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Queridos amigos:
Para los que estéis en Madrid y os interese el tema, os copio el vínculo del cartel de la tertulia que mantendremos en el Ateneo, calle Prado, 21, el próximo lunes día 5 de mayo a las 20 horas (salón de Actos), Manuel Fraijó, Marek Rackiewickz y yo mismo. Saludos cordiales, Antonio Piñero Vínculo https://www.facebook.com/antonio.pinero.54
Martes, 29 de Abril 2014
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Hoy escribe Gonzalo Del Cerro
HOMILÍAS IV-VI Debate entre Clemente y su amigo pagano Apión Recordamos que nos encontramos dentro del conjunto de tres Homilías exclusivas de la obra griega, consideradas por los especialistas como una parte especialmente cuidada desde el punto de vista literario y dialéctico. El debate habitual en estas Homilías entre Pedro y Simón cede su espacio a un debate nuevo, en el que los contendientes son Clemente, el autor presunto de toda la obra, y un pagano, de nombre Apión, antiguo amigo de Clemente,. Es un personaje conocido por la historia y calificado en el texto como “gramático de profesión”. Con él vienen hasta treinta colegas, entre los que destacan el “astrólogo Anubión el diospolitano y Atenodoro de Atenas, aficionado a la doctrina de Epicuro” (Hom IV 6,2). Con ellos tendrá que competir Clemente, presentado así, como vimos, por su amigo y contrincante Apión. Hablaba Apión de él como de un noble romano de la familia del César Tiberio. Su categoría social da ya a entender que se trata de un personaje ilustre, del que afirma de forma contundente que era “experto en todos los aspectos de la educación griega”. Entre otros, en el aspecto que va a ser el eje del debate. Monoteísmo o politeísmo Las posturas intelectuales de ambos contendientes son diametralmente opuestas. Clemente, convertido a la fe cristiana y colaborador de Pedro, cree en la existencia de un solo Dios, todopoderoso y Creador de los cielos, de la tierra y de todo lo que contienen. Apión, como pagano, lleva en su sangre la cultura griega, en la que el panteón está formado por multitud de dioses. Esa cultura es milenaria y forma parte de la esencia del paganismo. Se enfrentan, pues, dos esencias doctrinales sobre la divinidad, el monoteísmo de Clemente y el politeísmo de Apión. Funesta ejemplaridad de los supuestos dioses Es el primer punto de disensión y debate. Pero de esa visión se derivan serias divergencias y consecuencias en la forma moral de vivir en sociedad. La escasa ejemplaridad de los dioses griegos, reflejada en su literatura y defendida y alabada por poetas, literatos y hasta filósofos, representa una barrera infranqueable para las mentalidades cristianas. Clemente acusa a su amigo de falsedad en la doctrina sobre unos supuestos dioses, venerados más bien como excusa para justificar conductas reprobables. Influjo de la costumbre en las creencias Los dos amigos discuten sobre la eventual ignorancia que hunde a los paganos en la mentira. Porque una cosa es la realidad y otra la costumbre. Los griegos están mentalizados en el politeísmo, que es ya una especie de segunda naturaleza. Una forma de ser es difícil de cambiar, sobre todo, si tiene a personajes ilustres como defensores y hasta como maestros. La realidad podría cambiarse sin problema, pero la costumbre es tan difícil de cambiar como lo es la naturaleza. El dios de Delfos proclamó a Sócrates como el hombre más sabio, cuando su conducta dejaba mucho que desear. Clemente se refiere a Sócrates como al “maestro de Grecia”, cuando su conducta teórica y práctica era claramente mejorable (cf. Hom IV 18,1). Los adulterios de Zeus Clemente refiere una serie de ejemplos de adulterios de Zeus con toda clase de mujeres de todos los estados y hasta con hombres. Presenta esa conducta del “padre de los dioses y de los hombres” como aun auténtico elogio del adulterio, que el autor de las Pseudo Clementinas compara con el homicidio (Hom IV 10). También hacen los filósofos el elogio práctico de la lascivia (cf. Hom IV 18). Muchos griegos, dice Clemente, “han introducido muchos dioses, y por cierto malos y sometidos a toda clase de pasiones. Y ello con la intención de que el que quiera practicar cosas similares ni siquiera sienta vergüenza, pues tiene como modelo de los dioses míticos sus vidas malvadas y deshonestas” (Hom V 12,2). Pero “no es fácil desprenderse de los hábitos patrios, aunque se demuestre que son necios y ridículos”. Eso es lo que son los mitos de los griegos. Cuando Clemente habla de la vida de su padre, afirma que no se trataba de mala vida sino de mala opinión. La razón es que “creía en los mitos falsos de los griegos” (Hom V 8,6). La Providencia o el nacimiento Desde su punto de vista, Clemente considera un error más el hecho de que otros filósofos griegos “introdujeron el destino, llamado “génesis”, al margen del cual nadie puede ni sufrir ni hacer cosa alguna. “Génesis” significa etimológicamente “nacimiento” y hace referencia a la situación del cielo o a la constelación en que nacen los hombres, y que marcaría en cierto sentido su destino. Su investigación no es otra cosa que el horóscopo. Era una postura opuesta radicalmente a las tesis cristianas, que defienden el influjo de la Providencia divina en la marcha y en la organización del mundo. El nacimiento como marca del destino es en la realidad la negación del libre albedrío tan importante en la doctrina cristiana. Saludos cordiales. Gonzalo Del Cerro
Domingo, 27 de Abril 2014
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Hoy escribe Antonio Piñero
