Reseñas
El cuidado necesario
Juan Antonio Martínez de la Fe , 05/09/2012
La Tierra puede vivir sin nosotros, como vivió miles de millones de años, pero nosotros no podemos vivir sin ella
Ficha Técnica
Título: El cuidado necesario
Autor: Leonardo Boff
Edita: Editorial Trotta, S.A., 2012
Colección: Estructura y Procesos
Serie: Religión
Traducción: María José Gavito Milano
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
Número de páginas: 169
ISBN: 978-84-9879-301-7
Precio: 16 euros
A quien lea o haya leído con cierta asiduidad a Leonardo Boff, no le resultará ajeno el concepto de “cuidado” que tanto se ha esforzado en clarificar y en difundir. Sin ir más lejos, ya Editorial Trotta publicó, en 2002, su El cuidado esencial, del que este nuevo título es una prolongación y una profundización. En esta década transcurrida, el autor no ha dejado de proclamar su mensaje que, a la vista del desarrollo de los acontecimientos, parece que no ha tenido la atención que se merece; aun así, Boff no ceja en su empeño y ojalá que no se rinda, pues testimonios como el suyo son cada día más angustiosamente necesarios.
Comienza esta obra con una introducción en la que concreta la idea de sostenibilidad, a veces entendida de manera adjetiva (sin modificar la naturaleza de la cosa que califica) y otras veces en sentido sustantivo, que exige un cambio de relación con el sistema-naturaleza, el sistema-vida y el sistema Tierra.
Estamos llegando a los límites de nuestro planeta, tan esquilmado y tan empobrecido; pero, también, nos hemos empobrecido en gente solidaria, compasiva, respetuosa con cuidado y amor hacia todos. Ante esta situación, “tenemos que reinventar un nuevo modo de estar en el mundo con los otros, con la naturaleza, con la Tierra y con la Última Realidad. Aprender a ser más con menos y a satisfacer nuestras necesidades con sentido de solidaridad con los millones de personas que pasan hambre y con el futuro de nuestros hijos y nietos”.
La solución la resume en dos palabras: cuidado y sostenibilidad, objetivo que no podrá alcanzarse si ambos no vienen acompañados de una revolución espiritual, una espiritualidad que, desde luego, no es monopolio de las religiones. “Ser espiritual es despertar a la dimensión más profunda que hay en nosotros, que nos hace sensibles a la solidaridad, a la justicia para todos, a la cooperación, a la fraternidad universal, a la veneración y al amor incondicional. Y controlar sus contrarios”. Es la espiritualidad la que nos conecta y re-conecta con todas las cosas, la que nos abre la experiencia de pertenecer al gran Todo y que nos hace crecer en esperanza de que el sentido es más fuerte que el absurdo.
Tras esta importante introducción, necesaria para la comprensión de la obra, Boff destina un capítulo a la definición de ese concepto tan querido por él, el cuidado, un cuidado que, de no practicarlo, puede borrar a la especie humana de la Tierra. Ya lo dice la Carta de la Tierra, asumida por la Unesco en 2003: “o hacemos una alianza global para cuidar unos de otros y de la Tierra o corremos el riesgo de autodestrucción y de destrucción de la diversidad de vida”. Y, tras un corto recorrido sobre la idea del cuidado a través de la historia, nos conduce hasta cuatro sentidos de este concepto, complementarios entre sí.
Este cuidado no es algo sobrevenido, sino que está implícito en el proceso evolutivo. Desde el Big-Bang inicial, con un delicado equilibrio de fuerzas, hasta su culminación con la aparición del ser humano que, ya conscientemente, se propone cuidar de otro. Un cuidado que requiere un tipo de inteligencia y de razón, inscrito en el mundo de los fines, las excelencias y de los valores. Y concluye: “En la situación actual en la que vivimos se hace urgente recuperar la razón sensible y cordial, dejada de lado por la razón científica e, incluso, difamada como obstáculo para la objetividad de la razón. Con esto, hemos permitido que surgiese un mundo frío, calculador, abarrotado de objetos, pero sin corazón, sin sueños y sin compasión”. De haber actuado conforme a este criterio, no tendríamos los millones y millones de personas que sufren, los ecosistemas devastados y un planeta amenazado por el calentamiento global.
Expuesto todo lo anterior, Leonardo Boff busca los fundamentos filosóficos y antropológicos del cuidado, al que considera, no un aditamento a la naturaleza humana, sino como parte esencial de ella. Y lo hace apoyándose en Heidegger y en la fábula de aquel bibliotecario egipcio de César Augusto, Higinio, ampliamente detallada en su obra anterior El cuidado esencial. Su argumentación va en la línea de que el cuidado forma parte de la esencia del ser humano: sin él, no se darían las condiciones para su existencia. Y solo porque el ser humano recibió cuidado puede cuidar de sí mismo y de los otros. Este cuidado presupone, evidentemente, que el hombre es vulnerable, por lo que ha de ser amoroso, a la par que preocupado por la necesidad de evitar lo que amenace su vida, así como cauto y precavido. La tarea de la vida ha de consistir en cuidar del ser. Y concluye: “El ser humano, para superar las contingencias de la condition humaine, precisa ser cuidado y así garantizar su humanidad. Y tiene también que cuidar del otro para humanizarse, mostrar sus posibilidades en el ejercicio de su libertad y expandir su humanidad”. Y, de la comprensión del cuidado como naturaleza del ser humano, surge la ética.
Se llega, así, a uno de los capítulos troncales de la obra: El paradigma del cuidado. Un nuevo modo de habitar la tierra. Ya se ha visto cómo el cuidado no es algo adjetivo, añadido, sino que lo es sustantivo, esencial y necesario. Y, en esta línea, surge la necesidad de plantear un nuevo paradigma. ¿Qué se entiende por paradigma? Para Boff, “toda una constelación de visiones de mundo, de valores, de conceptos clave, de ciencias, de saberes, de sueños, de utopías colectivas, de prácticas espirituales y religiosas y de hábitos asumidos colectivamente, factores que orientan a una determinada sociedad y le confieren sentido y la necesaria cohesión interna”. Y proclama el autor que el paradigma del cuidado y de la sostenibilidad son los dos pilares estructuradores de la nueva civilización que ha de venir. Y su implantación ha de sustituir al actual paradigma vigente, que denomina de dominación y conquista, en contraposición al emergente que es el de la transformación y la liberación.
Tras un breve recorrido histórico sobre este paradigma vigente, analiza las exigencias del nuevo, basándose en un texto de la Carta de la Tierra: “Como nunca antes en la historia, el destino común nos convoca a un nuevo comienzo, que requiere un cambio de las mentes y los corazones, un nuevo sentido de interdependencia global y de responsabilidad universal”. Reclama una refundación del pacto natural, porque, si la Tierra está viva y nosotros somos su parte consciente e inteligente, entonces los lazos de mutua pertenencia y de profunda reciprocidad son fuertes; también, respeto y veneración a la Madre Tierra, ya que, siendo un organismo vivo, tiene sus derechos y nosotros, deber de respetarlos; igualmente, la justa medida, como una exigencia del cuidado, evitando los excesos depredadores; no falta la autocontención, como una demanda del cuidado. Aporta su propia experiencia para transmitir la oportunidad de revisitar la sabiduría indígena ancestral y propone formas alternativas de producción a partir del cuidado, incorporando el concepto de florestanía, como ciudadanía en y de la floresta-selva. Apuesta por el buen vivir, como una ética de lo suficiente y de lo decente para toda la comunidad y no solamente para el individuo, como otro modo de habitar la Tierra. Y aborda, finalmente, la cuestión de la ecología interior, como sentimiento profundo de conexión con la Tierra y la totalidad de los seres, necesaria para alimentar el cuidado. Se trata, en definitiva, de un capítulo que merece una lectura reflexiva.
En el apartado siguiente, aborda Boff la ética del cuidado necesario. Plantea que todo paradigma moldea una forma de estar-en-el-mundo-con-otros, lo que, necesariamente, implica una ética. A continuación, deduce que los discursos éticos dominantes están marcados por las culturas en las que se han formado, hecho que, ante un paradigma de ámbito universal, requiere una superación de tales planteamientos culturales de espacios más reducidos; es decir: requieren un discurso ético fundamentado en algo realmente universal. Y ese algo es, justamente, el cuidado, ya que pertenece a la esencia concreta del ser humano. Y ¿cuál es el discurso ético del actual paradigma? Pues el de la justicia. Esto no supone que ambos conceptos, justicia y cuidado, sean opuestos, sino que tienen lógicas diferentes que los hacen complementarios. Para el autor, la ética de la justicia tiene un sustrato masculino, basado en la razón analítica, preponderante en el hombre, mientras que en la del cuidado, el sustrato es femenino, donde el acceso a lo real se produce más con el corazón que con la razón; no habla de hombre y mujer, sino de lo masculino y lo femenino, presentes tanto en varones como en las féminas. De ahí que la ética integral, la de justicia y cuidado, sea fruto de la complementariedad y reciprocidad de lo femenino y lo masculino.
Con todo lo expuesto, el autor desciende a concretar el cuidado, comenzando por el de uno mismo, el de los otros y el de la tierra. En un capítulo de gran belleza, comienza buscando la definición de qué somos como humanos, para explicarnos que cuidar de sí mismo es acogerse jovialmente tal como se es, sabiendo combinar las aptitudes con las motivaciones, sabiendo y aprendiendo a convivir con la paradoja de nuestra vida (tener pulsiones de bondad, solidaridad y compasión simultáneamente con las llamadas del egoísmo), sabiendo renunciar y yendo contra ciertas tendencias en nosotros; y finaliza: “cuidar de sí mismo es amarse, acogerse, reconocer nuestra vulnerabilidad, saberse perdonar y desarrollar la resiliencia, que es la capacidad de dar la vuelta y aprender de los errores y contradicciones”. Hay que preocuparse por el modo de ser y ejercer el cuidado como precaución con nuestros actos y actitudes. Acude luego el cuidado de nuestra relación principal, que es la de la amistad y la del amor y finaliza este apartado con una serie de anotaciones sobre cómo cuidar nuestra Casa Común, el planeta Tierra, considerándola como un todo vivo y orgánico, al que hemos de cuidar en su integridad y vitalidad, mimando los bienes y servicios que nos facilita gratuitamente, cuidando su belleza, su mejor producción y los sueños que ella suscita en nosotros. Porque cuidar la tierra es, finalmente, cuidar de nosotros mismos que somos Tierra que siente, piensa, ama, cuida y venera.
