Notas
Escribe Antonio Piñero
Pregunta: A ver si me puede ayudar. Le formularé una pregunta, si ¿Apolonio de Tiana tiene alguna estrecha relación con Jesús? ya que Apolonio nació en el año 1 de la era cristiana, se le conocía como hacedor de milagros y poseedor de dones sobrenaturales, vivió casi que en paralelo con Jesús RESPUESTA: Son personajes contemporáneos, pero no estrictamente. Jesús vivió su ministerio público durante el reinado de Tiberio (14-37 d.C.) y Apolonio, en Asia Menor e Italia durante el reinado de Nerón (54-68 d.C.). Probabilísimamente por tanto ni se encontraron ni supieron nada el uno del otro, aunque de los dos se narren sanaciones semejantes, incluidas resurrecciones. Pero Filóstrato compuso su “Vida de Apolonio” hacia el 200 d.C. con un lapso o intervalo de tiempo mucho mayor que entre la muerte de Jesús, hacia el 30 o 33 d.C., y los años 72-75 en los que se compuso el Evangelio de Marcos. Quiero decir con eso que Filóstrato pudo incluso tratar de emular los milagros espectaculares de loe evangelios para hacer que su héroe, Apolonio, fuera incluso superior a Jesús. Es posible, al menos. Pregunta: Me gustaría hacerle una pregunta sobre la Resurrección de Jesús. Según su opinión las mujeres seguidoras de Jesús sienten su presencia viva y posteriormente consiguen convencer a los discípulos varones. Los relatos evangélicos contradictorios entre si en este punto no superan los criterios de historicidad. Sin embargo, dada la situación de la mujer en ese contexto, me resulta difícil creer que fueran capaces de convencer a los asustados discípulos y de hacerles cambiar hasta el punto de dar sus vidas por el mensaje de su maestro. No estaría mal un libro al respecto, ya que el tema es importante. Reciba de nuevo mi agradecimiento por su enorme aportación al estudio de ese momento histórico. RESPUESTA: En honor a la verdad debo decirle que lo que yo he expresado acerca del papel de las mujeres (a saber: el origen de la creencia en la resurrección de Jesús nace en el círculo de mujeres seguidoras, y luego se difunde entre los varones) en la expansión de la creencia en la resurrección de Jesús es una mera hipótesis, y las hipótesis no son certezas. Y he formulado esta hipótesis para dar razón de su preeminencia en los textos como primeras testigos al menos del anuncio de la resurrección (no de la primera aparición, porque ahí hay diversas tradiciones: a Pedro (Pablo de Tarso), a Santiago, su hermano (1-2 Apocalipsis de Santiago de Nag Hammadi) y a María Magdalena: Evangelio de Juan. Pero hay otros estudiosos que no aceptan tal propuesta y tienen todo por una mera fabulación. Respecto al posible libro sobre la resurrección: ya hay muchos (vea Gerd Lüdemann; creo que traducido al español por Verbo Divino o Torres Queiruga; los dos con amplia bibliografía. Busque en Google y encontrará sus libros). Y yo, como filólogo e historiador, no me pienso meter en un campo que pertenece a la fe y no a la historia. Hoy, además, un recordatorio: Daré una conferencia sobre el difícil pensamiento de san Pablo y comentaré aspectos de mi libro reciente: “Guía para entender a Pablo de Tarso” hoy Jueves 10 de marzo a las 19.00 hrs. Lugar: “Espacio Ronda Madrid”, c/ Ronda de Segovia 50. Madrid. Metro “Puerta de Toledo” Autobuses 3, 23, 35, 41, 148, C1 y C2 Saludos cordiales de Antonio Piñero Universidad Complutense de Madrid www.antoniopinero.com
Jueves, 10 de Marzo 2016
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Notas
Hoy escribe Fernando Bermejo
Uno de los textos más memorables del Nuevo Testamento es ese pasaje, transmitido en el evangelio de Juan (7,53 – 8,11) aunque originalmente no perteneció a él, conocido con las típicas esdrújulas de los términos técnicos de la exégesis como la “Perícopa de la Adúltera”. La perícopa presenta en Jn 8,6.8 a Jesús como capaz de escribir. En respuesta a las preguntas de sus interlocutores, el galileo se inclina dos veces y se pone a escribir. El narrador describir sus acciones con el verbo katagrápho en 8,6 y grápho en 8,8. Katagrápho –usado en la Septuaginta una docena de veces– es un hápax legómenon en el Nuevo Testamento, que suele usarse para referirse a la escritura alfabética. Esto podría ser significativo, pues incluso entre la exigua minoría de quienes en la Antigüedad estaban alfabetizados, eran aún menos los que podían escribir que los que podían leer. Se ha propuesto que estas referencias a la escritura de Jesús pueden contribuir a explicar la inserción de la Perícopa de la Adúltera en el evangelio de Juan precisamente en el lugar en el que se ha transmitido. El interpolador habría usado esta imagen de un Jesús capaz de escribir para responder a aquellos interlocutores que cuestionaban su formación en Jn 7,15. Si esta interpretación es plausible, se comprendería mejor que los letrados, los verdaderos profesionales de la escritura en el judaísmo del Segundo Templo, aparezcan junto a los fariseos en la misma perícopa en que se retrata a Jesús escribiendo (y de hecho no aparecen en ningún otro lugar en el Cuarto Evangelio). Saludos cordiales de Fernando Bermejo
Miércoles, 9 de Marzo 2016
Notas
Escribe Antonio Piñero
Pregunta: Quería saber acerca de los escritos del nuevo testamento, so es cierto que se escribieron en Hebreo, ya que los judíos mesiánicos dicen ellos y desdeñan las versiones en griego aludiendo que son falsificaciones. RESPUESTA: Pienso que hay un pequeño error en su pregunta, porque conozco a judíos mesiánicos y son gente lista, o normal, y científicos e historiadores, técnicos, etc. Y más de uno teólogo-filólogo de excelsa talla. Me parece imposible que digan que el Nuevo Testamento original se escribió en hebreo y lo demás, lo que conservamos, el texto griego es una falsificación. Esta afirmación es absolutamente imposible técnicamente. Todo el Nuevo Testamento, demostrado al cien por cien, se escribió en griego. ¿No se referirán al Antiguo Testamento? Porque este sí se escribió en hebreo, pero las traducciones al griego comenzaron hacia el 270 a.C. y todos los judíos aborrecen ese texto porque fue el usado por los cristianos. Pregunta: Sobre la parábola del buen samaritano, Lucas 10:33. ¿Se puede traducir “εσπλαγχνισθη” como “se conmovió hasta la profundidad de sus entrañas”? RESPUESTA: Depende del contexto. En Mc 1,41 y 6,34 sería simplemente posible. En Lucas 10,33, sin embargo, creo que sería una traducción forzada. Opino que sería un sencillo “se compadeció”. De hecho esta es la traducción que presenta el Dr. Fernando Bermejo en este pasaje en su Traducc. Intr. y Notas de la futura “Biblia de San Millán”, Vol. I. “Los libros del Nuevo Testamento”. La Biblia de Jerusalén traduce “tuvo compasión”. Y en general es así. Pregunta: Soy estudiante de Teología y deseo salir de cierta incertidumbre si no es mucha molestia. Escuché en un documental donde la Profa. Elaine