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Cada año que finalizamos un curso o ciclo académico parece obligado hacer resumen de aquellas asignaturas que tenemos pendientes, bien por falta de estudio, recursos o tiempos, o por simple procrastinación.
Los grandes problemas mundiales pasan en la actualidad por el establecimiento de un nuevo orden y una nueva perspectiva que derive en una nueva seguridad integral, integrada y globalizada.
El hecho es que, si hacemos un breve análisis, veremos que al menos una decena de esas asignaturas pendientes sigue casi igual que hace tiempo, lo que nos lleva a pensar que no les hemos dado la prioridad que les corresponde para poder hacer un buen balance.
Este es el caso de la Seguridad con mayúscula, ese amplio y universal concepto y objetivo que arrastramos y arrastraremos en todo tipo de actividad de nuestra sociedad.
Veamos con un poco de detalle la realidad de nuestro decálogo de asignaturas pendientes en materia de seguridad:
Riesgos y amenazas globales
Primero fue la 'pandemia' de COVID-19; luego, cuando comenzaba la recuperación, irrumpió el conflicto en Ucrania y las sanciones económicas a Rusia, para finalmente ingresar en un período de elevada inflación que arrojará a la economía mundial a un escenario de recesión por el alza de la tasa de interés internacional.
Estos impactos negativos han provocado una profunda alteración en la seguridad humana y ciudadana.
Con los recientes incrementos de amenazas y su complejidad, la falta de integración y unificación deja de ser un simple inconveniente para convertirse en un grave problema, al aumentar los riesgos y destacar vulnerabilidades para impedir respuestas coordinadas e integrales ante las contingencias derivadas de la materialización de los riesgos y amenazas.
El desafío de estas amenazas complejas tiene como mejor respuesta el planteamiento de una seguridad global y, en sus objetivos, su mejor valor añadido.
En este sentido, siendo imprescindible conocer los riesgos a los que están sometidos los sistemas de funcionamiento de las organizaciones para poder gestionarlos, están apareciendo multitud de guías formales e informales, aproximaciones metodológicas y herramientas o plataformas de soporte, para tratar de objetivar el análisis y la evaluación, especialmente en tiempo real.
Cultura de seguridad y concienciación ciudadana
El objetivo es plantear la cultura de la seguridad como un bien público, propiciando la evolución y desarrollo de un paradigma de seguridad compartido, que abarque de lo global a lo local. Los principales organismos centrados en el análisis del concepto de seguridad han dejado patente su carácter evolutivo y la necesidad de adaptarlo a las transformaciones acaecidas con la creciente globalización de la inseguridad.
Para ello, se impone la revisión de las políticas de seguridad, creando una novedosa cultura de seguridad integral e integrada, estableciendo los mecanismos de control y gestión de la seguridad física y lógica, y cuidando los sistemas, sin olvidar dimensionar la resiliencia.
Por Acuerdo del Consejo de Ministros, en mayo de 2021, se aprobó en España el Plan Integral de Cultura de Seguridad Nacional (Orden PCM/575/2021, de 8 de junio), a fin de servir de catalizador para la implantación progresiva de una cultura de seguridad inclusiva, participativa y colaborativa, todo ello con el fin de reforzar el Sistema de Seguridad Nacional, mejorar la coordinación y eficacia de la acción del Estado y la participación de la sociedad.
Para el desarrollo del Plan, se establece cuatro ámbitos de actuación: Formación, Comunicación pública y divulgación, Relevancia en el exterior y Participación, en los que se fomentará la colaboración y cooperación público-privada entre las comunidades de referencia.
Redefinición de la seguridad
De la convergencia a la seguridad global. Una necesaria redefinición y, sin duda, una nueva oportunidad para avanzar en la Seguridad Global de un mundo de retos colectivos y futuro incierto, con necesidad de entender las nuevas dinámicas sociales, económicas, energéticas y tecnológicas, para propiciar el desarrollo de ese amplio concepto de la nueva seguridad que va a estar presente de ahora en adelante.
También hemos de aprovechar la oportunidad para avanzar de la seguridad global a la seguridad local, enfocando una prevención + protección eficiente para los ciudadanos, dado que, en estos momentos, las amenazas se presentan con muchas dimensiones y formas, en ámbitos como la geopolítica, la delincuencia y terrorismo, las catástrofes naturales y, más recientemente, las pandemias mundiales. Hemos de pensar en global pero, actuar en local.
Nuevos retos y exigencias
Debemos ser conscientes de que en el mundo actual se están produciendo cambios profundos, no eventuales, y que es necesario contribuir de una forma más eficaz y realista a la mejora de la seguridad global. Desde esta perspectiva hemos de ayudar a instituciones y organizaciones a rediseñar nuevas estrategias en el nuevo mundo globalizado.
En este sentido, uno de los objetivos es dotar a las organizaciones de una metodología y tecnología sostenible de seguridad, haciendo converger a proyectistas, proveedores, integradores y gestores de soluciones con los propios usuarios que demandan adecuadas soluciones a sus nuevos retos y exigencias.
El pasado año, en la celebración de la XXX Cumbre de la OTAN en Madrid, se redefinió la seguridad mundial. Durante este encuentro de alto nivel se aprobó el nuevo Concepto Estratégico de la OTAN, un documento clave que define los desafíos de la organización internacional para la próxima década.
Una redefinición y, sin duda, una nueva oportunidad para avanzar en la Seguridad Global de un mundo de retos colectivos y futuro incierto con necesidad de entender las nuevas dinámicas sociales, económicas, energéticas y tecnológicas en el desarrollo de ese amplio concepto que es la seguridad global que va a definir el presente y futuro próximo y todas las asignaturas pendientes.
Todo ello, sin obviar la oportunidad para acometer los nuevos retos de un mundo que ha cambiado profundamente, en una Europa que tiene por delante la urgencia de terminar con la guerra en Ucrania, así como otras asignaturas pendientes igualmente importantes como la adopción nuevas estrategias y medidas a adoptar ante las permanentes oleadas de inmigrantes que buscan la supervivencia en un mundo mejor.
Adecuación de normativa y legislación
Otra asignatura pendiente de forma permanente es la necesaria actualización de la legislación en materia de seguridad en todos sus aspectos y frentes, así como la dinamización de nuevas normativas de aplicación, principalmente, para el control y gestión de las seguridades.