Cuidar el cuerpo, el propio, el de los otros y el de la Tierra. Éste es el objetivo. Pero, cuidado, por cuerpo se entiende que no es algo que tenemos, sino algo que somos. Biológicamente, somos seres carentes, al no estar dotados de órganos especializados que nos garanticen la supervivencia o nos defiendan de los peligros. En consecuencia, necesitamos del cuidado, que viene de dos fuerzas, una de autoafirmación (instinto de conservación) y otra de integración, por la que nos descubrimos integrados en una red de relaciones sin las cuales, como individuo solo, no viviríamos ni sobreviviríamos. Nuestro cuidado ha de pivotar en el equilibrio entre ambas fuerzas. Y ¿cómo cuidar el propio cuerpo? Aquí se nos presenta una serie de reflexiones; por ejemplo, sobre el esfuerzo por mantener nuestra integridad y unidad compleja, oponiéndonos conscientemente a los dualismos que se nos pretende imponer, con un culto al cuerpo, al vestuario, y otras sugerencias para centrarse únicamente en este componente de nuestro ser. Y, además, por la fuerza de la integración, hemos de cuidar de tantos cuerpos humanos enfermos, delgados y deformados por demasiadas carencias; y del cuerpo de la Tierra, nuestra madre, marcado por heridas que no se cierran.
Y a la par que cuidamos del ser humano-cuerpo, también hemos de cuidar del ser humano-psique, tanto propio como el de los otros; porque aquel posee interioridad y subjetividad; él, todo entero, es un ser de interioridad (vida psíquica y mental), entretejida de emociones, sentimientos, pasiones, sueños y utopías. Y Boff propone un viaje hacia el propio centro, un viaje que, según C.G. Jung, puede ser más largo y peligroso que el viaje a la luna y a las estrellas. Y se pregunta: ¿cuál es la estructura de base de nuestra interioridad, de nuestro ser psíquico? Cuestión nada baladí y para la que hay muy variadas propuestas de respuesta; pero, para Boff, el estatuto de base del ser humano no reside en el cogito cartesiano (cogito, ergo sum), sino en el sentio (sentio, ergo sum), en el sentimiento profundo. Es el sentir lo que nos pone en contacto vivo con las cosas, haciendo que nos sintamos parte de un todo mayor, siendo afectados por el mundo circundante y afectándolo por nuestra parte. De ahí que, para él, lo primero es la razón cordial, sensible, emocional, pues sus bases biológicas son las más antiguas; lo que contradice no poco al pensamiento clásico occidental, que relega el sentimiento a un segundo plano, llegando, incluso, a considerarlo una amenaza para la objetividad exigida por el conocimiento científico. De ahí la defensa apasionada del autor de esta razón cordial que, para la exposición de la obra, la concreta en un apartado que dedica a la estructura del deseo del ser humano.
Y, lógicamente, aborda el cuidado del propio espíritu y del espíritu de los otros. Es este otro de los capítulos troncales de la obra. Comienza con un intento de definir el concepto de espíritu, con la ayuda de las ciencias de la vida y la nueva cosmología que, en el proceso evolutivo, no solo toman en consideración sus aspectos físicos y determinísticos, sino que incluyen lo que es más importante, como la vida, la subjetividad y la conciencia. En efecto, la idea de que el espíritu tiene la misma ancestralidad que la energía y la materia originaria se volvió más convincente cuando se descubrió que la materia no posee solamente masa y energía, sino que tiene también una tercera dimensión: es portadora de información. Una información que, a nivel humano, alcanza un elevadísimo estadio de complejidad hasta el punto de aparecer tal información como conciencia refleja. Y se pregunta Boff: ¿qué es el ser humano-espíritu o el espíritu humano? “Es aquel momento de la conciencia en que él se da cuenta de sí mismo, se siente parte de un todo mayor y se abre al Infinito. El espíritu es el ápice de la autoconciencia”. Y continúa: “Y cuál es la singularidad del espíritu? Reside en su capacidad de crear unidad, de hacer una síntesis de las informaciones y formar un cuadro coherente; es la capacidad de discernir en las partes el Todo y en el Todo las partes”. Se detiene, seguidamente, en las características del ser humano-espíritu, que sintetiza en un constituir un ser de trascendencia, en su conexión con el Todo, en un ser de libertad como autodeterminación, en su capacidad de amar y de perdonar, en su capacidad de compasión, en ser un eterno buscador, y un ser capaz de una gran Síntesis. Es este espíritu una realidad tan sutil y sujeta a tantos percances que debemos cuidarlo celosamente y preocuparnos de preservarlo con todo su carácter infinito; y da una serie de orientaciones para llevar a cabo tal cuidado: considerar la espiritualidad más allá de la religión, la importancia de la meditación, la comunión con el Misterio y con Dios y el cuidado del ambiente social. Y finaliza taxativamente: el nuevo mundo será espiritual o no será.
¿Cómo ha de ser el cuidado en la medicina y en la enfermería? Hay que comenzar ampliando los conceptos de salud, enfermedad y curación, a la luz de la perspectiva venida de la ecología integral y de la nueva cosmología, que ve una conexión entre la Tierra y la humanidad y entre la salud de la Tierra y la salud humana. Para ello, hay que superar el antropocentrismo, que considera la salud, la enfermedad y la curación como cuestiones que conciernen solamente al ser humano, sin tener en cuenta su realidad concreta, relacionada siempre con la sociedad y con la naturaleza; y superar también el sociocentrismo que considera la sociedad como si existiera aparte, fuera de la naturaleza y sin ella. La salud es equilibrio de cuerpo-mente-espíritu-naturaleza; lo que supone ir algo más allá de la definición de la OMS: “Es un estado de total bienestar, corporal, espiritual y social y no solo la ausencia de enfermedad y debilidad”, que no incluye la naturaleza y la muerte. Junto a la vida sana hay que integrar la muerte, con su complejidad, cuidando el luto y las pérdidas y reconociendo la importancia de la espiritualidad para la salud. Algo muy a tener en cuenta a la hora de aportar el cuidado en la medicina y la enfermería, pues este cuidado es la ética natural de los trabajadores de la salud. ¿Qué cuidados requiere un enfermo de quien le atiende? Pues compasión, el toque de la caricia esencial, la asistencia sensata, el que pueda recuperar la confianza en la vida, la ayuda para acoger la condición humana y el acompañamiento en la gran travesía. Y cabe preguntarse por quién cuida al cuidador, que ha de ser la comunidad en la que se halla inserto por su actividad. Es este un capítulo muy cargado de humanidad, muy a tener en cuenta y que merece reposada reflexión.
Y “siendo el cuidado un paradigma que propone un nuevo modo de habitar la Tierra y de organizar las relaciones del sistema-vida, del sistema-sociedad y del sistema-Tierra, es natural que presente también su propia propuesta de educación y de métodos pedagógicos”. Boff distingue, de manera resumida, cuatro momentos en el proceso educativo de nuestra cultura occidental: a) La educación en la edad de la razón: la crítica; b) La educación en la edad de la Técnica: la creatividad; c) La educación en la edad de las opresiones: la liberación; y d) La educación en la edad de la Tierra: el cuidado; en este último bloque es en el que más se detiene, añadiendo el “aprender a cuidar” como uno de los pilares básicos a los que proponía el informe de Jacques Delors de la UNESCO: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a ser y aprender a vivir juntos. Y cierra el capítulo con el apartado dedicado a las exigencias de una educación para el cuidado y a la celebración de la vida humana individual.
La obra culmina con una conclusión: una utopía necesaria. Sí, porque, aunque puedan parecer sus propuestas una utopía, hemos de hacerla topía, porque, de lo contrario, nuestro futuro peligra. Y concluye con una nueva génesis, redactada por Robert Müller, el “ciudadano del mundo”; no podía proponer un final más hermoso.
Se trata, en definitiva, de un libro que, como los de Leonardo Boff, no decepciona, nos invita a la reflexión y nos propone pautas de acción encaminada a evitar la destrucción de la Tierra que nos sostiene.
Índice
Introducción
1. El cuidado: la construcción del concepto
1. La urgencia del cuidado
2. La emergencia del cuidado en tiempos de crisis
3. En busca de un concepto de cuidado
4. Dos expresiones del mismo cuidado
2. El cuidado en el proceso evolutivo
1. El cuidado como constante cosmológica
2. Recuperar la razón sensible y cordial
3. Fundamentos filosóficos-antropológicos del cuidado
1. El cuidado en Martin Heidegger: origen y evolución
2. La fábula del cuidado
3. El cuidado como esencia de lo humano
4. El cuidado como precaución y prevención
5. La tarea de la vida: cuidar del Ser
4. El paradigma del cuidado: un nuevo modo de habitar la tierra
1. El cuidado: ¿adjetivo o sustantivo?
2. El cuidado como nuevo paradigma de civilización
a) Los impasses del viejo paradigma de la conquista
b) las ventajas del nuevo paradigma del cuidado
3. Exigencias nuevas del paradigma del cuidado
a) El rescate de la razón cordial
b) La reciprocidad: refundar el pacto natural
c) Los derechos de la Madre Tierra, el respeto y la veneración
d) La justa medida como exigencia del cuidado
e) La autocontención como demanda del cuidado
4. Revisitar la sabiduría indígena ancestral
5. Formas alternativas de producción a partir del cuidado
6. El buen vivir: otro modo de habitar la Tierra
7. El alimento del cuidado: la ecología interior
5. Hacia una ética del cuidado necesario
1. La ética de la justicia y su sustrato masculino
2. La ética del cuidado y su sustrato femenino
3. Justicia y cuidado: una ética integral
6. Cuidar de sí mismo, de los otros, de la Tierra
1. ¿Qué somos como humanos?
2. Cuidar de sí mismo: acogerse jovialmente
3. Cuidar de sí mismo: preocuparse del modo de ser
4. Cuidado como precaución con nuestros actos y actitudes
5. Cuidado de nuestra relación principal: la amistad y el amor
6. Cómo cuidar de nuestra Casa Común, el planeta Tierra
7. Cuidar el propio cuerpo y del cuerpo de los otros
1. La unidad compleja cuerpo-espíritu
2. Las fuerzas de autoafirmación y de integración
3. Los desafíos del cuidado del propio cuerpo
4. El cuidado del cuerpo de los otros, de los pobres y de la Tierra
8. Cuidar de la propia psique y de la psique de los otros
1. El viaje hacia el propio Centro
2. Siento, luego existo
3. La estructura del deseo del ser humano
a) La acogida de la condición humana
b) La construcción de la síntesis personal
c) Cuidado como precaución contra las asechanzas de la vida
d) Cuidado como precaución por la salud social
9. Cuidar del propio espíritu y del espíritu de los otros
1. Qué es el espíritu en la nueva cosmología
2. Características del ser humano-espíritu
a) Un ser de trascendencia
b) La conexión con el Todo
c) Un ser de libertad como autodeterminación
d) La capacidad de amar y de perdonar
e) La capacidad de compasión
f) El eterno buscador
g) Un ser capaz de una gran Síntesis
3. Cuidar del espíritu: vivir la espiritualidad
a) La espiritualidad más allá de la religión
b) La importancia de la meditación
c) La comunión con el Misterio y con Dios
d) El cuidado del ambiente social
10. El cuidado en la medicina y en la enfermería
1. Superación del antropocentrismo y del sociocentrismo
2. Salud: equilibrio de cuerpo-mente-espíritu-naturaleza
3. Vida sana e integración de la muerte
4. Cuidar el luto y las pérdidas
5. La importancia de la espiritualidad para la salud
6. El lugar del cuidado en la medicina y en la enfermería
7. Las actitudes de cuidado
8. ¿Quién cuida al cuidador?