Paigels (experta en textos bíblicos) afirma que ciertos ideales del Cristianismo como: La idea del pecado original, la muerte de Jesús como expiación de los pecados, entre otras es producto en gran parte de la influencia de San Agustín en el siglo IV, es cierto?, además Prof. he escuchado en varias ocasiones que expertos Bíblicos dicen: "Ese pasaje es una adaptación posterior" refiriéndose a textos bíblicos, mi pregunta es, ¿como saben eso?, ¿donde se estudian los textos bíblicos "originales" (si la palabra aplica) y sus inserciones posteriores? (mayormente refiriéndome al nuevo testamento) Disculpe mi ignorancia en cuanto al tema, pero cuando uno estudia en un Instituto Teológico regido por una Iglesia la información Historia, antropológica y Filológica es inexistente y más que un estudio parece la re-afirmación de la fe. Por lo cual aprovecho a despejar muchas dudas cuando puedo contactar a expertos como usted. Gracias por su tiempo. RESPUESTA: La idea del pecado original como tal no existe en el judaísmo ni tampoco estrictamente en Pablo, aunque sí incoada en Romanos 5. Algo parecido a esa ida existe también en dos apócrifos del Antiguo Testamento, 2 Baruc o Baruc siríaco y IV Esdras (puede leerlos en “Apócrifos del Antiguo Testamento”, Edit. Cristiandad, Madrid, 2011, vol. VI, (está en cualquier biblioteca de un buen Seminario o Facultad de Teología). Lo que el judaísmo enseña es que después del pecado de Adán, de un modo genético ciertamente, la “mala inclinación” del corazón humano superó a la buena porque el corazón quedó maleado por el pecado. Y eso es todo, aunque sí se sostiene que esa mala inclinación es ya genética. En el siglo IV, san Agustín y el monje Pelagio disputaron si esa mala inclinación corrompía de tal modo la naturaleza humana, genéticamente, de modo que casi se perdía la libertad humana. Vea por favor, y si le es posible, mi obra “Cristianismos derrotados”, Edit. EDAF, Madrid, 2009, “La disputa pelagiana”. Venció san Agustín, que precisó la doctrina paulina y estableció la interpretación por así decirlo canónica: existe, después el lapso de Adán un pecado original en todo ser humano…(doctrina muy difícilmente comprensible por la razón humana) y desde entonces se hizo doctrina de la Iglesia en general. Respecto a la muerte de Jesús “como expiación de los pecados” puede decirse que es también una doctrina que se halla en Pablo de Tarso, pero no absolutamente clara; sí en los Evangelios de Marcos y Mateo, que en esto son muy paulinos. Pero san Agustín y otros Padres contribuyeron a despejar cualquier duda. Pero nada más. Por tanto, puede decirse que las dos doctrinas son paulinas, pero no formuladas con la precisión teológica que se hubiera deseado. Lo mismo pasa, por ejemplo, con la naturaleza del mesías, que en Pablo está muy oscura, y hasta los concilios de Nicea, 325, Éfeso, 380, y Calcedonia, 451, no queda precisada. Su frase "Ese pasaje es una adaptación posterior" refiriéndose a textos bíblicos necesita de una mayor precisión para que yo pueda explicársela a total satisfacción. Pero puede referirse, por ejemplo, a pasajes del Antiguo Testamento que se aclaran y se ven como referencias al mesías Jesús en los autores del Nuevo Testamento, o bien a pasajes del Pablo auténtico que luego son aclarados por otros escritos de discípulos de Pablo como los autores de Colosenses y Efesios, o algo por el estilo. Pero no hay textos bíblicos del Nuevo Testamento “más originales” que otros, sino que el Nuevo Testamento es un conjunto de libros (27 en total), cada uno de un autor, más o menos, o de una “escuela” y cada uno con su teología. La iglesia a lo largo de los siglos procuró armonizarlos en sus doctrinas divergentes. Y cuando no se podía, se “olvidó” de unos pasajes y prestó atención a otros. Desgraciadamente las ediciones comentadas de Pablo de Tarso y de la Biblia son todas confesionales y necesariamente procuran “arrimar el ascua a su sardina” dogmática. Una vez más permítame que haga una referencia a otra obra mía: “Guía para entender a Pablo de Tarso. Una interpretación del pensamiento paulino”, Edit. Trotta, 29015, donde encontrará expuestas diversas teorías interpretativas de pasaje paulinos difíciles, tomando partido por aquellos en los que puede haber un cierto consenso. Saludos cordiales de Antonio Piñero Universidad Complutense de Madrid www.antoniopinero.com AVISO PARA RESIDENTES EN MADRID Y ALREDEDORES El jueves 10 de marzo a las 19.00 hrs. Conferencia-Presentación del libro “Guía para entender a Pablo de Tarso” a cargo del autor, Antonio PIÑERO Entrada libre en: Espacio Ronda Madrid, c/ Ronda de Segovia 50. MADRID Metro “Puerta de Toledo” Autobuses 3, 23, 35, 41, 148, C1 y C2
Martes, 8 de Marzo 2016
Notas
Escribe Antonio Piñero
Ha salido, en libro normal, en papel, una nueva edición, es la tercera en realidad, de “Ciudadano Jesús. Preguntas y respuestas”. El libro está editado por Editorial “Adaliz” de Sevilla y en principio no se distribuye en librerías, sino que se envía por correo, a gran velocidad, en un día o dos, el número de ejemplares que se desee. Se reúne así la comodidad de pedir el libro por Internet y recibirlo en casa, en papel, y en tiempo record, al menos dentro de España. Al libro hay que pedirlo a la siguiente página web: www.ciudadanojesus.com Gastos de envío: si va por correo ordinario: gratis. Si va por "Mensajería" de Correos, que llega enseguida: 1 euro. Tomo algunos datos de la nota de prensa que me han enviado El autor: Antonio Piñero es una figura de prestigio internacional en los estudios sobre el cristianismo primitivo. Es licenciado en Filología Clásica, en Filosofía Pura y Filología Bíblica Trilingüe. Doctor en Filología Clásica. Ha editado Apócrifos del Antiguo Testamento (6 vols.); Apócrifos del Nuevo Testamento. Hechos apócrifos de los apóstoles (3 vols.); Biblioteca copto-gnóstica de Nag Hammadi (3 vols.). Es autor de numerosos artículos en revistas nacionales y extranjeras, así como de más de cincuenta capítulos en libros editados por otros, y 16 traducciones de obras científicas del alemán, inglés, francés e italiano. Entre sus publicaciones destacan: El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos; (1995/2003); Biblia y Helenismo (2006); Año Uno. Israel y su mundo cuando nació Jesús (2007); Los cristianismos derrotados (2009/2014); Jesús de Nazaret, el hombre de las cien caras (2012); Guía para entender el Nuevo Testamento (2006/2011); Jesús y las mujeres (2014); El otro Jesús. La vida (oculta) de Jesús a la luz de los evangelios (canónicos) y apócrifos (2014) y Guía para entender a Pablo. Una interpretación del pensamiento paulino (2015). Ficha Técnica: Título: Ciudadano Jesús. Preguntas y respuestas Autor: Antonio Piñero Dimensiones: 15 x 21 cm Páginas: 316 Encuadernación: Rústica con solapas ISBN: 978-84-945173-1-0 Precio: 15,95€ Edita: adaliz