Notas![]() Escribe Carmen Padilla Intencionadamente he dejado para el final, fuera de epígrafes, las dos obras en mi opinión más relevantes de Antonio Piñero tanto en la década que estoy comentando como en general: la primera, que creo ya bien conocida, es la Guía para entender el Nuevo Testamento, ed. Trotta, Madrid 2006, 6ª edición 2016, bajo pedido. Consta de 565 páginas, incluyendo una bibliografía básica, un glosario, índices analíticos e índice general. A mi entender es un libro fundamental para todo el que quiera acercarse al Nuevo Testamento, por lego que sea en la materia, ya que no presupone conocimientos previos en el lector, con el afán de aprender y encontrar una explicación razonada, objetiva y crítica a todo el corpus neotestamentario. No falta ni sobra nada. Comenzando por saber qué es el Nuevo Testamento, cómo se escribió, la formación del canon, su transmisión, el entorno inmediato, las bases de nuestro conocimiento de Jesús, etc. Todo aparece bien fundamentado a partir de un comentario más o menos extenso de cada uno de los 27 libros que lo forman. Ciertamente está todo lo que hay que saber y se nos advierte de que esta Guía no está compuesta desde un punto de vista confesional. Su acercamiento a los textos es histórico y literario. Pero a la vez es respetuoso con las creencias, aun no se sintiéndose ligada a ellas, sino al intento de explicar por qué surgió el Nuevo Testamento y cómo puede comprenderse. Lo que más me gusta de este libro: su incuestionable utilidad, su claridad, el método didáctico y pedagógico empleado para facilitar al lector la comprensión de un tema tan denso, las síntesis al final de los capítulos, la presencia de diversas opiniones de estudiosos en los temas más controvertidos, la ausencia de dogmatismo, la sencillez en la exposición, la distribución de epígrafes y capítulos. En definitiva, me parece un total y absoluto acierto, un libro imprescindible. En dos días terminaré este breve examen de la obra de nuestro autor en esta década 2006-2016 que creo fructuosa. Saludos cordiales de Carmen Padilla
Martes, 20 de Diciembre 2016
Comentarios
Notas![]()
Escribe Carmen Padilla
Por último, en este apartado del “Jesús histórico” merece la pena una breve referencia a un libro muy relacionado con todo lo anteriormente comentado a propósito de libros sobre el Jesús histórico de Antonio Piñero: La vida oculta de Jesús… a la luz de los evangelios canónicos y apócrifos, de la editorial “Los libros del olivo”, Madrid 2014. Su trayectoria ha sido similar, en cierto modo, a Jesús y las mujeres, dado que se publicó por primera vez con el título de El otro Jesús. Vida de Jesús según los evangelios apócrifos, ed. El Almendro, Córdoba tempo atrás, 1992. Con ese título se tradujo al francés, alemán, italiano y portugués incluida una versión especial brasileña. Pero, después de varios años y gracias a su éxito inicial, lo volvió a publicar la editorial Esquilo de Portugal en esos momentos afincada en España. Para esta reedición se añadieron breves dos capítulos con los datos más importantes de la vida oculta de Jesús según los evangelios canónicos, a saber los dos primeros capítulos de los evangelios de Mateo y de Lucas. Entonces se tituló Jesús. La vida oculta, en 2007. Sin embargo, esta editorial portuguesa tuvo corta vida en España y la reedición actual se debe a la aparición de una nueva editorial, “Los libros del olivo”, en la fecha reciente arriba indicada. Frente a la edición anterior, esta nueva ha sido revisada muy a fondo por el autor y tiene un añadido de unas cien páginas, en las que los denominados ‘evangelios de la infancia’ (Mateo 1-2 y Lucas 1-2), se estudian a modo de comentario breve y se extraen los posibles datos históricos que pueden iluminar, algo solamente en cuanto a la vida oculta de Jesús, ya que en esos capítulos comienza la tendencia ensalzatoria de Jesús tan típica de los apócrifos En la conclusión de este libro reformado se hace una valoración de lo que pueden ofrecer para el conocimiento de la vida oculta de Jesús tanto los evangelios canónicos como los apócrifos. Y el autor defiende que como “Mateo y Lucas (Marcos y Juan no traen absolutamente nada de la vida oculta de Jesús, puesto que nada sabían o no les interesaba), compusieron los evangelios probadamente más antiguos de todos los que se conocen, ello nos indica que las obras apócrifas evangélicas casi solo valen para la historia de la teología y de las ideas religiosas del siglo II o posteriores a él, y no para desvelar auténticos secretos de la vida de Jesús o de los orígenes del cristianismo”. Por ello se argumenta que el acercamiento al Jesús de la historia debe hacerse a través de los documentos más cercanos cronológicamente a Jesús, los evangelios canónicos, aunque de la mano de la crítica filológica e histórica. Los evangelios apócrifos quedan como muestra ante todo de la piedad popular, lo cual no quiere decir que en ocasiones no hayan afectado, por la fuerza de la tradición, incluso a la concreción de los dogmas como la “Asunción de María” y la “Inmaculada Concepción” (fundamentados sin duda en la tradición apócrifa), y en las llamadas “ciencias” teológicas auxiliares como la mariología y la josefinología. Finalmente, el libro que comentamos –y esta noticia no está en mi artículo del Homenaje al Prof. Piñero, “In Mari Vita Tua” que me sirve de guía– ha visto coronado su periplo de versiones a lenguas extranjeras con la edición inglesa-norteamericana, que con el título “The Hidden Life of Jesus” ha publicado la editorial “Wipf and Stock”, Oregon, USA, en 2016, con traducción del Dr. Thomas Hudgins. Concluiré pronto, pues solo me quedan por comentar dos libros de ese decenio 2006-2016, que dejo como capítulo aparte por su importancia. Saludos cordiales de Carmen Padilla
Lunes, 19 de Diciembre 2016
