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Blog de Tendencias21 sobre los problemas del mundo actual a través de los libros
23/10/2012
Olga Rodríguez: Yo muero hoy. Las revueltas en el mundo árabe. Barcelona: Debate, 2012 (384 páginas).
Las revueltas árabes no surgieron por “generación espontánea”; por el contrario, son el resultado de una prolongada experiencia de lucha por el cambio político en toda la región. Ésta es la tesis que sostiene la periodista Olga Rodríguez a lo largo de su trabajo sobre la denominada primavera árabe.
Si bien reconoce que cada país árabe posee sus propias peculiaridades, no deja por ello de advertir que el conjunto de los países que integran el mundo árabe comparte también contextos semejantes.
En el ámbito económico destaca la corrupción y las enormes desigualdades, incrementadas durante los últimos años por la adopción de las recetas neoliberales de desregulación de los mercados, liberalización de sus economías y privatización de las empresas públicas, acompañadas de una drástica reducción de las ayudas sociales y de las inversiones públicas que sólo han beneficiado a una minoría, la élite del poder político y económico, en detrimento de la mayoría social.
A su vez, en el terreno político, además del sempiterno autoritarismo, persiste la falta de libertades y la represión a la contestación política y todo tipo de disidencia. Desde esta óptica, la autora recoge las experiencias de lucha acumuladas durante los últimos años desde los diferentes espacios: grupos de oposición, movimiento obrero, defensores de los derechos humanos, movimiento de la mujer y un elenco de activistas que, en suma, forman el tejido asociativo de la sociedad civil árabe como espacio potencialmente emancipatorio frente a unos Estados duros e incluso feroces.
En su recorrido por Egipto (país que más espacio ocupa en el libro), Túnez, Libia, Siria, Bahréin y Yemen, Olga Rodríguez se adentra tanto en los desencadenantes más inmediatos de las revueltas como en su pasado más reciente, al mismo tiempo que retrata algunos de sus más prominentes activistas y protagonistas, poniéndole rostro humano a los levantamientos y acercando al lector a la realidad social árabe.
Además de señalar la principal controversia entre las sociedades árabes y sus regímenes autoritarios, la autora también se hace eco de las contradicciones existentes entre los sectores laicos de la oposición y los islamistas, ensanchadas tras los triunfos electorales de estos últimos con sus expresiones de conservadurismo social (en particular, respecto a la mujer) y su acomodación a las políticas económicas neoliberales.
Las rivalidades regionales e internacionales suscitadas ante los cambios introducidos en el escenario político también son objeto de análisis. Particularmente interesante, en este sentido, son los capítulos que dedica a Siria y Bahréin, poniendo de manifiesto las contradicciones e intereses de los Estados de la región y las potencias mundiales, que abogan por las libertades en un país y justifican o silencian su aplastamiento en otro. Dicho con palabras de la autora: “Los intereses geoestratégicos marcan la política exterior mundial, aunque a veces se los disfrace de razones humanitarias” (pág. 362).
Por último, su balance final tiene un sabor agridulce. Pese a reconocer el esfuerzo realizado, considera que las características de esta oleada de protestas (espontaneidad, carencia de organización y liderazgo que, a su vez, agruparon a diferentes sectores sociales), no sirve como estrategia a largo plazo. Esto es, a la nueva etapa abierta y pendiente aún de escribirse.
Las revueltas árabes no surgieron por “generación espontánea”; por el contrario, son el resultado de una prolongada experiencia de lucha por el cambio político en toda la región. Ésta es la tesis que sostiene la periodista Olga Rodríguez a lo largo de su trabajo sobre la denominada primavera árabe.
Si bien reconoce que cada país árabe posee sus propias peculiaridades, no deja por ello de advertir que el conjunto de los países que integran el mundo árabe comparte también contextos semejantes.
En el ámbito económico destaca la corrupción y las enormes desigualdades, incrementadas durante los últimos años por la adopción de las recetas neoliberales de desregulación de los mercados, liberalización de sus economías y privatización de las empresas públicas, acompañadas de una drástica reducción de las ayudas sociales y de las inversiones públicas que sólo han beneficiado a una minoría, la élite del poder político y económico, en detrimento de la mayoría social.
