CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero
San Bernabé en la literatura apócrifa
Hoy escribe Gonzalo del Cerro

Autor del Apócrifo. Fecha y lugar de su composición


Hablamos la semana pasada de la ficción literaria que hacía la presentación del autor de este apócrifo.: “Yo, Juan”, ilustrado por un “nosotros” persistente.La identidad del presunto autor es bien conocida en las relatos bíblicos. Su madre, María, poseía en Jerusalén una casa que servía de lugar de reunión a la incipiente comunidad cristiana. Fue a la que se dirigió Pedro cuando fue liberado por el ángel de la cárcel donde el rey Herodes lo tenía encerrado.

En efecto, “se fue a la casa de María, la madre de Juan de sobrenombre Marcos, donde estaban muchos reunidos y orando” (Hch 12,12). El detalle de la duplicidad de nombres parece útil para facilitar la identidad de la persona de referencia. Así lo considera el autor de los Hechos canónicos cuando repite el dato al hablar del hijo de María, la dueña de la casa donde se reunían los cristianos, madre del que había sido compañero de Bernabé y Saulo en un viaje anterior (Hch 12,25; 15,37).

El dato parecía importante para el autor del apócrifo, que no solamente lo emplea para designar a “Juan, también llamado Marcos” (c. 8,2), sino que narra las circunstancias del cambio de nombre, detalle significativo en sucesos de cierta transcendencia salvífica. Fue a continuación del bautismo en Iconio, cuando un hombre vestido de blanco se le apareció y le dijo: “Juan, cambiarás de nombre y te llamarás Marcos” (c. 3,1). El autor de la carta a los colosenses sabía también que Marcos era primo de Bernabé (Col 4,10).

Es obvio, sin embargo, a causa del contenido de la obra, que Marcos no puede ser el autor de este apócrifo. La fecha de su composición, finales del siglo V, aceptada por la mayoría de los autores, hace completamente inverosímil la atribución. Si admitimos, además, que Marcos es el autor del evangelio sinóptico que lleva su nombre, compuesto hacia el año 70 del siglo I, constatamos una diferencia notable entre el estilo del evangelista y el del autor de este apócrifo. El uso insistente de estructuras y formaciones típicas de las lenguas semíticas en el evangelio de Marcos está sustituido aquí por un estilo más clásico.

De todos modos no es fácil sacar conclusiones definitivas de los usos lingüísticos, porque siempre queda la duda sobre su responsable. Pues desde el autor original pasa la obra por manos de copistas con gustos diferentes, que fueron dejando retoques propios de usos coyunturales y de estructuras gramaticales y literarias vigentes en sus épocas.

Un hecho cierto es que el autor conoce el vocabulario marítimo que usa con gran propiedad. Se trata, pues, de alguien que reside en una isla o en la ribera del mar. Por el conocimiento detallado de la isla de Chipre y el interés en destacar el origen apostólico de sus iglesias, es razonable afirmar que los Hechos de Bernabé fueron escritos en esta isla, patria del protagonista. Teodoro Lector, que escribía hacia el año 478, contaba que los restos de Bernabé habían sido hallados debajo de un cerezo y que el cadáver tenía sobre su pecho una copia del evangelio de Mateo, escrita por el mismo Bernabé. Así lo escribe en su Historia Eclesiástica, II 2 con textos en griego y en latín (Migne PG 86, col. 183-184). Como las reliquias del santo fueron descubiertas en el siglo V, el silencio del autor del apócrifo sobre el hallazgo de los restos demuestra que no tenía noticia del suceso. En consecuencia, la fecha de composición del apócrifo debe ser anterior al año 478.

El valor doctrinal de la obra es más bien escaso. La misma misión de Bernabé tiene más de sucesos de viajes que de predicación. Los datos de su evangelización y sus eventuales éxitos son de tono excesivamente genérico. El título del apócrifo Viajes y martirio del apóstol san Bernabé no hace justicia a su contenido, en el que el martirio tiene apenas un contexto poco claro y escasamente justificado en la narración literaria. Todo termina con la noticia de la partida de su autor a Egipto, del que sabemos que fue obispo de Alejandría. Esta ciudad egipcia es, según la tradición, el lugar donde Marcos desarrolló su ministerio, padeció el martirio y fue sepultado. Véase en general J. J. Fernández Sangrador, Los orígenes de la comunidad cristiana de Alejandría, col. Plenitudo Temporis, Universidad Pontificia, Salamanca 1994. En esta obra no se hace mención del presente apócrifo. Las reliquias consideradas como de San Marcos fueron trasladadas en el siglo IX a Venecia y sepultadas en la Basílica construida precisamente para albergar sus reliquias.

(Venecia. Basílica de san Marcos)

Saludos cordiales. Gonzalo del Cerro

Lunes, 18 de Junio 2012
Hoy escribe Antonio Piñero


Sigo con este enojoso tema. Continúo citando mi obra Jesús y las mujeres, p. 152:

“La consideración de la mujer como ser de segunda clase que este relato (Génesis 2) tiene en el judaísmo debió de ser asumida por Jesús, puesto que él, como el judaísmo de su época, cuando cita una parte de un texto bíblico tiene en cuenta todo el conjunto del pasaje y el sentido que usualmente se le daba, salvo que él lo discuta expresamente. Y no es éste el caso. Jesús no discute, sólo cita.”

Observo también :

• Jesús al parecer mantiene dos posturas distintas a la vez. Esto es posible en el siglo I porque la gente en general tenía un sentido de la lógica menos estricto que el actual. No sentían los contradicciones lógicas como nosotros. Como es sabido se podía defender a la vez, como es el caso de los textos de Qumrán, el determinismo, o predeterminación más estricta de las acciones humanas, decididas y aceptadas por la voluntad de Dios desde toda la eternidad, y a la vez sostener que existe plenamente la libertad humana: el hombre reo de un delito debía pagar por ello.

