CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero
Literatura Pseudo Clementina. Las Homilías griegas.
Hoy escribe Gonzalo Del Cerro

Homilía XI

Los idólatras están bajo el poder de los demonios

Pedro insiste casi obsesivamente sobre el peligro de la idolatría. Frente a la actividad contradictoria de la serpiente, que trata de sembrar en el alma humana deseos estériles y silencios nocivos, el apóstol rompe esos silencios para proclamar los postulados de la religión del Dios verdadero. Podría tomarse como un resumen de la conducta cristiana: “En la religión de Dios, se predica que se debe vivir sobriamente, ser casto, dominar la ira, no sustraer lo ajeno, vivir justamente, moderadamente, con firmeza, mansamente, contenerse a sí mismo en las necesidades, más que cuando no se tiene nada saciarse injustamente quitando lo de otro” (Hom XI 15,2).

La religión del Dios verdadero

Es un resumen de los mandamientos en su esencia. Es justamente lo contrario de lo que postulan los ídolos, portavoces de la serpiente oculta en el interior del corazón humano. Los silencios de la serpiente hacen surgir y fortalecerse la ignorancia de las cosas de Dios, presentada por Pedro como raíz y causa de todos los males. Más todavía, esta ignorancia es propiamente el suficiente castigo para la actitud e indiferencia del hombre. La consecuencia lleva a algunos a saturarse de furores entusiastas, a otros de absurdos alimentos, a otros a dedicarse a la lascivia y a otros al robo y al homicidio. Frutos todos estos de la actitud indiferente de la conducta modelada según los perfiles funestos de la ignorancia.

Daños de los cultos a los falsos dioses

Bajo pretexto de las llamadas víctimas sagradas, los hombres se llenan de crueles demonios, que los destruyen astutamente sin que realmente se enteren, para que no se den cuenta de la conjura que los amenaza. Con la excusa de cierta ofensa, o necesidad, amor, ira o tristeza los demonios los ahogan con un lazo o con agua, los arrojan de un precipicio y les quitan la vida mediante suicidio, apoplejía o cualquiera otra dolencia. Pero Pedro ofrece siempre solución a los problemas del hombre. Todos los daños que los demonios provocan en la vida de sus devotos se disuelven en el sentimiento básico de la piedad para con Dios, que no es otra cosa que el cumplimiento de la Ley.

Pedro aclara sus palabras y define su concepto de piedad. El piadoso con Dios, de quien hablo, es aquel que realmente lo es, no el que solamente lo es de nombre; pero el que realmente lo es cumple perfectamente las disposiciones de la Ley que se le ha entregado. Pues el judío que cree realmente en Dios cumple la Ley, y por la fe en ella, aleja incluso los otros padecimientos por semejantes y pesados que sean como montañas. Pero el que no cumple la Ley, por no creer en Dios, se convierte evidentemente en desertor; y de ese modo, al no ser judío es pecador; y por su pecado es víctima de los sufrimientos preparados para castigar a los pecadores.

Los bienes de la religión

Los cristianos tienen la ventaja de saber que “para todos hay una recompensa”. Es la consecuencia de su libre albedrío. Pero no son pocos los que, desconociendo lo que les conviene, corren el riesgo de no recibir los bienes eternos a causa de los placeres temporales. Por eso nosotros, dice Pedro, intentamos demostraros lo que os conviene, para que bien informados sobre las promesas de la religión, podáis por las buenas obras heredar con nosotros el mundo bienaventurado. Las cosas que consideramos verdaderas y buenas, no hemos tenido reparo en ofrecéroslas, sino al contrario, nos hemos apresurado en haceros coherederos de los bienes que nosotros estimamos como tales. Pero que realmente decimos la verdad sobre lo que hablamos, no de otro modo podréis conocerlo si antes no escucháis con deseo de conocer la verdad. Es decir, la vida eterna feliz forma parte esencial de las promesas de la religión de Dios que Pedro y los apóstoles predican, o lo que es lo mismo, parte de la Verdad con mayúscula.

Pero aunque es verdad que la serpiente habita en el interior del hombre, Dios le ofrece la posibilidad de encantarla para acallar sus arrullos. Y Pedro, consciente de que se mueve en el terreno de la alegoría, se adelanta a explicar el término y su eficacia: “Cuando hablo de “encantar”, quiero decir oponerse a sus malos consejos con vuestro razonamiento, recordando que en el principio introdujo la muerte en el mundo con la promesa de conocimiento” (Hom XI 18,2). El conocimiento, es decir, lo opuesto a la ignorancia. Lo que buscaban nuestros primeros padres en el Paraíso y lo que los hizo caer en la desobediencia.

Saludos cordiales. Gonzalo Del Cerro







Domingo, 15 de Febrero 2015
Hoy escribe Thomas Hudgins


Como Ustedes saben, el Prof. del Estudio Teológico “Capital Seminary” de Washington, Thomas Hudgins y yo hemos fundado un Blog en inglés, con el título “Across the Atlantic”. Este Blog utiliza tanto material mío, ya publicado en este medio desde 2007, como de Thomas. Como yo soy agnóstico y escéptico, aunque muy respetuosos con la religión, y Thomas es baptista surgen constantemente puntos de discrepancia que él, para sus lectores en inglés, se encarga de aclarar desde su punto de vista. Hoy y mañana voy a publicar una amplia postal compuesta por Thomas con el título que lleva esta aportación presente. La divido en dos partes porque es larga y lo he acomodado un tanto al tenor mental de los lectores de fuera de los Estados Unidos.


Introducción:


Para un cristiano es muy posible que no haya nada como pasar el tiempo estudiando las Escrituras. El verdadero crecimiento espiritual dentro del cristianismo depende en muchos casos del tiempo que se pase estudiando con precisión lo que se cree palabra de Dios. De hecho, la vida espiritual de los cristianos (o en el caso de muchos sacerdotes, o análogos, o personas dedicadas a la docencia de la religión la vida de aquellos que han sido confiados a su cuidado) no puede crecer convenientemente fuera de este ingrediente clave del estudio de la Biblia en concreto del Nuevo Testamento. Y los docentes deben destacar en esta área si quieren que los que los lean o escuchen les presten la conveniente atención.

El siguiente resumen examinará diez pasos importantes en el proceso exegético. Cultivar cada uno de ellos como una disciplina en su estudio personal de la Biblia es interesante para comprenderla mejor. El lema general del trabajo es “Hay que tratar la palabra de Dios con todo cuidado. De lo contrario, es mejor no ocuparse de ella”. Las diez reglas principales son las siguientes


1: Análisis histórico


El análisis histórico-literario es hoy día el usual entre los exegetas y estudiosos de la Biblia. Este análisis se ocupa de cuestiones como autor, posibles lectores, fecha de composición, escenario, propósito del autor, y diferentes influencias culturales y sociológicas. Cuando un principiante se introduce en el análisis histórico no debe enredarse con todos los detalles. Hay bastante información relevante para la interpretación para el entorno religioso y cultural de cada pasaje.

Estudios básicos del Nuevo Testamento, como el de Thomas D. Lea y David Alan Black The New Testament: Its Background and Message, son un buen punto para comenzar este tipo de análisis.

En español existe un libro ya antiguo, en tres volúmenes muy interesante para comprender el mundo del Nuevo Testamento, como el J. Leipoldt-W. Grundmann, El mundo del Nuevo Testamento, 3 volúmenes, Cristiandad, Madrid, 1980 aproximadamente.


2: Análisis literario


Hay que prestar atención al contexto del texto en sí y al del entorno. El escenario original del pasaje es fundamental para una correcta interpretación de un texto bíblico. Un ejemplo de su importancia puede verse en los comentarios sobre la Última Cena que explican cómo se celebraba en el primer siglo. La comprensión del escenario enriquece nuestra manera de entender lo que está ocurriendo, por ejemplo, en Marcos 16, Mateo 26, Lucas 22 y Juan 13–17.

El contexto inmediato del texto en sí se refiere a los versículos/párrafos que preceden y siguen al texto que se está estudiando. El contexto general se refiere a los párrafos, capítulos e incluso al libro entero en el que está insertado o al Nuevo Testamento al completo, o si se trata de un pasaje del Antiguo Testamento a veces a la Biblia hebrea completa.

Al estudiar Mateo 13, por ejemplo, es imposible pasar por alto lo que ocurre en Mateo 12. Mateo 13: 1- 3 dice: “Ese mismo día salió Jesús . . . . Y les habló muchas cosas en parábolas.” ¿Qué pasó el día en que Jesús comenzó a hablar casi exclusivamente en parábolas? En Mat. 12:23-24 vemos que los fariseos atribuyeron las obras de Jesús a Satanás, y no al Espíritu Santo. Investigar esto es parte de mirar el contexto inmediato.

Puede resultar útil trabajar con el contexto inmediato anotando observaciones simples del texto. Preste atención a cada detalle. Obtener una visión general del Evangelio según San Mateo en su conjunto es parte del contexto general. Sería conveniente ser capaz de resumir cada capítulo en una frase que lleve hasta el pasaje que está enseñando. Esto no solo ayudará a entender el pasaje en cuestión, sino que ayudará a comunicar el pasaje a su audiencia después cuando lo enseñe. También puede encontrarlo útil para observar los diferentes esquemas de pensamiento de un libro bíblico. Preste atención a que el texto que se está estudiando se encuentra en ese esquema. “Innumerables personas han aprendido de memoria los versículos de las Escrituras sin darse cuenta de que los versículos son solamente componentes de un contexto más amplio”, dice David Alan Black.


