CONO SUR: J. R. Elizondo

Bitácora

19votos


El gobierno de Bachelet ha sido debilitado por los síntomas de división entre socialistas y democratacristianos, afirma José Rodríguez Elizondo en la siguiente entrevista, publicada en la revista peruana Caretas el pasado día 13 y realizada por Marco Zileri.



A un año de la muerte del dictador, José Rodríguez Elizondo no sólo expresa sentimientos personales –“no siento rencor ni amargura”– sino un agudo análisis de las razones de la crisis política interna en la Coalición gobernante que preside Michelle Bachelet.

JRE era fiscal de la Corporación de Fomento de Producción (CORFO) del gobierno de Salvador Allende, cuando ocurrió el cruento golpe del general Augusto Pinochet en 1973. Su nombre apareció en una apresurada nómina de muertos el mismo día 11 –“primero me mataron”, dice JRE– e inmediatamente pasó a la clandestinidad en casa de una amiga ubicada a dos cuadras de la Escuela Militar.

“Veía los desfiles desde una ventana, y sufría en las noches de toque de queda, cuando se detenían autos en las cercanías: pensaba que sólo podían andar a la busca de chilenos escondidos”, describe.

A un año de la muerte del general Augusto Pinochet, ¿cambió el escenario político de Chile?

La existencia del dictador cohesionaba a la Concertación de Partidos por la Democracia (coalición gobernante). Con Pinochet fuera del espectro político, se perdió la afectio societatis o ánimo fraternal para estar juntos. Lo que la mantiene a flote es otro factor negativo: la opositora Alianza por Chile tampoco goza de buena salud.

¿Cuáles son los factores de la crisis?

En lo grueso, que en este cuarto gobierno concertacionista los ideales y principios se perciben mutados en intereses de poder o clientelares. Más en detalle, el gobierno de Ricardo Lagos –quien salió en loor de multitud– hoy se ve desde una perspectiva doblemente crítica: por una parte, allí se generaron casi todos los macroproblemas que hoy afligen a Michelle Bachelet. Baste mencionar el Transantiago y las corruptelas más publicitadas. Por otra parte, la oposición y el fuerte sector empresarial que la apoya estaban tan contentos con Lagos, que descuidaron el lanzamiento de líderes alternativos.

En la Concertación tanto Democratacristianos como Socialistas se alternaron en el poder. ¿Por qué tanto ruido, si el suelo está parejo?

Porque la llegada a suelo plano les muestra un panorama algo esquizofrénico. El país se desarrolló notablemente bajo sus gobiernos, pero la gestión no fue suficiente para hacernos más felices, solidarios y demócratas. En ese contexto, el fiasco del TranSantiago catalizó la percepción de que, como los remedios, ya venció el plazo de la Concertación. De ahí la implosión del Partido por la Democracia (PPD), la formación de un nuevo referente (Chile Primero) y las señales de división entre socialistas y democratacristianos. Si se me permite una antipática (y triste) autocita, en mi ensayo Chile: un caso de subdesarrollo exitoso, publicado a inicios del gobierno de Lagos, denuncié los primeros síntomas, a sabiendas de que sonaría como aguafiestas.

¿Lo leyó Lagos?

Como político informado, él lee todo lo que le concierne. En este caso, me consta que le disgustó.

¿Qué revelan las encuestas?

Que los partidos políticos están en el último lugar de los amores ciudadanos. Bajan, de manera simultánea, los ratings de la Concertación gobernante y de la oposición. Para algunos analistas el tiempo está maduro para una alternancia representada por Sebastián Piñera, precisamente porque es percibido más como empresario que como político. Personalmente, pienso que también está maduro el tiempo para que surja un outsider.

Bachelet culmina su mandato el 2010. ¿Cuál es el margen de maniobra de la Concertación gobernante en el Parlamento?

En la Cámara de Diputados se florean sus impredecibles “díscolos” y el pasado mes perdió su frágil mayoría en el Senado. Adolfo Zaldívar, ex presidente de la Democracia Cristiana, y Fernando Flores, el conocido gurú informático que formó Chile Primero, votaron contra el gobierno en un tema tan vital como más recursos para el insaciable TranSantiago. Soledad Alvear (la ex ministra de RR.EE. de Lagos) ha pedido la expulsión de Zaldívar del partido. Flores ratificó que seguirá siendo independiente del gobierno y de la oposición. Resultado: el gobierno tendrá que negociar caso por caso, con los parlamentarios de la oposición y con sus propios disidentes.

