Jueves, 17 de Abril
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Como es sabido, la Seguridad Privada no es nueva ni fruto de ninguna tendencia política significada, ni debe ser planteamiento alternativo a las posibles carencias de la Seguridad Pública o la potencial privatización de ésta.
Transcurría 1849 cuando se creó la figura de “Guarda Municipal de Campo”, la primera figura de seguridad privada en la historia reciente de España.
Como recordatorio, en la reciente celebración del “Día de la Seguridad Privada”, desde sus inicios a nuestros días, se ha venido desarrollando la actividad regulada por Órdenes y Reales Decretos, hasta que, en 1992, se aprueba la Ley 23/92 de Seguridad Privada que ordena la actividad y es primera norma de rango legal que regula todo el sector.
Con ello, “la Ley de Seguridad Privada pasa de poner el acento en el principio de la subordinación a desarrollar más eficazmente el principio de complementariedad a través de otros que lo desarrollan, como los de cooperación o de corresponsabilidad…” y, en resumen, ratifica que, en el modelo español, la seguridad privada es auxiliar, complementaria, subordinada, colaboradora y controlada por la Seguridad Pública.
A efectos de la Ley se entiende por seguridad privada: “el conjunto de actividades, servicios, funciones y medidas de seguridad adoptadas por personas físicas o jurídicas, públicas o privadas realizadas o prestadas por empresas de seguridad…
Todo ello, para hacer frente a actos deliberados o riesgos accidentales… con la finalidad de garantizar la seguridad de las personas, proteger su patrimonio y velar por el normal desarrollo de sus actividades”.
Por tanto, y según se expresa en la Ley, “… la seguridad privada se ha convertido en un verdadero actor de las políticas globales y nacionales de seguridad”.
En este sentido, no siendo defendible ni planteable la privatización de la seguridad pública, las voces altisonantes no salen del absurdo, quizá desconocedoras de la realidad y evolución de la seguridad privada dentro de la sociedad actual y la evidencia de que no es sostenible como alternativa a las posibles carencias de la seguridad pública Para darse cuenta, solo tendrían que imaginar lo que sería un día normal sin la seguridad privada.
Un día sin la seguridad privada
Si un día al despertarnos observáramos que las empresas y profesionales de la seguridad privada dejaron sus puestos y misiones… las armas, la vigilancia, la custodia y protección de los bienes y personas… ¿qué pasaría?
Pues sencillamente tendríamos un caos general de tamaño descomunal.
Un caos provocado sencillamente por la desaparición sin alternativa de una seguridad privada, en la que, solamente en España, trabajan, según datos del Ministerio del Interior, más de 1.500 empresas acreditadas, con más de 100.000 profesionales habilitados.
Y, muy especialmente, ¿qué pasaría en las más de tres mil infraestructuras críticas y esenciales, áreas industriales, polvorines, transporte público, hospitales, puertos y aeropuertos, etc.? ¿Cómo se gestionarían grandes eventos culturales o deportivos donde pueden llegar a trabajar más de 500 vigilantes de seguridad en uno solo de ellos?
En el mejor de los casos, se incrementarían las amenazas y los riesgos de actos violentos, robos, atracos, agresiones, vandalismo o, incluso, podría colapsarse la actividad normal dado que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad no podrían estar presentes.
Es evidente que la sociedad depende, especialmente con misiones preventivas, de la Seguridad Privada, como auxiliar y complemento de la Seguridad Pública en todas aquellas actividades, específicas, como lo es en las infraestructuras de transporte, industriales, comerciales o, caso especial, como el correspondiente a la mayoría de las infraestructuras críticas o estratégicas del país, cuya seguridad interna y de funcionamiento debe costearse por sus operadores, sin contar la actividad aparte que tienen los efectivos de la Seguridad Pública para garantizar la Seguridad Ciudadana en todos los entornos de su competencia.
En este sentido, capítulo aparte merece hacer constar que, para el normal desarrollo de la seguridad privada, se requiere una permanente revisión y ampliación rigurosa de los programas de formación, básica y de especialización, de todos los niveles profesionales del sector, en lógico acercamiento y complemento de los niveles de capacitación de la seguridad pública.
Es de subrayar un marco y concepto muy básico a tener en cuenta, como es el hecho de que la Seguridad Humana y Seguridad Ciudadana requieren del concurso y cooperación de la Seguridad Pública más la Seguridad Privada, logrando pasar de la simple “acción preventiva” al “compromiso preventivo” con una seguridad única, y sobre la base de los nuevos recursos implantados y en desarrollo, tanto de redes como de planes específicos, dentro del Ministerio del Interior, de quien depende, en definitiva, la regulación y control de la seguridad privada.
Finalmente, no se hagan lío los que piensen que la especialización y el crecimiento paralelo de la seguridad privada es una forma de privatización de la seguridad pública. El normal desarrollo de la sociedad, presenta nuevas complejidades, retos y exigencias que sólo se puede afrontar correctamente con soluciones nuevas y cooperativas.
No es eficiente plantear que sea la Seguridad Pública la que preste atención a este vastísimo campo de especialización, sino que los nuevos desafíos han de contar con un sector privado reforzado, bien formado y dotado de medios específicos de seguridad física y lógica, a fin de realizar su complementaria labor de la mejor manera posible y con la mejor capacitación.
