Pepemonos
Caricaturas de la batalla por La Moneda
José Rodríguez Elizondo
Pepemonos
Rodriguez Elizondo dibuja la presidencial que se viene
José Rodríguez Elizondo
Por Ximena Torres Cautivo
Hace casi un año el abogado, periodista, ex diplomático y columnista experto en relaciones internacionales, José Rodríguez Elizondo confesó a Terra.cl un talento oculto: su buena mano para la caricatura y nos regaló la posibilidad de compartir con nuestros lectores sus mejores monos, sus “pepemonos”.
Ahora, en medio del confuso, sobrepoblado, hiperventilado, egótico, desmesurado ofertón de precandidatos presidenciales de izquierda y de derecha o centro derecha incluida “la novedad del año” crespa, rubia y millonaria que responde al nombre de Farkas, José Rodríguez Elizondo vuelve a la carga con los pepemonos en el contexto de las elecciones que se nos vienen encima.
Cuenta que ha descubierto una nueva técnica: “la intervención”, que consiste en usar fondos predibujados, sobre los que monta su propia creación, evitándose perder tiempo en “escenografías”. A este recurso responde la caricatura que alude a la anunciada peregrinación a Caleu, que deberá producirse cuando Lagos dejé de suspender sus proclamaciones y la incertidumbre respecto de su candidatura y declare, cual novia peinada y alborotada frente al altar: “Sí, acepto”.
Considerando el significativo ahorro de energía de su nueva técnica, Rodríguez Elizondo anuncia gran productividad para el atractivo año político que se nos viene, y, a manera de adelanto, nos ofrece cuatro de sus más recientes creaciones.
Claramente, dibujar en son de sátira, siguiendo la senda de Claire Bretecher, la notable caricaturista de Nouvel Observateur, es lo que más divierte a este experto en relaciones internacionales que por estos días está teniendo mucho tema para el análisis gracias al polémico ex comandante en jefe del Ejército peruano, el cuestionado general Edwin Donayre. “El general Desaire”, como llaman los peruanos al militar, fue el que nos dijo: “Chileno que entra (a territorio peruano) ya no sale. O sale en cajón. Si no hay suficientes cajones, saldrá en bolsa plástica”, generando una protesta oficial y de Chile y la correspondiente disculpa del gobierno de Alan García.
Un incidente inspirador para el talentoso José Rodríguez Elizondo, experto en las relaciones bilaterales entre Chile y Perú, pero que seguramente tratará con la pluma que usa para escribir, no para dibujar.
Publicado en Terra Chile el 30 de noviembre.
Pepemonos
Pepemonos: la otra pluma de José Rodríguez Elizondo
José Rodríguez Elizondo
Por Ximena Torres Cautivo
SANTIAGO, noviembre 09.- Admira a Hernán Vidal y a Palomo y encuentra que Jimmy Scott, el caricaturista de El Mercurio es un talento, aunque sostiene que en sus trazos descubre algo del estilo de Claire Bretecher, la notable caricaturista de Nouvel Observateur. Claramente el abogado, periodista y ex diplomático, experto en relaciones internacionales, sabe de lo que habla. O de lo que dibuja, una vocación y un talento natural del que sólo conocen sus más cercanos.
Aquí, y aprovechando que varios de sus conspicuos retratados están en Chile de cuerpo presente, publicamos una galería con el producto de su otra y muy bien dotada pluma.
De dónde nace esta afición. Por qué en Chile no es público este talento tuyo. Has expuesto fuera de Chile, ¿dónde?
Era tan chico, que no recuerdo cuándo empecé a dibujar gente, desde una perspectiva cómica. Descubrí que algún mérito había, cuando mi profesor de dibujo, en el colegio, requisó el mono que le estaba haciendo a un compañero, lo miró apreciativamente y me pidió que le hiciera uno a él. En Chile ha sido un hobby muy privado, pero conocido y sufrido a concho por mis amigos de la Plaza Brasil y mis compañeros de la Facultad de Derecho. En ésta todos recuerdan “El Escupitín”, un diario mural que sacaba con otros dos ociosos. Allí no quedó nadie sin su mono. De paso, el historiador Jaime Eyzaguirre repitió el gesto bienhumorado de mi profe de dibujo. Me pidió que le regalara la caricatura que le había expuesto en ese diario. En el Perú publiqué una columna en el diario Ultima Hora (“Notas de articultura”), que yo mismo ilustraba con monos cómicos y caricaturas. Y en Israel hice una exposición pública, que resultó muy concurrida y comentada. Me la organizó la alcaldesa de Herlya Pituach, la ciudad donde vivía. También allí, la revista en castellano Aurora me publicó varias caricaturas de colegas embajadores.
De los caricaturistas chilenos y del mundo, ¿cuáles son los que más admiras?