Como objetivo prioritario y asignatura pendiente se encuentran desde la Ley Orgánica 4/2015 de Seguridad Ciudadana, pasando por la Ley 5/2014 de Seguridad Privada y su falta de desarrollo reglamentario, hasta la posible adecuación a nuevo orden europeo de seguridad de la Ley 8/2011 de Protección de Infraestructuras Críticas, la Ley 7/2021 de Protección de Datos y el desarrollo de la legislación y normativa o Ley de Ciberseguridad de la UE.
Cabe destacar que los cambios que produjo esta directiva europea fueron tan importantes que la propia normativa sobre protección de datos española tuvo que actualizarse para adaptarse a ella. El gran desconocimiento de la normativa sobre protección de datos, así como la privacidad de los mismos, es aún una asignatura pendiente para muchas organizaciones.
En todos los casos, su inicial establecimiento supuso un notable avance para el desarrollo de la seguridad en España, y se reconoció la madurez de las organizaciones de seguridad, lo que ayudó a superar el concepto de control para pasar a una integración operativa y un planteamiento de servicios en asociación público-privada, siempre desde una perspectiva holística, especialmente en lo que se refiere a la protección de los activos de las organizaciones, para garantizar el funcionamiento de las infraestructuras críticas frente a todo tipo de riesgos.
Por otro lado, también la Ciberseguridad es la asignatura pendiente de la transformación digital, con gran preocupación por su dimensión y aplicación transversal para las organizaciones y ciudadanos.
Nuevas soluciones innovadoras
La industria de las seguridades se encuentra en una posición única para identificar los potenciadores más importantes, los eventos disruptivos y los desarrollos derivados de las nuevas tendencias, exigencias y retos, que darán forma al nuevo panorama de la seguridad global.
Especialmente, 2023 seguirá siendo un año en el que se irá consolidando la importancia de la seguridad para proteger los diferentes ámbitos institucionales, industriales y comerciales, con nuevas aplicaciones tecnológicas y sistemas de integración y monitorización global
Así, cabe destacar:
- La gestión de accesos securizados, que ya es y será una necesidad para las organizaciones y se espera que su adopción sea impulsada por medidas regulatorias internacionales.
- La Protección de las infraestructuras críticas con nuevas exigencias de protección y desarrollo de los planes de seguridad, contingencia y continuidad.
- La implementación de soluciones “zero trust” para facilitar la visibilidad y garantizar el mejor control y gestión de la seguridad global de forma integral e integrada en todo el proceso.
- La seguridad de acceso “just in time” a los recursos de IT justo en el momento en el que se necesitan.
- La autentificación de procesos, principalmente para la ciberseguridad de los dispositivos y aplicaciones conectados.
- La capacidad de establecer la autentificación de los sistemas de control de acceso biométrico y la videovigilancia, cada vez más fundamentales.
- La ciberseguridad estructural OT que requerirá de nuevas soluciones personalizadas por sectores de actividad.
- La combinación de IoT, la nube y las tecnologías móviles está impulsando de forma continua la transformación digital en la industria de la seguridad y, por tanto, presentando nuevos retos.
En cualquier caso, caminar hacia esta seguridad global, requiere de propuestas viables y prácticas y, sobre todo, de mucho compromiso por parte de los especialistas de las distintas seguridades o disciplinas en las organizaciones, teniendo siempre en cuenta los numerosos riesgos y las amenazas que, como nuevos retos, aguardan hoy en día a cualquier organización.
Nuevos líderes para la seguridad
Para la nueva visión y misión de la seguridad integral e integrada, junto a la inteligencia operativa y la gestión global, es preciso que los responsables de la seguridad corporativa cambien su habitual posición de una postura funcional, especializada y experta, a una posición con visión global de la organización, que observe y analice de manera transversal la información y, dentro de ella, lo que puede afectar de manera global y sostenible a la continuidad.
Es cada vez más amplio y complejo el asunto de determinar quién debe ser el encargado de controlar la seguridad de las organizaciones, y es ahora cuando debemos subrayar la importancia del nuevo perfil del Director Ejecutivo de Seguridad Global (CSO, CISO, CTI, etc.) que deberá poseer una formación, conocimientos, competencias y habilidades adecuadas para garantizar esa seguridad global y proactiva (prevención + protección) de todos los activos de la organización, generando las respuestas correctas ante los incidentes y contingencias críticas.
En este sentido, el nuevo «concepto de la seguridad global» ya está iniciando el cambio de rol que los profesionales y especialistas de seguridad deben desempeñar incrementando valor compartido a la organización.
En definitiva, estamos en los planteamientos hacia un Director de Seguridad Global, con visión holística, multidisciplinar y alta capacidad de gestión, reportando directamente a la Dirección General (CEO) y gestionando el riesgo global de la organización.
Digitalización e Inteligencia Artificial (IA)
La transformación digital ha traído consigo un cambio a implementaciones en la nube y nuevos modelos de servicio que ha brindado oportunidades para gestionar el control en aplicaciones de seguridad, activos físicos y datos, así como el uso de nuevos formatos ha permitido una autenticación confiable y ágil.
La implementación en los últimos años de la Inteligencia artificial (IA) en aplicaciones sociales y de seguridad se ha infiltrado en multitud de dispositivos y seguirá poniendo a disposición una auténtica invasión de esa inteligencia artificial a todos los niveles, incluido el de la seguridad.
La legislación y la reglamentación relacionadas con el desarrollo y el uso de tecnologías y aplicaciones basadas en la inteligencia artificial en materia de seguridad en el ámbito internacional y regional, es una asignatura pendiente.
Colaboración público-privada
La seguridad es y será el nuevo reto, principalmente en los ámbitos públicos, ciudadanos y empresariales. Sus responsables se hacen más importantes en todas las entidades, con la misión de prevenir los riesgos y amenazas y garantizar la gestión e intervención, minimizar los daños o pérdidas y garantizar la seguridad.
Es un hecho claro que, ante la gravedad de los nuevos riesgos y las amenazas que a diario se deben afrontar, es una obligación la colaboración a nivel operativo de la Seguridad Privada con la Seguridad Pública.