A su vez, en el terreno político, además del sempiterno autoritarismo, persiste la falta de libertades y la represión a la contestación política y todo tipo de disidencia. Desde esta óptica, la autora recoge las experiencias de lucha acumuladas durante los últimos años desde los diferentes espacios: grupos de oposición, movimiento obrero, defensores de los derechos humanos, movimiento de la mujer y un elenco de activistas que, en suma, forman el tejido asociativo de la sociedad civil árabe como espacio potencialmente emancipatorio frente a unos Estados duros e incluso feroces.
En su recorrido por Egipto (país que más espacio ocupa en el libro), Túnez, Libia, Siria, Bahréin y Yemen, Olga Rodríguez se adentra tanto en los desencadenantes más inmediatos de las revueltas como en su pasado más reciente, al mismo tiempo que retrata algunos de sus más prominentes activistas y protagonistas, poniéndole rostro humano a los levantamientos y acercando al lector a la realidad social árabe.
Además de señalar la principal controversia entre las sociedades árabes y sus regímenes autoritarios, la autora también se hace eco de las contradicciones existentes entre los sectores laicos de la oposición y los islamistas, ensanchadas tras los triunfos electorales de estos últimos con sus expresiones de conservadurismo social (en particular, respecto a la mujer) y su acomodación a las políticas económicas neoliberales.
Las rivalidades regionales e internacionales suscitadas ante los cambios introducidos en el escenario político también son objeto de análisis. Particularmente interesante, en este sentido, son los capítulos que dedica a Siria y Bahréin, poniendo de manifiesto las contradicciones e intereses de los Estados de la región y las potencias mundiales, que abogan por las libertades en un país y justifican o silencian su aplastamiento en otro. Dicho con palabras de la autora: “Los intereses geoestratégicos marcan la política exterior mundial, aunque a veces se los disfrace de razones humanitarias” (pág. 362).
Por último, su balance final tiene un sabor agridulce. Pese a reconocer el esfuerzo realizado, considera que las características de esta oleada de protestas (espontaneidad, carencia de organización y liderazgo que, a su vez, agruparon a diferentes sectores sociales), no sirve como estrategia a largo plazo. Esto es, a la nueva etapa abierta y pendiente aún de escribirse.
15/10/2012
Javier Solana y Lluís Bassets: Reivindicación de la política. Veinte años de relaciones internacionales. Barcelona: Debate, 2010 (267 páginas).
Pese a sus imprescindibles pinceladas biográficas, el libro escrito a dúo por Javier Solana y Lluís Basset no entra en el género de las biografías políticas ni en el de las desprestigiadas autobiografías. Tampoco responde al del ensayo, ni al de un manual de relaciones internacionales. Por el contrario, se trata de un libro que, siguiendo el modelo de una conversación, repasa las transformaciones experimentadas por la sociedad internacional durante las dos últimas décadas.
El grueso de la obra se debe a las respuestas de quien fuera Secretario General de la OTAN durante la segunda mitad de los años noventa (1995-99); y Alto Representante de la Política Exterior y de Seguridad Común de la Unión Europea a lo largo de la primera década del siglo XXI, desde 1999 hasta 2009.
Más allá de las filias y fobias que pueda suscitar Javier Solana, habrá que reconocer que es uno de los políticos españoles con mayor proyección internacional del siglo XX. No menos importante es la contribución que realiza el periodista Lluís Bassets, director adjunto y articulista de política internacional del diario El País, donde sostiene el blog “Del alfiler del elefante ”.
Pese a su bagaje comunitario, la temática del libro no se reduce a Europa. Por el contrario, se trata de una obra panorámica de las relaciones internacionales de la posguerra fría, vista desde el ángulo político de quien ha ocupado el más alto cargo en la acción exterior europea. En este sentido, llama nuevamente la atención la diferencia del lenguaje empleado por un político cuando ocupa una posición de responsabilidad y cuando no. A pesar de su consabido comedimiento o lenguaje políticamente correcto, Javier Solana se muestra más claro de lo habitual, sin evitar que en alguna ocasión el lector tenga que leer entre líneas.