Del mismo modo, no se puede aplazar más el canalizar situaciones irregulares que permanecen enquistadas, como lo es el volver requisito para el ingreso a la actividad de los cuerpos de la Seguridad Privada desde la oficializada Formación Profesional, en todos sus niveles.
Los nuevos retos y exigencias de seguridad requieren, cada vez con mayor urgencia, una actualización del modelo de aptitudes y actitudes exigibles a un Director de Seguridad.
Es preciso generar el perfil de un nuevo líder, basado en la excelencia, el servicio y la gestión eficaz, para generar en sus equipos confianza, valores y una cultura de seguridad acompañada de una amplia formación especializada. La experiencia nos ha enseñado que los Departamentos de Seguridad son sostenibles, flexibles y eficaces cuando se dispone del líder adecuado.
Recordando que la seguridad, con independencia de los eventos que se hayan de gestionar, está bien o mal interpretada en base a la madurez y el estado de ánimo de quienes la enfrentan, podemos decir que lo más importante es asegurar una equilibrada percepción de la realidad, por lo que el buen líder en seguridad es el que tiene “talento para gestionar el riesgo y la visión correcta de las circunstancias que lo rodean”. Para ello, el conocimiento y la mentalidad del buen un líder en seguridad tiene que incorporar una visión holística.
Cuando estamos hablando de liderazgo en seguridad lo hacemos desde el concepto y la perspectiva del “servant leadership”, es decir, un liderazgo enfocado al servicio.
Un Director de Seguridad Global debe ser un líder orientado al servicio que tiene claro, en primer lugar, que la visión de la seguridad debe ser integral e integrada, lo que le permitirá construir espacios para la gestión del riesgo en los que todos los elementos en juego y las diferentes percepciones involucradas puedan ser evaluados y comprendidos, teniendo en cuenta que todo el conocimiento adquirido y todo el talento para el liderazgo que posea la persona elegida va acompañado de una auténtica voluntad de servicio, orientada al afrontamiento[1] de cualquier incidencia o circunstancia, por más compleja que parezca.
En un entorno de integración y digitalización como el que vivimos, la pujante incorporación de la IA acelera la velocidad del cambio, haciendo que los tiempos para la reacción sean cada vez más breves. Los profesionales de la seguridad tienen que ser capaces de evolucionar y adaptarse y, para ello, necesitan una enorme capacidad de autogestión y permanente especialización.
Hacía una nueva seguridad y liderazgo
Una moderna organización y dirección de seguridad debe estar estructurada actualmente en torno a valores, y su liderazgo debe ser una consecuencia de la expresión de estos.
No podemos pretender tener organizaciones seguras y resilientes si las personas que forman parte de las mismas no lo son. Por ello, debemos trabajar en la resiliencia individual proactiva, aprovechando los recursos y experiencia de los que ya disponemos, aplicando los buenos resultados ya obtenidos con ellos y apoyándonos en los valores de los modelos de éxito ya implantados.
De manera especial, es necesario cambiar las estrategias de protección de las infraestructuras esenciales, Críticas y Estratégicas, hacia un enfoque holístico de la seguridad integral e integrada (prevención + protección) que incluya una adecuada gestión de riesgos inherentes a éstas (físicos, lógicos y humanos) en todo el ciclo, desde una cultura de prevención.
Sin duda hoy hay que dar respuesta en base a una Seguridad Global, única con mayúscula, Integral e Integrada, Pública y Privada.
Con la aplicación de esta capacidad ya conseguida para absorber las situaciones de crisis y reorganizarse, al tiempo que experimentamos el cambio dentro esencialmente de las mismas funciones, haremos que estructura, identidad y retroalimentación participen de forma especial, reforzando la creatividad, el carácter proactivo y la innovación en las organizaciones.
Por y para ello, hemos de destacar y desarrollar el papel y la necesidad de esta nueva forma de liderazgo, a fin de promover la resiliencia dentro de los sistemas de formación y capacitación, a partir de cinco conceptos clave: formación holística, autoconocimiento, transparencia en las relaciones, perspectiva ética y procesamiento riguroso de la información.
El líder, el Director de Seguridad Global ha de ser creativo, intuitivo e inclusivo, a fin de estar preparado también para reestructurar inercias, modelos mentales y paradigmas ya obsoletos, enfocando el futuro hacia un pensamiento cuántico[2].
Resumiendo, diría que mi visión tiende hacia la consecución, a través del trabajo en la selección y la formación, de un tipo de líder con mentalidad diferente, más abierta y global con un mejor autoconocimiento.
Precisamos de un cambio permanente que deje ver ese espacio que se abre a los nuevos retos y demandas de seguridad que, del mismo modo, presentan infinitas posibilidades. La transformación es necesario desarrollarla con especial proactividad, y la innovación tecnológica es la base de la especialización en valor compartido.
Los nuevos retos y seguridades requieren y exigen, cada vez con mayor urgencia, una actualización del modelo de Dirección de Seguridad. Es preciso generar el perfil de un nuevo líder, basado en la excelencia, el servicio y la gestión eficaz, para hacer crecer la confianza, los valores y el marchamo empresarial distintivo de una cultura propia. Líderes sólidos, empáticos, con amplios conocimientos y que mantengan la motivación.