Un amigo ha recogido algunos enlaces de programas de video y radio que pongo a disposición de todos: ----------------------------------------------------------- Enlaces vídeos desde 31 marzo 2014 https://www.youtube.com/watch?v=JePQfe5EP3o&feature=youtu.be Ágora. Andrade. ¿Existió Jesús realmente? 31 marzo 2014 Profesor, aquí esta el video del programa de esta noche http://www.cuatro.com/cuarto-milenio/videos-exclusivos/Antonio-Pinero-Jesus-existio_2_1779255060.html Ya disponible en el Canal misterios de Ivoox de nuestro amigo Ermakysevilla De Sevilla nuestro último programa en el que hablamos de "Gnosticismo, historia del cristianismo primitivo" con Antonio Piñero y Carlos Mesa. http://www.ivoox.com/lmnm-87-gnosticismo-historia-del-cristianismo-primitivo-con-audios-mp3_rf_3024220_1.html ---------------------------------------- http://arquehistoria.com/pruebas-de-la-existencia-historica-de-jesus-con-a-pinero-13709 ------------------------------------------------------------------------------------------------------ "Luces en la Oscuridad" : http://www.ivoox.com/jesus-nazaret-su-relacion-las-audios-mp3_rf_3043526_1.html Abril 2014 Amigo Antonio: Aquí te envío el enlace de la entrevista que grabamos hace una semana sobre la sociología del cristianismo primitivo. Un abrazo Arkaitz http://www.ivoox.com/cristianismo-primitivo-primeras-comunidades-cristianas-antonio-pinero-audios-mp3_rf_3034187_1.html Saludos, Antonio Piñero
Sábado, 26 de Abril 2014
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Hoy escribe Antonio Piñero
Esta semana presento, más que reseño, un libro que espero que parezca sustancial a la mayoría de los lectores, pues su contenido se halla en la base de la leyenda de la creación, tanto del universo como del ser humano, del Génesis, el primer libro de la Biblia, el más leído y comentado de la historia de la literatura en el hemisferio occidental. Sus datos: Lluis Feliu y Adelina Millet (editores, introductores, traductores y anotadores), Enuma Elish y otros relatos babilónicos de la creación. Editorial Trotta / Publicacions i Edicions de la Universitat de Barcelona, Madrid / Barceloa, 2014, 125 pp., con un mapa y bibliografía. Tiene dos ISBN. Trotta: 978-84-9879-476-2 / UB: 978-84-475-3786-0. Me parece excelente la idea de la coedición, sobre todo ahora, en momentos que por problemas económicos y políticos –no me cabe duda— se han roto, espero que temporalmente, muchos de los puentes entre, por ejemplo y en el ámbito de Letras, mi Universidad, la Complutense y la “Central” de Barcelona, con la que habíamos mantenido estrechos vínculos. La colección en la que se edita el libro, “Pliegos de Oriente” (dirigida por Gregorio del Olmo y Adelina Millet) presenta títulos interesantísimos para la historia de las religiones y del judaísmo y cristianismo en particular. Algunos ejemplos: Mitos, leyendas y rituales de los semitas occidentales, de G. del Olmo; Códigos legales de tradición babilónica; La epopeya de Gilgamesh, rey de Uruk, de J. Sanmartín; Gilgamesh o la conquista de la inmortalidad de F. D’Agostino y F. del Ríos Sánchez; la Gnosis eterna, de F. García Bazán; Himnos a Isis, de Elena Muñiz, entre otros. El contenido del libro presentees como sigue: descripción breve del poema babilónico de la creación, tablillas en las que se contiene y fecha de composición; lengua y estilo del poema y un excelente resumen de su contenido: generación de los dioses o teogonía; conflicto entre ellos; combate entre los dioses y sus resultados: la nueva generación de dioses jóvenes, la creación del universo y del ser humano y la entronización y alabanza del nuevo dios supremo, Marduk. Esta primera parte del libro se complementa con secciones específicas dedicadas a la “personalidad” del dios Marduk; las festividades sagradas de Babilonia; diversidad en la concepciones del universo; la creación del hombre y su porqué; precedentes de estas leyendas y paralelos en la historia de las religiones, sobre todo con la Biblia hebrea. El poema Enuma Elish no se ha transmitido completo en ningún manuscrito (en este caso tablillas de arcilla endurecidas por los incendios de los archivos de los palacios o templos en los que estaban). Para gracias al buen número de tablillas que lo contienen fragmentariamente—si no me equivoco, más de un centenar--, los investigadores puede reconstruir prácticamente el relato completo. Las copias actuales proceden en su gran mayoría de la “Biblioteca” (auténticamente tal, reunida por intereses religiosos culturales y no por un sentido de mero “archivo” en diversas estancias del palacio y en los templos) de Asurbanipal (668-627 a.C.), aunque es muy probable que sean a su vez copias o adaptaciones de un relato en esa forma ya estaba redondeado hacia el 900 a.C. Pero como, al parecer, la leyenda en sí de la creación del universo y del hombre es de procedencia sumeria, su origen básico debe retrotraerse quizás hacia el 3000 a.C. La lengua de estas tablillas es el acadio/babilónico, lenguaje semita, no muy difícil de aprender para los que se han adentrado previamente en el hebreo /arameo e incluso en el árabe clásico. Como hay tablillas bilingües sumerio/acadias el aprendizaje de la primera de estas dos lenguas por los eruditos modernos no ha sido empresa desesperada. El que las copias de este poema circularan en las cortes reales de Babilonia, en la que estuvieron más o menos como prisioneros la élite de los desterrados de Judá cuando la toma de Jerusalén en el 589 por Nabucodonosor II, hace que el contacto de los judíos interesados, durante el exilio, con las formas casi definitivas de esta leyenda fuera muy probable. No es esta, ni mucho menos, la primera traducción al castellano que se ha producido, pero sí –creo- la mejor, absolutamente directa desde las fuentes, utilizando las mejores ediciones. La introducción, las notas y el mapa del final son muy ilustrativos. Me ha llamado la atención el que la versión de este poema, de