro consta de tres partes, todas relacionadas con el altruismo: una primera parte con la perspectiva científica; una segunda con la perspectiva budista y económica; y una tercera en la que se aportan ejemplos prácticos. Y se cierra con una Conclusión, fruto de una mesa redonda en la que se resume y dialoga sobre los temas tratados. Dentro de este esquema general, cada intervención recoge una somera biografía de su autor y un abstract de su aportación. Varias de ellas vienen ilustradas con gráficas, fotos y diagramas que facilitan su comprensión. No se trata de prolijas exposiciones, son más bien cortas, pero seguidas todas ellas por un interesante coloquio que perfila lo expuesto.
Una perspectiva científica
La primera parte se dedica a Investigaciones científicas sobre el comportamiento altruista y prosocial. La abre el psicólogo social Daniel Batson, con su ponencia Egoísmo frente a altruismo: debate desde una perspectiva psicológica; en ella, pone en tela de juicio la afirmación de que el interés propio es lo que motiva a los seres humanos, aportando pruebas de que el altruismo existe y de que aflora a partir de sentimientos de implicación empática.
Tania Singer, promotora del encuentro y neurocientífica de profesión, habló de La empatía y la corteza interoceptiva, en la que pone al descubierto los caminos subyacentes a los sistemas motivacionales y emocionales básicos, así como las emociones sociales como la empatía y la compasión. De esta manera, pone de manifiesto cómo nuestro cerebro nos permite compartir sentimientos, a la vez que diseña rutas neuronales subyacentes al comportamiento social, como la confianza.
Richard Davidson es profesor de Psicología y Psiquiatría en la universidad de Wisconsin y autor de la ponencia Las bases neurales de la compasión, en la que presenta datos sobre las bases neurológicas de las diferencias en empatía, altruismo y comportamiento prosocial entre diferentes colectivos; su investigación demuestra una correlación clara entre los niveles de activación en la ínsula y la amígdala y la predisposición a un comportamiento prosocial.
Un monje budista, Matthieu Ricard, doctor en genética celular, nos ilustra sobre El altruismo desde una perspectiva budista. Una perspectiva desde la que nos acerca a la compasión, la ignorancia, el sufrimiento y la felicidad. Propone la meditación compasiva y el amor altruista como antídoto a las experiencias negativas que vivimos en la actualidad.
La profesora en la School of Human Evolution, Joan Silk, aborda una muy interesante ponencia: Imperativos biológicos para la supervivencia: reconsideración del altruismo, fruto de su interés sobre cómo la selección natural modela la evolución del comportamiento social en los primates no humanos, y por las raíces evolutivas de las capacidades con un papel crucial en las sociedades humanas, como la reconciliación, la cooperación, la amistad, la inversión paternal y las actitudes prosociales. Numerosos ejemplos prácticos ilustran su intervención.
Una perspectiva budista y económica
La segunda parte de la obra aborda Las investigaciones económicas sobre el comportamiento altruista prosocial. La inaugura Ernst Fehr, profesor de microeconomía y economía experimental de la universidad de Zurich, con la ponencia El experimento del dilema social. Indaga en temas como la confianza de la gente en el altruismo; incide, también, en rechazar la suposición extendida de que lo único que motiva en economía es el interés en beneficio propio. Igualmente, introduce la idea de la sanción altruista y demuestra el valor de la responsabilidad en las obligaciones sociales.
John Dunne es profesor asociado en el departamento de Religión de la universidad Emory. Su trabajo se centra en diferentes aspectos de la filosofía budista, la ciencia cognitiva y la práctica contemplativa. Así, en su ponencia Primeros pensamientos para una economía budista, explica cómo, para el budismo, la verdadera felicidad se basa en recursos internos que, con la adecuada práctica, se pueden cultivar ilimitadamente; se detiene en cómo se pueden fomentar dichos recursos mediante una formación laica; finalmente, expone un modelo para un tipo de economía budista.
El profesor emérito de Economía en la London School of Economics, Lord Richard Layard expone una interesante ponencia, La economía de la felicidad, en la que habla sobre por qué los niveles de felicidad se han quedado estancados, pese a aumentos sin precedentes en los ingresos y en la calidad de vida de la humanidad.
William Harbaugh es profesor de Economía en la universidad de Oregón y se dedica a investigar el tema que da título a su intervención: ¿Por qué las personas hacen donaciones? Su ponencia se centra en el coste económico y el beneficio psicológico de las donaciones caritativas. Expone cómo, aunque la donación esté motivada por altruismo puro, muchas personas no hacen nada porque esperan que otros donen por ellas. También sostiene que el altruismo impuro es un importante motivo alternativo para donar, por los beneficios que reporta al donante.
El profesor Ernst Fehr vuelve a ocupar la tribuna de ponentes para presentar su exposición Castigo altruista y creación de bienes públicos. Dada la aceptación generalizada de la premisa mayor, el altruismo existe, se pregunta ahora por qué importa el altruismo y de qué manera puede resolver los problemas sociales. Sostiene que los bienes públicos son cruciales para las sociedades altamente funcionales, y que se pueden crear y mantener en entornos que ponen en contacto oportunidades para el castigo altruista con estrictas normas cívicas.
De la teoría a la práctica
Ya en la tercera parte, se aborda una Introducción de la prosocialidad en los sistemas económicos. La abre Antoinette Hunziker-Ebneter, presidenta de Forma Futura Invest Inc, una empresa de gestión de activos dedicada a inversiones que incorporan buena gobernanza y responsabilidad social y medioambiental. Demuestra en su exposición, Beneficios con objetivos, que, con actividades como las de su empresa, se logran beneficios financieros. Con este tipo de inversiones, grandes grupos humanos pueden participar conjuntamente en la creación de una mejor calidad de vida para las personas y para el planeta.
Arthur Vayloyan ha estado dedicado al mundo financiero, habiendo ocupado importantes cargos en Credit Suisse. Y sobre la historia y la importancia de la participación de este banco en la microfinanciación desarrolló su ponencia, ¿Qué se puede hacer con las microfinanciaciones?, demostrando cómo, a través de esta actividad, se ha creado una forma eficiente, rentable y sostenible de llevar el dinero de quienes más ganan a las personas que lo pueden usar para salir de la probreza.
El educador, emprendedor social y activista Sanjit “Bunker” Roy explica El Barefoot College, una institución educativa informal y alternativa, fundada por él, que se basa en la idea de que el conocimiento tradicional indígena debería utilizarse para solucionar los problemas rurales. Su modelo es aplicado hoy en cincuenta y cuatro países, en su mayoría africanos.
Finalmente, el profesor de práctica de gestión en la Harvard Business School, donde imparte Desarrollo del liderazgo y Ética, William George, expuso la ponencia Liderazgo compasivo. Se centró en las cualidades de los auténticos líderes: cómo se descubren y se promueven, qué se espera de ellos y a qué intereses sirven. Afirma que tales líderes hallarán su propia felicidad si ante todo sirven a los demás.
Cierra el capítulo de intervenciones una mesa redonda, moderada por Joan Halifax, en la que se resumen y comentan los contenidos de todas las ponencias de esta reunión. Lleva por título: Conclusión: La compasión no es un lujo. En efecto, como dijo en una ocasión el Dalái Lama, la compasión no es un lujo; es una necesidad para que el género humano sobreviva. Se trata de un importante capítulo que proyecta luz sobre todo lo abordado en estos días de congreso.
El libro se cierra con tres apéndices. El primero se dedica a Agradecimientos. El segundo es Acerca del Mind and Life Institute, el organismo que hizo posible el encuentro. Finalmente, el tercero, titulado Colaboradores, expone una sucinta biografía de los participantes en el evento.
Concluyendo
Una publicación como esta es necesaria en los tiempos que corren. Su lectura es algo más que un simple recorrido de líneas y párrafos que nos ilustran y aportan conocimiento; es una invitación a meditar sobre muchos de los extremos que aborda; es más, nos interpela y nos pide una reflexión sobre cuál puede ser nuestro papel personal en este movimiento en pos de un mundo mejor, más solidario, que aporte equidad, justicia social y un mayor compromiso con el medioambiente.
Su formato, en forma de acta de lo tratado y debatido en el congreso que pretende recoger, permite una lectura no continuada. Y si las ponencias despiertan interés por sus contenidos, este se ve notoriamente incrementado por los diálogos y coloquios que se suscitan en cada intervención. Un conjunto de elementos que hacen muy recomendable aproximarse a sus páginas y recorrerlas con el sentimiento de esperanza que pretenden provocar.
Índice
Prólogo, por el Dalái Lama
Introducción: Hacia una economía solidaria, por Tania Singer, Matthieu Ricard y Diego Hangartner
Parte I. Investigaciones científicas sobre el comportamiento altruista y prosocial
1. Egoísmo frente a altruismo: debate de una perspectiva psicológica, por Daniel Batson
2. La empatía y la corteza interoceptiva, por Tania Singer
3. Las bases neurales de la compasión, por Richard Davidson
4. El altruismo desde una perspectiva budista, por Matthieu Ricard
5. Imperativos biológicos para la supervivencia: reconsideración del altruismo, por Joan Silk
Parte II. Las investigaciones económicas sobre el comportamiento altruista y prosocial
6. El experimento del dilema social, por Ernst Fehr
7. Primeros pensamientos para una economía budista, por John Dunne
8. La economía de la felicidad, por Richard Layard
9. ¿Por qué las personas hacen donaciones?, por William Harbaugh
10. Castigo altruista y creación de bienes públicos, por Ernst Fehr
Parte III. Introducción de la prosocialidad en los sistemas económicos
11. Beneficios con objetivos, por Antoninette Hunziker-Ebneter
12. ¿Qué se puede hacer con las microfinanciaciones?, por Arthur Vayloyan
13. El Bareffot College, por Sanjit “Bunker” Roy
14. Liderazgo compasivo, por William George
Conclusión: La compasión no es un lujo, por Joan Halifax
Apéndice I: Agradecimientos
Apéndice II. Acerca del Mind and Lifre Institute
Apéndice III. Colaboradores
Título: Economía solidaria. Conversaciones con el Dalái Lama sobre el altruismo, el desarrollo y la compasión
Editores: Tania Singer y Matthieu Ricard
Edita: Editorial Kairós, Barcelona, 2015
Colección: Biblioteca de la Nueva Conciencia
Traducción: Fina Marfà Pagès
Encuadernación: Tapa blanda
Número de páginas: 280
ISBN: 978-84-9988-440-0
Precio: 16 euros
El Mind and Life Institute nació en 1987, con el objetivo de establecer un diálogo abierto y una colaboración en la investigación entre las ciencias modernas, las tradiciones contemplativas vivas en el mundo, la filosofía, las humanidades y las ciencias sociales. Desde el momento de su creación, ha venido desarrollando una serie de actividades, entre las que se encuentra la que recoge este libro que comentamos.