Para todo ello, las organizaciones deben modernizarse e invertir en la gestión del conocimiento. El objetivo es asegurar la disponibilidad inmediata de una capacitación que ha de facilitar a sus miembros, así como la implementación de una formación y puesta al día continuada que pueda incorporar el conocimiento externo más fiable.
Hoy, más que nunca, necesitamos líderes para la seguridad que integren y gestionen con especial visión esa hoja de ruta de Análisis → Convergencia → Integración → Resiliencia → Consecuencia → Trascendencia, con la que venimos trabajando proactivamente.
[1] Conjunto de esfuerzos conductuales y cognitivos que realiza el individuo para hacer frente a las situaciones estresantes, así como para reducir el estado de malestar que produce el estrés (Diccionario Médico)
[2] El pensamiento cuántico es holístico y unifica, contempla y relaciona todos los datos e integra los procesos del pensamiento en serie y asociativo.
Solo una seguridad global, integral e integrada, puede garantizar una protección eficiente frente a amenazas globales, y supone la organización y aplicación de medidas de prevención bien definidas, entre las que se ha de tener en cuenta los aspectos geoestratégicos, humanos, legales, sociales, económicos y técnicos aplicados al análisis de todos los riesgos y amenazas que pueden afectar a las personas, bienes e infraestructuras involucrados en la actividad de unos países implicados en el bien común y en el objetivo prioritario de procurar una seguridad humana sostenible.
Los grandes problemas mundiales pasan en la actualidad por el establecimiento de un nuevo orden y una nueva perspectiva que derive en una nueva seguridad integral, integrada y globalizada.
El hecho es que, si hacemos un breve análisis, veremos que, al menos un número de asignaturas pendientes, siguen casi igual que hace tiempo o continuamos sin darles la prioridad que les corresponde para poder hacer un buen balance de seguridad humana y ciudadana.
Veamos con un poco de detalle la realidad en este decálogo de asignaturas pendientes que nosotros proponemos en materia de seguridad:
Riesgos y amenazas globales
Con los recientes incrementos de nuevas amenazas y su complejidad, la falta de integración y unificación, deja de ser un simple inconveniente para convertirse en un grave problema al aumentar los riesgos y destacar vulnerabilidades impidiendo respuestas coordinadas e integrales ante las contingencias derivadas de su materialización.
Cultura de seguridad y concienciación ciudadana
El objetivo es plantear y desarrollar una nueva cultura de seguridad como un bien público, propiciando la evolución y desarrollo de un paradigma de seguridad compartido que abarque de lo global a lo local. Los principales organismos centrados en el análisis del concepto de seguridad han dejado patente su carácter evolutivo y la necesidad de adaptarlo a las transformaciones acaecidas con la creciente globalización de la inseguridad.
Redefinición de la seguridad
De la convergencia a la seguridad global. Tenemos que acometer la necesaria evolución y redefinición y, sin duda, una nueva oportunidad para avanzar en la Seguridad Global de un mundo de retos colectivos y futuro incierto, con necesidad de tener presentes las nuevas dinámicas sociales, económicas, energéticas y tecnológicas a fin de propiciar el desarrollo de ese amplio concepto de la nueva seguridad que va a estar presente de ahora en adelante.
Nuevos retos y exigencias
Debemos ser conscientes de que en el mundo actual se están produciendo cambios profundos, no eventuales, y que es necesario contribuir de una forma más eficaz y realista a la mejora de la seguridad global. Desde esta perspectiva hemos de ayudar a instituciones y organizaciones a rediseñar nuevas estrategias en el nuevo mundo globalizado.
Adecuación de normativa y legislación
Otra asignatura pendiente de forma permanente es la necesaria actualización de la legislación en materia de seguridad en todos sus aspectos y frentes, así como la dinamización de nuevas normativas de aplicación, principalmente, para el control y gestión de los sistemas y servicios de seguridad.
Así, en España, están como objetivo prioritario y asignatura pendiente, desde la Ley Orgánica 4/2015 de Seguridad Ciudadana, pasando por la Ley 5/2014 de Seguridad Privada y su falta de desarrollo reglamentario, hasta la posible adecuación a nuevo orden europeo de seguridad de la Ley 8/2011 de Protección de Infraestructuras Críticas, la Ley 7/2021 de Protección de Datos y el desarrollo de la legislación y normativa o Ley de Ciberseguridad de la Unión Europea.
Nuevas soluciones innovadoras
La industria de las seguridades se encuentra en una posición única para identificar los potenciadores más importantes, los eventos disruptivos y los desarrollos derivados de las nuevas tendencias, exigencias y retos que darán forma al nuevo panorama de la seguridad global. El sector dispone de sistemas innovadores, en constante evolución, enriquecidos con las nuevas aplicaciones de inteligencia artificial (IA).
Nuevos líderes para la seguridad
Para la nueva visión y misión de la seguridad integral e integrada, la inteligencia operativa y la gestión global requieren que los responsables de la seguridad corporativa cambien su habitual postura funcional, especializada y experta, hacia una posición actualizada, con visión global de la organización, que observe y analice de manera transversal la información y, de manera muy particular, lo que puede afectar de manera global y sostenible a la continuidad.
