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Las entidades públicas y privadas cada vez demandan más personas que sean capaces de adaptarse a las nuevas situaciones y a los diversos retos y exigencias en materia de seguridad que se han de enfrentar día tras día.
La realidad del presente y el futuro próximo están marcados por los cambios sociales y tecnológicos llenos de estos nuevos retos y exigencias de seguridad, por lo que es necesario adaptarse a ellos, con el fin de poder dar las adecuadas respuestas con eficiencia y eficacia.
La seguridad es la nueva estrella del firmamento corporativo, y los profesionales de la seguridad se han hecho más visibles e importantes para las organizaciones, eso sí, con nuevas exigencias a nivel personal, puesto que se ha reconocido que la seguridad es algo más que disponer de vigilantes o cámaras, realizar investigaciones o resolver incidentes con especial resiliencia.
Para ello, es precisa una nueva formación especializada que tiene como principales objetivos adquirir las capacidades imprescindibles para desempeñar funciones de seguridad (prevención y protección), adquiriendo las competencias profesionales necesarias para el diseño, planificación, gestión e implantación de los correspondientes planes y protocolos.
Es cada vez más importante que las personas implicadas en tan delicada labor posean la capacidad operativa adecuada a cada uno de los sectores y áreas de trabajo, tanto en el ámbito institucional como empresarial, y tanto para las organizaciones prestatarias de servicios como usuarias de las distintas seguridades.
En este sentido, la formación continua y especializada aporta solo ventajas, como:
- mejora la competencia profesional y la productividad (eficiencia y eficacia);
- mayor satisfacción profesional en el puesto de trabajo;
- mejora en las condiciones de trabajo a través del mayor conocimiento y capacidad técnica u operativa;
- incremento de las oportunidades en el mercado laboral, con acceso o mejora en el empleo;
- aumento de la motivación y la implicación laboral y personal;
- incremento de la confianza y la autoestima en las relaciones laborales y personales.
La formación especializada no solo ofrece más conocimientos profesionales, sino también más habilidades sociales que beneficiarán a las personas y organizaciones, además de agregar valor a aquellas en las que se plantee de forma continuada.
La nueva y necesaria formación especializada abre nuevos campos de oportunidad en el mercado laboral de las seguridades y dará respuesta a la esa demanda de mejora de la profesionalidad de los sectores públicos y privados, muy especialmente referida a las infraestructuras críticas y estratégicas, carentes, en gran medida, de la adecuada respuesta ante los nuevos retos y oportunidades, dentro de los nuevos planteamientos de seguridad global, integral e integrada.
Para saber qué curso de formación especializada hemos de realizar, a nivel personal u organizacional, hemos de estudiar una serie de aspectos muy específicos, como:
- Analizar las necesidades y demandas tanto del sector de las seguridades como del mercado de trabajo actual.
- Contemplar el coste de oportunidad, con el fin de valorar el momento y la necesidad de llevar a cabo una formación especializada.
- Mejorar el nivel profesional de la oferta de servicios o la organización que requiere de estos.
Con todo ello, debemos y podemos obtener y ofrecer una formación especializada, para contribuir a mejorar el rendimiento de la seguridad (eficacia y eficiencia) de las entidades públicas y privadas a través de las adecuadas plataformas, para adquirir nuevos conocimientos en materia de seguridad física y lógica con experiencias al más alto nivel.
Irreversiblemente hemos de acometer nuevos programas de formación especializada con especial interés para adquirir nuevos, renovados y valiosos conocimientos para establecer una nueva cultura de seguridad profesional.
En definitiva, a través de la formación especializada, podemos contribuir a mejorar la prevención y protección en todos sus ámbitos y modernizar de forma garante las condiciones de seguridad en nuestras organizaciones e infraestructuras públicas y privadas.
Unos cambios en el sector de la seguridad de los que recientemente he hablado y de cómo estamos inmersos en un nuevo cambio de paradigma… De la convergencia de las seguridades a la seguridad global
Cada 17 de septiembre se celebra el “Día Mundial de la Seguridad del Paciente” y, este año, la OMS, a raíz de que la pandemia de la COVID-19 agravara significativamente el riesgo de errores y vulnerabilidades, insiste en recordar y concienciar a los profesionales sobre el importante papel que juegan en la seguridad del paciente en todo su recorrido.
La seguridad del paciente (SP) en las organizaciones sanitarias se entiende como un conjunto de actividades coordinadas que facilitan una cultura y unos comportamientos seguros entre los profesionales, y que se apoya en unas tecnologías y entornos en los que se aplica procedimientos que deben disminuir los riesgos de forma constante y sostenible, reduciendo daños evitables y haciendo menos probable el error.
En este sentido, tenemos algunos datos impactantes sobre la seguridad de los pacientes, y se estima que anualmente alrededor de 143 millones de personas en el mundo sufren daños como consecuencia de la falta de seguridad en la atención hospitalaria. Como consecuencia de la falta de seguridad de los pacientes se origina un gasto hospitalario de más del 15 por ciento del presupuesto.