11. El cuidado y la educación en la era planetaria
1. La educación en la edad de la Razón: la crítica
2. La educación en la edad de la Técnica: la creatividad
3. La educación en la edad de las Opresiones: la liberación
4. ¿Dónde quedó el cuidado?
5. La educación en la edad de la Tierra: el cuidado
a) El cuidado: admiración por la belleza y la complejidad de la Tierra
b) El cuidado: fruto de los peligros para la Tierra y para la vida
c) El cuidado: un imperativo categórico ético
6. Exigencias de una educación para el cuidado
7. La celebración de la vida humana individual
12. Conclusión: Una utopía necesaria
Bibliografía
Título: El cuidado necesario
Autor: Leonardo Boff
Edita: Editorial Trotta, S.A., 2012
Colección: Estructura y Procesos
Serie: Religión
Traducción: María José Gavito Milano
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
Número de páginas: 169
ISBN: 978-84-9879-301-7
Precio: 16 euros
A quien lea o haya leído con cierta asiduidad a Leonardo Boff, no le resultará ajeno el concepto de “cuidado” que tanto se ha esforzado en clarificar y en difundir. Sin ir más lejos, ya Editorial Trotta publicó, en 2002, su El cuidado esencial, del que este nuevo título es una prolongación y una profundización. En esta década transcurrida, el autor no ha dejado de proclamar su mensaje que, a la vista del desarrollo de los acontecimientos, parece que no ha tenido la atención que se merece; aun así, Boff no ceja en su empeño y ojalá que no se rinda, pues testimonios como el suyo son cada día más angustiosamente necesarios.
Comienza esta obra con una introducción en la que concreta la idea de sostenibilidad, a veces entendida de manera adjetiva (sin modificar la naturaleza de la cosa que califica) y otras veces en sentido sustantivo, que exige un cambio de relación con el sistema-naturaleza, el sistema-vida y el sistema Tierra.
Estamos llegando a los límites de nuestro planeta, tan esquilmado y tan empobrecido; pero, también, nos hemos empobrecido en gente solidaria, compasiva, respetuosa con cuidado y amor hacia todos. Ante esta situación, “tenemos que reinventar un nuevo modo de estar en el mundo con los otros, con la naturaleza, con la Tierra y con la Última Realidad. Aprender a ser más con menos y a satisfacer nuestras necesidades con sentido de solidaridad con los millones de personas que pasan hambre y con el futuro de nuestros hijos y nietos”.
La solución la resume en dos palabras: cuidado y sostenibilidad, objetivo que no podrá alcanzarse si ambos no vienen acompañados de una revolución espiritual, una espiritualidad que, desde luego, no es monopolio de las religiones. “Ser espiritual es despertar a la dimensión más profunda que hay en nosotros, que nos hace sensibles a la solidaridad, a la justicia para todos, a la cooperación, a la fraternidad universal, a la veneración y al amor incondicional. Y controlar sus contrarios”. Es la espiritualidad la que nos conecta y re-conecta con todas las cosas, la que nos abre la experiencia de pertenecer al gran Todo y que nos hace crecer en esperanza de que el sentido es más fuerte que el absurdo.
Tras esta importante introducción, necesaria para la comprensión de la obra, Boff destina un capítulo a la definición de ese concepto tan querido por él, el cuidado, un cuidado que, de no practicarlo, puede borrar a la especie humana de la Tierra. Ya lo dice la Carta de la Tierra, asumida por la Unesco en 2003: “o hacemos una alianza global para cuidar unos de otros y de la Tierra o corremos el riesgo de autodestrucción y de destrucción de la diversidad de vida”. Y, tras un corto recorrido sobre la idea del cuidado a través de la historia, nos conduce hasta cuatro sentidos de este concepto, complementarios entre sí.
Este cuidado no es algo sobrevenido, sino que está implícito en el proceso evolutivo. Desde el Big-Bang inicial, con un delicado equilibrio de fuerzas, hasta su culminación con la aparición del ser humano que, ya conscientemente, se propone cuidar de otro. Un cuidado que requiere un tipo de inteligencia y de razón, inscrito en el mundo de los fines, las excelencias y de los valores. Y concluye: “En la situación actual en la que vivimos se hace urgente recuperar la razón sensible y cordial, dejada de lado por la razón científica e, incluso, difamada como obstáculo para la objetividad de la razón. Con esto, hemos permitido que surgiese un mundo frío, calculador, abarrotado de objetos, pero sin corazón, sin sueños y sin compasión”. De haber actuado conforme a este criterio, no tendríamos los millones y millones de personas que sufren, los ecosistemas devastados y un planeta amenazado por el calentamiento global.
Expuesto todo lo anterior, Leonardo Boff busca los fundamentos filosóficos y antropológicos del cuidado, al que considera, no un aditamento a la naturaleza humana, sino como parte esencial de ella. Y lo hace apoyándose en Heidegger y en la fábula de aquel bibliotecario egipcio de César Augusto, Higinio, ampliamente detallada en su obra anterior El cuidado esencial. Su argumentación va en la línea de que el cuidado forma parte de la esencia del ser humano: sin él, no se darían las condiciones para su existencia. Y solo porque el ser humano recibió cuidado puede cuidar de sí mismo y de los otros. Este cuidado presupone, evidentemente, que el hombre es vulnerable, por lo que ha de ser amoroso, a la par que preocupado por la necesidad de evitar lo que amenace su vida, así como cauto y precavido. La tarea de la vida ha de consistir en cuidar del ser. Y concluye: “El ser humano, para superar las contingencias de la condition humaine, precisa ser cuidado y así garantizar su humanidad. Y tiene también que cuidar del otro para humanizarse, mostrar sus posibilidades en el ejercicio de su libertad y expandir su humanidad”. Y, de la comprensión del cuidado como naturaleza del ser humano, surge la ética.
Se llega, así, a uno de los capítulos troncales de la obra: El paradigma del cuidado. Un nuevo modo de habitar la tierra. Ya se ha visto cómo el cuidado no es algo adjetivo, añadido, sino que lo es sustantivo, esencial y necesario. Y, en esta línea, surge la necesidad de plantear un nuevo paradigma. ¿Qué se entiende por paradigma? Para Boff, “toda una constelación de visiones de mundo, de valores, de conceptos clave, de ciencias, de saberes, de sueños, de utopías colectivas, de prácticas espirituales y religiosas y de hábitos asumidos colectivamente, factores que orientan a una determinada sociedad y le confieren sentido y la necesaria cohesión interna”. Y proclama el autor que el paradigma del cuidado y de la sostenibilidad son los dos pilares estructuradores de la nueva civilización que ha de venir. Y su implantación ha de sustituir al actual paradigma vigente, que denomina de dominación y conquista, en contraposición al emergente que es el de la transformación y la liberación.
Tras un breve recorrido histórico sobre este paradigma vigente, analiza las exigencias del nuevo, basándose en un texto de la Carta de la Tierra: “Como nunca antes en la historia, el destino común nos convoca a un nuevo comienzo, que requiere un cambio de las mentes y los corazones, un nuevo sentido de interdependencia global y de responsabilidad universal”. Reclama una refundación del pacto natural, porque, si la Tierra está viva y nosotros somos su parte consciente e inteligente, entonces los lazos de mutua pertenencia y de profunda reciprocidad son fuertes; también, respeto y veneración a la Madre Tierra, ya que, siendo un organismo vivo, tiene sus derechos y nosotros, deber de respetarlos; igualmente, la justa medida, como una exigencia del cuidado, evitando los excesos depredadores; no falta la autocontención, como una demanda del cuidado. Aporta su propia experiencia para transmitir la oportunidad de revisitar la sabiduría indígena ancestral y propone formas alternativas de producción a partir del cuidado, incorporando el concepto de florestanía, como ciudadanía en y de la floresta-selva. Apuesta por el buen vivir, como una ética de lo suficiente y de lo decente para toda la comunidad y no solamente para el individuo, como otro modo de habitar la Tierra. Y aborda, finalmente, la cuestión de la ecología interior, como sentimiento profundo de conexión con la Tierra y la totalidad de los seres, necesaria para alimentar el cuidado. Se trata, en definitiva, de un capítulo que merece una lectura reflexiva.
En el apartado siguiente, aborda Boff la ética del cuidado necesario. Plantea que todo paradigma moldea una forma de estar-en-el-mundo-con-otros, lo que, necesariamente, implica una ética. A continuación, deduce que los discursos éticos dominantes están marcados por las culturas en las que se han formado, hecho que, ante un paradigma de ámbito universal, requiere una superación de tales planteamientos culturales de espacios más reducidos; es decir: requieren un discurso ético fundamentado en algo realmente universal. Y ese algo es, justamente, el cuidado, ya que pertenece a la esencia concreta del ser humano. Y ¿cuál es el discurso ético del actual paradigma? Pues el de la justicia. Esto no supone que ambos conceptos, justicia y cuidado, sean opuestos, sino que tienen lógicas diferentes que los hacen complementarios. Para el autor, la ética de la justicia tiene un sustrato masculino, basado en la razón analítica, preponderante en el hombre, mientras que en la del cuidado, el sustrato es femenino, donde el acceso a lo real se produce más con el corazón que con la razón; no habla de hombre y mujer, sino de lo masculino y lo femenino, presentes tanto en varones como en las féminas. De ahí que la ética integral, la de justicia y cuidado, sea fruto de la complementariedad y reciprocidad de lo femenino y lo masculino.
Con todo lo expuesto, el autor desciende a concretar el cuidado, comenzando por el de uno mismo, el de los otros y el de la tierra. En un capítulo de gran belleza, comienza buscando la definición de qué somos como humanos, para explicarnos que cuidar de sí mismo es acogerse jovialmente tal como se es, sabiendo combinar las aptitudes con las motivaciones, sabiendo y aprendiendo a convivir con la paradoja de nuestra vida (tener pulsiones de bondad, solidaridad y compasión simultáneamente con las llamadas del egoísmo), sabiendo renunciar y yendo contra ciertas tendencias en nosotros; y finaliza: “cuidar de sí mismo es amarse, acogerse, reconocer nuestra vulnerabilidad, saberse perdonar y desarrollar la resiliencia, que es la capacidad de dar la vuelta y aprender de los errores y contradicciones”. Hay que preocuparse por el modo de ser y ejercer el cuidado como precaución con nuestros actos y actitudes. Acude luego el cuidado de nuestra relación principal, que es la de la amistad y la del amor y finaliza este apartado con una serie de anotaciones sobre cómo cuidar nuestra Casa Común, el planeta Tierra, considerándola como un todo vivo y orgánico, al que hemos de cuidar en su integridad y vitalidad, mimando los bienes y servicios que nos facilita gratuitamente, cuidando su belleza, su mejor producción y los sueños que ella suscita en nosotros. Porque cuidar la tierra es, finalmente, cuidar de nosotros mismos que somos Tierra que siente, piensa, ama, cuida y venera.