El presente y futuro de la seguridad ciudadana, ofrece una serie de ventajas muy positivas debido a la existencia de proveedores con una alta especialización, profesionales responsables de los sectores públicos y privados participantes e implicados en los proyectos en clara alianza de colaboración entre especialistas públicos y privados. Es a través de la colaboración operativa que se facilitarán las actuaciones necesarias para poder optimizar la respuesta ante los nuevos retos en la seguridad global y, especialmente, en la protección de infraestructuras críticas.
España es una potencia en seguridad pública y privada pero, precisa avanzar en sus asignaturas pendientes.
Formación especializada
Los nuevos retos y nuevas respuestas globales hacen precisa también una visión compartida, y la preparación adecuada de cada vez más profesionales ejecutivos y operativos, que han de acreditar una formación y capacitación especializada, no lineal, basada en estrategias y pensamientos exponenciales abiertos y flexibles que les convierta en los lideres de la seguridad que hoy precisamos.
Hay que adecuar nuevos programas de formación de seguridad global y promover la educación y concienciación de las personas en relación con los diferentes tipos de delitos, sus consecuencias y las medidas preventivas que pueden tomar para protegerse, a sí mismos, y a sus comunidades, creando una nueva cultura de seguridad.
La globalización viene marcando el ritmo sobre las capacidades del Estado y de la comunidad y sus infraestructuras, que viven este proceso con un aumento de la inseguridad.
Actualmente, los riesgos y las amenazas se presentan con muchas dimensiones y formas, derivadas de la inestabilidad geopolítica, la delincuencia y terrorismo, las catástrofes naturales y, más recientemente, las pandemias mundiales y la guerra en Ucrania.
Hemos de estudiar los grandes cambios y tendencias que vivimos, diferenciando los riesgos económicos, políticos y de seguridad que nos acechan, para diseñar un nuevo escenario de futuro en el que un modelo de gobernanza global de seguridad sea capaz de responder a los nuevos retos y exigencias de prevención y protección.
La seguridad se ha de entender, por tanto, como un proceso global, integral e integrado, constituido por todos los elementos técnicos, materiales, humanos y organizativos relacionados con el sistema y su funcionamiento.
Infraestructuras Críticas y Estratégicas
Como definición previa, se entienden como Infraestructuras críticas y estratégicas “Aquellas instalaciones, redes, servicios y equipos físicos y de tecnologías sobre las que descansa el funcionamiento de los servicios esenciales y cuya interrupción o destrucción produciría un impacto mayor en la salud, la seguridad o el bienestar económico y social de los ciudadanos o en el eficaz funcionamiento de la Administración”.
Al objeto de alcanzar un adecuado grado de protección en las instalaciones estratégicas clasificadas como infraestructuras críticas, frente a los riesgos o amenazas de sucesos o actos ilícitos deliberados que afecten a la protección del sistema, la Secretaría de Estado de Seguridad aprueba las revisiones de los Planes de Protección, competencia atribuida al Ministerio del Interior.
Seguridad Global
En las últimas décadas, la seguridad global se ha configurado como una prioridad fundamental en España. Retos como la lucha contra el terrorismo y la delincuencia organizada o la especial incidencia en la ciberseguridad, resultan primordiales dentro de nuestra política interior y exterior.
La seguridad global es uno de los pilares fundamentales sobre los que se deben apoyar las organizaciones, y ha de entenderse como un objetivo integral e integrado que tiene como finalidad la protección de personas y bienes o activos, además de servir para proteger intereses y objetivos estratégicos o de funcionamiento esencial.
El contexto en el que se está operando, y la importancia que está asumiendo y asumirá la seguridad global, demandan nuevos tipos de análisis y conocimiento multidisciplinar de las soluciones a aplicar.
Hay que tener en cuenta que el concepto de seguridad global es especialmente importante en el ámbito de la Protección de las Infraestructuras Críticas (PIC). Para ello, se ha de establecer una Política General de Seguridad Global donde han de tenerse en cuenta los aspectos fundamentales, como: la protección de los servicios esenciales; la gestión estratégica de la seguridad alineada con la política de riesgos; la estructura organizativa y de responsabilidades en materia de seguridad integral; la responsabilidad, compromiso y participación de todo el personal; la formación especializada y concienciación de los recursos humanos adscritos a la prevención y protección; el desarrollo y gestión de capacidades para la prevención, detección, protección, respuesta, resiliencia y recuperación; la colaboración con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad; el cumplimiento normativo y aplicación de buenas prácticas; y la mejora continua de los procesos de seguridad implementados.
La prevención en el sistema PIC ante ataques deliberados es la columna vertebral sobre la que se sustenta el entramado de los distintos planes que los denominados operadores críticos deben elaborar para garantizar la seguridad de las infraestructuras. Así, se priorizará el impacto sobre la probabilidad, asegurando que cualquier infraestructura se encuentre prevenida ante un ataque deliberado, independientemente de la probabilidad que tenga de sufrirlo.
Por ello, los Planes de Seguridad del Operador (PSO) y los Planes de Protección Específicos (PPE), coordinados por el Centro Nacional de Protección de Infraestructuras Críticas (CNPIC) e inspeccionados por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, que igualmente cooperan en la elaboración y valoración de Planes Estratégicos Sectoriales y Planes de Apoyo Operativo, constituyen el elemento esencial de prevención sobre los riesgos y amenazas.
Infraestructuras críticas y seguridad global
Desde la perspectiva de la seguridad global hemos de ayudar a organizaciones públicas y privadas a que diseñen nuevas estrategias en un mundo globalizado que sigue su desarrollo.
Solo una seguridad global, integral e integrada, garantiza una protección eficiente frente a amenazas globales y, para ello, hemos de redefinir las políticas de seguridad, crear una nueva cultura de seguridad integral, establecer los mecanismos de control y gestión de la seguridad física y lógica, monitorear el sistema de seguridad y evaluar la resiliencia.
Una nueva redefinición y una nueva oportunidad para avanzar en la Seguridad Global en un mundo de retos y exigencias colectivas y futuro incierto, con necesidad de entender las nuevas dinámicas sociales, económicas, energéticas y tecnológicas para propiciar el desarrollo de ese amplio concepto de la nueva cultura de seguridad que va estando cada vez más presente.