ediciones www.adaliz-ediciones.com Facebook Page: www.facebook.com/ciudadanojesus Web de Prensa: www.ciudadanojesus.com/prensa Para más información a la prensa y entrevistas con el autor o el editor: info@adaliz-ediciones.com www.adaliz-ediciones.com Teléfono: 955 300 393 El contacto de la editorial es: www.adaliz-ediciones.com y el correo es: info@adaliz-ediciones.com Sinopsis del libro: Jesús de Nazaret no dejó nada escrito, lo que contribuye a formar el halo de misterio que rodea su figura. El libro formula y responde a 329 preguntas, formuladas al autor a lo largo de su vida de publicista y conferenciante: ¿Existió Jesús realmente? ¿Podemos fiarnos de los evangelios respecto a la verdadera figura y misión de Jesús? ¿En qué fecha y dónde nació? ¿Fue bautizado realmente por Juan Bautista? ¿Es cierto que rompió con el judaísmo? ¿Se creyó Jesús a sí mismo el mesías o solo un profeta? ¿Cuánto duró su vida pública? ¿Cómo fue realmente la Pasión? ¿Fue Jesús un sedicioso contra el Imperio Romano o un agitador político? ¿Cómo entendía realmente el reino de Dios? ¿Instituyó la eucaristía en su última cena? ¿Murió realmente en la cruz? ¿Puede un historiador hablar de la resurrección y las apariciones? He aquí un resumen del Prólogo: ¿Fue Jesús un enigma? Muchos opinan que sí Pero, creo, que es esta una pregunta a la que sólo se podrá responder convenientemente examinando la vida de Jesús, transmitida por textos ciertamente partidistas. Históricamente Jesús no fue en verdad un enigma, sino que otros, los evangelistas, lo presentaron como tal, quizás sin querer. A no ser que se piense que Jesús fue un “enigma” como todos los hombres grandes. Y Jesús lo fue, y tuvo, como los demás grandes, múltiples facetas. De cualquier modo, para la historia el enigma es relativamente resoluble. El libro presente ofrece el fruto de las respuestas a preguntas en torno a este tema que han sido formuladas al autor en clase, cursos, seminarios y conferencias, a lo largo de muchos años de docencia universitaria y de extensión de esa docencia en actos y textos de divulgación como programas de TV, radio, entrevistas y respuestas a “postales” en blogs de Internet, en donde se expresan comentarios, réplicas y preguntas. Nace por tanto de la experiencia y de muchos años de estudio. A propósito de esas preguntas reales, el autor mismo se he visto llevado a formularse otras, como si tuviera alguien enfrente dialogando con él, al igual que en el antiguo ejercicio escolar de la Antigüedad denominado “diatriba”: dialogar con un personaje de ficción, que formula múltiples interrogante u objeciones, o la técnica denominada “erotemática”, es decir, “aprendizaje por medio de preguntas (y respuestas)”. Pero no son preguntas puramente imaginativas, sino que pueden o podrían representar interrogantes reales de alguien que podría formulármelas en la vida real. No todas las preguntas tienen, sin embargo, respuestas seguras. En la historia antigua hay muchos “enigmas” por falta de información y la vida de Jesús no se escapa, ni mucho menos, a este destino. Pero el libro intenta que se vea bien claro qué respuestas son prácticamente seguras y qué, hipótesis razonables. La mayoría de las respuestas van unidas a expresiones como “en mi opinión”, “es posible”, “probablemente”, “el sentir medio de la investigación o de los estudiosos” porque realmente es así: respecto a Jesús hay muchas preguntas y pocas respuestas absolutamente seguras. El primer deber de un historiador es ser modesto y reconocer que si toda reconstrucción histórica del pasado es difícil, mucho más cuando el personaje, cuya figura se intenta reconstruir, vivió hace unos dos mil años. Jesús no dejó nada escrito; sus “biografías” comenzaron a componerse muchos años tras de su muerte, quizás la primera, la de Marcos unos cuarenta años después. Sabemos que todo personaje grande ya fallecido sufre un proceso de idealización y engrandecimiento evidente, y que la tradición oral, sufre muchos avatares y distorsiones. Por si fuera poco, la inmensísima mayoría de las fuentes sobre el personaje Jesús son claramente partidarias, a favor la mayoría; unas pocas, y en el siglo II, claramente en contra. ¿Cómo encontrar la verdad entre tanto partidismo a favor? A pesar de tantas dificultades para la reconstrucción del personaje histórico, el autor no pertenece, ni mucho menos, a la legión de los superpesimistas o superescépticos que defienden que el personaje nunca existió.., o que conocerlo es imposible. El autor sostiene que, aparte de su real existencia, la crítica histórica tiene hoy día notables instrumentos para delinear al menos, y sin temor a equivocarse mucho, cómo fueron las líneas maestras del personaje Jesús. Además, la crítica histórica lleva desde 1768, dando vueltas y vueltas al tema “Jesús”, y a lo largo de este tiempo has sido muchos los hombres de talento excepcional los que se han ocupado de él. El libro pretende situarse modestamente en la línea de esta larga investigación para intentar ofrecer al lector el punto medio que suele darse en ella y que goza de un notable consenso. Se trata de acercarse a la figura y misión de Jesús, con los menores prejuicios posibles, y de ofrecer un acercamiento maduro, honesto y de acuerdo con la ciencia histórica a su persona y a su pensamiento. Saludos cordiales de Antonio Piñero Universidad Complutense de Madrid www.antoniopinero.com
Lunes, 7 de Marzo 2016
Notas
Escribe Antonio Piñero
Queridos amigos: una noticia hoy para el 10 de marzo, jueves: Conferencia-Presentación del libro “Guía para entender a Pablo de Tarso”. Una interpretación del pensamiento paulino Jueves 10 de marzo, 19:00 hrs. Espacio Ronda, Madrid, c/ Ronda de Segovia, 50. La invitación -escrita por Armando Lozano, director del Centro dice lo siguiente: Conferencia pública del profesor Antonio Piñero sobre la reciente publicación de la Editorial Trotta, 'Guía para entender a Pablo de Tarso'. No está todo dicho sobre Pablo de Tarso a pesar de que desde san Agustín, y principalmente desde Martín Lutero y la Reforma, se hayan escrito centenares de libros sobre él. Ni siquiera queda claro, como se afirma con rotundidad, que Pablo fuera el «segundo fundador del cristianismo» ni tampoco un fariseo estricto como él mismo sostiene en apariencia. Desde 1970 ha surgido una potente y nueva corriente de interpretación de la teología de Pablo, a cuyo frente están sobre todo teólogos evangélicos independientes e historiadores judíos del pensamiento israelita, que pone en cuestión opiniones aparentemente asentadas durante siglos: ¿Puede sostenerse hoy que todo o parte de Pablo ha sido malentendido durante más de quince siglos? ¿Fue el pensamiento de Pablo exclusivamente judío a pesar del entorno de su nacimiento y formación escolar en un mundo griego? ¿Abandonó Pablo la ley judía? O bien ¿se comportó siempre, incluso externamente, como un judío practicante? ¿Es posible defender que paganos y judíos se salvan no por creer en Jesucristo, sino por imitar sus actos de fidelidad? ¿Rompía la posible divinización de Jesús por parte de Pablo el monoteísmo estricto de Israel? Responder claramente a estas y otras cuestiones candentes es el núcleo de esta «Interpretación del pensamiento paulino», escrita en diálogo con el trabajo exegético y la discusión científica más viva y actual. Su método consiste en leer atentamente los textos, aportando una nueva versión de las cartas de Pablo, para entender lo que su autor quiso decir a sus primeros lectores. Añado el contacto, tal como publican en su Web: Espacio Ronda C/Ronda Segovia 50. Madrid 28005 (M) “Puerta de Toledo”. Autobuses 3, 23, 35, 41, 148, C1 y C2 Tel.: 91 366 10 41 – 639 819 503 E-mail: info@espacioronda.com