Cuidar el cuerpo, el propio, el de los otros y el de la Tierra. Éste es el objetivo. Pero, cuidado, por cuerpo se entiende que no es algo que tenemos, sino algo que somos. Biológicamente, somos seres carentes, al no estar dotados de órganos especializados que nos garanticen la supervivencia o nos defiendan de los peligros. En consecuencia, necesitamos del cuidado, que viene de dos fuerzas, una de autoafirmación (instinto de conservación) y otra de integración, por la que nos descubrimos integrados en una red de relaciones sin las cuales, como individuo solo, no viviríamos ni sobreviviríamos. Nuestro cuidado ha de pivotar en el equilibrio entre ambas fuerzas. Y ¿cómo cuidar el propio cuerpo? Aquí se nos presenta una serie de reflexiones; por ejemplo, sobre el esfuerzo por mantener nuestra integridad y unidad compleja, oponiéndonos conscientemente a los dualismos que se nos pretende imponer, con un culto al cuerpo, al vestuario, y otras sugerencias para centrarse únicamente en este componente de nuestro ser. Y, además, por la fuerza de la integración, hemos de cuidar de tantos cuerpos humanos enfermos, delgados y deformados por demasiadas carencias; y del cuerpo de la Tierra, nuestra madre, marcado por heridas que no se cierran.
Y a la par que cuidamos del ser humano-cuerpo, también hemos de cuidar del ser humano-psique, tanto propio como el de los otros; porque aquel posee interioridad y subjetividad; él, todo entero, es un ser de interioridad (vida psíquica y mental), entretejida de emociones, sentimientos, pasiones, sueños y utopías. Y Boff propone un viaje hacia el propio centro, un viaje que, según C.G. Jung, puede ser más largo y peligroso que el viaje a la luna y a las estrellas. Y se pregunta: ¿cuál es la estructura de base de nuestra interioridad, de nuestro ser psíquico? Cuestión nada baladí y para la que hay muy variadas propuestas de respuesta; pero, para Boff, el estatuto de base del ser humano no reside en el cogito cartesiano (cogito, ergo sum), sino en el sentio (sentio, ergo sum), en el sentimiento profundo. Es el sentir lo que nos pone en contacto vivo con las cosas, haciendo que nos sintamos parte de un todo mayor, siendo afectados por el mundo circundante y afectándolo por nuestra parte. De ahí que, para él, lo primero es la razón cordial, sensible, emocional, pues sus bases biológicas son las más antiguas; lo que contradice no poco al pensamiento clásico occidental, que relega el sentimiento a un segundo plano, llegando, incluso, a considerarlo una amenaza para la objetividad exigida por el conocimiento científico. De ahí la defensa apasionada del autor de esta razón cordial que, para la exposición de la obra, la concreta en un apartado que dedica a la estructura del deseo del ser humano.
Y, lógicamente, aborda el cuidado del propio espíritu y del espíritu de los otros. Es este otro de los capítulos troncales de la obra. Comienza con un intento de definir el concepto de espíritu, con la ayuda de las ciencias de la vida y la nueva cosmología que, en el proceso evolutivo, no solo toman en consideración sus aspectos físicos y determinísticos, sino que incluyen lo que es más importante, como la vida, la subjetividad y la conciencia. En efecto, la idea de que el espíritu tiene la misma ancestralidad que la energía y la materia originaria se volvió más convincente cuando se descubrió que la materia no posee solamente masa y energía, sino que tiene también una tercera dimensión: es portadora de información. Una información que, a nivel humano, alcanza un elevadísimo estadio de complejidad hasta el punto de aparecer tal información como conciencia refleja. Y se pregunta Boff: ¿qué es el ser humano-espíritu o el espíritu humano? “Es aquel momento de la conciencia en que él se da cuenta de sí mismo, se siente parte de un todo mayor y se abre al Infinito. El espíritu es el ápice de la autoconciencia”. Y continúa: “Y cuál es la singularidad del espíritu? Reside en su capacidad de crear unidad, de hacer una síntesis de las informaciones y formar un cuadro coherente; es la capacidad de discernir en las partes el Todo y en el Todo las partes”. Se detiene, seguidamente, en las características del ser humano-espíritu, que sintetiza en un constituir un ser de trascendencia, en su conexión con el Todo, en un ser de libertad como autodeterminación, en su capacidad de amar y de perdonar, en su capacidad de compasión, en ser un eterno buscador, y un ser capaz de una gran Síntesis. Es este espíritu una realidad tan sutil y sujeta a tantos percances que debemos cuidarlo celosamente y preocuparnos de preservarlo con todo su carácter infinito; y da una serie de orientaciones para llevar a cabo tal cuidado: considerar la espiritualidad más allá de la religión, la importancia de la meditación, la comunión con el Misterio y con Dios y el cuidado del ambiente social. Y finaliza taxativamente: el nuevo mundo será espiritual o no será.
¿Cómo ha de ser el cuidado en la medicina y en la enfermería? Hay que comenzar ampliando los conceptos de salud, enfermedad y curación, a la luz de la perspectiva venida de la ecología integral y de la nueva cosmología, que ve una conexión entre la Tierra y la humanidad y entre la salud de la Tierra y la salud humana. Para ello, hay que superar el antropocentrismo, que considera la salud, la enfermedad y la curación como cuestiones que conciernen solamente al ser humano, sin tener en cuenta su realidad concreta, relacionada siempre con la sociedad y con la naturaleza; y superar también el sociocentrismo que considera la sociedad como si existiera aparte, fuera de la naturaleza y sin ella. La salud es equilibrio de cuerpo-mente-espíritu-naturaleza; lo que supone ir algo más allá de la definición de la OMS: “Es un estado de total bienestar, corporal, espiritual y social y no solo la ausencia de enfermedad y debilidad”, que no incluye la naturaleza y la muerte. Junto a la vida sana hay que integrar la muerte, con su complejidad, cuidando el luto y las pérdidas y reconociendo la importancia de la espiritualidad para la salud. Algo muy a tener en cuenta a la hora de aportar el cuidado en la medicina y la enfermería, pues este cuidado es la ética natural de los trabajadores de la salud. ¿Qué cuidados requiere un enfermo de quien le atiende? Pues compasión, el toque de la caricia esencial, la asistencia sensata, el que pueda recuperar la confianza en la vida, la ayuda para acoger la condición humana y el acompañamiento en la gran travesía. Y cabe preguntarse por quién cuida al cuidador, que ha de ser la comunidad en la que se halla inserto por su actividad. Es este un capítulo muy cargado de humanidad, muy a tener en cuenta y que merece reposada reflexión.
Y “siendo el cuidado un paradigma que propone un nuevo modo de habitar la Tierra y de organizar las relaciones del sistema-vida, del sistema-sociedad y del sistema-Tierra, es natural que presente también su propia propuesta de educación y de métodos pedagógicos”. Boff distingue, de manera resumida, cuatro momentos en el proceso educativo de nuestra cultura occidental: a) La educación en la edad de la razón: la crítica; b) La educación en la edad de la Técnica: la creatividad; c) La educación en la edad de las opresiones: la liberación; y d) La educación en la edad de la Tierra: el cuidado; en este último bloque es en el que más se detiene, añadiendo el “aprender a cuidar” como uno de los pilares básicos a los que proponía el informe de Jacques Delors de la UNESCO: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a ser y aprender a vivir juntos. Y cierra el capítulo con el apartado dedicado a las exigencias de una educación para el cuidado y a la celebración de la vida humana individual.
La obra culmina con una conclusión: una utopía necesaria. Sí, porque, aunque puedan parecer sus propuestas una utopía, hemos de hacerla topía, porque, de lo contrario, nuestro futuro peligra. Y concluye con una nueva génesis, redactada por Robert Müller, el “ciudadano del mundo”; no podía proponer un final más hermoso.
Se trata, en definitiva, de un libro que, como los de Leonardo Boff, no decepciona, nos invita a la reflexión y nos propone pautas de acción encaminada a evitar la destrucción de la Tierra que nos sostiene.
Índice
Introducción
1. El cuidado: la construcción del concepto
1. La urgencia del cuidado
2. La emergencia del cuidado en tiempos de crisis
3. En busca de un concepto de cuidado
4. Dos expresiones del mismo cuidado
2. El cuidado en el proceso evolutivo
1. El cuidado como constante cosmológica
2. Recuperar la razón sensible y cordial
3. Fundamentos filosóficos-antropológicos del cuidado
1. El cuidado en Martin Heidegger: origen y evolución
2. La fábula del cuidado
3. El cuidado como esencia de lo humano
4. El cuidado como precaución y prevención
5. La tarea de la vida: cuidar del Ser
4. El paradigma del cuidado: un nuevo modo de habitar la tierra
1. El cuidado: ¿adjetivo o sustantivo?
2. El cuidado como nuevo paradigma de civilización
a) Los impasses del viejo paradigma de la conquista
b) las ventajas del nuevo paradigma del cuidado
3. Exigencias nuevas del paradigma del cuidado
a) El rescate de la razón cordial
b) La reciprocidad: refundar el pacto natural
c) Los derechos de la Madre Tierra, el respeto y la veneración
d) La justa medida como exigencia del cuidado
e) La autocontención como demanda del cuidado
4. Revisitar la sabiduría indígena ancestral
5. Formas alternativas de producción a partir del cuidado
6. El buen vivir: otro modo de habitar la Tierra
7. El alimento del cuidado: la ecología interior
5. Hacia una ética del cuidado necesario
1. La ética de la justicia y su sustrato masculino
2. La ética del cuidado y su sustrato femenino
3. Justicia y cuidado: una ética integral
6. Cuidar de sí mismo, de los otros, de la Tierra
1. ¿Qué somos como humanos?
2. Cuidar de sí mismo: acogerse jovialmente
3. Cuidar de sí mismo: preocuparse del modo de ser
4. Cuidado como precaución con nuestros actos y actitudes
5. Cuidado de nuestra relación principal: la amistad y el amor
6. Cómo cuidar de nuestra Casa Común, el planeta Tierra
7. Cuidar el propio cuerpo y del cuerpo de los otros
1. La unidad compleja cuerpo-espíritu
2. Las fuerzas de autoafirmación y de integración
3. Los desafíos del cuidado del propio cuerpo
4. El cuidado del cuerpo de los otros, de los pobres y de la Tierra
8. Cuidar de la propia psique y de la psique de los otros
1. El viaje hacia el propio Centro
2. Siento, luego existo
3. La estructura del deseo del ser humano
a) La acogida de la condición humana
b) La construcción de la síntesis personal
c) Cuidado como precaución contra las asechanzas de la vida
d) Cuidado como precaución por la salud social
9. Cuidar del propio espíritu y del espíritu de los otros
1. Qué es el espíritu en la nueva cosmología
2. Características del ser humano-espíritu
a) Un ser de trascendencia
b) La conexión con el Todo
c) Un ser de libertad como autodeterminación
d) La capacidad de amar y de perdonar
e) La capacidad de compasión
f) El eterno buscador
g) Un ser capaz de una gran Síntesis
3. Cuidar del espíritu: vivir la espiritualidad
a) La espiritualidad más allá de la religión
b) La importancia de la meditación
c) La comunión con el Misterio y con Dios
d) El cuidado del ambiente social
10. El cuidado en la medicina y en la enfermería
1. Superación del antropocentrismo y del sociocentrismo
2. Salud: equilibrio de cuerpo-mente-espíritu-naturaleza
3. Vida sana e integración de la muerte
4. Cuidar el luto y las pérdidas
5. La importancia de la espiritualidad para la salud
6. El lugar del cuidado en la medicina y en la enfermería
7. Las actitudes de cuidado
8. ¿Quién cuida al cuidador?
