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Reseñas

Historia de las religiones Juan Antonio Martínez de la Fe , 26/06/2012
Historia de las religiones
Ficha Técnica

Título: Historia de las religiones
Autores: Giovanni Filoramo, Marcello Massenzio, Massimo Raveri y Paolo Scarpi
Edita: Crítica
Colección: Serie Mayor
Traducción: María Pons
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
Número de páginas: 445
ISBN: 978-84-9892-377-3
Precio: 27,90 euros

Paradójicamente, en un mundo en el que parece que aumenta más la grieta entre la sociedad y la religión, ésta, sin embargo, no deja de acaparar la atención. Para defenderla o para denostarla o, simplemente, para intentar comprenderla como un fenómeno social que a pocos deja indiferente. Habría mucho que hablar de este tema, empezando por definir lo que se entiende por religión, término considerado frecuentemente como superado y sustituido por otros más amplios, como espiritualidad.

El fenómeno también ha sido, y es, analizado y estudiado desde diferentes puntos de vista; desde el propiamente religioso (en un sentido muy lato), el filosófico, el antropológico, el etnológico, …

De hecho, la bibliografía sobre el particular es amplia. Citar, por ejemplo, la Historia de las religiones, de Manuel Guerra Gómez, cuya segunda edición data de 2010, editada por la BAC. En todo caso, se puede consultar el amplísimo repertorio bibliográfico, elaborado por Francisco Díez de Velasco, de la Universidad de La Laguna, que da recia fe de lo que apuntamos.

Así las cosas, la aparición de un libro como este es de gran utilidad, tratándose de la edición en rústica de la ya aparecida en el año 2000. Porque en él encontramos un punto de acercamiento a cualquier religión o movimiento religioso, que nos permita encaminar nuestros pasos por derroteros más profundos, desde un punto de vista peculiar por su cercanía. Lo que quiere decir que se trata de un manual; un manual con sus especiales características, como sucede con todos los manuales, que, en este caso concreto, es de gran ayuda por su solvencia y la forma de presentar el contenido de sus apartados.

Por lo pronto, antes de acceder al interior de sus páginas es más que conveniente la lectura del prólogo que realizan sus cuatro autores. No es una introducción larga, de muchas páginas, pero aclara mucho sobre cómo se concibió la obra y cómo se llevó a cabo, así como sobre su estructura.

Justifican la presencia de cuatro autores por la complejidad del tema y por considerar superado el esquema por el que un especialista era capaz, él solo, de realizar una síntesis global: “es imposible que un único investigador, por muy amplio que sea su bagaje de conocimientos y por muy amplia que sea su orientación metodológica, pueda abarcar un campo tan vasto y complejo como el de la historia de las religiones, a no ser en casos realmente excepcionales”. Como puede ser el caso de Mircea Eliade, cuyo Tratado de historia de las religiones, de Ediciones Cristiandad, apareció en 2009.

Esto no supone un trabajo que resulte de la aglomeración de conocimientos de cada uno de ellos; en los cuatro, se da una coincidencia en la interpretación de una serie de puntos importantes, lo que contribuye a dar una mayor homogeneidad a la obra. No se pretende una globalidad en la presentación histórica, lo que ha llevado, naturalmente, a no incrementar el número de colaboradores, de manera que el producto tenga una presentación más armónica e integrada, como realmente se consigue.

Una aportación destacada en el libro es la presencia de lo que denominan fichas; consisten estas en unos recuadros, sesenta y uno en total, que, insertos en el texto pero de lectura independiente, aportan una base conceptual, condensada, de temas de interés general que ayudan a la comprensión y asimilación del texto.

Entre las características que destacan los autores de su trabajo, figuran las siguientes: “ 1) La valoración de las religiones como productos culturales de importancia capital, determinados históricamente tanto en su génesis como en su devenir y en su eventual desaparición; 2) el reconocimiento de la misma dignidad cultural para todos los sistemas religiosos, que excluye cualquier tipo de ordenación jerárquica y que deriva directamente de una de las conquistas fundamentales del humanismo contemporáneo, a saber, el reconocimiento de la misma dignidad a todas las culturas humanas; 3) la necesidad de armonizar el enfoque histórico-filológico de cada una de las formaciones religiosas con un tipo de presentación que permita una aproximación de tipo comparativo”.

En el desarrollo de su trabajo, estos profesores universitarios han tenido más en cuenta la posible documentación sobre el asunto del que tratan, que su hipotética reconstrucción. Es este un dato fundamental que avala el rigor de los resultados obtenidos.

Además, se ha tenido en cuenta un aspecto importante, cual es el desarrollo de la historia de las religiones en dos niveles: uno es el de la investigación histórica sobre las distintas formaciones religiosas concretas; el otro, el de la investigación teórica sobre el objeto que la disciplina connota: precisamente, la religión.

Dicho esto, nos encontramos con una obra que permite presentar un panorama variado de la historia de las religiones considerada en su auténtica complejidad.

Con esta bagaje introductorio, el lector se encuentra en condiciones de acometer, bien la lectura, bien la consulta de un trabajo que resulta, además de muy interesante, ameno y clarificador.

El libro consta de cinco partes, subdivididas, a su vez, en diferente número de capítulos. La primera de ellas, redactada por Paolo Scarpi, se refiere a Las religiones del mundo antiguo, concretamente, a los politeísmos. La segunda parte se titula Las religiones de salvación: monoteísmos y dualismos; la firma Giovanni Filoramo y en ella se recogen el zoroastrismo, judaísmo, cristianismo, islam y las religiones dualistas. Las vías de liberación y de inmortalidad: India y extremo oriente es el título de la tercera parte, redactada por Massimo Raveri, en la que se abordan, por ejemplo, el hinduismo, el budismo en diferentes concepciones, taoísmo o sintoísmo. La cuarta parte se dedica a La historia de las religiones en la cultura moderna, que firma Marcello Massenzio, muy interesante aportación en la que se tocan temas como la antropología, el evolucionismo, la escuela sociológica francesa o la particular visión de lo sagrado en Rudolf Otto. Finalmente, Giovanni Filoramo interviene nuevamente en la obra para redactar la quinta y última parte, con el título Epílogo, tratando sobre la religión y modernidad: los nuevos movimientos religiosos, prestando especial atención a la New Age.

Ciertamente, es tarea prácticamente imposible detallar, en el corto espacio de una reseña, el contenido, no ya de cada una de las cinco partes, sino, incluso, de cada uno de los capítulos que la componen. Sin embargo, la metodología seguida para su desarrollo, sin ser homogénea, lógicamente, sí responde a grandes rasgos a un esquema cuasi común. De ahí que, tomando un ejemplo, en este caso, el capítulo dedicado al cristianismo, podamos hacernos una idea del desarrollo de la obra.