Domingo, 6 de Marzo 2016
Notas
Escribe Antonio Piñero
Pregunta: Mi pregunta es, en relación al film “El Discípulo”, ¿cree usted que Jesús, en algún momento de su vida hizo el voto de nazireato? ¿Cuál es su opinión? RESPUESTA: Su pregunta no se puede responder de modo directo, porque no hay datos así, directos, en el Nuevo Testamento, que es nuestra única fuente semi fiable al respecto. Pero sí se pueden obtener deducciones de los datos respecto a Nazaret, como lugar de nacimiento / patria de Jesús, y a las denominaciones de Jesús como “Nazarenos” y “Nazoraios”, y a partir de ahí responder si Jesús hizo o no voto de nazireato. La cuestión es mucho más esencial de lo que parece, pues afecta a la denominación popular de Jesús entre las gentes de Galilea: ¿se le llamaba Jesús de Nazaret o Jesús el Nazoreo/Nazireo? Y la cuestión se plantea porque es absolutamente insólito entre los “rabinos” o maestros de la Ley llamarles así. La denominación normal de Jesús debería haber sido “Jesús en Josef”. Jesús de Nazaret es una denominación griega, no judía. Veamos los datos: • Que Jesús procede de Nazaret o que ha nacido en Nazaret, manifestado de modo directo o indirecto aparece en Mt 21,11 (que es dudosa, ya que Mateo afirma expresamente que Jesús nación en Belén; no valen 2,23 y 4,13); Jn 1,45.46, Hch 10,30. En total solo 3. Las menciones de Mc 1,9 y Lc 1,26; 2,4.39.51 y 4,16 no son tampoco probatorias (Lucas afirma que Jesús nace en Belén, al igual que Mateo) • Jesús es denominado Nazarenós en Mc 1,24; 10,47; 14,67 y 16,6 y de los demás evangelistas solo en Lucas 4,34 y 24,19 (6 veces en total). Esta lectura tiene una variante en los manuscritos que es Nazorenós. Los evangelistas y los copistas consideraron que estas tres formas eran intercambiables La dificultad radica en que en lengua griega, un individuo proveniente de Nazaret sería un Nazarethanós (el griego usa en esta época para estos denominativos un sufijo latino sobre la base de una palabra griega o extranjera como en christianós). O bien Nazarethenós o Nazarethaîos. Pero nunca Nazarenós o Nazorenós. Hay una variante de Nazareth (con caída de /t/ o /th/ que es Nazara. PERO de ahí tampoco puede derivarse Nazoraîos o Nazarenós o Nazorenós. Además, aunque la presunta /z/ de Nazara y Nazaret // y la /z/ de Nazarenós- Nazorenós + Nazoraîos se transcriben siempre en el Nuevo Testamento como dseta = ζ, en hebreo y arameo proceden de fonemas distintos, a saber, A) la /z/ de Nazara y Nazaret(h): la /z/ de Nazara y Nazaret transcribe el fonema hebreo /z/ = tsadé (ץ) que el griego transcribe siempre como sigma = σ (menos aquí naturalmente). B) La /z/ griega de Nazarenós- Nazorenós + Nazoraîos no viene de una tsadé (ץ) hebreo, sino de una záyin (ז). Por tanto se confunden en griego, pero no en el lenguaje semítico original. Esta es una razón poderosa para argumentar los dos grupos que forman las cinco palabras (2 + 3) no vienen de la misma raíz. • Jesús es denominado Nazoraîos en Mt 2,23; 26,71 Lc 18,37; Jn 18,5.7; 19,19; Hch 2,22; 3,6, 4,10; 6,14; 22,8; 24,5; 26,9 (en total 14 veces). La etimología hebrea de Nazoraîos es incierta: puede provenir de nazir (“el que ha hecho voto de nazireato) o de nétzer (“retoño”, “vástago”, se sobrentiende que de David cuando se habla del mesías). En otros libros del Nuevo Testamento no se nombra a Nazaret ni Nazarenós o Nazoraîos • Hay numerosos textos en los evangelios en los que Nazarenós o Nazoraîos no pueden ser interpretados como “procedente de Nazaret”, o adquieren una mejor interpretación pensando que “nazareno” es un título” que significa otra cosa. Así Mc 1,24 “¿Qué tenemos nosotros contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres tú: el Santo de Dios”, comparado con Mc 5,7: “y gritó con gran voz: «¿Qué tengo yo contigo, Jesús, Hijo de Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes». Aquí se ve que “de Nazaret” tiene poco sentido, y 1que se trata de un exorcismo, mientras que un título semi mágico o poderoso contra los demonios como “Hijo de Dios” sí lo tiene. • Jn 18,4-6: “Jesús, que sabía todo lo que le iba a suceder, se adelanta y les pregunta: «¿A quién buscáis?» Le contestaron: «A Jesús el Nazareno.» Le dijo: «Yo soy.» Judas, el que le entregaba, estaba también con ellos. Cuando les dijo: «Yo soy», retrocedieron y cayeron en tierra.” . Su nombre, es apunta a su esencia los aterroriza y caen a tierra. El testimonio tardío de Juan, que sabe que Jesús viene de Nazaret, recuerda sin embargo, que su nombre es mágico y tiene poder en sí mismo. Textos de los que se pueden obtener consecuencias similares son Mc 16,6; Lc 24,19; Hch 2,22; 22,8. Y hay otros textos en los que claramente se vincula el nombre de Nazareno/Nazoreo a un acto taumatúrgico, prodigioso, a un milagro: Hch 3,6 y 4,10: “Pedro le dijo: «No tengo plata ni oro; pero lo que tengo, te doy: en nombre de Jesucristo, el Nazoreo, ponte a andar.»”; “Sabed todos vosotros y todo el pueblo de Israel que ha sido por el nombre de Jesucristo, el Nazoreo, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos; por su nombre y no por ningún otro se presenta éste aquí sano delante de vosotros”. Puede aducirse Hch 26,9: Pablo confiesa que obré en contra del “nombre de Jesús el Nazoreo”. Se ve aquí que Nazareno/Nazoreo representan un nombre apropiado para Jesús que manifiesta una cualidad especial. Se puede suponer con Ch. Guignebert (Jesus, p. 83) que el nombre primitivo pudo ser Nazoraîos y que cundo no se entendió qué significaba se interpretó como Nazarenos, es decir, procedente de un pueblo galileo muy pequeño (potencia del Espíritu santo que utiliza lo pequeño = Pablo) Dando por supuesto que los evangelistas Mateo y Lucas creían que Nazoraîos y Nazarenós eran equivalentes a “procedente de Nazaret”, y aunque para nosotros es muy dudoso que fuera así, ante esta duda –propongo-- podría formularse la hipótesis razonable de que “de Nazaret” es más bien la forma tardía, griega que se empleó cuando ya no se entendió bien que Jesús era un nazoreo o nozrí o