¿Es el Poder Judicial chileno hoy verdaderamente autónomo de la impronta pinochetista?

Ha recuperado sus niveles históricos de autonomía. Con la caída política del dictador, en 1988, se inició un proceso de liberación del PJ. Este culminó con las declaratorias de reo de Pinochet, tras su procesamiento en Londres y por el caso Riggs. Fue inversamente proporcional: mientras más poder perdía Pinochet, más poder recuperaban los jueces. Esto se vio muy claro en el caso Fujimori.

No en el fallo absolutorio del juez Álvarez…

Por eso digo niveles históricos. Siempre ha habido diversidad al interior de la matriz. Al final, la mayoría de la Corte Suprema respaldó la opinión de la fiscal Mónica Maldonado, a favor de la extradición de Fujimori.

¿En cuanto al alma máter de Pinochet, el Ejército de Chile?

Pinochet logró que el Ejército de Chile fuera visto como un ejército de derechas. Sus sucesores, los generales Ricardo Izurieta, y sobre todo, Juan Emilio Cheyre, se la jugaron para recuperar la vinculación con los chilenos de todos los partidos y sin partido. El actual comandante en jefe, Oscar Izurieta, está siguiendo ese mismo camino de profesionalismo, apoliticismo y sujeción al poder constitucional.

Pinochet. ¿ya no pincha ni corta en la escena política chilena?

Física, política y sociológicamente está enterrado. Salvo minorías muy comprometidas de beneficiarios y víctimas, la gente sabe que ya pertenece a los historiadores, y que, en lo principal, su juicio no será benévolo. Puso demasiada sangre entre los chilenos, sin exceptuar a los propios militares. Por lo mismo, las divisiones dentro de la Concertación son una especie de liberación de su fantasma y muchos de quienes lo amaron, hoy se sienten traicionados o tratan de pasar piola.

La presidenta Bachelet tiene programado un encuentro histórico en Bolivia con Evo Morales y Lula de Brasil para inaugurar la carretera bioceánica, el próximo 18. Según el ministro de Defensa de Bolivia, Walker San Miguel, “en dos años las relaciones entre Bolivia y Chile han avanzado como nunca”. ¿Usted qué piensa?

Según las señales externas, hay un buen diálogo y la agenda es “sin exclusiones”. Creo que este sinceramiento es bueno para nosotros, los bolivianos y, en definitiva, para los peruanos. Esto pues, a mi juicio, el tema de la aspiración marítima de Bolivia no es estrictamente bilateral, sobre todo si se piensa en soluciones que afecten territorios ex peruanos y se la vincula con el tema de la frontera marítima del Perú. La lógica me dice que debemos pensar en una política común o consensuada entre Chile y el Perú, para que avance la agenda entre Chile y Bolivia.

(Marco Zileri)


Revista Caretas 13.12.07

José Rodríguez Elizondo
Viernes, 14 de Diciembre 2007



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Bitácora

20votos

Durante la Cumbre Iberoamericana, pero antes del "por qué no te callas", me preguntaron en una radio santiaguina si no había un Presidente capaz de pararle el carro a Hugo Chávez.

–Alan García, respondí con rotundidad.

–Sí, claro, asumió el entrevistador, recordando la mutua insultadera durante la última campaña presidencial peruana.

Debí explicarle que no aludía a ese festival de lisuras, sino a la gran capacidad dialéctica de García. Yo lo recordaba cuando, todavía treintón, se dio el lujo de vapulear a Fidel Castro, con motivo del tratamiento de la deuda externa. Fue tan clara su victoria, que incluso lo apoyó Alfonso "Frejolito" Barrantes, ese entrañable líder de la izquierda sistémico-marxista que nos dejó hace cinco años. El ícono de Chávez comprendió, entonces, que a García no podría llevarlo de las narices y se guardó sus clases de revolución.

Desgraciadamente, parece que el actual Presidente García ya no entra a esas batallitas. Dicen los que saben que está dedicado a consolidar su liderazgo interno y no lo desvela el lucimiento torero en las plazas de las Cumbres. Por eso, en vez de rejonear a Chávez como antes a Castro, se limitó a enviar una epistolar adhesión al rey de España. El mensaje tácito era "a mí también me habría gustado acallarlo".