El capítulo dedicado al cristianismo se abre con una introducción; en ella, se abordan tres apartados: a) el origen del nombre; b) el fundador y su mensaje; y c) la originalidad del mensaje cristiano. Seguidamente, se aborda el tema de las fuentes de las que se dispone, en este caso, de manera fundamental, el Nuevo Testamento y los concilios, detallando cómo se va configurando el corpus definitivo. Viene a continuación el apartado del perfil histórico, aplicado, en primer lugar, a la evolución producida de la idea del reino a la iglesia, luego, a la era constantiniana, al cristianismo medieval, a la reforma medieval y, finalmente, a la época moderna, para finalizar con el cristianismo contemporáneo. Seguidamente, son las diferentes confesiones cristianas las que asumen el protagonismo: catolicismo, la ortodoxia y el protestantismo, donde se explican el luteranismo, las iglesias reformadas y presbiterianas, el anglicanismo, congregacionalismo, metodismo, baptistas, cuáqueros y testigos de Jehová.

Este capítulo contiene siete fichas, según la denominación empleada por los autores, que abordan aspectos muy concretos que complementan el estudio de la materia abordada. En el presente caso, esas siete fichas son: las fechas fundamentales del cristianismo (un cronograma que arranca desde el nacimiento de Jesús y llega hasta el año 1965), herejía y ortodoxia (con explicación de ambos conceptos), el monacato (no únicamente circunscrito al ámbito cristiano), la confesión de Augsburgo (de la que se comentan los artículos 5, 7, 9 y 10), las órdenes religiosas (con sus divisiones: monásticas, de canónigos regulares, mendicantes, de clérigos regulares y caballerescas religiosas), raskol (el cisma de la iglesia ortodoxa rusa) y, por último, el fundamentalismo (con especial incidencia en su nacimiento, en el siglo XIX, dentro del protestantismo).

El capítulo, como todos los demás de la obra, se cierra con una selección bibliográfica, lamentablemente, no posterior a la década de los noventa, lo que no es de extrañar si se tiene en cuenta que la primera edición italiana es de 1998. Lo que no merma el valor de este libro que, como tal manual que se considera, es de una utilidad extraordinaria. Su lenguaje cercano, sin abandono del rigor científico, el gran esfuerzo de síntesis y concisión desplegado por los autores y la más que suficiente amplitud de los temas abordados, hacen de esta Historia de las religiones un instrumento de gran utilidad en la biblioteca de cualquier persona interesada en el fenómeno religioso.


Índice


Prólogo

Primera parte. Las religiones del mundo antiguo. Los politeísmos. Por Paolo Scarpi

Capítulo I. Características generales
1. Los prolegómenos de la historia: límites geográficos y cronológicos.
2. La “revolución “ neolítica en el área mediterránea
3. La geografía de la “revolución” neolítica: Oriente Próximo
4. Cultura y culto
5. El mundo extrahumano y el “mito” científico de la diosa madre
Bibliografía

Capítulo II. Área mesopotámica y de Oriente Próximo
1.Datos históricos: el problema de la difusión
2. Ciudad-estado y “distribución” de los dioses
3. El panteón y la mitología
4. El culto
5. En los límites de Mesopotamia
Bibliografía

Capítulo III. Egipto
1.Datos históricos
2. El “dios-rey”
3. El panteón
4. El culto
Bibliografía

Capítulo IV. Irán prezoroástrico e indoeuropeos
1.Datos históricos
2. El sustrato indoiranio
3. La ideología tripartita de los indoeuropeos
4. El panteón iranio
5. Culto y sacerdocio
Bibliografía

Capítulo V. Grecia antigua
1.Datos históricos
2. El panteón: de la épica homérica a la polis
3. La sobrevaloración del mito
4. El culto
5. La religión de la ciudad
Bibliografía

Capítulo VI. Celtas y germanos
1.Prefacio
2. Celtas
3. Germanos
Bibliografía

Capítulo VII. Roma antigua
1.Datos históricos
2. La teología romana: las tríadas y el panteón
3. Desmitificación e historización
4. La sobrevaloración del rito
5. El calendario y el culto
Bibliografía

Capítulo VIII. La época helenístico-romana
1.Datos históricos
2. Los cultos orientales y Roma
3. Los “reyes divinos” después de Alejandro y el culto al emperador en Roma
Bibliografía

Capítulo IX. Las grandes religiones de América precolombina
1.Datos históricos
2. México: los aztecas
3. Sur de México y Yucatán: los mayas
4. Región andina
Bibliografía

Segunda Parte. Las religiones de salvación: monoteísmos y dualismos. Por Giovanni Filoramo

Capítulo X. Zoroastrismo
1.Introducción
2. Fuentes
3. Perfil histórico
4. Creencias
5. Culto
Bibliografía

Capítulo XI. Judaísmo
1.Introducción
2. Fuentes
3. Perfil histórico
4. Doctrinas y creencias
5. Prácticas, culto y ritos
Bibliografía

Capítulo XII. Cristianismo
1.Introducción
2. Fuentes
3. Perfil histórico
4. Las diferentes confesiones
Bibliografía

Capítulo XIII. Islam
1.Introducción
2. Las fuentes
3. Perfil histórico
4. La teología islámica
5. La sunna y la ley
6. Doctrinas fundamentales
7. Prácticas fundamentales
8. Unidad y diversidad
9. El islam moderno
Bibliografía

Capítulo XIV. Religiones dualistas
1.Introducción
2. Gnosis
3. Maniqueísmo
Bibliografía

Tercera parte. Las vías de liberación y de Inmortalidad: India y Extremo Oriente. Por Massimo Raveri

Capítulo XV. Hinduismo
1.Introducción
2. La antigua sabiduría de los “Veda”
3. El poder sacerdotal
4. La nueva visión religiosa: los “Upanisad”
5. “Smrti”, la “memoria”
6. La creación del mundo y el orden del tiempo
7. El “juego” divino
8. Los cuatro “varna” y la organización de la sociedad
9. Los cuatro “asrama” y la organización de la vida
10. El culto
11. Las escuelas de pensamiento
12. La renovación religiosa en el ideal de la devoción
13. Visnú
14. Siva
15. Krisna
16. El tantrismo
17. El culto a la Diosa
18. El hinduismo moderno
Bibliografía

Capítulo XVI. Budismo
1.Introducción
2. La vida de Buda
3. Los fundamentos doctrinales: Las Cuatro Nobles Verdades
4. El “nirvana”
5. El recuerdo de la palabra: la formación del canon
6. El recuerdo de la figura: las biografías de Buda
7. La comunidad de los monjes
8. Las primeras escuelas de pensamiento
9. La tradición “Mahayana”
10. Los “Sutra mahayana”. Problemas de hermenéutica
11. El ideal del “bodhisattva”
12. “Prajna”, la sabiduría
13. Nagarjuna y la escuela “Madhyamika”
14. La escuela “Yogacara”
15. “Karuna”, la compasión
16. El “Sutra del Loto”
17. La teoría del “tathagatagarbha”
18. Las Tierras Puras
19. El budismo tántrico
Bibliografía