NotasEscribe Carmen Padilla A finales del mismo año 2012 publicó Antonio Piñero, Ciudadano Jesús. Las respuestas a todas las preguntas, en editorial Atanor, Madrid 2012. Fue esta otra editorial que desapareció rápidamente, pero que ha sido sustituida con gran eficiencia por Editorial Adaliz (sic) que distribuye sus libros por correo a través de su página web. La estructura de este libro es diferente a las delos demás. Está hecho sin textos delante, sin bibliografía, de memoria, y se basa en las respuestas a muchas preguntas que al autor le han sido formuladas – y le siguen formulando – sobre Jesús en clases, seminarios, conferencias, entrevistas en diferentes medios, blogs de internet, páginas de Facebook y correo electrónico etc. Como él mismo advierte, no todas las preguntas tienen respuestas seguras: unas lo son y otras sólo hipótesis razonables, porque el primer deber de un historiador es “ser modesto y reconocer que, si toda reconstrucción histórica del pasado es difícil, mucho más cuando el personaje cuya figura se intenta reconstruir vivió hace unos dos mil años y además no dejó nada escrito”. Con todo, el objetivo del libro es “acercarse a la figura y misión de Jesús con los menores prejuicios posibles y ofrecer un acercamiento maduro, honesto y de acuerdo con la ciencia histórica a su persona y su pensamiento”. Las preguntas planteadas en el libro (329) son de lo más variado, tanto cuantas son las inquietudes de los lectores, y abarcan todas las facetas posibles sobre la vida y resurrección de Jesús, para concluir con los rasgos esenciales que, en opinión del autor, constituyen su figura histórica. Al final del libro se repite la pregunta inicial con la que se abre: ¿Fue Jesús un enigma? Simplifico la respuesta de A. Piñero: el ‘enigma’ se formó porque los evangelistas construyeron una biografía de Jesús basándose en dos elementos principales: uno, la tradición de lo que había sido Jesús, que se imponía por la fuerza de los hechos y por la memoria colectiva; otro, la reinterpretación espiritual y divinizadora del personaje, propia sobre todo de Pablo junto con la interpretación mística del Evangelio de Juan. Por supuesto habrá quien opine, en mi opinión, que el empeño de separar al Jesús histórico del Jesu-Cristo de la fe es baldío y no lleva a ninguna conclusión definitiva, pero realmente es lo que caracteriza la línea de pensamiento de A. Piñero como queda patente no sol en este libro sino en toda su bibliografía. Como el conjunto de preguntas y respuestas de Ciudadano Jesús abarca prácticamente todo lo que puede resultar interesante acerca de Jesús de Nazaret, en este libro tenemos un compendio de los resultados de la investigación histórica en torno al personaje. Se lee fácilmente, las respuestas van directas, muy al grano, y creo que son fáciles de comprender. En mi opinión se aprende lo sustancial de Jesús con este libro. Saludos cordiales de Carmen Padilla
Domingo, 18 de Diciembre 2016
Notas
Hoy escribe Carmen Padilla
– A lo largo de 2012 aparecieron otros dos libros sobre Jesús que pueden considerarse complementarios, en el sentido de que presentan su figura desde nuevas perspectivas: 1. Ciudadano Jesús. Las respuestas a todas las preguntas, ed. Atanor, Madrid 2012 y 2. Jesús de Nazaret. El hombre de las cien caras, ed. EDAF, Madrid 2012. Hoy voy a hablar solo del primero. Este libro puede parecer un poco raro, porque se trata de una recopilación de textos evangélicos, canónicos y apócrifos –hasta los siglos III y IV– sobre los diversos aspectos de Jesús y las afirmaciones que sobre la naturaleza y la misión de este hicieron los cristianos que pertenecían a diversas “escuelas” teológicas: cómo se veía él a sí mismo y cómo lo vieron sus discípulos, sus amigos y sus enemigos. Afirma en el Prólogo el autor que no es “un libro de texto” sino “un libro de textos” y, de hecho, apenas contiene comentario alguno, sino una buena introducción y una conclusión que estimo muy interesante. Por si alguien pensara que los textos aducidos se utilizan como fuente igualitaria para dar cuenta de esas “cien caras” del Jesús histórico sin ningún tipo de discernimiento, leemos en el Prólogo mismo: “Aunque no se hacen diferencias tipográficas en su presentación, ello no quiere decir que se otorgue el mismo valor como fuente histórica a todos los textos presentados. No vale lo mismo para reconstruir al Jesús histórico el material contenido en los evangelios más antiguos, que coinciden con los aceptados por la Iglesia, es decir, Marcos, Mateo, Lucas y en menor grado Juan, que el fantasioso conjunto de textos que la reinterpretación de Jesús fue acumulando a partir del siglo II hasta el XI más o menos. Pero son muestras de la evolución del pensamiento cristiano sobre Jesús ”. Como en el resto de las obras, asegura A. Piñero en las conclusiones que “es normal que haya serias divergencias entre las reconstrucciones del Jesús de la historia y las especulaciones puramente teológicas que componen el Cristo de la fe”. Este libro, pues, recoge esas divergencias. Tuve personalmente la oportunidad de preguntarle al autor sobre el libro y su respuesta fue la siguiente que procuro transcribir con exactitud: “La idea rectora del libro al ofrecer al lector textos tan contradictorios sobre la figura y la verdadera naturaleza Jesús de Nazaret supone que la imagen de Jesús como Cristo, o mesías celestial, era tan variada entre los cristianos de los primeros siglos y, a veces, tan contradictoria, que no podía ser otra cosa que un producto de la religiosidad interior. Por tanto, si los primeros cristianos se consideraron capacitados por el Espíritu para interpretar a Jesús cada uno a su manera, no se ve por qué hoy día no podrían hacer lo mismo”. En el fondo este libro es una suerte de ensayo de una “pedagogía de la comprensión” hacia las demás personas que tienen una idea diferente