• Debo insistir que en el siglo I no hacía falta citar un pasaje completo de la Biblia: al citar una parte (por ejemplo, de un salmo) se aceptaba el sentido que se daba al texto completo, o a la sección completa, que se leía los sábados en la sinagoga y que normalmente se sabía de memoria.

Por tanto Jesús aceptaría tanto el sentido completo del texto de Gn 1 (igualitario) como el sentido completo del Génesis 2 (subordinación de la mujer al varón)… ¡y sin sentir en su interior contradicción alguna!

• Añado que para saber cuál es la mentalidad clara de un individuo en un caso de duda extrema como éste hace falta una declaración expresa de decantación por uno u otro texto. Y Jesús no lo hace: mezcla los dos pasajes y no discute el sentido igualitario o no expresamente.

Por tanto si no atenemos a lo citado hasta el momento no sabríamos cuál era exactamente la mentalidad de Jesús respecto al estatus de la mujeres.

Un poco más adelante, en el mismo libro Jesús y las mujeres aduzco el texto completo del cap. 19 del Evangelio de Mateo citado parcialmente más arriba. Léase por favor con detenimiento (pp. 155-156):

“Y se le acercaron unos fariseos que, para ponerle a prueba, le dijeron: “¿Puede uno repudiar a su mujer por un motivo cualquiera?” El respondió: “¿No habéis leído que el Creador, desde el comienzo, los hizo varón y hembra, y que dijo: Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una sola carne? De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios unió no lo separe el hombre.

Dícenle: “Pues ¿por qué Moisés prescribió dar acta de divorcio y repudiarla?”. Díceles: “Moisés, teniendo en cuenta la dureza de vuestro corazón, os permitió repudiar a vuestras mujeres; pero al principio no fue así. Ahora bien, os digo que quien repudie a su mujer –salvo por fornicación- y se case con otra, comete adulterio” (19,3-9).”


Observo:

• La defensa del matrimonio monogámico por parte de Jesús podría ser un argumento de que el Nazareno tenía una alta consideración de la mujer, a la que respetaba y respecto a la cual no quería que fuese un juguete de los caprichos del varón, como de hecho podía ocurrir con frecuencia entre otros judíos, los que seguían la laxa opinión de Hillel y sobre todo del Rabbí Aquiba (+ en 135: el varón puede divorciarse simplemente si otra mujer “halla gracia a sus ojos”).

Ahora bien, y desgraciadamente, esta conclusión no es posible. Quiero decir que el argumento no vale para sostener que Jesús no era patriarcalista.

Lo vemos en la siguiente y última postal

Saludos cordiales de Antonio Piñero.
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com

Viernes, 15 de Junio 2012
Hoy escribe Fernando Bermejo

Esta semana, todavía con la resaca del Rescate a este extraordinario país que en realidad no necesitaba Rescate alguno –de creer a algunos de nuestros más egregios políticos, un acontecimiento verdaderamente salvador (cada vez más, políticos y predicadores me resultan difícilmente discernibles)– y en vísperas de un viaje, solo me queda tiempo y ganas de compartir con los lectores algo que pueda divertirles un poco. Tal vez nada mejor que traer a colación algunos de los más recientes hallazgos en la traducción de una obra de historia del cristianismo. En ella descubrimos, por ejemplo:

Que las sinagogas de Amsterdam querían convertir a los judíos holandeses:

“El especialista hebreo y cuáquero Samuel Fisher, con mucho talento, que debió de haber utilizado al joven Spinoza para traducir tratados al hebreo y que sin duda tenía que estar al tanto del esfuerzo de las sinagogas de Amsterdam por convertir a judíos holandeses…”,

en vez de

“El talentoso hebraísta y cuáquero Samuel Fisher, que puede haber utilizado al joven Spinoza para traducir tratados al hebreo y que sin duda, en sus esfuerzos por convertir a judíos holandeses, tuvo que conocer las sinagogas de Amsterdam… (The gifted Hebrew scholar and Quaker Samuel Fisher, who may have used the young Spinoza to translate tracts into Hebrew, and who certainly got to know the Amsterdam synagogues in his efforts to convert Dutch Jews…)

Que Jesús obró milagros “en Canaán”:

“el milagro que Jesús obró en Canaán al convertir el agua en vino” (Jesus’s miracle of Cana turning water into wine)

Que al pentecostalismo le atrae lo satánico:

“Al igual que el evangelismo, [el pentecostalismo] aunaba cierta desconfianza de las costumbres de la ciudad moderna con el gusto por aprehender la modernidad emanada de Satán”

en vez de:

“por arrebatar la modernidad de las manos de Satán” (with a relish for capturing modernity from Satan).


Que la visionaria Adrienne von Speyr, confidente y amiga del teólogo Hans Urs von Balthasar, era en realidad un hombre:

“su estrecha afinidad con el visionario divorciado dos veces Adrienne von Speyr”

O que en el año 2006 la Congregación para la Doctrina de la Fe decidió –tras mucho meditarlo– no canonizar a Marcial Maciel. La declaración que emitió sobre el caso contendría la siguiente frase: “La Santa Sede ha decidido no iniciar un proceso de canonización”,

en lugar de

“ha decidido no iniciar un proceso canónico” (a canonical process).

Teniendo en cuenta cómo está de alegre y desenvuelto el patio político-financiero, quizás no esté de más proceder a reescribir con similar alegría la historia del cristianismo. Al fin y al cabo, ex absurdo quodlibet.

Saludos cordiales de Fernando Bermejo
Miércoles, 13 de Junio 2012
"Viajes y Martirio del apóstol san Bernabé"
Hoy escribe Gonzalo del Cerro

Un nuevo apóstol en la literatura apócrifa

Entre los Hechos Apócrifos de los Apóstoles incluyo los sucesos que la tradición transmite acerca de san Bernabé. Este abogado y amigo de Pablo no forma parte del grupo de los Doce, pero recibe en este apócrifo el título persistente de “Apóstol”. No figura, por tanto, entre las listas de los doce elegidos, instruidos y enviados por Jesús. Sin embargo, su presencia en la historia de los orígenes cristianos justifica la importancia que le ha concedido la hagiografía.