Capítulo XVII. Budismo chino
1.Budismo y cultura china
2. Las primeras escuelas
3. La época dorada del budismo chino
4. El “Chan”
Bibliografía

Capítulo XVIII. Budismo japonés
1.El budismo y la cultura japonesa
2. Tendencias sincréticas y esoterismo
3. El desarrollo de las escuelas
Bibliografía

Capítulo XIX. Budismo tibetano y “bon”
1.El budismo en el Tíbet
2. El “bon”
Bibliografía

Capítulo XX. Taoísmo
1.Introducción
2. “Yin” y “yang” y las Cinco Fases
3. El “Yijing” y la tradición adivinatoria
4. El “Daodejing” y el “Zhuangzi”
5. Cuerpo físico, cuerpo cósmico
6. El ideal de no actuar y la búsqueda del Uno
7. El taoísmo y la sabiduría confucianista
8. La Vía de los Maestros del Cielo
9. La búsqueda de la inmortalidad
10. Los inmortales
11. Las divinidades
12. La tradición “Shangqing”
13. La tradición “Lingbao”
14. Meditación y “alquimia interior”
Bibliografía

Capítulo XXI. Sintoísmo
1.Introducción
2. Lo divino y la pureza
3. La tradición chamánica
4. El espacio sagrado
5. Los ritos comunitarios
6. El sincretismo religioso
7. Las corrientes doctrinales
8. El sintoísmo y la modernidad
Bibliografía

Cuarta parte. La historia de las religiones en la cultura moderna. Por Marcello Massenzio

Capítulo XXII. Historia de las religiones y antropología
I.Prólogo
1.Religión, religiones
2. Historia de las religiones y antropología cultural
3. De las premisas teóricas al plano operativo
4. Problemas epistemológicos: un modelo de referencia
II. Evolucionismo y funcionalismo: cultura, magia y religión
1.Los presupuestos de la antropología religiosa
2. La doctrina del alma: valor y límites
3. “La rama dorada”: magia, religión y ciencia
4. “La rama dorada”: método y balance crítico
5. Del evolucionismo al funcionalismo: B. Malinowski
6. B. Malinowski: cultura y necesidades humanas
7. Religión y magia: la teoría de Malinowski
8. B. Malinowski: un ejemplo de investigación etnográfica
III. Lo sagrado de Rudolf Otto
1.Lo sagrado: alteridad y paradoja
2. “Primitivos” y sacralidad
3. Hacia la superación del etnocentrismo
4. La fenomenología religiosa: G. Van der Leeuw
5. G. van der Leeuw: la “conducta mágica”
IV. La escuela sociológica francesa y el ámbito mágico-religioso
1.É. Durkheim: la búsqueda de lo esencial
2. Los productos del pensamiento religioso: las representaciones colectivas
3. La oposición sagrado/profano y la definición mínima de religión
4. L. Lévy-Bruhl: La dimensión etnológica como alteridad radical
5. L. Lévy-Bruhl: el horizonte sobrehumano
6. M. Mauss: teoría general de la magia
7. M. Mauss: magia y sociedad
8. C. Lévi-Strauss y la herencia de la escuela sociológica
9. C. Lévy-Strauss: el tabú del incesto y el intercambio social
10. C. Lévy-Strauss: magia y mitología
Bibliografía

Quinta parte. Epílogo. Por Giovanni Filoramo

Capítulo XXIII. Religión y modernidad: los nuevos movimientos religiosos
1.Cambio y tradiciones religiosas
2. Los nuevos movimientos religiosos en Occidente
3. La nueva religiosidad: el caso New Age
4. El futuro de la religión
Bibliografía

Obras de consulta general
Los autores
Índice de fichas
Índice de divinidades, personajes mitológicos y reyes
Índice de nombres de personajes históricos, autores antiguos y modernos

Notas sobre los autores
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26/06/2012 Comentarios

Reseñas

Oráculos de la ciencia. Científicos famosos contra Dios y la religión
Ficha Técnica

Título: Oráculos de la ciencia. Científicos famosos contra Dios y la religión
Autores: Karl Giberson y Mariano Artigas
Edita: Ediciones Encuentro
Colección: Ciencia
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
Número de páginas: 372
ISBN: 978-84-9920-121-4
Precio: 28 euros

Muy útil. Se trata de una obra de una enorme utilidad para todos los interesados en el debate ciencia-religión, que, según se deduce del número de entradas en Google (casi 6.290.000, solo centrándolo en estas dos palabras), despierta bastante curiosidad. O, también, de cuando el 10 de octubre de 2011, en Tendencias21 de las Religiones, se presentaba el post: Stephen Hawking reabre un debate que se creía superado el debate sobre Dios y la ciencia, firmado por Leandro Sequeiros, se batieron los récords de visitas y de comentarios.

¿Qué pretende este libro? Dicen sus autores que “quiere ser una introducción seria y de amplio alcance a los seis pensadores que más han determinado las visiones científicas de nuestra cultura actual”. Y el objetivo perseguido se ha logrado con acierto. Porque, con un nivel de introducción, se presenta lo fundamental del pensamiento de los seis científicos que analiza; porque el lenguaje utilizado, la manera de presentar a cada uno de ellos y la ausencia de aparato crítico a pie de texto (las notas se remiten a las páginas finales), permiten el acceso a un amplio número de lectores no especializados a lo fundamental de cada uno de los autores; y porque pocos podrán dudar de que la selección realizada, aun siendo conscientes, tanto Karl Giberson como Mariano Artigas de que podría ser más amplia, constituye una representación de las más influyentes teorías científicas y culturales de nuestro tiempo.

Ya en el prólogo, Juan Arana apunta una de las peculiaridades del libro: “en lugar de recensionar las figuras ‘más favorables’ a la postura que sustentan, Artigas y Giberson buscan las más discrepantes y, lejos de adoptar frente a ellas un tono intransigente e hipercrítico, no regatean los elogios que sus aportaciones merecen. Siguen, pues, una estrategia diametralmente opuesta a la vieja apologética. Ningún argumento de autoridad, ningún argumento ad hominem”. En el libro, sus autores detentan y apuntan con lucidez los posibles puntos flacos de los científicos estudiados, pero no basan en ellos sus consideraciones.

Y ¿quiénes son estos científicos? Nada menos que Carl Sagan, Richard Dawkins, Stephen Hawking, Stephen Jay Gould, Steven Weinberg y Edward O. Wilson. Como hicieran los oráculos tradicionales de la Grecia clásica, adquieren ellos tal categoría, porque nos hablan de lo que necesitamos conocer: si estamos solos en el universo, de dónde venimos, si tuvo comienzo el universo, si tiene sentido nuestra existencia, si somos productos del azar, dónde encontramos respuestas a preguntas profundas e importantes. Y la adquieren, la categoría de oráculos, porque, dada la amplitud y especialización de la ciencia moderna, no podemos encontrar respuestas por nosotros mismos y necesitamos guías, oráculos, que nos muestren el camino.