3: Análisis textual


El lema de este análisis es el siguiente: “No existe un tipo de texto en el Nuevo Testamento totalmente fidedigno. La crítica textual requiere en cada caso la evaluación de todas los testimonios externos e internos

Si usted toma diversas versiones del Nuevo Testamento y lee Mt 5,22, “Pues yo os digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante el tribunal; pero el que llame a su hermano “imbécil”, será reo ante el Sanedrín; y el que le llame “renegado”, será reo de la gehenna de fuego” observará que en alguna se lee “Pues yo os digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano sin razón…”. Ese “sin razón” corresponde al vocablo griego εἰκῇ en el posible texto original. ¿Por qué aparece en algunas versiones y en otras no?

Con el fin de determinar la lectura original que salió de la pluma del autor evangélico, tendrá que considerar tanto los testimonios externos del texto como el análisis interno del texto mismo. Son 8 preguntas que necesitan la atención: 1. ¿Qué lectura está atestiguada por los manuscritos más antiguos? 2. ¿Qué lectura se apoya en manuscritos que representan un mayor número áreas geográficas amplias de la cristiandad? 3. ¿Qué lectura es apoyada por el mayor número de tipos de texto? 4. ¿Qué lectura es la lectura más breve? 5. ¿Cuál es la lectura más difícil? 6. ¿Qué lectura está de acuerdo con el estilo y el vocabulario del autor? 7. ¿Qué lectura se ajusta mejor al contexto y / o la teología del autor? 8. ¿Qué lectura está menos de acuerdo con los pasajes paralelos en el caso de los evangelios?

Al responder a cada una de estas preguntas, el estudioso estará en condiciones de llegar a una conclusión bien formada. Es necesario estar dispuesto a hacer el trabajo duro de tomar decisiones de crítica textual en vez de decir: “Tal autor de tal dijo esto y tal autor dijo lo otro . . . .”

En este paso hay que tener en cuenta lo siguiente: hay cuatro zonas cristinas en el ámbito global del Imperio romano:

1. El texto occidental que se extendió por Italia y Sicilia, sur de las Galias y quizás Hispania.

2. El texto bizantino que corresponde a las iglesias del Mediterráneo oriental de Grecia sobre todo.

3. El texto Cesariense (al menos en los evangelios) cuyo centro es Cesarea Marítima, Antioquia y Siria en general.

4. El texto alejandrino, cuyo centro estaba en Alejandría de Egipto. Cada zona tiene sus manuscritos importantes que se hallan en las listas de manuscritos del Nuevo Testamento. Si una lectura tiene el apoyo de manuscritos de más de una zona tendrá más probabilidades de ser auténtica.


4: Análisis del vocabulario del texto en cuestión


¿Qué significan las palabras en el pasaje que se está estudiando? Este paso se interesa por el significado exacto de las palabras en el texto presente. Diferentes libros le ayudaran en este paso. El más común de estos son léxicos (e.g., G. Abbott-Smith’s A Manual Greek-English Lexicon of the New Testament). En español:

J. Mateos, Método de Análisis Semántico Aplicado al Griego del Nuevo Testamento (Córdoba: El Almendro, 1989).

M. Guerra Gómez, El idioma del Nuevo Testamento. Sintaxis. Estilística y diccionrio estilístico, Burgense, Burgos 41995.

Compendio del Diccionario Teológico del Nuevo Testamento (traducido al español por C. A. Vargas y el equipo de la Comunidad Karios de Buenos Aires; 10 vols.; Grand Rapids, MI: Libros Desafio, 2002)

Inmaculada Delgado Jara, Diccionario griego-español del Nuevo Testamento, Estella, Verbo Divino 2010

Ángel A. García Santos, Diccionario del griego bíblico (Nuevo Testamento y los Setenta) Estella Verbo Divino, 2009.

Juan Mateos- J. Peláez -Grupo Gasco, Diccionario griego español del Nuevo Testamento (fascículos 1-4), Córdoba el Almendro, 2014.

Los diversos software bíblicos pueden ser extremadamente útiles para determinar rápidamente dónde se usan las palabras en otros lugares. Después de identificar el significado básico de una palabra, identificar dónde se utiliza esa palabra en el Nuevo Testamento o en el mismo libro /carta que se está estudiando es muy útil. El contexto de una palabra es el mejor indicio para la interpretación. Después de esto, averiguar cómo se utiliza la palabra fuera de este campo (e.j., el Nuevo Testamento en su conjunto, la LXX, otra literatura del primer siglo, etc.).


La palabra griega ἱλαστήριον es un gran ejemplo (Rom 3,25 y Heb 9,5). La palabra no aparece con frecuencia en el Nuevo Testamento, pero es común en los LXX y se refiere a la ley mosaica. La traducción “propiciación” realmente no comunica nada a una persona de cultura media. Si al leer esta palabra en público, nadie la entiende, puede dudarse de que la traducción sea la correcta, ya que el análisis léxico considera tanto la alengua en sí como a los receptores de esa lengua. Un análisis de la forma en que se utiliza a través de la LXX le ayudará a determinar si se está refiriendo a una “expiación el pecado” o el lugar donde se expía (es decir, el “propiciatorio”). Así que hay que tener cuidado. A este respecto es muy recomendable el capítulo primero del libro de D. A. Carson Exegetical Fallacies (2a ed.; Grand Rapids: Baker, 1996; pp. 27-64). Uno de los abusos más comunes es lo que Carson llama "anacronismo semántico", es decir, utilizar términos confusos. D. A. Black ha escrito que el análisis lingüístico es considerado “a menudo el ‘Ábrete Sésamo’ que nos permite el acdeso al significado original de la Escritura. pero, el análisis léxico es tal vez el campo más proclive a los abusos, más que cualquier otro método de interpretación.”


5: Análisis sintáctico


Después de considerar el significado de las palabras, queda aún mucho por hacer. Es importante observar el orden de las palabras; la presencia o ausencia de verbos finitos; examinar las frases preposicionales; considerar el uso de los artículos definidos; el “aspecto” del verbo griego, la utilización de los tiempos; uso de las voces activa, pasiva o media; la persona, número, y los casos. Leer el Nuevo Testamento en griego es sumamente útil para estudiar todas estas cuestiones y entender bien lo que se dice.

Por ejemplo, en Juan 17,17 Jesús dice: “Santifícalos en la verdad. Tu palabra es verdad”. ¿Qué significa la frase preposicional “en la verdad” (ἐν τῇ ἀληθείᾳ)? ¿Es la verdad del Padre algo que se supone que debemos estar “dentro de ella” como cuando estamos “dentro de” un coche o “en” una casa? La mayoría de la gente piensa en una posición espacial cuando escucha la palabra “en.” Y la frase “en la verdad” en realidad no dice mucho por sí misma. ¿Cómo entenderlo y explicarlo? Uno de los problemas es que la traducción “en” es sólo una de las maneras en las que podemos entender la palabra griega ἐν. ¿Qué es lo que realmente Jesús le está pidiendo a Dios Padre que haga por nosotros en cuanto a su verdad? Una traducción mejor podría ser “Santifícalos por tu verdad,” o, “Santifícalos con tu verdad”, expresiones en las que su verdad es el instrumento mediante el cual se lleva a cabo este proceso. En otras palabras, como creyentes, los lectores están expuestos a la verdad de Dios, y ella nos hace santos. ¿Cuál es su verdad? Jesús dice: “Tu palabra es la verdad.” El verdadero crecimiento cristiano, por tanto, depende de los creyentes que van a su Palabra, que la estudian con precisión o escuchando diligentemente, y aplicandolo en sus vidas.

Seguiremos

Saludos cordiales de Thomas Hudgins
y de Antonio Piñero
Martes, 10 de Febrero 2015
Escribe Thomas Hudgins

Terminamos hoy esta breve introducción al modo de proceder de la exégesis del Nuevo Testamento, que Thomas Hudgins ha pensado sobre todo para los profesores de religión, y clérigos de todo tipo que tienen que preparar homilías y sermones en sus iglesias o grupos de trabajo bíblico.


6. Análisis de la estructura del texto que se estudia


Es muy útil para comenzar hacer un diagrama del pasaje. Y hay diversas maneras de hacer un análisis estructural. Algunos de los métodos que están ahí a la selección son bastante complicados. El objetivo en cómo se aprende a realizar el diagramar un pasaje. La clave está en adoptar el mejor enfoque que garantice 1) Beneficio del procedimiento y 2) la utilización en múltiples casos según el texto. El propósito es crear un esquema visual que ayude a entender la estructura del pasaje y el flujo del centro de interés del autor y su argumentación. Señalamos ahora algunos pasos básicos que pueden seguirse:


1. Identificar el verbo principal del pasaje.

2. Coloca el verbo principal en la línea principal de su análisis. Exprese claramente el sujeto del verbo principal, y el complemento directo del verbo, si está presente.

3. Coloque todas las frases que modifican la oración principal debajo de ella. Utilice el sangrado para mostrar las palabras que modifican la oración principal. Por ejemplo, si hay una oración de participio que está modificando al verbo, sitúela debajo del verbo. Si hay tres frases preposicionales, colóquelas también debajo del verbo al que modifiquen.