11. El cuidado y la educación en la era planetaria
1. La educación en la edad de la Razón: la crítica
2. La educación en la edad de la Técnica: la creatividad
3. La educación en la edad de las Opresiones: la liberación
4. ¿Dónde quedó el cuidado?
5. La educación en la edad de la Tierra: el cuidado
a) El cuidado: admiración por la belleza y la complejidad de la Tierra
b) El cuidado: fruto de los peligros para la Tierra y para la vida
c) El cuidado: un imperativo categórico ético
6. Exigencias de una educación para el cuidado
7. La celebración de la vida humana individual
12. Conclusión: Una utopía necesaria
Bibliografía
Reseñas
The Global Economics of Forestry
Yeray Martínez Montesdeoca , 03/09/2012
Ficha Técnica
Título: The Global Economics of Forestry
Autor: William F. Hyde
Edita: RFF Press (Resources For The Future Press)
Colección: Environment/Forestry/Economics
Materia: Economía Forestal
Número de páginas: 476
Encuadernación: Tapa dura
ISBN13: 978-0-415-51828-4 (hbk)
ISBN13: 978-0-203-12269-3 (ebk)
PVP: 99,95 USD (Amazon.com)
En este libro William F. Hyde define el patrón ecológico y económico del desarrollo humano en zonas forestales, desde los primeros asentamientos y talas en la frontera con los bosques prístinos hasta las plantaciones industriales modernas.
A través de sus diagramas Hyde identifica tres estados del llamado “desarrollo forestal”, evalúa el impacto de la gestión y las políticas asociado a cada uno de ellos, apoyando sus observaciones con ejemplos y datos de seis continentes. Tanto de países desarrollados como de aquellos en vías de desarrollo.
Su disertación muestra que las diferencias existentes en estos tres diferentes estados hacen a la selvicultura un caso único en gestión de recursos naturales y que las políticas efectivas requieren de decisiones diferentes o incluso contrarias en cada uno de estos estados.
El análisis realizado por Hyde aporta un amplio abanico de temas tanto a nivel específico, como la fiscalidad o la definición de incentivos a la actividad forestal, como a nivel global global, como las políticas macroeconómicas. También aborda los temas de actualidad: el calentamiento global, la biodiversidad, el turismo y la complejidad de las distintas industrias de productos forestales.
Los capítulos de conclusión revisan el rol de los propietarios forestales públicos, los pequeños y medianos propietarios y las administraciones.
Esta obra alcanza además un especial valor que trasciende la ciencia económica forestal: explica qué puede aportar la selvicultura al mundo del desarrollo y a la conservación del medio ambiente y cómo las políticas diseñadas para otros sectores y la macro-economía pueden ayudar a la selvicultura.
Índice
List of figures
List of tables
Foreword
Preface
1 Introduction
2 The Pattern of Forestry in the Course of Economic Development
3 Forest Development in the Long Run
4 Forest Policy
5 Forest Concessions: A Specialized Topic in Forest Policy
6 The Effects of Trade, Macroeconomics, Growth and Development
7 Industrial Forestry
8 Institutional Investors
9 Non-Industrial Private Landowners
10 Public Landowners
11 Forests and Local Human Communities
12 Summary, Conclusions, Policy Implications
Index
Sobre el autor
Título: The Global Economics of Forestry
Autor: William F. Hyde
Edita: RFF Press (Resources For The Future Press)
Colección: Environment/Forestry/Economics
Materia: Economía Forestal
Número de páginas: 476
Encuadernación: Tapa dura
ISBN13: 978-0-415-51828-4 (hbk)
ISBN13: 978-0-203-12269-3 (ebk)
PVP: 99,95 USD (Amazon.com)
En este libro William F. Hyde define el patrón ecológico y económico del desarrollo humano en zonas forestales, desde los primeros asentamientos y talas en la frontera con los bosques prístinos hasta las plantaciones industriales modernas.
A través de sus diagramas Hyde identifica tres estados del llamado “desarrollo forestal”, evalúa el impacto de la gestión y las políticas asociado a cada uno de ellos, apoyando sus observaciones con ejemplos y datos de seis continentes. Tanto de países desarrollados como de aquellos en vías de desarrollo.
Su disertación muestra que las diferencias existentes en estos tres diferentes estados hacen a la selvicultura un caso único en gestión de recursos naturales y que las políticas efectivas requieren de decisiones diferentes o incluso contrarias en cada uno de estos estados.
El análisis realizado por Hyde aporta un amplio abanico de temas tanto a nivel específico, como la fiscalidad o la definición de incentivos a la actividad forestal, como a nivel global global, como las políticas macroeconómicas. También aborda los temas de actualidad: el calentamiento global, la biodiversidad, el turismo y la complejidad de las distintas industrias de productos forestales.
Los capítulos de conclusión revisan el rol de los propietarios forestales públicos, los pequeños y medianos propietarios y las administraciones.
Esta obra alcanza además un especial valor que trasciende la ciencia económica forestal: explica qué puede aportar la selvicultura al mundo del desarrollo y a la conservación del medio ambiente y cómo las políticas diseñadas para otros sectores y la macro-economía pueden ayudar a la selvicultura.
Índice
List of figures
List of tables
Foreword
Preface
1 Introduction
2 The Pattern of Forestry in the Course of Economic Development
3 Forest Development in the Long Run
4 Forest Policy
5 Forest Concessions: A Specialized Topic in Forest Policy
6 The Effects of Trade, Macroeconomics, Growth and Development
7 Industrial Forestry
8 Institutional Investors
9 Non-Industrial Private Landowners
10 Public Landowners
11 Forests and Local Human Communities
12 Summary, Conclusions, Policy Implications
Index
Sobre el autor
Reseñas
Preguntas fundamentales de la enseñanza
Redacción T21 , 09/07/2012
Ficha Técnica
Título: Preguntas fundamentales de la enseñanza
Autores-Coordinadores: A. de la Herrán, J. Paredes, C. Moral Santaella y T. Muñoz
Edita: Editorial Universitas. Primera edición, Madrid, 2012
Colección: Universitaria
Materia: Educación
Número de páginas: 722 págs.
Encuadernación: Rústica con solapas
ISBN: 978-84-7991-362-5
PVP: 39,50 €
¿Qué pueden aportar destacados representantes de Movimientos de Renovación Pedagógica (MRPs) a la enseñanza actual? ¿En qué coinciden los testimonios de los Catedráticos de Universidad del área Didáctica y Organización Escolar (DOE), los inspectores, los profesionales de la escuela y los representantes de MRPs entrevistados? ¿Hay diferencias entre sus testimonios? ¿Cómo puede haber tanta diferencia en la percepción de algunos investigadores de prestigio del área DOE? ¿Qué piensan los profesionales de la Educación Infantil, Primaria y Secundaria sobre el potencial del área de DOE de cara a su trabajo?
Éste es un texto para la escucha. Da voz y materia a 39 miradas diferentes de transformadores de la enseñanza comprometidos con la educación. Sus casi 500 respuestas pueden ser de utilidad para:
• La docencia de estudiantes del Grado de Maestro de Educación Infantil, de Educación Primaria, del Master de Secundaria, de Pedagogía y Psicopedagogía.
• La formación propia, mediante la reflexión crítica, autocrítica y transformadora de nuestro conocimiento y lo que hacemos quienes tenemos el privilegio de trabajar en la enseñanza.
• La cohesión entre la escuela y la universidad.
• Una mejor vertebración del duro pasado y un futuro pedagógicamente más consciente.
La estructura de la obra permite apreciar los testimonios por preguntas o por autores. Las respuestas forman un collage de conocimiento profundamente cooperativo que orbita, en diferentes planos, alrededor de la enseñanza, el aprendizaje formativo, el currículo, las TICs, la formación, la escuela, la dialéctica sociedad-educación y otros temas perennes como el autoconocimiento, la humanidad y la conciencia, o emergentes, como el conocimiento del cerebro como una base médica de la enseñanza.
Expresan problemas que preocupan, alternativas, sensibilidades y modos diferentes de ver el mismo fenómeno, erudiciones, ignorancias, etc. Lo hacen desde la permanente -aunque insuficiente- necesidad de reflexionar e investigar sobre la práctica. Reflejan el carácter complejo y vivo de la Didáctica y Organización Escolar, reconocida como área científica de referencia.
Índice
Introducción
Listado de Participantes
Primera parte: Preguntas fundamentales de la enseñanza
Pregunta 1. ¿Qué es para ti la educación?
Pregunta 2. ¿Cuáles son a tu juicio las preguntas fundamentales de la Didáctica y la Organización Social?
Pregunta 3. ¿Cuál crees que es el papel que deben jugar las TIC en la enseñanza?
Pregunta 4. ¿Cómo valoras una enseñanza basada en competencias?
Pregunta 5. ¿Para qué enseñar, para qué formar?
Pregunta 6. ¿La enseñanza está evolucionando?
Pregunta 7. ¿Hay aprendizaje formativo sin enseñanza?
Pregunta 8. ¿Entiendes que es suficiente la formación inicial del profesorado que se desarrolla para los distintos niveles educativos?
Pregunta 9. ¿Cuáles son las claves para favorecer el desarrollo profesional de los docentes de los distintos niveles educativos?
Pregunta 10. ¿Por qué el autoconocimiento, la conciencia, la evolución humana, la humanidad (como fuente de identidad, etc. apenas se trata en la formación inicial del profesorado?
Pregunta 11. ¿Por qué el conocimiento del cerebro –como órgano de la razón y de la formación-no forma parte de la formación inicial del profesorado o de la educación?
Pregunta 12. ¿Cuál es el mayor error que los profesores/MRPs/Investigadores [se pidió a cada participante que se identificara con su colectivo de referencia, previamente definido] están cometiendo con la educación?