Puede que esa desaprensión tenga que ver con una concepción ultrapragmática del interés nacional. Algo así como "para qué meterme bajo las patas del caballo, cuando podemos hacer buenos negocios para el país". Esto formaría parte de esa ultrarrenovación de las izquierdas –apristas o no– que siguiera a la caída de los muros y que Fukuyama quiso ver como el fin de la Historia.

Animal político

El problema es que el pragmatismo ultra suele limitar con el fin de los principios. Por ejemplo, con la indiferencia ante la amenaza para los sistemas democráticos que pueden significar los caballos de Troya que regala o intercambia el jefe venezolano. Confieso que esta preocupación se me agudizó cuando leí un texto de mi buen amigo Gustavo Gorriti, según el cual García, tras descalificar como "chavista" a una central sindical, invitó a Chávez a "invertir en el país que intenta subvertir".

Puede que García esté siguiendo la huella de nuestro ex presidente Ricardo Lagos. Este, tras ser acusado y zaherido por Chávez como socialista vergonzante y favorecedor del golpe frustrado de 2002, terminó solicitándole y agradeciéndole el apoyo para que su ministro José Miguel Inzulza fuera elegido Secretario General de la OEA. "Hugo es un animal político", dijo entonces Lagos, sumamente complacido.

Por cierto, la presidenta Michelle Bachelet terminó pagando la cuenta de ese pragmatismo laguiano. Chávez llegó a Chile para ningunearle el lema de la cumbre, interferir en sus negociaciones con Evo Morales, organizarse un evento paralelo y… ofrecerle petrodólares para el crítico sistema de transportes de Santiago. Es decir, Bachelet experimentó en carne propia el riesgo del serrucho amigo.

Por lo señalado, debemos admitir que el exabrupto del Rey de España tiene dos lecturas básicas. Una, la de Chávez, quien recusa al rey por ser rey y no tener votos bajo la corona. Esto le permite elaborar sobre colonialistas que "no pasarán" y blindarse con la retórica castrista. La otra lectura es más sencilla y para nada ideológica. Dice que el Rey simplemente "se cabreó" con los desplantes de Chávez y, de refilón, con el pragmatismo ultrista de algunos de los otros mandatarios reunidos en la Cumbre. El referéndun venezolano del 2 de diciembre tal vez aclare cuál de estas dos lecturas favorece a la democracia.


Publicado en La Republica el 4.12.07.


José Rodríguez Elizondo
Viernes, 7 de Diciembre 2007



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Bitácora

12votos
Chávez pierde, gana Fidel José Rodríguez Elizondo

Uno puede imaginar la complicada conversa de Hugo Chávez con los de su primer círculo, entre la tarde del domingo y el amanecer del lunes. Tan complicada que, seguro, concluyó con el consejo telefónico de Fidel Castro, quien tan bien lo guiara durante el golpe de 2002. “No te inmoles Hugo, eres joven y a diferencia de Allende tienes militares”, le dijo entonces.

Pero ahora la voz del ícono debió sonar un pelín irónica. Algo así como “no pues, Hugo, que basta un solo comemierda enterado para que todo se vaya al carajo… reconoce la derrota y aguanta los fierros, coño, que te queda todo un período”. También debió advertirle, malévolo, que el general Raúl Isaías Baduel está jugando el rol de Huber Matos, con la diferencia de que anda suelto.

Es que, en el balance, Castro retoma la pole position revolucionaria. Chávez se venía creyendo autor de un modelo de legitimidad superior y juraba que las elecciones eran papita para el loro. Pero, aunque el efecto demoró, ahora está igualito que Gorbachov y Pinochet. Mantuvo abierto un resquicio para la libre determinación y por ahí se coló el chiflón del diablo.

Así, Castro puede haber jugado el rol del general Matthei respecto a Pinochet, en 1988. Además, debió intuir que el gran catalizador del No, en el referendum, fue el Rey de España. Este, al indignarse contra Chávez, demostró que se le puede parar el carro. Cabe recordar que Castro fue más sagaz cuando, en la primera Cumbre Iberoamericana, supo conquistar la simpatía y hasta la ternura de Juan Carlos.