La 74ª Asamblea Mundial de la Salud aprobó en mayo del 2021 el «Plan de acción mundial para la seguridad del paciente 2021-2030», con el fin de potenciar su seguridad como un componente esencial en el diseño, los procedimientos, la gestión y la evaluación del desempeño de los sistemas de seguridad de todo el mundo.
La seguridad en hospitales y del paciente, responsabilidad de todos
La inversión para mejorar la seguridad puede conseguir ahorros considerables, así como mejor resultado para los pacientes, ya que el coste de la prevención del daño es, generalmente, menor que el coste derivado de afrontar sus consecuencias.
La seguridad de los pacientes está prevista en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, cuyo objetivo general es "garantizar una vida sana y promover el bienestar de todos a todas las edades", siendo un objetivo primordial el procurar el acceso de todas las personas a los servicios de salud esenciales con todas las seguridades.
Ello es responsabilidad de todos los profesionales implicados en el amplio esquema de desarrollo de la actividad sanitaria y se deben adoptar las acciones necesarias para aplicar todas las medidas de seguridad a nuestro alcance con eficacia y eficiencia, garantizando así, tanto la salud y bienestar del usuario, como los de los profesionales sanitarios.
La seguridad del paciente tiene un punto de arranque fundamental en una educación y formación básica y continua en materia de calidad de todos los profesionales implicados, que garantice que estos tengan las aptitudes y competencias profesionales adecuadas en sus respectivos cometidos y funciones dentro de todo el largo proceso.
Con todo y por ello, se puede y debe mejorar la seguridad de los pacientes, generando una cultura de la seguridad en el ámbito sanitario, siendo de vital importancia la aplicación de procedimientos y generación de conductas que traten de reforzar las distintas seguridades.
En este sentido, interesa resaltar la importancia de la formación de equipos multidisciplinares, con la participación de diferentes especialidades profesionales (arquitectura, ingeniería, empresas tecnológicas y de seguridad, etc.), además de todos los correspondientes a las disciplinas sanitarias (gestores, médicos, auxiliares, sanitarios, etc.), trabajando de forma conjunta y colaborativa, con un objetivo común: “Primun non nocere”, es decir, dentro de la potencial injerencia que toda intervención sanitaria representa, poder garantizar la excelencia en el funcionamiento y programación dirigida a la conservación, mantenimiento y recuperación de la salud de los pacientes, siempre con el menor daño posible.
Seguridad global, integral e integrada
Hoy en día, se contabiliza a nivel mundial un número elevadísimo de víctimas y de daños a las personas, en gran medida evitables, a causa de las deficiencias, errores y vulnerabilidades, tanto en los procedimientos e infraestructuras, como en la propia atención sanitaria. Ya sea debido a falta de inversión o a mala gestión, lo que subyace es en gran medida las carencias derivadas de una deficiente cultura para la seguridad de los pacientes.
Reconociendo que garantizar la seguridad del paciente es una prioridad clave en la prestación de los servicios de calidad y considerando que todas las personas deben recibir servicios de salud seguros, independientemente del lugar donde se presten, se presenta, en primer lugar, la necesidad de desarrollar una cultura de seguridad que, por una parte, conozca, acepte y afronte el amplio catálogo de riesgos inherentes a la asistencia sanitaria y por otra, trate incidentes o errores con un criterio no meramente defensivo.
Por otro lado, reafirmando el principio de «ante todo no hacer daño», son evidentes los beneficios que pueden obtenerse promoviendo y mejorando la seguridad del paciente con actuaciones en el conjunto del sistema sanitario a todos los niveles, sectores y entornos, teniendo en cuenta que la seguridad del paciente (y de los trabajadores sanitarios) no puede garantizarse sin acceso a infraestructuras, tecnologías y dispositivos de prevención y protección que deben estar bien informados, y con un personal sanitario, técnico y de gestión cualificado y comprometido, desarrollando su labor en un entorno propicio y seguro.
Garantizar la seguridad de los profesionales es sinónimo de proteger la de los usuarios, por lo que la prevención de riesgos laborales es uno de los pilares sobre los que debe asentarse el trabajo desempeñado en los centros asistenciales y hospitalarios.
Consolidar una cultura de la seguridad y un enfoque centrado en el paciente y mejorar y garantizar la seguridad requieren, igualmente, la creación de un liderazgo sólido, con enfoques sistémicos y sistemáticos, recursos humanos y de tecnologías adecuadas y el intercambio de prácticas óptimas y confianza mutua, según proceda, mediante la cooperación y la colaboración profesional público-privada.