Pregunta 13. Por favor, ofrece un titular (periodístico) para la Didáctica y Organización Escolar actual, con la mirada puesta en el futuro
Segunda parte. Los protagonistas
A) Respuesta de profesionales de la Educación Infantil, Primaria y Secundaria
Almudena Montesinos Guerrero
Estefanía Rodríguez Manso
Amparo Romero
María del Carmen Díaz Navarro
Isabel Parejo Vázquez
María Isabel González Sánchez
Ana Vanessa Huerta Soria
Paula Belmonte Martín
Jesús Ruiz Gávez
Milagrosa Borrego Vçazquez
Mar Cortina Selva
Francisco Menchén Bellón
Fernando Nuñez Partido
Eduardo Soler Fiérrez
B) Respuestas de representantes de Movimientos de Renovación Pedagógica (MRP)
Miguel Ángel Aragón Salinas
José Domínguez Rodríguez
Cristina Elorza Ibáñez de Gauna
Felipa García García
Mª Ángeles Llorente Cortés
Andrés Nuñez de Lemus
Julio Rogero Anaya
Pere Torres López
C) Respuestas de investigadores del Área de Didáctica y Organización Escolar
Tania Muñoz Álvarez
Nivia Álvarez Aguilar
Jesús Asensi Díaz
Juan Bautista martínez Rodríguez
Antonio Bolivar Botia
Agustín de la Herran Gascón
Araceli Estebaranz García y Pilar Mingorance Díaz
Manuel Fernández Cruz
Félix Eugenio González Jiménez
Joan Mallart Navarra
Antonio Meina Rivilla
Cristina Moral Santaella
Wolfgan Müeller-Commichau
Joaquín Paredes Labra
Miguel Ángel Santos Guerra
Conclusión
Datos de los Coordinadores
Agustín de la Herrán Gascón www.uam.es/personal_pdi/fprofesorado/agustind/. Pedagogo. Profesor Titular de Universidad (UAM). Investiga en estas líneas: Educación, Formación y sus Sentidos; Antecedentes dela Enseñanza Actual y de la Enseñanza Posible; Formación del Profesorado; Formación para la Inclusión Laboral; Metodología Didáctica; Didáctica de la Creatividad, de la Motivación y del Trabajo Intelectual; Educación para el Descondicionamiento, el Autoconocimiento, la Evolución de la Conciencia Humana, la Humanidad, la Universalidad; Pedagogía de la Muerte, etc. Ha recibido varios premios y reconocimiento por su trayectoria académica, docente e investigadora.
Joaquín Paredes Labra www.uam.es/joaquin.paredes. Doctor en Pedagogía. Profesor Titular de Universidad (Universidad Autónoma de Madrid, España) Fue Vicedecano de la Facultad de Educación, Director del Departamento de Didáctica y del Posgrado de Educación de la UAM. Investiga y enseña sobre alfabetización digital, los usos de las TIC en Educación Primaria y Educación Secundaria y la contribución de las TIC a la docencia universitaria. Sus últimos libros son Didáctica General (2008, McGrawHill), La innovación educativa (2009, Síntesis, y Cómo enseñar en el aula universitaria (2010, Pirámide).
Cristina Morán Santaella. Profesora Titular del Departamento de Didáctica y Organización Escolar de la Facultad de Ciencias de la Educación (Universidad de Granada) Dedicada a la investigación sobre formación del profesorado y autora de varias publicaciones relacionadas con esta temática como Formación para la Profesión Docente, Fundamentos para una Práctica Reflexiva en la Formación Inicial del Profesorado, o Didáctica, Teoría y Práctica de la Enseñanza.
Tania Muñoz Álvarez. Doctoranda en Ciencias de la Educación. Profesora de Educación Primaria (especialidad: Educación Física). Nutricionista. Máster en Calidad y Mejora de la Educación. Máster en Innovación, Evaluación y Calidad en Educación Física. Experiencia profesional relacionada con la actividad física. Maestra de Yoga e instructora de Pilates suelo y máquinas. Su interés investigador está enfocado a la dialéctica conciencia-formación en Pedagogía. Es autora y coautora de artículos sobre educación y ha participado en diversos congresos internacionales. Actualmente es miembro del grupo de investigación FORPROICE (UAM)
Título: Preguntas fundamentales de la enseñanza
Autores-Coordinadores: A. de la Herrán, J. Paredes, C. Moral Santaella y T. Muñoz
Edita: Editorial Universitas. Primera edición, Madrid, 2012
Colección: Universitaria
Materia: Educación
Número de páginas: 722 págs.
Encuadernación: Rústica con solapas
ISBN: 978-84-7991-362-5
PVP: 39,50 €
¿Qué pueden aportar destacados representantes de Movimientos de Renovación Pedagógica (MRPs) a la enseñanza actual? ¿En qué coinciden los testimonios de los Catedráticos de Universidad del área Didáctica y Organización Escolar (DOE), los inspectores, los profesionales de la escuela y los representantes de MRPs entrevistados? ¿Hay diferencias entre sus testimonios? ¿Cómo puede haber tanta diferencia en la percepción de algunos investigadores de prestigio del área DOE? ¿Qué piensan los profesionales de la Educación Infantil, Primaria y Secundaria sobre el potencial del área de DOE de cara a su trabajo?
Éste es un texto para la escucha. Da voz y materia a 39 miradas diferentes de transformadores de la enseñanza comprometidos con la educación. Sus casi 500 respuestas pueden ser de utilidad para:
• La docencia de estudiantes del Grado de Maestro de Educación Infantil, de Educación Primaria, del Master de Secundaria, de Pedagogía y Psicopedagogía.
• La formación propia, mediante la reflexión crítica, autocrítica y transformadora de nuestro conocimiento y lo que hacemos quienes tenemos el privilegio de trabajar en la enseñanza.
• La cohesión entre la escuela y la universidad.
• Una mejor vertebración del duro pasado y un futuro pedagógicamente más consciente.
La estructura de la obra permite apreciar los testimonios por preguntas o por autores. Las respuestas forman un collage de conocimiento profundamente cooperativo que orbita, en diferentes planos, alrededor de la enseñanza, el aprendizaje formativo, el currículo, las TICs, la formación, la escuela, la dialéctica sociedad-educación y otros temas perennes como el autoconocimiento, la humanidad y la conciencia, o emergentes, como el conocimiento del cerebro como una base médica de la enseñanza.
Expresan problemas que preocupan, alternativas, sensibilidades y modos diferentes de ver el mismo fenómeno, erudiciones, ignorancias, etc. Lo hacen desde la permanente -aunque insuficiente- necesidad de reflexionar e investigar sobre la práctica. Reflejan el carácter complejo y vivo de la Didáctica y Organización Escolar, reconocida como área científica de referencia.
Índice
Introducción
Listado de Participantes
Primera parte: Preguntas fundamentales de la enseñanza
Pregunta 1. ¿Qué es para ti la educación?
Pregunta 2. ¿Cuáles son a tu juicio las preguntas fundamentales de la Didáctica y la Organización Social?
Pregunta 3. ¿Cuál crees que es el papel que deben jugar las TIC en la enseñanza?
Pregunta 4. ¿Cómo valoras una enseñanza basada en competencias?
Pregunta 5. ¿Para qué enseñar, para qué formar?
Pregunta 6. ¿La enseñanza está evolucionando?
Pregunta 7. ¿Hay aprendizaje formativo sin enseñanza?
Pregunta 8. ¿Entiendes que es suficiente la formación inicial del profesorado que se desarrolla para los distintos niveles educativos?
Pregunta 9. ¿Cuáles son las claves para favorecer el desarrollo profesional de los docentes de los distintos niveles educativos?
Pregunta 10. ¿Por qué el autoconocimiento, la conciencia, la evolución humana, la humanidad (como fuente de identidad, etc. apenas se trata en la formación inicial del profesorado?
Pregunta 11. ¿Por qué el conocimiento del cerebro –como órgano de la razón y de la formación-no forma parte de la formación inicial del profesorado o de la educación?
Pregunta 12. ¿Cuál es el mayor error que los profesores/MRPs/Investigadores [se pidió a cada participante que se identificara con su colectivo de referencia, previamente definido] están cometiendo con la educación?
Pregunta 13. Por favor, ofrece un titular (periodístico) para la Didáctica y Organización Escolar actual, con la mirada puesta en el futuro
Segunda parte. Los protagonistas
A) Respuesta de profesionales de la Educación Infantil, Primaria y Secundaria
Almudena Montesinos Guerrero
Estefanía Rodríguez Manso
Amparo Romero
María del Carmen Díaz Navarro
Isabel Parejo Vázquez
María Isabel González Sánchez
Ana Vanessa Huerta Soria
Paula Belmonte Martín
Jesús Ruiz Gávez
Milagrosa Borrego Vçazquez
Mar Cortina Selva
Francisco Menchén Bellón
Fernando Nuñez Partido
Eduardo Soler Fiérrez
B) Respuestas de representantes de Movimientos de Renovación Pedagógica (MRP)
Miguel Ángel Aragón Salinas
José Domínguez Rodríguez
Cristina Elorza Ibáñez de Gauna
Felipa García García
Mª Ángeles Llorente Cortés
Andrés Nuñez de Lemus
Julio Rogero Anaya
Pere Torres López
C) Respuestas de investigadores del Área de Didáctica y Organización Escolar
Tania Muñoz Álvarez
Nivia Álvarez Aguilar
Jesús Asensi Díaz
Juan Bautista martínez Rodríguez
Antonio Bolivar Botia
Agustín de la Herran Gascón
Araceli Estebaranz García y Pilar Mingorance Díaz
Manuel Fernández Cruz
Félix Eugenio González Jiménez
Joan Mallart Navarra
Antonio Meina Rivilla
Cristina Moral Santaella
Wolfgan Müeller-Commichau
Joaquín Paredes Labra
Miguel Ángel Santos Guerra
Conclusión
Datos de los Coordinadores
Agustín de la Herrán Gascón www.uam.es/personal_pdi/fprofesorado/agustind/. Pedagogo. Profesor Titular de Universidad (UAM). Investiga en estas líneas: Educación, Formación y sus Sentidos; Antecedentes dela Enseñanza Actual y de la Enseñanza Posible; Formación del Profesorado; Formación para la Inclusión Laboral; Metodología Didáctica; Didáctica de la Creatividad, de la Motivación y del Trabajo Intelectual; Educación para el Descondicionamiento, el Autoconocimiento, la Evolución de la Conciencia Humana, la Humanidad, la Universalidad; Pedagogía de la Muerte, etc. Ha recibido varios premios y reconocimiento por su trayectoria académica, docente e investigadora.
Joaquín Paredes Labra www.uam.es/joaquin.paredes. Doctor en Pedagogía. Profesor Titular de Universidad (Universidad Autónoma de Madrid, España) Fue Vicedecano de la Facultad de Educación, Director del Departamento de Didáctica y del Posgrado de Educación de la UAM. Investiga y enseña sobre alfabetización digital, los usos de las TIC en Educación Primaria y Educación Secundaria y la contribución de las TIC a la docencia universitaria. Sus últimos libros son Didáctica General (2008, McGrawHill), La innovación educativa (2009, Síntesis, y Cómo enseñar en el aula universitaria (2010, Pirámide).
Cristina Morán Santaella. Profesora Titular del Departamento de Didáctica y Organización Escolar de la Facultad de Ciencias de la Educación (Universidad de Granada) Dedicada a la investigación sobre formación del profesorado y autora de varias publicaciones relacionadas con esta temática como Formación para la Profesión Docente, Fundamentos para una Práctica Reflexiva en la Formación Inicial del Profesorado, o Didáctica, Teoría y Práctica de la Enseñanza.