nazir. Y si esto fuera así, ¿qué significaría la aparición de nazoraîos, nazireo, etc. en los evangelios? Pues serían los restos tradicionales de este cambio primitivo o de esa confusión primitiva ya en lengua griega, pasados muchos años desde la muerte de Jesús. Podría ser: • Que Jesús pertenecía a la secta precristiana de los nazoreos (como afirma Epifanio de Salamina, en su obra el Panarion ); hoy día los mandeos, no cristianos se llaman “nazoreos”. • Que Jesús era un nétzer, un vástago de David, lleva tsadé en hebreo (ץ). • Que Jesús era un nozrí /nosrí: lleva záyin = (ז) en hebreo, un “observante” (¿de la Ley”). • Que Jesús era un nazir, un nazireo, Obligado (hebreo nazar: “ligar”) por un voto. Se entendía también como “consagrado, santo o incluso coronado (nézer es “corona”). Se transcribe en griego como nazir, nazeiraios, naziraios, nazaraios (con dseta: ζ ). El equivalenet griego es hágios: “santo”, lo que conviene bien a Jesús porque se lo llaman los demonios (Mc 5,7 + Mc 1,24-25 + Jn 6,69: “Tú eres el Cristo/ ungido/ santo del Dios vivo”. El nombre de santo hágios aparece también unido a siervo de Yahvé en Hch 4,27: habla Pedro: “verdaderamente en esta ciudad se han aliado Herodes y Poncio Pilato con las naciones y los pueblos de Israel contra tu santo siervo Jesús, a quien has ungido”. Esta última expresión nazir / nazireo como “santo de Dios” conviene a la significación profunda de muchos textos evangélicos. PERO debe hacer frente a dos dificultades: a) El nazireato nunca es un voto duradero, de por vida, sino temporal. b) Jesús no era un asceta, sino un “comilón y bebedor”, en boca de algunos (Mt 11,39/ Lc 7,34) . Estas dificultades no se pueden resolver fácilmente, salvo que se piense que Jesús hizo una o varias veces el voto de nazireato en su vida aunque sus biografías griegas no hayan recogido la noticia. Y segundo, que en muchas ocasiones podía significar en sentido amplio hombre de Dios o consagrado o santo en general. Es una mera hipótesis. Y una hipótesis no es una certeza. Es quizás seguro que nazareno, nazireo, nazoreo no significó al principio hombre de Nazaret, sino Jesús el nazir, el santo, el hijo de Dios el siervo de Dios. Y que posteriormente en ámbito griego. Como este nombre iba unido al de “siervo” de Yahvé y pronto en ambiente griego helenístico se le denominó Kýrios, Señor, se perdió pronto la asociación “nazir / siervo / santo” que fue sustituida por “Señor”. Es posible por ello que los cristianos de lengua semítica, en Palestina, y en Siria, se llamaran primero los nazareos/nazarenos, y que los de lengua griega se autodenominaran los “santos” (así en Pablo: por ejemplo, Rm 1,7; 1 Cor 1,2): Pero pronto, y por gente de fura, en Antioquía de Siria esta designación fuera sustituida pronto por christianós, mesianistas. Jesús el nazireo o el nazoreo no fue pronto bien entendido por los griegos y su nombre se completó a la manera griega de Nazaret, Dios un lugar perdiéndose el nombre de Jesús hijo de José, o Jesús el santo/ siervo/nazir (designaciones todas bien semíticas. Es posible que en ese momento, en el que se superponían los dos nombres (Jesús nazir, nazireo, nazaraîos + Jesús de Nazaret se inventara la designación nazareno en vez de nazaretano como debería ser), que es modo normal griego de llamar a la gentes: el nombre + el lugar de procedencia. Y en resumidas cuentas: es plausible, aunque no seguro, mera hipótesis ( y una hipótesis no es una certeza), que Jesús hubiera hecho algún voto de nazireato en su vida, o quizás incluso varias veces. Y segundo: que durante a su vida pública, los galileos no llamaban a Jesús por el nombre normal, Jesús ben Josef, sino Jesús el nazir o nazoreo, porque era conocida su piedad judía y habría hecho el voto de nazireato alguna vez, desde luego más de una. O bien que nazir significara simplemente, por extensión “hombre santo”, “hombre de Dios”. Luego, en terreno griego, cuando se componen los Evangelios, no se entiende bien eso de Jesús el nazareo y se sustituye por Jesús de Nazaret, sitio probable, y también tradicional (aquí se plantea en verdad qué sabemos de Nazaret. Pero esa es otra cuestión a tratar otro día). Es denominación griega es la que se impuso con el tiempo. Saludos cordiales de Antonio Piñero Universidad Complutense de Madrid www.antoniopinero.com
Viernes, 4 de Marzo 2016
Notas
Hoy solo noticias:
Una: ha salido la quinta edición de la “Guía para entender el Nuevo Testamento” de la Editorial Trotta, Madrid, cuya primer edición vio la luz en el 2006. Pero esta edición es “Bajo demanda”. El producto está preparado, se imprime en cuestión de horas, se encuaderna a toda velocidad y se envía por correo. Ni creo que tarde en total más de una semana. Se puede edir al librero habiual o a la Editorial misma, que tiene página web. Otra: Hch salido también una reseña, más bien larga, de la “Guía para entender a Pablo”, igualmente de la Editorial Trotta, en “Revista de Libros”, que ahora se publica electrónicamente y también en papel (artículos selectos). He aquí el vínculo: http://www.revistadelibros.com/resenas/guia-para-entender-a-pablo-de-tarso?&utm_source=newsletter&utm_medium=email&utm_campaign=nl20160224 Me ha parecido una reseña seria, ponderada y crítica. En general estoy de acuerdo con ella, menos en un punto básico que comentaré en otra ocasión: “Pablo y la ley de Moisés”. Creo que es el núcleo del libro y si en este punto se está en desacuerdo, o no se entiende bien, el libro sufriría grave quebranto. Y dos entrevistas largas en sendos programas de radio: Una, programa "Luces en la Oscuridad" desde Barcelona: http://www.ivoox.com/destruccion-del-templo-jerusalen-el-audios-mp3_rf_10426812_1.html Otra, de Radio Libertad en Miami con el Profe Morales: http://www.ivoox.com/profe-morales-entrevista-al-dr-antonio-pinero-02-21-2016_rf_10514428_1.html Saludos cordiales de Antonio Piñero
Jueves, 3 de Marzo 2016
Notas
Escribe Antonio Piñero