Podemos destacar que el sector de las seguridades (física y lógica) dispone de personal directivo especializado y en permanente actualización hacia el planteamiento de proyectos y la gestión integral de la seguridad, destacado en el ámbito de la protección de las Infraestructuras Críticas y Estratégicas.
Digitalización e Inteligencia Artificial (IA)
La transformación digital ha traído consigo cambios notables con la implementación en la nube de nuevos modelos de sistemas y servicios, lo que ha brindado oportunidades para gestionar el control en aplicaciones de seguridad, activos físicos y datos. El uso de nuevos formatos ha permitido una autenticación confiable y ágil a través de sistemas y plataformas desarrollados mediante aplicaciones de IA.
Colaboración público-privada
Hoy en día la seguridad es y será el nuevo reto, principalmente en los ámbitos públicos, de la ciudadanía y empresarial, es así que sus responsables se hacen más necesarios e importantes en todas las entidades, con la misión de prevenir los riesgos y amenazas y garantizar la gestión e intervención, minimizar los daños o pérdidas y garantizar la seguridad de una forma global, integral e integrada.
Formación especializada
Todos los nuevos retos y nuevas respuestas globales hacen precisa también una visión compartida y la preparación adecuada de cada vez más profesionales ejecutivos y operativos, que han de acreditar una formación y capacitación especializada, no lineal, que propicie las estrategias y los pensamientos exponenciales abiertos y flexibles, a fin de que les convierta en los lideres de la seguridad que hoy precisamos.
Con todo ello, el objetivo es plantear la cultura, planificación y gestión de la seguridad como un bien público, propiciando la evolución y el desarrollo de un paradigma compartido que abarque de lo global a lo local. Los principales organismos centrados en el análisis y desarrollo de la seguridad han dejado patente su carácter evolutivo y la necesidad de adaptarlo a las transformaciones acaecidas con la creciente globalización.
En resumen, estamos ante un nuevo planteamiento y redefinición y, sin duda, una nueva oportunidad para avanzar en la Seguridad Global de un mundo de retos colectivos y futuro incierto. Es urgente, por tanto, entender las nuevas dinámicas sociales, económicas, energéticas y tecnológicas, a fin de propiciar el despliegue de este amplio concepto de la nueva seguridad que va a estar presente de ahora en adelante.
Los números son de Peggy und Marco Lachmann-Anke en Pixabay
Para establecer una gestión integral del riesgo y las seguridades en las instalaciones portuarias, hemos de comenzar por el planteamiento de una rigurosa auditoría de seguridad donde la descripción de las actividades generales y particulares del puerto y sus operaciones sean las bases de trabajo (tipos de buques que recibe y carga que maneja, volumen de tráfico y capacidad de movimiento, importancia económica y estratégica del puerto, etc.).
La descripción de la Infraestructura, así como su ubicación y características geográficas del puerto, junto con la descripción de las instalaciones (muelles, terminales, almacenes, etc.), así como los equipos de manejo de carga y sistemas de control, infraestructura de transporte y accesos etc.), incluidos los sistemas de comunicación y tecnologías de la información, son igualmente básicas.
Análisis de la organización, entorno y actividades
Son de especial importancia la estructura organizativa y roles clave, las políticas y procedimientos de seguridad existentes, la formación y concienciación del personal en materia de seguridad, las condiciones y gestión de contratistas y terceros y el cumplimiento de normativas y estándares de seguridad portuaria.
El análisis del entorno y actividades, la identificación de amenazas potenciales (terrorismo, piratería, crimen organizado, robo, sabotaje, etc.), la evaluación de riesgos y vulnerabilidades, el análisis de incidentes de seguridad previos, la interacción con autoridades locales y empresas de seguridad y la cooperación con otros puertos y organizaciones del sector, son igualmente fundamentales.
Completan este apartado la descripción de las medidas de seguridad existentes, los sistemas de control de accesos y sistemas de identificación, vigilancia y monitoreo la sistemas de seguridad física los sistemas de ciberseguridad y protección de la información y de seguridad marítima y protección de buques, así como los planes de respuesta ante emergencias y gestión de crisis.
Finalmente, la implementación de los planes de contingencia y resiliencia, el manejo de crisis, la Incertidumbre y toma de decisiones ágiles, son recomendaciones para fortalecer la protección en un entorno de volatilidad e inseguridad.
Política de seguridad
Las nuevas exigencias, retos y necesidades de seguridad precisan de una adaptación y cambios normativos y regulatorios en seguridad portuaria, y la respuesta a nuevas amenazas emergentes y cambios en el panorama de riesgos requieren de la Implementación de nuevas tecnologías y soluciones de prevención y protección y mejora continua de procesos y procedimientos de seguridad, así como del incremento de la colaboración y el intercambio de información con todas las partes interesadas e implicadas.
Así, hay que hacer una nueva planificación basada en la prevención y el desarrollo de un plan integral de seguridad portuaria con identificación y priorización de las medidas preventivas, la asignación de recursos y presupuesto para iniciativas de seguridad, el establecimiento de objetivos y métricas de rendimiento en seguridad, la implementación de programas de capacitación y concienciación para el personal, la realización de evaluaciones periódicas de riesgos y auditorías de seguridad y la planificación de respuesta a incidentes y continuidad del negocio.