En nuestra civilización se dan dos especialidades: la de la ciencia y la de los humanistas, cada una dentro de su ámbito. Los científicos investigan y los escritores nos narran historias. Nos hacía falta lo que C.P. Snow denomina una tercera cultura, es decir, científicos literatos, que fuesen capaces de poner al alcance de un amplio círculo de lectores los hallazgos fruto de sus trabajos. Y, evidentemente, los seis autores seleccionados cumplen perfectamente este cometido. Sus obras gozan de una gran difusión y ven continuas reediciones en variados idiomas. Están llevando la ciencia al público lector, de una forma comprometida. Y es aquí precisamente donde Artigas y Giberson encuentran la posibilidad de que sus descripciones, las de estos científicos, de la ciencia puedan ser tergiversadas o distorsionadas y malinterpretadas.

Y detallan que, de sus escritos populares, considerados en su totalidad como una descripción representativa de la ciencia y de la comunidad científica, se pueden deducir las siguientes sugerencias:

a) “La ciencia se ocupa principalmente de los orígenes y muchos científicos están trabajando en diferentes aspectos de la evolución cósmica o biológica”. De una u otra manera, los seis científicos analizados vienen a concluir en el tema de los orígenes y la religión.

b) “Los científicos son agnósticos o ateos”. Es otra conclusión a la que se puede llegar leyendo a estos autores estudiados. Al respecto, Artigas y Giberson advierten: “Hemos seleccionado a los seis científicos presentados en este libro solo sobre la base de su categoría como vanguardia de los portavoces de la ciencia en inglés. Sus perspectivas filosóficas y teológicas no entran en juego. Sin embargo, vemos que ninguno de ellos cree en Dios en ningún sentido convencional”.

c) Y la tercera conclusión a la que podría llegarse es la de que “la ciencia es incompatible e incluso hostil con la religión”. Y sorprende a los autores del libro la notable hostilidad hacia la religión que caracteriza muchos de los escritos analizados.

Pues bien: Artigas yGiberson afirman rotundamente que “ninguna de estas caracterizaciones es verdadera. La ciencia no es hostil a la religión, los científicos no son firmemente ateos y los orígenes no son el foco primario de la investigación científica”. Unas afirmaciones que argumentan debidamente.

El problema estriba en que suele ocurrir con los científicos estudiados que sus manifestaciones filosóficas y teológicas vienen encubiertas con una retórica científica, presentadas en páginas categóricas de libros altamente eruditos que dan a conocer magistralmente la ciencia a un público amplio. No siempre advierten al lector de que, ocasionalmente, se mueven más allá de la ciencia y en terrenos en los que no tienen competencia; presentan sus opiniones personales con el mismo estilo que utilizan para divulgar (muy bien, por cierto) los conocimientos de la ciencia.

Tras una larga, a la par que necesaria, introducción, se accede ya al estudio de cada uno de los científicos seleccionados. A cada uno se le dedica un capítulo extenso, que consta de dos partes; en la primera, se hace un recorrido biográfico; en la segunda, se estudia el mensaje que cada uno de ellos ha ofrecido, al más amplio ámbito de la cultura, sobre el lugar de la humanidad en el esquema de las cosas. En este sentido, un nutrido repertorio de textos de cada autor acompaña a las explicaciones, complementado con declaraciones suyas en entrevistas o presentaciones públicas. Es prácticamente imposible resumir en esta breve reseña el estudio de cada uno de estos científicos; ya la exposición que hacen Artigas y Giberson encierra un notable esfuerzo de síntesis. La lectura del sumario, puede dar una idea de cómo se aborda dicha síntesis y los puntos que se tocan.

Los autores han intentado actuar con la mayor objetividad, evitando innecesarias polémicas y mostrando, en todo momento, su admiración por las aportaciones a la ciencia que han realizado los científicos estudiados, así como el mayor respeto y confianza hacia la ciencia, de la que ellos también son parte.

Eso sí: advierten de que, aunque el libro esté dentro del amplio espectro de “ciencia-y-religión”, sin embargo, no lo han elaborado estrictamente como tal. También, de que, dadas sus características, el libro puede ser leído sin seguir el orden correlativo de cada capítulo, pues cada uno de ellos es totalmente independiente de los otros.

Cabe preguntarse aún por los criterios utilizados para hacer la selección de científicos. Cuatro son los que apuntan los autores: 1) Tenían que ser científicos profesionales con una sólida contribución a la ciencia. 2) Igualmente, tenían que ser autores muy vendidos y que sus libros hayan formado opiniones de un público amplio. 3) Sus obras tenían que abordar las grandes implicaciones culturales, filosóficas y humanistas de la ciencia. 4) Y, finalmente, ser autores contemporáneos para poder haber formado las opiniones de esta generación; alguno de ellos ya ha fallecido, pero la vitalidad de sus obras es evidente.

Tras los capítulos dedicados a cada científico, los autores finalizan el libro con unas conclusiones, bajo el título de Ciencia y más allá. Unas conclusiones que, en modo alguno, resumen o sintetizan la obra. De una parte, compendian de alguna manera los puntos relevantes que ha abordado cada uno de los científicos y de los presupuestos de los que partieron. Y comentan: “Nuestros seis oráculos no son pues un cuerpo uniforme de pensadores, que rechacen todos la religión en nombre de la ciencia. Ninguno de ellos, sin embargo, es religioso en el sentido habitual del término, o en ningún sentido. Sus escritos producen la impresión de que la ciencia suplanta a la religión e, incluso, la explica. Pero esto requiere más explicación”. Y la dan, en un breve apartado titulado ¿Teología sin ciencia? Parten de la pregunta de si estos oráculos están justificados a la hora de presentar sus puntos de vista como si estuvieran derivados de la ciencia. Lógicamente, la respuesta es negativa, aunque puede resultar demasiado simple, por lo que argumentan su postura, de manera breve pero detallada con aproximación a cada uno de estos científicos.

Se trata, en definitiva, de una obra muy recomendable para quienes, interesados en conocer las diferentes posiciones acerca de las aproximaciones entre la ciencia y, más que a la religión, al concepto de Dios, deseen una obra que las resuma de manera clara, inteligible y objetiva.


Índice


Introducción

Oráculos de la ciencia
Formadores de opiniones públicas sobre la ciencia
Orígenes y religión
Declaraciones oraculares
Diseño Inteligente y naturalismo científico
Estructura del presente trabajo

1. Un buen capellán del diablo. Richard Dawkins

El gen egoísta
Una visión de la naturaleza desde la perspectiva del gen
El largo alcance del gen
Memes y virus
El relojero ciego
El sentido de la vida
Ciencia y religión
Religión y violencia
Estándares de verdad
Tres argumentos contra la religión
¿Es la evolución una religión secular?