Pregunta: Tengo muchas preguntas, con ansia enorme de aprender 1. En una entrevista afirma que una influencia un tanto directa sobre los fundamentos del Cristianismo es de los misterios de Eleusis, donde da a entender que de alguna manera es Pablo quien reinventa a Jesús, con algunos conceptos como la salvación y la inmortalidad eterna del alma. Las preguntas son: Sin la figura de Pablo el cristianismo se hubiese perdido en el tiempo es decir hubiese muerto apenas naciendo? Y no es acaso que Pablo divulgó y propagó el mensaje de Jesús? 2. Esta es una pregunta un tanto personal, teniendo en cuenta una especie de paradigma donde un historiador debe estar libre de creencias preconcebidas, es decir un historiador debe estar por fuera de la religión para que sus argumentos sean objetivos. La pregunta es Doctor Piñero cree usted en Dios? Si la respuesta es afirmativa cual es la figura de Dios para usted? – me gustaría mucho saber en qué cree. 3. En el deporte ciencia, el ajedrez, hubo un historiador de ajedrez Ricardo Calvo que decía que el ajedrez estaba estrechamente ligado a la guerra actual y lo sabemos, pero que también estaba ligado a la Teología, donde los árabes numeraban de una forma especial las casillas del tablero de ajedrez y que de acuerdo al número al cual correspondían las letras del alfabeto hebreo relacionaban ciertas posiciones o sumatorias con el tetragramaton o nombre de Dios. Es de alguna forma cierto esto? RESPUESTA: Respondo: 1. Ciertamente Pablo reinterpreta y “reinventa” a Jesús. Pero no como le da la gana, sino siguiendo pautas estrictamente judías de cómo se entiende la figura del mesías, desde el punto de vista de que es –tras su muerte, o al menos, desde su asunción al cielo como Henoc— una figura celestial. Le ruego que pida a la Edit. Trotta (entre en su Página Web) la versión electrónica de mi obra “Guía para entender a Pablo. Una interpretación del pensamiento paulino”, Madrid 2015. De que introdujo conceptos como la salvación y la inmortalidad del alma….¡en absoluto! Estaban inventados hacía siglos y difundidos ciertamente por la religión griega en el ámbito del Mediterráneo Oriental y por otras religiones, como la persa. 2. Soy escéptico, racionalista y agnóstico. Profundamente respetuosos con la religión, pero ante todo alguien que la considera como estudio de la ciencia histórica. Mi concepción de “dios” no es personal y se parece mucho a la de los estoicos, a saber “La Razón Universal” y a la de Baruc Spinoza, Deus, sive natura”. 3. No se crea eso. Parte del supuesto, totalmente erróneo desde el punto de vista de la mera historia de los textos denominados sagrados, de que la Biblia hebrea es la revelación de Yahvé y de que eso textos contienen ciertos recursos crípticos, que ofrecen la solución a enigmas personales o históricos. Son pura fantasía. Pregunta: Dispongo de buena literatura sobre la cristología de los primeros siglos y la formación de la doctrina cristiana. Sin embargo, carezco de libros que presenten, lejos de los desarrollos teológicos, el proceso de expansión del cristianismo entre las masas. Me interesa, sobre todo, conocer el sincretismo que se dio y que fue coloreando el cristianismo hasta lo que llegó a ser en el siglo V. Si usted puede proporcionarme algunos títulos en inglés, español o francés, sobre este tema, le estaré sumamente agradecido. RESPUESTA: Le confieso que no me he ocupado en exceso del tema de la expansión del cristianismo hasta los siglos V y VI en los que alcanza una suerte de meseta: está ya establecido bastante bien social e ideológicamente. Pero sí he traducido del inglés un libro que trata estupendamente el tema y en el que encontrará Usted amplia bibliografía. Y “tirando del hilo se llegará al ovillo”. Es el siguiente: Rodney Stark, The rise of Christianity, (en español “La expansión del cristianismo”, Editorial Trotta, Madrid, 2009, 224 páginas. ISBN: 978-84-9879-068-9. Personalmente fue un placer traducirlo y el libro en su conjunto me gustó mucho. Pregunta: Quisiera hacerme un tatuaje habia pensado en una cruz pequeñita pero me gustaria un emblema que me acerque mas a jesus ya que en sus libros el cristianismo se invento despues el pez creo fue tambien despues de su ,muerte hay algun escudo o algo similar con lo que se identificaran los seguidores de cristo que no tenga nada que ver con la iglesia ya que yo creo en jesus en los misioneros que van a ayudar a los pobres pero no en el papa ni nada de iglesias que pagando te curen los pecados que me recomienda como tatuaje pequeñito que me identifique mas con el Señor una frase de el motivadora he salido de un cancer tengo 48 años y quiero hacermelo si o si espero su respuesta ya que creo no hay nadien sepa mas que usted del tema y por ultimo abusando de su confianza me podria traducir esto en la lengua que hablaba jesus : si Dios conmigo quien contra mi? en arameo creo RESPUESTA: He reflexionado sobre su pregunta y opino que el mejor tatuaje que puede Usted hacerse en referencia al cristianismo primitivo es, sin duda alguna el pez, y tal –con gran sencillez de trazos– como lo dibujaban los cristiano primitivos. Pero debajo de la figura del pez escriba en mayúsculas griegas ichthýs (IXΘYS) que sirve de acrónimo al griego (transcrito) Iesús Christós Theoû Hyiós (“Jesús Cristo (mesías) de Dios Hijo”). 2: No hay traducción oficial al arameo, porque la frase que está Usted citando la escribió Pablo en griego en Romanos 8,31: Se la paso en griego: εἰ ὁ Θεὸς ὑπὲρ ἡμῶν, τίς καθ᾿ ἡμῶν; Probablemente Pablo está parafraseando un verso del Salmo 118,6, que se podría traducir como “Yahvé está por mí, no tengo miedo, ¿qué puede hacerme el hombre?”, que en hebreo es: יהוה לי לא אירא מה־יעשׂה לי אדם Georg Friedrich Händel recoge esta frase en texto inglés de su oratorio el Mesías: “If God is for us, who is against us?”, que incluso se lo podría cantar de memoria, porque es un oratorio que me entusiasma. Saludos cordiales de Antonio Piñero Universidad Complutense de Madrid www.antoniopinero.com
Miércoles, 2 de Marzo 2016
Notas
Escribe Antonio Piñero
Pregunta: Escribo pensando que me podría aclarar una duda. He leído y escuchado algunas cosas sobre los cultos mistéricos que me han hecho pensar. He sabido que, al parecer, existen muchas coincidencias entre la historia de Jesús y la de Dionisos, entre ellas, que Dionisos es Dios hecho carne, nació de una Virgen fecundada por un Dios, nace en una cueva o establo muy humilde ante la presencia de algunos pastores, permite que sus seguidores vuelvan a nacer gracias al rito del bautismo, convierte el agua en vino mientras estaba en una boda, entra triunfalmente a una ciudad montado en un pollino mientras la población agita palmas para recibirlo, muere entregándose en sacrificio por los pecados del mundo, desciende al infierno y al tercer día resucita, ascendiendo a los cielos, sus seguidores creen que va a regresar a juzgarnos al final de los tiempos, y esta muerte y resurrección se conmemoran en una comida ritual de pan y vino que serían su cuerpo y su sangre… Quería preguntarle, primero, si todas esas “coincidencias” son verdad, o sobra alguna o algunas… También la he escuchado a la Sra. Ana María Vásquez Hoys, en algún programa de radio, decir que todo lo que conocemos de los cultos mistéricos se lo debemos a la novela “El Asno de Oro” de Apuleyo. De todas formas, debido a las asombrosas “coincidencias” entre Jesús y Dionisos, quería preguntarle en segundo lugar, si sabemos de la doctrina que enseñó Dionisos cuando se encarnó en este mundo; si existe algún texto en el que, a semejanza del Dios cristiano, Dionisos enseñe esa doctrina; si se cuentan historias en las que participa Dioniso… en fin, el asunto es poder comparar a los dos no sólo en esos hechos que cité más arriba, si no como Dioses en