En abril de 2010, este Instituto reunió a un selecto grupo de investigadores en diferentes ramas sociales en torno a un tema: ¿Qué importancia tienen la motivación prosocial y el altruismo en los sistemas competitivos como es el imperante en el sistema económico occidental? Un debate a todas luces de vibrante actualidad, especialmente en Europa, donde crisis económicas y sociales abundan por doquier.
Algo quedó claro a lo largo de los dos días que duró la reunión: que el campo de la economía necesita un replanteamiento fundamental. No solo el beneficio puro y duro ha de ser su objetivo; ha de tener en cuenta aspectos tales como la justicia y una distribución más igualitaria de la riqueza, los impactos sociales que produce su actividad y, finalmente aunque no menos importante, los impactos medioambientales. Como se dice en el Prólogo firmado por el Dalái Lama: “Cada vez somos más conscientes de que, en la economía, la ética y la compasión tienen igual importancia; al fin y al cabo, la economía es una actividad humana y su objetivo básico es lograr mayor felicidad y disminuir el sufrimiento”.
En la Introducción, redactada por los editores, se pone de manifiesto cómo todos reclaman una economía más solidaria, sostenible e igualitaria; las crisis económicas que padecemos precisan de soluciones que aborden el problema con profundidad, no simples parches para dejar las cosas tal y como estaban.
Se parte de una realidad constatable: si bien los ingresos de los ciudadanos han crecido de forma espectacular desde la década de 1960, sin embargo, los niveles de felicidad no han seguido su ritmo, permaneciendo estancados. Otro hecho, fruto de investigaciones sobre el particular, es que, aunque la teoría económica determinó que nos movemos fundamentalmente por interés propio o que las economías capitalistas solo pueden funcionar ofreciendo a las personas la posibilidad de progresar en sus propios deseos, sin embargo, todas las personas poseemos una enorme capacidad (¿incluso una proclividad biológica?) de compasión, cooperación y altruismo.
La obra que comentamos aporta una razón para la esperanza, pues el altruismo puede aprenderse, cultivarse y, además, su recompensa es profunda. “Creemos que podemos transformar nuestras políticas y acciones económicas en una fuerza benéfica, una fuerza que responda a las aspiraciones a corto y a largo plazo para la protección del medioambiente, la prosperidad material y la satisfacción personal y profunda de todas las personas”. De hecho, hay experiencias que avalan este sentimiento, como son la economía del bien común, la banca ética, el movimiento precio justo, etc., aunque, lamentablemente, se ven en ocasiones empañados por la más triste realidad, como es la situación de los refugiados-emigrantes a Europa o la xenofobia. Personalidades de indiscutible liderazgo espiritual, como el Dalái Lama, promotor del Instituto, o el Papa Francisco, con su encíclica Laudato si, se pueden incardinar dentro de este movimiento esperanzador.
El libro consta de tres partes, todas relacionadas con el altruismo: una primera parte con la perspectiva científica; una segunda con la perspectiva budista y económica; y una tercera en la que se aportan ejemplos prácticos. Y se cierra con una Conclusión, fruto de una mesa redonda en la que se resume y dialoga sobre los temas tratados. Dentro de este esquema general, cada intervención recoge una somera biografía de su autor y un abstract de su aportación. Varias de ellas vienen ilustradas con gráficas, fotos y diagramas que facilitan su comprensión. No se trata de prolijas exposiciones, son más bien cortas, pero seguidas todas ellas por un interesante coloquio que perfila lo expuesto.
Una perspectiva científica
La primera parte se dedica a Investigaciones científicas sobre el comportamiento altruista y prosocial. La abre el psicólogo social Daniel Batson, con su ponencia Egoísmo frente a altruismo: debate desde una perspectiva psicológica; en ella, pone en tela de juicio la afirmación de que el interés propio es lo que motiva a los seres humanos, aportando pruebas de que el altruismo existe y de que aflora a partir de sentimientos de implicación empática.
Tania Singer, promotora del encuentro y neurocientífica de profesión, habló de La empatía y la corteza interoceptiva, en la que pone al descubierto los caminos subyacentes a los sistemas motivacionales y emocionales básicos, así como las emociones sociales como la empatía y la compasión. De esta manera, pone de manifiesto cómo nuestro cerebro nos permite compartir sentimientos, a la vez que diseña rutas neuronales subyacentes al comportamiento social, como la confianza.
Richard Davidson es profesor de Psicología y Psiquiatría en la universidad de Wisconsin y autor de la ponencia Las bases neurales de la compasión, en la que presenta datos sobre las bases neurológicas de las diferencias en empatía, altruismo y comportamiento prosocial entre diferentes colectivos; su investigación demuestra una correlación clara entre los niveles de activación en la ínsula y la amígdala y la predisposición a un comportamiento prosocial.
Un monje budista, Matthieu Ricard, doctor en genética celular, nos ilustra sobre El altruismo desde una perspectiva budista. Una perspectiva desde la que nos acerca a la compasión, la ignorancia, el sufrimiento y la felicidad. Propone la meditación compasiva y el amor altruista como antídoto a las experiencias negativas que vivimos en la actualidad.
La profesora en la School of Human Evolution, Joan Silk, aborda una muy interesante ponencia: Imperativos biológicos para la supervivencia: reconsideración del altruismo, fruto de su interés sobre cómo la selección natural modela la evolución del comportamiento social en los primates no humanos, y por las raíces evolutivas de las capacidades con un papel crucial en las sociedades humanas, como la reconciliación, la cooperación, la amistad, la inversión paternal y las actitudes prosociales. Numerosos ejemplos prácticos ilustran su intervención.
Una perspectiva budista y económica
La segunda parte de la obra aborda Las investigaciones económicas sobre el comportamiento altruista prosocial. La inaugura Ernst Fehr, profesor de microeconomía y economía experimental de la universidad de Zurich, con la ponencia El experimento del dilema social. Indaga en temas como la confianza de la gente en el altruismo; incide, también, en rechazar la suposición extendida de que lo único que motiva en economía es el interés en beneficio propio. Igualmente, introduce la idea de la sanción altruista y demuestra el valor de la responsabilidad en las obligaciones sociales.
John Dunne es profesor asociado en el departamento de Religión de la universidad Emory. Su trabajo se centra en diferentes aspectos de la filosofía budista, la ciencia cognitiva y la práctica contemplativa. Así, en su ponencia Primeros pensamientos para una economía budista, explica cómo, para el budismo, la verdadera felicidad se basa en recursos internos que, con la adecuada práctica, se pueden cultivar ilimitadamente; se detiene en cómo se pueden fomentar dichos recursos mediante una formación laica; finalmente, expone un modelo para un tipo de economía budista.
El profesor emérito de Economía en la London School of Economics, Lord Richard Layard expone una interesante ponencia, La economía de la felicidad, en la que habla sobre por qué los niveles de felicidad se han quedado estancados, pese a aumentos sin precedentes en los ingresos y en la calidad de vida de la humanidad.
William Harbaugh es profesor de Economía en la universidad de Oregón y se dedica a investigar el tema que da título a su intervención: ¿Por qué las personas hacen donaciones? Su ponencia se centra en el coste económico y el beneficio psicológico de las donaciones caritativas. Expone cómo, aunque la donación esté motivada por altruismo puro, muchas personas no hacen nada porque esperan que otros donen por ellas. También sostiene que el altruismo impuro es un importante motivo alternativo para donar, por los beneficios que reporta al donante.
El profesor Ernst Fehr vuelve a ocupar la tribuna de ponentes para presentar su exposición Castigo altruista y creación de bienes públicos. Dada la aceptación generalizada de la premisa mayor, el altruismo existe, se pregunta ahora por qué importa el altruismo y de qué manera puede resolver los problemas sociales. Sostiene que los bienes públicos son cruciales para las sociedades altamente funcionales, y que se pueden crear y mantener en entornos que ponen en contacto oportunidades para el castigo altruista con estrictas normas cívicas.
De la teoría a la práctica
Ya en la tercera parte, se aborda una Introducción de la prosocialidad en los sistemas económicos. La abre Antoinette Hunziker-Ebneter, presidenta de Forma Futura Invest Inc, una empresa de gestión de activos dedicada a inversiones que incorporan buena gobernanza y responsabilidad social y medioambiental. Demuestra en su exposición, Beneficios con objetivos, que, con actividades como las de su empresa, se logran beneficios financieros. Con este tipo de inversiones, grandes grupos humanos pueden participar conjuntamente en la creación de una mejor calidad de vida para las personas y para el planeta.
Arthur Vayloyan ha estado dedicado al mundo financiero, habiendo ocupado importantes cargos en Credit Suisse. Y sobre la historia y la importancia de la participación de este banco en la microfinanciación desarrolló su ponencia, ¿Qué se puede hacer con las microfinanciaciones?, demostrando cómo, a través de esta actividad, se ha creado una forma eficiente, rentable y sostenible de llevar el dinero de quienes más ganan a las personas que lo pueden usar para salir de la probreza.
El educador, emprendedor social y activista Sanjit “Bunker” Roy explica El Barefoot College, una institución educativa informal y alternativa, fundada por él, que se basa en la idea de que el conocimiento tradicional indígena debería utilizarse para solucionar los problemas rurales. Su modelo es aplicado hoy en cincuenta y cuatro países, en su mayoría africanos.
Finalmente, el profesor de práctica de gestión en la Harvard Business School, donde imparte Desarrollo del liderazgo y Ética, William George, expuso la ponencia Liderazgo compasivo. Se centró en las cualidades de los auténticos líderes: cómo se descubren y se promueven, qué se espera de ellos y a qué intereses sirven. Afirma que tales líderes hallarán su propia felicidad si ante todo sirven a los demás.
Cierra el capítulo de intervenciones una mesa redonda, moderada por Joan Halifax, en la que se resumen y comentan los contenidos de todas las ponencias de esta reunión. Lleva por título: Conclusión: La compasión no es un lujo. En efecto, como dijo en una ocasión el Dalái Lama, la compasión no es un lujo; es una necesidad para que el género humano sobreviva. Se trata de un importante capítulo que proyecta luz sobre todo lo abordado en estos días de congreso.
El libro se cierra con tres apéndices. El primero se dedica a Agradecimientos. El segundo es Acerca del Mind and Life Institute, el organismo que hizo posible el encuentro. Finalmente, el tercero, titulado Colaboradores, expone una sucinta biografía de los participantes en el evento.