F. Lara Peinado, mencionada en la p. 10, no aparezca luego en la Bibliografía. Si no me equivoco, la versión de este último se hizo sobre la base de una traducción previa del dominico P. Maximiano García Cordero, catederático de hebreo de la Universidad Pontificia de Salamanca, por lo que es una versión muy fiable. No conozco la de Rovira Orlandis, que sí aparece en la p. 11 y en la Bibliografía. El núcleo básico del mito de la creación aparece completado en la segunda parte del libro que comentamos. En ella los autores han editado también otras cosmogonías menores de Babilonia, que ofrecen perspectivas complementarias al relato amplio del Enuma Elish (en acadio/babilonio significa “Cuando en lo alto” y son las palabras del inicio del poema). Igual ocurre con la Biblia hebrea: los judíos suelen nombrar sus libros con las palabras del comienzo (ejemplo: Bereshit, “En el inicio” = Génesis; Debarim, “Palabras”, el Deuteronomio: “Estas son las palabras…). Para comprender bien la leyenda sería interesante que el lector refrescara sus conocimientos acerca de la localización geográfica del poema, la vieja Mesopotamia, “Entrerríos”, y de su historia en líneas generales. Para este complemente podría ayudar un libro de historia general de Mesopotamia, o en su ausencia, los artículos de buenas enciclopedias bíblicas, o a falta de estos la Wikipedia misma (si el lector pudiera leer los artículos en inglés o alemán, sería estupendo porque los que yo leído de historia antigua, judaísmo o cristianismo primitivo son buenos), que trae además mapas muy ilustrativos. En la edición del librito que comentamos, el mapa del final tiene una doble leyenda (según los números que aparecen en el mapa y por orden alfabético; por ello es fácil orientarse en todo momento sobre la localización de las ciudades citadas en la Introducción). También ayuda en la lectura, y mucho, el glosario de nombres divinos, personajes mitológicos de los textos y santuarios (pp. 115-117): Los autores resaltan, con razón, el paralelo y la dependencia del primer relato, de la creación en general y del ser humano en particular, en Génesis 1,1-2,4, de la leyenda muy anterior recogida en el Enuma Elish. Ambas coinciden en algo importante: no es exacto decir que la divinidad crea desde la nada porque en la Biblia existe también una suerte de caos obscuro o materia primordial de la que procede el universo por acción de la palabra divina. Este suerte de caos obscuro del Génesis puede equipararse a la “diosa” madre Tiámat, reina del caos en elñ Enuma Elish, aunque en otras ocasiones se la identifique con las aguas primordiales, saladas. Ciertamente, el Dios bíblico separa primero la luz de las tinieblas, pero inmediatamente aparta las aguas superiores de las inferiores. En la creación del resto del universo hay notables paralelismos entre Génesis y Enuma Elish, aunque también notables diferencias. La creación del ser humano en este último es más prosaica, aunque sea el hombre sea lo más prodigioso del universo. Marduk crea a los humanos por comodidad, para que hagan en la tierra la tarea de los dioses. Este mito está sublimado en la Biblia hebrea, pues el humano es hecho a imagen y semejanza de la divinidad y su fin primordial es cantar las alabanzas y la gloria del Creador, tarea que en el Enuma Elish corresponde solo al coro de los dioses. El lector percibirá enseguida otras múltiples diferencias. No es necesario seguir con paralelos y divergencias, pues basta una mera lectura comparada de los dos textos. Sí es claro que, a pesar de los pesares para el sentir moderno, la desmitificación presentada por la Biblia hebrea es enorme, monumental. Aquí la humanidad da un paso de gigante en la concepción de la divinidad. Me interesaría señalar que la lucha de Marduk y las divinidades jóvenes contra los dioses primordiales, Apsu y Tiámat que no logran poner orden el caos, aparece también –como ya he señalado en otra ocasión-- en otras mitologías, la griega por ejemplo. En ella Zeus, divinidad joven, lucha contra las divinidades antiguas, cronidas y titanes, para instaurar un orden en el universo que esas últimas nunca consiguen implantar. Igualmente (y esta es una idea de D. Boyarin, la divinidad joven, un “como hijo de hombre” de Daniel 7,13-14, es puesta por ’El mismo, la divinidad anciana, en un trono a su lado, para que desarrolle parte de sus tareas, sobre todo respecto a los hijos de los hombres. Es este otro caso de desmitologización parcial de antiquísimas leyendas por parte de la Biblia hebrea que perdura en la concepción de Jesús como Hijo del Hombre en el cristianismo y que –con una evolución diversa-- conduce a la igualdad de esencia de Padre e Hijo definida por los Concilios de Nicea, Éfeso y Calcedonia. Pero el origen de esta noción de la figura de la divinidad joven que asciende de grado y de algún modo sustituye a la antigua se ve claramente que está ya en el Enuma Elish. En síntesis, me parece que es este libro que comentamos un pequeño gran libro que merece la pena ser tenido en la biblioteca de cualquier aficionado a los estudios bíblicos. Doy la enhorabuena a los autores y a la editorial por haberlo publicado, y por sustituir así otras versiones que circulan por ahí…, que no son de la lengua original, sino del francés o del inglés. Saludos cordiales de Antonio Piñero. Universidad Complutense de Madrid www.antoniopinero.com
Viernes, 25 de Abril 2014
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Hoy escribe Fernando Bermejo