Ahora, como Lenin (y quizás sin saberlo), Chávez comienza a preguntarse qué hacer. También, como Lenin, debe estar aprendiendo que luego de un paso adelante pueden venir dos pasos atrás. El paso adelante lo dio cuando, tras el rejoneo del Rey, puso toda la carne en el asador: España debe rendirse. Bachelet no conoce el mercado del petróleo. La CNN es feudo de un nuevo Hitler. La CIA quiere matarlo. “Barril cero” para los Estados Unidos. Reactores nucleares para que Venezuela sea una potencia mundial.

El 75% en contra

El primer paso atrás debió darlo cuando sus adlateres reconocieron que el No había triunfado “por poquitico”. Sólo anotemos que ese “poquitico” es el registrado. Proyectando su tendencia, puede asumirse que del 50% que no concurrió a votar, el 25% corresponde a los opositores más sañudos: los que no quieren legitimar la Constitución, las reformas ni las elecciones de Chávez.

Parte del otro 25% estaría compuesto por chavistas “blandos”, que no quieren una Constitución a la medida del jefe. En suma, más del 50% de la sociedad se ubica en el área opositora y al menos un 75% rechaza el poder total para Chávez.

El segundo paso atrás será, quizás, el de la postergación en la construcción de FF.AA personalizadas. Este es un punto vital, pues la polarización chavista supone una fuerza forjada desde y para el polo triunfante, como sucediera con los ejércitos soviético, chino cubano y sandinista.

Hasta el momento, Chávez venía experimentando la posibilidad de construir ese ejército a partir del realmente existente, mediante la modificación de sus reglamentos, la estructuración de una reserva armada confiable y el endoso de fórmulas doctrinales como “patria, socialismo o muerte”.

Pero el propio Chávez, en cuanto coronel cesado, debió reconocer en 1998 que Cuba es una dictadura. Sabe, por tanto, que en sus FF.AA sigue vivo el ethos profesionalista y que Baduel no es el sobreviviente exótico de una especie ya extinguida. Castro, por su lado, aprovechó el lío para decirnos que acepta ser reelegido… pero a la cubana, pues chico.


Publicado en La Tercera el 4.12.07.

José Rodríguez Elizondo
Martes, 4 de Diciembre 2007



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Pepemonos

23votos
Por Ximena Torres Cautivo

SANTIAGO, noviembre 09.- Admira a Hernán Vidal y a Palomo y encuentra que Jimmy Scott, el caricaturista de El Mercurio es un talento, aunque sostiene que en sus trazos descubre algo del estilo de Claire Bretecher, la notable caricaturista de Nouvel Observateur. Claramente el abogado, periodista y ex diplomático, experto en relaciones internacionales, sabe de lo que habla. O de lo que dibuja, una vocación y un talento natural del que sólo conocen sus más cercanos.

Aquí, y aprovechando que varios de sus conspicuos retratados están en Chile de cuerpo presente, publicamos una galería con el producto de su otra y muy bien dotada pluma.

De dónde nace esta afición. Por qué en Chile no es público este talento tuyo. Has expuesto fuera de Chile, ¿dónde?

Era tan chico, que no recuerdo cuándo empecé a dibujar gente, desde una perspectiva cómica. Descubrí que algún mérito había, cuando mi profesor de dibujo, en el colegio, requisó el mono que le estaba haciendo a un compañero, lo miró apreciativamente y me pidió que le hiciera uno a él. En Chile ha sido un hobby muy privado, pero conocido y sufrido a concho por mis amigos de la Plaza Brasil y mis compañeros de la Facultad de Derecho. En ésta todos recuerdan “El Escupitín”, un diario mural que sacaba con otros dos ociosos. Allí no quedó nadie sin su mono. De paso, el historiador Jaime Eyzaguirre repitió el gesto bienhumorado de mi profe de dibujo. Me pidió que le regalara la caricatura que le había expuesto en ese diario. En el Perú publiqué una columna en el diario Ultima Hora (“Notas de articultura”), que yo mismo ilustraba con monos cómicos y caricaturas. Y en Israel hice una exposición pública, que resultó muy concurrida y comentada. Me la organizó la alcaldesa de Herlya Pituach, la ciudad donde vivía. También allí, la revista en castellano Aurora me publicó varias caricaturas de colegas embajadores.

De los caricaturistas chilenos y del mundo, ¿cuáles son los que más admiras?