Igualmente, hemos de reconocer que la mayoría de los eventos adversos pueden evitarse con estrategias y prácticas eficaces de prevención y mitigación, según corresponda, con políticas bien elaboradas, sistemas de datos, procesos de atención rediseñados para mejorar el ejercicio profesional, sistemas de regulación y control eficaces y estrategias de comunicación adecuadas, con soluciones de valor, especialmente en el campo de la prevención, para tratar de que los riesgos sean los mínimos y, en el caso de que se materialicen, los sistemas estén preparados para poder disminuir el impacto o el daño.
El planteamiento de presente y de futuro de las instalaciones sanitarias, exige de: una gestión integral e integrada de las seguridades (industrial, física, lógica, pública y privada); una gestión integral y centralizada de la vigilancia y la comunicación; una organización y gestión de la autoprotección, y una alineación de los objetivos de sanidad y seguridad con una normalización y homogeneización de la gestión integral.
Además, hemos de hacer notable la importancia de la seguridad desde el diseño y la arquitectura actual que trabaja en lo que se denomina “diseño basado en evidencias”, cuyo objetivo es establecer un vínculo directo entre las estrategias de diseño y los resultados médicos. Uno de los resultados obtenidos con los trabajos actuales es una herramienta que permite identificar posibles actuaciones de mejora, y ordenarlas según su coste, lo que puede resultar de gran utilidad para los centros sanitarios.
Retos y oportunidades. Asignaturas pendientes
En un mundo que evoluciona rápidamente y en el que convergen salud, seguridad y tecnología, una asistencia sanitaria sostenible ya no solo se limita a los retos sociales y medioambientales relevantes a los que nos enfrentamos actualmente. Hemos de proporcionar herramientas y soluciones optimizadas que mejoren la sostenibilidad financiera y la eficiencia de las organizaciones sanitarias, mejorando la seguridad para proteger, tanto a pacientes como al personal sanitario, ampliando el acceso a una atención de calidad y proporcionando a los profesionales de la salud una seguridad y un apoyo personalizado y oportuno a lo largo de todo el proceso del paciente.
Hemos de innovar en el presente y para el futuro, y eso pasa por preocuparnos por la falta de progresos generales en la mejora de la seguridad de la atención de la salud y un buen comienzo es darnos cuenta de la mejora significativa que las medidas de seguridad han tenido durante la pandemia de la COVID-19, con un impacto variable y una eficacia efímera dado que, en muchos casos, no han sido adaptadas para su aplicación fructífera permanente.
Hemos de reconocer la importancia de una medición sólida de la seguridad del paciente para promover sistemas de salud más resilientes, una labor preventiva mejorada y más específica, fomentando la seguridad y la concienciación sobre los riesgos y su eficiente tratamiento. La transparencia en el análisis de datos de incidentes, junto con la capacitación y el desarrollo profesional continuo ha de crear y mantener una plantilla de personal sanitario y de seguridad, competente y comprometido, que trabaje en un entorno favorable para poder garantizar la seguridad en la ejecución de la atención sanitaria de los pacientes y sus familias. Esencial será para ello, hacerlos partícipes en esa mejora de la seguridad de la atención que consiga los resultados sanitarios deseados.
Sin embargo, no podemos olvidar que, para mejorar y garantizar todo eso, es necesario subsanar los déficits en materia de conocimientos, políticas, diseño, prestación y comunicación a todos los niveles y con todas las seguridades.
Capítulo aparte merece el planteamiento de una formación especializada y continuada, con el entrenamiento y actualización a lo largo de toda la vida profesional como uno de los ejes de la seguridad del paciente y de un funcionamiento seguro.
Renovar la cultura de seguridad implica aplicar un modelo de valor compartido por todos los profesionales e individuos implicados en cualquier organización (y más las sanitarias) que han de trabajar de forma coordinada, colaborativa y participativa dentro de unas organizaciones tan plurales y complejas, que precisan llevar como bandera un conjunto de valores y normas que posicionan a la seguridad, la reducción del riesgo de daño y la mejora continua como el objetivo común a perseguir de cara a una asistencia sanitaria de calidad y una seguridad del paciente impecable.
Celebremos el “Día Mundial de la Seguridad del Paciente” y trabajemos por esa seguridad global, integral e integrada, pública y privada.
Para retomar la actividad en este último cuatrimestre del año en el que iniciábamos hablando de los nuevos retos y oportunidades para la seguridad, vamos a seguir con un nuevo concepto que, bajo el acrónimo RELANCE (Revisión, Exigencias, Líquido, Adaptación, Normalización, Continuidad, Estrategia) debemos y podemos evolucionar rápidamente ante los nuevos retos y oportunidades ya planteados y revisados durante el presente año.
R de Revisión
Ante las múltiples amenazas y los nuevos retos y desafíos para la seguridad, como base de trabajo vamos a referirnos a lo planteado en la Estrategia de Seguridad Nacional (ENS-2021) que, en “Objetivos generales y líneas de acción de la Seguridad Nacional”, identifica cinco objetivos generales: “Avanzar en un modelo integral de gestión del riesgo y de crisis, promover una cultura de Seguridad Nacional, favorecer el buen uso de los espacios comunes globales, impulsar la dimensión de seguridad en el desarrollo tecnológico y fortalecer la proyección internacional de España”.