Tania Muñoz Álvarez. Doctoranda en Ciencias de la Educación. Profesora de Educación Primaria (especialidad: Educación Física). Nutricionista. Máster en Calidad y Mejora de la Educación. Máster en Innovación, Evaluación y Calidad en Educación Física. Experiencia profesional relacionada con la actividad física. Maestra de Yoga e instructora de Pilates suelo y máquinas. Su interés investigador está enfocado a la dialéctica conciencia-formación en Pedagogía. Es autora y coautora de artículos sobre educación y ha participado en diversos congresos internacionales. Actualmente es miembro del grupo de investigación FORPROICE (UAM)
Reseñas
Biotecnología… ¿Qué te cuento?
Redacción T21 , 05/07/2012
Ficha Técnica
Título: Biotecnología… ¿Qué te cuento?
Autora: María Fabiana Malacarne
Edita: Editorial Hélice. Madrid. Primera edición, 2012
Ilustraciones: María del Puy Jiménez
Serie: Tangente/Qué
Materia: Cuento
Número de páginas: 56 págs.
Encuadernación: Rústica, cosida al hilo
ISBN: 978-84-92914-11-1
PVP: 18,00 €
Este libro de cuentos, que tiene de extraordinario que es “cuento y es científico”, su autora se lo dedica a su papá que siempre apoyó su emprendimiento. Gracias a ese apoyo generoso y desinteresado que hacen los papás y las mamás, los niños y las niñas crecen aprendiendo lo esencial de la vida. Esa es la verdadera misión de los adultos, acompañar a los recién llegados, dejando que se adentren en la aventura de vivir, para que descubran sus talentos y, en una mágica cadena instintiva, enseñen, a sí mimo, a los nuevos que se incorporan a la vida, lo que ellos han aprendido. Así lo hace Maria Fabiana Malacarne con esta historia verdadera llamada “Biotecnología… ¿Qué te cuento? que se acerca a los “novatos” en su lenguaje. Lenguaje que también sabe interpretar, con sus ilustraciones, María del Puy Jiménez.
Nuevos personajes de historias cotidianas se presentan en estas páginas, que reúnen trece cuentos, provocando las capacidades de los niños para darles vida y asimilar la información abstracta que ocultan. Son la reina Recapo, Pepe Eritrocito, los ARNitos, Zeíta, la familia Estreptococo, Doña Penicilina, John Thiobacilo, Algodoncita, el Sr. Jabonoso, Manuelita Bacterita, el profesor Bigotín, Yuquita...etc. etc.
Los conceptos científicos ofrecidos en el contexto de un cuento, se lee en la contraportada, son más fácilmente comprendidos y recordados. Un cuento representa un formato que impregna la experiencia humana desde los primeros días de nuestra existencia, mostrándonos héroes y villanos, vocabulario, conceptos y hasta razones para la esperanza.
Con este libro dedicado a los más pequeños, se quiere facilitar la comprensión de la Biotecnología a través de cuentos cortos, divertidos e ilustrados, que parten de situaciones conocidas o cotidianas, como el hecho de lavar la ropa o de la correcta alimentación, y explican, en dos o tres páginas, aplicaciones actuales de la ciencia y de la tecnología, por ejemplo cómo se usan enzimas para quitar las manchas o cómo se produce el arroz dorado reforzado con provitamina A y hierro, respectivamente.
Es primordial despertar la curiosidad científica de los niños de una manera natural para que aprendan a preguntarse sobre las cosas que les rodean, desarrollando su capacidad de análisis y comprensión. Asimismo estos cuentos darán al adulto un punto de partida para un sinnúmero de actividades complementarias.
Índice
Los tres ARNitos
Érase una vez en el reino Copión
¡Guerra a la Mafia!
¡Bacterias unidas, fermentan la comida!
Los descubrimientos de Pepe Eritrocito
Algodoncita y los gusanos
¿Qué desayunamos hoy?
¿Palomitas o gasolina?
Lavando, lavando y con las enzimas a la mugre dando
No todo lo que brilla es oro… puede ser arroz
Las muelas de Manuelita
Y mi padre… ¿dónde está?
La vaca Sifrina
Datos de la autora
Título: Biotecnología… ¿Qué te cuento?
Autora: María Fabiana Malacarne
Edita: Editorial Hélice. Madrid. Primera edición, 2012
Ilustraciones: María del Puy Jiménez
Serie: Tangente/Qué
Materia: Cuento
Número de páginas: 56 págs.
Encuadernación: Rústica, cosida al hilo
ISBN: 978-84-92914-11-1
PVP: 18,00 €
Este libro de cuentos, que tiene de extraordinario que es “cuento y es científico”, su autora se lo dedica a su papá que siempre apoyó su emprendimiento. Gracias a ese apoyo generoso y desinteresado que hacen los papás y las mamás, los niños y las niñas crecen aprendiendo lo esencial de la vida. Esa es la verdadera misión de los adultos, acompañar a los recién llegados, dejando que se adentren en la aventura de vivir, para que descubran sus talentos y, en una mágica cadena instintiva, enseñen, a sí mimo, a los nuevos que se incorporan a la vida, lo que ellos han aprendido. Así lo hace Maria Fabiana Malacarne con esta historia verdadera llamada “Biotecnología… ¿Qué te cuento? que se acerca a los “novatos” en su lenguaje. Lenguaje que también sabe interpretar, con sus ilustraciones, María del Puy Jiménez.
Nuevos personajes de historias cotidianas se presentan en estas páginas, que reúnen trece cuentos, provocando las capacidades de los niños para darles vida y asimilar la información abstracta que ocultan. Son la reina Recapo, Pepe Eritrocito, los ARNitos, Zeíta, la familia Estreptococo, Doña Penicilina, John Thiobacilo, Algodoncita, el Sr. Jabonoso, Manuelita Bacterita, el profesor Bigotín, Yuquita...etc. etc.
Los conceptos científicos ofrecidos en el contexto de un cuento, se lee en la contraportada, son más fácilmente comprendidos y recordados. Un cuento representa un formato que impregna la experiencia humana desde los primeros días de nuestra existencia, mostrándonos héroes y villanos, vocabulario, conceptos y hasta razones para la esperanza.
Con este libro dedicado a los más pequeños, se quiere facilitar la comprensión de la Biotecnología a través de cuentos cortos, divertidos e ilustrados, que parten de situaciones conocidas o cotidianas, como el hecho de lavar la ropa o de la correcta alimentación, y explican, en dos o tres páginas, aplicaciones actuales de la ciencia y de la tecnología, por ejemplo cómo se usan enzimas para quitar las manchas o cómo se produce el arroz dorado reforzado con provitamina A y hierro, respectivamente.
Es primordial despertar la curiosidad científica de los niños de una manera natural para que aprendan a preguntarse sobre las cosas que les rodean, desarrollando su capacidad de análisis y comprensión. Asimismo estos cuentos darán al adulto un punto de partida para un sinnúmero de actividades complementarias.
Índice
Los tres ARNitos
Érase una vez en el reino Copión
¡Guerra a la Mafia!
¡Bacterias unidas, fermentan la comida!
Los descubrimientos de Pepe Eritrocito
Algodoncita y los gusanos
¿Qué desayunamos hoy?
¿Palomitas o gasolina?
Lavando, lavando y con las enzimas a la mugre dando
No todo lo que brilla es oro… puede ser arroz
Las muelas de Manuelita
Y mi padre… ¿dónde está?
La vaca Sifrina
Datos de la autora
Reseñas
La llevaré al silencio. Una experiencia de encuentro en el desierto
Juan Antonio Martínez de la Fe , 03/07/2012
Al poner en vuestras manos este escrito, pongo en ellas mi propia intimidad
Ficha Técnica
Título: La llevaré al silencio. Una experiencia de encuentro en el desierto
Autora: Belén María Ridruejo
Prólogo: Jaume Boada
Edita: Narcea, S.A. de Ediciones
Colección: Espiritualidad
Encuadernación: Tapa blanda
Número de páginas: 142
ISBN: 978-84-277-1821-0
Precio: 12,50 euros
Hay que advertir de antemano que la autora de este precioso libro es religiosa. Por tanto, su experiencia sobre el retiro, la soledad, el silencio, viene marcada por tal carácter, por una personal experiencia de retiro espiritual. Lo que, evidentemente, no supone un matiz peyorativo, ni mucho menos. Simplemente, denota un punto de vista, una manera de enfocar el contenido de la obra. Lo que no implica, tampoco, que estas páginas no puedan ser de utilidad para quienes busquen una manera de retirarse al interior, aunque no compartan con la autora sus creencias u opiniones en materia de religión. Porque lo que hace Belén María Ridruejoes contarnos su experiencia, de una manera clara, sencilla, sin ambiciones de docencia, pese a ser la docencia su profesión. Nos abre su interior, nos muestra los caminos que ha seguido, los resultados logrados, las aspiraciones alcanzadas en su afán de compartir con los posibles lectores los beneficios obtenidos en su retiro. Y sazona su escrito aportando textos de numerosos autores, muy adecuados para ilustrar los contenidos.
¿Cómo nació esta obra? Nos lo explica la autora: “El origen de este libro está en las comunicaciones a través de internet de las personas que me acompañaban. Cada día, escribía en un cuaderno lo que acontecía, lo resumía los domingos y lo enviaba por internet. Cuando decidí publicarlo, añadí textos de las lecturas que iba haciendo, reflexiones que me habían iluminado, así como otras referencias de autores que venían a mi mente”.
Arranca con el deseo de ir a la soledad para comprender cómo ha de vivir, pues la soledad la llevará al nivel de lo esencial, de lo profundo, de lo auténtico, de lo bello. Pero no se trata de una huida, ni de nada ni de nadie.
Y comienza la experiencia. Una experiencia de desnudez que empieza con la pérdida de información del disco duro de su ordenador. En la soledad, se fija en su interior, porque la soledad es un espejo y en ella encuentra el silencio; el silencio que se apodera de la autora haciéndola soportar la aridez y la nada. Pero es el paso necesario para dejar espacio a la palabra de Dios. Renunciar a las muchas palabras para saborear y disfrutar las esenciales.
Curiosamente, esta situación la hace sentirse en comunión con todos los seres, y sentir que forma parte de un Todo, que incluye el dolor humano. Y también le hace percibir la importancia del trabajo. Ese sentimiento comunitario, la lleva a compartir su experiencia personal y religiosa, comentando sus meditaciones sobre el pecado, la soledad de la adúltera ante Jesucristo, o sobre sus temores a la noche.
El silencio actúa como una medicina. “La Palabra y el silencio me están curando”, dice Ridruejo. Y, sin embargo, vivimos una vida agitada, alborotada, en la que, entre todos, estamos matando al silencio sin saber que con él damos por muerta a la interioridad. Y, pese a sus atractivos, el silencio no es solo pacífico, es belicoso, pues tiene que librar batallas: contra los propios pensamientos, la batalla de la compañía contra la soledad o la de la propia verdad frente a la imagen; son batallas que no se pueden perder, porque el desierto aplasta a los débiles. Como resultado, la autora experimenta una mayor intensificación de su vida.