Los desafíos que sugiere el nuevo contexto global de riesgos y amenazas requieren soluciones de seguridad innovadoras, tanto en el ámbito público como en el privado, que incorporen a la inteligencia y la tecnología como bases de una estrategia de seguridad necesaria para operar en las organizaciones y la sociedad en su conjunto, pero sin olvidar que el valor social contribuye a crear valor económico, y viceversa, siendo inexcusable el contemplar como un todo ambos tipos de valores.
Con ello, podemos ofrecer soluciones holísticas a la Gestión del Riesgo de las Infraestructuras Críticas y Estratégicas que, sin duda, requieren productos y servicios de seguridad adecuados a sus específicos riesgos, amenazas y vulnerabilidades.
Hemos de ser capaces de entender el ecosistema actual de la seguridad global y realizar un análisis profundo de sus fallos y de los retos más importantes a los que se enfrenta. Para ello, se ha de estudiar a fondo el impacto de la globalización y de los cambios sociales y económicos que vivimos, en la seguridad y sus organizaciones. Es preciso identificar las grandes tendencias de la seguridad, además de algunos de los riesgos en infraestructuras críticas, para evaluar su posible impacto y poder analizar las complejidades en la toma de decisiones, sin olvidar la importancia del liderazgo de la seguridad a nivel internacional, calculando sus capacidades y resiliencia.
La Comisión Europea ha propuesto reforzar la resiliencia de las infraestructuras de la UE mediante un “Plan de cinco puntos para unas infraestructuras críticas resilientes”, presentado en el Parlamento Europeo. Este plan tiene por objeto proteger las infraestructuras críticas en tres ámbitos prioritarios: preparación, respuesta y cooperación internacional. A tal fin, prevé un papel de apoyo y coordinación por parte de la Comisión, para mejorar la preparación y la respuesta frente a las amenazas actuales más importantes, así como una cooperación reforzada entre los Estados miembros y con terceros países vecinos. Cabe destacar que se prioriza sobre los sectores clave de la energía, la infraestructura digital, el transporte y el espacio.
Nuevos retos y nuevas respuestas globales que hacen precisa también una visión compartida, junto a la preparación adecuada de cada vez más profesionales, ejecutivos y operativos, que han de acreditar una formación y capacitación especializada, no lineal, basada en estrategias y pensamientos exponenciales, abiertos y flexibles, que les convierta en los lideres de la seguridad que venimos precisando.
Los Directores de Seguridad (CSO y CISO), marcados por diversas situaciones acontecidas como la reciente pandemia, la aceleración de la transformación digital, la globalización de los riesgos y amenazas, etc., se encuentran motivados para un mayor desarrollo de sus carreras de cara a los nuevos retos, para abordar problemas transversales y globales con un mayor horizonte y una visión cooperativa.
La implementación y gestión de la seguridad Integral e Integrada exige una nueva figura con una visión holística y ejecutiva, un nuevo Director de Seguridad Global.
Hasta hace poco, integrar la seguridad física y lógica bajo un único responsable como Director de Seguridad era una decisión voluntaria de cara a la optimización de recursos, que han venido adoptando algunas organizaciones pero, especialmente por lo acaecido en los últimos años, ya no es un asunto de optimización, sino que se ha vuelto inevitable e irreversible, sobre todo si se trata de entidades o infraestructuras críticas o estratégicas.
Por todo ello, se impone la revisión de las políticas de seguridad, creando una nueva cultura de seguridad global, integral e integrada, estableciendo los mecanismos de control y gestión de la seguridad física y lógica, y teniendo especialmente en cuenta la implementación de los nuevos sistemas y el potenciamiento de la resiliencia.
El objetivo es plantear la nueva cultura de la seguridad como un bien público, propiciando la evolución y desarrollo de un paradigma de seguridad de valor compartido, que abarque de lo global a lo local.
En el ámbito de la cultura de seguridad nacional, el año 2022 ha estado marcado por la consolidación de la estructura que permitirá el desarrollo del Plan Integral de Cultura de Seguridad Nacional. Así, el Consejo de Ministros acordó las normas de funcionamiento, tanto para el Grupo Interministerial de Seguimiento y Evaluación de la Cultura de Seguridad Nacional, como del Foro Integral de Cultura de Seguridad Nacional.
Estamos ante un nuevo cambio de paradigma en la Seguridad Global, (integral e integrada, pública y privada) como respuesta a los nuevos y grandes retos y exigencias derivadas del avance de la globalización.
Queremos progreso y bienestar para todos, pero no podemos olvidar su precio. Todo nuevo desarrollo implica el coste de su implementación, más el de sus estudios de impacto y consecuencias, su cuidado, su buen uso, su mantenimiento y la permanente formación de las personas que garanticen el perfecto funcionamiento y protección de las vidas y bienes implicados.
Dimensionar la seguridad que requiere cada innovación, evolución o investigación, tiene que darse como requisito imprescindible, sin el cual no puede ponerse en marcha ningún avance.
Crezcamos, pero no en vertical ni horizontal, sino de forma esférica, integradora y consciente, de manera que se contemple de antemano el bien del conjunto y la detección de los riesgos y amenazas que toda disarmonía puede llegar a producir. Sólo así la seguridad adquiere su más importante dimensión, que, como en medicina, es la preventiva.
Si bien la eclosión repentina de las nuevas aplicaciones de la Inteligencia Artificial (IA) está generando todo tipo de temores inmediatos, como la falsificación de imágenes y voces en Internet, no solo se presentan verdaderas amenazas con estas tecnologías sino, sobre todo, grandes posibilidades para cambiar el mundo y su seguridad.
Está claro que la IA ha llegado para quedarse y creo que no se puede parar y debemos avanzar con y para la seguridad.
La inteligencia artificial (IA) se viene convirtiendo en una de las tecnologías más importantes de nuestro tiempo. Desde la seguridad de los sistemas virtuales hasta su aplicación en los vehículos autónomos, la IA se utiliza cada vez más en nuestra sociedad en todos los niveles.
Ya es la tercera ola de la digitalización y se estima que puede impulsar el crecimiento de la actividad económica europea en torno al 20% para 2030. Pero, también puede incrementar el bienestar humano o causarle daño, si no se emplea con y para la seguridad de las organizaciones y los ciudadanos.
Los avances de la IA en los últimos tiempos están siendo vertiginosos, tanto que ya se proyecta y está involucrada profundamente en la industria tecnológica de la seguridad.