Donde, como riesgos y amenazas transversales se encuentran los ciberataques y destaca cinco recomendaciones para proteger, especialmente las infraestructuras críticas, como son la: Creación de una estrategia de ciberseguridad para formar un frente de prevención y protección que permita intercambiar eficientemente información de alertas, vulnerabilidades y amenazas para actuar rápida y coordinadamente.
En este sentido, cabe destacar la importancia de establecer nuevos planteamientos y herramientas para la Gestión Integral del Riesgo y las Seguridades. Así, hemos de invertir en gestionar, en cada caso, de forma integral el catálogo de riesgos y amenazas para prevenirlo y garantizar, en todo lo posible, superar las crisis o contingencias con el menor impacto y consecuencias y la mayor resiliencia.
E de Exigencias
El Real Decreto 311/2022, de 3 de mayo, por el que se establece el Esquema Nacional de Seguridad (ENS) sustituye al RD 3/2010, de 8 de enero, por el que se regula el ENS en el ámbito de la Administración Electrónica, para actualizarlo en base al conocimiento adquirido y la situación actual, incluido un nuevo escenario de ciberamenazas para:
- Primero, alinear el ENS con el marco normativo y el contexto estratégico existentes para garantizar la seguridad en la Administración Digital. Para lograrlo, se clarifica el ámbito de aplicación del ENS y se actualizan las referencias al marco legal vigente, de manera que se simplifiquen y armonicen los mandatos del ENS.
- Segundo, introducir la capacidad de ajustar los requisitos del ENS para garantizar su adaptación a la realidad de ciertos colectivos o tipos de sistemas, atendiendo a la semejanza de los riesgos a los que están expuestos sus sistemas de información.
- Tercero, reforzar la protección frente a las tendencias en ciberseguridad mediante la revisión de los principios básicos, los requisitos mínimos y las medidas de seguridad que deben adoptarse por las entidades sujetas al ENS.
Los sistemas afectados deberán adecuarse a lo dispuesto en el Real Decreto en un plazo de veinticuatro meses contados a partir de su entrada en vigor.
Cabe destacar que el ENS define los requisitos mínimos para establecer una política de seguridad en el uso de medios electrónicos y así conseguir una protección adecuada de los sistemas de información.
Estas nuevas exigencias, actualizaciones, cambios y novedades importantes que trae la actualización del Esquema Nacional de Seguridad de los controles, buscan proteger a las organizaciones de los riesgos más habituales o inseguridades a las que se enfrentan.
Así, el Centro Criptológico Nacional (CCN-CERT) ha publicado en el portal del Esquema Nacional de Seguridad una serie de infografías para entender mejor los cambios y novedades propuestos.
En este sentido, el nuevo ENS persigue los siguientes grandes objetivos:
- Crear las condiciones necesarias de seguridad en el uso de los medio electrónicos, a través de medidas para garantizar la seguridad de los sistemas, los datos, las comunicaciones, y los servicios electrónicos, que permita el ejercicio de derechos y el cumplimiento de deberes a través de estos medios.
- Promover la gestión continuada de la seguridad.
- Promover la prevención, detección y corrección, para una mejor resiliencia en el escenario de ciberamenazas y ciberataques.
- Promover un tratamiento homogéneo de la seguridad que facilite la cooperación en la prestación de servicios públicos digitales cuando participan diversas entidades. Esto supone proporcionar los elementos comunes que han de guiar la actuación de las entidades del Sector Público y de sus proveedores tecnológicos en materia de seguridad de las tecnologías de la información.
- Servir de modelo de buenas prácticas, en línea con lo apuntado en las recomendaciones de la OCDE Digital Security Risk Management for Economic and Social Prosperity OECD Recommendation and Companion Document.
Para ello, las empresas de seguridad disponen de las metodologías y tecnologías para apoyar la implementación de los procedimientos y requisitos que aplica el nuevo ENS, llevando a cabo un diagnóstico inicial del cumplimiento de la entidad y analizando el Sistema de Gestión de Seguridad de la Información (SGSI) y sus sistemas. Con la integración del nuevo ENS en una solución global las entidades obtendrán seguridad en el cumplimiento y ahorro de tiempos.
L de Líquido
Vivimos momentos para la reinvención y el cambio. La pandemia de la COVID-19 nos ha vuelto a recordar que navegamos en un “mundo líquido”, adaptativo, que se caracteriza por atributos como la flexibilidad, la versatilidad y la resiliencia.
El sociólogo polaco Zygmunt Bauman, acuñó el término de “mundo líquido” para definir el estado fluido y volátil de la actual sociedad, sin valores demasiado sólidos, donde la incertidumbre, por la vertiginosa rapidez de los cambios, ha debilitado los vínculos humanos.