de Jesús que uno mismo, y sobre cómo no es posible disentir hasta la agresión o el desprecio hacia otros cristianos simplemente por pensar diferente de Jesús. Al mismo tiempo el libro puede ser un tanto deletéreo para las mentes que se conforman con ideas puramente tradicionales, fijas, sin matices sobre Jesús ya que muestra la irreductible variedad de las ideas cristianas sobre el personaje que difícilmente pueden reducirse a dogmas sin dejar fuera a muchos cristianos. No se extrañe, pues, el lector si en el elenco de opiniones cristianas sobre Jesús aparecen –y voy a poner solo unos ejemplos– Jesús como Dios existe antes de los siglos / Jesús es un hombre normal, como otros. Hay encarnación verdadera / No hay encarnación verdadera. Virginidad perpetua de María, incluso después del parto de Jesús / No hubo virginidad perpetua de María, incluso después del parto de Jesús. Juan Bautista es el maestro de Dios / Juan Bautista desconoce quién es Jesús. Jesús es fiel cumplidor de la ley de Moisés / Jesús corrige a fondo la Ley y su interpretación. Jesús funda una iglesia / No funda una Iglesia… Y así podríamos seguir. Y el libro concluye: “Es inútil hacer afirmaciones apodícticas basándose en las fuentes transmitidas --nuestro único sistema de conocimiento-- y es inútil morir o matar por una visión de Jesús que en esencia permanece fluctuante y relativa”. Saludos cordiales de Carmen Padilla Saludos cordiales de Carmen Padilla
Sábado, 17 de Diciembre 2016
Notas![]() Escribe Carmen Padilla Inicio este apartado sobre el Jesús histórico transcribiendo unas líneas de A. Piñero a propósito de su libro Jesús y las mujeres, ed. Trotta, Madrid 2014 (reedición), que pueden servir de marco para todos los demás: “Mi libro no es divulgativo, sino científico y de análisis personal. Pero a la vez está escrito con palabras claras, con frases y párrafos cortos, y aporta la traducción al castellano de todos los textos, lo cual es una ventaja para el lector, puesto que cómodamente puede hacer una interpretación personal. Siento que la gente confunde la claridad con lo divulgativo (que, incluso muchísimas veces es de alta calidad científica). No quiero escribir para que no me entienda la gente, aunque el tema sea complicado. Tampoco soy dogmático y procuro presentar siempre las conclusiones como lo más probable. Luego que cada uno opine como quiera… Mi deseo es esclarecer…” Esta declaración de intenciones está presente en toda la obra, como dijimos al principio. Analizamos ahora los libros que se refieren más directamente a la figura del Jesús histórico, aunque, de forma más o menos explícita, Jesús siempre esté presente en todos. El referido libro Jesús y las mujeres se publicó por primera vez en la editorial Aguilar, Madrid 2008. Su reedición en la ed. Trotta, Madrid 2014, supuso una revisión de la primera, y en ella se han añadido algunos complementos, como los tres índices de autores de pasajes citados del Antiguo y del Nuevo Testamento. Asimismo se ha cambiado el orden de determinados capítulos. Se trata, en resumen, de un análisis pretendidamente aséptico de todos los textos de la literatura evangélica de los tres primeros siglos –tanto la canónica como la apócrifa– sobre la relación de Jesús con las mujeres, incluyendo en el corpus el papiro copto del evangelio de María, recientemente descubierto y del que se ha ocupado Karen L. King, del que nuestro autor mismo ha manifestado que cree ser un falso. En cada texto citado se ofrece un comentario que intenta contextualizarlo, es decir, responder a la pregunta sobre qué entendería un lector de su época correspondiente, a fin de poner en valor su historicidad. En cuanto al análisis de los textos, propone el autor cuatro niveles o estratos, desde el punto de vista de su cercanía a Jesús a saber: A) el más cercano a la vida de Jesús, es decir, el nivel del Jesús de la historia; B) el de la comunidad de los seguidores más inmediatos de Jesús; C) otro más alejado cronológicamente de Jesús, de segunda o incluso de tercera generación, que representa el punto de vista de los evangelistas o de la comunidad en que vivían; D) el de los evangelios apócrifos, muy posterior a la vida de Jesús, a veces siglos, con narraciones a todas luces legendarias. Teniendo en cuenta estos diferentes estratos se obtienen conclusiones sobre el Jesús de la historia, si bien dichas conclusiones han encontrado en algunos sectores cierta oposición, porque, según Piñero, “no se quiere aceptar otra imagen que la que uno tiene ya previamente en su cabeza”. La pregunta latente en todo el libro –que se contesta en las conclusiones finales– es la siguiente: ¿Supuso la actitud de Jesús un auténtico movimiento revolucionario que postuló en la teoría y en la práctica un cambio teórico y práctico en la consideración de la mujer, y en sus funciones como mujer respecto al varón en la sociedad de su época? O, dicho de otro modo, ¿propuso en verdad Jesús un nuevo modelo ideológico respecto a la función y al papel de las mujeres en la sociedad de su tiempo, que fuera realmente un cambio profundo, una revolución de los valores sociales vigentes? El autor justifica su respuesta al final con un desglose de razones derivadas del estudio previo de los textos: no es posible sostener que Jesús fuera el primer feminista dela historia. No hay ningún texto que lo justifique. El que Jesús piense que las mujeres están teológicamente, a nivel dela salvación, o “ante Dios” en un nivel igual a los varones era algo absolutamente obvio entre los maestros fariseos de la época de Jesús…, pero esto no supone que sociológicamente se considere a las mujeres en pie de igualdad con los varones, es decir, con los mismos derechos y deberes. Jesús no se salió, pues, del marco “machista” general de su época tanto en Israel como en el mundo grecorromano o egipcio. No hay el menor indicio ni la menor proclama feminista en boca de Jesús, ni el menor cambio de consideración socio-política de las féminas…salvo que las tratara generalmente bien, cosa que igualmente era común entre los rabinos de la época. Saludos cordiales de Carmen Padilla