Aplicaciones en y para la seguridad. Objetivos y retos
A nivel profesional y empresarial de la seguridad veremos cómo aquellos trabajos cuya información esté estructurada se verán reemplazados, haciéndolos más productivos y originando otros nuevos nichos de mercado para las aplicaciones de seguridad física y lógica. Ello implica el desarrollo de algoritmos y sistemas que pueden aprender de la experiencia y mejorar su desempeño con mayor eficacia y seguridad.
Así, desde lo general a lo particular, desde los medios de la seguridad pública contra la delincuencia, pasando por las nuevas implementaciones de smart cities, hasta el fortalecimiento de las infraestructuras críticas y estratégicas, la predicción de desastres naturales y el rastreo de virus, se están adoptando las soluciones que la Inteligencia Artificial puede aportar cuando la incorporamos en los planes de seguridad pública y privada.
Con todo su potencial, positivo y negativo, el binomio IA/Seguridad se está convirtiendo en un desafío importante.
El primer objetivo importante para la Inteligencia Artificial es promover una nueva cultura preventiva para anticiparse a hechos delictivos y mejorar los procesos de control y seguridad.
Así, ya es posible hacer una vigilancia y control preventivo y predictivo, es decir, empleando nuevos algoritmos, ser capaces de aportar datos precisos respecto al lugar, tipología de incidencias, de autores y víctimas o consecuencias.
Es una realidad que en España, mediante el análisis e investigación de señales de comunicaciones y tecnologías de videovigilancia, los departamentos de inteligencia y seguridad consiguen información exhaustiva para poder maximizar la efectividad de sus estrategias y tácticas con decisiones operativas de inteligencia artificial aplicada a la seguridad ciudadana.
Consecuentemente, la IA tiene un gran potencial de eficacia en el campo de la seguridad, desde: la prevención del delito, analizando datos sobre los patrones de comportamientos delictivos, pasando por la vigilancia y seguridad pública, analizando imágenes y vídeos de cámaras de seguridad, hasta la protección de infraestructuras críticas, a fin de prevenir y detectar posibles ataques cibernéticos y físicos contra instalaciones esenciales. Del mismo modo, en la lucha contra el terrorismo, analizando datos sobre los patrones de comportamiento y las conexiones entre individuos sospechosos, hasta, finalmente, la organización y aplicación de planes de emergencia y rescate, mediante el uso de sensores visuales para monitorear objetos y personas (además de la velocidad con la que estas se están moviendo), a través de los controles de seguridad o sistemas de videovigilancia y cámaras térmicas asistidas por IA, capaces también de medir la temperatura corporal en tiempo real.
Evolución, formación y capacitación
Para todo, la IA va evolucionando y seguirá haciéndolo en varios ámbitos como: el aprendizaje automático (técnica que permite a los sistemas de control y seguridad implementar aprendizajes a través de la experiencia); la construcción de robots y drones capaces de realizar tareas físicas y mecánicas, utilizando sensores y sistemas de vigilancia y control; la visión artificial, referida a la capacidad de los sistemas de seguridad para interpretar y analizar, a través de imágenes y videos, la detección de objetos, la vigilancia y la identificación facial.
Con la IA, los sistemas de seguridad pueden identificar patrones más complejos en las imágenes y mejorar la precisión de la detección y control de los objetivos propuestos o sus pautas de movimiento o comportamiento, generando información situacional o la clasificación tanto de objetos como de personas en una misma imagen.
En este sentido, tendremos que aprender a utilizar el nuevo ChatGPT de manera práctica para diseñar y desarrollar nuevos sistemas y servicios de seguridad y ser capaces de redactar y calcular propuestas ajustándose a las condiciones particulares del usuario y contemplando la normativa legal vigente. Las herramientas de inteligencia artificial serán más ágiles y precisas para el nuevo planteamiento de planes y sistemas de seguridad.
Soluciones de IA para ciberseguridad
Capítulo aparte, merece referirse a la ciberseguridad pues, a medida que los ciberataques crecen en volumen y complejidad, la inteligencia artificial ayuda a los analistas de operaciones de seguridad a anticiparse a las amenazas. La IA permite detectar, clasificar y contextualizar mucha más información y de forma mucho más rápida y eficiente de lo que pueden lograr los equipos de profesionales de la seguridad.
Así, proporcionando la información adecuada a nuestro sistema de IA, el software nos ayudará a localizar nuestros objetivos o dispositivos, identificar las suplantaciones extrañas y descubrir, de forma instantánea, qué incidentes de seguridad son evidentes y cuáles son en realidad los pasos de un plan más complejo y amenazante. La IA ayuda a reforzar las posibles brechas en el personal de ciberseguridad.
Igualmente, en un tiempo en el que el ritmo de la transformación digital está acelerado en todo el mundo, la disponibilidad de profesionales de ciberseguridad con formación y experiencia es especialmente deficitaria, y la inteligencia artificial puede ayudar a cubrir una necesidad de talentos que supone millones de trabajos de ciberseguridad demandados.
A modo de conclusiones
En definitiva, la IA tiene el potencial de transformar el sector de las seguridades de una manera que antes parecía inimaginable. Desde la prevención del delito hasta la protección de infraestructuras críticas y la lucha contra el terrorismo, la IA está abriendo nuevas posibilidades para el futuro de una seguridad más eficaz y eficiente. Si se utiliza correctamente, la IA puede mejorar la respuesta ante las incidencias y emergencias, reducir el riesgo de delitos y mejorar la seguridad integral, pública y privada.
Como se ha dicho, irreversiblemente, la IA es una tecnología que va a cambiar el mundo y la forma de trabajar, pero también va a aportar seguridad y beneficios sociales muy destacados.
Finalmente, y para ayuda en asegurar el proceso y desarrollo, la UE podría tener en vigor en 2025 una legislación específica, una Ley de Inteligencia Artificial para garantizar el objetivo de conseguir beneficios para toda la sociedad, respetando la privacidad de los datos y protegiéndose frente a previsibles errores y ataques maliciosos.
No obstante, es importante destacar que, aunque existen peligros potenciales de la IA en el futuro, la prevención crece al mismo ritmo, pero nunca van a ser completamente evitables. Es responsabilidad de las organizaciones y usuarios de la IA, no sólo adelantarse a esos peligros, sino asegurarse de que, en toda circunstancia, se utilice de manera ética y responsable, implementando medidas que garanticen su buen uso y el control permanente.