4. Proceda igualmente con todas las palabras hasta llegar al siguiente verbo finito (es decir, un verbo en modo subjuntivo, optativo, o modo imperativo indicativo).
5. Repita los pasos tantas veces cuantas sean necesarias


7. El análisis retórico

Todos los tipos de comunicación, escritos y verbales, emplean recursos retóricos. Estas técnicas literarias fueron utilizadas en el Nuevo Testamento con el fin de atraer las mentes y las emociones de los lectores. Las técnicas retóricas ayudan también al público a recordar el contenido de lo escrito, especialmente en un momento en el que el “libro” tal como lo conocemos ahora aún no se había todavía desarrollado.
Ejemplo: en Filipenses 3,17-21, Pablo usa la metonimia con ὧν ὁ θεὸς ἡ κοιλία (v. 17). Mientras que algunos traducen ἡ κοιλία literalmente como “estómago” o “apetito,” Pablo en realidad está utilizando la palabra para representar en conjunto los deseos sensuales. También utiliza la aliteración: πολλοὶ γὰρ περιπατοῦσιν οὓς πολλάκις. Note la repetición del sonido “p.” También hay un ejemplo de paréntesis cuando Pablo interviene en el v. 18, “de los cuales os hablé muchas veces, y aun ahora lo digo llorando.” De esta manera, vemos que el pensamiento de estos enemigos de la cruz (y el daño que pueden causar a los Filipenses) le causa un gran dolor. ¿Qué perdemos si Pablo no incluye este pensamiento parentético en la forma en que lo comunicó? El Apóstol podría haber dicho simplemente que son peligrosos. Aprendemos mucho acerca de la condición espiritual de una persona por medio de esta interjección.
Además, el v. 19 contiene ejemplos de apositivos, aliteración, asonancia y paralelismo: ὧν τὸ τέλος ἀπώλεια, ὧν ὁ θεὸς ἡ κοιλία. Cuando se lee en voz alta, es imposible no sentir el paralelismo. David Alan Black escribe: “La crítica retórica es un jardín bien regado en el que una variedad de semillas prometedoras se han plantado y donde se puede ver un crecimiento considerable. Pero para cosechar algún fruto el intérprete debe estar dispuesto a trabajar diligentemente en el texto; la belleza elude usualmente el observador casual.”


8. Análisis bíblico y teológico


Hay que considerar también cómo el pasaje se relaciona con el resto del Nuevo Testamento y el Antiguo Testamento en su conjunto. Hay dos áreas críticas a las que tendrá que prestar especial atención:

1. ¿Dónde cae su pasaje en la historia de la redención?

2. Si hay un pasaje del Antiguo Testamento citado o aludido, ¿cómo se utiliza en su pasaje?

Llamamos a esta consideración el estudio del uso del Antiguo Testamento por parte del Nuevo. En cuanto a la primera pregunta, se debe tener una comprensión adecuada de los pactos bíblicos (por ejemplo, el pacto de Dios con Moisés, con David, el Nuevo Pacto de Dios con Israel). Entenderlos bien tiene un impacto enorme en la interpretación de la Escritura.

Hay que pensar también en los principales problemas teológicos que se derivan de su pasaje. Por ejemplo, la inmutabilidad de Dios, su omnisciencia y el sacrificio expiatorio de Jesucristo, la justicia de Dios, etc.


9. Reflexionar sobre la idea principal del texto


El trabajo no ha terminado todavía. En este punto, después de haber hecho toda esta investigación, hay que sintetizar el pasaje en un par de frases. ¿Qué significa el texto? ¿Cuál es la idea principal del texto? Una vez que tenga una firme comprensión de la idea principal del texto, podría ya empezar a pensar cómo se puede aplicar a la vida cristiana de hoy en día. ¿Significa algo este pasaje para su propia audiencia? Si no puede ofrecer una respuesta a esta pregunta, es necesario volver atrás y pensar en el pasaje un poco más.


10. Realizar un esquema de cómo puede explicar este pasaje a sus oyentes o lectores

Tomemos como ejemplo la idea de “Vivir por la causa del evangelio (Fil. 3:17-21). El esquema podría ser:

1. Una vida vivida por el evangelio sigue ejemplos piadosos (Fil. 3:17)

2. No se puede imitar una vida no vivida por el evangelio (Fil. 3:18-19)

3. Una vida vivida por el evangelio espera el regreso de Jesucristo (Fil. 3:20- 21).
Etc.

La exégesis no termina hasta que el profesor o el homileta haya presentado la palabra de Dios y la comunique fielmente.

Saludos cordiales de Thomas Hudgins y
de Antonio Piñero
Martes, 10 de Febrero 2015

Escribe Antonio Piñero

Pregunta:

Acaba de salir en Sal Terrae. Un libro de Senen Vidal sobre el Nuevo Testamento. Estoy en un momento de mi vida de mucho interés por el estudio histórico de Jesús de Nazaret y su obra. Me gustaría consejo sobre sí la “Guía para entender el Nuevo Testamento” suya y la de Senen, se complementan, cuales son las diferencias y que aporta una que no tenga la otra. De cara a los neófitos su obra, me la han recomendado varios sacerdotes, si bien la de Senen ha causado expectación al editarse este enero. Agradeceré sus sabios comentarios ya que sigo, leo,reflexiono y me alimento de muchos de sus escritos,libros,videos,que me parecen de lo mejor que hay en estos momentos y que para los que necesitamos calidad y densidad,son como oasis en medio de este desierto.

R.:

Tienen y no tienen que ver.

La obra de Senén Vidal es una edición anotada del NT, con introducciones. La Guía es también una suerte de introducción al NT, pero con un sesgo más histórico-crítico e histórico-literario escéptico y más bien racionalista.

Son dos puntos de vista semiparalelos y se complementan el uno al otro.

Todas las obras que he reseñado de Senén Vidal en mis Blogs han recibido por mi parte algunas críticas, a veces fuertes, pero en general más bien positivas.
Aprecio mucho en general la obra de Senén.

Estoy leyendo esta obra de momento y en cuanto lea lo suficiente (son unas 1.500 pp), voya a hacer un comentario de ella

Pr.:

Tengo ciertas dudas para entender a Pablo/Saulo, pero mi duda gira en torno a Hechos de los Apóstoles 15:20 y 15:29 (parecidos a Génesis/Bereshit sobre las leyes noájidas o pacto con Noé) que se refiere a la carne de animales sin desangrar, con lo que estamos ante el proceso/precepto/mitzvá conocido en el judaísmo como Shejitá. Posteriormente leyendo en Corintios 10:25 y 10:27 se rehace lo anteriormente descrito en Hechos de los Apóstoles, es como si los gentiles tuvieran problemas para obtener la carne desangrada. Da la sensación de ir improvisando según iban surgiendo los problemas de la gente, dando importancia ya no tanto a la ley como precepto, sino más bien a la creencia en Jesús como punto principal y eliminar esos problemas que puedan ir surgiendo (clara demarcación del judaísmo como se expresa en Gálatas)
Por último la segunda pregunta es sobre Corintios 1ª 11:14 sobre el cabello que es otro aspecto que no comprendo debido a la dureza de su critica, que creo que se debe a una influencia romana, es decir, a una cuestión cultural. Lo expongo ya que el nazareato está descrito como santidad (números 6:8), así como las reglas del cabello en Vaikrá/Levítico. 19:27, Deuteronomio/Devarim 14:1 hay que acudir a Ezequiel 44/20 para encontrar algo que tampoco se ajusta al texto mencionado por Pablo/Saulo, ya que se indica únicamente a los sacerdotes. Si la cuestión de Saulo/Pablo es crear un \"pueblo de sacerdotes\" igualmente no puede mencionar el nazareato como algo deshonroso. Antes de finalizar, muchas gracias por su preciado tiempo y decirle que alguna vez he tenido la tentación de conocerle en la Universidad Complutense de Madrid donde he estudiado 5 años una licenciatura.

Pr.:

Son cuestiones que trato en mi obra “Guía para entender a Pablo. Una interpretación del pensamiento paulino”, que espero vea la luz en abril de 2015 en Trotta, Madrid.

Respecto a 1: La cuestión de la discordancia entre Hechos y Pablo es muy antigua. Aquí se inclinan normalmente los estudiosos en dar preferencia a Pablo. Creo probable, a tenor de que en Gálatas dice “no me impusieron nada” (es decir, no hubo imposición de leyes noáquicas) que la reunión de Jerusalén terminó con un pacto secreto de aceptar la no circuncisión de gentiles, sin más y más bien se insinuó probablemente un cierta separación de comensalidad.. Luego ocurrió el incidente de Antioquía (Gál 2,11-14) debido a que vinieron lo ¡¡s de Santiago imponiendo la separación de mesas y entonces, probablemente, trajeron una carta con la imposición para los gentiles de las leyes noáquicas.

En el siglo I d.C. había distintas “normas” para los judíos sobre compartir mesa con gentiles: los fariseos (normalmente siempre dentro de las fronteras de Israel) no comían en la mayoría de los casos con gentiles; los qumranitas jamás comían con extraños (1QS 6,17-21); algunos judíos no comían con gentiles (Hch 10,28); otros judíos sí lo hacían, sobre todo en la diáspora (Epístola de Aristeas 181-185). De todos modos, podemos obtener una conclusión interesante: incluso para Pedro –no sólo para Pablo— la ley mosaica en sus aspectos morales era de obligado cumplimiento, es decir, no había rompimiento alguno con el judaísmo; pero en los aspectos rituales y de pureza su observancia era más flexible fuera de Israel. Por tanto, no se trataba directamente de ingerir o no alimentos kosher, puros, es decir, de que Pedro no hubiera observado la Ley, sino de la comensalidad con gente que no era totalmente judía, incircuncisa, aunque fueran creyentes en Jesús. Ethnikôs en este caso sería aceptar comer con gentiles conversos en cuanto gentiles; y ioudaikôs sería negar, no participar en esta comensalidad. Lo que Pablo criticaba en Pedro era la ruptura de la unión de la nueva familia de Dios, compuesta de judíos que seguían siendo tales, y de gentiles conversos que, igualmente, seguían siendo gentiles, y que Pedro indirectamente siguiera apelando a las barreras étnicas y a la primacía del Israel puro en cuanto a la salvación.