Concluyendo
Una publicación como esta es necesaria en los tiempos que corren. Su lectura es algo más que un simple recorrido de líneas y párrafos que nos ilustran y aportan conocimiento; es una invitación a meditar sobre muchos de los extremos que aborda; es más, nos interpela y nos pide una reflexión sobre cuál puede ser nuestro papel personal en este movimiento en pos de un mundo mejor, más solidario, que aporte equidad, justicia social y un mayor compromiso con el medioambiente.
Su formato, en forma de acta de lo tratado y debatido en el congreso que pretende recoger, permite una lectura no continuada. Y si las ponencias despiertan interés por sus contenidos, este se ve notoriamente incrementado por los diálogos y coloquios que se suscitan en cada intervención. Un conjunto de elementos que hacen muy recomendable aproximarse a sus páginas y recorrerlas con el sentimiento de esperanza que pretenden provocar.
Índice
Prólogo, por el Dalái Lama
Introducción: Hacia una economía solidaria, por Tania Singer, Matthieu Ricard y Diego Hangartner
Parte I. Investigaciones científicas sobre el comportamiento altruista y prosocial
1. Egoísmo frente a altruismo: debate de una perspectiva psicológica, por Daniel Batson
2. La empatía y la corteza interoceptiva, por Tania Singer
3. Las bases neurales de la compasión, por Richard Davidson
4. El altruismo desde una perspectiva budista, por Matthieu Ricard
5. Imperativos biológicos para la supervivencia: reconsideración del altruismo, por Joan Silk
Parte II. Las investigaciones económicas sobre el comportamiento altruista y prosocial
6. El experimento del dilema social, por Ernst Fehr
7. Primeros pensamientos para una economía budista, por John Dunne
8. La economía de la felicidad, por Richard Layard
9. ¿Por qué las personas hacen donaciones?, por William Harbaugh
10. Castigo altruista y creación de bienes públicos, por Ernst Fehr
Parte III. Introducción de la prosocialidad en los sistemas económicos
11. Beneficios con objetivos, por Antoninette Hunziker-Ebneter
12. ¿Qué se puede hacer con las microfinanciaciones?, por Arthur Vayloyan
13. El Bareffot College, por Sanjit “Bunker” Roy
14. Liderazgo compasivo, por William George
Conclusión: La compasión no es un lujo, por Joan Halifax
Apéndice I: Agradecimientos
Apéndice II. Acerca del Mind and Lifre Institute
Apéndice III. Colaboradores
Reseñas
Cultura de paz: una utopía posible
Redacción , 28/08/2015
Ficha Técnica
Título: Cultura de Paz: Una utopía posible
Autor: David Adams
Edita: Herder Editorial. Barcelona, mayo de 2015
Traducción: Roberto E. Mercadillo
Materia: Cultura
Encuadernación: Rústica con solapas
Número de páginas: 428
ISBN: 978-84-254-1545-6
PVP: 27.50 €
“La paz no es una idea, sino una cultura”. David Adams presenta un riguroso estudio en busca del origen y las causas culturales de la violencia, porque, si la guerra y la violencia son una invención humana, entonces el ser humano puede también inventar y construir la paz.
Desde siglos atrás subyace la idea de que la violencia es parte de la naturaleza del ser humano. Pero muchos pensadores y activistas no están convencidos de ese supuesto. En este libro, David Adams expone un minucioso estudio con base en la biología, la historia y las civilizaciones para localizar el origen y las causas culturales de la violencia desde hace más de 2000 años. Asimismo, propone estrategias y traza caminos para alcanzar la paz, no como una idea, sino como una cultura. Con su idealismo científico, este neurobiólogo de la agresión y gestor de la paz persigue una premisa: si la guerra y la violencia son una invención humana, entonces el ser humano puede también inventar y construir la paz. Juntos podemos crearnos como seres libres y responsables para actuar con reflexiones propias y nunca más al dictado de nadie, para ser vigías del mañana y plantearnos las preguntas sobre el misterio de la existencia.
Índice
Nota del editor
Prólogo. Federico Mayor Zaragoza
Libro I. Historia de la cultura de guerra
Libro II. La paz mundial a través de la democracia participativa: una estrategia para el movimiento global por una cultura de paz
Libro III. He visto la tierra prometida. Una novela utópica
Datos del autor
Título: Cultura de Paz: Una utopía posible
Autor: David Adams
Edita: Herder Editorial. Barcelona, mayo de 2015
Traducción: Roberto E. Mercadillo
Materia: Cultura
Encuadernación: Rústica con solapas
Número de páginas: 428
ISBN: 978-84-254-1545-6
PVP: 27.50 €
“La paz no es una idea, sino una cultura”. David Adams presenta un riguroso estudio en busca del origen y las causas culturales de la violencia, porque, si la guerra y la violencia son una invención humana, entonces el ser humano puede también inventar y construir la paz.
Desde siglos atrás subyace la idea de que la violencia es parte de la naturaleza del ser humano. Pero muchos pensadores y activistas no están convencidos de ese supuesto. En este libro, David Adams expone un minucioso estudio con base en la biología, la historia y las civilizaciones para localizar el origen y las causas culturales de la violencia desde hace más de 2000 años. Asimismo, propone estrategias y traza caminos para alcanzar la paz, no como una idea, sino como una cultura. Con su idealismo científico, este neurobiólogo de la agresión y gestor de la paz persigue una premisa: si la guerra y la violencia son una invención humana, entonces el ser humano puede también inventar y construir la paz. Juntos podemos crearnos como seres libres y responsables para actuar con reflexiones propias y nunca más al dictado de nadie, para ser vigías del mañana y plantearnos las preguntas sobre el misterio de la existencia.
Índice
Nota del editor
Prólogo. Federico Mayor Zaragoza
Libro I. Historia de la cultura de guerra
Libro II. La paz mundial a través de la democracia participativa: una estrategia para el movimiento global por una cultura de paz
Libro III. He visto la tierra prometida. Una novela utópica
Datos del autor
Reseñas
¿Humanos o Posthumanos?
Redacción , 24/08/2015
Singularidad tecnológica y mejoramiento humano
Ficha Técnica
Título: ¿Humanos o posthumanos?
Coordinadores: Albert Cortina y Miquel-Àngel Serra
Fotografía: David Molina
Edita: Fragmenta Editorial. Primera edición, marzo de 2015
Materia: Posthumanismo
Colección: Fragmentos.
Volumen: 33
Encuadernación: Rústica con solapas
Número de láminas: 24
Número de páginas: 528
ISBN: 978-84-15518-14-3
¿Estamos dispuestos a aceptar una especie humana mejorada tecnológicamente a partir de la transformación radical de sus condiciones naturales? ¿Se está produciendo ya la singularidad tecnológica que dará lugar a un salto evolutivo irreversible del género humano hacia el posthumano? ¿Qué papel desempeñan la conciencia, la ética y la democracia para controlar los abusos en este proceso?
Los autores, desde una apuesta decidida por el refortalecimiento, en este siglo XXI, de un humanismo renovado, nos introducen de forma abierta y crítica en los conceptos de singularidad tecnológica y mejoramiento humano, así como en la agenda internacional del transhumanismo. Esta agenda nos conduce a la interacción e incorporación en nuestro cuerpo y en nuestra mente de tecnologías emergentes, como la nanotecnología, la biotecnología, la tecnología del conocimiento y de la información, la inteligencia artificial, la robótica, la biomimética o la neurociencia espiritual.
Este libro parte de dos artículos de opinión aparecidos en el periódico La Vanguardia, artículos que generaron un amplio debate en el que participaron, a lo largo de doce meses, 213 voces reconocidas en su ámbito de especialización científico, tecnológico, sociológico, urbanístico, jurídico, filosófico, artístico, teológico o espiritual. A través de este elenco de aportaciones, el libro facilita que el lector tome conciencia respecto a los nuevos acontecimientos que se nos avecinan, sin renunciar por ello a una humanidad más humana, integrada en la sabia naturaleza que nos acoge y de la que formamos parte inescindible dentro de un cosmos que nos sitúa ante el misterio.
Índice
Presentación. Màrius Carol
Introducción. Albert Cortina y Miquel-Ángel Serra
I. ¿Humanos o posthumanos?
Análisis: singularidad tecnológica. Albert Cortina
La clave: mejoramiento humano. Miquel-Ángel Serra
II. Debate 3.0
Comunidad de 213 participantes
III. ¿Presente o futuro? Albert Cortina y Miquel-Ángel Serra
Bibliografía
Índice alfabético de los participantes en el debate 3.0
Coordinadores
Título: ¿Humanos o posthumanos?
Coordinadores: Albert Cortina y Miquel-Àngel Serra
Fotografía: David Molina
Edita: Fragmenta Editorial. Primera edición, marzo de 2015
Materia: Posthumanismo
Colección: Fragmentos.
Volumen: 33
Encuadernación: Rústica con solapas
Número de láminas: 24
Número de páginas: 528
ISBN: 978-84-15518-14-3
¿Estamos dispuestos a aceptar una especie humana mejorada tecnológicamente a partir de la transformación radical de sus condiciones naturales? ¿Se está produciendo ya la singularidad tecnológica que dará lugar a un salto evolutivo irreversible del género humano hacia el posthumano? ¿Qué papel desempeñan la conciencia, la ética y la democracia para controlar los abusos en este proceso?
Los autores, desde una apuesta decidida por el refortalecimiento, en este siglo XXI, de un humanismo renovado, nos introducen de forma abierta y crítica en los conceptos de singularidad tecnológica y mejoramiento humano, así como en la agenda internacional del transhumanismo. Esta agenda nos conduce a la interacción e incorporación en nuestro cuerpo y en nuestra mente de tecnologías emergentes, como la nanotecnología, la biotecnología, la tecnología del conocimiento y de la información, la inteligencia artificial, la robótica, la biomimética o la neurociencia espiritual.
Este libro parte de dos artículos de opinión aparecidos en el periódico La Vanguardia, artículos que generaron un amplio debate en el que participaron, a lo largo de doce meses, 213 voces reconocidas en su ámbito de especialización científico, tecnológico, sociológico, urbanístico, jurídico, filosófico, artístico, teológico o espiritual. A través de este elenco de aportaciones, el libro facilita que el lector tome conciencia respecto a los nuevos acontecimientos que se nos avecinan, sin renunciar por ello a una humanidad más humana, integrada en la sabia naturaleza que nos acoge y de la que formamos parte inescindible dentro de un cosmos que nos sitúa ante el misterio.