Igualmente, hay que plantear una nueva optimización de la protección para el fortalecimiento de la seguridad física y lógica y el control de accesos, mejoras de la vigilancia y el monitoreo en tiempo real, implementación de sistemas avanzados de detección de amenazas, integración de tecnologías de seguridad (IoT, AI, análisis de datos, etc.), optimización de la respuesta a incidentes y la gestión de crisis, así como el fomento de una cultura de seguridad proactiva en toda la organización con una mayor colaboración operativa entre la seguridad pública y privada.
Gestión del riesgo
La identificación y clasificación exhaustiva de riesgos y amenazas potenciales es básica, así como su categorización por nivel de criticidad o impacto potencial es primordial para el análisis y evaluación, su probabilidad de ocurrencia, su impacto potencial en operaciones, reputación, finanzas, etc.
La determinación del nivel de riesgo (bajo, medio, alto, crítico), su priorización basada en probabilidad e impacto y la consideración de factores de riesgo específicos del puerto pondrá de manifiesto el nivel de sus vulnerabilidades y debilidades en la seguridad física, operativa y cibernética. El análisis de vulnerabilidades en procesos, personas y tecnología, la descripción detallada de cada vulnerabilidad identificada del entorno portuario harán posibles efectos en cascada.
La gestión integral del riesgo, el desarrollo de un marco de gestión de riesgos a nivel organizacional, la integración de la gestión de riesgos en la toma de decisiones y operaciones, así como la asignación de roles y responsabilidades para la gestión de esos riesgos, junto con el establecimiento de políticas y procedimientos para optimizar esa gestión, elevarán el nivel de seguridad a niveles aceptables.
Finalmente, la identificación de estrategias de tratamiento (evitar, mitigar, transferir, aceptar), el desarrollo de planes de acción para mitigar riesgos prioritarios, la implementación de controles y medidas de seguridad adicionales, así como la transferencia de riesgos a través de seguros u otros mecanismos, así como la aceptación informada de riesgos residuales, reforzarán ajuste continuo de las estrategias de tratamiento del riesgo
Medidas de seguridad
Los principales objetivos de la seguridad en instalaciones portuarias son la protección de la vida y la seguridad de las personas, la salvaguarda de los activos físicos e infraestructuras, la garantía de la continuidad operativa y la resiliencia del puerto dentro del cumplimiento de los requisitos legales y normativos de seguridad, junto a la protección de la información y los sistemas tecnológicos para la confianza de las partes interesadas.
Basado en la matriz de riesgos, amenazas y vulnerabilidades establecida y su actualización periódica, se describirá el sistema de seguridad integral de medidas físicas, operativas y cibernéticas con integración de tecnologías y sistemas, roles y responsabilidades del personal de seguridad y procesos y procedimientos operativos de seguridad.
El diseño estará basado en evaluación de riesgos y requisitos de seguridad, la incorporación de principios de defensa en profundidad y resiliencia, la integración de sistemas de seguridad con otros sistemas portuarios, así como la planificación de redundancia y capacidades de respaldo con la validación y prueba del diseño de seguridad.
Los medios de control de seguridad, controles de acceso físico (vallas, barreras, puertas, etc.), sistemas de videovigilancia y monitoreo, sensores, drones, etc.), así como los controles de seguridad para carga y buques, incluidas las medidas de seguridad para instalaciones y infraestructuras críticas estarán complementadas con las correspondientes medidas organizativas, desarrollo de políticas y procedimientos de seguridad, así como con los programas de capacitación y concienciación en seguridad.
Planes de seguridad
Los objetivos y optimización medible de los planes de seguridad, son la alineación de objetivos con la estrategia y las prioridades del puerto, la optimización de recursos y presupuesto asignados a la seguridad. La identificación de oportunidades para mejorar la eficiencia y efectividad, así como el establecimiento de mecanismos de seguimiento y revisión de objetivos y ajustes basados en cambios en el entorno de riesgo.
Los planes de seguridad, se desarrollarán con una visión global de prevención y protección para reducir la probabilidad de incidentes mediante las evaluaciones de riesgos y vulnerabilidades y la implementación de controles y medidas de seguridad proactivas, programas de capacitación y concienciación en seguridad y medidas de protección para mitigar el impacto de incidentes con planes de respuesta a emergencias y gestión de crisis, en coordinación con las empresas de seguridad y primera respuesta e integración con otros planes operativos del puerto, sin olvidar la revisión y actualización periódica de planes basada en las lecciones aprendidas.
Los planes de contingencia y continuidad de negocio se desarrollarán para escenarios de interrupción de procesos críticos de la actividad, implementando estrategias para mantener operaciones durante interrupciones y el establecimiento de enclaves y sistemas de respaldo, planes de comunicación y gestión de crisis.
Se diseñarán procedimientos de recuperación y reanudación de operaciones normales, así como prueba y ejercicio regulares de planes de contingencia y simulacros de contingencia con planes de seguridad y operaciones.