El carácter secundario de los relatos de la infancia de Jesús en los evangelios de Lucas y Mateo, su naturaleza legendaria, los errores de tipo histórico que contienen y las contradicciones entre ellos muestran la imposibilidad de prestar el menor crédito a sus contenidos. Tan obvio como esto es, sin embargo, el interés teológico que presentan esos relatos como parte de los procedimientos que algunos de los primeros nazarenos/cristianos utilizaron para plasmar y hacer plausible su creencia en el estatus excepcional, y aun divino, de Jesús. A través de los siglos, los apologistas cristianos han sostenido que la concepción divina de Jesús no solo es real, sino también un fenómeno singular y único. Para ello se han utilizado diversas estrategias. Una de ellas ha consistido en afirmar que el marco del nacimiento divino en Mateo y Lucas es “judío”, como indican las alusiones verbales y narrativas a la Septuaginta (una idea similar había sostenido ya por G. H. Box en un artículo publicado en 1905 en la Zeitschrift für die neutestamentliche Wissenschaft, bien conocida de nuestros lectores), y, al mismo tiempo, que no hay nada en el judaísmo que sugiera un nacimiento virginal –para el Mesías o para cualquier otra figura. Un ejemplo reciente de esta posición es N. T. Wright en la obra de Marcus Borg y este mismo autor, The Meaning of Jesus: Two Visions, publicada en Harper, Nueva York, en 1999. Wright afirma que “los únicos paralelos concebibles (para la idea del nacimiento virginal) son paganos”, pero dice también que no puede haber una relación genética entre estos paralelos “paganos” y el relato de Lucas porque la historia de Lucas es tan “extremadamente judía”. Estos intentos de aislar el relato de Lucas de la concepción divina de la más amplia culta mediterránea no resultan convincentes, pues resulta difícil postular un origen enteramente judío (incluso si ese judaísmo es, como lo es, helenístico) para el relato de Lucas de la concepción divina. No parece haber precedentes claros en el judaísmo (helenístico) para la idea de esa concepción divina. La cosa resulta todavía menos convincente cuando se asiste a un discurso en el que se niega la existencia de cualquier “paralelo preciso”. Así, el conocido estudioso católico Raymond Brown afirma, en su clásico El nacimiento del Mesías, que “no hay un ejemplo claro de concepción virginal en las religiones paganas que podría haber dado plausiblemente a los cristianos judíos del siglo I la idea de la concepción virginal de Jesús”. De este modo, se intenta asegurar la singularidad –y, por extensión, la cualidad de revelación, por no decir la verdad– de la creencia cristiana, hasta tal punto que la presunta singularidad de la historia cristiana de la concepción divina amenaza con minar toda posible comparación. Como veremos, este tipo de estrategias apologéticas presenta serios problemas. Saludos cordiales de Fernando Bermejo
Miércoles, 23 de Abril 2014
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Hoy escribe Gonzalo Del Cerro
HOMILÍAS IV-VI Debate entre Clemente y los amigos de Simón Pasamos a un pasaje de las Pseudo Clementinas, exclusivo de las Homilías y ausente de la versión latina de las Recognitiones. Se trata de un debate mantenido entre Clemente y unos amigos de Simón Mago acerca de sus respectivas posiciones doctrinales. Todo el pasaje y la Homilía IV comienzan con el reiterado “Yo, Clemente”. Con el título del pasaje nos informa Clemente del estado de la cuestión: “Yo, Clemente, salido de Cesarea de Estratón junto con Niceta y Aquila, arribamos a Tiro de Fenicia, y según la recomendación de Pedro que nos había enviado, nos alojamos en casa de Berenice, hija de la cananea Justa”. Actividad de Justa, la cananea, y su hija Berenice Estas dos mujeres son las conocidas por el milagro obrado por Jesús según el conocido pasaje de los evangelios de Mc 7,24 y Mt 15,21-28. Pedro recomienda a Clemente y a los hermanos Niceta y Aquila que se alojen en casa de Berenice, la hija de Justa, la cananea o sirofenicia. La intención de Pedro era el conseguir información sobre Simón Mago, sus obras y su doctrina, para tener información de primera mano, útil para el debate inminente entre ambos contendientes. Los investigadores reconocen que este debate contenido en las tres citadas Homilías es posiblemente el más cuidado literariamente de toda la obra. Como ya sabemos, Justa fue la que adquirió de los piratas a los dos hermanos de Clemente arrastrados por el naufragio. Ahora vemos que su relación con su compradora y con su hija, la que fue sujeto del milagro de Jesús, es algo más que familiar. Colaboran con sus protegidos en el lance del debate con Simón, a quien conocen profundamente. Saben de sus actitudes contrarias a Pedro, a quien acusan de mago y de impostor. Informado Pedro de tales acusaciones, encontrará la manera de defenderse y de pasar a la ofensiva, si la situación del debate lo requiere. Porque Simón pone un énfasis especial en desacreditar a Pedro para apartar a las turbas de su doctrina y atraerlas a sus posiciones erróneas. Clemente y sus hermanos informan a Pedro Clemente lo refiere como cumplimiento del encargo que habían recibido de Pedro él y sus hermanos. Así lo cuenta el mismo relator de los hechos: “Cuando nuestro señor Pedro se enteró de estos sucesos, nos envió para que fuéramos para él los investigadores de las cosas que había oído. Si eran así, para que lo conociera bien cuando se lo escribiéramos, y para venir a refutar las calumnias que decía contra él” (Hom IV 3,1). La misma Berenice refiere detalles de la conducta de Simón. Por ejemplo, cuenta que “al hacer aparecer en medio del ágora entre fantasmas y fenómenos cada día, tiene estupefacta a toda la ciudad. Cuando él pasa, las estatuas se mueven y delante caminan muchas sombras, que él dice que son las almas de los difuntos” (Hom IV 4,2). Invita a muchos a convites, en los que los contamina de ciertas enfermedades, por lo que acaban afirmando que es dios y lo colman de honores por sus