TecnoHuman@

Los representantes de los científicos españoles han ido remitiendo al gobierno de la nación una serie de cartas firmadas por un gran número de personas en las que se mostraba el apoyo explícito a la ciencia y la tecnología, y a la necesidad de seguir apostando por ella. Asimismo, desde este sector también se ha advertido de la grave situación de parón y colapso que estamos viviendo. Ello dificulta sobremanera el desarrollo de los ideas, creaciones, iniciativas, propuestas, estudios, etc. que -sin ningún lugar a dudas- nos permitirían mejorar nuestra calidad de vida y el conocimiento de nuestro entorno. Por otro lado, como es bien sabido, también se han propuesto iniciativas fiscales como la incorporación de la casilla por la ciencia en la declaración de la renta.

Todo esta actividad, como suele suceder, no ha tenido ningún tipo de respuesta por parte de un gobierno claramente inerte al avance tecnocientífico. Aún así, la comunidad de científicos españoles -tal y como informa ABC vuelve a pedirle a Mariano Rajoy y a sus ministros que actúen con celeridad para poder salvar algo tan preciado como es la ciencia.

Los recortes del 7,21% aprobado en los presupuestos para 2013 suponen una clara involución socio-económica. De hecho, está sumamente estudiado y comprobado que la I+D es la mejor manera posible de generar un tejido empresarial sólido que sea capaz de aguantar situaciones tan duras como la actual. De hecho, el sistema productivo español está siendo tan castigado por la crisis porque no se basa en la investigación.

Alguna persona que esté leyendo esto puede pensar que los fondos destinados a las investigaciones civiles se mantienen. De ahí que no tenga sentido la queja de la comunidad científica. No obstante, disminuye un 13,68% las subvenciones, las ayudas que suelen ser más requeridas por los investigadores. Como contrapartida se incrementan los préstamos bancarios que tienen que ser devuelvo, como suele ser habitual, con intereses.

En el artículo firmado por D. Jacinto Berzosa del Departamento de Zoología y Antropología Física de la Facultad de Biología de la Universidad Complutense de Madrid se cita la presencia de dos géneros africanos Ephedrothrips y Hyalopterothrips en España y se describen y determinan dos nuevas especies: Ephedrothrips ontigolae y Hyalopterothrips luteus. Las dos nuevas especies han sido colectadas en la Reserva Natural El Regajal-Mar de Ontígola, en Madrid.

Por otro lado, en otro trabajo firmado por D. Álvaro Altuna del INSUB, Museo de Okendo en Donostia-San Sebastián se cita una especie muy rara para la fauna ibérica. En este caso, durante las campañas ECOMARG 2009 e INDEMARES 2010-2011 en el cañón de La Gaviera y el banco de Galicia, se obtuvieron varios ejemplares de Sideractis glacialis (Cnidaria, Anthozoa, Hexacorallia) entre 780 m y 970 m de profundidad, asociados a formaciones de coral blanco. Esta especie tiene importancia por tener una distribución muy rara principalmente ártica y subártica.

Desde aquí nos gustaría dar una sincera enhorabuena a los autores.

Video: Sociedad aumentada y aprendizaje. Fuente: IBERTIC en You Tube

Las nuevas tecnologías están fomentando el desarrollo de unos entornos sociales virtuales que fomentan el desarrollo de nuevos modos de participar y de democratizar. Esto implica una fuerte convergencia entre las tecnologías, la educación y la sociedad. Ello hace, como afirma Reig, que vivamos en una sociedad aumentada.

El proceso de adaptación del sistema educativo a todo este gran cambio socio-educativo hace que la sociedad aumentada implique también lo que esta autora habla de “aprendizaje aumentado”. En él, partiendo del cambio de foco desde la educación al aprendizaje autónomo en el contexto anterior, permite aprovechar la potencia de la web a un nuevo individuo, permanentemente conectado a la inteligencia colectiva.

En línea con esto, esta autora concibe internet como constructo sociotécnico complejo en el que conviven dos elementos fundamentales: el desarrollo tecnocientífico y el desarrollo personal. La confluencia de estos dos elementos, a través de la educación, tiene unas fuertes implicaciones socio-educativas ya que es posible generar mecanismos de aprendizaje orientados al máximo aprovechamiento del ecosistema de comunicación, aprendizaje y participación actual. El problema está ahora en saber que tipo de democracia queremos y, por tanto, que proceso de democratización deseamos implementar.