2. Ciencia i[versus religión y las edades de los fósiles]i. Stephen Jay Gould

Un neoyorkino prolífico
El equilibrio puntuado
Esta visión de la vida
Una vida maravillosa
Una redefinición cósmica
Completando la revolución
Freud y Gould
Una cuestión de grado
La hoja de ruta personal de Gould
Contingencia versus Providencia
La unicidad humana
Sobre ciencia y religión: Magisterios que no se solapan
La noción de religión de Gould
Enigmas personales

3. Leyendo el pensamiento de Dios. Stephen Hawking

Un genio en gestación
Singularidad cósmica
La radiación de Hawking
Hawking se encuentra con el Papa
El Papa y el big bang
Reescribiendo la historia
Hawking sobre Dios y la creación
Sobre la eternidad del mundo
Un universo sin límites
Una breve historia del tiempo
Conociendo la mente de Dios
Una recensión en Nature
Hawking el positivista
Viaje en el tiempo
Hawking en perspectiva

4. Una luz en la oscuridad. Carl Sagan

Científico y estrella mediática
Mundos extraterrestres
Interludio sobre la tierra
Devenir una estrella
Mensajes a las galaxias
Un cosmos maravilloso
Un materialismo ateo
La tesis del conflicto
Supresión y nuevo despertar
Reviviendo antiguos mitos
Contacto
Ciencia, pseudociencia y religión
El mundo y sus demonios
Una manera científica de pensar

5. La comprensión de un universo sin sentido. Steven Weinberg

Una carrera de Nobel
Las fuerzas básicas de la naturaleza
Una idea brillante
¿Devolverá el premio Nobel?
El CERN y el Vaticano
Los tres primeros minutos del universo
Cosmólogos modernos
La hoja de ruta personal de Weinberg
Gran ciencia y cuestiones más amplias
¿Qué pasa con Dios?
Perfeccionar nuestra comprensión de Dios
La ciencia y sus adversarios culturales
¿Hay un Dios benevolente?
Las guerras de la ciencia
Más allá del reduccionismo

6. Un Pulitzer para las hormigas. Edward O. Wilson

El niño de Playa Paraíso
Un baptista sureño descubre la evolución
Un materialista elegante pero obstinado
Un científico ambicioso
Grandes proyectos
La controversia de la sociobiología
Ciencia creativa y arriesgada
Gould versus Wilson
¿La moralidad de la ciencia?
La estrategia de Wilson
Las raíces tribales de la religión
Una falsa dicotomía
La perspectiva consiliente
Sobreexplicación
El futuro de la vida

Conclusión. Ciencia y más allá

Oráculos ambiciosos
Puntos de partida
¿Teología sin ciencia?
La verdad científica
En el nombre de la ciencia

Notas
Bibliografía
Índice análítico

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23/06/2012 Comentarios

Reseñas

Arte y Torá. Exterior e interior del judaísmo Juan Antonio Martínez de la Fe , 21/06/2012

Tengo la impresión de haber hecho un libro bueno, no muy grande, pero denso


Arte y Torá. Exterior e interior del judaísmo
Ficha Técnica

Título: Arte y Torá. Exterior e interior del judaísmo
Autor: Máximo José Kahn
Edición: Mario Martín Gijón y Leonardo Senkman
Edita: Renacimiento
Colección: Biblioteca del Exilio
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
Número de páginas: 382
ISBN: 978-84-8472-693-7
Precio: 22,00 euros

Es este un libro sumamente interesante. Ya se nos dice en el subtítulo que se trata de ahondar en el exterior y el interior del judaísmo. Y el autor lo hace desde su propia perspectiva personal, judía. Y con un estilo peculiar, muy propio, cuidado, no exento de lirismo, transportándonos por las singladuras de esta religión. ¿Cómo entiende un judío el mundo que le rodea, al que arriba, cuando se aleja de su matriz religiosa? ¿Cómo lo perciben los no judíos? ¿Qué produce posturas tan encontradas entre unos y otros? A todo esto pretende dar respuesta Máximo José Kahn, haciendo un recorrido por la historia de los últimos siglos y ahondando en las raíces más genuinas de esta religión.

Mario Martín Gijón, docente actualmente en la Universidad de Extremadura, suscribe el ensayo La trayectoria vital y literaria de Máximo José Kahn. En algo más de treinta páginas, nos ofrece una biografía del autor, no limitada a un simple recorrido por su agitada vida, sino que en ella inserta los títulos más destacados de la producción intelectual de Kahn. Y lo hace con un estilo muy conciso, muy accesible a la par que ameno.

A este primer trabajo, le sigue el del catedrático de la Universidad Hebrea de Jerusalén, Leonardo Senkman, titulado La obra de Máximo José Kahn en Argentina. Del exilio republicano a la diáspora judía. Ocupa, igualmente, algo más de treinta páginas. De su análisis, citamos el párrafo final, que resume magistralmente la figura de Kahn y sus planteamientos: “La posición de Máximo José Kahn no era la de un pre-moderno, sino la del utópico religioso judío que se negaba a renunciar a la Hija de la Voz en las travesías del judaísmo en la modernidad. Un moderno e hidalgo jasid que, al igual que Edmond Jabès, rechazaba adecuar al judaísmo en un ritual, y adaptarlo para ser un culto más que impediría oír la Voz hecha balbuceo, nombre, oración, salmo, códice, letra viviente, alma y mudez preñada de la Voz, tal como finaliza el último capítulo del libro, no casualmente llamado El Eterno”.

Con estos dos ensayos, el lector encuentra el marco idóneo para acometer la lectura de Arte y Torá, obra póstuma de su autor que nunca llegó a ver publicada, pues falleció poco después de culminarla y que, ocasionalmente, se consideró desaparecida. Afortunadamente, su recuperación por Editorial Renacimiento nos permite acceder a un serio análisis de la historia del judaísmo desde la emancipación de los judíos a finales del siglo XVIII.

“Entre las postrimerías del siglo XVIII y el último tercio del XIX se abrieron las puertas de los ghettos. El mejoramiento marchaba en sentido contrario al sol. Las últimas en desaparecer fueron las juderías muradas del Este de Europa”. Comienza así Kahn la primera parte de su trabajo, Éxodo, describiéndonos la extraña sensación de aquellos judíos ante el mundo cuasi desconocido que se les ponía delante de los ojos, hasta “tomar asiento en medio de los mismos seres que, hasta entonces, los habían vejado y agraviado”.

Fue un profundo aldabonazo. La Torá, que hasta entonces se consideraba el ombligo de todo lo creado, se enfrentó a supuestas contradicciones que inhabilitaban su procedencia divina. El judío en tierra extraña se vio impulsado a abandonar la forma de vida heredada de sus padres y pareció que “aprovechase la oportunidad para lanzarse a la vida profana como quien se libra de una armadura de sudor”, aunque sin dejar por ello de ser judío. Y los seres no judíos que lo rodeaban no se lo ponían fácil; solo la lección aprendida de vivir dos mil años en medio de persecuciones, le sirvió para no esconderse sin ver en cualquier escondrijo una mansión palaciega.