Los textos bíblicos que hacen mención de su persona le dan sin restricciones el calificativo de apóstol. Así lo entendieron los escritores eclesiásticos que hablaron de su persona y su labor ministerial. Los Hechos canónicos de Lucas lo consideran y mencionan como apóstol en el mismo contexto que a Pablo (Hch 14,4.14). Es el primero que es mencionado entre los profetas y doctores de la Iglesia de Antioquía (Hch 13,1). Su prestigio quedó sancionado por el mismo Espíritu Santo que recomendó su elección al lado de Pablo para la obra de la evangelización (Hch 13,2). Bernabé fue precisamente el designado para ir a Tarso em busca de Pablo y llevarlo a Antioquía.

Bernabé y Pablo formaron luego un dúo de evangelizadores íntimamente relacionados y unidos según las noticias transmitidas por los Hechos canónicos de los Apóstoles. Así lo consideraba Pablo en su carta a los gálatas (Gál 2,1.9.13), y es el dato que ha pasado a la tradición. El historiador Eusebio de Cesarea, lo menciona repetidas veces, siempre en compañía de Pablo (H. E., I 12,1; II 3,3; 8,2; 11,2.) Esa unión con Pablo, que parecía inquebrantable, se quebró por el amargo incidente surgido acerca de la oportunidad de llevar o no llevar a Juan Marcos a las tareas de la predicación del Evangelio.

Pablo pensaba que no debían llevarlo porque durante el primer viaje había abandonado la obra en Perge de Panfilia para regresar a Jerusalén (Hch 13,13). Bernabé, primo hermano (anepsiós) de Marcos, quería de todos modos que fuera con ellos (Hch 15,37). En el ánimo de Bernabé pesaban sin duda razones de parentesco. Pero los textos bíblicos dan un testimonio positivo de la calidad humana de Bernabé como de un hombre digno de toda confianza, bueno y generoso. Fue elegido por los cristianos de Antioquía para misiones particularmente delicadas, como fue la que siguió al llamado Concilio de Jerusalén (Hch 15). En el contexto sobre la vida en común de los fieles, cuentan los Hechos que “José, llamado por los apóstoles Bernabé, que quiere decir «hijo de la consolación», levita, chipriota de nacimiento, poseía un campo, lo vendió, llevó su precio y lo depositó a los pies de los apóstoles” (Hch 4,36-37).

Por sus datos de identidad conocemos detalles de la dimensión de su espíritu de caridad. Tres rasgos son suficientes para el autor de los Hechos canónicos para definir el perfil humano y espiritual de Bernabé: “Era un hombre bueno, lleno de Espíritu Santo y de fe” (Hch 11,24). Este apócrifo narra con honradez la actitud inflexible de Pablo en el mencionado asunto de Juan Marcos. Respondió Bernabé con un alegato lleno de caridad y sensatez. Porque “la gracia de Dios no abandona al que una vez ha estado al servicio del Evangelio y ha venido en nuestra compañía” (c. 8,3).

Un aspecto literario de este apócrifo es la ficción que lo hace una obra de un presunto testigo de vista de los sucesos narrados. Un “nosotros” persistente da a la narración el estremecimiento propio del riguroso directo, un “nosotros” que lleva la firma precisa y solemne del responsable: “Yo, Juan”. Un testigo que toma la decisión de contar lo que ha visto y oído (c. 2,1). El autor no habla, pues, de testimonios ajenos, sino que es presuntamente testigo de primera mano. Se trata, obviamente de Juan Marcos, pariente del protagonista epónimo de este relato.

(Foto de la imagen de san Bernabé)

Saludos cordiales. Gonzalo del Cerro




Lunes, 11 de Junio 2012
Hoy escribe Antonio Piñero


Desde hace un cierto tiempo algún que otro comentario a este Blog suele repetir que últimamente he perdido el sentido de la imparcialidad que había mostrado antaño. Hay una prueba de ello: me saco de la manga un Jesús patriarcalista y un tanto antifemenino. Y lo hago con toda consciencia propalando voluntariamente una falsedad que cuadre con mi idea previa de la personalidad de Jesús.

Corríjanme si me equivoco, pero he llegado a pensar que ese argumento va, además de su valor en sí mismo como muestra de parcialidad, dirigido a desacreditar el valor de una obra publicadas por mí recientemente: Una antología de textos: Jesús de Nazaret. El hombre de las cien caras (Madrid. Edaf 2012). Naturalmente esta desacreditación puede afectar a la segunda, Ciudadano Jesús. Respuestas a todas las preguntas (Madrid, Atanor, 2012) en cuanto que acepta los puntos de vista de la primera. Como se trata de ventas, y eso es sagrado en tiempos de crisis, se me ha pedido desde que intervenga. Así lo hago en contra de mi inveterada costumbre.

El ejemplo utilizado es siempre el mismo: no tengo en cuenta que el Nazareno elude la cita de Génesis 2 --sobre la mujer como nacida de la costilla del varón y sus consecuencias; un texto muy negativo sobre la mujer--, para sustituirla por el texto igualitario de Gn 1 (“varón y hembra los creó…”). Voluntariamente paso por alto la situación de la mujer según el pasaje del cap. 1 del Génesis, que presenta un talante positivo, y me fijo más en el pasaje del cap. 2 del mismo libro –texto no igualitario, pero citado igualmente por Jesús. Por tanto, repito: achaco al Nazareno y a su pensamiento general sobre las mujeres un machismo al igual que el que solía imperar en su época.

Pretendo ahora en esta comunicación considerar si mi presentación de los textos y su comentario incurre en parcialidad.