De todos modos sea como fuere respecto a estos puntos oscuros, Pablo afea a Pedro el cambio de actitud: primero le había dado la razón en la reunión de Jerusalén --los gentiles convertidos a la fe en el Mesías se salvarán incluso sin cumplir la ley de Moisés completa--, pero luego se la quitó con su actitud en Antioquía: la salvación de los gentiles sería de segundo grado, puesto que eran impuros. Como la actitud de Pedro suponía aceptar que los rigoristas tenían razón, todo el concepto del evangelio de Pablo --en su importante idea acerca del cumplimiento de la Promesa a Abrahán con la incorporación de gentiles a Israel sin circuncidarse, en cuanto gentiles etc.-- se venía abajo. Por eso se enfadó tanto Pablo con Pedro.

El resto no creo que sea como Usted dice respecto a Pablo. No hay en Pablo ninguna clara demarcación y separación del judaísmo. Todo lo que Pablo dice aparentemente en contra de la Ley no va contra la Ley en sí (espere a leer mi libro) sino contra la exigencia del cumplimiento de la Ley completa a los gentiles convertidos a la fe en el mesías. Hay una parte de la Ley que es solo para los judíos (circuncisión, pureza de alimentos y pureza respecto al Templo) que no es para los gentiles. Lay cambia en época mesiánica. En mi libro lo justifico largamente con textos rabínicos incluso. El pensamiento de Pablo es mucho más profundo y coherente que la improvisación… ¡lo que ocurre que entender a Pablo no es fácil!

En síntesis, la posición de Pablo era: a) El invitado a casa de gentiles, si la comida era en sí pura y del mercado, no tenía por qué preguntar; b) Si el dueño de la casa decía expresamente que la carne había sido ofrecida a los ídolos, no la comía; c) Si le decían que estaba legalmente prohibida –por ejemplo, cerdo— tampoco la comía; d) No se preocupaba si la carne era o no producto de un degollamiento kosher, puro, del animal; e) No se preocupaba de la posible impureza de alimentos puros por presunto contacto con alimentos impuros.

Respecto a 2:

El Apóstol procura aquí regular y defender el orden de las asambleas cristianas tal como él lo entiende, según su mentalidad y tradiciones judías (v. 2: en general los corintios se acuerdan de sus palabras y conservan las tradiciones, con alguna excepción). Pablo está convencido de que es un orden que procede tanto de la razón natural como de la revelación. Si el Apóstol critica el que todo varón que ora o profetiza con la cabeza cubierta afrenta a su cabeza, 5 y que toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta afrenta a su cabeza; es como si estuviera rapada es porque en las reuniones litúrgicas de la comunidad de Corinto se hacía de esta manera.

Los gestos del varón y de la mujer indicados en los vv. 4 y 5 están atestiguados en la literatura --y por la arqueología— como gestos litúrgicos del mundo griego: el varón cubría su cabeza con un manto cuando estaba directamente implicado en el culto, y la mujer descubría su cabeza y soltaba su pelo en algunos ritos como los dionisíacos (S. Vidal, Las cartas originales de Pablo, 2002, 131).

Y Pablo no está de acuerdo con estas costumbres: la frase final de esta sección, No es esa nuestra costumbre ni la de las iglesias de Dios (v. 16), puede referirse o bien a su hábito de no discutir (¿?), o mejor a que no es tradición o costumbre que se proceda así en el resto de las “iglesias de Dios”; es decir, aquí en la comunidades fundadas por Pablo o afines se guardaba la tradición de hacer exactamente lo contrario al uso corintio: el varón oraba o profetizaba con la cabeza cubierta. La mujer, al revés.

La primera razón a favor de las costumbres judías se basa en la percepción de Pablo: tal costumbre deriva del orden natural de la creación, que no admite para él discusión: al varón le corresponde el pelo corto y a la mujer, el largo, ¡porque es así! La argumentación se repite al final del párrafo: vv. 13-15.

El segundo argumento es exegético: es una mezcla interpretativa de Gn 1,27 y de Gn 2,7-23, aunque insistiendo especialmente en el segundo. En Gn 1,27 se dice: Y creó Dios al hombre a imagen suya… y los creó macho y hembra. Pablo entiende “hombre” como “varón” y obvia la segunda parte del versículo en donde se dice que “hombre” es igual a “ser humano” ya que fue creado, a la vez, como “macho y hembra”. Si hubiera leído bien este texto, igualitario sin duda, quizás habría razonado de otra manera cuando argumente más tarde sobre la naturaleza secundaria de la mujer, por haber sido creada para el varón en un segundo momento, siguiendo al otro relato de la creación de Gn 2, muy divergente.

Saludos cordiales Antonio Piñero
Universidad Complutense de Madrid
Www.antoniopinero.com
Martes, 10 de Febrero 2015
Escribe Antonio Piñero


Pregunta:

¿Por qué los soldados romanos desobedecieron una orden de Pilato: Pilato ordeno que les rompieras las piernas a los crucificados los soldados solamente a dos se la rompieron y porque a Jesús no? ¿Por qué le enterraron la lanza a Jesús?

Respuesta:

Si lee todos los evangelios (procure adquirir una Sinopsis de los 4 evangelios = vea en Google: Antonio Vargas Machuca), verá que las respuestas están en el conjunto de los textos: Jesús había muerto ya.

Segundo: El IV Evangelio es simbólico en gran parte: busque en el cap. 7,37-38 y le dará las respuestas-pistas para entender lo de la lanzada, en donde dice que del costado/seno del Mesías saldrá sabiduría/ríos de agua viva y en el cap. 12,23-24 en donde se afirma que la hora de la muerte de Jesús es la hora de la glorificación y se sobrentiende la hora de la máxima revelación del mesías luego completada por el Paráclito (Jn 14,16 y 15,26).

Pr. :

Es en el conocido pasaje evangélico del endemoniado, en cual Jesús le expulsa los demonios del cuerpo y éstos se introducen en una piara de cerdos que se despeñan por un precipicio. La duda es ¿Quien se dedicaba a criar cerdos en Israel en aquella época, y supongo que en cualquiera?¿Es esto posible, tenían otra utilidad distinta de la de hacer de comestible?

R.:

Lea bien el texto del Evangelio de Marcos cap. 5 y observará que Jesús está en un país de gentiles/paganos. Piaras de cerdos no había en Israel, como tampoco ahora en países musulmanes.
El texto es súper problemático desde el punto de vista histórico, comenzando por el nombre de Gerasa. En el estado actual esta narración tiene un alto contenido simbólico-alegórico.
Le envío un borrador de una anotación breve por ahora que estoy preparando para el futuro “Nuevo Testamento de San Millán”. Van unos cuantos versículos.
9 Y le preguntó: “¿Cuál es tu nombre?”. Le respondió: “Legión es mi nombre, porque somos muchos”. 10 Y le rogaba con mucha insistencia que no los echara fuera de la región”.

8 nombre: conocer el nombre de un demonio es el primer paso para controlarlo mágicamente, como sostiene el Testamento de Salomón.
Legión: una legión tenía unos 6.000 legionarios teóricamente; aunque casi siempre menos, pero con los “auxilia” y la caballería podía llegar a los 20 o 25.000. El uso de este vocablo romano ha inspirado a la investigación a sospechar que el origen de la historia, que subyace a este exorcismo, es una leyenda judía nacionalista que comparaba a los romanos invasores con los demonios, y a su soberanía, con la posesión demoníaca, que acaba siendo vencida por un exorcista judío. Esa leyenda fue luego aprovechada por Marcos (que conoce ya quizás el asentamiento en la Decápolis de alas de caballería de la Legión III Gálica), para forjar una estancia de Jesús en territorio pagano, en la que el Maestro vence allí también a Satanás y prepara el terreno --por medio del encargo al ex endemoniado de misionar-- para la futura proclamación cristiana en la región de la Decápolis.

11Había allí junto al monte una gran piara de cerdos que estaba hozando. 12 Y le rogaron con estas palabras: “Envíanos a los cerdos para que entremos en ellos”. 13 Y se lo permitió, y los espíritus inmundos salieron y entraron en los cerdos, y la piara se lanzó al mar precipicio abajo, y los cerdos, unos dos mil, se iban ahogando en el mar. 14 Y quienes los cuidaban huyeron y lo contaron en la ciudad y en los campos. Y fueron a ver lo que había sucedido.

14 fueron a ver: típico del estilo de Marcos, como se ha visto ya, es dejar indeterminado el sujeto de la frase. Se supone que se trata de los ciudadanos y habitantes de las fincas cercanas; y se supone también, aunque el texto no lo dice, que entre ellos hay dueños de los cerdos ahogados. Todos paganos.


20 Y se marchó, y se puso a proclamar por la Decápolis cuanto Jesús había hecho por él, y todos se admiraban

20 proclamar: de nuevo griego keryssein.
Jesús: obsérvese el cambio de sujeto en las dos frases: el Señor (Dios, del versículo anterior) / Jesús. Es un modo marcano de distinguir a Dios Padre de Jesús, pero equiparándolos de algún modo en la práctica. La clave reside de nuevo en que Jesús es Hijo de Dios.
admiraban: es muy probable que los vv. 18-20 sean adición marcana a la historia recibida previamente, pues están llenos de vocabulario típico marcano. Para el evangelista, todo este suceso sería el primer paso, simbólico, de la proclamación del evangelio a los paganos. Pero este rasgo pertenece a la leyenda de que Jesús había sido un predicador universalista y sirve para sustentar la anterior teología paulina de la proclamación a los gentiles.

Pr.:

hubo intervención humana en el embarazo de Maria o como habitualmente conocemos fue intervención divina?; era Jesús físicamente como lo conocemos o diferente, Maria Magdalena fue la compañera de Jesús ?? y por último fueron reales los milagros que se le atribuyen.