En esta situación, y con la presión de la COVID-19, hay muchas actividades, especialmente estratégicas y críticas, que se están sometiendo a procesos de cambio para seguir siendo viables y no generen riesgos para sus gestores.
A de Adaptación
En el proceso, en un entorno VICA (Volatil, Incierto, Complejo, Ambiguo) del mundo global que evoluciona rápidamente, cada actividad, cada servicio público o privado, requiere actualizarse con nuevos procedimientos y estrategias distintas. Desde el aeropuerto al hospital, desde los centros comerciales a las fábricas, todo deberá licuarse para sobrevivir en otras condiciones.
Nos esperan más cambios radicales tras los que tendremos que aprender de nuevo a sobrevivir. No obstante, pese a la vertiginosidad de la necesaria adaptación, es posible diseñar planes con visiones de corto, medio y largo plazo para nuestras seguridades.
En cuanto a las nuevas acciones y reacciones cabe subrayar los avances establecidos hacia el planteamiento de seguridad integral e integrada, pública y privada, así como el inicio de la importante transformación en los Departamentos de Seguridad hacia un nuevo esquema o estructura neuronal con mayor implicación y compromiso de todos sus integrantes.
Todo ello bajo una nueva Dirección Ejecutiva Seguridad Global, en muchos casos basada en un liderazgo ejecutivo de mayor: Implicación global, integración de las seguridades, inteligencia corporativa, innovación tecnológica e imaginación e iniciativa muy proactiva.
N de Normalización
Disponemos de un sector de las seguridades con nuevas estrategias, proyectos y metodologías donde sus integrantes ante esta nueva realidad, con tecnologías evolucionadas y nuevas soluciones certificadas y normalizadas en materia de seguridad, adaptadas a un diferente escenario tecnológico y de globalización, donde surgen nuevas amenazas y riesgos, muchos de ellos, impredecibles.
Ante la implantación o evolución de nuevos medios tecnológicos y medidas organizativas y operativas de seguridad hemos de plantear la revisión y reinvención de nuevos indicadores o métricas que permitan realizar una evaluación sobre la eficiencia y eficacia del tratamiento y gestión del riesgo y las seguridades.
Pero, ninguno de todos los nuevos planteamientos y soluciones para los nuevos retos y exigencias de seguridad, serán posibles sin la revisión, adecuación y adaptación al cambio de la reglamentación de Seguridad Privada por otras exigencias a nivel de requisitos como: tipo de contratistas homologados, certificaciones en el ámbito de seguridad de la información ante las nuevas amenazas como el ciberataque o el cibercrimen y las nuevas medidas de seguridad y ciberseguridad que debieran implementarse.
La seguridad privada se ha reinventado, evolucionado y adaptado para garantizar la prevención y protección de personas y bienes con una seguridad integral e integrada.
C de Continuidad
También las seguridades están sufriendo una nueva orientación y estrategia hacia el concepto de seguridad y continuidad de negocio y funcionamiento.
La seguridad continua funciona tomando los principios fundamentales de la "seguridad desde el diseño", aplicándolos a sus líneas de integración continua y entrega continua a través de la automatización de controles, pruebas, alertas y monitoreo.
Es fácil relacionar el término continuidad de negocio con el ámbito tecnológico o con las grandes organizaciones pero este no es exclusivo de las grandes infraestructuras pues las incidencias y los desastres afectan igualmente a las pymes y a los autónomos.
Hay que diseñar planes de seguridad continua y continuidad de negocio que integren procedimientos de actuación en emergencia, planes financieros y de comunicación y planes de contingencia destinados a minimizar el impacto y consecuencias potenciales provocadas por la materialización de determinados riesgos o amenazas sobre los bienes, la información y los procesos de funcionamiento de una organización.
E de Estrategia
Entre los nuevos retos y oportunidades, uno de los más importantes es el desarrollo de un nuevo concepto de Seguridad Global, con la convergencia de las seguridades, la transformación digital y la digitalización para la gestión operativa de la seguridad integral e integrada, pública y privada.
Igualmente, hemos de seguir avanzando hacia la integración operativa de la Seguridad Pública-Seguridad Privada (Cooperación, Colaboración).
Es clave que las nuevas estrategias para implementar el nuevo ENS tengan en su hoja de ruta el incremento de sus niveles de madurez en seguridad física y ciberseguridad, su mitigación de los riesgos y la resiliencia.
Con todo ello, y como recomendación, debemos potenciar una nueva cultura de seguridad con una visión sobre la base de las amenazas complejas e incrementar los recursos de análisis y liberarlos de viejas patologías y rigideces desarrollando el esquema de la Gestión Integral del Riesgo y las Seguridades.
Durante los días 29 y 30 de junio se ha celebrado en Madrid la XXX Cumbre de la Alianza Atlántica (OTAN) con la asistencia de 40 líderes internacionales y más de 5.000 asistentes.