Como comportamiento organizacional, se establecerá el fomento de una cultura de seguridad y resiliencia en la organización, con un liderazgo visible y compromiso de la alta dirección con la seguridad, una comunicación abierta y transparente y un aprendizaje continuo para compartir los conocimientos sobre la seguridad portuaria.
Monitorización y control
La implementación efectiva de medidas preventivas identificadas en los planes de Seguridad, el fortalecimiento continuo de la seguridad física, operativa y cibernética, el mantenimiento y actualización regular de sistemas y equipos de seguridad se establecerá mediante el monitoreo y control proactivo de riesgos y amenazas emergentes, en colaboración con partes interesadas para mejorar las medidas de prevención y protección con realización de evaluaciones periódicas para identificar oportunidades de mejora.
Se establecerá una estructura organizativa y protocolos para la gestión de la seguridad con definición de roles, responsabilidades y líneas de reporte para el personal de seguridad, con desarrollo e implementación de protocolos y procedimientos operativos normalizados para el aseguramiento de la consistencia y cumplimiento de protocolos en toda la organización, incluida la revisión y actualización periódica de protocolos basada en cambios y lecciones aprendidas y la capacitación regular del personal en protocolos y procedimientos de seguridad.
Se implementará una gestión Integral del riesgo y las seguridades en todos los niveles de la organización con la asignación de recursos adecuados para respaldar la gestión efectiva de riesgos y seguridad. Se realizarán auditorías y revisiones internas regulares del sistema de gestión de seguridad con participación en auditorías externas y certificaciones de seguridad reconocidas por la industria, revisión periódica de políticas, procedimientos y controles de seguridad, realización de pruebas y ejercicios para evaluar la efectividad de los planes y capacidades de seguridad, así como la identificación y seguimiento de acciones correctivas y oportunidades de mejora con comunicación de los resultados de auditorías y revisiones a las partes interesadas.
Formación y comunicación
Se desarrollará un plan de formación integral en seguridad para todo el personal interno y externo con identificación de necesidades de formación basadas en roles y responsabilidades e incorporación de metodologías de formación variadas (aula, online, simulacros, ejercicios, etc.) con el establecimiento de un calendario de formación regular y recurrente y evaluación de la eficacia de la formación y ajuste de programas según sea necesario.
Se establecerá un plan de comunicación para promover la concienciación sobre seguridad con el uso de diversos canales de comunicación (intranet, boletines, señalización, etc.) y el fomento de una cultura de seguridad a través de comunicaciones regulares y consistentes.
Se implementará un proceso de evaluación continua de las competencias de seguridad, con definición de estándares y criterios claros para la evaluación periódica de conocimientos, habilidades y actitudes y con el uso de los resultados de la evaluación para identificar brechas y necesidades de formación y reconocimiento y recompensa del alto desempeño y la mejora en las competencias de seguridad.
Legislación y normativa
Se establecerá una identificación exhaustiva de todas las leyes, regulaciones y normas de seguridad aplicables a las instalaciones portuarias de requisitos internacionales, nacionales y locales, con análisis detallado de su aplicabilidad a las operaciones del puerto y con asignación de responsabilidades para el seguimiento y cumplimiento de cada norma, mediante mecanismos para mantener actualizados los cambios legislativos y normativos, asegurando de la comunicación regular de los requisitos legales y normativos pertinentes a todo el personal de seguridad.
El compromiso de la alta dirección debe ir más allá del mero cumplimiento de la Legislación con la adopción de un enfoque proactivo y preventivo de la seguridad en todas las operaciones y el establecimiento de estándares y mejores prácticas que excedan los requisitos mínimos, mediante el fomento de una cultura de seguridad que valore la prevención y la mejora continua y la asignación de recursos adecuados para apoyar medidas preventivas sólidas, junto al reconocimiento y la recompensa de iniciativas y logros sobresalientes en materia de prevención.
Se hace evidente que vivimos en una sociedad donde el espacio a cubrir es cada vez más grande y el tiempo exigido para las respuestas resulta cada vez más corto, por lo que, los mejores resultados en seguridad que podemos ofrecer radican en nuestra capacidad de adaptación a la globalización y los cambios ante los nuevos retos y exigencias. Los avances tecnológicos y su constante evolución nos dan la oportunidad de desarrollar nuevos métodos, herramientas y habilidades para mantenernos seguros.
La seguridad ya no se encuentra en la estabilidad, sino en nuestra capacidad de adaptación al cambio de los tiempos y a las particulares exigencias de cada caso y momento.
Nuevos retos y exigencias de seguridad
Es necesario recordar que estamos ante nuevos retos y exigencias que han aparecido en el escenario generado por la pandemia y por el nuevo orden mundial que ha registrado un incremento sin precedentes de la superficie de exposición, principalmente, por nuevos riesgos y amenazas derivadas del incremento del teletrabajo, el uso de dispositivos no corporativos, la migración al cloud, la globalización de los servicios, la eclosión de Internet de las cosas (IoT), los nuevos conflictos, etcétera.
Un contexto de inseguridad global, donde conceptos como el ciberterrorismo o cibercrimen se encuentran cada vez más presentes en nuestras actividades, lo que exige nuevos desarrollos de mecanismos de ciberseguridad.