Sumiso a la prescripción de la Torá de no elaborar imágenes y de concebir la música como oración, tuvo mucho que avanzar para conseguir destacar en pintura, escultura o como virtuoso compositor. A este tema, que da título a la obra, dedica Kahn unas páginas de extraordinaria factura. Como hace también al referirse a la lengua hebrea, significado profundo de la voz, de la palabra, cuando, saliendo del ghetto donde se la veneraba, hubo de enfrentarse a un entorno que le era ajeno. Incluso, podría pensarse que, con esta apertura de los ghettos, se había dado con un método infalible de socavar el judaísmo y destruir, así, la judeidad. En su recinto, el judío desconocía, no solo el gran arte creador, sino, también, otras disciplinas principales de la cultura: la política, la filosofía y la ciencia, estas últimas circunscritas únicamente a su mundo interior. El judío tuvo que ingeniárselas para abrazar las profesiones típicas de su tiempo, entre las que destaca, por provenir de una tradición de la Edad Media, la medicina, aunque lo hace de una manera peculiar: cura con el judaísmo y sabía bien compadecerse con el dolor, ese dolor que ha experimentado a lo largo de los siglos.

Finaliza, así, la primera parte de la obra. Y arranca la segunda, bajo el epígrafe de Diáspora, cuyo primer capítulo se titula Judaísmo y judeofobia. ¿A qué se enfrentaban los judíos al dejar sus ghettos? “Al penetrar en la Diáspora total, un estado de cosas sorprendía al desorientado judío asimilador más que ningún otro. Su Torá; su Biblia, su así llamado Antiguo Testamento, se encontraba en manos de la no-judeidad”. Y el problema ha consistido en que, en el no-judaísmo, toda frontera significaba enemistad. Pese a ello, los judíos de la diáspora mantienen ese lazo de pueblo que les mantiene unidos por encima de cualquier nacionalidad que adopten; un alemán era enemigo de un francés, pero un judío alemán no lo era de un correligionario francés. Con su peculiar estilo, el autor hace una descripción del recorrido de la Torá a lo largo del tiempo, aportando su visión sobre el fenómeno del antisemitismo.

Ciudadanos del mundo es el siguiente epígrafe. Kahn lo resume así: “La fuerza de expansión que afluía de la Diáspora inspiró el deseo ardiente de volverse toda la humanidad. El judío no quería dominar al mundo; quería serlo. Quería ser todo ese mundo por el cual los no-judíos habían hecho arrastrarse al pueblo de Israel, a lo largo de su órbita multimilenaria”. Pero tal intento fracasó; el mundo entero no podía ser su patria porque sus derechos de hombre eran administrados por la no-judeidad. Esencialmente, concluye Kahn, su ciudadanía universal no era más que desorientación. Todo ello lleva a los judíos a diferentes posturas; una era la de no parecer serlo, renunciando a sus nombres, sus libros, su filosofía, … a favor de la del entorno; y, por otro lado, a un hermetismo que le aleja de cualquier amistad, aludiendo aquí el autor a las simpatías que despierta el pueblo palestino y las escasas amistades que, a su parecer, atesora el estado de Israel.

Dolor del mundo y Lámparas sagradas constituyen los dos epígrafes siguientes, estrechamente relacionados. Kahn analiza la actitud del judío ante los avances de todo tipo que se van produciendo en su entorno, especialmente en las ciencias; aunque, también, aborda su actitud ante el arte: “le apetecía al judío asimilador ampliar los conocimientos de sabios sacramentales con visiones de sublimidad estética”. Un arte que, fundamentalmente, fue más reproductor que creativo, con una especial incidencia en el violín, al que compara, en su forma, con el varón perseguido y errante, con el ceñidor de peregrino a la altura de las caderas. Seguidamente, se centra en los más rigoristas judíos, quienes, “de tanto custodiar la lámpara sagrada de la Torá y sus escritos agregados, se habían hecho lámparas sagradas ellos mismos”. Es un recorrido desde el interior del alma y sus avatares a través de los años.

Este bloque segundo de la obra se cierra con el epígrafe Sal de lágrimas y sal de ingenio. De nuevo, las palabras de Kahn abriéndolo indican las líneas de su contenido: “… Le plació a la humanidad confeccionar caricaturas del judío que sobrepujaban, en mucho, las trazadas por generaciones anteriores. El judío se prestaba más a la caricatura que al retrato por cuanto sus mutilaciones, sus exageraciones y la inversión de sus adentros hacia el exterior requerían pinceles estrafalarios”. En estas páginas, el autor recoge esta manifestación, tanto del arte gráfico como de la literatura, de la visión negativa de la no-judeidad acerca de los judíos y cómo es percibida por estos.

Llegamos así al tercer bloque de la obra, Destierro, que se abre con el epígrafe El otro ramal, Sefarad. El judío asquenazita, ansioso de completar su tarea de expansión, dio con figuras del otro ramal del judaísmo, el sefardita o sefardí, a cuya historia dedica las páginas siguientes hasta enlazar con el epígrafe Buena moneda. En él, arranca del alejamiento de los judíos de la diáspora de aquellos otros ortodoxos, un alejamiento que se manifiesta en la forma de entender a Dios según las palabras que unos y otros utilizan para denominarlo. Y de ese alejamiento surge, también, la relación del judío con el dinero, que ha llegado a convertirse en un símbolo de la judeidad.

De donde deriva el siguiente epígrafe, Ostentación. Así lo expresa Kahn: “El judío hubiera podido no exhibir sus alhajas, sino guardarlas en un escondrijo. Pero la mujer israelita de los albores de nuestro siglo (siglo XX) daba rienda suelta a su impulso de ostentación sin reparar en tales posibilidades. Reinaba el deseo ardiente e irrefrenable de manifestar las excelencias del judaísmo con medios que llamasen la atención por la intensidad con que llenaban los sentidos”. Y este deseo de ostentación no se mantuvo en límites soportables, con las consiguientes consecuencias.

Observancia y judaísmo es el título del epígrafe siguiente. En el inicio del siglo XX, el judío, romántico e imprudente por demasiado circunspecto y perspicaz, no percibía la amenaza que acechaba a su lado. Y buscó la manera de explotar ese judaísmo del que se sentía orgulloso, indagando, por ejemplo, en la contribución del espíritu judío a la civilización. El encuentro entre quienes vivían esparcidos por el mundo y quienes mantenían la práctica ortodoxa de la religión no fue sedoso. “A partir del momento en que el liberto de los ghettos notó que puede dejar de ser judío impunemente y seguir tal o cual ideología profana (…) desde ese instante, no abandonar el judaísmo quería decir, en última instancia, explotar el pasado y sus contenidos”. Explotarlos, claro está, como un valor en su propio beneficio.