Jimmy Scott es un gran maestro por su captación del gesto, la finura y limpieza del trazo. También disfruto con Maní, por su estilización de rasgos. En Argentina sigo admirando al colosal Hermenegildo Sabat, por los elementos creativo-interpretativos que incorporaba. En el Perú, está Carlín, quien consigue caricaturas que parecen fotografías deformadas. Y en los Estados Unidos hay uno estupendo, en el New York Times, pero no recuerdo su chapa.

¿Por qué en este lado gráfico y humorístico del periodismo no abundan las mujeres, dada que somos tantas en el gremio y en el ejercicio de la profesión?

Al parecer, es un género que escapa al género. Existe, sí, una francesa que hace comics buenísimos. Me refiero a Claire Bretecher. Su estilo es tan contagioso que, eventualmente, aparece imitado en los monos del mismísimo Jimmy Scott.

¿Cuáles son tus caricaturas más logradas?

Las de mi familia. El mérito es de mi esposa Maricruz y de mis hijos Maca y Sebas, que las soportan y (a veces) hasta semi sonríen. Mis hijos tienen monos desde el mismo día en que nacieron.

¿Qué atributos debe tener un rostro para ser objeto de una buena caricatura?

Atributo principal: no ser bonito ni lampiño (sección hombres). Un rostro perfecto es una agresión al caricaturista, que debe conformarse con encontrar el gesto. Y el gesto se capta mucho mejor cuando va inserto en narizotas, orejones, cejas de matorral, patas de gallo, calvas-calvas o calvas con parrón, barbas de cualquier tipo y papadas obispales.

O sea, mucho de lo que abunda en los Chávez, Evos y Lulas que, entre otros, nos visitan, y para qué hablar de los Lagos, Insulzas y tantos otros que pululan en la escena. ¿Por qué a las mujeres no nos gusta que nos caricaturicen?

Porque ustedes sospecharon desde un principio que las lindas no inspiran caricaturas.

¿Alguien se ha enojado o sentido contigo al ver tu interpretación de él o ella?

Como caricaturista cometí, alguna vez, el grave error de caricaturizar a personas que tenían rasgos reales de caricatura. Aprendí pronto (afortunadamente) que caricaturizarlos equivalía a burlarse. Que era tan estúpido como reirse de un enano porque es bajito o de un homosexual porque no le gustan las mujeres. Fuera de eso, cuando aprendí que las mujeres se resienten un poquito, dejé de intentarlo… con algunas excepciones, como Maricruz y Maca (gracias, otra vez… hay que ser precavido y hasta un poco chupamedias). En cuanto a los hombres, sólo se sienten o se enojan los inseguros de sí mismos, los que se aman demasiado y los tontos graves. Las categorías 2 y 3 suelen coincidir.

¿Qué crees que duele más: un certero retrato escrito o una lograda caricatura?

Aclaro: una buena caricatura sólo puede doler a los hombres acomplejados, tontos y prepos. Pero a estos les duele cualquier cosa, oral o escrita, que no sea adulatoria. Los tipos inteligentes, cultos y simpáticos, saben que si pasan por la vida sin una buena caricatura publicada, no fueron nadie.



Publicado en Terra Chile el 9 de noviembre. La exposición de los dibujos puede visitarse aquí.

José Rodríguez Elizondo
Martes, 27 de Noviembre 2007



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Bitácora

18votos
A caballo chavista se le mira el diente José Rodríguez Elizondo

El senador Alejandro Navarro, que viene asumiendo el rol de vocero para Chile del Presidente Hugo Chávez, hizo una denuncia llamativa: nuestra Cancillería estaría arrastrando los pies ante una oferta de ayuda venezolana, para los damnificados del terremoto.

Hipotética y consonantemente, tal denuncia anuncia una recontradenuncia: Chávez podría decir que este rarísimo gobierno nuestro, presidido por una socialista, se está dando un gustito triple: mostrar que prevé hasta los imprevistos, menospreciar la solidaridad de los socialistas del siglo XXI y hacer una morisqueta amistosa a George W. Bush. Así, la arrogancia chilensis marcharía al unísono con la inconsecuencia política y la obsecuencia ante “el imperio”.