Un nuevo campo de batalla digital, el ciberespacio, donde las ciberamenazas, riesgos y vulnerabilidades aumentan, con una creciente actividad, tanto por parte de los Estados (en plena expansión de sus intereses geopolíticos a través de acciones cibernéticas de carácter exploratorio u ofensivo), como de organizaciones terroristas, grupos de crimen organizado y otros actores individuales.
Así, dentro del ámbito de la Unión Europea, el ciberespacio se define, como “el espacio virtual por donde circulan los datos electrónicos de los ordenadores del mundo”. Para esta organización supranacional a la que pertenecemos: “Mantener un ciberespacio abierto, libre y seguro es un reto mundial al que la UE ha de hacer frente junto con los socios y organizaciones internacionales pertinentes, el sector privado y la sociedad civil” (Consejo de la Unión Europea 2013 (12.02) (OR. en) 6225/13).
Frente a nuevos retos y exigencias, en lo referente a los riesgos y amenazas, se debe avanzar en un concepto de seguridad global y conceptual, que, a diferencia de épocas precedentes, se renueva de manera constante, y dentro de un espacio definido por cuatro referentes: circulación, complejidad, contingencia y resiliencia.
En este renovado contexto de las seguridades, es necesario prestar especial atención a los problemas que presentan las interdependencias de seguridad interior y seguridad exterior, procurando esa mayor dedicación de recursos al tratamiento global de los riesgos y amenazas.
Nuevo paradigma de seguridad
Estamos ante el planteamiento de un nuevo paradigma afectado por un conjunto de conceptos, tecnologías, métodos y planes con visión y aplicación global ante los nuevos retos y exigencias de seguridad.
Hay que hacer frente a las ciberamenazas a nivel global pues en el actual ambiente internacional, caracterizado por tensiones de baja intensidad, con zonas limitadas de conflictos violentos, la “circulación global” provoca una amplia gama de problemas, entre ellos la seguridad de la información y las comunicaciones, y se debe hacer frente a las ciberamenazas, prevenirlas, analizarlas y combatirlas aportando soluciones y respuestas rápidas para eliminarlas.
Nuevos sistemas y tecnologías
En la actualidad, estamos asistiendo a una progresiva convergencia de los sistemas de tecnología de la información (IT) con sistemas de tecnología operacional (OT) y la gestión de la seguridad, utilizados para el control y seguimiento de eventos, procesos, dispositivos e incidencias, realizando ajustes en las operaciones empresariales e industriales, lo que indica que la innovación tecnológica será decisiva en su transformación.
Así, se acelera la convergencia de las prestaciones en la nube, impulsando la aparición de servicios más rápidos y eficientes. Esto está dando lugar a soluciones inteligentes en tiempo real, como un control y una gestión más eficiente de los sistemas de seguridad basados en la nube, lo que nos permite disponer de análisis inmediatos y tomar mejores decisiones en la gestión de los sistemas en tiempo real.
Igualmente, en la reciente realización del Sicur2024 (Salón Internacional de la Seguridad), la innovación y el desarrollo tecnológico han sido los grandes protagonistas de este encuentro profesional donde se abordó la seguridad integral desde cinco grandes áreas (security, ciberseguridad, seguridad contra incendios y emergencias, seguridad laboral). Allí han destacado las soluciones de seguridad más innovadoras del mercado, fruto de los últimos avances en investigación, desarrollo e innovación llevados a cabo por las empresas del sector.
En este sentido, cabe destacar la presentación de las tecnologías de Procesamiento de Señales de Imagen con Inteligencia Artificial (AI-ISP), que vienen a revolucionar las imágenes de vídeo y proporcionan visuales de alta calidad gracias a la reducción inteligente del ruido, con imágenes más claras y nítidas en entornos con poca luz, dando lugar a respuestas más orientadas y eficientes. Las nuevas soluciones de seguridad para la autenticación de la identidad digital, la salvaguardia en materia de ciberseguridad y la verificación y autorización de las identidades, constituyen avances fundamentales.
Así mismo la IA está acelerando la transformación del sector de la seguridad al aumentar las capacidades perceptivas de los sistemas. Esto es posible gracias a la integración con tecnologías de luz visible, audio, rayos X, luz infrarroja, radar y otras tecnologías.
Hay que tener en cuenta que las aplicaciones basadas en IA están llamadas a revolucionar diversos sectores, y una preparación que aporte el conocimiento básico suficiente en estas nuevas tecnologías ayudará a reforzar el buen uso y a acelerar las aplicaciones en el ámbito de las seguridades.
No obstante, hay que tener en cuenta que la IA aporta indudables ventajas en la recopilación de información, su tratamiento, la toma de decisiones y la autonomía de sistemas, pero supone grandes desafíos éticos, legales y estratégicos.
La IA ha experimentado avances significativos en las últimas décadas, y su aplicación en el ámbito de la seguridad y defensa ha revolucionado la forma en que los gobiernos y las fuerzas armadas abordan los desafíos contemporáneos. Desde la recopilación de información hasta la toma de decisiones estratégicas, la IA ha demostrado su valía en diversas áreas cruciales para la seguridad nacional.