Índice
Presentación. Màrius Carol
Introducción. Albert Cortina y Miquel-Ángel Serra
I. ¿Humanos o posthumanos?
Análisis: singularidad tecnológica. Albert Cortina
La clave: mejoramiento humano. Miquel-Ángel Serra
II. Debate 3.0
Comunidad de 213 participantes
III. ¿Presente o futuro? Albert Cortina y Miquel-Ángel Serra
Bibliografía
Índice alfabético de los participantes en el debate 3.0
Coordinadores
Reseñas
La fe en una cultura escéptica
Juan Antonio Martínez de la Fe , 22/08/2015
Ficha Técnica
Título: ¿Qué decimos cuando hablamos de Dios? La fe en una cultura escéptica
Autor: Juan Antonio Estrada
Edita: Editorial Trotta, Madrid, 2015
Colección: Estructuras y Procesos
Serie: Religión
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
Número de páginas: 180
ISBN: 978-84-9879-564-6
Precio: 15 euros
Sinopsis de la Editorial
¿Qué contenido damos al lenguaje sobre Dios? ¿Sabemos lo que decimos cuando repetimos una palabra cargada de significados pero carente de referencias? Preguntas como estas son el punto de partida de este libro, marcado por la crisis del imaginario religioso y cristiano acerca de Dios. Pero desde la amenaza del vacío de sentido surgen otras preguntas. Pues si Dios existe, ¿cómo comunicarse con él? ¿Cómo designarlo y nombrarlo? ¿A quién o a qué dirigirse si no forma parte del universo físico? ¿Es posible una revelación divina que se diferencie de una proyección subjetiva? ¿Qué criterios encontrar para evaluar la posible verdad de una experiencia religiosa?
A partir de aquí se plantea la crisis de las imágenes tradicionales sobre Dios; de un concepto de salvación orientado a después de la muerte; de la fe como un creer en lo que no se ve, y de un concepto de revelación cuya legitimación última viene dada por la jerarquía de la Iglesia. Hay que replantear la fe desde una cristología renovada en la que la humanidad del judío Jesús sea el referente fundamental. La fe en Dios está mediatizada por la fe en Jesucristo y esta remite a un proyecto de vida con sentido, en el que la dimensión religiosa abre horizontes de significado y de motivación. Lo cual exige replantear teologías sobre Jesús, y en especial la cristología paulina, que desplazan su oferta de salvación y responden a cuestiones diferentes de las nuestras.
Se hace necesaria una transformación del imaginario cultural y religioso sobre Dios que se apoye en el cambio que se dio en el mismo Jesús. El mensaje del Nuevo Testamento, incluidos los evangelios, ha de ser contextualizado histórica y culturalmente. El proceso de desmitificación del Nuevo Testamento ha de tener continuidad y abarcar también la tradición dogmática para que la fe resulte comprensible, comunicable y creíble en una cultura determinada por el escepticismo. La identidad cristiana remite a la discontinuidad cultural, y desde ambas hay que deconstruir y reconstruir los contenidos de la fe para responder a la pregunta: ¿qué decimos cuando hablamos de Dios?
Introducción
Lo primero que habría que decir es que este es un libro muy oportuno. En la escolástica, uno de los prolegómenos para comenzar a hablar de una tesis era el recurrir ad termina; es decir, acudir a los conceptos, saber qué se quiere decir cuando se expone una idea. Algo muy básico, porque, de no hacerlo así, se corre el peligro de perderse en diálogos absurdos pues no se habla de lo mismo. Se debate sobre cuestiones que, aunque se planteen con una misma palabra, los que opinan sobre ella lo hacen desde diferentes acepciones del término. Y, evidentemente, se trata de una discusión estéril, sobre la que no es posible un acuerdo. Y esto que parece tan elemental, sin embargo, se olvida habitualmente y asistimos a agrios enfrentamientos que, quizás, carecerían de fundamento.
Más o menos, esta es la idea que subyace en la Introducción que nos ofrece Juan Antonio Estrada. Introducción en la que abundan otras ideas, como, por ejemplo, la de que Dios es un tema que no apasiona, que ha pasado a un segundo término o, peor, ha dejado de interesar; hoy día, no ser religioso es lo natural. Ante esta postura, defiende el autor que ahora hay que dar razones de la propia fe, mostrar que ser cristiano es razonable. “Hay que hacer inteligibles a los otros los valores, las motivaciones existenciales, el modelo de conducta y el proyecto de sentido con que se vive El problema es que el creyente tiene que justificarse, aunque a veces no tiene claro en qué consiste su fe”. Y nos advierte de que crece el número de personas que creen sin pertenecer, que van por libre, abriendo un foso entre la Iglesia a la que dicen pertenecer y su postura vivencial; y también aumenta el número de quienes pertenecen sin creer, quienes se suman a prácticas y ritos vacíos de contenido.
Lo determinante, más de aquello en que se cree, es el proyecto de vida a que nos conduce nuestra creencia; lo que importa es el sentido que se da a la existencia, las metas y valores que nos movilizan, porque, en definitiva, la fe es un compromiso personal.
Por otro lado, nos encontramos en una nueva etapa histórica que, entre otras exigencias, nos demanda un replanteamiento de las dimensiones culturales de lo religioso, ya que los contenidos obsoletos de la fe no corresponden a la mentalidad y preguntas actuales. Más aún: las religiones, nacidas de una experiencia y administradas por un cuerpo institucional, las iglesias, se encuentran con que esa necesaria institucionalización es también una amenaza: la institución puede sofocar la fe.
Y de todo esto trata el estudio que comentamos: “En este libro buscamos una nueva comprensión de la fe, que no traicione la identidad cristiana y que no quede prisionera del pasado”.
Muy interesante Introducción que nos sitúa en la senda de la obra, en la que nos adentramos por el primero de sus capítulos dedicado a Las creencias heredadas.
¿Es la fe un don de Dios o una elección humana?
¿Es Creer don divino o elección libre? Estrada parte de las definiciones del Catecismo de la Iglesia Católica, que concibe la fe como un don divino, pero que precisa que el ser humano responda a él asumiéndolo. Lo resume así: “la constitución del hombre como ser religioso, que busca a Dios y puede conocerlo con certeza por sus obras y nombrarlo, aunque subsista su misterio y su infinitud”.
Analiza y reflexiona sobre los contenidos del Catecismo acerca de este punto, explicando lo que se deduce de su interpretación y haciendo notar aquellos extremos que no tiene en cuenta de la realidad actual. Concluye: “Buena parte de esta concepción responde a la de la época de cristiandad, más que a la situación del siglo XXI. Sigue siendo el punto de partida para la comprensión oficial de la fe, a pesar de los cambios que se han producido”.
Seguidamente, Juan Antonio Estrada hace un breve recorrido referencial sobre el significado de la fe en las distintas corrientes hermenéuticas del Antiguo y del Nuevo Testamento; nos hace ver cómo una serie de historias reales o creadas por sus autores pasan a ser interpretadas desde un prisma religioso: “La Biblia tiene una base histórica, la del pueblo judío, pero es también una construcción ideológica, en la que la teología se ha impuesto a la historia”. Y, más adelante: “El problema está en qué significa creer en esas historias y en los hechos que cuentan”. Concretamente y refiriéndose al Nuevo Testamento nos plantea la necesidad de reflexionar sobre los problemas que suscita en la actualidad la concepción de fe plural que encierra.
Para finalizar este bloque, el autor nos lleva por un recorrido histórico sobre el eje ciencia o conocimiento y fe. Vemos así las posturas encontradas de Anselmo de Canterbury y Guillermo Ockham , entre catolicismo y protestantismo y lo expuesto por los concilios Vaticano I y II. Se trata de un recorrido corto pero sistemático, comprehensivo y clarificador, que resulta del mayor interés. Como lo es su conclusión: “Hoy son las filosofías de la Ilustración, las corrientes críticas posmodernas y las ciencias, las que plantean nuevos retos al cristianismo, que necesita una nueva inculturación en un contexto muy diferente del de sus orígenes”.
La fe en medio de una cultura escéptica
El segundo paso que nos plantea Estrada es Creer en una cultura escéptica. Parte de una realidad incontestable: tanto las religiones como las iglesias se hallan afectadas por desafíos nuevos que no se daban anteriormente. Por lo tanto, hoy no se puede ser creyente de la misma manera en que se era en una sociedad cristiana; y, peor aún, en una sociedad que ha sido cristiana y ha dejado de serlo en gran medida.
Por otro lado, también ha cambiado el contexto del pensamiento filosófico que nos ha llevado de una filosofía centrada en la autonomía del individuo a su toma de conciencia como ser relacional e interpersonal, como ser en el mundo. No cabe duda de que tales cambios culturales hacen la fe problemática. El papel de la religión ha sido sustituido por la ciencia; nos encontramos en el vestíbulo de una era científica que pretende superar los saberes presuntamente obsoletos y no fundamentados, como, según esa ciencia, son las grandes cosmovisiones religiosas y filosóficas. Ante este nuevo empirismo, solo se podría afirmar un ser divino si hubiese algo que lo hiciera verificable o inviable; por lo que la fe actual ha de ser ilustrada, es decir, que pueda dar razones de su creer al tiempo que es compatible con las dudas e inseguridades.
Tal situación ha desembocado en una crisis tanto de los sistemas filosóficos como de los ordenamientos morales del mundo. Es cierto, sin embargo, que se puede hablar de una religión subsistente, que sirve de factor cultural de identificación y de pertenencia, simultáneo a la disolución de la fe; pero nada más. De la salvación religiosa se ha pasado a proyectos emancipadores y progresos científicos que permiten construir un nuevo cielo. Pese a ello, el autor nos recuerda que ni siquiera la ciencia escapa a presupuestos no fundamentados; aduce, como ejemplo, que la ciencia no permite decidir qué es lo más importante y cuáles son las tareas que preferir, hecho que supera la racionalidad científica a favor de juicios morales, políticos y humanitarios. Y da un paso más: el retorno actual de lo religioso, en el contexto social descrito, es una muestra de que la racionalidad científico-técnica es insuficiente para las necesidades globales. La absolutización de la racionalidad instrumental y científica nos está llevando al vacío por falta de respuesta a las preguntas de sentido. Nos dice: “La creencia en Dios tiene la doble tarea de preservar la memoria de las víctimas contra los triunfalismos del presente y la desmemoria histórica”. Una respuesta a la necesidad de sentido.
Aborda, también Juan Antonio Estrada la pérdida de referencias. Ya no son válidos para la sociedad actual el argumento de autoridad para convencer: son precisos los argumentos de la razón. Por otro lado, la simbología y forma de expresarse la religión a través de unos determinados rituales han dejado de significar algo para las mentalidades actuales; hay quien los conserve, como signo de su identidad, pero ya vacíos de contenido. Y si la ciencia ha cuestionado las creencias, no le ha ido a la zaga la filosofía, lo que ha llevado a una total indiferencia religiosa, en la que la divinidad deja de ser un tema interesante.