R.: Contesto por partes

1: Depende de su fe. Para un historiador, que no considera nada más que hechos tangibles y repetibles, todo ello es un mito. Probablemente surge, según algunos historiadores incluso católicos, de un doble motivo: por un lado hacer/presentr que el nacimiento de Jesús, el héroe de los Evangelios, fuera portentoso como otros grandes prohombres de la Antigüedad. Segundo. Hacer frente a las habladurías de la gente de que Jesús era un hijo adulterino, como refleja Evangelio Juan 8,41. Véalo por favor.
2: No podemos saber cómo era Jesús físicamente porque no hay fuentes fidedignas.
3: No fue María Magdalena la compañera de Jesús de ningún modo. Lea,y no hay más textos antes de la muerte en cruz, Lucas 8,2-3. He escrito largamente sobre eso en mi libro “Jesús y la mujeres” de Edit. Trotta, reed. de 2014.
4: Creo que fueron reales los “prodigios” (al menos así lo creían sus mismos enemigos, que lo acusaban de pacto con Beelcebub), de exorcismos y sanación, que son explicables por motivos naturales. Son legendarios los milagros contra la naturaleza, como caminar sobre las aguas, resurrecciones, multiplicación de panes, etc.

Pr. :

En una entrevista usted dice que los primeros judeocristianos al reinterpretar a Jesús, estos se dirigen a sus escrituras y adjudican a Jesús los textos mesiánicos; pero leyendo el libro "Los libros sagrados en las grandes religiones" hablando sobre el judaísmo, Miguel Perez (pág. 93 - 94) dice que los judíos usaban como lectura para el pueblo los targúmenes ¿Los primero cristianos al reinterpretar los textos veterotestamentarios mesiánicos usaron el targúm además de la LXX?

En cuanto al texto de Hechos de los Apóstoles 17: 23 "El Dios no conocido", se me dijo que este Dios desconocido está por encima de los tradicionales como Zeus y Apolos y que este si desea que el hombre sea feliz a diferencia de los otros. Este Dios no conocido es creencia común en los griegos o de un grupo platónico o gnóstico. Según el primer tomo del libro "Textos gnósticos de Nag Hammadi" este Dios no conocido sería el Dios trascendente ¿Qué me puede decir al respecto?

Profesor, leyendo Génesis 1 sobre el Dios que crea con sola palabra se parece a una corriente helénica sea el logos o la sabiduría pero el Génesis es escrito en medio de una pensamiento semita y no griego ¿Me puede aclarar esta similitud?

R.:

Primero se leía el texto en hebreo. Luego el targum/paráfrasis y luego había un comentario por quien quisiera hablar. Así en la sinagoga judía normal y para judíos normales. Los judeocristianos de lengua griega usaban Septuaginta o un texto parecido que no podemos fijar con exactitud. Pero si eran judeocristianos asentado en Israel es más que posible que lo usaran, porque nociones teológicas que aparecen solo en Targum en general se ven luego entre los cristianos, sobre todo respecto al mesianismo de Jesús. El libro de Miguel Pérez sobre “Tradiciones mesiánicas en el Targum palestinense” (Institución San Jerónimo, V alencia, año ¿?) y el de A. del Agua, sobre Mirás y Nuevo Testamento (igualmente : busque en Google) me parecen excelentes.

Segundo: Pablo se refiere al “Dios desconocido” para los filósofos atenienses, pero no para él que es Yahvé, el Padre de Jesús, por tanto el Dios trascendente, el Único, el Altísimo, etc. Y el Apóstol quiere atraer la difícil atención de los filósofos con la idea de que ellos están adorando al Dios único sin saberlo. Pero ojo, todo el cap. 17 de Hechos es un testimonio único y hay muchos comentaristas que dudan de su autenticidad histórica.

Tercero:

El Logos del Evangelio de Juan es un producto de las especulaciones judías (basadas en un fondo de platonismo vulgarizado) sobre el Uno y el Bien y la “expansión” de éste hacia fuera de su Mismidad, como modos divinos, Sabiduría, Palabra, Presencia. Es muy difícil saber si los judíos lo interpretaban como meros modos o como verdaderas hipóstasis personalizas. Es muy probable que casi todo el prólogo del Evangelio de Juan sea un midrás, una explicación, de Génesis 1 (consulte D. Boyarin, Espacios fronterizos. Judaísmo y cristianismo en la Antigüedad Tardía, Trotta, Madrid 2013, en versión de Carlos A. Segovia, con textos rabínicos comentados). Los judíos de la época estaban mucho más helenizados de lo que parece.



Saludos cordiales Antonio Piñero
Universidad Complutense de Madrid
Www.antoniopinero.com
Martes, 10 de Febrero 2015
Escribe Antonio Piñero



Pregunta:

Tras años de publicar y debatir en los foros de Facebook acerca del Jesús histórico, he encontrado de todo. Por un lado me las veo con los creyentes, por otro lado con los negacionistas, entre ellos hay algún historiador.

Mientras exhiban argumentos, me parecen debates constructivos y didácticos, pero a vaces recurren a falacias. Como podrás imaginar, cito con frecuencia tus trabajos. En ocasiones alguien ha argumentado, que no te toma muy en serio, y para ello citan una frase que al parecer, pronunciaste en algún medio, que es la siguiente:
"Hay más pruebas de la existencia de Jesús que de la de Julio César"

Me imagino, que la sacan fuera de contexto y la malinterpretan. Me gustaría que me dijeras, que expresar con dicha frase.


Respuesta:

El crítico tiene razón en que esa frase es sumamente hiperbólica. Me he arrepentido de haber usado ese ejemplo. Pero sí se podría utilizar el ejemplo de cualquier otro de personajes absolutamente secundarios en la historia del Imperio romano. Y Jesús era un personaje mínimo, casi inexistente, a los ojos de Roma.

Dije esa frase malhadada en un momento de exasperación con gente irracional que no saben distinguir entre un rabino galileo, fracasado en su empresa, evidentemente, como algún otro de su época, y el cristo celestial que es un teologuema que empieza con claridad sobre todo en Pablo.

Si separasen las dos figuras, no hay razón ninguna para negar la existencia del J. histórico. El cristo celeste no existió nunca históricamente, porque es pura teología y se sitúa a otro nivel, y menos la mezcla de los dos tal como la presentan los Evangelios. La gente, en el fondo, un tanto irreflexiva, quiere decir es que ese Jesús, mezcla de esos dos referentes, no existió nunca. Y tienen razón. “Pero hablan en prosa sin saberlo”. Y no saben que la tienen porque no saben distinguir entre esos dos “personajes”, uno real y mínimo (luego reinterpretado y repensado, idealizado = el Jesús evangélico) y otro, el Cristo celestial. Y menos caen en la cuenta de que la lectura crítica de los Evangelios hace esa distinción…, y entonces no se plantea el menor problema. Insisto: se trata de una falta de reflexión.

Creo que el 99% de los investigadores está de acuerdo con esta distinción y no tienen el menor problema con la existencia del Jesús histórico, de verdad


Pr.:

En el evangelio de San Juan capitulo 18 dice los siguiente:¿ Judas lleva un destacamento de soldado romanos y los guardias puesto a su disposición.? ¿ Es posible que Judas como dice el evangelio lleve soldados romanos para capturar a Jesús, o fue Poncio Pilato que ordeno a Judas en capturar a Jesús?

En los evangelios de Juan, Marco, Mateo y Lucas no aparece ningún soldado romano esta bajo el mandato de Judas?


R.:


Naturalmente Judas no era nadie en sí, sino el señalizador de Jesús en medio de la noche. Los evangelios, literaria y retóricamente, destacan el papel de Judas para estigmatizar la traición. Quien ordenó la detención, sin ninguna duda, y puso la inmensa mayoría de los soldados fue Poncio Pilato. Además es probable, solo probable, que fueran con ellos soldados de Herodes Antipas, que estaba en Jerusalén a la sazón y tenía bastantes ganas de hacer con Jesús lo mismo que con su maestro Juan Bautista hasta formar un buen número. Y el Evangelio de Juan exagera, también sin duda, hasta decir que fueron contra Jesús y sus discípulos una cohorte (unos 600 hombres).

Pregunta:

Quisiera saber su opinión sobre el verdadero motivo de la separación de
Bernabé y Pablo ya que el testimonio de Pablo es diferente al relato de Lucas.
(puede que ya lo haya comentado al algún post anterior) También su opinión
sobre el porqué silencia Pablo a Bernabé en sus cartas cuando puede que fuera
el compañero que más le hubiera ayudado y el más importante -con diferencia -
en sus principios como cristiano (según Lucas).

R.:


Si ninguno de los dos (Hechos y Pablo) lo dice claramente, es imposible saberlo con seguridad. Pero es muy verosímil fuera
a) Por disparidad de criterios intelectuales, como apunta en Gálatas, cuando sostiene, en la disputa de Antioquía con Pedro (2,11-14), que Bernabé se “dejó arrastrar a esa misma simulación”. Y ciertamente que eran muy amigos se deduce también de Gál 2,1. Y
b) Porque en cuanto al carácter Pablo no debía de ser precisamente un angelito. No sería extraño que Bernabé se cansara humanamente de Pablo.
c) El silencio anterior a la ruptura se explica probablemente por el afán de protagonismo de Pablo y porque sus cartas (desde 1 Tes) están escritas después de la separación. La falta de mención posterior a la disputa es de por sí ya evidente.

