Notas
Escribe Antonio Piñero
Pregunta: ¿Qué pasó históricamente, con Pilato y los fariseos, cuando se dieron cuenta que muchos hablaban que Jesús había resucitado? RESPUESTA: No creo que sea posible responder con exactitud a su pregunta… como ocurre con muchas otras. En historia antigua (y lo que hacemos es historia y no teología) solo se pueden responder las cuestiones sobre las que hablan de alguna manera los textos, directa o indirectamente de modo que se puedan proponer hipótesis plausibles. Y su pregunta no es respondida por los textos de ninguna de esas dos maneras. Podemos suponer que se asombrarían en general. Y que las actitudes serían muy distintas. Pilato pensaría que los judíos eran unos fanáticos irracionales y que “muerto el perro se había acabado la rabia”. Por tanto, si creían que Jesús había resucitado, no había que preocuparse hasta que esa creencia se transformara de nuevo en hechos molestos o inconvenientes para el Imperio. Y si no, ¿para qué preocuparse? Y sobre los fariseos: pues no sabemos qué opinarían. Probablemente pensarían que esos judeocristianos eran unos fanáticos más, como otros muchos. Y como dice Gamaliel en los Hechos: “Si viene de Dios esa creencia, ya se demostrará verdadera con el paso del tiempo. Y si no viene, no hay por qué preocuparse” (Hch 5,38-39). Pregunta: ¿El Logos en el evangelio de Juan es un ser divino (hijo de Dios) o la Sabiduría personificada de Eclesiástico 24? Es que quiero entenderlo bien. RESPUESTA: Es una cuestión casi imposible de responder con absoluta seguridad. Lo que me parece seguro es que el uso de Logos en el Evangelio de Juan, en el Prólogo, y toda esta pieza en sí misma es un comentario midrásico al Génesis 1,1. Por tanto estamos en un ambiente judío y a priori solo podemos pensar que el Logos/Sabiduría /Palabra proferida hacia fuera por la divinidad e una entidad divina que no puede chocar en absoluto con el monoteísmo judío. Y otra idea: el Prólogo del Evangelio de Juan se mueve en el mismo ambiente judío que el de Pablo de Tarso, conoce las ideas de Pablo, es su “discípulo” en la manera cómo concibe la muerte y resurrección de Jesús, y avanza un poco, sobre el pensamiento paulino. Por tanto, creo que solo se puede decir que el autor del Evangelio de Juan es de los que piensan que el Logos/Sabiduría/Palabra eterna, preexistente, como un “modo” de Dios actuando hacia fuera, se encarna en un mero ser humano , aunque especial, Jesús el Nazoreo o de Nazaret, y se funden durante la existencia mortal de este. La parte humana no es preexistente. La parte divina, que nunca se explica cómo, sí lo es. Y el conjunto es una entidad divina que desde el primer momento de su existencia en la tierra es divina (siempre sin explicar cómo) y avanza sobre Pablo en que este piensa que Jesús es un ser humano adoptado como hijo de Dios verdaderamente sólo después de su resurrección, no antes (Rom 1,2-4). Juan pone los fundamentos para que siglos más tarde se precise su pensamiento en los concilios de Nicea, Éfeso y Calcedonia y se piense en una Trinidad. Juan no piensa aún en una trinidad, sino en un binitarismo. Le aconsejo, que si le es posible, lea la Aclaración 16, “Monoteísmo, binitarismo y la naturaleza del mesías” de mi libro “Guía para entender a Pablo. Una interpretación del pensamiento paulino, Madrid, Trotta 2015, del que hay versión electrónica. En síntesis no puedo ofrecer una respuesta nítida a su pregunta. Y también creo que como la base del uso de Logos en el cristianismo está en el empleo que hace el Cuarto Evangelio en su himno, al principio, lo mejor que puedo recomendarle es que adquiera un buen comentario al Evangelio de Juan, donde, si es de verdad bueno, encontrará alguna respuesta a todas sus preguntas. Le sugiero el comentario de Raymond E. Brown, publicado en español por la Editorial Verbo Divino (si no me equivoco, porque yo tengo la inglesa). Es sencillamente sensacional por lo completo y claro. Pero tampoco le responderá a su absoluto gusto. Saludos cordiales de Antonio Piñero Universidad Complutense de Madrid www.antoniopinero.com
Lunes, 28 de Marzo 2016
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Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.
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