El plan de seguridad, bautizado como Eirene, la diosa griega que trae la paz, lo ha asumido la Comisaría General de Información de la Policía Nacional en colaboración con la Guardia Civil, el CNI, CNPIC, cuerpos policiales del resto de países miembros de la alianza, así como Interpol, Europol, contando con la colaboración de la Policía Municipal de Madrid, Bomberos, Emergencias y Protección Civil, de la seguridad de Casa Real y Presidencia de Gobierno y de la Seguridad Privada.
Principalmente a cuatro grandes retos o amenazas se enfrentaban las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad: grupos antisistema de carácter radical y violento; potenciales ataques cibernéticos; amenazas yihadistas; y otros riesgos imprevistos o habituales en este tipo de reuniones ante los que Madrid se ha blindado para garantizar la seguridad de la Cumbre de la OTAN con cortes de tráfico y controles aleatorios, utilización de drones, perros especializados, videovigilancia remota, policía a caballo, etc.
El éxito de la seguridad se ha reflejado en cero incidentes, cero detenidos y los líderes han elogiado a España en todos sus aspectos de esta Cumbre en Madrid: ha salido "impecable" y "perfecta" respecto a la organización, seguridad y los resultados obtenidos.
La Cumbre de la Alianza Atlántica se clausuró con éxito de organización, poniendo de nuevo a Madrid en el foco internacional y proyectando una imagen positiva de nuestro país en un evento de repercusión mundial.
Nuevo concepto estratégico de seguridad
Madrid cierra la cumbre histórica que redefine la seguridad mundial. La organización de la XXX Cumbre de la OTAN en Madrid ha sido un éxito para España y una muestra de la unidad sin fisuras de los Estados miembros.
Durante este encuentro de alto nivel se ha aprobado el nuevo Concepto Estratégico de la OTAN, un documento clave que define los desafíos de la organización internacional para la próxima década. El documento rediseña la estrategia defensiva de la alianza en el mundo y, en especial, replantea el orden de seguridad europea que es el primero de este tipo en más de una década.
Una redefinición y, sin duda, una nueva oportunidad para avanzar en la Seguridad Global de un mundo de retos colectivos y futuro incierto con necesidad de entender las nuevas dinámicas sociales, económicas, energéticas y tecnológicas en el desarrollo de ese amplio concepto que es la seguridad global que va a definir el presente y futuro próximo.
Para ello, hemos de redefinir: las políticas de seguridad, crear una nueva cultura de seguridad integral e integrada, establecer los mecanismos de control y gestión de la seguridad física y lógica, monitorear el sistema de seguridad y, sobre todo, dimensionar la resiliencia.
Nuevos retos y oportunidades
La Cumbre de la OTAN celebrada en Madrid finalizó con un acuerdo para reforzar las capacidades de la alianza. Para ello, los representantes de los países miembros coincidieron en la necesidad de incrementar el gasto y las inversiones en defensa y seguridad para afrontar nuevos tipos de amenazas híbridas, como las derivadas de las tecnologías disruptivas, los ciberataques o el terrorismo.
Pero también hemos de aprovechar la oportunidad para avanzar en la seguridad global, prevención más protección para los ciudadanos, pues actualmente, las amenazas se presentan con muchas dimensiones y formas en ámbitos como la geopolítica, la delincuencia y terrorismo, las catástrofes naturales y, más recientemente, las pandemias mundiales.
Debemos ser conscientes de que en el mundo actual se están produciendo cambios profundos, no eventuales, y que es necesario contribuir de una forma más eficaz y realista a la mejora de la seguridad global. Desde esta perspectiva hemos de ayudar a instituciones y organizaciones a rediseñar nuevas estrategias en el mundo globalizado.
Todo ello, sin obviar la oportunidad para acometer los nuevos retos de un mundo que ha cambiado profundamente, en una Europa que tiene por delante la urgencia de terminar con la guerra en Ucrania, así como otras asignaturas pendientes igualmente importantes como la adopción nuevas estrategias y medidas a adoptar ante las permanentes oleadas de inmigrantes que buscan la supervivencia en un mundo mejor.
Seguridad global
Los desafíos que sugiere el nuevo contexto global de riesgos y amenazas requieren soluciones de seguridad innovadoras, que incorporen a la inteligencia y la tecnología como bases de una estrategia de seguridad necesaria para operar en las organizaciones y la sociedad en su conjunto Una nueva oportunidad para la verdadera seguridad global humana y ciudadana más allá de la defensa ante la “amenaza” rusa o china.
Para ello, hemos de estudiar las grandes tendencias que vivimos, definir los nuevos riesgos económicos, políticos y sociales que nos acechan y esquematizar un escenario de futuro en el que un modelo de gobernanza y seguridad global sea capaz de responder a los nuevos retos colectivos que nos amenazan.