El último epígrafe de este apartado lleva por título Inmundicia. El judío salido del ghetto, instalado por el mundo, analiza las manifestaciones de su religión, percatándose de cuánto había en ella de posible brujería, hechicería y magia. “En suma, resultó que el judaísmo entero se apoyaba sobre rudimentos idolátricos y naturales”.

Retorno es el título del siguiente bloque, que se inicia con el epígrafe Fiestas y crímenes. Dice Kahn “Los actos del culto judío que traen su origen de creencias mágicas o brujescas daban pie al no-judaísmo antisemita para agredir lo que no comprendía o no le convenía comprender”. Alude, luego, a determinadas tradiciones rituales, alguna con sangre de animales por medio, la que, en ausencia de monumentos que marcaran el paso de Israel por la historia, usurparon el papel destinado al arte en otras culturas. Estas tradiciones ya no conservan los supuestos resultados mágicos de sus orígenes, pero se mantienen vivas con frecuencia, hecho que compara con las corridas de toros españolas. A veces, derivaron en narraciones fantasiosas, como la del niño estrangulado cuya sangre entra en la comida judía, que dieron pie al exacerbado antisemitismo, especialmente cuando tales hechos se consideraban parte de un ritual.

De aquí se pasa a la Inmolación apocalíptica, que es el título del epígrafe siguiente. Evidentemente, hace referencia al holocausto en la Alemania de los años 30 y 40 del siglo XX. “De los enemigos que habían acometido a la judeidad moderna, las nacionalsocialistas alemanes fueron quienes mejor y de más cerca conocían al hombre judío y su enseñanza. Habían decidido echar abajo su grey por fuera y por dentro. Querían triturarla”. Pero, no contaron con la historia que deja claro cómo sucumbieron todos los pueblos que trataron de eliminar a los judíos quienes, sin embargo, sobrevivieron. Y la clave está en que estos, los judíos, se consideran eso, un pueblo, en un sentido que no es el que pueda tener cualquier otra nación. Y ocurre que ellos, que se habían instalado en países europeos, que habían intentado ocultar su condición, son atacados precisamente más por lo que aparentan ser que por el hecho de serlo. Y de aquí pasa a exponer sucintamente la consecuencia de esta acción antijudía: la creación del estado de Israel.

Plegarias y oraciones. Así se titula el epígrafe que viene a continuación, indisolublemente unido a los dos que le siguen y cierran este bloque: Camino sin fin y Jerusalén. En el primero, analiza la oración y su significado en quienes afrontaron los campos de exterminio. Y continúa: “La contradicción por excelencia se expresa en el judío orante que mata a su enemigo. (…) La familia de Israel no puede orar y, al mismo tiempo, vestir armas”. Pero las circunstancias le concedieron, no solo el derecho de estar a la defensa, sino que la actuación alemana impuso a Israel el deber de hacerse fuerte. Justifica así la creación del estado de Israel, eso sí, haciendo bien la distinción entre judaísmo y sionismo que, afirma, están lejos de ser la misma cosa.

Se llega, así, al quinto y último bloque del libro, Sión. Su primer epígrafe: Discípulos sin maestros. Afirma el autor que, hasta finales del siglo XVIII, uno de los rasgos característicos del mundo judío fue que discípulos se apiñaban en torno a sus maestros. Pero este mundo expiró: desde el momento en que los judíos se emanciparon de la tutela sinagogal , dejaron atrás las voces que los habían aleccionado con disciplina indulgente; hecho que no solo afectaba a los discentes, sino, también, a los enseñantes. Con el nuevo estado, se procura recuperar la docencia, pero, a juicio de Kahn, “lo mejor del judaísmo no anida en los jefes espirituales o políticos de la grey ni en sus vivientes vasijas de erudición, sino anónima e imponderablemente diseminado, entre los once millones de seres que la componen”.

Historia sinaica es el título del segundo epígrafe. En él, Kahn recorre la manera de contar años y siglos de la historia del pueblo judío, con las diversas interpretaciones acerca del comienzo del todo y los diferentes hitos que marcan su devenir. Su expresión es clara: “La manera judía de contar años y siglos no es sino el esqueleto de una historia por medio de la cual el árbol genealógico de todas las almas judías penetra en nuestro campo de percepción”. Y concluye: “Inaugurando una historia particular que transcurriese exclusivamente en dimensiones sagradas, no haría otra cosa [el pueblo judío] sino quedar fiel a hechos de su pasado como aquella Alianza que concluyó a favor de todo un mundo antagónico”.

El epígrafe que viene a continuación se titula Las cámaras íntimas del judaísmo, en el que realiza un análisis de la cábala, algo que en la actualidad tiene resabios de esoterismo, pero que, en esencia, su origen está lejos de serlo. Dedica especial atención a los caracteres y números hebreos y las interpretaciones que se le han dado, para finalizar con un curioso juego de palabras entre cábala y cabal.

Y de la cábala a la Sinagoga, que constituye el penúltimo epígrafe de esta obra, donde analiza esta institución y su papel en el judaísmo. Poéticamente, nos afirma que “besando y sorbiendo besos en la grandiosa ocultación que el Eterno usa a fin de que Lo hagan manifestarse, los hombres de la Sinagoga tomarán sobre sí el custodiarla a guisa de tabernáculo de la Voz”. Y enlaza con el último epígrafe, El Eterno, al que dedica profundas páginas de reflexión.


Índice

La trayectoria vital y literaria de Máximo José Kahn, por Mario Martín Gijón
La obra de Máximo José Kahn en Argentina. Del exilio republicano a la diáspora judía, por Leonardo Senkman
Bibliografía de Máximo José Kahn
Nota a la edición

1. Éxodo

Salida del ghetto
Mudanza de la vida judía
Las efigies
La “hija de la Voz”
El “pueblo elegido”

II. La diáspora

Judaísmo y judeofobia
Ciudadanos del mundo
“Dolor del mundo”
“Lámparas sagradas”
Sal de lágrimas y sal de ingenio

III. Destierro

El otro ramal
Buena moneda
Ostentación
Observancia y judaísmo
“Inmundicia”

IV. El retorno

Fiestas y crímenes
Inmolación apocalíptica
Plegarias y oraciones
Camino sin fin
Jerusalén

V. Sión

Discípulos sin maestros
Historia sinaica
Las cámaras íntimas del judaísmo
La Sinagoga
El Eterno

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21/06/2012 Comentarios

Reseñas

Los vagabundos Redacción T21 , 20/06/2012
Los vagabundos
Ficha Técnica

Título: Los vagabundos
Autor: Maksím Gorki
Edita: Reino de Cordelia www.reino decordelia.es. Madrid. Primera edición, marzo de 2012
Traducción Sara Gutiérrez
Diseño: Jesús Egido
Colección: Literatura
Materia: Cuentos
Número de páginas: 232 págs.
Encuadernación: Rústica con solapas y cuadernillos cosidos
ISBN: 978-84-939798-2-9
PVP: 19,95 €

En Los vagabundos Maksím Gorki[ consigue que sus personajes dejen de ser seres anónimos gracias a la concienzuda descripción que el autor hace de sus cualidades, sus emociones, sus sentimientos, sus alegrías, sus penas y sus instintos.