general, y pensé que podía venir a sentarme al teclado y preguntarle… Desde ya, muchas gracias por su tiempo, RESPUESTA: Es la primera vez en mi vida que oigo hablar de tales coincidencias, tan exactas y tan seguidas. Quien habla de ello debe de ser un mentiroso audaz o un fabulador. Por favor, consulte cualquier Diccionario de Mitología Clásica, o bien lea algo sobre Dióniso = el Baco latino y se convencerá de que la historia de este dios es muy otra. Lo que sí es cierto es que entre los denominados “misterios” de Dióniso, existe uno en el que una vez al año se reunían sus adoradoras, todas mujeres, dejaban libre en un monte un cabrito, luego lo perseguían y lo descuartizaban vivo e ingerían sus carnes. Se creía que el cabrito representaba simbólicamente al dios y que ingiriendo su carne se unían místicamente a esa divinidad. Y al unirse a ella –ya que Dióniso había muerto y luego había sido vuelto a la vida (vea el mito en Internet o en el Diccionario)– en su peripecia vital de muerte y resurrección se aseguraban la inmortalidad, que por otra parte poseían innatamente ya que el alma de por sí es inmortal. Y también es cierto que tanto Justino Mártir, como Tertuliano, cayeron en la cuenta de algunas semejanzas entre el misterio cristiano y los misterios paganos. Y atribuyeron esa semejanza al Diablo, quien había coopiado del cristianismo e intentaba por medio de este engaño extraviar a los fieles. He escrito en varios lugares que: “La semejanza entre las religiones mistéricas y el cristianismo es un tema recurrente desde el siglo XIX a partir de los estudios comparativos de la “Escuela de la historia de las Religiones”, en la que se afirmaba, como norma general, que la religiosidad cristiana copiaba directamente de las religiones paganas contenidos e interpretaciones de ritos, y nociones tan importantes como la eucaristía, el bautismo o el cuerpo místico del Mesías. Hoy día se ha llegado a una posición más matizada: no es necesario postular una copia o influjo consciente y positivo, sino más bien un enfrentamiento directo entre dos religiosidades, en una atmósfera religiosa común, con la utilización de un mismo vocabulario elemental que estaba en el ambiente y con esquema mentales comunes. No es, pues, necesaria copia alguna, sino llegar a ver que se vivía una época con intereses religiosos comunes” “La idea paulina del cuerpo místico del Mesías podría encajar más o menos bien en el judaísmo del Segundo Templo dentro de la noción de “personalidad corporativa de Israel”, concepto en el que el individuo se pierde un tanto en pro del sentimiento de grupo. Pero el sentido de una cena, con estas características de unión/participación con una entidad ya divina como Resucitado y Exaltado, y una comunión con el Espíritu del Mesías (indirectamente en 2 Corintios 13,13 y Filipenses 2,1) es ajeno a la mentalidad judía del Segundo Templo: ingerir místicamente el cuerpo del Mesías para hacerse uno con él es anómalo, sumamente extraño en el judaísmo. “En verdad, el significado de la Cena del Señor, según Pablo, solo encuentra una analogía efectiva dentro del Mediterráneo oriental del siglo I, en las comidas sagradas presididas por un dios, por ejemplo Anubis (“las comidas de Anubis”), en las que el comensal se unía místicamente al dios, o bien en la ingestión del cabrito troceado vivo, sangrante, en la bacanales dionisíacas que significaba una cierta unión de la bacante/ménade con el dios Dióniso/Baco, o quizás también en la ingestión del ciceón –bebida a base agua, harina de cebada y poleo—en los misterios de Deméter y Perséfone, que suponía cuanto menos una cercanía extrema a la divinidad. Como esta ingestión era anterior al día de la iniciación propiamente tal, es posible que la bebida no contuviera tanto la idea de unión con la divinidad –que sí la tenía de todos modos––, cuanto de preparación y manifestación del paso del ámbito normal de la vida del creyente al de la diosa, generadora de los cereales, y de la participación en su peripecia vital de “muerte y resurrección” sui generis. “No parece una casualidad que la explicación de la Última Cena se encuentre en la Primera carta a los corintios, habitantes de una ciudad en la que la religiosidad de los cultos de misterios, el contacto espiritual con la divinidad y una cierta atmósfera que podríamos denominar “protognóstica”, podría ser moneda corriente entre aquellos inclinados a tal tipo de espiritualidad. Pero de ningún modo esta afirmación significa que propongamos que la interpretación de la “Cena del Señor” ofrecida por Pablo a sus lectores de Corinto esté influida por, ni mucho menos conscientemente copiada de la “misteriosofía” de los cultos de misterio; nada nos permite afirmar que Pablo calcaba con todo propósito el sistema de tales cultos. Esta formulación estaría totalmente alejada de lo que en verdad sostenemos, y de lo que opinamos que era el pensamiento genuino de Pablo. “Lo que afirmamos es que Pablo –consciente de la necesidad de atraerse conversos en los “caladeros” más fáciles, a saber de gentes con mentalidad afín a lo que él predicaba–– defendía como base de la espiritualidad de su unión con el Mesías, es decir, de su noción del cuerpo místico de Cristo, una participación en sus sufrimientos, una religiosidad que en puntos concretos era similar a la espiritualidad mistérica en general, a saber, que el ser humano debía participar de la peripecia vital del dios salvador para garantizarse la salvación. Y esto es lo que denominamos “misteriosofía”, o espiritualidad misteriosófica, que se respiraba por aquel tiempo como una “atmósfera” general entre gentes ansiosas de asegurarse la salvación. Y Pablo lo sabía como ciudadano de Tarso. “Pero admitido esto, afirmaba que Pablo postulaba enérgicamente que la comunión mística del creyente con el Mesías era diferente e infinitamente superior a cualquier otro tipo de espiritualidad pagana. O mejor, que tal espiritualidad, tan ampliamente extendida, nada valía en comparación con la que él ofrecía. Era como el valor del sucedáneo respecto a lo auténtico. La única efectiva era la participación en la peripecia vital y la comunión con el Mesías redentor y salvador del mundo, no sólo de los judíos sino también de los gentiles, pues la otra, la ofrecida por los predicadores de Dióniso, Isis, o de Deméter en Eleusis, por ejemplo, no era más que la sombra inane de la verdadera iniciación y comunión con el Mesías. El creyente lograba entrar en unión mística, pero verdadera, con el Cristo gracias a la ingestión del pan y del vino que representaban simbólicamente –esto es lo máximo en lo que podía pensar un judío como Pablo–– el cuerpo celestial del agente divino ya exaltado junto a Dios. Este tipo de espiritualidad “en y con Cristo” podría satisfacer sin duda más a los aficionados a los cultos de misterio que a los temerosos de Dios, aunque a ellos tampoco les desagradaría. Tomado de mi obra, “Guía para entender a Pablo. Una interpretación del pensamiento paulino”, Edit. Trotta, Madrid, 2015, pp. 305-306. Saludos cordiales de Antonio Piñero Universidad Complutense de Madrid www.antoniopinero.com