Pr.:

Tengo una pequeña duda quisiera saber porque los testigos de jehova insisten que jesus no fue crucificado sino clavado en un madero

R.:

No es posible saber nada estrictamente sobre el modo de la crucifixión de Jesús , porque los primeros textos, los de Pablo, que habla muchas de veces de Jesús "crucificado" emplea solo un vocablo que puede significar --pero es raro en ese contexto de condena a muerte por los romanos--- de “madero”. Yo creo que los testigos de Jehová hablan de que fue clavado y “colgado” porque se atienen al texto del Deuteronomio 21,22 --que es un texto mesiánico para los cristianos-- y que habla de alguien "colgado en un madero". Así que puede haber opiniones divergentes en ese asunto, que en realidad es mínimo. Lo importante es la muerte en cruz de Jesús –hecho difícil de inventar pos sus seguidores-- y que murió acusado de sedicioso contra el Imperio.

Pr:

Para poder hacer un análisis real de la biblia, ¿Qué Biblia o de que versión me recomienda Ud. leer, ya que durante años la biblia a sido manipulada y creo yo que hasta distorsionada?
Espero su pronta respuesta.

R.:

He dicho y repetido muchas veces que mi Biblia preferida para el Antiguo Testamento es la de Cantera-Iglesias, Edit. Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, múltiples reediciones. Para el Nuevo Testamento, en conjunto creo que preferiría la Biblia de Jerusalén, de Desclée.

La Biblia en hebreo y el Nuevo Testamento en griego son textos establecidos por años y años, siglos, de crítica textual, realizada por múltiples estudiosos de toda condición, creyentes e increyentes, puramente científicos. Lo que sí puede discutirse son las traducciones. Hoya día, sin embargo, son pocos los pasajes que se traducen mal voluntariamente, porque hay muchísima crítica.

Lo que sí es posible, y de hecho ocurre, que las notas a pie de página sean muy, muy confesionales y quieran ver, por tradición, lo que no dice el texto.
Como creo que sabe, estamos preparando un “Nuevo Testamento, histórico-crítico, universitario, con multitud de notas para que se entienda el texto, no militante, pero estrictamente aconfesional y crítico, sin tutela ni nihil obstat de iglesia alguna”. Formará parte de la Biblia de San Millán, y es posible que el Nuevo Testamento aparezca a finales del 2016 o principios del 2017 en una editorial todavía por determinar.


Saludos cordiales de Antonio Piñero
Universidad Complutense de Madrid
Www.antoniopinero.com
Martes, 10 de Febrero 2015
Literatura Pseudo Clementina. Las Homilías griegas.
Hoy escribe Gonzalo Del Cerro

Homilía XI

La ignorancia es la causa de los males

Pedro abunda en la visión cristiana de la creación insistiendo en que la caída de nuestros primeros padres hizo perder al hombre la felicidad original. Es verdad que siempre queda abierta la puerta al arrepentimiento y a la penitencia. Pero ello exige un esfuerzo en la voluntad humana. Porque la situación del hombre caído provocó el deslizamiento por las laderas de la ignorancia, que es el principio y causa de todos los males. La causa de la ignorancia creciente es la labor de la serpiente, que suscita toda clase de pensamientos para perjuicio del hombre.

Estratagemas de la serpiente

Siembra, por ejemplo, en nuestra mente todas las suposiciones falsas contra la unidad divina. Una vez más, la advertencia contra el peligro de la idolatría, el peor de todos los pecados posibles, introducido en la historia por la serpiente del Paraíso. Uno de los consejos de la serpiente es, en efecto, en palabras textuales según el relato de Pedro: “No rechacéis la ignorancia, que es la causa de los males” (Hom XI 12,1). La serpiente acecha con el pretexto de “otro” conocimiento. No debemos olvidar que la primera tentación de la serpiente del paraíso prometía un conocimiento del bien y del mal. Como aquella táctica le salió bien para sus planes, recurre de nuevo al mismo argumento. La ilusión de obtener un mayor conocimiento no dejaba de ser una tentación peligrosa para el hombre y eficaz para las pretensiones de la serpiente.

La ignorancia no puede ser excusa

En primer lugar trata de convencer al hombre original que, si no escucha la palabra de la verdadera religión, no es reo de juicio. “Por eso, engañados algunos hombres, no quieren escuchar para seguir en la ignorancia, no sabiendo que la ignorancia en sí misma es un veneno suficientemente mortal. Pues no es verdad que si alguien toma un veneno mortal ignorando que lo es, no muere” (Hom XI 12,2). Por ese razonamiento, el Apóstol Pedro subraya la idea y la realidad de que la ignorancia no exime al pecador de su error ni lo libra de la perdición. Pues no es verdad que si alguien toma un veneno mortal ignorando que lo es, no muere. El argumento del avestruz tampoco es válido en estos casos. El ocultar la visión del peligro no libra del mal inminente, como la ignorancia del efecto mortal de un veneno no libra de la muerte.

No vale, pues, la ignorancia como excusa, pues el que no quiere aprender para no ser reo de juicio, ya está juzgado como responsable. Pesa sobre él un gesto negativo como es el de negarse a escuchar la doctrina de la verdad. Porque esta estratagema nada puede como defensa frente a Dios, que sondea los corazones. La consecuencia es, por tanto, la necesidad de huir del malvado pensamiento que la serpiente transfiere a nuestra mente. Y si realmente uno termina la vida presente en la ignorancia, será acusado de que no conoció durante su vida quién fue el benefactor que le proporcionó sus alimentos. Además, como insensible, desagradecido y como siervo muy indigno, será apartado del reino de Dios.

Error del politeísmo

Sigue la argumentación de la serpiente aportando sus reflexiones falsas con apariencia de verdad. Muchos de los hombres saben y reconocen que solamente hay un solo Dios, que merece ser honrado y adorado. Pero añaden la idea de que eso no quita ni anula la existencia de otros dioses a los que el hombre puede o debe honrar. La serpiente recurre al ejemplo varias veces aludido del César. Porque de la misma manera que hay un solo César, pero tiene bajo su poder administradores -cónsules, gobernadores, tribunos, centuriones, decuriones-, de la misma manera, siendo uno solo el gran Dios, como el César, hay también dioses según la razón de sus poderes inferiores, sometidos a él, pero que nos gobiernan a nosotros. Frente a estos argumentos exige Pedro de los hombres vacilantes o que han sido infectados (por la serpiente) con esta doctrina como con un terrible veneno, -me refiero a la perversa concepción de este ejemplo-, para que conozcan qué es bueno y qué malo. Sería el “otro” conocimiento aludido como el que adquirirían Adán y Eva comiendo del árbol de la ciencia (Hom XI 14,3).

El politeísmo es un ultraje del Dios único

La consecuencia lógica de las reflexiones de Pedro lleva a la conclusión de que en realidad el politeísmo es un ultraje contra Dios. Y vuelve al ejemplo del César, que tiene funcionarios subordinados, pero que no merecen ni tienen permitido que se les dé el título y el honor del César. Si alguien de su entorno tuviera la osadía de hacerlo, recibiría el castigo correspondiente. Y ello aunque entre el César y sus subordinados existe solamente la distancia finita que puede darse entre hombres. Si el ultraje del hombre lleva consigo una pena, mucho más los que llaman dioses a otros seres estarán sometidos a un castigo eterno, por haber ultrajado a Dios.

Saludos cordiales. Gonzalo Del Cerro






Domingo, 8 de Febrero 2015
"El cerebro espiritual". Un libro de Francisco J. Rubia (563)
Escribe Antonio Piñero

Espero que los lectores se acuerden de que en este mismo Blog reproduje una conferencia del Prof. Rubia, con un título muy parecido, que hizo surgir entre los lectores una interesante discusión. Ahora la conferencia se ha transformado en un libro pequeño, de fácil lectura, con una inmensa cantidad de datos, sobre todo de resultados de experimentos e indagaciones neurofisiológicas, con gran una exposición neta y clara de los resultados y una notable bibliografía. La casa editorial es “Fragmenta” (Colección “Fragmentos” 31), Barcelona 2015, 21 x 13 cms., 221 pp. Rústica. De esta misma editorial he comentado un libro de Abdelmunin Aya, El arameo en sus labios. Saborear los cuatro evangelios en la lengua de Jesús.

Entre mis notables colegas de la Universidad Complutense es el Prof. Rubia uno de los más laureados que conozco y ha sido catedrático de La Ludwig Maximillian Universität de Múnich (en conjunto una de las mejores universidades de Alemania) y consejero científico de ella. Ha sabido, además unir, el rigor de más de cuarenta años de investigación (más de doscientas publicaciones) en el campo de la neurofisiología con una dedicación, cuando ha sido oportuno, a la tarea de promover el desarrollo científico. Francisco Rubia ha sido subdirector del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, director de su “Departamento de Investigación”, vicerrector de investigación de la Univ. Complutense y director general de Investigación de la Comunidad de Madrid. En la actualidad pertenece al prestigioso Colegio Libre de Eméritos.

En el “Prefacio” el autor deja muy clara la intención del libro. “Cerebro espiritual” quiere decir que este órgano humano posee “estructuras que, debidamente estimuladas son capaces de generar experiencias espirituales, místicas, religiosas o de trascendencia”. El que el cerebro produzca experiencias espirituales plantea problemas para delimitar entre materia (el cerebro es puramente material) y espíritu, entre natural y sobrenatural, e incide directamente en la cuestión del origen de la religión, puesto que –aunque espiritualidad y religión no son iguales-- la segunda se basa sobre la primera.

El autor postula que el vocablo “espiritualidad” que defiende este libro debe ser correctamente definida, teniendo en cuenta que la experiencia espiritual –que no es igual, ni mucho menos, a la experiencia religiosa-- se da en niños y agnósticos, amén de personas que pertenecen a corrientes religiosas que deben ser estrictamente definidas como ateas, tales como el budismo (otra cosa es que muchos budistas iletrados hayan considerado, a posteriori, a Buda como un dios y le rindan culto), jainismo, taoísmo, confucionismo y algunas formas del hinduismo. El autor define así la espiritualidad: “Sentimiento o impresión subjetiva de alegría extraordinaria, de atemporalidad, de acceso a otra realidad diferente a la cotidiana, que se experimenta más vívida e intensamente que la realidad cotidiana, producida por una hiperactividad del cerebro emocional”. La espiritualidad aún no es religión (por ejemplo, los estados espirituales producidos por la audición de música ), pero es la base de toda religión, que no se entiende sin la existencia de la “segunda realidad”.