Viernes, 16 de Diciembre 2016
NotasEscribe Carmen Padilla Para concluir el apartado del mundo en torno del Nuevo Testamento debemos citar, aunque sea brevemente, dos libros que hacen referencia al mismo período, pero escritos en un género literario distinto. Se trata de dos novelas históricas, la única incursión de Antonio Piñero en un territorio que no ha frecuentado demasiado hasta ahora. 1. La primera tuvo dos nombres. Primero se llamó “La Puerta de Damasco” y la publicó una editorial en Orense, Bellbook, que luego se supo que era más pirata que Drake (desapareció naturalmente y dejo colgados a todos los autores embaucados). Más tarde, dado el turbulento perfil de la editora desaparecida, la retomó otra casa editorial portuguesa, Esquilo, con un cambio de título. Se llamó entonces Herodes el Grande, Badajoz 2007. Esta primera novela fue concebida como la primera entrega de una trilogía que aún no está completada. El rey Herodes el Grande, que da título definitivo al volumen, es el protagonista principal, pero por sus páginas desfilan los actores más importantes del momento: el emperador Augusto, Livia, Salomé y los hijos de Herodes, Antípatro y Arquelao , quien sería el sucesor en el trono de Israel por breve tiempo, y otros muchos personajes con diferente grado de protagonismo. En síntesis, las páginas de la novela relatan al detalle las diversas peripecias por las que pasa el agitado mundo judío y su relación con el Imperio Romano: las intrigas de la corte de un rey inteligente, cruel, amante de las artes y enamorado del mundo cultural grecorromano en general. La trama es la propia de una corte de época helenístico-romana con personajes muy duros y de enorme impronta en su entorno. Las ambiciones personales, las envidias y traiciones, el amor, la guerra y la política de su tiempo son las dueñas de la escena en la que al final nace un niño que más tarde sería conocido como el “rabino” de Nazaret. En definitiva, se trata de un conjunto de motivos bien estructurado que se erige sobre un fondo histórico absolutamente real, a pesar de no olvidar la veta ficcional. La novela parte de una presunta carta de un judío a su amigo romano Quinto Marcio, lo que sirve al autor de causa lógica para incluir en su narración las noticias sobre el nacimiento de Jesús y concluye con la última carta de la correspondencia entre estos dos amigos. Cierra el libro un útil Glosario sobre términos técnicos y un Índice de personajes por orden alfabético. 2. Cuenta el propio A. Piñero que escribió la segunda novela enseguida, pero que la mantuvo “en un cajón” durante unos quince años. Parece ser que dudaba de su capacidad para este tipo de obras meramente narrativas (le habría gustado escribir como Robert Graves, decía) y al final recabó la colaboración de José Luis Corral, reconocido escritor del género histórico novelado para dar forma definitiva a lo que el mismo pensaba que aún era un mero borrador, aunque desarrollado. Sobre la idea y manuscrito original del propio Piñero, trabajaron codo a codo Corral y nuestro autor durante un año… y –opino– la colaboración fue un éxito, hasta el punto de que al leer la novela es imposible adivinar la parte de cada uno. La novela salió finalmente a nombre de los dos autores José Luis Corral-Antonio Piñero, con el título El Trono Maldito. La editorial es Planeta, Barcelona 2014, y ciertamente es la continuación natural de la novela anteriormente reseñada. Asistimos en esta ocasión a la muerte del cruel rey Herodes tras ordenar la ejecución de su hijo Antípatro, en otro tiempo su hijo más querido. No es de extrañar este hecho, puesto que ya había ordenado también las muertes de sus hijos Alejandro y Aristóbulo, y la de su esposa preferida, Mariamme, de estirpe macabea. A lo largo de las páginas de la novela, se suceden las intrigas para ocupar el trono de Israel, que al fin conseguirá Arquelao, hijo de otra esposa de Herodes (tuvo nueve legales), la bella samaritana Maltace, sin eludir las maniobras de otros personajes históricos, como Herodes Antipas, Tiberio, sucesor de Augusto, y la irrupción de Juan Bautista, Jesús de Nazaret, Pilato, Caifás, Julio Agripa, Calígula, etc. En definitiva, una extensa galería de los personajes del momento, cuyas vidas se entrelazan en las turbulentas relaciones de Israel con el Imperio, componiendo uno de los períodos más controvertidos y contradictorios de la historia de la humanidad. Relato histórico, siempre fiel a los acontecimientos, que incluye algún personaje de ficción, como Hipódamo, jefe de la policía de Judea y de Galilea o su esposa Rut. No obstante, si bien estos personajes son ficticios, no lo es el papel que desempeñan a lo largo de la obra, es decir, que su función existió realmente. Me parece que lo más importante del relato es ver como los personajes de Juan Bautista, y sobre todo, Jesús de Nazaret se articulan perfectamente en la historia del Israel del siglo I, y cómo la predicación de ambos acerca de la pronta venida del reino de Dios sobre el suelo de Israel (un tema aparentemente solo religioso) tuvo tan impresionantes y necesarias consecuencias políticas…, de modo que la vida de los dos predicadores hubo de acabar tristemente como la de otros sediciosos –desde el punto de vista del Imperio Romano– contra el poder político dominante en Israel que no era otro que el romano. Termina esta novela con unos útiles mapas sobre el Imperio Romano a la muerte de Augusto, el reparto de Israel a principios del siglo I y unos planos de Jerusalén y de su Templo en el mismo siglo. Una página con la Cronología de los hechos más significativos y la consabida galería de Personajes ayuda, además, a situar a cada uno en su contexto. Esta novela ha tenido una excelente acogida, siendo, en mi opinión, amena, instructiva y de fácil lectura, con todos los ingredientes para enganchar al lector, ingredientes que pueden ser perfectamente la base de una buena serie de época para la televisión. Saludos cordiales de Carmen Padilla