Aunque, eso sí: pese a sus intentos de resultar novedosos, los autores del nuevo ateísmo no aportan ningún razonamiento a los ya esgrimidos desde el siglo XIX.
Por otro lado, se ha producido un desplazamiento de la creencia en Dios a la creencia en la Iglesia, cuando la realidad es que cuando las iglesias en su conjunto, sus instituciones y comportamientos contradicen la hermenéutica cristiana de la vida, se convierten en un obstáculo para la fe: se ha producido un desfase doctrinal e institucional con los avances de la sociedad, lo que ha acarreado un creciente distanciamiento de los cristianos de la iglesia como institución. Y la pérdida de influjo de las religiones no ha ido acompañada por nuevas alternativas cosmovisionales, lo que ha conducido a una crisis cultural.
La pregunta por Dios
Preguntarse por Dios. Así titula el capítulo tercero de esta interesante obra. Retoma el Catecismo oficial de la Iglesia Católica. Y, desde las primeras líneas, nos expone su contenido: “Antes que hablar de su revelación [de Dios], hay que asegurar que se le conoce y que se puede afirmar su existencia. Este es el esquema tradicional de la época de cristiandad. Hay que estudiar ahora los cambios que se han producido en la sociedad y en la antropología, y que determinan nuestra comprensión acerca de la posible comunicación divina”. Es el propio concepto de revelación el que ha entrado en crisis. Si antes se partía de la revelación divina, ahora es la ausencia de Dios el punto de partida. Desde aquí, el autor nos habla del problema desde una perspectiva cosmológica, una perspectiva racional y desde una perspectiva del sentido, analizando cada una de ellas y haciéndonos ver sus respectivos argumentos y puntos débiles.
Se refiere luego al lenguaje necesariamente antropomórfico que utilizamos para hablar de Dios, lo que, evidentemente, desemboca en una total imposibilidad de definir los límites de una divinidad que nos trasciende. Nos dice: “¿Tiene sentido aplicar los términos de esencia y existencia a Dios? Es un lenguaje formalmente correcto para nosotros, pero vacío de contenido, porque no sabemos en qué consiste la divinidad. ¿Qué es Dios? No lo sabemos”.
¿Buscamos, pues, un Dios inalcanzable? Desde una perspectiva racional, dejando aparte la problemática de la revelación, lo más comprensible es el silencio. No pudiendo argumentar su existencia o no existencia, lo que sí es evidente es que lo hemos buscado en la historia. Concluye: “La fe en Dios está abierta a las proyecciones de la subjetividad. La finitud y la contingencia son, en última instancia, insuperables y relativizan todo el discurso sobre la divinidad. Queda el remedio de la revelación, que plantea nuevos problemas de conocimiento y referentes a la presunta realidad que se comunica”. Y justamente a ese problema de la revelación o proyección humana sobre lo revelado se dedica el cuarto capítulo, uno de los troncales del estudio.
La proyección humana en la revelación
¿Qué es una revelación?, se pregunta Estrada. Y nos ofrece la síntesis básica del concepto de revelación y fe: “Dios se comunica en la historia y puede ser conocido mediante la razón por todos, pero se añade la manifestación sobrenatural”. A partir de aquí, hace un análisis de lo que ha supuesto esto en la Iglesia Católica, con sus dogmas, formulados con categorías filosóficas y teológicas obsoletas y superadas; con su censura eclesiástica; y con su pretensión de intervenir en cuestiones de moral, ciencia y filosofía con afirmaciones que se salen del campo de la teología y de la fe, aunque sean objeto de discusión científica, política o social. Así se aleja de Cristo, objeto central de la fe cristiana; sin ver que la dimensión interpersonal inherente a la imitación y seguimiento de Cristo tiene prioridad sobre las ciencias del depósito de la fe. Un recorrido por la historia sirve de apoyo a la exposición argumentativa del autor.
¿Puede una divinidad trascendente darse a conocer en este mundo concreto? Todo depende de qué religión se parta para hacer un análisis correcto. En nuestro caso, ¿se ha comunicado Dios en la Biblia? Hay que partir de la base de que la Biblia no trata de contar la historia de Israel, sino el testimonio de la fe en Yaveh; en definitiva, la Biblia es una canalización de experiencias que se reflejan en textos que las interpretan. Estrada hace una explicación de la forma en que se construyó el libro sagrado, haciendo hincapié en que toda teofanía genera una liberación histórica, punto fundamental para acometer su lectura. Recoge el autor las contradicciones que encierra el texto bíblico, concluyendo en lo problemática que resulta la experiencia religiosa. Una experiencia que cuenta con la base cultural y religiosa del que la recibe y que condiciona su transmisión; así, nos dice: “Las revelaciones, más que transmisión de verdades sobrenaturales, son iluminaciones de la experiencia que transforman al que las recibe y le capacitan para una nueva experiencia”.
Esto nos lleva a otra cuestión capital: ¿Cómo evaluar lo revelado? Es algo muy complejo, puesto que toda revelación se da en una experiencia personal, que viene muy condicionada por el entorno social, cultural y religioso del sujeto que la recibe. La única manera de poder afirmar algo sobre la validez de lo revelado es por el efecto que produce en quien recibe esa comunicación. No es un tema nuevo; ya San Ignacio de Loyola establecía unas reglas para discernir espíritus, para saber distinguir con objetividad qué hay de objetivo o de subjetivo en una revelación. Nos aclara el autor la cuestión: "El problema hoy sería si una experiencia religiosa tiene coherencia con el humanismo de los derechos humanos. Solo lo que humaniza puede ser obra divina. La dignidad humana es en Occidente el criterio último para evaluar las religiones”. Como se puede apreciar, un argumento, lógicamente, condicionado por una creencia en la divinidad, pues no es privilegio de los creyentes la activa defensa de los derechos humanos; pero, sin duda, es una excelente pista para, dentro del teísmo, evaluar la presunción de una experiencia religiosa.
La fe en Cristo
Juan Antonio Estrada nos introduce ahora en el capítulo quinto de tan interesante obra: De creer en Dios a la fe en Cristo. Y lo hace con una buena síntesis de lo abordado ya con anterioridad, lo que nos coloca en la mejor posición para acometer la lectura de este nuevo capítulo. He aquí una serie de citas que nos acercan al contenido: “La divinidad no es nunca objeto de la experiencia, sino que se revela de forma no temática e indirecta como la que posibilita ese sentido. […] El ser absoluto se comunica de forma no absoluta. […] A diferencia del judaísmo y del islam, el cristianismo se basa en la vida y muerte de una persona, más que en una creencia doctrinal que haya transmitido. […] En el cristianismo, el sistema de creencias no es lo primero, sino la referencia personal a Jesucristo. […] De esta forma cambia la fe, que ya no se dirige a alguien inalcanzable, sino a un personaje cognoscible, del que derivan un proyecto de sentido y una forma de creer”.
En otras palabras, creer en Jesús es, ni más ni menos, que comprometerse con su proyecto de vida, asumiendo su visión de la sociedad y religión judías. En este sentido, no nos ofrece Jesús un sistema alternativo de prácticas religiosas como haría un reformador de la religión; lo que nos propone es un estilo de vida abierto a las necesidades humanas, que incide en la transformación social. Es ese sentido de solidaridad con el ser humano, con el otro, lo que está por encima de dogmas, teorías religiosas o ritos cultuales. Por eso, la ortodoxia religiosa no puede ser el criterio último para un cristiano.
Podríamos preguntarnos si ese modelo de vida al que invita Jesús tiene sentido, vistos su fracaso, su muerte y su posterior resurrección. Sufrió un gran abandono y la gran paradoja es que esa experiencia suya de tal abandono forma parte intrínseca de la revelación de Dios. ¿Qué nos dice? Que Dios está con las víctimas, con los que tienen hambre y sed de justicia, con los perseguidos como Jesús. A partir de aquí, Juan Antonio Estrada nos sumerge en un amplio análisis del simbolismo de la resurrección de Jesús y de la vida más allá de la muerte, basándose en la interpretación de las Escrituras.
Después de Cristo vinieron las cristologías. El autor se detiene de manera especial en la surgida sobre la base de las propuestas de Pablo, hasta desembocar en un apartado sobre dos maneras de entender la salvación, donde enfrenta a la conciencia con la norma.
Teodicea y antropodicea
Alcanzamos así el sexto y último capítulo de la obra: De la teodicea a la antropodicea. Es un capítulo amplio y de gran profundidad donde se encara el problema del mal, el talón de Aquiles de todas las religiones. No es válido huir del mal basándonos en la justicia ultramundana, de ultratumba.
Expone el autor que el mal por excelencia no es el físico (la enfermedad, el desastre natural) o el moral (el pecado, el daño a otro o la injusticia); para él es la desesperación que surge de una vida sin sentido. Y aquí es donde encaja la salvación: cuando la vida merece la pena. No encuentra adecuado apelar a la finitud y la contingencia humanas para explicar el mal que soportamos, como apunta Torres Queiruga; el sufrimiento forma parte de la existencia, como el gozo y el placer y la solución no es eliminarlo totalmente, sino integrarlo en una vida feliz, una vida con sentido, en la que quede compensado.
Hay que preguntarse desde aquí si la fe religiosa aporta algo a la felicidad. Y Estrada es contundente: “Si las religiones e ideologías quieren tener relevancia, tendrán que mostrar que sus contenidos sirven para luchar contra el mal y generar sentido”. Y, para un cristiano, ¿es creíble el Dios de la cruz? El ejemplo de Jesús con su fe en Dios motiva a vivir y a morir como él, desde la lucha contra lo que oprime, contra el mal, el dolor, el sufrir.
Y llega la pregunta final: ¿Qué decimos al hablar de Dios? Juan Antonio Estrada resume así el contenido de su estudio: “Que nos identificamos con el proyecto de vida de Jesús. También, que asumimos la muerte desde la esperanza y la identificación con el Crucificado. Este es el credo cristiano, que hoy sigue siendo válido para muchas personas”.
Concluyendo
Es esta una obra densa. No permite una lectura fácil, sino reposada, apoyada en la reflexión. Usa mucho el autor, casi continuamente y a lo largo de todo el libro, de frases cortas, concisas, muy meditadas y perfiladas; cada una de ellas, por lo general, merece un comentario, una meditación. Y, en muchos casos, suscita nuevas preguntas, quizás nuevas inquietudes que pueden perturbar las aguas aparentemente mansas de la tradición. Se muestra muy cuidadoso con sus afirmaciones, respetuoso con opiniones contrarias o diferentes, aceptando los límites a los que puede llegar la razón y razonando su postura.