Quizás donde más diáfano se muestre sea en aquellos aspectos que más han trascendido a la opinión pública y, por tanto, son más conocidos como la guerra de Irak. Sin ningún tipo de ambages, reconoce el error de semejante decisión y cómo se cobró la división de la alianza trasatlántica y, también, de la Unión Europa con su efecto paralizante.
Otros temas que destacan tanto por su relevancia como por su controversia son los dedicados a la nueva condición de Estados Unidos como única superpotencia tras el fin de la Guerra Fría; el conflicto de los Balcanes y la inoperancia europea; las relaciones de los países occidentales con Rusia y la necesidad de no vejar a Moscú; el nuevo desafío nuclear iraní y las diferentes formas de abordarlo; las difíciles relaciones de Europa e Israel a propósito de la intransigencia israelí para resolver el conflicto de Oriente Próximo; además del ascenso de China y de otros países emergentes como Brasil e India.
Frente a la simplicidad (analítica al menos) que presentaba la Guerra Fría, la nueva sociedad internacional resulta mucho más compleja para su análisis y resolución de controversias. Entre los ejemplos que avanzan los autores sobre esa nueva complejidad destaca la nueva dimensión adquirida por el poder, el creciente e imparable papel que desempeña la economía, los nuevos actores no estatales y trasnacionales; además de las amenazas globales: terrorismo, cambio climático, pobreza y proliferación nuclear, entre otros.
Su solución requiere de medidas igualmente globales, pero paradójicamente “la legitimidad, la política y los recursos siguen siendo locales”. En suma, el texto de Javier Solana y Lluis Basset, además de una lectura amena, brinda al lector una idea general de cómo están las cosas en la política mundial, donde el poder y los intereses predominan por encima de los valores e incluso las normas.
Por último, pero no menos importante, cabe apostillar cómo en no pocas ocasiones los políticos adoptan un lenguaje académico para eludir sus responsabilidades; y, a la inversa, se podría igualmente argumentar, cómo algunos académicos utilizan un lenguaje más propio de los políticos al no tener que asumir el riesgo ni el coste de esas responsabilidades. Un debate, éste, del que en buena medida advertía el sociólogo Max Weber en un ensayo clásico: El político y el científico.
Pese a sus imprescindibles pinceladas biográficas, el libro escrito a dúo por Javier Solana y Lluís Basset no entra en el género de las biografías políticas ni en el de las desprestigiadas autobiografías. Tampoco responde al del ensayo, ni al de un manual de relaciones internacionales. Por el contrario, se trata de un libro que, siguiendo el modelo de una conversación, repasa las transformaciones experimentadas por la sociedad internacional durante las dos últimas décadas.
El grueso de la obra se debe a las respuestas de quien fuera Secretario General de la OTAN durante la segunda mitad de los años noventa (1995-99); y Alto Representante de la Política Exterior y de Seguridad Común de la Unión Europea a lo largo de la primera década del siglo XXI, desde 1999 hasta 2009.
Más allá de las filias y fobias que pueda suscitar Javier Solana, habrá que reconocer que es uno de los políticos españoles con mayor proyección internacional del siglo XX. No menos importante es la contribución que realiza el periodista Lluís Bassets, director adjunto y articulista de política internacional del diario El País, donde sostiene el blog “Del alfiler del elefante ”.
Pese a su bagaje comunitario, la temática del libro no se reduce a Europa. Por el contrario, se trata de una obra panorámica de las relaciones internacionales de la posguerra fría, vista desde el ángulo político de quien ha ocupado el más alto cargo en la acción exterior europea. En este sentido, llama nuevamente la atención la diferencia del lenguaje empleado por un político cuando ocupa una posición de responsabilidad y cuando no. A pesar de su consabido comedimiento o lenguaje políticamente correcto, Javier Solana se muestra más claro de lo habitual, sin evitar que en alguna ocasión el lector tenga que leer entre líneas.