Desde el año 2002 la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología ha venido realizando y publicando, con periodicidad bienal, una "Encuesta de Percepción Social de la Ciencia y la Tecnología". El estudio plantea profundizar en el conocimiento de las relaciones entre ciencia, tecnología y sociedad, analizar la percepción de la ciudadanía sobre los avances científicos y tecnológicos y sobre la capacidad de éstos para la mejora de la calidad de vida de la población.

No obstante, el sondeo tiene ciertas limitaciones que pueden ser complementadas. Por ello, el grupo "Ciencia-Migración" de la Universidad de Valladolid ha optado por la realización de un sondeo más directo sobre cómo la población española percibe a esta actividad. Como es obvio el estudio de la UVa no pretende superponerse al trabajo de la FECYT y mucho menos tiene intención de infravalorarlo, al contrario. Simplemente el interés de sus promotores es conocer determinados aspectos que no han sido tratados en la encuesta de la FECYT y hacer unas preguntas mucho más rápidas y directas.

Para acceder a la encuesta:
http://sociologia.palencia.uva.es/limesurvey/index.php?sid=91434&lang=es

La transferencia de las responsabilidades políticas del anterior Ministerio de Ciencia e Innovación al actual Ministerio de Economía y Competitividad es razón suficiente como para que Moyo Martín, investigadora Ramón y Cajal del Centro de Astrobiología del CSIC, considere que no se está en la senda adecuada. De hecho, dice que esta es la primera vez que los términos ciencia y/o tecnología desaparecen de cualquier Ministerio español.

Esto parece indicar para esta investigadora que la tendencia española socava y minimiza la importancia de la ciencia. Según la autora esto no es algo que esté sucediendo ahora de manera exclusiva y considera que el gobierno anterior ya acometió diversas acciones contraproducentes con las necesidades científico-tecnológicas de nuestra región.

La congelación de la contratación, la eliminación de las comisiones científicas del Senado y Congreso, etc. son algunos de los ejemplos de la gestión política que se está realizando en España en lo referente al desarrollo científico-tecnológico. Todo ello nos hace pensar que, como ya hemos expuesto en otras ocasiones, nuestra región seguirá en la parte de atrás de la investigación. Por suerte, el gran esfuerzo que están llevando a cabo los investigadores y el profesorado está logrando que la situación no sea tan catastrófica como podría llegar a ser.

Particularmente me sumo a las críticas de la doctora Moro Martín.

La importancia que está teniendo actualmente la actividad de investigación y desarrollo (a la que también podemos incluir la innovación) es tan elevada que, prácticamente, parece haberse convertido en una moda que muestren datos del creciente esfuerzo que las administraciones públicas realizan en este ámbito. El problema, a nuestro juicio, es que parece no estar demasiado claro a que nos estamos refiriendo cuando hablamos de I+D(+i).

Empecemos por el final. El término innovación hace mención de aquellas ideas que traen consigo beneficios comerciales, de gerencia y/o tecnológicos. Estos tres beneficios son retroactivos, de tal modo que cuando se fomenta uno -más tarde o más temprano- los otros se verán también afectados. La idea de innovación tiene un fuerte condicionamiento económico, en cambio la de investigación y desarrollo no.

La I+D(+i), como es obvio, necesita de un fuerte desarrollo del conocimiento. De ahí que la enseñanza superior en España sea uno de los pilares fundamentales para el desarrollo adecuado de un potente sector de investigación, desarrollo e innovación. Por desgracia, y a mi juicio, España adolece de una serie de graves problemas a los que hacer frente. El primero es que existe un imaginario social pasivo y de rechazo del riesgo (y por tanto de la innovación) que es imprescindible que sea modificado. El segundo es que tenemos un problema burocrático que dificulta la creación rápida de empresas. El tercero es que nuestra sociedad tiene un lastre cultural notable. Dicho de otra manera, necesitamos no tener miedo al conocimiento nuevo para poder desarrollarlo. Ese es nuestro gran reto como sociedad y al que, por desgracia, no es algo que pueda cambiarse a corto plazo. Curiosamente, y para sorpresa de aquellos a los que les interesan estos temas, los caminos de la educación española parece dirigirse a otro lado.