A. En el libro Jesús de Nazaret el hombre de las cien caras, los textos son presentados del siguiente modo (p. 111):

1. Jesús y las mujeres en general

Las mujeres no son un ser secundario respecto al varón ya que Jesús cita el texto igualitario de Gn 1,27-28

“Y se le acercaron unos fariseos que, para ponerle a prueba, le dijeron: ‘¿Puede uno repudiar a su mujer por un motivo cualquiera?’ 4 El respondió: ‘¿No habéis leído que el Creador, desde el comienzo, los hizo varón y hembra?’” (= Gn 1,27-28 ) (Evangelio de Mateo 19,3-4).

Las mujeres son un ser secundario respecto al varón ya que Jesús cita el texto no igualitario de Gn 2,24 (la mujer creada a la par que Adán).

“Y que dijo también Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una sola carne?” (= Gn 2,24: la mujer creada como complemento secundario de Adán y a partir de su costilla, que se une a su marido y es una carne con él) (Evangelio de Mateo 19,5).

Como pueden observar los lectores no emito comentario alguno. Es más afirmo que según un texto, Jesús adopta una postura positiva hacia las féminas, pero que en el otro no. Los dos son del Evangelio de Mateo y van uno detrás del otro.

Para una comprensión más cabal, ofrezco los textos básicos, ampliados de los capítulos 1 y 2 del Génesis referidos en esos textos:

Génesis 1,27-28:

"Y dijo Dios: hagamos al hombre a imagen nuestra… Y creó Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó, macho y hembra los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: “Sed fecundos y multiplicaos, henchid la tierra y sometedla”.

A este respecto comento en Jesús y las mujeres (Madrid, Aguilar 2008, p. 152:

“Lo importante de este pasaje bíblico es que Dios, al tomar una decisión nueva y trascendental después de crear el universo, crea al ser humano como hombre y mujer simultá¬neamente, en absoluta igualdad de condiciones. El texto da también por supuesto una igualdad a la hora de hablar del "multiplicaos" y del "dominad" sobre los animales y la tierra. Era ésta una lección igualitaria muy notable, pero que –tal como aparece- no fue seguida luego por el judaísmo, probablemente Jesús incluido, más influido por el segundo relato de la creación de la mujer (Gén 2)”.

Obsérvese la frase subrayada y en negrita: “no fue seguida luego por el judaísmo, probablemente Jesús incluido”… “¡Probablemente!”

El segundo texto es Gn 2,21-24 (p.154):

“Infundió Dios un sopor sobre el hombre, que se durmió; entonces le tomó una de las costillas, cerrando con carne su espacio. Luego Yahvé Elohim transformó en mujer la costilla que había tomado del hombre y la condujo al hombre. Éste exclamó entonces: “Ésta sí que es esta vez hueso de mis huesos y carne de mi carne”. A ésta se la llamará 'varona' porque del varón ha sido tomada. Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne”

Y comento (p. 154):

“Es claro que la mujer aparece en el texto sagrado como un ser cronológicamente posterior, constituido del y para ayuda del varón, como una ayuda y compañía secundaria que los animales no pueden ofrecer”.

Más adelante, en el mismo libro “Jesús y las mujeres” (p. 155) comento de nuevo que el judaísmo del siglo I hizo muy poco uso de Génesis 1 y comentó muchísimo más Gen 2. Es éste un hecho incontrovertible. Y añado que la cita por parte de Jesús del segundo pasaje del Génesis “debió de ser” (“deber de” en castellano expresa siempre una probabilidad. Algo que no se conoce bien, paro de lo que se cree que pudo ocurrir de esa manera) una muestra de que Jesús está dentro de este ambiente general. De lo contrario se habría limitado a citar Gn 1 y nunca Génesis. Pero cita los dos.

Seguiremos dos días más
Saludos cordiales de Antonio Piñero.
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com

Viernes, 8 de Junio 2012
Hoy escribe Fernando Bermejo

Dada la proliferación de especímenes perfectamente olvidables con los que cada día nos topamos en las calles o la televisión, quizás no esté de más abrir en este blog –o en nuestras respectivas memorias– una sección de “nombres que merecen ser recordados”, y cuyo conocimiento nos permita seguir albergando un mínimo de respeto por un sedicente homo sapiens sapiens de cuya constante estupidez, indecencia e insensibilidad tenemos ejemplos innumerables y por doquier.

No es mal nombre, pues, para iniciar esta posible serie, el de Trevor Huddleston. Huddleston, nacido en Inglaterra en 1913, ingresó muy joven en la “Comunidad de la Resurrección”, una comunidad monástica anglicana fundada en Oxford en 1892 y que ya desde muy pronto, desde principios del siglo XX (1903), tuvo una vinculación particular con Sudáfrica.

Vale la pena observar que, mientras que la Iglesia reformada holandesa de Sudáfrica dio su apoyo casi incondicional al sistema del apartheid (lo que, ciertamente, le valió el justo ostracismo de las actividades ecuménicas de muchas Iglesias), numerosos miembros de la Iglesia anglicana se distinguieron en su lucha contra este imbécil y repulsivo sistema de discriminación.

Tras haber sido ordenado sacerdote, en 1943 Huddleston fue destinado a la misión que la Comunidad tenía cerca de Johannesburgo, con el objeto de relevar a un compañero de orden (Raymond Raynes) que se había desgastado en su ardua tarea. Durante 13 años, Huddleston se convirtió en un apasionado activista anti-Apartheid. Tan respetada y comprometida fue su labor, que le ganó entre los lugareños el sobrenombre de Makhalipile (“el intrépido”), y en 1955, en su congreso de Kliptown, el Congreso Nacional Africano le concedió el título de Isitwalandwe (“el que porta las plumas del raro pájaro”), el galardón que el Congreso ha concedido a las personas que han luchado con mayor heroísmo por la causa de la liberación del pueblo sudafricano (y que, varias décadas más tarde, le sería concedido también a Nelson Mandela).