Jimmy Scott es un gran maestro por su captación del gesto, la finura y limpieza del trazo. También disfruto con Maní, por su estilización de rasgos. En Argentina sigo admirando al colosal Hermenegildo Sabat, por los elementos creativo-interpretativos que incorporaba. En el Perú, está Carlín, quien consigue caricaturas que parecen fotografías deformadas. Y en los Estados Unidos hay uno estupendo, en el New York Times, pero no recuerdo su chapa.
¿Por qué en este lado gráfico y humorístico del periodismo no abundan las mujeres, dada que somos tantas en el gremio y en el ejercicio de la profesión?
Al parecer, es un género que escapa al género. Existe, sí, una francesa que hace comics buenísimos. Me refiero a Claire Bretecher. Su estilo es tan contagioso que, eventualmente, aparece imitado en los monos del mismísimo Jimmy Scott.
¿Cuáles son tus caricaturas más logradas?
Las de mi familia. El mérito es de mi esposa Maricruz y de mis hijos Maca y Sebas, que las soportan y (a veces) hasta semi sonríen. Mis hijos tienen monos desde el mismo día en que nacieron.
¿Qué atributos debe tener un rostro para ser objeto de una buena caricatura?
Atributo principal: no ser bonito ni lampiño (sección hombres). Un rostro perfecto es una agresión al caricaturista, que debe conformarse con encontrar el gesto. Y el gesto se capta mucho mejor cuando va inserto en narizotas, orejones, cejas de matorral, patas de gallo, calvas-calvas o calvas con parrón, barbas de cualquier tipo y papadas obispales.
O sea, mucho de lo que abunda en los Chávez, Evos y Lulas que, entre otros, nos visitan, y para qué hablar de los Lagos, Insulzas y tantos otros que pululan en la escena. ¿Por qué a las mujeres no nos gusta que nos caricaturicen?
Porque ustedes sospecharon desde un principio que las lindas no inspiran caricaturas.
¿Alguien se ha enojado o sentido contigo al ver tu interpretación de él o ella?
Como caricaturista cometí, alguna vez, el grave error de caricaturizar a personas que tenían rasgos reales de caricatura. Aprendí pronto (afortunadamente) que caricaturizarlos equivalía a burlarse. Que era tan estúpido como reirse de un enano porque es bajito o de un homosexual porque no le gustan las mujeres. Fuera de eso, cuando aprendí que las mujeres se resienten un poquito, dejé de intentarlo… con algunas excepciones, como Maricruz y Maca (gracias, otra vez… hay que ser precavido y hasta un poco chupamedias). En cuanto a los hombres, sólo se sienten o se enojan los inseguros de sí mismos, los que se aman demasiado y los tontos graves. Las categorías 2 y 3 suelen coincidir.
¿Qué crees que duele más: un certero retrato escrito o una lograda caricatura?
Aclaro: una buena caricatura sólo puede doler a los hombres acomplejados, tontos y prepos. Pero a estos les duele cualquier cosa, oral o escrita, que no sea adulatoria. Los tipos inteligentes, cultos y simpáticos, saben que si pasan por la vida sin una buena caricatura publicada, no fueron nadie.
Publicado en Terra Chile el 9 de noviembre. La exposición de los dibujos puede visitarse aquí.
SANTIAGO, noviembre 09.- Admira a Hernán Vidal y a Palomo y encuentra que Jimmy Scott, el caricaturista de El Mercurio es un talento, aunque sostiene que en sus trazos descubre algo del estilo de Claire Bretecher, la notable caricaturista de Nouvel Observateur. Claramente el abogado, periodista y ex diplomático, experto en relaciones internacionales, sabe de lo que habla. O de lo que dibuja, una vocación y un talento natural del que sólo conocen sus más cercanos.
Aquí, y aprovechando que varios de sus conspicuos retratados están en Chile de cuerpo presente, publicamos una galería con el producto de su otra y muy bien dotada pluma.
De dónde nace esta afición. Por qué en Chile no es público este talento tuyo. Has expuesto fuera de Chile, ¿dónde?
Era tan chico, que no recuerdo cuándo empecé a dibujar gente, desde una perspectiva cómica. Descubrí que algún mérito había, cuando mi profesor de dibujo, en el colegio, requisó el mono que le estaba haciendo a un compañero, lo miró apreciativamente y me pidió que le hiciera uno a él. En Chile ha sido un hobby muy privado, pero conocido y sufrido a concho por mis amigos de la Plaza Brasil y mis compañeros de la Facultad de Derecho. En ésta todos recuerdan “El Escupitín”, un diario mural que sacaba con otros dos ociosos. Allí no quedó nadie sin su mono. De paso, el historiador Jaime Eyzaguirre repitió el gesto bienhumorado de mi profe de dibujo. Me pidió que le regalara la caricatura que le había expuesto en ese diario. En el Perú publiqué una columna en el diario Ultima Hora (“Notas de articultura”), que yo mismo ilustraba con monos cómicos y caricaturas. Y en Israel hice una exposición pública, que resultó muy concurrida y comentada. Me la organizó la alcaldesa de Herlya Pituach, la ciudad donde vivía. También allí, la revista en castellano Aurora me publicó varias caricaturas de colegas embajadores.