Jueves, 15 de Diciembre 2016
Notas
Hoy escribe Carmen Padilla
Comienzo este apartado con dos libros que surgieron a partir de sendos cursos organizados en la Universidad Popular de Logroño por el profesor Eugenio Gómez Segura. Él y Antonio Piñero son los editores y coautores de ambos: 1. La Verdadera Historia de la Pasión, según la investigación y el estudio histórico, editorial EDAF, Madrid 2008, 2. El Juicio Final, editorial EDAF, Madrid 2010. A. Las ideas directrices del primero son, por un lado, la intención de dar a conocer la importancia de la historia de la pasión de Jesús para la comprensión del desarrollo de los Evangelios y de la constitución de la teología cristiana; por otro, la certeza de que no es posible entender a fondo la historia de la pasión si no se la sitúa en su contexto adecuado, es decir, en las culturas religiosas del entorno (Egipto y Grecia sobre todo) y en el mundo judío del siglo I. Me parece una de las cosas más significativas del libro la síntesis que se recoge en la p. 227, que responde a la siguiente pregunta: ¿Qué consideramos históricamente posible de los relatos acerca de la Pasión de Jesús? La respuesta a esta cuestión resulta novedosa y bien argumentada, explicando que las acciones y dichos recogidos por los evangelistas como históricamente sucedidos en una semana debieron durar mucho más tiempo: en opinión de A. Piñero, desde la fiesta de los Tabernáculos (septiembre) hasta la de Pascua (abril). Asimismo, aquellos episodios en los que coinciden los dos testimonios más representativos de Marcos y Juan, si bien despojados de lo que puede ser un cierto embellecimiento posterior, pueden considerarse razonablemente históricos en su núcleo (p. 232). En un Anexo, a continuación, se destacan también aquellos episodios cuya historicidad es al menos dudosa, por ejemplo, el episodio de Barrabás, la presencia de mujeres junto a la cruz, los eventos en torno a la muerte de Jesús, y otros muchos. Completa el libro un interesante Apéndice sobre la pasión de Jesús en el cine contemporáneo y una cuidada bibliografía. B. El Juicio Final, en el Cristianismo primitivo y las religiones de su entorno, ed. Edaf, Madrid 2010, parte de la afirmación de que la creencia apocalíptica es una de las ideas religiosas más extendidas en todas las culturas. Al igual que en el libro anterior, se hace un repaso de cómo las sucesivas religiones, en especial la egipcia y la irania –las dos que más han influido en la mentalidad judía e, indirectamente por tanto en el cristianismo– han ido configurando un corpus en torno al motivo del juicio final, para luego centrarse en el cristianismo y judaísmo antiguo. Así, se analiza en profundidad cómo se refleja este tema en los evangelios, tanto en los sinópticos como en el cuarto evangelio, en Pablo de Tarso y en el Apocalipsis, para concluir igualmente con un Apéndice sobre el tratamiento que el juicio divino y el juicio final han merecido en el cine contemporáneo. La conclusión es clara, la creencia en un Juicio final implica necesariamente la creencia también en la resurrección o, al menos, en una cierta forma de vida más allá de la muerte. En resumen, se ofrece al lector una perspectiva de la historia de las religiones en este punto y cómo esta ideología subyacente desemboca e influye en las nociones cristianas. 3. Año I. Israel y su mundo cuando nació Jesús, ed. Laberinto, Alcorcón (Madrid) 12008 (en cartoné), 2º edición de 2014 (en rústica). Es este un delicioso y ameno libro, eminentemente pedagógico, que nos sitúa durante el año I en Israel, en el nacimiento de Jesús, personaje trascendental en el desarrollo de Occidente. La idea del autor es que no basta con conocer solamente ese pequeño rincón del mundo mediterráneo, sino que es imprescindible ampliar la perspectiva y enmarcar el hecho en su contexto histórico, religioso y social. En efecto, Israel formaba parte del Imperio Romano y tenemos diversas fuentes que pueden ayudar a su mejor conocimiento. Fundamentalmente, además de la arqueología, la epigrafía y la numismática, valiosas ayudas para descubrir el mundo antiguo, están los textos: Flavio Josefo y Filón de Alejandría sobre todo, pero también una gran cantidad de escritos religiosos judíos (Apócrifos del Antiguo Testamento), los Manuscritos del Mar Muerto, la Misná y la literatura cristiana primitiva, el Nuevo Testamento, especialmente los Evangelios. El libro nos proporciona una excelente información sobre el Imperio Romano y sus fronteras del momento, la historia y vicisitudes de organización del propio Israel dentro del Imperio, la economía, las clases sociales, las religiones del entorno y las creencias básicas del pueblo judío, la Ley, el Templo, los sacrificios, las sectas dentro del judaísmo y, en general, todos los aspectos que se deben tener en cuenta para obtener una visión completa de la tierra que vio nacer a Jesús y en la que desarrolló su vida. Entre las conclusiones que se derivan de este estudio, destacamos la siguiente: Conocer el año I, año en que nació Jesús, nos ayuda a comprender hoy nuestro pasado religioso, y nos ayuda también a comprender a Occidente que de algún modo vive ese legado. El judaísmo –y cristianismo que nace de él— se hallan a caballo entre dos mundos: el grecorromano y la herencia propia judía. Saludos cordiales de Carmen Padilla Añado como postdata dos enlaces que me parecen interesantes: http://www.pineroandhudgins. http://www.pineroandhudgins.