Desmond Tutu conoció a Huddleston en un hospital, cuando aquel era solo un niño enfermo de tuberculosis. El que sería arzobispo de Ciudad del Cabo y uno de los anglicanos más conocidos a nivel mundial, recordaba la cortesía y el respeto con que Huddleston, la autoridad anglocatólica blanca en un país en que la discriminación era ley, fue a verlo al hospital, y cómo se había sacado el sombrero ante su madre, “una mujer negra, sin estudios”, y la honda impresión que aquel sencillo gesto le había causado.

En 1956, la Comunidad a la que Huddleston pertenecía le mandó regresar a la casa madre de West Yorkshire, una orden que acató a regañadientes. Desde lejos, no obstante, continuó luchando contra el apartheid, primero en Inglaterra y luego desde Tanzania, donde fue nombrado obispo (años después, sería nombrado arzobispo). Nombrado presidente del movimiento anti-Apartheid en 1981, siguió luchando por esta causa, además de por la paz y por la justicia social, hasta su muerte en 1998.

Nelson Mandela dijo en una ocasión: “Ningún hombre blanco ha hecho más por Sudáfrica que Trevor Huddleston”. Tal vez por ello, por la decencia, la dignidad y el valor que demostró en un lugar y una época en que la indignidad campaba a sus anchas de modo muy especial, el nombre de este monje inglés merece ser recordado.

Saludos cordiales de Fernando Bermejo
Miércoles, 6 de Junio 2012
Vida de san Mateo en los apócrifos gnósticos
Hoy escribe Gonzalo del Cerro

Memoria de Mateo en los apócrifos gnósticos

El evangelio según María (Magdalena)

María Magdalena ejerce un protagonismo muy particular en este evangelio, que es de la misma época que el evangelio según Tomás. María había recibido revelaciones personales del Salvador. Los discípulos conversaban sobre esas circunstancias con diferentes apreciaciones y puntos de vista. Tres apóstoles expresan sus criterios. Andrés n o podía admitir que el Salvador hubiera dicho cosas extrañas. Pedro tampoco admitía que el Salvador revelara doctrinas especiales a una mujer y no a ellos. Se preguntaba incluso: “¿Es que la prefiere a nosotros?”.

Mateo se opuso a sus demás condiscípulos y dijo claramente a Pedro: “Pedro, siempre has sido colérico. Ahora te veo que tomas posición contra la mujer, como hacen sus adversarios. En verdad que el Salvador la conoce bien, por eso la amó más que a nosotros”. Mateo tenía el atrevimiento incluso de reprender a sus compañeros, a animarlos a revestir el hombre perfecto y a dedicarse si9n más a la predicación del evangelio. Cuando Mateo terminó de decir estas palabras, marcharon los apóstoles a predicar.

Diálogo del Salvador

Considerado como un evangelio del bautismo, el Diálogo del Salvador es una obra originaria posiblemente del siglo II y escrita en griego, aunque traducida al copto en el siglo IV. Muchos autores lo comparan con el evangelio canónico de Juan por su carácter de diálogo de Jesús con sus discípulos. Según el uso acostumbrado en los escritos coptos, el titulo del manuscrito figura al principio y al final del texto. No faltan algunos para quienes es una especie de catecismo gnóstico o exposición básica de la gnosis salvadora. Como todo diálogo en sentido propio, se produce una sucesión de preguntas y respuestas, de consultas y explicaciones. El interlocutor protagonista es lógicamente el Salvador, que inicia sus intervenciones dirigiéndose a sus discípulos. Aunque a veces se habla de los discípulos en general, los que participan del protagonismo con el Salvador son principalmente tres: Judas (Tomás), Mateo y María (Magdalena), nombrados por este orden.

Las palabras del primero de estos tres son las que Mateo dirigió al Salvador en forma de consulta: “Señor, cuando hablo y cuando escucho, ¿quién es el que habla y quién el que escucha?” La respuesta del Señor es misteriosa: “El que habla es el que escucha, y el que ve es el que revela” (P. 126). Una nueva pregunta de Mateo queda en la oscuridad de las lagunas del manuscrito y en la duda de la respuesta consiguiente.

Sigue una secuencia de intervenciones de Judas y María, tras la cual toma la palabra Mateo para expresar su deseo de contemplar el lugar donde no hay tinieblas, sino purísima luz. “Hermano Mateo, le contesta el Señor, no podrás verlo mientras estés revestido de carne”. Mateo insiste que desea al menos conocerlo aunque no pueda verlo. El Señor le dice que lo ve aquel que se conoce a sí mismo, o sea, el gnóstico (P. 132).

En el contexto de una visión apocalíptica concedida a Judas, Mateo y María, Judas dijo a Mateo: “Hermano, ¿quién podrá subir a las alturas o bajar al abismo?” Respondió una voz que bajaba de los cielos. Era la voz del Hijo del Hombre que había bajado y vuelto a subir. Tras una larga secuencia de preguntas y respuestas de Judas y María, dirigidas al Salvador, Mateo pregunta al Señor cuándo podrían descansar de una vez. El descanso definitivo, tan apetecido por los gnósticos, la apetecida anápausis llegará cuando los hombres dejen las cargas que arrastran en su peregrinación por el mundo. Es decir, cuando se despojen de ellos mismos. Es lo que el mismo Mateo definía como “el final de todo sin dolor”. Es la obsesión de las misas de difuntos: “Dales, Señor, el descanso eterno, y brille sobre ellos la luz perpetua”

Judas y Mateo manifestaron su deseo de saber qué clase de vestidos vestirán cuando salgan de la corrupción de la carne. Recibirán como hijos de la verdad unos vestidos que duran eternamente. Una última intervención de Mateo interpretaba la orden del Señor de no orar donde hubiera mujeres. Eso significa la necesidad de ”aniquilar las obras de la feminidad, no porque haya otra manera de engendrar, sino para que cese la generación”.