Todo ello hace complejo el análisis, en unos pocos párrafos, de una obra tan profunda. Todo lo expuesto en este comentario no son sino unas pinceladas que solo pretenden cursar una invitación a sumergirse en su lectura. Creyentes y no creyentes pueden encontrar argumentos para sustentar su pensamiento y hallar una vía que les permita comprender mejor las razones que defienden con respeto quienes difieren de sus presupuestos ideológicos.
Nada que objetar por lo que se refiere a la edición. Quizás, sería de agradecer un cuerpo de letra mayor que no someta a cansancio ocular a quienes tengan el acierto de recorrer sus páginas.
Índice
Introducción
1. Las creencias heredadas
1. Creer, ¿don divino o elección libre?
2. La fe en la Biblia
3. Las creencias en la historia de la teología
2. Creer en una cultura escéptica
1. Los cambios culturales hacen la fe problemática
2. La pérdida de referencias
3. La Iglesia como lugar ambiguo de la fe
3. Preguntarse por Dios
1. Un Dios sin lugar en el universo
2. La impotencia de la teología negativa
3. ¿Buscar a un Dios inalcanzable?
4. ¿Revelación o proyección humana?
1. ¿Qué es una revelación?
2. ¿Se ha comunicado Dios en la Biblia?
3. La experiencia religiosa es problemática
4. ¿Cómo evaluar lo revelado?
5. De creer en Dios a la fe en Cristo
1. Creer en Dios desde el proyecto de vida
2. ¿Tiene sentido su muerte y resurrección?
3. ¿Devaluó la cristología a Jesús?
4. Dos maneras de entender la salvación
6. De la teodicea a la antropodicea
1. ¿Salvarse es ir al cielo?
2. La crisis de la teología judía
3. ¿Es creíble el Dios de la cruz?
4. ¿Qué decimos al hablar de Dios?
Título: ¿Qué decimos cuando hablamos de Dios? La fe en una cultura escéptica
Autor: Juan Antonio Estrada
Edita: Editorial Trotta, Madrid, 2015
Colección: Estructuras y Procesos
Serie: Religión
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
Número de páginas: 180
ISBN: 978-84-9879-564-6
Precio: 15 euros
Sinopsis de la Editorial
¿Qué contenido damos al lenguaje sobre Dios? ¿Sabemos lo que decimos cuando repetimos una palabra cargada de significados pero carente de referencias? Preguntas como estas son el punto de partida de este libro, marcado por la crisis del imaginario religioso y cristiano acerca de Dios. Pero desde la amenaza del vacío de sentido surgen otras preguntas. Pues si Dios existe, ¿cómo comunicarse con él? ¿Cómo designarlo y nombrarlo? ¿A quién o a qué dirigirse si no forma parte del universo físico? ¿Es posible una revelación divina que se diferencie de una proyección subjetiva? ¿Qué criterios encontrar para evaluar la posible verdad de una experiencia religiosa?
A partir de aquí se plantea la crisis de las imágenes tradicionales sobre Dios; de un concepto de salvación orientado a después de la muerte; de la fe como un creer en lo que no se ve, y de un concepto de revelación cuya legitimación última viene dada por la jerarquía de la Iglesia. Hay que replantear la fe desde una cristología renovada en la que la humanidad del judío Jesús sea el referente fundamental. La fe en Dios está mediatizada por la fe en Jesucristo y esta remite a un proyecto de vida con sentido, en el que la dimensión religiosa abre horizontes de significado y de motivación. Lo cual exige replantear teologías sobre Jesús, y en especial la cristología paulina, que desplazan su oferta de salvación y responden a cuestiones diferentes de las nuestras.
Se hace necesaria una transformación del imaginario cultural y religioso sobre Dios que se apoye en el cambio que se dio en el mismo Jesús. El mensaje del Nuevo Testamento, incluidos los evangelios, ha de ser contextualizado histórica y culturalmente. El proceso de desmitificación del Nuevo Testamento ha de tener continuidad y abarcar también la tradición dogmática para que la fe resulte comprensible, comunicable y creíble en una cultura determinada por el escepticismo. La identidad cristiana remite a la discontinuidad cultural, y desde ambas hay que deconstruir y reconstruir los contenidos de la fe para responder a la pregunta: ¿qué decimos cuando hablamos de Dios?
Introducción
Lo primero que habría que decir es que este es un libro muy oportuno. En la escolástica, uno de los prolegómenos para comenzar a hablar de una tesis era el recurrir ad termina; es decir, acudir a los conceptos, saber qué se quiere decir cuando se expone una idea. Algo muy básico, porque, de no hacerlo así, se corre el peligro de perderse en diálogos absurdos pues no se habla de lo mismo. Se debate sobre cuestiones que, aunque se planteen con una misma palabra, los que opinan sobre ella lo hacen desde diferentes acepciones del término. Y, evidentemente, se trata de una discusión estéril, sobre la que no es posible un acuerdo. Y esto que parece tan elemental, sin embargo, se olvida habitualmente y asistimos a agrios enfrentamientos que, quizás, carecerían de fundamento.
Más o menos, esta es la idea que subyace en la Introducción que nos ofrece Juan Antonio Estrada. Introducción en la que abundan otras ideas, como, por ejemplo, la de que Dios es un tema que no apasiona, que ha pasado a un segundo término o, peor, ha dejado de interesar; hoy día, no ser religioso es lo natural. Ante esta postura, defiende el autor que ahora hay que dar razones de la propia fe, mostrar que ser cristiano es razonable. “Hay que hacer inteligibles a los otros los valores, las motivaciones existenciales, el modelo de conducta y el proyecto de sentido con que se vive El problema es que el creyente tiene que justificarse, aunque a veces no tiene claro en qué consiste su fe”. Y nos advierte de que crece el número de personas que creen sin pertenecer, que van por libre, abriendo un foso entre la Iglesia a la que dicen pertenecer y su postura vivencial; y también aumenta el número de quienes pertenecen sin creer, quienes se suman a prácticas y ritos vacíos de contenido.
Lo determinante, más de aquello en que se cree, es el proyecto de vida a que nos conduce nuestra creencia; lo que importa es el sentido que se da a la existencia, las metas y valores que nos movilizan, porque, en definitiva, la fe es un compromiso personal.
Por otro lado, nos encontramos en una nueva etapa histórica que, entre otras exigencias, nos demanda un replanteamiento de las dimensiones culturales de lo religioso, ya que los contenidos obsoletos de la fe no corresponden a la mentalidad y preguntas actuales. Más aún: las religiones, nacidas de una experiencia y administradas por un cuerpo institucional, las iglesias, se encuentran con que esa necesaria institucionalización es también una amenaza: la institución puede sofocar la fe.
Y de todo esto trata el estudio que comentamos: “En este libro buscamos una nueva comprensión de la fe, que no traicione la identidad cristiana y que no quede prisionera del pasado”.
Muy interesante Introducción que nos sitúa en la senda de la obra, en la que nos adentramos por el primero de sus capítulos dedicado a Las creencias heredadas.
¿Es la fe un don de Dios o una elección humana?
¿Es Creer don divino o elección libre? Estrada parte de las definiciones del Catecismo de la Iglesia Católica, que concibe la fe como un don divino, pero que precisa que el ser humano responda a él asumiéndolo. Lo resume así: “la constitución del hombre como ser religioso, que busca a Dios y puede conocerlo con certeza por sus obras y nombrarlo, aunque subsista su misterio y su infinitud”.
Analiza y reflexiona sobre los contenidos del Catecismo acerca de este punto, explicando lo que se deduce de su interpretación y haciendo notar aquellos extremos que no tiene en cuenta de la realidad actual. Concluye: “Buena parte de esta concepción responde a la de la época de cristiandad, más que a la situación del siglo XXI. Sigue siendo el punto de partida para la comprensión oficial de la fe, a pesar de los cambios que se han producido”.
Seguidamente, Juan Antonio Estrada hace un breve recorrido referencial sobre el significado de la fe en las distintas corrientes hermenéuticas del Antiguo y del Nuevo Testamento; nos hace ver cómo una serie de historias reales o creadas por sus autores pasan a ser interpretadas desde un prisma religioso: “La Biblia tiene una base histórica, la del pueblo judío, pero es también una construcción ideológica, en la que la teología se ha impuesto a la historia”. Y, más adelante: “El problema está en qué significa creer en esas historias y en los hechos que cuentan”. Concretamente y refiriéndose al Nuevo Testamento nos plantea la necesidad de reflexionar sobre los problemas que suscita en la actualidad la concepción de fe plural que encierra.
Para finalizar este bloque, el autor nos lleva por un recorrido histórico sobre el eje ciencia o conocimiento y fe. Vemos así las posturas encontradas de Anselmo de Canterbury y Guillermo Ockham , entre catolicismo y protestantismo y lo expuesto por los concilios Vaticano I y II. Se trata de un recorrido corto pero sistemático, comprehensivo y clarificador, que resulta del mayor interés. Como lo es su conclusión: “Hoy son las filosofías de la Ilustración, las corrientes críticas posmodernas y las ciencias, las que plantean nuevos retos al cristianismo, que necesita una nueva inculturación en un contexto muy diferente del de sus orígenes”.
La fe en medio de una cultura escéptica
El segundo paso que nos plantea Estrada es Creer en una cultura escéptica. Parte de una realidad incontestable: tanto las religiones como las iglesias se hallan afectadas por desafíos nuevos que no se daban anteriormente. Por lo tanto, hoy no se puede ser creyente de la misma manera en que se era en una sociedad cristiana; y, peor aún, en una sociedad que ha sido cristiana y ha dejado de serlo en gran medida.
Por otro lado, también ha cambiado el contexto del pensamiento filosófico que nos ha llevado de una filosofía centrada en la autonomía del individuo a su toma de conciencia como ser relacional e interpersonal, como ser en el mundo. No cabe duda de que tales cambios culturales hacen la fe problemática. El papel de la religión ha sido sustituido por la ciencia; nos encontramos en el vestíbulo de una era científica que pretende superar los saberes presuntamente obsoletos y no fundamentados, como, según esa ciencia, son las grandes cosmovisiones religiosas y filosóficas. Ante este nuevo empirismo, solo se podría afirmar un ser divino si hubiese algo que lo hiciera verificable o inviable; por lo que la fe actual ha de ser ilustrada, es decir, que pueda dar razones de su creer al tiempo que es compatible con las dudas e inseguridades.