Miércoles, 14 de Diciembre 2016
Notas
Hoy escribe Carmen Padilla
Sigo extractando con el comentario a las obras recientes de A. Piñero de mi artículo publicado en el libro homenaje “In Mari Via Tua”, páginas 727-740 Completando esta sección de literatura apócrifa, encontramos cinco publicaciones más: A. La Biblia rechazada por la Iglesia, ed. Esquilo, Badajoz 2008, y B. Apócrifos del Antiguo y del Nuevo Testamento, selección, introducción, y notas de nuestro autor, ed. Alianza Editorial, Madrid 2010. Estas dos obras son un encomiable intento de facilitar al lector el acceso a textos que a veces son difíciles de encontrar…, o al menos en traducciones fiables. Así, por ejemplo, en el mercado hay traducciones del importante Libro Primero de Henoc, que no están hechas del etiópico, sino del francés o del inglés... y con anotaciones que tienen muy poco de científico. De los dos libros mencionados voy a centrarme en el segundo, más voluminoso y más accesible, ya que la Editorial Esquilo, portuguesa, desapareció de España dejando una estela de malos recuerdos, lo que significa una mala propaganda para nuestro querido país vecino. Los lectores que no pueda tener acceso a las obras apócrifas, editadas a veces en conjuntos de varios volúmenes, puede al menos con esta selección “hacerse una rápida idea de los pasajes más relevantes y de sus ideas más sobresalientes”. En la introducción (44 páginas) se exponen las líneas generales del ambiente de origen, pensamiento y autoría de los apócrifos vetero y neotestamentarios, su importancia para la comprensión del cristianismo primitivo, especialmente los primeros, los temas que en ellos se van desarrollando y que luego culminan en la teología y hasta el dogma del pensamiento cristiano hasta dibujar un completo panorama de estos escritos. Ciertamente, tales libros fueron incluidos en el canon oficial de textos sagrados pero han influido enormemente en la tradición, en el arte, en la iconografía, hasta conformar una fuente inestimable para conocer las tendencias de la teología popular dentro de la Iglesia a lo largo de los primeros siglos sobre todo. C. Antonio Piñero, José Monserrat y Francisco García Bazán son los principales editores, traductores y anotadores de tres volúmenes importantes, Textos gnósticos. Biblioteca de Nag Hammadi I, II y III, ed. Trotta, Madrid 4ª edición de 2011. Se trata de la primera traducción completa al castellano de los importantísimos textos descubiertos en la región de Nag Hammadi, en el Alto Egipto, en 1947 siguiendo las mejores ediciones críticas del texto original copto y en algún caso directamente de las fotografías de los manuscritos publicados en la edición facsímil de estos libros (The Facsimile Edition of the Nag Hammadi Codices, publicada por J. M. Robinson et alii, Brill, Leiden 1972-1984). En el primero de los tres volúmenes, que contiene los “Tratados Filosóficos y Cosmogónicos”, hay una excelente Introducción General de unas cien páginas firmada por A. Piñero y J. Montserrat), en la que se narra el descubrimiento de los manuscritos y las vicisitudes por las que estos pasaron hasta sus primeras publicaciones, el contenido de los mismos y, además, puesto que la mayor parte de los textos son gnósticos, se añade un auténtico tratado sobre la gnosis, sus características o líneas básicas, la relación entre la gnosis y la Biblia, y entre la gnosis y el Nuevo Testamento, especialmente en Pablo y Juan, en cuyos textos se pueden rastrear temas y motivos que aparecerán claramente estructurados en el gnosticismo posterior (siglos II y III). Pienso que como introducción general a la gnosis, y en especial a la contenida en estos de Nag Hammadi, no existe todavía otra comparable en español. En el segundo volumen se encuentran los escritos que más se aproximan al Nuevo Testamento (Evangelios, Hechos, Cartas), mientras que el tercero recoge los Apocalipsis, además de otros tratados de ámbito neotestamentario. El segundo volumen contiene los archifamosos Evangelios de Tomás, de María (Magdalena) y de Felipe que han servido de base, desgraciadamente con pésimo fundamento teórico y retorcidamente, a las pintorescas interpretaciones sobre las relaciones de Jesús con María Magdalena en obras tan divulgadas como El Código da Vinci. En este volumen están los textos originales –cuyo nacimiento tuvo lugar a mediados de los siglos II o III– en una cuidadosa traducción con notas que aclaran verdaderamente el sentido de los más famosos pasajes. La Biblioteca de Nag Hammadi, en resumen, no solo sirve para conocer el gnosticismo, sino también el ámbito entero de la especulación filosófica y religiosa en lengua griega de los siglos I al IV, y de la cultura copta- egipcia del siglo IV. D. y E. Aunque no se trate solo de textos apócrifos, incluyo aquí otros dos libros que se sustentan en gran parte en ellos y en los cuales A. Piñero es editor y coautor, junto con otros especialistas reunidos por él: Todos los Evangelios, ed. Edaf, Madrid 2009, y Los Apocalipsis, ed. Edaf, Madrid 2007. · Respecto al primero, encontramos en la portada, bajo el título principal, la explicitación del contenido: Traducción íntegra de las lenguas originales de todos los textos evangélicos conocidos. Incluye, por tanto, todos los evangelios que han llegado hasta nosotros, tanto canónicos como apócrifos, así como los evangelios gnósticos, más tardíos y que “contienen la revelación de Jesús, normalmente tras su resurrección, acerca del Dios trascendente, de la esencia espiritual de los elegidos y de su salvación”. El número de evangelios recogidos es superior a ochenta, aunque de algunos solo existen fragmentos. Se incluyen también otros textos que, sin llevar el nombre de evangelios, pertenecen al mismo género (por ejemplo, Pistis Sofía). Hay un interesante Apéndice al final que contiene la traducción completa de “Fuente Q”, tan importante para reconstruir los dichos del Jesús histórico. Las diversas traducciones, hechas por especialistas, se han realizado sobre las lenguas originales (latín, griego, hebreo, siríaco, copto y árabe). Al comienzo de cada texto, hay una breve ficha con los posibles datos del autor, fecha, lugar de composición, etc., y una pequeña introducción sobre el contexto histórico y religioso del escrito. · En cuanto al segundo, Los Apocalipsis, el lector encuentra reunidos 45 textos apocalípticos apócrifos judíos, cristianos y gnósticos, compuestos en un período de unos 600 años, entre la mitad del siglo III a.C. y los siglos III/ IV d.C. En