Cultura de seguridad y formación
Los profesionales de la nueva seguridad no nacen, se hacen. Así, las habilidades y los conocimientos necesarios para poder utilizar las nuevas tecnologías dentro de este nuevo paradigma de seguridad van a verse reflejadas en la resolución de problemas, la capacidad de adoptar rápidas soluciones o de crear servicios nuevos, eficientes y eficaces, planteados bajo el concepto de una seguridad global, integral e integrada.
Para ello, es fundamental renovarse, salir de nuestra zona de confort e invertir en cultura de seguridad y la consiguiente formación continua especializada, desarrollando capacidades de futuro y cultivando la mentalidad de crecimiento y adaptación a los nuevos retos y exigencias que el importante área de la seguridad requiere.
No tengamos miedo al cambio, pues solo a través de la aceptación y la búsqueda activa de nuevas competencias y soluciones podremos garantizar nuestra seguridad (prevención + protección) en una sociedad en constante transformación. El cambio ya no es una amenaza, sino una oportunidad para crecer y alcanzar nuestro máximo potencial de seguridad. Las nuevas necesidades y los nuevos planteamientos de transformación digital y digitalización, traen nuevas herramientas de gestión operativa en Seguridad Pública y Seguridad Privada y nos desafían a enfrentarnos, con preparación y entusiasmo, a la implantación de nuevas soluciones en sistemas y servicios integrados.
Además, este enfoque de seguridad global aporta una visión más completa a la hora de minimizar las obligaciones inherentes a cumplimientos normativos en España, como es el caso de la Ley de Seguridad Privada (Ministerio del Interior, 2014), la Ley Orgánica de Protección de Datos Personales de Carácter Personal (Ministerio de Justicia, 1999) o la Ley para la Protección de las Infraestructuras Críticas (Ministerio del Interior, 2011).
Sin embargo, hay que tener presente que ninguno de los nuevos planteamientos y soluciones para todos estos nuevos retos y exigencias en materia de seguridad serán posibles sin la revisión, adecuación y adaptación al cambio de la propia reglamentación, que está necesitando adaptarse y cubrir exigencias como: la homologación de tipos de contratistas, certificaciones de sistemas de seguridad, certificaciones en el ámbito de seguridad de la información ante las nuevas amenazas (como el ciberataque o el cibercrimen), nuevas medidas de seguridad y ciberseguridad que debieran normativizarse, así como la adecuación y regulación de la capacitación y formación especializada.
A modo de resumen
Estamos metidos de lleno dentro de un nuevo paradigma de seguridad, nuevos sistemas de investigación, prevención, protección y respuesta inteligente a los nuevos riesgos y amenazas a enfrentar.
La complejidad derivada de la globalización y la elevada interconexión (de las seguridades y de las inseguridades) se debe adecuar y contrastar con la situación básica de la seguridad que enfrentan en general las infraestructuras estratégicas y críticas, con incidencia especial en algunos países.
En materia de seguridad, es importante no olvidar y asumir permanentemente la realidad de que no tenemos ni podemos tener todo bajo control. La seguridad total no existe. Por tanto, en lugar de limitarnos a resolver las consecuencias de nuestras vulnerabilidades, promovamos la fortaleza que la inteligencia y la coordinación de los medios y medidas de seguridad pueden proporcionarnos.

Dedicado por más de 30 años a la Consultoría e Ingeniería de Seguridad y Defensa por más de 20 países como asesor para asuntos aeroportuarios, puertos, cárceles hospitales, entidades bancarias, museos, transporte ferroviario, servicios de Correos y puertos.
Es socio fundador y presidente para Europa de la Federación Mundial de Seguridad (WSF), Director para Europa de la Secretaría Iberoamericana de Seguridad, Asesor gubernamental en materia de integración operativa de seguridad pública y privada en diversos países latinoamericanos.
Como experiencia académica es profesor de postgrado en ICADE (Universidad Pontificia Comillas de Madrid) desde 1986, codirector de postgrado en la Facultad de Psicología (Universidad Complutense de Madrid) y director del Curso de Seguridad en Infraestructuras Críticas del Instituto General Gutierrez Mellado de la UNED, así como conferenciante habitual y profesor en más de 20 países sobre Seguridad y Defensa.
Su representación institucional es principalmente como Miembro Experto de la Comisión Mixta de Seguridad del Ministerio del Interior, Director para Europa de la Federación Panamericana de Seguridad (FEPASEP), representante “ad honores” de la Federación de Empresas de Seguridad del MERCOSUR (FESESUR), asesor del BID (Banco Interamericano de Desarrollo) para asuntos de Seguridad Ciudadana y Observatorio de Delincuencia en Panamá, socio fundador y de honor del Observatorio de Seguridad Integral en Hospitales (OSICH), socio fundador y vicepresidente de la Asociación para la Protección de Infraestructuras Críticas (APIC)
Autor y director de la BIBLIOTECA DE SEGURIDAD, editorial de Manuales de Proyectos, Organización y Gestión de Seguridad
Actualmente es presidente y director del Grupo de Estudios Técnicos (GET), socio-senior partner de TEMI GROUP Consultoría Internacional y socio-director de CIRCULO de INTELIGENCIA consultora especializada.
Tendencias 21 (Madrid). ISSN 2174-6850