poderes. No es posible, dice Berenice, apagar un fuego tan grande y terrible. En su opinión, nadie sino Pedro, el apóstol más poderoso de todos los de Jesús, está capacitado para vencer a Simón. Desaconseja, pues, debatir con él mientras no llegue Pedro. Clemente reconoce los informes de Berenice y adopta todas las precauciones posibles para evitar el daño que Simón puede causar a las turbas de sus oyentes. Pero llegada la tarde, llegó un amigo de Berenice anunciando que Simón había huido de Tiro a Sidón, temeroso del enfrentamiento don Pedro. Sin embargo, al huir, dejó a sus amigos y acompañantes Apión, el gramático, a cierto astrólogo Anubión el diospolitano y a Atenodoro de Atenas, aficionado a la doctrina de Epicuro. Estos tres personajes tendrán una función importante en el debate con Clemente. Los tres hermanos informaron a Pedro sobre la nueva situación creada con la huida de Simón. Apión pone las bases del debate Apión se dirigió a Clemente no solamente con los dos compañeros mencionados sino con otros treinta varones. Delante de sus colegas saludó y besó a Clement4e diciendo: “Este es Clemente, de quien os he hablado mucho, así como de su nobleza y liberalidad. Porque siendo un hombre de la familia del César Tiberio y experto en todos los aspectos de la educación griega, ha sido engañado por un cierto bárbaro de nombre Pedro, hasta el punto de hablar y actuar según los judíos” (Hom IV 7,2). El saludo y la presentación que hacía Apión servían de introducción al debate. Clemente, el noble romano, estaba ahora del lado de los bárbaros hebreos. Era, pues, una traición a sus antepasados y a sus creencias el practicar unas creencias tan diferentes de las de la sabiduría griega. Él, Apión seguía fiel a una cultura brillante y a una sabiduría extensa. Eran las dos posturas que daban pie a un debate considerado como interesante a los ojos y oídos del auditorio. Saludos cordiales. Gonzalo Del Cerro
Sábado, 19 de Abril 2014
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Hoy escribe Antonio Piñero
Mi amigo Xabier Pikaza ha expuesto sus razones sobre una cronología corta de la pasión de Jesús (Religión Digital, El blog de Xabier Pikaza, 12-04-2014 que ha tomado de su libro, Historia de Jesús, Verbo Divino, Estella, 2014). En esta postal expone algunas otras teorías como el adelanto de la Última Cena de Jesús que habría seguido un calendario esenio… y poco más. Pero no alude a la posibilidad (supongo que sí lo hará en su libro, ya que él conoce perfectamente la hipótesis; pero no he podido leerlo aún) de que la historia de la pasión pudo durar en realidad unos seis meses. Nos parece muy posible la hipótesis de que la historia de la Pasión sea la compresión literaria en una semana, buscando la unidad de “tiempo, acción y lugar”, de eventos que duraron bastante más tiempo. Tomo los datos del libro conjunto La verdadera historia de la pasión, Edaf, Madrid, 2008, pp. 136-233, en el capítulo que me tocó a mí redactar, cuyo título es “¿La historia de la pasión de Jesús?”. Un ejemplo evidente de que existe compresión literaria lo tenemos en la disposición general de los mismos evangelios sinópticos cuando narran la vida pública de Jesús. Según los Sinópticos, Jesús predica fundamentalmente en Galilea y sólo una vez durante su vida pública visita Jerusalén para una Pascua. Su ministerio público dura, pues, un año, o todo lo más año y medio. Para el EvJn, Jesús visita Jerusalén cuatro veces durante su ministerio (2,13; 5,1; 7,10; 12,12), y allí asiste a tres Pascuas. Su vida pública dura, por tanto dos años y medio o tres como mínimo. Esta diferencia temporal entre los evangelistas, en algo tan vital como el ministerio público de Jesús, es asombrosa. Las escenas que transcurren en Jerusalén no aparecen agrupadas en EvJn antes de la Pasión como en los Sinópticos, sino divididas por bloques en diversos momentos. Así es como precisa el EvJn 12, 13 que es mucho más exacto que los Sinópticos respecto a algunos pequeños detalles de la Historia de la Pasión (por ejemplo, en el proceso romano cuando habla con mayor propiedad de “pretorio” [Jn 18, 28], del tribunal gr. béma [Jn 19, 13]; del patio pavimentado o griego litóstrotos Jn 19, 13) y respecto al día de la muerte de Jesús; véase más adelante pág. *). Mc 10,8 habla de “follaje cortado de los campos”, y Mt 21,8 de “ramas de los árboles”, como sabemos, Juan precisa como “palmas” Algunos textos del relato de la Pasión contienen indicios de que las acciones narradas pudieron ocurrir en un momento diferente a la escasa semana previa al 14/15 de nisán. Son los siguientes: A. El episodio de la entrada en Jerusalén y las palmas. La asistencia de Jesús a esta fiesta aparece sólo en el EvJn; falla, pues, el criterio de “atestiguación múltiple”, aunque sabemos que los Sinópticos comprimen la asistencia de Jesús a las festividades judías. Sin embargo, los comentaristas suelen aceptarlo como histórico con las que los asistentes acogen a Jesús, que apunta a septiembre, a la Fiesta de los Tabernáculos, a la que asistió Jesús según el EvJn 7,1-52, en la que las palmas eran típicas en las procesiones de los peregrinos. Las palmas no eran propias de la zona de Jerusalén, sino que eran traídas siempre de fuera para la fiesta de los Tabernáculos. Escribe R.E. Brown en su Comentario al EvJn 12, 9-19: Incluso hoy día se traen las palmas a Jerusalén desde Jericó. A causa de la mención johánica de las palmas algunos han sugerido que la entrada en Jerusalén tuvo lugar realmente en la Fiesta de los Tabernáculos, en la cual se traían una gran cantidad de palmas desde el valle del Jordán para construir las tiendas y para llevarlas en procesión (Lev 23, 40: “El primer día [de la Fiesta de los Tabernáculos] tomaréis frutos de los mejores