Martes, 1 de Marzo 2016
Notas
Jesús como hijo de Dios en Pablo de Tarso. “Compartir” (172) de 29 de febrero de 2016. Preguntas y respuestas
Escribe Antonio Piñero Pregunta: Estimado profesor, De la lectura de su Guía para Pablo me ha resuelto ya muchas dudas, pero aún me quedan algunas en el teclado. Estaría enormemente agradecido si me las respondiera. La primera: ¿Qué entendían, especialmente los corintios, por Hijo de Dios? Si eran \"temerosos de Dios\" quizás estaban ya familiarizados con el término como lo entiende Boyarin, Mesías-Rey humano. Pero la frase de Pablo, de que los corintios fueron paganos, me hace preguntarme si el apóstol les enseñó lo que significaba o si de la misma forma que no utilizaba Hijo del Hombre por ser parte del pensamiento judío más oscuro evitó explicar el término y permitió que se entendiera al modo griego. ¿Un héroe semi-divino? ¿Deidad al estilo del Emperador? Segunda: No sé si puede ser importante, pero Pablo menciona que Jesús está a la derecha del Padre pero no menciona que esté sentado. ¿Tiene una diferencia real de autoridad? ¿Los evangelistas están indicando ya una igualdad real entre Jesús y Dios al decir que sí que está sentado? Última: Aunque rompa el tono de mi misiva: ¿Cuándo tiene pensadas las próximas firmas? ¿Va a dar alguna conferencia en Barcelona? Muchas gracias por todo de antemano y reciba de mi un cordial saludo. RESPUESTA: Intento responder: 1. Probablemente no lo que entendían los judeocristianos y los judíos normales, sino al modo pagano: la divinidad tiene hijos entre los hombres. Pero no podemos saberlo exactamente, y suponemos que ellos no se hacían demasiados problemas al respecto. Era divino tras su resurrección y basta. El entenderlo así al modo pagano llevará a la doctrina de la Trinidad, imposible entre judíos estrictos, pero sí posible entre paganocristianos. La Iglesia tardará unos 400 años en precisarlo: concilio de Calcedonia del 451. Todo eso entra dentro de las mil dudas que tenemos sobre la naturaleza del mesías según Pablo y que no podemos responder. 2. No lo menciona, cierto. Entonces no lo sabemos. Probablemente sentado al estilo judíos de los dos tronos y dos poderes en el cielo como indico en el libro. Los evangelistas son posteriores a Pablo y precisan algo. Ciertamente estar sentado es mucho más importante que estar de pie, como dice Esteban en su discurso de hechos 7,56. Los evangelistas avanzan sobre el pensamiento de Pablo y tienden más a un diteísmo, sobre todo en Juan, que al binitarismo de Pablo. Estos conceptos están bien explicados, creo, en la “Guía”. 3. No tengo nada por ahora en Barcelona. La crisis impide llevar a gente de fuera para conferencias. Se avían con los de dentro. Pregunta: Buenas tardes, profesor Piñero. Hace algún tiempo, salió la noticia acerca del descubrimiento de una Biblia de más de mil quinientos años de antigüedad, llamada \"Biblia Ankara\", donde se afirma, según ésta noticia sensacionalista, que Jesús de Nazaret nunca fue crucificado. También en dicha noticia se asegura que tal descubrimiento fue causa de \"preocupación\" para el Vaticano. Personalmente, nunca tomé con seriedad esa noticia, pero me gustaría que me diera su opinión profesional sobre éste asunto. De antemano, le doy las gracias por su atención. Saludos cordiales desde México. RESPUESTA: Ya he escrito sobre esto. Pero confieso que no me acuerdo en qué postal de mi Blog. Pero le respondo. Esa Biblia en lo que respecta a los Evangelios no es propiamente una traducción, sino una suerte de manipulación en la que se presentan puntos de vista de los apócrifos cristianos tratados por el Corán. La idea de que preocupó a la Iglesia es una tontería y la noción de que Jesús no murió en la cruz es tan vieja como el gnóstico Basílides y los Hechos Apócrifos de Juan (siglo II d.C., ambos) que ya formuló la idea de que quien había sido crucificado fue Simón de Cirene. Esta idea depende de la doctrina doceta de que Jesús no tuvo un cuerpo real, sino mera apariencia. Por favor, o haga caso de estas especulaciones gnósticas muy antiguas que además no tienen nada que ver con la realidad que puede extraerse del estudio serio, crítico e histórico de los Evangelios Pregunta: Me podría comentar brevemente sobre el origen de la figura de los cuatro seres vivientes que aparecen en el libro de Ezequiel? Muchas gracias RESPUESTA: El origen no puede saberse con exactitud, o al menos yo no lo sé, porque se trata de material apocalíptico muy antiguo y visionario, que puede tratarse muy bien de productos de la imaginación del profeta, o bien restos de una angelología según la cual ciertos espíritus están siempre delante de Dios. La procedencia de la angelología desarrollada, como parece ser esta, según el Talmud (siglos V-VII d.C. muchos siglos después de Ezequiel, que es dela época del exilio en Babilonia que comenzó en el 580 d.C.) procede de Babilonia misma. Es posible, pues, que el influjo de esa mentalidad religiosa ayudara al profeta. Los cuatro seres aparecen también en el Apocalipsis y es una alusión a Ezequiel. Según la Escuela de la Historia de las Religiones (principios del siglo XX), la imágenes de la lucha de María contra el dragón, ángel caído, procede también de Babilonia, Todo apunta a Mesopotamia, pues. Pero en conjunto, pura imaginación. Pregunta: ¿Ha leído usted el libro de Emmanuel Carrére? Me interesa mucho su opinión desde el punto de vista literario, histórico y teológico. RESPUESTA: Me lo compró mi mujer y más que leerlo, lo he ojeado detenidamente. Como soy perro viejo, me doy, sin embargo, cuenta de lo que me interesa. Por tanto mi opinión es todavía parcial, porque estoy abrumado de trabajo y no tengo tiempo ni para respirar. Literariamente es una buena fórmula para el mundo de hoy. La teología pura y dura no interesa. Segundo: el autor sin embargo, es un narcisista, y eso me molesta un tanto. Tercero: en lo que he visto, más bien por encima, parece relativamente bien informado, y lo que dice en general sobre los evangelios y Hechos (a quien es quizás demasiado crédulo) corresponde a la interpretación independiente actual respecto a su valor histórico y sobre los aspectos literarios. Así pues, mi opinión no es en absoluto negativa. Y en parte me ha pisado una idea que tenía en la cabeza hace tiempo y que nunca realicé. Saludos cordiales de Antonio Piñero Universidad Complutense de Madrid www.antoniopinero.com
Lunes, 29 de Febrero 2016
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Editado por
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.
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