Pero, vista sin anteojos ideológicos, la realidad es harto más compleja. Si lo que informa el senador es cierto, la tramitación lenta de la oferta tendría como justificativo la experiencia del caballo de Troya. Desde ese precedente, cualquier aprendiz de analista sabe que ciertos regalos deben examinarse con cuidado, porque traen contrabando en sus barrigas.

El caso es que, con o sin terremotos, la solidaridad de Chávez tiene siempre una parte caballuna. Puede decirse que él invierte en ayuda, en lo macro y en lo micro, para seducir políticamente o para bloquear a sus críticos.

La compra de bonos de la deuda en Argentina, los votos para Insulza en la OEA, la mediación ante el gobierno colombiano y las FARC, los oftalmólogos chavistas en Bolivia, las casas del ALBA en Perú y las “misiones” en los barrios populares de Caracas, son el componente promocional de su estrategia hegemonizante.

El terremoto peruano de septiembre permitió apreciar una variable nueva, inspirada en la más pura mercadotecnia: en la zona afectada se distribuyeron víveres en conserva, con publicidad iconográfica de Chávez y su protegido local, el líder opositor Ollanta Humala. Por cierto, Alan García no agradeció ese tipo de ayuda con paquete publicitario incluído y, comprensiblemente, los creativos escondieron el rostro.

Dónde está la trampita

Si esa estrategia funciona, es porque Chávez fue beneficiario de la subestimación de sus pares. Estos comenzaron soportando sus canciones, rezongando por lo bajo y recibiendo sus favores, pues lo veían como un producto petrolizado y perecible de la política de los trópicos. Pero, cuando quisieron recapacitar, Chávez se había “empoderado” totalmente de Venezuela, resucitado a Fidel Castro, forjado un eje plurinacional e insultado de manera ecuánime a los tirios y troyanos de la crítica.

Como resultado, sus pares hoy son impares, él inspecciona consularmente cuatro países de la región, tiene el patrocinio de los Kirchner para ingresar al Mercosur, mantiene un gallito con Lula por la influencia ante Evo Morales, introduce al barrio a los enemigos de los Estados Unidos, se salta el conducto de Alvaro Uribe para hablar con el jefe militar de Colombia y comienza a pensarse como miembro del club nuclear.

Al parecer, nuestro gobierno vino a despertar del común letargo en la reciente Cumbre Iberoamericana. Allí, Michelle Bachelet pudo apreciar, en vivo y en directo, como Chávez interfería en sus negociaciones con Evo Morales, le ninguneaba el lema y… le ofrecía subsidio para el Transantiago.

Su molestia se manifestó, días después, cuando dijo que “los chilenos podemos resolver solitos nuestros problemas” y cuando contó a Vivi Kreutzberger, en cámara, que se adelantó a pedirle a Chávez que se callara.

No sería raro, entonces, que nuestro embajador en Caracas haya aconsejado tomar resguardos ante la oferta de Chávez y que nuestro canciller esté cumpliendo con su deber de investigar donde está la trampita. A esta altura del partido, todos saben que a los caballos que regala hay que mirarles el diente.

Publicado en La Tercera el 24.11.07.

José Rodríguez Elizondo
Sábado, 24 de Noviembre 2007



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Editado por
José Rodríguez Elizondo
Ardiel Martinez
Escritor, abogado, periodista, diplomático, caricaturista y miembro del Consejo Editorial de Tendencias21, José Rodríguez Elizondo es en la actualidad profesor de Relaciones Internacionales de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile. Su obra escrita consta de 30 títulos, entre narrativa, ensayos, reportajes y memorias. Entre esos títulos están “El día que me mataron”, La pasión de Iñaki, “Historia de dos demandas: Perú y Bolivia contra Chile”, "De Charaña a La Haya” , “El mundo también existe”, "Guerra de las Malvinas, noticia en desarrollo ", "Crisis y renovación de las izquierdas" y "El Papa y sus hermanos judíos". Como Director del Programa de Relaciones Internacionales de su Facultad, dirige la revista Realidad y Perspectivas (RyP). Ha sido distinguido con el Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales (2021), el Premio Rey de España de Periodismo (1984), Diploma de Honor de la Municipalidad de Lima (1985), Premio América del Ateneo de Madrid (1990) y Premio Internacional de la Paz del Ayuntamiento de Zaragoza (1991). En 2013 fue elegido miembro de número de la Academia Chilena de Ciencias Sociales, Políticas y Morales.





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