Judas Tomás, Mateo y María Magdalena tenían en el mundo copto un notable predicamento como de discípulos particularmente apreciados por Jesús, dotados de capacidad de magisterio personal. La prueba es la frecuencia de alusiones y referencias en la literatura gnóstica, muchas de ellas sin contenido especial, pero con al dato concreto de su recuerdo y la impresión de su categoría de discípulos ejemplares del grupo apostólico.

(Icono moderno de san Mateo)

Saludos cordiales. Gonzalo del Cerro

Lunes, 4 de Junio 2012
"Vidas maravillosas de los apóstoles"
Hoy escribe Antonio Piñero



Me sumo muy cordialmente al comentario de Fernando Bermejo en esta Blog al libro de Gonzalo del Cerro: Vida de los apóstoles de Jesús, de Editorial Raíces, Madrid 2012.

En verdad, el lector tiene a mano todo lo que la tradición ha ido entregando en los primeros siglos sobre los apóstoles, es decir, el material sobre el que luego la crítica histórica formula sus conclusiones. Por tanto un libro básico para el lector apresurado pues le concentra en relativamente pocas páginas todo lo que necesitaría saber sobre los apóstoles de Jesús, tanto en los libros canónicos como apócrifos.

Como muestra paso a transcribirles el índice sobre el apóstol Pedro:

CAPÍTULO SEGUNDO

SIMÓN PEDRO, EL PRINCIPE DE LOS APÓSTOLES

Introducción
1. Simón Pedro en los evangelios canónicos

La vocación
Pedro en la terna de los preferidos
Las negaciones. Vaticinio y realidad
El lavatorio de los pies en la cena
En el huerto de Getsemaní
Pedro en la aparición junto al mar de Galilea

2. Pedro en los Hechos de los Apóstoles de Lucas

3. Pedro en las epístolas

4. Pedro en la literatura apócrifa

Pedro en sus Hechos Apócrifos (HchPe)
La figura de Pedro en los Actus Vercellenses (Sección latina)
El martirio de Pedro (AV sección griega)
Hechos de Pedro y los doce apóstoles (de Nag Hammadi)

Pedro en los Hechos denominados “menores”

Los Hechos de Pedro (AV), fuente del Pseudo Lino
Pedro en la obra del Pseudo Lino
Testimonio de las Pseudo Clementinas
Los Hechos de Pedro y Pablo atribuidos a Marcelo

5. Pedro en los evangelios gnósticos

El "evangelio según María"
La "Revelación a Pedro"
Carta de Pedro a Felipe
Libro secreto de Santiago
Otras menciones de Pedro en la literatura gnóstica

Saludos cordiales de Antonio Piñero
Universidad Complutense Madrid
WWW. antoniopinero.com
Sábado, 2 de Junio 2012
“Después de Cristo”, de Alfredo Fierro (428)
Hoy escribe Antonio Piñero


Este es un libro (Editorial Trotta, Madrid, 2012, 559 pp. ISBN: 978-84-9879-328-4) que merece una lectura atenta y pausada porque es una historia de las ideas religiosas que han sustentado la evolución de Occidente y a la vez una historia de los momentos estelares del cristianismo, pilar básico de ese Occidente. Es un libro bien escrito, madurado, denso, erudito, y a la vez claro, directo al lector, interpelante. Me ha gustado mucho porque es una lúcida crítica, un tanto escéptica, y una reflexión personal que puede compartirse sobre los datos que nos proporciona inapelablemente la historia crítica de las ideas.

El autor sostiene que tiene su libro un aire de “ajuste de cuentas”, y esto en un doble sentido. En primer lugar, ajuste de cuentas consigo mismo: el autor ha sido educado cristianamente y desea expresar su desacuerdo con su propio pasado. Por otro lado: una ajuste de cuentas con el Cristo celeste, el Jesús idealizado, o más bien no con él, sino con los mitos, leyedas y absurdidades construidas en su entorno que marcaron su infancia y su educación. El autor afirma que otros historiadores y filósofos han hecho ya en gran parte esta tarea, pero que él desea contribuir con un ensayo histórico a aclarar por qué ahora piensa de un modo tan contrario a lo que se esperaría de una persona educada como él lo fue.


La tesis del libro está expuesta en el prólogo:

A. Jesús --no el histórico, el popular rabino galileo pero finalmente fracasado, sino el Jesús transformado por Pablo y otros en el Cristo celeste-- es el personaje más influyente, de modo indiscutible, del mundo occidental. Las huellas del impacto de esta figura en nuestras vidas duran hasta hoy. Incluso contamos los años a partir del momento del que se cree que fue su nacimiento. A partir de ahí se constata que Europa y el mundo occidental han sido cristianos durante muchos siglos; se ha construido una “cristología”, una ciencia de Jesús como Cristo o mesías y una teología alrededor de ella, que ha modelado las vidas durante siglos.

B. Pero ahora nos encontramos en una era postcristiana, es decir, el mundo occidental está descristianizado profundamente. ¿Cómo se ha llegado a este extremo?

C. Y la respuesta: a partir de cierto instante, más o menos hace cinco siglos, se ha generado una inflexión intelectual, un movimiento de ideas opuesto al que constituyó Europa como entidad cristiana; es un movimiento que ha desarticulado la cristología tradicional, y la teología basada en ella, pieza a pieza hasta desembocar en una edad que ya no es cristiana en sus mismos fundamentos. Esta desarticulación ha supuesto el paso de una cultura cristiana a otra huérfana de religión que es en la que ahora nos encontramos.

De acuerdo con esta tesis de historia de las ideas, el volumen esta dividido en Edad Antigua; Medioevo; Tiempos modernos y Postrimerías o mundo actual. Y dentro de estas amplias divisiones los momentos estelares llevan un epígrafe y una fecha que indican en resumen una época decisiva de desarrollo. Así, en la Edad Antigua, tema preferente de este Blog, sus títulos son:

• “En aquel tiempo” (año 30)
• “El mito de Cristo” (50)
• “Leyendas de evangelios” (70)
• “Logos” (100)
• “Confrontaciones” (250)
• “Dios es Cristo” (325)
• “La religión del príncipe” (391)

Pienso que estos títulos ofrecen una buena pista para intuir el tema que se trata en cada apartado.