árboles, ramos de palmera, ramas de árboles frondosos y sauces del río…”; Neh 8, 15: “Salid al monte y traed ramas de olivo, de pino, de mirto, de palmera…”). Según todos los evangelios, el estribillo que cantaban los asistentes en la entrada de Jesús a Jerusalén estaba tomado del Salmo 118, una composición que era parte de la liturgia de la Fiesta de los Tabernáculos (aunque también cantado en Pascua y en la fiesta de la Dedicación del Templo). Igualmente Zac 14, 16 (El contexto es el de un juicio de Dios contra los gentiles, el triunfo de Jerusalén y su santificación: “Todos cuantos quedaren de las gentes que vinieron contra Jerusalén subirán cada año a adorar al Rey, Yahvé de los ejércitos”), citado en Mt y en Jn, puede relacionarse con el contexto de la fiesta de los Tabernáculos de Zac 14,16. En verdad, Zac 14, 4 (“Se afirmarán aquel día los pies de Yahvé sobre el Monte de los olivos… y éste se partirá por medio, de levante a poniente como un gran valle…”), situado en el contexto de esta Fiesta, profetizaba que Dios habría de aparecer desde el Monte de los Olivos, y Jesús estaba haciendo su entrada en Jerusalén precisamente desde ese monte. Esta teoría de que entró en Jerusalén en la fiesta de los Tabernáculos mejor que en la de la Pascua es interesante, pero no puede probarse (The Gospel according to John, Chapman, London, I 1978, pág. 457 [existe vers. española]). A este último argumento puede responderse: tampoco es posible probar estrictamente que la entrada en Jerusalén tuvo lugar en la Pascua, dado el altísimo grado de teologización de la Historia de la Pasión en torno a la idea –arriba mencionada- de que Jesús es el Cordero de Dios y por tanto su muerte sustituye por siempre a la de los corderos sacrificados en el Templo. Esta idea es muy potente incluso en el Evangelio de Juan (Jn 1, 29: “Al día siguiente vio (Juan Bautista) venir a Jesús y dijo: ‘He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo’”) que nos ha proporcionado el argumento de las palmas. B. El episodio –al día siguiente de la entrada triunfal- en el que Jesús busca algo de comer entre las hojas de una higuera: “A la mañana siguiente, cuando volvía a la ciudad, sintió hambre. Viendo una higuera junto al camino, se acercó, pero no encontró nada más que hojas; entonces le dijo: ‘Nunca jamás brote fruto de ti’. Y la higuera se secó de repente. Al verlo, los discí¬pulos preguntaron sorprendidos: ‘¿Cómo es que la higuera se ha secado de repente?’. Jesús les contestó: ‘Os aseguro que si tuvierais una fe sin reservas, no sólo haríais esto de la higuera; incluso si le dijerais al monte ese «quítate de ahí y tírate al mar», lo haría, y todo lo que pidieseis en la oración con esa fe lo recibi¬ríais’”. Este episodio, so pena de tener a Jesús por un imprudente que desconocía lo más elemental de la vida del campo (Absolutamente implausible, pues en las parábolas de Jesús hay una clara mayoría de imágenes camperas; desde luego no se habla de la carpintería y poco de la construcción, que podrían corresponder a su oficio tékton, artesano de la madera y de la construcción (Mc 6, 3)), es muy improbable en marzo/abril, que no es época de higos, y sí probable en septiembre. Este episodio está fuertemente editado por Marcos -añadiéndole la coletilla de “puesto que no era tiempo de higos”, ausente en Mateo-, precisamente para hacerlo coincidir con la época de la Pascua: Mc 11, 12-14. Bien analizada, la explicación de Marcos haría de Jesús un caprichoso o un imprudente. C. La reunión del Sanedrín en la que se toma la decisión de condenar a muerte a Jesús es colocado por el Evangelio de Juan unas cuantas semanas antes –no se puede precisar más- antes de la semana de Pasión (Jn 11, 47-50). D. La acción de Jesús contra el Templo y su “purificación”, narradas por el Evangelio de Juan al principio y no al final del ministerio público de Jesús (Jn 2, 13-22), indican al menos que la fecha de estos acontecimientos no era absolutamente segura. Estas cuatro consideraciones, unidas al argumento de la posible compresión de eventos, y de la tendencia a la dramatización en las narraciones evangélicas, más la inverosimilitud de que todo ocurra en la semana preparatoria de la Pascua y la fiesta de los Ácimos, nos parece que hacen plausible una entrada de Jesús en Jerusalén no una semana antes de la Pasión, sino en la fiesta de los Tabernáculos. Sobre la inverosimilitud de la pasión corta, aducía las siguientes notas: Es muy inverosímil la acumulación, o compresión de acontecimientos en un espacio tan breve de tiempo: apenas una semana. Desde el domingo, día de la solemne entrada de Jesús en Jerusalén aclamado como mesías, hasta su muerte en un viernes 14/15 del mes de nisán (véase más adelante, p. *) se suceden los siguientes hechos: - Ingreso triunfal en Jerusalén - Jesús llora por el trágico destino de la ciudad - La denominada “Purificación del Templo” - Maldición de la higuera - Insidias de las autoridades judías contra Jesús - Unos griegos quieren ver a Jesús - Unción en Betania - Traición de Judas - Preparación de la Pascua - Última Cena - Tránsito al Monte de los Olivos - Episodio de Getsemaní - Traición de Jesús - Jesús es apresado - Jesús ante el Sanedrín (“proceso judío”), más las negaciones de Pedro, más los episodios de burlas - Entrega a Pilato más la muerte de Judas - “Proceso romano” - Episodio de Barrabás - Episodio del “Ecce Homo” - Burlas romanas a Jesús - Camino del Gólgota - Episodio del Cireneo - Crucifixión - Episodio de los dos ladrones crucificados con Jesús - Muerte de Jesús - Sepultura Añádase a esto que desde la Última Cena hasta la sepultura transcurren solamente horas. Hay que sumar a estas acciones una dilatada tarea de enseñanza de Jesús en el Templo -y posiblemente en otro