La IA puede tener un impacto muy positivo en la sociedad y el desarrollo de la economía, pero esto depende de cómo se manejen los riesgos, amenazas y vulnerabilidades asociadas a ella.
En los últimos años la ciberseguridad ha venido tomando el protagonismo que le corresponde, pero los niveles de concienciación e implicación están todavía lejos de lo adecuado.
Las personas son el eslabón más débil de la cadena de seguridad de la información, y las comunicaciones representan la puerta de entrada en más del 90% de los ciberataques que sufrimos a través de los medios digitales.
El 94% de las empresas de España ha sufrido un incidente de ciberseguridad en el último año. Un dato alarmante, según asegura un reciente estudio publicado por la red de servicios internacional Deloitte.
De hecho, España se posicionó en 2022 como el tercer país a nivel mundial en materia de ciberataques, después de haber sufrido en 2021 más de 300.000 delitos informáticos, lo que se considera la mayor ola cibercriminal del país hasta el momento.
Los ciberataques suponen una vulnerabilidad muy grande en las organizaciones y, las pérdidas económicas y de información, además de ser muy importantes, representan un perjuicio en la imagen y reputación personal y de las instituciones.
Los ciberdelincuentes aprovechan el desconocimiento, la exposición y las vulnerabilidades de los usuarios para acceder a la información de nuestros dispositivos, a fin de utilizarlos en contra de las personas y de las organizaciones.
Cuando una organización sufre una incidencia, las consecuencias trascienden inmediatamente y el impacto del propio ataque pone en riesgo la confianza, la reputación, la credibilidad y el desarrollo de la actividad de la organización atacada. Consecuentemente, los órganos de gobierno de las organizaciones deben reforzar su capacidad de resiliencia al mismo ritmo que lo hace con la ciberseguridad, lo que supone un importante desafío.
Objetivos de la concienciación
Los pilares fundamentales de la ciberseguridad son las personas, los procesos y los sistemas y tecnologías.
En este sentido, el objetivo de la concienciación de las personas no es convertir a los empleados en expertos en seguridad de la información, sino trasladar las mejores prácticas en materia de prevención y protección para que pueda adoptar pautas de comportamiento seguro en los distintos entornos en los que desempeñan su actividad.
De esta forma, no solo se mejora la cultura de seguridad de la organización sino que se optimizan los procesos con garantías de protección. Así, se Identificará fácilmente los riesgos y amenazas a los que se está expuesto, así como sus potenciales consecuencias.
Igualmente, es objetivo importante conocer cómo actúan los ciberdelincuentes, sus motivaciones y modus operandi para saber aplicar las medidas de seguridad adecuadas y así prevenir la mayoría de los ciberataques.
La comunicación de todos los aspectos vinculados con la ciberseguridad de una organización es también objetivo importante.
Por último, se deberá mantener siempre actualizados los procesos de control, supervisión e inteligencia, que permitan medir los resultados y desviaciones para mantener un análisis de la información fiable y constante que provenga del funcionamiento y estado de seguridad de todos los procesos derivados de la actividad de la organización.
Concienciación e implicación
Para conseguir de forma efectiva la concienciación e implicación de todo el personal hay que definir previamente la política de seguridad en la propia estructura de la organización.
Para ello, la primera fase para prevenir la materialización del riesgo o cualquier ciberamenaza es identificarlas o conocerlas para establecer las medidas de prevención.
Una vez identificados los riesgos y amenazas, estableceremos las medidas de concienciación y prevención que debamos aplicar para minimizar o, en el mejor de los casos, eliminar esas vulnerabilidades, riesgos y amenazas a los que estemos expuestos.
En este sentido, la implicación de la alta dirección juega un papel clave para fortalecer el establecimiento de medidas de seguridad.
La concienciación es, en cualquier caso, más prioritaria que nunca y requiere poner en marcha iniciativas de sensibilización y capacitación para todo el personal.
Seguridad y ciberseguridad
Desde hace mucho tiempo, la seguridad ha de establecerse con una visión integral e integrada de la seguridad física y la lógica, para protección de los activos y la información de las organizaciones.
Esta integración se debe basar en una sinergia perfecta también entre las operaciones y la seguridad, consiguiendo así que esta última, además de velar y proteger los intereses y activos de la organización, aporte un valor añadido, diferencial y competitivo. Esta circunstancia tan solo es posible cuando por parte de los departamentos y responsables de seguridad se dispone de un profundo conocimiento de la actividad y sus riesgos.
Para ello, a la hora de definir un plan de seguridad, previamente se deben identificar y cuantificar los riesgos, amenazas y vulnerabilidades implícitos en la actividad y las personas y bienes o activos a proteger.
A continuación, debemos definir las políticas de seguridad necesarias para proteger y prevenir las potenciales consecuencias de los riesgos identificados, y que estas estén en consonancia con la actividad.
Por todo ello, las medidas y medios de ciberseguridad ya no son una opción más, han de estar integrados en el Plan de Seguridad para garantizar la salvaguarda de la información y proteger activos intangibles, como la reputación de la organización.
En este sentido, el Consejo de Administración debe implicarse y transmitir su compromiso a la Dirección de Seguridad y al resto de los empleados, para minimizar el impacto en su modelo de organización y funcionamiento.
Comunicación y formación
El escenario de trabajo definido, desde el punto de vista de la seguridad de la información, determinará el perímetro de protección de la organización y convierte a cada empleado en el nuevo entorno de seguridad a proteger y lo convierte en el punto más importante.
Por ello, la concienciación e implicación del empleado en la protección de la información que maneja y su comportamiento en el uso de los dispositivos y las tecnologías, requerirá de una especial formación y capacitación que convierte a la ciberseguridad en iniciativas básicas y fundamentales.
A través de esta capacitación se detectarán las ventajas y desventajas del medio digital y cómo está evolucionando la prevención y la protección en la organización.
Es imprescindible acompañar todas estas políticas de seguridad con medidas y protocolos complementarios, tanto de control, comprobación y seguimiento, como de identificación de nuevos riesgos y amenazas.