Y, si al finalizar este retiro, alguien le preguntara qué ha aprendido, le costaría explicarlo; al comenzarlo, las palabras le salían a borbotones, pero, a estas alturas de su experiencia, les cuesta más esfuerzo emerger. Todo ello, sin dejar, a lo largo de las páginas y capítulos, de irnos comentando sus meditaciones concretas durante estos ejercicios espirituales.
Y, en el desarrollo de los ejercicios, llega a la contemplación que “es una empresa ardua porque es sumergirse en la nada, sin pensamientos, sin meditaciones sobre Dios, solo un amoroso silencio”, como bien describe la autora. Y surge una nueva batalla: nunca el desierto ha sido algo seguro, pero cuesta la inactividad, el no programarse y controlar la situación; no tener reloj, sino tiempo.
Es dura la soledad y grande el deseo de comunicarse con alguien buscando consuelo. Pero, en su marchar al desierto descubre que, más que sola, se encuentra llena de sí misma, llena de palabras que considera huecas. Y, a fin de combatir el parloteo interior que la libere para la contemplación, ejercita la respiración. La experiencia es positiva: “Mi cuerpo no estaba acostumbrado a tanto oxígeno: es un milagro ser sacada de la muerte de continuo, o, mejor dicho, respirar la vida a cada instante. No la tengo en mí, he de recibirla. Fue una sensación muy gratificante contemplar la receptividad de la vida a través de la respiración”. Al igual que el contacto con la naturaleza es productor de bienestar ante su inmensidad; se impone el silencio interior, tanto para renovarnos en lo más profundo o, sencillamente, para descansar de la presión de un ritmo de vida tan vertiginoso.
La autora continúa su viaje hacia el interior, en esa aventura de profundidad, hundiéndose en el silencio que cura el permanente vaivén de la mente y adelgaza el ego que comienza a fundirse progresivamente gracias al calor del sol interior. Así lo explica Ridruejo: “el silencio es lo único que puede abarcar al Infinito. Su superioridad sobre la palabra es notoria (…) Para beber de la fuente interior hay que entrar dentro, en el templo del silencio”.
No se trata de una soledad egoísta, separada del resto de la humanidad por infranqueables fronteras. No. Provoca una presencia de los otros, especialmente de quienes no la buscan y, sin embargo, tampoco la disfrutan, pues su soledad viene dada por el alejamiento y el rechazo de los demás, no es voluntaria. Y tampoco es ajena a la última soledad, a la de la hora del adiós, a la muerte. Y la compasión despierta.
Finalizada su experiencia concreta, la autora se enfrenta de nuevo a su misión, a su vida diaria. Pero a buen seguro que el silencio, el desierto, la soledad experimentados marcan una manera nueva, renovada, de ver el mundo.
Para un creyente y, más concretamente, para un cristiano, este conjunto de experiencias interiores, cargadas de espiritualidad, de búsqueda de Dios, de contacto con el Maestro, constituyen un delicioso mensaje y, probablemente, una orientación para seguir las huellas de Belén María Ridruejo en el proceso que nos expone. Pero, también el no creyente en busca del encuentro consigo mismo, del silencio y la paz interior, encontrará en ellas una fuente de propuestas que le ayudarán en su propio recorrido.
Índice
Prólogo
Introducción
Silencio y descanso en Dios
Silencio y comunión
Silencio y mi verdad
Silencio y terapia
Silencio y lucha
Silencio y renovación del amor
Silencio y otoño
Silencio y descubrimiento de la ceguera
Silencio y deseo de Dios
Silencio y soledad
Silencio y solidaridad
Silencio y sed de presencia
Silencio y misión
Notas sobre la autora
Belén María Ridruejo es religiosa, maestra y licenciada en teología. Desde hace más de veinticinco años se dedica a la educación religiosa de los jóvenes.
Título: La llevaré al silencio. Una experiencia de encuentro en el desierto
Autora: Belén María Ridruejo
Prólogo: Jaume Boada
Edita: Narcea, S.A. de Ediciones
Colección: Espiritualidad
Encuadernación: Tapa blanda
Número de páginas: 142
ISBN: 978-84-277-1821-0
Precio: 12,50 euros
Hay que advertir de antemano que la autora de este precioso libro es religiosa. Por tanto, su experiencia sobre el retiro, la soledad, el silencio, viene marcada por tal carácter, por una personal experiencia de retiro espiritual. Lo que, evidentemente, no supone un matiz peyorativo, ni mucho menos. Simplemente, denota un punto de vista, una manera de enfocar el contenido de la obra. Lo que no implica, tampoco, que estas páginas no puedan ser de utilidad para quienes busquen una manera de retirarse al interior, aunque no compartan con la autora sus creencias u opiniones en materia de religión. Porque lo que hace Belén María Ridruejoes contarnos su experiencia, de una manera clara, sencilla, sin ambiciones de docencia, pese a ser la docencia su profesión. Nos abre su interior, nos muestra los caminos que ha seguido, los resultados logrados, las aspiraciones alcanzadas en su afán de compartir con los posibles lectores los beneficios obtenidos en su retiro. Y sazona su escrito aportando textos de numerosos autores, muy adecuados para ilustrar los contenidos.
¿Cómo nació esta obra? Nos lo explica la autora: “El origen de este libro está en las comunicaciones a través de internet de las personas que me acompañaban. Cada día, escribía en un cuaderno lo que acontecía, lo resumía los domingos y lo enviaba por internet. Cuando decidí publicarlo, añadí textos de las lecturas que iba haciendo, reflexiones que me habían iluminado, así como otras referencias de autores que venían a mi mente”.
Arranca con el deseo de ir a la soledad para comprender cómo ha de vivir, pues la soledad la llevará al nivel de lo esencial, de lo profundo, de lo auténtico, de lo bello. Pero no se trata de una huida, ni de nada ni de nadie.
Y comienza la experiencia. Una experiencia de desnudez que empieza con la pérdida de información del disco duro de su ordenador. En la soledad, se fija en su interior, porque la soledad es un espejo y en ella encuentra el silencio; el silencio que se apodera de la autora haciéndola soportar la aridez y la nada. Pero es el paso necesario para dejar espacio a la palabra de Dios. Renunciar a las muchas palabras para saborear y disfrutar las esenciales.
Curiosamente, esta situación la hace sentirse en comunión con todos los seres, y sentir que forma parte de un Todo, que incluye el dolor humano. Y también le hace percibir la importancia del trabajo. Ese sentimiento comunitario, la lleva a compartir su experiencia personal y religiosa, comentando sus meditaciones sobre el pecado, la soledad de la adúltera ante Jesucristo, o sobre sus temores a la noche.
El silencio actúa como una medicina. “La Palabra y el silencio me están curando”, dice Ridruejo. Y, sin embargo, vivimos una vida agitada, alborotada, en la que, entre todos, estamos matando al silencio sin saber que con él damos por muerta a la interioridad. Y, pese a sus atractivos, el silencio no es solo pacífico, es belicoso, pues tiene que librar batallas: contra los propios pensamientos, la batalla de la compañía contra la soledad o la de la propia verdad frente a la imagen; son batallas que no se pueden perder, porque el desierto aplasta a los débiles. Como resultado, la autora experimenta una mayor intensificación de su vida.
Y, si al finalizar este retiro, alguien le preguntara qué ha aprendido, le costaría explicarlo; al comenzarlo, las palabras le salían a borbotones, pero, a estas alturas de su experiencia, les cuesta más esfuerzo emerger. Todo ello, sin dejar, a lo largo de las páginas y capítulos, de irnos comentando sus meditaciones concretas durante estos ejercicios espirituales.
Y, en el desarrollo de los ejercicios, llega a la contemplación que “es una empresa ardua porque es sumergirse en la nada, sin pensamientos, sin meditaciones sobre Dios, solo un amoroso silencio”, como bien describe la autora. Y surge una nueva batalla: nunca el desierto ha sido algo seguro, pero cuesta la inactividad, el no programarse y controlar la situación; no tener reloj, sino tiempo.
Es dura la soledad y grande el deseo de comunicarse con alguien buscando consuelo. Pero, en su marchar al desierto descubre que, más que sola, se encuentra llena de sí misma, llena de palabras que considera huecas. Y, a fin de combatir el parloteo interior que la libere para la contemplación, ejercita la respiración. La experiencia es positiva: “Mi cuerpo no estaba acostumbrado a tanto oxígeno: es un milagro ser sacada de la muerte de continuo, o, mejor dicho, respirar la vida a cada instante. No la tengo en mí, he de recibirla. Fue una sensación muy gratificante contemplar la receptividad de la vida a través de la respiración”. Al igual que el contacto con la naturaleza es productor de bienestar ante su inmensidad; se impone el silencio interior, tanto para renovarnos en lo más profundo o, sencillamente, para descansar de la presión de un ritmo de vida tan vertiginoso.
La autora continúa su viaje hacia el interior, en esa aventura de profundidad, hundiéndose en el silencio que cura el permanente vaivén de la mente y adelgaza el ego que comienza a fundirse progresivamente gracias al calor del sol interior. Así lo explica Ridruejo: “el silencio es lo único que puede abarcar al Infinito. Su superioridad sobre la palabra es notoria (…) Para beber de la fuente interior hay que entrar dentro, en el templo del silencio”.
No se trata de una soledad egoísta, separada del resto de la humanidad por infranqueables fronteras. No. Provoca una presencia de los otros, especialmente de quienes no la buscan y, sin embargo, tampoco la disfrutan, pues su soledad viene dada por el alejamiento y el rechazo de los demás, no es voluntaria. Y tampoco es ajena a la última soledad, a la de la hora del adiós, a la muerte. Y la compasión despierta.
Finalizada su experiencia concreta, la autora se enfrenta de nuevo a su misión, a su vida diaria. Pero a buen seguro que el silencio, el desierto, la soledad experimentados marcan una manera nueva, renovada, de ver el mundo.
Para un creyente y, más concretamente, para un cristiano, este conjunto de experiencias interiores, cargadas de espiritualidad, de búsqueda de Dios, de contacto con el Maestro, constituyen un delicioso mensaje y, probablemente, una orientación para seguir las huellas de Belén María Ridruejo en el proceso que nos expone. Pero, también el no creyente en busca del encuentro consigo mismo, del silencio y la paz interior, encontrará en ellas una fuente de propuestas que le ayudarán en su propio recorrido.
Índice
Prólogo
Introducción
Silencio y descanso en Dios
Silencio y comunión
Silencio y mi verdad
Silencio y terapia
Silencio y lucha
Silencio y renovación del amor
Silencio y otoño
Silencio y descubrimiento de la ceguera
Silencio y deseo de Dios
Silencio y soledad
Silencio y solidaridad
Silencio y sed de presencia
Silencio y misión
Notas sobre la autora
Belén María Ridruejo es religiosa, maestra y licenciada en teología. Desde hace más de veinticinco años se dedica a la educación religiosa de los jóvenes.
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Tendencias 21 (Madrid). ISSN 2174-6850