lugares- con los episodios didáctico-polémicos siguientes: - Disputa sobre el poder de Jesús y el bautismo de Juan - Discursos diversos en los que van incluidos las parábolas siguientes: de los dos hijos; de los malos viñadores; de los invitados a las bodas reales. En un segundo momento, discursos que contienen las siguientes parábolas: sobre los días del Diluvio y exhortación a la vigilancia; sobre los siervos fiel y el infiel; sobre las diez vírgenes; sobre los talentos/minas; sobre el juicio final. - La disputa pública con los fariseos sobre la cuestión del pago del tributo al César - Disputa pública con los saduceos sobre la resurrección - Enseñanza sobre el primer y más importante mandamiento - Disputa sobre la filiación davídica del mesías - Discurso general contra fariseos y doctores de la Ley - Lamentos sobre la ciudad de Jerusalén - Episodio del óbolo de la viuda - Largo discurso de Jesús sobre las señales del tiempo final (el denominado “Apocalipsis sinóptico”) - Largos discursos de Jesús en la Última Cena según el Evangelio de Juan. En conclusión: la hipótesis de una “Semana Santa corta”, me parece menos verosímil que la de una “Semana Santa larga”, en concreto de una duración de aproximadamente seis meses. Saludos cordiales de Antonio Piñero. www.antoniopinero.com Universidad Complutense de Madrid www.antoniopinero.com Universidad Complutense de Madrid
Viernes, 18 de Abril 2014
Notas
Hoy escribe Antonio Piñero
A pesar de la publicación del libro “¿Existió Jesús realmente?” en la editorial Raíces, Madrid 2010, me llueven continuamente las mismas preguntas sobre la existencia histórica de Jesús. Aprovecho estas fechas para resumir mi pensamiento. Tengo tres argumentos que abonan con notable fuerza la existencia histórica de este personaje. 1 El testimonio externo de Flavio Josefo en Antigüedades 18,63/64, el llamado Testimonio Flaviano. En este blog, a lo largo de semanas, F. Bermejo ha dejado bien claro que, eliminadas las glosas de escribas cristianos, el texto no es neutro sino negativo respecto a la persona de Jesús. En esta misma línea he insistido desde hace muchos años en que el inicio de este pasaje, su colocación en una lista de personajes nefastos para el pueblo judío que lo condujeron a la locura de oponerse, cual hormiga, al elefante que representaba el Imperio Romano, es imposible que sea invento de los cristianos. El vínculo de este texto con la descripción del siguiente personaje nefasto para el pueblo judío, indicando más o menos que “otro terrible mal le ocurrió a nuestro pueblo”, vuelve a señalar de nuevo que el personaje Jesús era nefasto a sus ojos. Tenemos aquí, pues, una prueba veraz por el criterio de dificultad. En esta misma línea considero aceptable el testimonio de Pablo al inicio de Gálatas (1, 18-19) cuando habla de que poco después de su llamada, que ocurrió unos dos o tres años después de la muerte de Jesús, “subió a Jerusalén para conocer a Cefas y no vio a ningún otro apóstol salvo Santiago el hermano del Señor”. De Pablo se ha dicho de todo pero no conozco a ningún autor sensato que haya indicado jamás dos cosas: 1ª que Pablo se inventó un hermano del Señor, 2ª que entendiera “primo” en vez de hermano. 2 El segundo argumento es la construcción literaria de los evangelios, sobre todo los canónicos incluido el de Juan. Me parece imposible un invento literario tan lleno de contradicciones y divergencias, además de que los evangelios presentan inequívocamente la existencia de dos referentes: A) la de un rabino o maestro de la ley fracasado y B) la existencia de un Cristo celestial, que los evangelistas consideran una sola cosa. Naturalmente el Cristo celestial es un constructo teológico pero lo del rabino fracasado parece imposible que sea un invento de una presunta iglesia primitiva o grupo de judíos confabulados para crear un mito literario. 3 El último argumento es el de la “economía”. Para un historiador de la antigüedad produce infinitos quebraderos de cabeza explicar el cristianismo sin la existencia histórica de ese maestro de la ley fracasado; es mucho más económico, sencillo y plausible aceptar la existencia histórica de Jesús que suponer que fue un mero constructo literario. Naturalmente, la existencia histórica de Jesús como profeta, proclamador del reino de Dios, maestro de la ley, sanador, exorcista, de postura notablemente antirromana, etc. no implica que la transmisión histórica de su figura no haya sufrido múltiples idealizaciones y transformaciones. Saludos cordiales de Antonio Piñero Universidad Complutense de Madrid Www.antoniopinero.com
Jueves, 17 de Abril 2014
Notas
Hoy escribe Fernando Bermejo
La anual conmemoración cristiana de la "Pasión" se presta a muy diversas reflexiones. Por ejemplo, sobre la inmensa distancia existente entre lo que parece haber ocurrido realmente en Jerusalén y sus alrededores con Jesús y sus secuaces y lo que sus seguidores contaron que ocurrió (la representación evangélica de la "pasión" es, desde el punto de vista histórico, una transmutación ético-estética deprimente o fascinante, según se mire); sobre los efectos deletéreos de tal representación en la imagen distorsionada que ha afectado milenariamente al pueblo judío; etcétera. Sin embargo, la idea cristiana de la muerte y resurrección de Jesús el Cristo como primicia de una resurrección colectiva evoca también pensamientos más productivos, cálidos y simpáticos. En el capítulo 15 de 1 Corintios Pablo de Tarso desarrolla esta creencia-esperanza, y formula algunas reflexiones sobre la naturaleza de los cuerpos resucitados -a las que él califica de "misterio". Es ahí donde dice que, al son de la última trompeta, "los muertos resucitarán incorruptibles y nosotros seremos transformados". Lo cierto es que ante