la Introducción se explica al lector en qué consiste el llamado género apocalíptico, sus características y las razones por las que surge, a saber, su íntima ligazón con la historia de Israel y su relación con las esperanzas nacionales de salvación, así como con el concepto de “mesianismo”, que poco a poco se va generando en Israel y que luego heredarán los cristianos. En consecuencia, se concluye que el género surge en un ambiente de exaltación nacional y religiosa, en la tensa espera de un mundo mejor. Por razones de espacio (el libro tiene 283 páginas) no se presenta ningún apocalipsis completo, sino solo las partes que el editor ha considerado más interesantes para reflejar un amplio abanico de textos apocalípticos de diversa procedencia. Las traducciones son del autor y están hechas de las diversas lenguas en las que se han transmitido, como hebreo, arameo, griego y latín. Hay muchos más apocalipsis en textos judíos anteriores al surgimiento del cristianismo, y otros más dentro del ámbito cristiano, de los que el lector común cree. La importancia de esta breve muestra radica en que pone a disposición del público los textos más señeros de un pensamiento que ha sido caracterizado, con cierta razón, como la “matriz de la teología cristiana”. Saludos cordiales de Carmen Padilla
Martes, 13 de Diciembre 2016
Notas
Hoy escribe Carmen Padilla
Seguimos con el breve comentario anunciado ayer 2. El mundo de los Apócrifos. A. Respecto a la obra editada por A. Díez Macho, A. Piñero y otros, con la colaboración de más de quince autores, Apócrifos del Antiguo Testamento, ed. Cristiandad, Madrid 1984-2011, editados en seis volúmenes (falta el séptimo, con las obras delos autores judíos de época helenística, como Artápano, Euopólemo o el Pseudo Focílides, que saldrá cuando sea posible, pues ha de llevar consigo copiosos índices de los siete volúmenes), aunque publicados en gran parte en época anterior a la que aquí examino –el volumen VI, Apocalíptica judía es de 2011–, creo de justicia transcribir los datos siguientes del Prólogo al volumen I (1984), realizado por el Dr. Díez Macho, que reza así: “La edición española emprendida por Ediciones Cristiandad presenta un número muy elevado de apócrifos, casi todos ellos traducidos por primera vez al castellano. Dirige la edición Alejandro Díez Macho, autor de esta «Introducción general», con la colaboración de Alfonso de la Fuente Adánez, Antonio Piñero y María Ángeles Navarro. Estos dos últimos colaboradores han trabajado conjuntamente en la revisión de todas las introducciones, sistematizándolas de acuerdo con unos criterios generales, puliendo la expresión castellana cuando era necesario y controlando la bibliografía. Igual labor han realizado con las notas, tanto de las introducciones como del texto. En este caso, la tarea de revisión era más necesaria para unificar el sistema de lemas (añadiéndolos o modificándolos en algunos casos), así como el de citas y referencias, procurando ajustarlas a un esquema común. La ardua labor de dar los últimos toques a los diversos originales y dejarlos aptos para la imprenta ha sido realizada por Alfonso de la Fuente Adánez, Antonio Piñero se ha ocupado de la revisión de las traducciones del etíope, copto y siríaco, cotejándolas cuidadosamente con los originales, así como de otras de base griega. Del mismo modo, la labor de secretariado, tan necesaria en una obra donde interviene un número elevado de colaboradores, ha recaído sobre su persona y la de María Ángeles Navarro…” B. Por su indudable valor científico y por el enorme trabajo que debió conllevar, quiero destacar también la obra de edición de los Hechos Apócrifos de los Apóstoles (cercanos a la treintena), elaborada de consuno por de Antonio Piñero y Gonzalo del Cerro. Se trata de una edición crítica bilingüe (latín-griego / español). Son tres gruesos volúmenes con un total de más de 2.800 páginas. Los dos primeros se dedican a los cinco grandes Hechos Apócrifos conservados: de Andrés, Juan, Pedro, Pablo y Tomás (de los siglos II y III). El volumen tercero se ocupa de la veintena de Hechos apócrifos menores, que siguen la estela de los cinco primeros, cuya época de composición se extiende como mínimo hasta el siglo V. La edición ha sido preparada para la BAC. = Biblioteca de Autores Cristianos de Madrid (2004, 2007 y 2011). Las casi cien páginas de la “Introducción” general al frente del primer volumen, las respectivas introducciones a cada uno de los Hechos traducidos y las correspondientes notas –muy abundantes en los Hechos difíciles, gnósticos, como son los de Juan y de Tomás–, nos introducen en un mundo bastante desconocido para todos los no expertos en la materia. C. Este mismo material reaparece ya en edición popular, sin aparato crítico y con texto solo en castellano, despojada de los originales griego o latino, en 2013, en la serie “Selecciones BAC”, en dos volúmenes, naturalmente por los mismos autores, Antonio Piñero y Gonzalo del Cerro. En la introducción leemos lo siguiente: “Estos Hechos se generaron en una época de la historia de la Iglesia muy importante en la formación de la conciencia cristiana. A través de sus páginas percibimos las ilusiones, manías y preocupaciones de unas comunidades cristianas que se movían entre la esperanza y el temor, la esperanza de la salvación prometida y el temor a equivocar el camino idóneo para conseguirla… y también: …estos escritos proceden de unos siglos, el II y el III, en los que la «verdadera doctrina» no está todavía depurada ni los campos de la ortodoxia suficientemente delimitados, por lo que surgen voces y textos con análogas pretensiones a las de los autores neotestamentarios… los Hechos Apócrifos de los Apóstoles forman parte de ese amplio bloque de textos griegos en el que aparece configurado el fenómeno religioso judeocristiano…”. Seguiremos porque hay bastante que comentar aunque nuestro propósito sea el de la brevedad. Saludos cordiales de Carmen Padilla
Lunes, 12 de Diciembre 2016
Notas
Al final del Libro/Homenaje, mayo 2016, que presenté ayer hay un breve artículo de la Prof. Dra. Carmen Padilla, de la Universidad de Córdoba que creo puede ser de interés para los lectores ya que ofrece una visión general de mi obra más reciente. Y como es engorroso para el autor cumplir este cometido, mas por otro lado le interesa difundir su obra como ocurre con todo el que escribe, me ha parecido bien transcribir el siguiente artículo que aparece en las pp. 727-742 de este homenaje. Lo divido en partes.