En especial, en los riesgos en las infraestructuras críticas, hemos de analizar su posible impacto y reestudiar las complejidades de la toma de decisiones y liderazgo de la seguridad global como tarea imprescindible para un futuro esperable de la seguridad.
Solo una seguridad global, integral e integrada, puede garantizar una protección eficiente frente a amenazas globales y supone una aplicación de la seguridad, en la que se han de tener en cuenta los aspectos geoestratégicos, humanos, legales, sociales, económicos y técnicos de todos los riesgos y amenazas que pueden afectar a las personas y bienes integrantes en la actividad de unos países aliados por el bien común y la seguridad conjunta.
De nuevo estamos ante el planteamiento de un nuevo orden mundial para la seguridad basada en la cultura de la prevención, el bien común y los derechos humanos.
Tenemos la necesidad de incrementar más las estrategias de inteligencia y seguridad global que las de simplemente aumento del gasto en defensa.
Por todo, y con ello, hemos de interiorizar que la seguridad global es mucho más que un concepto y, en consecuencia, debemos actuar con la mayor brevedad ante los nuevos retos.
La seguridad en las instalaciones portuarias, como principio general, se debe configurar sobre el libre acceso a la prestación de servicios, salvo limitaciones por espacio, capacidad de las instalaciones, seguridad o normas medioambientales.
Son áreas de actividad muy sensibles a cambios y modificaciones de normas de funcionamiento o protocolos pues son instalaciones complejas y vulnerables, de funcionamiento permanente, escenarios múltiples, actividades diversas, dimensiones especiales y, todo ello, de funcionamiento bajo un amplísimo catálogo de riesgos y amenazas potenciales.
Por tanto, la seguridad es la base y referente de toda actividad y ha de plantearse como optimización para la gestión portuaria para garantizar la eficacia, la celeridad y la flexibilidad.
Tienen iguales bases para la seguridad la prevención y la protección por el interés industrial, económico y social.
Los principales objetivos son identificar las condiciones de inseguridad, deficiencias, vulnerabilidades y carencias en materia de seguridad para estudiar las soluciones específicas.
Las instalaciones portuarias son, en general, infraestructuras estratégicas sobre las que descansa el funcionamiento de servicios esenciales y, en gran medida, están clasificadas como infraestructuras críticas cuando su funcionamiento es indispensable y no permite soluciones alternativas.
Los Sectores Estratégicos y las Infraestructuras Críticas son uno de los ámbitos de estudio del Curso de Director de Seguridad en Infraestructuras Críticas y Estratégicas, homologado por el Ministerio del Interior para la habilitación de Directores de Seguridad Privada.
Riesgos, amenazas y vulnerabilidades
Riesgo, amenaza y vulnerabilidad son tres conceptos relacionados entre sí pero que no se superponen. El riesgo es el motor del progreso. La amenaza está en todas partes y la vulnerabilidad está en proporción inversa a las medidas tomadas antes de que la amenaza se haga realidad.
Los nuevos retos para una eficaz Gestión del Riesgo en las instalaciones portuarias, hemos de considerarlos en: el Marco Situacional, con un riguroso análisis de vulnerabilidades y amenazas; el Marco Estratégico, considerando los ejes de acción, alineación y estructura de la seguridad; el Marco Operativo, para la gestión integral del riesgo y amenazas.
Seguridad global, integral e integrada
En las instalaciones portuarias, la seguridad ha de contemplarse como una seguridad única, integral e integrada, pública y privada.
En general, son instalaciones complejas con escenarios y áreas de actividad múltiples (acceso y atraque, producción, almacenamiento, circulación, etc.); emplazamientos y entornos diversos (ubicación urbana, situación de accesos, incidencia social y económica, etc.); exigencia de capacidad de respuesta (especial número de atenciones, permanencias, almacenajes, etc.); dotación de especiales características (tipología, tecnologías, especializaciones, investigación, etc.); actividades y servicios múltiples (restauración, venta comercial, terminal pasajeros, talleres, almacenes, etc.); viajeros, trabajadores y visitantes permanentes (transporte, diferente nivel social y cultural, capacidad económica, laborales, etc.).
Medios y medidas de control y seguridad
La implantación de las seguridades desde el diseño son muy importantes y definitivas como nuevos retos y exigencias y para ello son de especial significación: la identificación, análisis y evaluación de los riesgos, amenazas y vulnerabilidades; la consideración del marco jurídico y de normativa nacional e internacional, como los Códigos PBIP/ISPS; los medios y medidas de seguridad implantación y gestión para la protección perimetral y detección de intrusión; el control y gestión de accesos de personas y vehículos; los sistemas de inspección y control de accesos de objetos, mercancías y contenedores; los sistemas de videovigilancia y control inteligentes; los sistemas de comunicaciones y protección de la información; la organización de los servicios de vigilancia y control de rondas; la centralización, integración y gestión de los sistemas de seguridad y ciberseguridad, etc.