la experiencia cotidiana de la incorregible imbecilidad y la incesante bajeza del autodenominado homo sapiens, el secreto anhelo de una transformación radical de esta naturaleza se hace perfectamente comprensible, y alberga en sí, al tiempo que una ilusionada necedad, también, de algún modo incontestablemente, cierta sublime grandeza. Al menos uno se reconcilia, por provisionalmente que sea, con algo de esa misma humanidad, cuando escucha la perícopa paulina (1 Cor 15, 51-53) en alguna buena ejecución del aria "The Trumpet shall sound" de El Mesías de Haendel. Aquí va el texto inglés del libreto: "Behold, I tell you a mystery; we shall not all sleep, but we shall all be changed -in a moment, in the twinkling of an eye, at the last trumpet. The trumpet shall sound and the dead shall be raised incorruptible, and we shall be changed. For this corruptible must put on incorruption, and this mortal must put on immortality". Entre las versiones fácilmente accesibles, les propongo las siguientes: https://www.youtube.com/watch?v=_rQYv8EsGSQ (con Dashon Burton) https://www.youtube.com/watch?v=aU_ttF4WTxY (con Sam Ramey) ¿Para cuándo la canonización de Georg Friedrich...? Saludos cordiales de Fernando Bermejo
Miércoles, 16 de Abril 2014
Notas![]()
Hoy escribe Gonzalo Del Cerro
Homilía III 70-73 Clemente, el “yo Clemente” de esta literatura, continúa comentando el hecho de la sucesión de Pedro por la personalidad de Zaqueo. Así suena el resumen de su recomendación: “Escuchad a vuestro obispo y no os canséis de dedicarle toda clase de honor, sabiendo que a través de él se lo ofrecéis a Cristo, y de Cristo llega hasta Dios” (H III 70,1). La voz del obispo es lo mismo que la voz de Cristo y, en consecuencia, la voz de Dios. Autoridad compatible con debilidad En teoría no sería problema que los jefes fueran pecadores. Una cosa es la autoridad, que es compatible con la debilidad, común a todos los miembros de la humanidad. Pero en el caso presente, Zaqueo es desde todos los puntos de vista irreprensible. El perfil de su nueva personalidad, trazada por el Salvador en el día de su encuentro y presentada por Pedro en sus comentarios, es una recomendación luminosa sin mezcla de dudas. Zaqueo es un auténtico maestro para las múltiples necesidades de los fieles de la comunidad cristiana. Criterio de vida comunitaria En las palabras dedicadas a la presentación del criterio de la vida comunitaria. Sabemos por las explicaciones de Pedro que Zaqueo está dedicado en alma y vida a su ministerio, lo que hace en silencio sin pedir nada. Pero los fieles tienen que tener en cuenta la actitud generosa y desprendida de Zaqueo, a quien deben atender con la misma generosidad que él practica para atenderles. Ayudar al obispo Zaqueo Como dice el relator, “no tiene tiempo libre para él”. Por ello deben sus fieles pensar en situaciones tan elementales como la manutención de su obispo. Pero Zaqueo morirá antes de humillarse como para pedir en actitud de mendigo lo necesario para sobrevivir. No faltan los críticos de siempre que hablarán de que todo parece algo así como la venta de la palabra o del servicio. Pero se trata de la mera supervivencia, nunca de lujos superfluos. Lo mismo sucedió al Señor que recibió gratis de sus amigos invitaciones y atenciones. Pero es un criterio válido para la convivencia cristiana. En consecuencia, “Honrad, a los presbíteros, a los catequistas, a los diáconos útiles, a las viudas que viven rectamente, a los huérfanos como hijos de la Iglesia” (H III 71,5). Pedro incluye al obispo en el elenco de los servidores de la Iglesia, entre los cuales figuran igualmente las viudas y los huérfanos, dos de los seres necesitados que más requieren los cuidados de los que participan de la misma esperanza. Porque siempre se menciona de por medio la salvación que es el destino natural de la vida cristiana. La consagración de Zaqueo Terminada la exhortación, Pedro consagró obispo a Zaqueo, el que más lo merecía y el que mejor preparado estaba para el cargo. El texto refiere de este modo la culminación del nombramiento del nuevo obispo: “Dicho esto, impuso la mano sobre Zaqueo diciendo: «Dueño y Señor de todas las cosas, Padre y Dios, guarda tú al pastor con su rebaño. Tú eres la motivación, tú el poder. Nosotros, el objeto de tu ayuda, tú el defensor, el médico, el salvador, la muralla, la vida, la esperanza, el refugio, la alegría, la espera, el descanso; en una palabra, tú lo eres todo para nosotros. Para la eterna posesión de la salvación, colabora con nosotros, líbranos, guárdanos»” (H III 72,1-2). Y añade en su plegaria un ruego especial por el nuevo consagrado: “Da al que preside la facultad de desatar lo que conviene desatar, y atar lo que conviene atar; tú hazlo sabio. Tú protege por él, como por tu instrumento, a la Iglesia de tu Cristo como a una hermosa esposa” (H III 72,4). Niceta y Aquila como informadores de Pedro La Homilía termina con escenas bautismales. Pedro llamó luego en su ayuda a Niceta y a Aquila, a quienes encargó que se dirigieran a Tiro y se alojaran en casa de Berenice, la hija de Justa la cananea, conocidas ambas por textos canónicos de Mc 7,24ss y Mt 15,21-28. Ellas podrían aportar datos interesantes acerca de Simón Mago, útiles para plantear el debate de forma idónea. Niceta y Aquila habían sido adquiridos por Justa de manos de los piratas. Más adelante veremos cómo se trata de los dos hermanos de Clemente, y conoceremos sus nombres auténticos. Saludos cordiales. Gonzalo Del Cerro
Sábado, 12 de Abril 2014
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Editado por
Antonio Piñero
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Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.
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