La espiritualidad es tan antigua como el ser humano y no es extraño que ya en los homínidos se dieran manifestaciones de una cierta espiritualidad, quizás de manera fortuita al descubrir por casualidad el potencial de alteración de la mente de plantas u hongos durante la exploración de su entorno en busca de alimento. Al ser definida de este modo, la primera constatación es que la espiritualidad es inherente al ser humano, pero que el origen de ella hay que buscarla en los “estados alterados de la consciencia”. Advierte el autor de que esta expresión no significa enfermedad o patología alguna, sino un estado especial, no usual, que conecta al ser humano con una realidad que no es la cotidiana y normal, una segunda realidad, transcendente. Pero no es más que un estado fisiológico, una facultad humana como otra cualquiera.

La idea de que la espiritualidad se genera en el cerebro sin duda alguna se prueba por múltiples y repetidos experimentos. Así la ingesta de fármacos que producen trances extáticos, o electrodos que dan impulsos, por ejemplo, al lóbulo temporal. Con el avance de la neurofisiología se ha comprobado repetidísimas veces que estimulando determinadas estructuras cerebrales pertenecientes a nuestro cerebro emocional o sistema límbico, sobre todo la amígdala cerebral y el hipocampo, este cerebro genera emociones, memoria, atención y un sistema de recompensas. Además de la neurofisiología, también por la historia de la humanidad apunta a que los fenómenos espirituales son un mero producto de nuestro cerebro. La historia ha observado repetidas veces que utilizando ciertas técnicas –como el ritmo, la música, la danza, el aislamiento, la falta de sueño y de alimento-- así como drogas naturales el ser humano se ha procurado artificialmente el acceso a esa “segunda realidad”, que ha considerado trascendental respecto a la realidad cotidiana..

El libro plantea muchas preguntas que surgen de estas observaciones. Una de ellas y muy importante es: ¿hizo Dios el cerebro y, por tanto, la espiritualidad y la realidad en la que ella se inserta de modo que el hombre llegara a conocerlo de algún modo? Y el autor responde que la pregunta en sí no es pertinente científicamente porque la idea de Dios no es demostrable ni falsable, es decir negable. Por tanto, desde un punto de vista estrictamente científico hay que decir que la espiritualidad –y consecuentemente la religión cuando se deriva de ella en determinadas circunstancias-- es un producto de la evolución. Naturalmente, algunos, o muchos lectores, argüirán que esta evolución ha sido decidida por Dios como un “diseño inteligente”. Cada uno verá que le convence más.

¿Para qué sirve la espiritualidad? Se pregunta también el autor ¿Cuáles han sido las modificaciones del entorno que han llevado a provocar su surgimiento en el ser humano? En líneas generales responde Rubia con diversos autores que la espiritualidad nació por tener un valor biológico para la supervivencia, pero entendida de un modo amplio: no solo la supervivencia primaria, sino tab la secundaria, es decir, la necesidad de una vida placentera y segura y de un sistema que sirve igualmente para la cohesión del grupo.

El autor apunta también que concepto de “sobrenatural” está íntimamente ligado al de lo “espiritual”, pero sostiene que en sí es totalmente distinto, ya que lo sobrenatural es una súper interpretación que el cerebro mismo propone de algunas de sus producciones espirituales. Por ejemplo, fenómenos espirituales básicos son los trances provocados por la música o las expresiones artísticas, que nada tienen que ver con lo sobrenatural. Es este un concepto que nace secundariamente y que está ligado con el origen de la religión que es muy discutido. Otras secciones del libro abordan cuestiones como la “búsqueda de la espiritualidad”, la utilización de sustancias enteógeneas (es decir, generadoras de la idea de que un dios habita en el ser humano en algunos momentos) en ritos y cultos religiosos”, la “neurobiología de la experiencia espiritual” (i. e. cuáles son las estructuras cerebrales que debidamente excitadas generan la espiritualidad, en especial el lóbulo temporal, cuestión que podría definirse como neuroquímica de la trascendencia).

La última parte del libro me ha parecido en extremo interesante, pues es en primer lugar una exposición de la teoría del autor sobre “el éxtasis como probable origen de la religión”. En síntesis podría sostenerse según el autor que los hombres descubren los estados alterados de conciencia = la espiritualidad en tiempos remotos bien por observación Dios los animales que ingieren sustancias alucinógenas y entran en una suerte de trance observable, o bien por casualidad al ingerir hongos o hierbas con poderes enteogénicos. Y una vez descubierta la espiritualidad y sus posibles beneficios, los grupos humanos hacen el resto para su beneficio y seguridad últimos

Finalmente el libro se cierra con una historia abreviada, muy sintética, de las hipótesis o teorías que en los últimos siglos se han expuesto sobre el “origen de la religión”. Se trata de una verdadera enciclopedia de ideas. Aunque el autor no se decanta por una teoría concreta, da la impresión de que le satisfacen más, como propuestas más convincentes sobre el origen, las teorías sociales que hacen hincapié en la función del grupo o conjunto social. La espiritualidad es individual e intransferible, pero la religión es ante todo una función social.

No rechaza el autor ideas como el antropomorfismo/ animismo (el ser humano dota espontáneamente de vida semejante a la suya, con sus misma cualidades, a objeto inanimados, a seres que se aparecen en los ensueños, y también a fenómenos poderosos de la naturaleza que le aterrorizan), o bien otras doctrinas que sostienen que la creencia en los agentes sobrenaturales son en gran parte productos accesorios de un mecanismo cognitivo, seleccionado por la evolución, para detectar agentes, como predadores o protectores; y de ahí el paso a agentes supranaturales que explican al hombre primitivo el universo, o que le protegen y aseguran un más allá confortable, etc. Multitud, pues, de teorías que sería conveniente, quizás que el autor desarrollara críticamente en un ensayo autónomo, pues ya ha reunido y conoce bien la necesaria bibliografía.


Por último: disiento en algunos aspectos o puntos de vista de este libro. El primero es la consideración de que el cristianismo fue fundado por Jesús de Nazaret (al menos el lector puede pensarlo así). Hoy día desde el punto de vista histórico es esta posición insostenible, ya que el cristianismo solo nace después de la muerte de Jesús y como una reinterpretación, a la luz de la palabra de Dios, las Escrituras, y por parte de sus seguidores de la figura y misión de su Maestro. Y segundo, porque parece imposible que alguien sea el fundador de una religión cuando jamás se lo propuso ni jamás fue infiel a la suya, el judaísmo, al que sólo y en todo caso, se propuso reformar y profundizar en lo que creía lo mejor de sus esencias. Igualmente, unir el cristianismo con Jesús de Nazaret y este con el chamanismo (tesis no propuesta por el autor, pro citada largamente y sin comentario alguno) o proponer aunque sea solo modo de hipótesis que Jesús fue un chamán es superficial e incorrecto.

Tampoco es correcto dar credibilidad a la historia del éxodo atribuyendo, sin discusión a Moisés experiencias chamánicas, ya que se trata de racionalizar algo que es pura leyenda. De dejarse más claro en el libro que se parte de ese punto de vista y que lo que se explica es como chamanismo es la historia legendaria y no la historia a secas. La interpretación moderna va evidentemente por otros derroteros.

Mucho menos correcto es decir que el cristianismo copia de la religión de Mitra. He aclarado en multitud de ocasiones que hay que distinguir entre dos Mitras: A) Lo que sabemos del Mitra Zoroástrico por medio de los himnos Gathas, avésticos, que es poco, que se refiere a una divinidad de la luz, coordenadora y cocreadora del universo, que arregla el caos primordial, por tanto una divinidad más bien abstracta, del orden y la luz, en la que el torno no representa otra cosa que la vida o energía primordial,

y B) otra cosa muy distinta de lo que sabemos (apenas textos; solo arqueología y representaciones iconográficas altamente discutidas por los historiadores de la religión de Mitra, creación artificial, igual a la de Serapis en Egipto, por sacerdotes al servicio del emperador Adriano, a partir de la mitad del siglo II d.C., cuando el cristianismo ya está relativamente bien conformado en su cristología. De este segundo Mitra es del que se afirman su nacimiento en una cueva el 25 de diciembre (¡no hay ni un solo texto de la antigüedad que lo diga!), el taurobolio y el ser rociado con su sangre, etc. Pero por estas fechas de los siglos II y III no necesitaba el cristianismo copiar nada, pues su teología estaba ya bien contorneada. En todo caso –se ha argumentado también, creo, sin más razones que la apologética-- que el mitraísmo copió algunas cosas del joven cristianismo. En realidad tampoco lo necesitaba. Sobre el tema he recomendado varias veces la lectura del libro de Jaime Alvar, Los Misterios. Religiones orientales en el Imperio romano ().

Aparte estas pequeñas disensiones, el libro del Prof. Rubia me parece excelente y digno de leerse, pues recoge unos datos de la neurofisiología actualísima que no pueden negarse y que obligan a plantearse la cuestión de la espiritualidad y la religión con otros ojos. Es inútil no querer prestar atención a lo que la investigación médica sobre nuestro cerebro pone una y otra vez de manifiesto.