Tal situación ha desembocado en una crisis tanto de los sistemas filosóficos como de los ordenamientos morales del mundo. Es cierto, sin embargo, que se puede hablar de una religión subsistente, que sirve de factor cultural de identificación y de pertenencia, simultáneo a la disolución de la fe; pero nada más. De la salvación religiosa se ha pasado a proyectos emancipadores y progresos científicos que permiten construir un nuevo cielo. Pese a ello, el autor nos recuerda que ni siquiera la ciencia escapa a presupuestos no fundamentados; aduce, como ejemplo, que la ciencia no permite decidir qué es lo más importante y cuáles son las tareas que preferir, hecho que supera la racionalidad científica a favor de juicios morales, políticos y humanitarios. Y da un paso más: el retorno actual de lo religioso, en el contexto social descrito, es una muestra de que la racionalidad científico-técnica es insuficiente para las necesidades globales. La absolutización de la racionalidad instrumental y científica nos está llevando al vacío por falta de respuesta a las preguntas de sentido. Nos dice: “La creencia en Dios tiene la doble tarea de preservar la memoria de las víctimas contra los triunfalismos del presente y la desmemoria histórica”. Una respuesta a la necesidad de sentido.
Aborda, también Juan Antonio Estrada la pérdida de referencias. Ya no son válidos para la sociedad actual el argumento de autoridad para convencer: son precisos los argumentos de la razón. Por otro lado, la simbología y forma de expresarse la religión a través de unos determinados rituales han dejado de significar algo para las mentalidades actuales; hay quien los conserve, como signo de su identidad, pero ya vacíos de contenido. Y si la ciencia ha cuestionado las creencias, no le ha ido a la zaga la filosofía, lo que ha llevado a una total indiferencia religiosa, en la que la divinidad deja de ser un tema interesante.
Aunque, eso sí: pese a sus intentos de resultar novedosos, los autores del nuevo ateísmo no aportan ningún razonamiento a los ya esgrimidos desde el siglo XIX.
Por otro lado, se ha producido un desplazamiento de la creencia en Dios a la creencia en la Iglesia, cuando la realidad es que cuando las iglesias en su conjunto, sus instituciones y comportamientos contradicen la hermenéutica cristiana de la vida, se convierten en un obstáculo para la fe: se ha producido un desfase doctrinal e institucional con los avances de la sociedad, lo que ha acarreado un creciente distanciamiento de los cristianos de la iglesia como institución. Y la pérdida de influjo de las religiones no ha ido acompañada por nuevas alternativas cosmovisionales, lo que ha conducido a una crisis cultural.
La pregunta por Dios
Preguntarse por Dios. Así titula el capítulo tercero de esta interesante obra. Retoma el Catecismo oficial de la Iglesia Católica. Y, desde las primeras líneas, nos expone su contenido: “Antes que hablar de su revelación [de Dios], hay que asegurar que se le conoce y que se puede afirmar su existencia. Este es el esquema tradicional de la época de cristiandad. Hay que estudiar ahora los cambios que se han producido en la sociedad y en la antropología, y que determinan nuestra comprensión acerca de la posible comunicación divina”. Es el propio concepto de revelación el que ha entrado en crisis. Si antes se partía de la revelación divina, ahora es la ausencia de Dios el punto de partida. Desde aquí, el autor nos habla del problema desde una perspectiva cosmológica, una perspectiva racional y desde una perspectiva del sentido, analizando cada una de ellas y haciéndonos ver sus respectivos argumentos y puntos débiles.
Se refiere luego al lenguaje necesariamente antropomórfico que utilizamos para hablar de Dios, lo que, evidentemente, desemboca en una total imposibilidad de definir los límites de una divinidad que nos trasciende. Nos dice: “¿Tiene sentido aplicar los términos de esencia y existencia a Dios? Es un lenguaje formalmente correcto para nosotros, pero vacío de contenido, porque no sabemos en qué consiste la divinidad. ¿Qué es Dios? No lo sabemos”.
¿Buscamos, pues, un Dios inalcanzable? Desde una perspectiva racional, dejando aparte la problemática de la revelación, lo más comprensible es el silencio. No pudiendo argumentar su existencia o no existencia, lo que sí es evidente es que lo hemos buscado en la historia. Concluye: “La fe en Dios está abierta a las proyecciones de la subjetividad. La finitud y la contingencia son, en última instancia, insuperables y relativizan todo el discurso sobre la divinidad. Queda el remedio de la revelación, que plantea nuevos problemas de conocimiento y referentes a la presunta realidad que se comunica”. Y justamente a ese problema de la revelación o proyección humana sobre lo revelado se dedica el cuarto capítulo, uno de los troncales del estudio.
La proyección humana en la revelación
¿Qué es una revelación?, se pregunta Estrada. Y nos ofrece la síntesis básica del concepto de revelación y fe: “Dios se comunica en la historia y puede ser conocido mediante la razón por todos, pero se añade la manifestación sobrenatural”. A partir de aquí, hace un análisis de lo que ha supuesto esto en la Iglesia Católica, con sus dogmas, formulados con categorías filosóficas y teológicas obsoletas y superadas; con su censura eclesiástica; y con su pretensión de intervenir en cuestiones de moral, ciencia y filosofía con afirmaciones que se salen del campo de la teología y de la fe, aunque sean objeto de discusión científica, política o social. Así se aleja de Cristo, objeto central de la fe cristiana; sin ver que la dimensión interpersonal inherente a la imitación y seguimiento de Cristo tiene prioridad sobre las ciencias del depósito de la fe. Un recorrido por la historia sirve de apoyo a la exposición argumentativa del autor.
¿Puede una divinidad trascendente darse a conocer en este mundo concreto? Todo depende de qué religión se parta para hacer un análisis correcto. En nuestro caso, ¿se ha comunicado Dios en la Biblia? Hay que partir de la base de que la Biblia no trata de contar la historia de Israel, sino el testimonio de la fe en Yaveh; en definitiva, la Biblia es una canalización de experiencias que se reflejan en textos que las interpretan. Estrada hace una explicación de la forma en que se construyó el libro sagrado, haciendo hincapié en que toda teofanía genera una liberación histórica, punto fundamental para acometer su lectura. Recoge el autor las contradicciones que encierra el texto bíblico, concluyendo en lo problemática que resulta la experiencia religiosa. Una experiencia que cuenta con la base cultural y religiosa del que la recibe y que condiciona su transmisión; así, nos dice: “Las revelaciones, más que transmisión de verdades sobrenaturales, son iluminaciones de la experiencia que transforman al que las recibe y le capacitan para una nueva experiencia”.
Esto nos lleva a otra cuestión capital: ¿Cómo evaluar lo revelado? Es algo muy complejo, puesto que toda revelación se da en una experiencia personal, que viene muy condicionada por el entorno social, cultural y religioso del sujeto que la recibe. La única manera de poder afirmar algo sobre la validez de lo revelado es por el efecto que produce en quien recibe esa comunicación. No es un tema nuevo; ya San Ignacio de Loyola establecía unas reglas para discernir espíritus, para saber distinguir con objetividad qué hay de objetivo o de subjetivo en una revelación. Nos aclara el autor la cuestión: "El problema hoy sería si una experiencia religiosa tiene coherencia con el humanismo de los derechos humanos. Solo lo que humaniza puede ser obra divina. La dignidad humana es en Occidente el criterio último para evaluar las religiones”. Como se puede apreciar, un argumento, lógicamente, condicionado por una creencia en la divinidad, pues no es privilegio de los creyentes la activa defensa de los derechos humanos; pero, sin duda, es una excelente pista para, dentro del teísmo, evaluar la presunción de una experiencia religiosa.
La fe en Cristo
Juan Antonio Estrada nos introduce ahora en el capítulo quinto de tan interesante obra: De creer en Dios a la fe en Cristo. Y lo hace con una buena síntesis de lo abordado ya con anterioridad, lo que nos coloca en la mejor posición para acometer la lectura de este nuevo capítulo. He aquí una serie de citas que nos acercan al contenido: “La divinidad no es nunca objeto de la experiencia, sino que se revela de forma no temática e indirecta como la que posibilita ese sentido. […] El ser absoluto se comunica de forma no absoluta. […] A diferencia del judaísmo y del islam, el cristianismo se basa en la vida y muerte de una persona, más que en una creencia doctrinal que haya transmitido. […] En el cristianismo, el sistema de creencias no es lo primero, sino la referencia personal a Jesucristo. […] De esta forma cambia la fe, que ya no se dirige a alguien inalcanzable, sino a un personaje cognoscible, del que derivan un proyecto de sentido y una forma de creer”.
En otras palabras, creer en Jesús es, ni más ni menos, que comprometerse con su proyecto de vida, asumiendo su visión de la sociedad y religión judías. En este sentido, no nos ofrece Jesús un sistema alternativo de prácticas religiosas como haría un reformador de la religión; lo que nos propone es un estilo de vida abierto a las necesidades humanas, que incide en la transformación social. Es ese sentido de solidaridad con el ser humano, con el otro, lo que está por encima de dogmas, teorías religiosas o ritos cultuales. Por eso, la ortodoxia religiosa no puede ser el criterio último para un cristiano.
Podríamos preguntarnos si ese modelo de vida al que invita Jesús tiene sentido, vistos su fracaso, su muerte y su posterior resurrección. Sufrió un gran abandono y la gran paradoja es que esa experiencia suya de tal abandono forma parte intrínseca de la revelación de Dios. ¿Qué nos dice? Que Dios está con las víctimas, con los que tienen hambre y sed de justicia, con los perseguidos como Jesús. A partir de aquí, Juan Antonio Estrada nos sumerge en un amplio análisis del simbolismo de la resurrección de Jesús y de la vida más allá de la muerte, basándose en la interpretación de las Escrituras.
Después de Cristo vinieron las cristologías. El autor se detiene de manera especial en la surgida sobre la base de las propuestas de Pablo, hasta desembocar en un apartado sobre dos maneras de entender la salvación, donde enfrenta a la conciencia con la norma.
Teodicea y antropodicea
Alcanzamos así el sexto y último capítulo de la obra: De la teodicea a la antropodicea. Es un capítulo amplio y de gran profundidad donde se encara el problema del mal, el talón de Aquiles de todas las religiones. No es válido huir del mal basándonos en la justicia ultramundana, de ultratumba.
Expone el autor que el mal por excelencia no es el físico (la enfermedad, el desastre natural) o el moral (el pecado, el daño a otro o la injusticia); para él es la desesperación que surge de una vida sin sentido. Y aquí es donde encaja la salvación: cuando la vida merece la pena. No encuentra adecuado apelar a la finitud y la contingencia humanas para explicar el mal que soportamos, como apunta Torres Queiruga; el sufrimiento forma parte de la existencia, como el gozo y el placer y la solución no es eliminarlo totalmente, sino integrarlo en una vida feliz, una vida con sentido, en la que quede compensado.