Quizás donde más diáfano se muestre sea en aquellos aspectos que más han trascendido a la opinión pública y, por tanto, son más conocidos como la guerra de Irak. Sin ningún tipo de ambages, reconoce el error de semejante decisión y cómo se cobró la división de la alianza trasatlántica y, también, de la Unión Europa con su efecto paralizante.
Otros temas que destacan tanto por su relevancia como por su controversia son los dedicados a la nueva condición de Estados Unidos como única superpotencia tras el fin de la Guerra Fría; el conflicto de los Balcanes y la inoperancia europea; las relaciones de los países occidentales con Rusia y la necesidad de no vejar a Moscú; el nuevo desafío nuclear iraní y las diferentes formas de abordarlo; las difíciles relaciones de Europa e Israel a propósito de la intransigencia israelí para resolver el conflicto de Oriente Próximo; además del ascenso de China y de otros países emergentes como Brasil e India.
Frente a la simplicidad (analítica al menos) que presentaba la Guerra Fría, la nueva sociedad internacional resulta mucho más compleja para su análisis y resolución de controversias. Entre los ejemplos que avanzan los autores sobre esa nueva complejidad destaca la nueva dimensión adquirida por el poder, el creciente e imparable papel que desempeña la economía, los nuevos actores no estatales y trasnacionales; además de las amenazas globales: terrorismo, cambio climático, pobreza y proliferación nuclear, entre otros.
Su solución requiere de medidas igualmente globales, pero paradójicamente “la legitimidad, la política y los recursos siguen siendo locales”. En suma, el texto de Javier Solana y Lluis Basset, además de una lectura amena, brinda al lector una idea general de cómo están las cosas en la política mundial, donde el poder y los intereses predominan por encima de los valores e incluso las normas.
Por último, pero no menos importante, cabe apostillar cómo en no pocas ocasiones los políticos adoptan un lenguaje académico para eludir sus responsabilidades; y, a la inversa, se podría igualmente argumentar, cómo algunos académicos utilizan un lenguaje más propio de los políticos al no tener que asumir el riesgo ni el coste de esas responsabilidades. Un debate, éste, del que en buena medida advertía el sociólogo Max Weber en un ensayo clásico: El político y el científico.
08/10/2012
Bichara Khader: El Mundo Árabe explicado a Europa. Historia, imaginario, cultura, política, economía, geopolítica. Barcelona: Icaria & IEMed., 2010 (533 páginas).
Publicado originalmente en 2009, el libro de Bichara Khader no podía ser una explicación de la denominada primavera árabe, que surgió posteriormente, entre finales del 2010 y principios de 2011 en Túnez. Sin embargo, su lectura hace más comprensible las revueltas protagonizadas por las sociedades árabes.
Además de referir la ubicación del mundo árabe en el sistema internacional, en condiciones muy vulnerables, de subordinación y penetración, el profesor de la Universidad de Lovaina, (donde dirige el Centro de Estudios e Investigaciones sobre el Mundo Árabe Contemporáneo), aborda otros importantes aspectos políticos, económicos y sociales que contextualizan la contestación política en la región.
De su espacio político destaca el autoritarismo. Sus sistemas políticos están herméticamente cerrados a toda participación y, por tanto, a toda alternancia en el poder. No cuentan con el consentimiento ni la legitimidad de su ciudadanía. Vertebrados como regímenes policiales y represivos, sus Estados son, sin embargo, "duros, pero no fuertes", como señala Nazih Ayubi en una obra igualmente recomendable: Política y sociedad en Oriente Próximo. La hipertrofia del Estado árabe, (Barcelona: Bellaterra, 1998).
En el ámbito económico resalta su dependencia externa y subdesarrollo, con una estructura social caracterizada por la desigualdad y la exclusión socioeconómica de amplios segmentos de su población. Sin olvidar el carácter rentista de sus Estados, poseedores de importantes recursos energéticos: petróleo y gas, principalmente.
Por último, en el terreno social apunta la transición demográfica que están experimentando las sociedades árabes: el promedio de hijos por mujer ha pasado de 7 en 1975 a 3 en 2005. Dos terceras partes de la población árabe tienen menos de treinta años. Esto es, jóvenes que carecen de expectativas laborales y profesionales, con las evidentes consecuencias sociales y políticas que acarrean.