El Medioevo está centrado en el triunfo del cristianismo en todos los ámbitos de la sociedad: “Ciudades de Dios” (534); “Cristiandad” (1000), “Teología” (1078); “Imitación de Cristo” (1418), etc.

La Edad Moderna aborda los temas siguientes: “La dignidad del hombre” (1487: la concreción del Renacimiento en el humanismo); “Libre examen, sola fe” (1521)…; “La religión de la razón (1751); “Ciudadanía y emancipación (1789), entre otros.

Las Postrimerías (preludios y época actual) presentan estos momentos: “Sin vestigios de Dios” (1859); “La religión del sentimiento y de la experiencia (1907); En agonía (1931: Nietzsche, Heine, Unamuno…); “Después del horror” (1945); “Ateísmo en fe jesuánica” (1968); “Fin de milenio” (2000); “Últimas noticias de Cristo” (hoy día).

Como se ve, los títulos de los capítulos van marcados por fechas que sirven como puntos de anclaje para la exposición de los hechos, los temas y la discusión iluminadora que provocan. Sin duda hay un interés en el autor por los sucesos en sí, pero ante todos por los temas, por las ideas, por las corrientes de pensamiento que generaron tales hechos.
Fierro contempla toda la historia de Occidente desde el cristianismo, con la idea subyacente de lo que ella sigue significando aún para él, y –presume-- que también para sus lectores. Con otras palabras: la huella de esa historia sigue siendo perceptible hoy. Se trata de un pasado no totalmente sumergido, sino todavía a flote entre nosotros.

En síntesis, Alfredo Fierro expone al lector su tesis, convincente a mi parecer, de que entender la historia de lo que gira en torno al cristianismo --su nacimiento, su progreso y madurez, su deterioro y decadencia-- sirve muchísimo para entender toda la historia de Occidente. Estoy de acuerdo con él.

En lo que a mí más me afecta, la primera parte dedicada a los orígenes del cristianismo hasta Nicea y Teodosio el Grande, el desarrollo de la tesis con la exposición de los hechos y su interpretación me parecen tremendamente sensatas: comparto en gran medida sus análisis y resultados, por ejemplo sobre la función de Pablo respecto a la creación de la imagen casi definitiva de Jesús y sobre que fue él quien puso las bases de su poderoso impacto posterior; sus ideas sobre la visión histórico-crítica de los Evangelios y el desarrollo de la cristología están muy bien vistas y sintetizadas; igualmente el papel fundamental desempeñado por el IV Evangelio; la exposición del desarrollo del enfrentamiento entre el cristianismo y el Imperio, hasta el triunfo del primero, es convincente en líneas generales.

Respecto al resto: he leído el libro entero no quedándome solo en la primera parte y, dentro de mi menor competencia, me ha parecido también razonable. El final genera, sin duda, un regusto de pesimismo. Pero no del todo, puesto que el autor deja abierta la posibilidad de que, aun estando la humanidad de Occidente sola, sin Dios, en estos momentos, es posible que el verdadero Dios esté aún por venir.

En síntesis: recomiendo mucho la lectura de este volumen que ilustra mucho y hace reflexionar.


Saludos cordiales de Antonio Piñero.
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com
Viernes, 1 de Junio 2012
Hoy escribe Antonio Piñero


A través del correo electrónico me han preguntado repetidas veces si hay en España algún curso de religiones, o de cristianismo, etc. y he respondido aludiendo al magister que se imparte en la Universidad de Pablo de Olavide de Sevilla, al magister de la Universidad de Barcelona (los dos presenciales) y el año pasado anuncié el electrónico de la Camilo José Cela de Madrid.

El director de este curso "on line", Carlos A. Segovia, me ha proporcionado la siguiente información que les paso, pues la considero de interés:

La Universidad Camilo José Cela de Madrid lanza un nuevo postgrado online bilingüe (español-inglés) sobre estudios globales y religiosos. El curso comprende 20 créditos ECTS y tendrá lugar entre octubre de 2012 y febrero de 2013. He aquí el programa:

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Un mundo global requiere interacciones múltiples, y éstas deben basarse en el diálogo. Como señala David Bohm, “el diálogo es un modo de explorar las raíces de muchas de las crisis que hoy enfrenta la humanidad". Pero el diálogo no sólo requiere buena voluntad, sino también la deposición previa de todo exclusivismo. La disposición para cuestionar la auto-referencialidad eulógica no sólo de nuestros intereses particulares, sino también de nuestras respectivas identidades, constituye una de sus premisas innegociables. De acuerdo con todo ello, este curso persigue explorar algunos de los escenarios que hoy reclaman un diálogo efectivo y plural: el de los valores culturales, el de la ética económica y el de la cooperación internacional. Pero busca además analizar, paralelamente, la formación de tres de las principales identidades religiosas que componen nuestro mundo y las ambigüedades inherentes a la formación de cada una.

Contenido

Módulo 1. INTRODUCCIÓN: CONCEPTOS / REQUISITOS / ESCENARIOS

1.1 Diálogo, cooperación y desarrollo en el mundo contemporáneo. Carmelo Angulo Barturen (Universidad Camilo José Cela, Madrid, España). Español/inglés, 2 semanas 1-17 octubre 2012).

1.2 El estudio contemporáneo de los orígenes del judaísmo, el cristianismo y el islam y sus implicaciones para el diálogo interreligioso. Carlos A. Segovia (Universidad Camilo José Cela, Madrid, España). Español/inglés, 2 semanas (16-31 octubre 2012).

Videoconferencia y debate. Escenarios y perspectivas para el diálogo en la construcción de una sociedad global. Carmelo Angulo Barturen (Universidad Camilo José Cela, Madrid, España). Español/inglés (15 octubre 2012).