Entre 1895 y 1899, Gorki escribió relatos y novelas cortas donde recogía su propia experiencia personal como vagabundo por la gélida Rusia, arrastrando una vida miserable y trabajando ocasionalmente para conseguir un mendrugo de pan con el que engañar al hambre y un harapo para burlar el frío. Las historias de vagabundos, a los que describe como seres libres que se oponen individualmente a las enormes diferencias de clases de las sociedad rusa, le fueron llevando desde el realismo hacia un romanticismo reivindicativo que marcaría en el futuro su literatura y le llevaría a apoyar abiertamente la revolución de 1917. Sara Gutiérrez ha seleccionado y traducido seis de las piezas más brillantes dedicadas por Gorki a los vagabundos, algunas de ellas inéditas en español y otras que dejaron de editarse hace años.


Índice

Rusia como estado de ánimo. Eva Orúe

Una vez en otoño
Konovalob
Camarada
Boles
El timador
Kirilka


Datos del autor


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20/06/2012 Comentarios

Reseñas

Pienso, luego sufro Redacción T21 , 20/06/2012

Cuando pensar demasiado hace daño


Pienso, luego sufro
Ficha Técnica

Título: Pienso, luego sufro
Autores: Giorgio Nardone y Giulio De Santis
Edita: Paidós. Barcelona. Primera edición, mayo 2012
Colección: Contexto
Materia: Psicología
Traducción: Pere Salvat Farré
Cubierta: Judit G. Barcina
Número de páginas: 128 págs.
Encuadernación: Rústica con solapas
ISBN: 978-84-493-2669-1
PVP: 15 €



Pienso, luego sufro es una obra de Giorgio Nardone y Giulio De Santis en la que se cuestiona la eficacia de las formas de pensar de los individuos modernos. “Que pensar demasiado o de manera equivocada puede crear problemas, le parece evidente a cualquiera. Pero quizá resulta difícil pensar de qué modo, mediante una lógica coherente y convincente, puede llegarse a conclusiones alocadas, si la premisa de la que se parte es una duda que no puede responderse de modo racional”.

En la vida cotidiana de casi todos nosotros, se dice en el prólogo de esta obra, el pensar y repensar las cosas y, en particular, en las elecciones que cabe tomar es quizás el problema más frecuente, fuente de ansiedad, sufrimientos y a menudo de incapacidades personales y relacionales. En este sentido, podemos decir que la auténtica patología mental que surge de una duda es solo la culminación extrema de una dificultad mucho más extendida, típica del hombre moderno enfrentado a las decisiones más cruciales o a la ausencia de certezas.

Las raíces de este fenómeno se pierden en la noche de los tiempos. En un principio eran los elementos naturales y los fenómenos físicos y atmosféricos los que indicaban cómo obrar, luego el hombre comenzó a descubrir sus propias habilidades, elaborando y reflexionando más a fondo sobre las elecciones. La historia del proceso mediante el que el hombre moderno ha llegado a ser capaz de tomar decisiones a través de la lógica y la racionalidad es larga y laboriosa, y sigue presentando numerosos lados oscuros en cuanto a inteligencia y capacidad de razonamiento se refiere.

A pesar de estas evidencias, nuestra arcaica necesidad de seguridad nos empuja a buscar el consuelo en verdades tranquilizadoras; tal búsqueda, para el hombre moderno liberado de prácticas esotéricas y adivinatorias, pasa a través del avance cognitivo y del razonamiento racional.

“Aunque pueda parecer una afirmación rotunda, hoy podemos observar cómo el hombre moderno, ante decisiones difíciles, oscila entre dos posiciones extremas: por una parte el uso de la duda y del sentido crítico para alcanzar conclusiones evidentes, por otra la fe en verdades reveladas —científicas, ideológicas o religiosas—. Sin embargo, con una mirada más atenta se observa que, en realidad, ambas posturas son dos caras de la misma moneda o, si se quiere, dos extremos que acaban tocándose. Del mismo modo que quien delega sus elecciones en una fe protectora y tranquilizadora deberá ajustar cuentas con su propia responsabilidad, quien quiere tomar decisiones libres, fruto únicamente de la elaboración racional, deberá ajustarlas con situaciones críticas que la lógica no podrá resolver, confiándose así a soluciones en absoluto razonables.

Lo que los autores tratan de poner en evidencia en estas páginas es de qué modo nuestro razonamiento racional puede dejar de ser una modalidad sana y funcional de gestionar y transformarse en una trampa mental que nos atormenta sin tregua, en una dinámica perversa entre preguntas y respuestas sin salida, en una especie de viaje simbólico desde las preguntas de la razón a la duda patológica.

El libro se propone ayudar a pensar mejor y a tomar mejores decisiones. Para ello, hace un balance de la aventura intelectual del hombre en Occidente, explicando el desarrollo de la racionalidad a través del ejercicio de la duda, ya que disciplinas como la filosofía, la ciencia y la psicología consideran que la duda y la superación de la misma constituyen el instrumento metodológico y de toma de decisiones por excelencia.

Las soluciones terapéuticas que propone Nardone están “centradas en el problema” e inspiradas en el modelo de la terapia breve estratégica. Puesto que, para el autor, es necesario “reorientar” estratégicamente el pensamiento para descubrir su potencialidad: en vez de obstinarnos en buscar las respuestas, lo que debemos hacer es preocuparnos por formular mejor las preguntas, concluyen.



Sumario

Prólogo

1. Filosofía de la duda

2. Psicología de la duda
- Cogitocentrismo: la inseguridad en busca de certeza
- Diálogo interior y disputa del pensamiento
- La duda socializada y la delegación
- Autoengaños cognitivos
- La conciencia que investiga la consciencia

3. La duda como patología
- La perversión de la razón. Piensa más allá de lo pensable
- Ejemplo de perversión de la razón: «¿Qué puedo hacer para estar seguro de tener la mente
perfectamente sana?»

- Hiperracionalización: «Debo estar absolutamente seguro antes de actuar»
- El inquisidor interior. En cualquier caso eres culpable
- El saboteador interior. De todos modos te equivocas
- El perseguidor interior. De todas formas no estás a la altura
- Delegación patológica. De todos modos debes delegar en quien es mejor que tú

3. Duda terapéutica
- Ejemplo clínico
- Finales terapéuticos

5. Reflexiones finales: El inteligente da respuestas acertadas, el sabio formula las preguntas adecuadas

Bibliografía


Datos de los autores

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20/06/2012 Comentarios

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