Saludos cordiales Antonio Piñero
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com


Viernes, 6 de Febrero 2015

Notas

Hoy escribe Fernando Bermejo</strong>

Tras los asesinatos de unos periodistas franceses –o, según otros, después de que unos piadosos valientes depararan su merecido a unos necios faltos de buen gusto y de respeto que se lo han buscado–, los racionalistas de turno han salido intentando dar lecciones a los homines religiosi, intentando distinguir con su natural discernimiento entre personas e ideas. No debe uno meterse con los musulmanes (o con los cristianos, o los judíos…), sino en todo caso con el Islam (o el cristianismo o el judaísmo…). Puedes meterte con el Islam mientras no te metas con los musulmanes. Musulmán, atiende: se pueden meter con tus ideas mientras no se metan contigo. He aquí el sagaz mensaje: “Hay que respetar a las personas, pero no a las ideas, que no merecen ningún respeto especial”. Y se quedan tan anchos, los tíos.<!--more-->

¡Como si a nosotros se nos pudiera dar lecciones de sutileza! Como si quienes distinguimos perfectamente entre Mahoma y Alí, o entre Jesús y Juan el Bautista, o entre un rifle de asalto XM-8 y un SIG550, no pudiéramos distinguir entre ideas y personas. Pero estos tíos, ¿por quién nos han tomado…?

No se trata solo de que en las creencias religiosas nos va la vida porque nos implicamos con todo nuestro ser (personal). Es que, además, la religión trata, al fin y al cabo, de personas, y de personas divinas. Dios, Yahvé, Allah son personas –o tres nombres de una sola persona, o en realidad solo una de ellas es una persona y las otras son ídolos, bueno, me estoy perdiendo… retomemos el hilo–.

La cosa es que la divinidad es personal. ¿Y qué hay más sagrado, por amor de Dios, que la Persona Divina? Y hay también otras personas, como por ejemplo Jesucristo. Jesucristo es una persona –de hecho, una persona con dos naturalezas, que ya te gustaría a ti, pobre mortal uninatural–, así que ni se te ocurra meterte con él ni decir nada que yo pueda malinterpretar. Y no digamos con la virgen María –quam pulchra, quam sancta–, también ella una persona como Dios manda, y tan femenina e indefensa, ella. Y Mahoma, y Alí, y Fátima, y Abrahán, y Moisés… Todas estas personas son reales realísimas, como mínimo mucho más reales que tú y que yo.

Y como personas verdaderas y-de-hecho-las-más-verdaderas, tienen su honor. Y como el honor no está para tomarlo a risa, y menos algo como el honor de las personas divinas y/o sacras-por-la-dignidad-especialísima-que-ocupan-para-las-propias-personas-divinas-y-para-las-personas-que-veneramos-a-tales-personas, si el honor de esas personas es vulnerado, pues hay que vengarlo. ¿O no? Y para eso estamos nosotros, los que nos tomamos en serio el carácter personal de las Personas.

Así pues, tú no te metes con Dios/Allah o con alguna otra de la larga lista de personas enumeradas, porque de lo contrario te largo un puñetazo o una descarga de mi Kalashnikov o te rebano el cuello con un sable. No vayas a pensar que eso depende de mi mayor o menor sentido del humor o de si estoy más o menos civilizado que tú, sino de la voz sobrenatural pero no por ello menos personal que yo oigo en mi interior y que me dice clara y sabiamente qué debo hacer, pues -repito- obviamente es más real que tú y que yo.

A ver si os enteráis. La religión es cosa de personas. Por eso tampoco te metas con la Iglesia (“¿Cuál de ellas? Hay cientos…”, pero cállate, hombre), o con la Umma, porque la Iglesia/Umma es como mi mamá, de hecho es mi mamá. Y a quien se atreve a meterse con mi mamá yo le largo un par de ostias, o un puñetazo. Y nadie va a decirme nada, ¿verdad? Porque madre no hay más que una. Y porque las mamás, por definición, son personas.

Espero que os quede claro, racionalistas de pacotilla, y no volváis a las andadas. Y si no, ateneos a mi puño o al Kalashnikov de mi primo, el de Zumosol (ya sabéis, el muyahidín de turno). Que sí, que se han pasado, que había demasiada sangre. Pero es que cuando alguien se mete con las personas, no digamos con la mamma… ma è normale, è normale!

Saludos cordiales de Fernando Bermejo

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NOTA PARA LOS QUE VIVAN EN MADRID y pueda interesarles:

Hoy, miércoles 4 de febrero 2015 voy a presentar el libro del Prof. Dr. D. Francisco J. Rubia, colega mío, de Medicina, de la Universidad Complutense, con el título

"El cerebro espiritual",

libro que estimo interesantísimo y de consecuencias muy importantes:

Lugar: MADRID c/ Arapiles 14. Salón de actos de "Técnicas Reunidas", a las 19.30 horas.

Saludos,
A. Piñero
Miércoles, 4 de Febrero 2015

Escribe Antonio Piñero


Pregunta:

Tendría varias preguntas, como una que le formulé hace un par de años a un sacerdote que no me supo responder "sabía Jesús desde su niñez que era el hijo de Dios, o lo fue descubriendo poco a poco" partiendo de la base de que lo fuera.

Respuesta:

La ciencia histórica, que se ocupa exclusivamente del Jesús histórico y no del Cristo celestial o Cristo de la fe (que es cosa de teólogos), no responde a esa pregunta, que supone que “hijo de Dios” está entendido como los cristianos posteriores: hijo físico, óntico, real de Dios, segunda persona de la Trinidad, etc. Nada de eso sabía Jesús. Jesús se creyón hijo de Dios en ese sentido del Antiguo Testamento, una relación especial con Dios, siendo mero hombre, como el rey, el profeta o el sumo sacerdote. Especialmente en su función de profeta/proclamador del reino de Dios. Según los evangelistas, Marcos y Mateo y Lucas eso ocurrió en el bautismo por parte de Juan Bautista. Lo más probable es que fuera después cuando decidió fundar su propio grupo aun antes de la muerte de su mentor o maestro. Por tanto a principios de su vida pública.

Pr.:

¿Es cierto que la propaganda del Cristo y su ejecución tuvieron lugar en el reinado de Tiberio, pero su eco no afecto a Roma?
¿Poncio Pilato envió algún informe sobre el caso al emperador?


R.:


1: Totalmente cierto en tanto en cuanto los historiadores de la antigüedad coinciden en que Poncio Pilato fue procurador de Judea del 26 al 36 d.C. Tiberio murió (probablemente su muerte fue acelerada por Calígula en el 37 d.C. Naturalmente que la muerte de Jesús no afectó a Roma una cosa tan insignificante y un personaje tan desconocido dentro del maremagnum del Imperio
2: Lo más probable es que sí lo enviara, puesto que una ejecución de 3 sediciosos contra Roma, y en la Pascua, era importante


Pr.:


¿Podría usted decirme cómo puedo conseguir una traducción del Tanaj judío en español? necesito que me indique el nombre de la editorial o el nombre del traductor o algún sitio donde pueda comprarlo ya que la mayoría de las traducciones que he podido conseguir son traducciones cristianas (lo he podido comprobar al leer cómo traducen los versículos 22:16 de los salmos, y Isaías 7:14).


Re.:


Yo utilizo la de Cantera-Iglesias. Editorial B.A.C. Madrid (múltiples reediciones). La compra en cualquier librería seria o en "San Pablo" Naturalmente sus autores son cristianos, pero en el AT son excelentes hebraístas, agnósticos muchos de ellos, independientes y además es la única que tiene notas críticas. Y si busca una traducción puramente judía (acuda, por favor a Google porque ahora no puedo decirle ninguna de memoria, ya que yo uso la Biblia en hebreo) también serán "confesionales", parciales.


Pr.:


Hola Antonio. Le escribía para consultarle sobre algún libro que exponga el estado de la cuestión de las relaciones entre el cristianismo y los Misterios eleusinos o, por lo menos, que sistematice los problemas a los que se ha enfrentado el estudioso.

R.:

El mejor que conozco y con abundante bibliografía es el de un profesor de la Universidad Carlos III = Alvar Ezquerra, J., Los misterios. Religiones orientales en el Imperio Romano. Crítica, Barcelona 2001.


Pr:


Verá han vuelto a traer por fin en la librería los tres volúmenes de Textos gnósticos. Biblioteca de Nag Hammadi que usted editó, sin embargo quisiera saber si los textos que trabaja en esta publicación son todos los textos encontrados o solo los gnósticos propiamente, es decir si son todos los papiro o una parte de ellos.

Otra consulta, verá tengo el libro de Aurelio do Santo "Los Evangelios apócrifos"en edición bilingüe y quisiera saber si usted trabaja más textos o cuál es la diferencia con esta publicación.

Mi otra consulta es si en este libro suyo de la Bibliteca de Nag Hammadi desarrolla todos los evangelios descubiertos, ya que también tiene usted otra publicación titulada "Todos los evangelios" en qué se diferencias estos dos libros


R.:


1: Son todos, absolutamente todos, los textos que se encontraron en 1945 en esa localidad. Si está en la Biblioteca, lea por favor, la Introducción.

2: Mi edición no es bilingüe, no tiene amplias introducciones, y presenta, (a excepción del Evangelio secreto de Marcos y otro fragmento del Evangelio del Salvador, que conocí más tarde, todos los evangelios que se conservan. De Santos publica también algunos títulos (recibidos de los Santos Padres, títulos solos, sin texto, que yo no publico.

3: Los “evangelios” de Nag Hammadi son los descubiertos en esa localidad y “Todos los evangelios”, son todos los que tenemos en diversos manuscritos que no soon, naturallmente, de Nag Hammadi.

Confieso que estas preguntas se las podría haber respondido Usted a Usted mismo con un poco de reflexión y leyendo mi página web donde tiene Usted toda la información.

Saludos cordiales de Antonio Piñero
Universidad Complutense de Madrid
Www.antoniopinero.com
Martes, 3 de Febrero 2015
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Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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