Módulo 2. IDENTIDAD Y DIFERENCIA: REPENSAR EL JUDAÍSMO—Y EL PROBLEMA DEL DIÁLOGO EN TORNO A LOS VALORES CULTURALES

2.1 El judaísmo del Segundo Templo y los orígenes del judaísmo rabínico: Continuidad y ruptura. Carlos A. Segovia (Universidad Camilo José Cela, Madrid, España). Español/inglés, 2 semanas (2-17 noviembre 2012).

2.2 Second Temple Judaism and Christian Origins: Towards a New Hermeneutical Paradigm. Daniel Assefa (Capuchin Franciscan Institute of Philosophy and Theology, Addis Abeba, Etiopía). Inglés/español, 2 semanas (19 noviembre-4 diciembre 2012).

Videoconferencia y debate. El diálogo actual en torno a los valores culturales. José Manuel Argilés (Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, Madrid, España). Español/inglés (15 noviembre 2012).

Módulo 3. LO UNIVERSAL Y SUS DERIVAS: REPENSAR EL CRISTIANISMO—Y LA NECESIDAD DE UNA ÉTICA ECONÓMICA GLOBAL

3.1 Nuevas perspectivas sobre los comienzos del cristianismo: Corrientes del cristianismo primitivo. Antonio Pinero Sáenz (Universidad Complutense de Madrid, España). Español/inglés, 2 semanas (1-18 diciembre 2012).

3.2 New Perspectives on Christian Beginnings: Rethinking the Jewish Legacy within the Early Church, Eastern Monasticism and the Patristical Traditions Basil Lourié (Scrinium, San Petersburgo, Rusia). Inglés/español, 2 semanas (7-22 enero 2013).

Videoconferencia y debate. ¿En qué sentido es hoy necesaria una ética económica global? Tomás Jiménez Araya (Universitat Oberta de Catalunya, Barcelona, España). Español/inglés (15 enero 2013).

Módulo 4. LA ALTERIDAD PROBLEMÁTICA: REPENSAR EL ISLAM—Y LA NOCIÓN DE COOPERACIÓN INTERNACIONAL

4.1 Nuevas perspectivas sobre los orígenes del islam: Hacia una nueva perspectiva histórica. Carlos A. Segovia (Universidad Camilo José Cela, Madrid, España). Español/inglés, 2 semanas (23 enero-7 febrero 2013).

4.2 Nuevas perspectivas sobre los orígenes del islam: Reticencias y controversias. Emilio González Ferrín (Universidad de Sevilla, España). Español/inglés, 2 semanas (8-23 febrero 2013).

Videoconferencia y debate. Condiciones, límites, cauces y retos de la cooperación internacional en el mundo contemporáneo. José Ángel Sotillo (Universidad Complutense de Madrid, España). Español/inglés (15 febrero 2013).

Profesorado

Directores:

▪ Dr. Carlos A. Segovia
Profesor asociado de Estudios Religiosos, Universidad Camilo José Cela, Madrid, España. Vicedirector y editor asociado, 4 Enoch: The Online Encyclopedia of Second Temple Judaism and Christian Origins. Miembro del Enoch Seminar: International Scholarship on Second Temple Judaism, Christian, Rabbinic, and Islamic Origins.

▪ Dr. Carmelo Angulo Barturen
Director, Instituto para la Cooperación y el Desarrollo Humano, Universidad Camilo José Cela, Madrid, España. Diplomático, ex-coordinador de la ONU y ex-representante del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.

Profesores:

▪ Dr. Carmelo Angulo Barturen
Director, Instituto para la Cooperación y el Desarrollo Humano, Universidad Camilo José Cela, Madrid, España. Diplomático, ex-coordinador de la ONU y ex-representante del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.

▪ Dr. Daniel Assefa
Rector, Capuchin Franciscan Institute of Philosophy and Theology, Addis Abeba, Etiopía. Miembro del Enoch Seminar: International Scholarship on Second Temple Judaism, Christian, Rabbinic, and Islamic Origins.

▪ Dr. Emilio González Ferrín
Profesor de Estudios Islámicos, Universidad de Sevilla, España. Director, Cátedra Al-Ándalus, Fundación Tres Culturas, Sevilla, España.

▪ Dr. Basile Lourié
Director, Scrinium: Revue de patrologie, d’hagiographie critique et d’histoire ecclésiastique, San Petersburgo, Rusia.

▪ Dr. Antonio Piñero
Catedrático emérito de Nuevo Testamento y Literatura Cristiana Primitiva, Universidad Complutense de Madrid, España.

▪ Dr. Carlos A. Segovia
Profesor asociado de Estudios Religiosos, Universidad Camilo José Cela, Madrid, España. Vicedirector y editor asociado, 4 Enoch: The Online Encyclopedia of Second Temple Judaism and Christian Origins. Miembro del Enoch Seminar: International Scholarship on Second Temple Judaism, Christian, Rabbinic, and Islamic Origins.

Ponentes invitados:

▪ José Manuel Argilés
Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, Madrid, España.

▪ Tomás Jiménez Araya
Profesor de Relaciones Internacionales en la Universitat Oberta de Catalunya, Barcelona, España.

▪ José Ángel Sotillo
Profesor de Relaciones Internacionales y director del Instituto Universitario de Desarrollo y Cooperación, Universidad Complutense de Madrid, España.

Precio: 850€

Para más información:

Carlos A. Segovia, Co-Director: segoviamail@gmail.com
Carmelo Angulo Barturen, Co-Director: cangulo@ucjc.edu
Secretaría administrativa: cultura_paz@ucjc.edu

Nota: El curso podrá cursarse como postgrado (curso completo) o como curso superior de formación permanente, ya sea íntegra o parcialmente en este último caso, lo que significa que los alumnos que opten por esta segunda opción podrán matricularse en el curso completo o bien únicamente en uno o varios de sus cuatro módulos didácticos. Cada módulo comprende por sí mismo 5 créditos ECTS.
Miércoles, 30 de Mayo 2012
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Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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