Gestión integral del riesgo y las seguridades
Todo el catálogo de riesgos, amenazas y vulnerabilidades, y sus correspondientes medios y medidas de seguridad para su minimización, deben tratarse bajo plataformas de gestión integral e integrada
Así hemos de integrar las distintas seguridades como: la seguridad contra incendios como potencial y real protagonista, la seguridad industrial como base de garantía de funcionamiento, la seguridad eléctrica como base energética de continuidad, la seguridad en las instalaciones especiales como áreas significativas, la seguridad en emergencias como protección ante incidentes, la seguridad medio ambiental como control de la contaminación, la seguridad ante la intrusión como base contra actos ilícitos o antisociales, la seguridad arquitectónica y vial como parte de la prevención y protección de las actividades, la seguridad de la información como garantía de confidencialidad exigida.
Esta gestión integral e integrada de las seguridades, debe estar inmersa en las actividades productivas con clara definición de objetivos con una política de seguridad y una organización y procedimientos orientadas a la prevención.
Todas las actividades de seguridad deben se coordinadas bajo una dirección y liderazgo global implicando a todos los trabajadores y manteniendo un nivel de capacitación especializada y comunicación, acorde a estos nuevos retos y exigencias para obtener un verdadero ecosistema de seguridad global.
Planes de seguridad, control y contingencia
La implantación de un ecosistema de seguridad global requiere igualmente de una nueva integración y unificación de los diferentes planes a establecer como: el Plan Director de Seguridad, los Planes de Operador y Específicos como infraestructuras críticas, los Planes de Autoprotección y Emergencias, los Planes de Contingencia y Continuidad de Negocio.
Igualmente, han de establecerse e integrarse en esta unificación, los planes de: protección de la información, informática y redes; los planes de seguridad contra incendios y explosiones; los planes de seguridad contra actos antisociales o ilícitos; y los correspondientes a la seguridad en el transporte, medioambientales y de salud laboral.
Dirección de Seguridad Global
Derivado de diversas situaciones acontecidas como: la reciente pandemia, la aceleración de la transformación digital, la globalización de los riesgos y amenazas, la guerra de Ucrania, las significativas alteraciones en la logística y transporte, etc., han provocado en las instalaciones portuarias que, tanto los CSO (Chief Security Officer) responsables de la seguridad física de la organización, como los CISO (Chief Information Security Officer) responsable de la seguridad lógica o ciberseguridad y de la información, se encuentren motivados para un mayor desarrollo de sus carreras porque han de abordar problemas transversales y globales con mayor horizonte y visión holística.
Estos son líderes que se encuentran en una etapa en la que sus programas están maduros, en orden y en evolución pero, las Autoridades Portuarias y entidades públicas y privadas, están necesitadas de nuevas estrategias y liderazgo en materia de seguridad global.
En este sentido, la industria de las seguridades dispone de todas las medidas y medios para lograrlo bajo este nuevo esquema de Seguridad Global.
Dedicado por más de 30 años a la Consultoría e Ingeniería de Seguridad y Defensa por más de 20 países como asesor para asuntos aeroportuarios, puertos, cárceles hospitales, entidades bancarias, museos, transporte ferroviario, servicios de Correos y puertos.
Es socio fundador y presidente para Europa de la Federación Mundial de Seguridad (WSF), Director para Europa de la Secretaría Iberoamericana de Seguridad, Asesor gubernamental en materia de integración operativa de seguridad pública y privada en diversos países latinoamericanos.
Como experiencia académica es profesor de postgrado en ICADE (Universidad Pontificia Comillas de Madrid) desde 1986, codirector de postgrado en la Facultad de Psicología (Universidad Complutense de Madrid) y director del Curso de Seguridad en Infraestructuras Críticas del Instituto General Gutierrez Mellado de la UNED, así como conferenciante habitual y profesor en más de 20 países sobre Seguridad y Defensa.
Su representación institucional es principalmente como Miembro Experto de la Comisión Mixta de Seguridad del Ministerio del Interior, Director para Europa de la Federación Panamericana de Seguridad (FEPASEP), representante “ad honores” de la Federación de Empresas de Seguridad del MERCOSUR (FESESUR), asesor del BID (Banco Interamericano de Desarrollo) para asuntos de Seguridad Ciudadana y Observatorio de Delincuencia en Panamá, socio fundador y de honor del Observatorio de Seguridad Integral en Hospitales (OSICH), socio fundador y vicepresidente de la Asociación para la Protección de Infraestructuras Críticas (APIC)
Autor y director de la BIBLIOTECA DE SEGURIDAD, editorial de Manuales de Proyectos, Organización y Gestión de Seguridad
Actualmente es presidente y director del Grupo de Estudios Técnicos (GET), socio-senior partner de TEMI GROUP Consultoría Internacional y socio-director de CIRCULO de INTELIGENCIA consultora especializada.
Tendencias 21 (Madrid). ISSN 2174-6850