Hoy escribe Carmen Padilla. Universidad de Córdoba Siempre se ha dicho en el ámbito universitario que la docencia y la investigación deben ir inseparablemente unidas. Si a estas dos condiciones les sumamos una excelente capacidad de comunicación, nos encontramos con la persona a la que hoy rendimos homenaje, Antonio Piñero. Incansable trabajador, para quien la jubilación obligada en razón del tiempo solo ha supuesto, muy a su pesar, la renuncia a la docencia reglada. En efecto, su investigación continúa, plasmada además en una prolífica producción literaria; e igualmente prosigue su docencia, trasladando sus muchos conocimientos adquiridos a lo largo de tantos y tantos años de estudio a través de innumerables cursos, conferencias, redes sociales, medios radiofónicos y televisivos, colaboraciones, etc. A la hora de plantearme mi modesta colaboración a este más que merecido homenaje en forma de libro, pensé que estaría bien hacer una especie de compendio de su obra literaria. Hago dos salvedades: la primera, que no es mi pretensión componer una reseña erudita de cada uno de sus libros, porque ya existen y han salido de la mano de personas más calificadas que quien esto escribe; la segunda, que en razón del espacio del que dispongo, no voy a abarcar toda su obra. Solamente me ceñiré, por consiguiente, a los libros aparecidos en los últimos años, desde 2007 aproximadamente hasta hoy, un período que comienza antes de su jubilación y que no ha dejado de intensificarse. Me consta que el Dr. Piñero sigue trabajando incansablemente, porque, como él mismo ha afirmado en más de una ocasión, “hace lo que le gusta y le gusta lo que hace”, y en ese sentido se considera afortunado. Me atrevería a decir que su trabajo es su mayor pasión. Pero antes de hablar de los libros me parece importante esbozar el entorno general del pensamiento de Antonio Piñero, las coordenadas en las que se mueve y que se manifiestan en todas sus obras y que, por tanto, pueden constituir un elemento básico para saber qué podemos esperar de ellas. 1. El autor es un filólogo y un historiador de la Antigüedad, no un teólogo. Desde esa perspectiva aborda los textos. Se confiesa agnóstico respetuoso, es decir, no escribe desde la perspectiva de la fe, pero nunca se muestra irónico, sarcástico o incomprensivo con los creyentes. 2. A lo anterior hay que unir el carácter riguroso y científico de sus obras, basadas en una profunda y asidua investigación de los textos. Deja hablar a los textos y evita siempre la eiségesis, o sea, introducir en los propios textos interpretaciones externas. 3. Antonio Piñero se muestra profundamente honesto en sus planteamientos y conclusiones. No tiene ningún impedimento en reconocer ante determinadas preguntas de los lectores que hay aspectos y temas a los que no sabe responder ya que escapan al ámbito de su investigación. No es dogmático. Utiliza con frecuencia expresiones tales como “es probable”, “no es seguro”, “según la mayoría de los investigadores” y similares. 4. Sus obras no son divulgativas, es decir, no se dedica a repetir y aclarar en resúmenos más o menos bien hechos las ideas de los demás, sino científicas –producto de una investigación personal y en contacto con las ideas de otros investigadores de primer rango– aunque escritas con un claro afán didáctico y en las que se evitan los excesivos tecnicismos, para que cualquier lector con un nivel cultural medio las pueda comprender. 5. Dado que Antonio Piñero es especialista (aunque a él no le gusta esta palabra) en lengua y literatura del cristianismo primitivo su investigación y, en consecuencia, sus libros se circunscriben, con alguna excepción, a un determinado período histórico, especialmente al siglo I de nuestra era. 6. Inevitablemente en el centro de su obra está la figura de Jesús de Nazaret, “un hombre fascinante y el que más ha influido en la Historia de Occidente”. Pero su investigación versa sobre el Jesús histórico, despojándolo – en la medida de lo posible – del Jesús celestial, es decir, el que se reinterpreta y reconstruye a partir del hecho de la resurrección en lo “que un historiador no puede opinar porque no es empíricamente demostrable”. Una vez establecidas las coordenadas anteriores, es el momento de hablar de sus últimos libros. Deseo insistir: no se trata de hacer un recuento y comentario de todo lo que ha escrito hasta el día de hoy desde sus comienzos, sino de esta última etapa en la que ha sido especialmente prolífico. Así, los volúmenes publicados por A. Piñero desde 2007 hasta el día de hoy pueden agruparse en los siguientes apartados: 1. Cristianismo primitivo · Los Cristianismos derrotados (premio Finis Terrae de ensayo), ed. Edaf, Madrid 2007. Este libro lleva como subtítulo ¿Cuál fue el pensamiento de los primeros cristianos heréticos y heterodoxos? El autor empieza por afirmar que, aunque estamos acostumbrados a hablar de “cristianismo” en singular, sería más correcto el término “cristianismos” tanto para nuestros días como para la Antigüedad –en menor medida entonces. Describe nueve tipos de cristianismos diferentes (ebionitas, nazarenos, montanistas, gnósticos, docetas, marcionitas, fibionitas, carpocracianos y algunos más) que difieren entre sí en conceptos fundamentales. Estos diferentes cristianismos no se consideraban todavía “herejes”, porque aún no se habían establecido con nitidez las líneas de la ortodoxia. Esta diversidad de cristianismos continuará hasta bien entrado el siglo V y se apaga un tanto en la Edad Media, volviendo a resurgir con la Reforma protestante. Lo que me parece más interesante de este libro –además de la magnífica descripción y estudio de los variados tipos de cristianismos, causados por las diversas interpretaciones de la figura de Jesús desde los primeros momentos y por cómo se entendió su relación con Dios–, es la explicación pausada de cómo poco a poco se va imponiendo el cristianismo paulino, lo que implicaba, al tiempo, un consenso definitivo sobre el canon, sin llegar a convertirse en el arma definitiva para frenar la heterodoxia, ni entonces ni ahora. Incluye además los movimientos heterodoxos más significativos hasta el siglo XIV (cátaros, bodomilos, valdenses, etc.) con cuadros sinópticos a modo de síntesis al final de cada capítulo, en los que se recogen las diferencias entre “vencidos” y “vencedores” en cada caso, facilitando enormemente la comprensión de un tema complejo. Concluye el libro con la siguiente idea interesante: tras el Cisma de Oriente (la escisión de la cristiandad en católicos occidentales y ortodoxos orientales) y de la Reforma protestante, a comienzos del siglo XVI, la pluralidad del cristianismo se hizo de nuevo imparable hasta el día de hoy, con más de quinientas confesiones cristianas diferentes. Según se desprende del estudio previo, esa diversidad polimórfica pertenece a la esencia del cristianismo desde su mismo nacimiento. Por último: de gran utilidad, sin duda, es el “Breve sumario alfabético de las heterodoxias de los siglos II al XII”, al final del libro, y una reducida pero selecta bibliografía sobre el tema. Saludos cordiales de Carmen Padilla
Domingo, 11 de Diciembre 2016
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Editado por
Antonio Piñero
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Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.
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