A su vez, este contexto, de asfixia política, económica y social, se ha visto ensombrecido por las intervenciones militares extranjeras; y, en particular, por el sempiterno conflicto israelo-palestino. Controversia a la que el autor, de origen palestino, ha dedicado numerosos trabajos, entre los que cabe destacar: Los hijos de Agenor. Europa y Palestina desde las cruzadas hasta el siglo XXI, (Barcelona: Bellaterra, 1999).
En suma, en El Mundo Árabe explicado a Europa, Bichara Khader realiza una síntesis de lo que ha sido su línea de investigación a lo largo de su vida académica, centrada en el mundo árabe, su evolución política, económica y social. Sin olvidar sus relaciones internacionales (en particular, con Europa) y los conflictos que, derivados de su ubicación geoestratégica y posesión de recursos energéticos, le asolan.
Publicado originalmente en 2009, el libro de Bichara Khader no podía ser una explicación de la denominada primavera árabe, que surgió posteriormente, entre finales del 2010 y principios de 2011 en Túnez. Sin embargo, su lectura hace más comprensible las revueltas protagonizadas por las sociedades árabes.
Además de referir la ubicación del mundo árabe en el sistema internacional, en condiciones muy vulnerables, de subordinación y penetración, el profesor de la Universidad de Lovaina, (donde dirige el Centro de Estudios e Investigaciones sobre el Mundo Árabe Contemporáneo), aborda otros importantes aspectos políticos, económicos y sociales que contextualizan la contestación política en la región.
De su espacio político destaca el autoritarismo. Sus sistemas políticos están herméticamente cerrados a toda participación y, por tanto, a toda alternancia en el poder. No cuentan con el consentimiento ni la legitimidad de su ciudadanía. Vertebrados como regímenes policiales y represivos, sus Estados son, sin embargo, "duros, pero no fuertes", como señala Nazih Ayubi en una obra igualmente recomendable: Política y sociedad en Oriente Próximo. La hipertrofia del Estado árabe, (Barcelona: Bellaterra, 1998).
En el ámbito económico resalta su dependencia externa y subdesarrollo, con una estructura social caracterizada por la desigualdad y la exclusión socioeconómica de amplios segmentos de su población. Sin olvidar el carácter rentista de sus Estados, poseedores de importantes recursos energéticos: petróleo y gas, principalmente.
Por último, en el terreno social apunta la transición demográfica que están experimentando las sociedades árabes: el promedio de hijos por mujer ha pasado de 7 en 1975 a 3 en 2005. Dos terceras partes de la población árabe tienen menos de treinta años. Esto es, jóvenes que carecen de expectativas laborales y profesionales, con las evidentes consecuencias sociales y políticas que acarrean.
A su vez, este contexto, de asfixia política, económica y social, se ha visto ensombrecido por las intervenciones militares extranjeras; y, en particular, por el sempiterno conflicto israelo-palestino. Controversia a la que el autor, de origen palestino, ha dedicado numerosos trabajos, entre los que cabe destacar: Los hijos de Agenor. Europa y Palestina desde las cruzadas hasta el siglo XXI, (Barcelona: Bellaterra, 1999).
En suma, en El Mundo Árabe explicado a Europa, Bichara Khader realiza una síntesis de lo que ha sido su línea de investigación a lo largo de su vida académica, centrada en el mundo árabe, su evolución política, económica y social. Sin olvidar sus relaciones internacionales (en particular, con Europa) y los conflictos que, derivados de su ubicación geoestratégica y posesión de recursos energéticos, le asolan.
Editado por
José Abu-Tarbush
José Abu-Tarbush es profesor titular de Sociología en la Universidad de La Laguna, donde imparte la asignatura de Sociología de las relaciones internacionales. Desde el campo de las relaciones internacionales y la sociología política, su área de interés se ha centrado en Oriente Medio y el Norte de África, con especial seguimiento de la cuestión de Palestina.
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Tendencias 21 (Madrid). ISSN 2174-6850