Hay que preguntarse desde aquí si la fe religiosa aporta algo a la felicidad. Y Estrada es contundente: “Si las religiones e ideologías quieren tener relevancia, tendrán que mostrar que sus contenidos sirven para luchar contra el mal y generar sentido”. Y, para un cristiano, ¿es creíble el Dios de la cruz? El ejemplo de Jesús con su fe en Dios motiva a vivir y a morir como él, desde la lucha contra lo que oprime, contra el mal, el dolor, el sufrir.
Y llega la pregunta final: ¿Qué decimos al hablar de Dios? Juan Antonio Estrada resume así el contenido de su estudio: “Que nos identificamos con el proyecto de vida de Jesús. También, que asumimos la muerte desde la esperanza y la identificación con el Crucificado. Este es el credo cristiano, que hoy sigue siendo válido para muchas personas”.
Concluyendo
Es esta una obra densa. No permite una lectura fácil, sino reposada, apoyada en la reflexión. Usa mucho el autor, casi continuamente y a lo largo de todo el libro, de frases cortas, concisas, muy meditadas y perfiladas; cada una de ellas, por lo general, merece un comentario, una meditación. Y, en muchos casos, suscita nuevas preguntas, quizás nuevas inquietudes que pueden perturbar las aguas aparentemente mansas de la tradición. Se muestra muy cuidadoso con sus afirmaciones, respetuoso con opiniones contrarias o diferentes, aceptando los límites a los que puede llegar la razón y razonando su postura.
Todo ello hace complejo el análisis, en unos pocos párrafos, de una obra tan profunda. Todo lo expuesto en este comentario no son sino unas pinceladas que solo pretenden cursar una invitación a sumergirse en su lectura. Creyentes y no creyentes pueden encontrar argumentos para sustentar su pensamiento y hallar una vía que les permita comprender mejor las razones que defienden con respeto quienes difieren de sus presupuestos ideológicos.
Nada que objetar por lo que se refiere a la edición. Quizás, sería de agradecer un cuerpo de letra mayor que no someta a cansancio ocular a quienes tengan el acierto de recorrer sus páginas.
Índice
Introducción
1. Las creencias heredadas
1. Creer, ¿don divino o elección libre?
2. La fe en la Biblia
3. Las creencias en la historia de la teología
2. Creer en una cultura escéptica
1. Los cambios culturales hacen la fe problemática
2. La pérdida de referencias
3. La Iglesia como lugar ambiguo de la fe
3. Preguntarse por Dios
1. Un Dios sin lugar en el universo
2. La impotencia de la teología negativa
3. ¿Buscar a un Dios inalcanzable?
4. ¿Revelación o proyección humana?
1. ¿Qué es una revelación?
2. ¿Se ha comunicado Dios en la Biblia?
3. La experiencia religiosa es problemática
4. ¿Cómo evaluar lo revelado?
5. De creer en Dios a la fe en Cristo
1. Creer en Dios desde el proyecto de vida
2. ¿Tiene sentido su muerte y resurrección?
3. ¿Devaluó la cristología a Jesús?
4. Dos maneras de entender la salvación
6. De la teodicea a la antropodicea
1. ¿Salvarse es ir al cielo?
2. La crisis de la teología judía
3. ¿Es creíble el Dios de la cruz?
4. ¿Qué decimos al hablar de Dios?
Reseñas
El humor y lo cómico
Redacción T21 , 27/07/2015
Un estudio estético-psicológico
Ficha Técnica
Título: El humor y lo cómico
Autor: Theodor Lipps
Edita: Herder Editores. Barcelona. Mayo, 2015
Traducción: Claudia Cabrera
Materia: Psicología, humor y estética
Colección: Textos de la cultura alemana
Encuadernación: Rústica con solapas
Número de páginas: 352
ISBN: 978-84-254-1601-9
PVP: 27,80 €
Con este clásico de Theodor Lipps, cuya primera edición apareció en 1898 en Alemania, Herder Editorial rescata una obra de referencia trascendental que, a pesar de ser muy conocida en las universidades alemanas y estadounidenses, hasta el día de hoy no se había traducido al español.
El humor y lo cómico es un estudio erudito que refleja el Zeitgeist de una época que vislumbra claramente el crepúsculo del inconsciente y la importancia de la psicología. En ella, Lipps analiza los fenómenos de la risa sobre la base de que cada estado emocional tiene su aspecto de conciencia y que aquella viene asociada a los aspectos ocultos o invisibles.
Aunque algunos de los paradigmas que utiliza el autor puedan parecernos lejanos o polémicos y deban entenderse en el contexto de la época, esta edición es una traducción fiel y cuidada minuciosamente en un máximo intento de conservar el estilo y mostrar con claridad la sustancia, aunque algunos de los paradigmas que utiliza el autor deban entenderse al margen de la época y como lectores parecernos lejanos o polémicos.
El autor denomina al contenido de esta obra como “estudio estético-psicológico”. Aquí lo “psicológico” podría parecer superfluo (dice). Un estudio estético es siempre psicológico. Pero con esta expresión quise señalar que lo que más me importaba era el análisis psicológico de mi objeto, la amplia fundamentación psicológica del problema, su inserción en el contexto de problemas psicológicos y estéticos adyacentes, semejantes y generales.
Con ello renuncié a otro de mis intereses. Desistí de seguir al humor o a la utilización artística de lo cómico en los más diversos géneros y direcciones artísticas más allá de lo que lo requiriera la cuestión, incluso dejé de analizar detalladamente ciertas obras de arte humorísticas. Me bastó con haber mostrado de manera general las diversas posibilidades, tipos, formas de ser y etapas de lo cómico y del humor, además de hacer comprensible sus efectos. Esta tarea, más relacionada con la historia del arte y de la literatura, se la cedo con gusto a otros, probablemente mejor preparados para emprenderla. No obstante, espero que lo ofrecido en este libro será la base adecuada para ello.” (Extracto del Prólogo)
Índice
Primera Sección. Teorías de la comicidad
Capítulo 1. Teoría de la rivalidad de los sentimientos
Capítulo 2. Lo cómico y el sentimiento de superioridad
Capítulo 3. La comicidad y el contraste de las ideas
Segunda Sección. Los géneros de lo cómico
Capítulo 4. La comicidad objetiva
Capítulo 5. La comicidad objetiva. Complementos
Capítulo 6. La comicidad subjetiva o el chiste
Capítulo 7. La comicidad ingenua
Tercera Sección. La psicología de la comicidad
Capítulo 8. La sensación de comicidad y sus condiciones
Capítulo 9. La sensación de comicidad
Capítulo 10. La totalidad del afecto cómico
Capítulo 11. Matices de placer y displacer de la comicidad
Cuarta Sección. Los subgéneros de lo cómico
Capítulo 12. Los subgéneros de la comicidad objetiva y de la comicidad ingenua
Capítulo 13. Los subgéneros de la comicidad subjetiva
Quinta Sección. El humor
Capítulo 14. La comicidad y el valor estético
Capítulo 15. La tragedia como contraparte del humor
Capítulo 16. La esencia del humor
Capítulo 17. Los tipos de humor
Capítulo 18. El humor objetivo
Datos del autor
Título: El humor y lo cómico
Autor: Theodor Lipps
Edita: Herder Editores. Barcelona. Mayo, 2015
Traducción: Claudia Cabrera
Materia: Psicología, humor y estética
Colección: Textos de la cultura alemana
Encuadernación: Rústica con solapas
Número de páginas: 352
ISBN: 978-84-254-1601-9
PVP: 27,80 €
Con este clásico de Theodor Lipps, cuya primera edición apareció en 1898 en Alemania, Herder Editorial rescata una obra de referencia trascendental que, a pesar de ser muy conocida en las universidades alemanas y estadounidenses, hasta el día de hoy no se había traducido al español.
El humor y lo cómico es un estudio erudito que refleja el Zeitgeist de una época que vislumbra claramente el crepúsculo del inconsciente y la importancia de la psicología. En ella, Lipps analiza los fenómenos de la risa sobre la base de que cada estado emocional tiene su aspecto de conciencia y que aquella viene asociada a los aspectos ocultos o invisibles.
Aunque algunos de los paradigmas que utiliza el autor puedan parecernos lejanos o polémicos y deban entenderse en el contexto de la época, esta edición es una traducción fiel y cuidada minuciosamente en un máximo intento de conservar el estilo y mostrar con claridad la sustancia, aunque algunos de los paradigmas que utiliza el autor deban entenderse al margen de la época y como lectores parecernos lejanos o polémicos.
El autor denomina al contenido de esta obra como “estudio estético-psicológico”. Aquí lo “psicológico” podría parecer superfluo (dice). Un estudio estético es siempre psicológico. Pero con esta expresión quise señalar que lo que más me importaba era el análisis psicológico de mi objeto, la amplia fundamentación psicológica del problema, su inserción en el contexto de problemas psicológicos y estéticos adyacentes, semejantes y generales.
Con ello renuncié a otro de mis intereses. Desistí de seguir al humor o a la utilización artística de lo cómico en los más diversos géneros y direcciones artísticas más allá de lo que lo requiriera la cuestión, incluso dejé de analizar detalladamente ciertas obras de arte humorísticas. Me bastó con haber mostrado de manera general las diversas posibilidades, tipos, formas de ser y etapas de lo cómico y del humor, además de hacer comprensible sus efectos. Esta tarea, más relacionada con la historia del arte y de la literatura, se la cedo con gusto a otros, probablemente mejor preparados para emprenderla. No obstante, espero que lo ofrecido en este libro será la base adecuada para ello.” (Extracto del Prólogo)
Índice
Primera Sección. Teorías de la comicidad
Capítulo 1. Teoría de la rivalidad de los sentimientos
Capítulo 2. Lo cómico y el sentimiento de superioridad
Capítulo 3. La comicidad y el contraste de las ideas
Segunda Sección. Los géneros de lo cómico
Capítulo 4. La comicidad objetiva
Capítulo 5. La comicidad objetiva. Complementos
Capítulo 6. La comicidad subjetiva o el chiste
Capítulo 7. La comicidad ingenua
Tercera Sección. La psicología de la comicidad
Capítulo 8. La sensación de comicidad y sus condiciones
Capítulo 9. La sensación de comicidad
Capítulo 10. La totalidad del afecto cómico
Capítulo 11. Matices de placer y displacer de la comicidad
Cuarta Sección. Los subgéneros de lo cómico
Capítulo 12. Los subgéneros de la comicidad objetiva y de la comicidad ingenua
Capítulo 13. Los subgéneros de la comicidad subjetiva
Quinta Sección. El humor
Capítulo 14. La comicidad y el valor estético
Capítulo 15. La tragedia como contraparte del humor
Capítulo 16. La esencia del humor
Capítulo 17. Los tipos de humor
Capítulo 18. El humor objetivo
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