A modo de conclusiones
La labor de concienciación requiere del esfuerzo e implicación de todos en la ciberseguridad ya que tanto los ciudadanos, como las administraciones, organismos y organizaciones empresariales somos responsables del comportamiento en las comunicaciones, por tanto, todas las actuaciones tienen consecuencias directas en el resto de actores que participan y sólo desde el trabajo común y la responsabilidad compartida se podrá garantizar una mayor protección de los medios de gestión y comunicación.
La utilización de las nuevas tecnologías y equipamientos en el desempeño de nuestras actividades digitales, unido a la facilidad de acceso a Internet, ha convertido nuestros puestos de trabajo en versátiles, y podemos trabajar desde cualquier parte y comunicarnos en cualquier momento.
Esto hace que la concienciación e implicación en materia de seguridad de la información que manejan los empleados, sea la asignatura pendiente en el ámbito de la ciberseguridad, y es el elemento causante de incontables brechas de inseguridad capaces de afectar a organizaciones de cualquier tamaño.
En resumen, vamos a redundar sobre los puntos básicos que ha de tener en cuenta cualquier responsable de la seguridad de la información para minimizar el riesgo de inseguridad causada por el factor humano y son los siguientes:
- Hemos de establecer políticas de concienciación para facilitar la implicación de las personas en la ciberseguridad.
- Se han de realizar evaluaciones y acciones de concienciación de forma periódica a los empleados para conocer el nivel y cultura de protección de la información que poseen.
- Periódicamente se ha de realizar simulaciones de ataques a la información y datos y analizar los resultados.
- Es fundamental que todos los empleados conozcan la política de seguridad de la organización, y sepan muy bien qué se espera de ellos en términos de protección de la información y datos en línea.
- Se ha de proporcionar a cada empleado los medios y protocolos que sean necesarios para realizar su trabajo y mantener su concienciación e implicación.
- Hay que establecer, y animar a los empleados a utilizar contraseñas seguras, y a cambiarlas con frecuencia, proporcionando las herramientas adecuadas y el control que facilite el cumplimiento de los protocolos para el cambio de éstas.
- Hemos de asegurarnos que los empleados comprendan las consecuencias de las brechas de inseguridad o los ataques de los ciberdelincuentes para conseguir que se incremente su nivel de alerta y la preparación adecuada para identificar cualquier ataque de ingeniería social.
En definitiva, hagamos que la concienciación y la implicación en materia de ciberseguridad sea una parte importante de la cultura organizacional, creando retos que visibilicen a los empleados que tienen las mejores prácticas.
Los centros penitenciarios o dependencias carcelarias son también espacios complejos en base a su tamaño y arquitectura y, a medida que se incrementa la población de reclusos, se hace más importante contar con sistemas y tecnologías para la gestión y resolución de los desafíos que se presentan, a fin de garantizar la seguridad de su funcionamiento.
Manuel Sánchez Gómez-Merelo
Consultor Internacional de Seguridad
Ex-Coordinador de Seguridad en Instituciones Penitenciarias
Las múltiples deficiencias evidenciadas en los sistemas penitenciarios de la región hacen urgente el desarrollo de una amplia reforma penitenciaria que abarque distintos ámbitos.
Son imprescindibles y urgentes las reformas de los sistemas penitenciarios, destinando los recursos necesarios para acometer, adecuar y/o construir nuevas cárceles. Este es el verdadero desafío regional: Abordar definitivamente la insuficiencia de infraestructuras, la escasez del presupuesto destinado a resolver o al menos paliar ese abandono, los déficits crónicos en la administración y gestión penitenciaria, la deficiente calidad de los servicios y tratamientos, así como las carencias en los programas para la resocialización y reinserción de los penados.
En este sentido, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) expresa que, “los Estados no pueden alegar dificultades económicas para justificar condiciones poco dignas de las personas privadas de la libertad en establecimientos penitenciarios…” “El Estado tiene el deber de adoptar las medidas necesarias para proteger la integridad personal de los privados de libertad y abstenerse, bajo cualquier circunstancia, de actuar de manera tal que se vulnere la vida y la integridad de estas”.
Las carencias y situaciones actuales son las principales causas que generan el aumento cada vez mayor de la conflictividad y el hacinamiento en la población carcelaria. Sin embargo, hay quienes consideran que el hacinamiento no es una causa, sino más bien una consecuencia de la ineficiente intervención estatal, dado que, en la mayoría de los países de la región, se ha preferido usar medios coercitivos o represivos en vez de educativos.
No obstante, si bien las medidas de aseguramiento y tratamiento pueden tomarse como un medio para lograr la resocialización y reinserción social, lo cierto es que hay de dotar de nuevos recursos al Sistema Penitenciario y establecer mecanismos donde prevalezca la garantía de los derechos humanos.
Así, el nuevo planteamiento de las Alianzas Público-Privadas (APPs) puede ser el medio idóneo para que el Estado, en colaboración armónica con entidades privadas, desarrolle y organice un nuevo diseño, financiación, gestión y reestructuración del Sistema Penitenciario en los distintos países, con miras a que la población reclusa goce de los derechos constitucionales y, sobre todo, se garantice su seguridad y tratamiento para la reinserción social.
En este sentido, tenemos interesantes experiencias internacionales en la implementación de las Asociaciones Público- Privadas en el sector penitenciario para la creación de nuevas cárceles o modernización de las existentes, medida adoptada en varios países para hacer frente a la crisis carcelaria.
La incorporación de capital privado y/o gestión colegiada en los nuevos establecimientos penitenciarios puede ayudar a la disminución de la carga Estatal, paliando sus carencias y contribuyendo a una mayor eficacia y eficiencia en la resolución de este grave conflicto.
Como demuestra la experiencia de otros países, mejorando el sistema judicial y facilitando unas infraestructuras dignas y suficientes, así como la tecnología de control imprescindible, es posible la creación de un sistema penitenciario que propicie la instauración de un código de conducta correcto, tanto en los funcionarios como en los reclusos (que responderán como personas siempre que sean tratados como tales), permitiendo con ello el cumplimiento del fin último de resocializar y reinsertar al mayor número de reclusos posible, mediante la eliminación de las demoras judiciales, el hacinamiento, la sobrepoblación carcelaria y los nichos internos de delincuencia.