De los caricaturistas chilenos y del mundo, ¿cuáles son los que más admiras?
Jimmy Scott es un gran maestro por su captación del gesto, la finura y limpieza del trazo. También disfruto con Maní, por su estilización de rasgos. En Argentina sigo admirando al colosal Hermenegildo Sabat, por los elementos creativo-interpretativos que incorporaba. En el Perú, está Carlín, quien consigue caricaturas que parecen fotografías deformadas. Y en los Estados Unidos hay uno estupendo, en el New York Times, pero no recuerdo su chapa.
¿Por qué en este lado gráfico y humorístico del periodismo no abundan las mujeres, dada que somos tantas en el gremio y en el ejercicio de la profesión?
Al parecer, es un género que escapa al género. Existe, sí, una francesa que hace comics buenísimos. Me refiero a Claire Bretecher. Su estilo es tan contagioso que, eventualmente, aparece imitado en los monos del mismísimo Jimmy Scott.
¿Cuáles son tus caricaturas más logradas?
Las de mi familia. El mérito es de mi esposa Maricruz y de mis hijos Maca y Sebas, que las soportan y (a veces) hasta semi sonríen. Mis hijos tienen monos desde el mismo día en que nacieron.
¿Qué atributos debe tener un rostro para ser objeto de una buena caricatura?
Atributo principal: no ser bonito ni lampiño (sección hombres). Un rostro perfecto es una agresión al caricaturista, que debe conformarse con encontrar el gesto. Y el gesto se capta mucho mejor cuando va inserto en narizotas, orejones, cejas de matorral, patas de gallo, calvas-calvas o calvas con parrón, barbas de cualquier tipo y papadas obispales.
O sea, mucho de lo que abunda en los Chávez, Evos y Lulas que, entre otros, nos visitan, y para qué hablar de los Lagos, Insulzas y tantos otros que pululan en la escena. ¿Por qué a las mujeres no nos gusta que nos caricaturicen?
Porque ustedes sospecharon desde un principio que las lindas no inspiran caricaturas.
¿Alguien se ha enojado o sentido contigo al ver tu interpretación de él o ella?
Como caricaturista cometí, alguna vez, el grave error de caricaturizar a personas que tenían rasgos reales de caricatura. Aprendí pronto (afortunadamente) que caricaturizarlos equivalía a burlarse. Que era tan estúpido como reirse de un enano porque es bajito o de un homosexual porque no le gustan las mujeres. Fuera de eso, cuando aprendí que las mujeres se resienten un poquito, dejé de intentarlo… con algunas excepciones, como Maricruz y Maca (gracias, otra vez… hay que ser precavido y hasta un poco chupamedias). En cuanto a los hombres, sólo se sienten o se enojan los inseguros de sí mismos, los que se aman demasiado y los tontos graves. Las categorías 2 y 3 suelen coincidir.
¿Qué crees que duele más: un certero retrato escrito o una lograda caricatura?
Aclaro: una buena caricatura sólo puede doler a los hombres acomplejados, tontos y prepos. Pero a estos les duele cualquier cosa, oral o escrita, que no sea adulatoria. Los tipos inteligentes, cultos y simpáticos, saben que si pasan por la vida sin una buena caricatura publicada, no fueron nadie.
Publicado en Terra Chile el 9 de noviembre. La exposición de los dibujos puede visitarse aquí.
Editado por
José Rodríguez Elizondo
Escritor, abogado, periodista, diplomático, caricaturista y miembro del Consejo Editorial de Tendencias21, José Rodríguez Elizondo es en la actualidad profesor de Relaciones Internacionales de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile. Su obra escrita consta de 30 títulos, entre narrativa, ensayos, reportajes y memorias. Entre esos títulos están “El día que me mataron”, La pasión de Iñaki, “Historia de dos demandas: Perú y Bolivia contra Chile”, "De Charaña a La Haya” , “El mundo también existe”, "Guerra de las Malvinas, noticia en desarrollo ", "Crisis y renovación de las izquierdas" y "El Papa y sus hermanos judíos". Como Director del Programa de Relaciones Internacionales de su Facultad, dirige la revista Realidad y Perspectivas (RyP). Ha sido distinguido con el Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales (2021), el Premio Rey de España de Periodismo (1984), Diploma de Honor de la Municipalidad de Lima (1985), Premio América del Ateneo de Madrid (1990) y Premio Internacional de la Paz del Ayuntamiento de Zaragoza (1991). En 2013 fue elegido miembro de número de la Academia Chilena de Ciencias Sociales, Políticas y Morales.
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Tendencias 21 (Madrid). ISSN 2174-6850
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