Para ello, la construcción de nuevos centros penitenciarios es prioritaria y, como mínimo y mientras tanto, sería imprescindible actualizar las infraestructuras y seguridad de los actuales, mejorando con carácter de urgencia las condiciones laborales del personal y planificando el trabajo con las demás Instituciones implicadas, así como con las instancias judiciales.
Todo ello, teniendo en cuenta que no se debe delegar funciones que son intransferibles e inherentemente del Estado.
Seguridad penitenciaria
En la actualidad, son muchas las amenazas que atentan contra la seguridad del sistema penitenciario y carcelario. Entre ellas, la falta de personal y su adecuada capacitación, que es una de las mayores deficiencias que ponen en peligro y vulneran la propia seguridad, tanto del personal, como de los internos y de las instalaciones.
El tema de la seguridad penaliza al sistema, los Gobiernos sólo favorecen medidas represivas porque, es tan negativa la visión sobre quien comete delitos, que nunca se ha tenido una política adecuada de prevención e integración social del penado y sólo entra en programa la represión, cuando una inversión adecuada y a tiempo en la clasificación y tratamiento podría ahorrar muchas vidas e incluso abaratar costes de reinserción.
Los objetivos principales de la seguridad en los centros penitenciarios son: impedir que se produzcan fugas de presos o altercados y motines; garantizar la seguridad de los internos e instalaciones; favorecer el objetivo de reinserción social. Se contempla en dos conceptos generales clave: la protección externa, para evitar fugas y agresiones y el control y la vigilancia interna, para evitar incidentes.
El planteamiento del sistema de seguridad se ha de hacer de forma integral y debe ser objeto del proyecto la implementación de una plataforma de gestión integral. Esta plataforma permitirá integrar todos los sistemas de control y seguridad tanto del interior (módulos y patios) como del exterior (perímetro y accesos), así como todas las lecturas del sistema de control de accesos (personas y vehículos) y todos metadatos de las cámaras y servidores de inteligencia artificial más avanzados.
Conclusiones
A modo de resumen puede afirmarse que la política pública penitenciaria en Latinoamérica ha fracasado, dado que no ha podido afrontar con éxito el crecimiento significativo de la población penitenciaria, el modelo actual no ha sido capaz de generar los resultados en recuperación, rehabilitación y resocialización de las personas privadas de la libertad, lo que está directamente relacionado con una inadecuada gestión de seguridad, tratamiento y salud penitenciaria.
Prácticamente la totalidad de los establecimientos penitenciarios está en malas condiciones o con infraestructuras obsoletas, situación que ha llevado a la imposibilidad de la ejecución y el desarrollo de los “planes” y “programas” de seguridad en el tratamiento penitenciario.
En la práctica, como lo demuestra la información empírica, no se está cumpliendo con la gestión de seguridad, tratamiento y salud penitenciaria, a pesar de la obligación legal, y lo estipulado en los manuales operativos. La gestión de las autoridades de los establecimientos penitenciarios se ha centrado principalmente en la custodia y represión de las personas privadas de la libertad.
En general, la percepción de los funcionarios sobre el modelo del sistema penitenciario vigente ha fracasado, al no centrar su gestión en la seguridad y tratamiento para la reinserción, así como carecer de los recursos presupuestarios que permitan el seguimiento de los resultados.
Además de construir más recintos carcelarios, urge reestructurar el régimen penitenciario y establecer políticas de tolerancia cero, para avanzar con una verdadera política de Estado que se haga cargo de la situación de los penados de cara a su reinserción y resocialización, tanto dentro, como cuando dejan los recintos penitenciarios.
El nuevo modelo de gestión penitenciaria debe contemplar y enfocar su gestión en la seguridad, el tratamiento y la salud de la población penitenciaria, centrándose en:
- Reformar la inoperativa política judicial imperante, con un menor uso de la prisión preventiva.
- Atender a la formación integral y especializada del personal penitenciario.
- Establecer una política penitenciaria que se enmarque dentro de una Estrategia de Reinserción Social.
- Considerar las alianzas público-privadas que pueden ser el medio idóneo para que el Estado ejecute sus planes de desarrollo, facilitando la administración, el financiamiento, la gestión y la reestructuración de un Sistema Nacional Penitenciario verdaderamente eficiente.
La creación de nuevas cárceles o modernización de las existentes es solo parte de las medidas que deben adoptarse en los distintos países de la región para hacer frente a la larga crisis penitenciaria.
Dedicado por más de 30 años a la Consultoría e Ingeniería de Seguridad y Defensa por más de 20 países como asesor para asuntos aeroportuarios, puertos, cárceles hospitales, entidades bancarias, museos, transporte ferroviario, servicios de Correos y puertos.
Es socio fundador y presidente para Europa de la Federación Mundial de Seguridad (WSF), Director para Europa de la Secretaría Iberoamericana de Seguridad, Asesor gubernamental en materia de integración operativa de seguridad pública y privada en diversos países latinoamericanos.
Como experiencia académica es profesor de postgrado en ICADE (Universidad Pontificia Comillas de Madrid) desde 1986, codirector de postgrado en la Facultad de Psicología (Universidad Complutense de Madrid) y director del Curso de Seguridad en Infraestructuras Críticas del Instituto General Gutierrez Mellado de la UNED, así como conferenciante habitual y profesor en más de 20 países sobre Seguridad y Defensa.
Su representación institucional es principalmente como Miembro Experto de la Comisión Mixta de Seguridad del Ministerio del Interior, Director para Europa de la Federación Panamericana de Seguridad (FEPASEP), representante “ad honores” de la Federación de Empresas de Seguridad del MERCOSUR (FESESUR), asesor del BID (Banco Interamericano de Desarrollo) para asuntos de Seguridad Ciudadana y Observatorio de Delincuencia en Panamá, socio fundador y de honor del Observatorio de Seguridad Integral en Hospitales (OSICH), socio fundador y vicepresidente de la Asociación para la Protección de Infraestructuras Críticas (APIC)
Autor y director de la BIBLIOTECA DE SEGURIDAD, editorial de Manuales de Proyectos, Organización y Gestión de Seguridad
Actualmente es presidente y director del Grupo de Estudios Técnicos (GET), socio-senior partner de TEMI GROUP Consultoría Internacional y socio-director de CIRCULO de INTELIGENCIA consultora especializada.
Tendencias 21 (Madrid). ISSN 2174-6850