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En Roma, en una ciudad que parecía bajo estado de sitio, con vigilancia por helicópteros, 7000 agentes en las calles, tráfico paralizado y alerta máxima, en un clima muy diferente al de hace 60 años, los líderes de la UE han intentado relanzar el sueño europeo, al menos, con nuevas y buenas intenciones.
Lo cierto es que los 27 países de la UE tenemos mucho que celebrar pues hemos aportado al mundo un nuevo modelo político, un nuevo sistema de integración desde la paz y desde la libre participación.
Pese al balance de trabajo bastante positivo, los socios han acudido a Roma divididos entre ellos y en el seno de sus sociedades, a falta de un rumbo que le correspondía poner a algún líder o grupo de ellos o, al menos, a la Comisión Europea (CE), la “valedora de los tratados”.
En estas circunstancias, lo más que ha podido hacer la CE, en un nuevo Libro Blanco sobre el Futuro de Europa de cara a la reunión de Roma, es poner sobre la mesa cinco posibles vías futuras no excluyentes, cinco escenarios sobre cómo podría evolucionar la UE de aquí a 2025, ya sin los británicos: (1) seguir igual, ir tirando con los problemas; (2) limitarse al mercado único, con sus inconvenientes; (3) avanzar entre los que desean hacer más juntos, en velocidades y geometría variables; (4) hacer menos pero de forma más eficiente, entre todos; y (5) hacer mucho más conjuntamente, con voluntad y compromisos firmes.
“Europa se presentó con demasiado retraso” ante los desafíos de la crisis migratoria, de la falta de trabajo y de seguridad, dijo el primer ministro italiano, Paolo Gentiloni, anfitrión de la cumbre. Por su lado, Antonio Tajani, presidente del Parlamento Europeo, primero destacó las bondades de la UE, “el espacio económico más grande del mundo, donde desde 1960 hasta hoy el PBI per cápita creció más, con respecto a Estados Unidos”. Luego hizo un mea culpa. “Europa cometió muchos errores. Hacen falta cambios profundos para dar respuestas a quienes no encuentran trabajo o a quienes se sienten amenazados por el terrorismo. Hace falta una Europa concreta, de los hechos”, dijo. “La de hoy no debe ser una jornada de autocomplacencia, sino de un compromiso político concreto hacia los ciudadanos”, añadió.
En este sentido, no debemos olvidar que, la Unión Europea nace por una razón política de seguridad donde se plantea que pueda haber libre circulación de mercancías, libre circulación de capitales, libre circulación de servicios y libre circulación de personas, y lo plantean entonces los iniciales socios hace 60 años y como plan muy ambicioso.
La libre circulación de mercancías y la libre circulación de capitales, con lo que ha sido esta aventura del Euro, están prácticamente conseguidas. De la libre circulación de servicios no podemos decir lo mismo pues no la hemos conseguido, fundamentalmente porque, muchas veces, detrás de un servicio va un ciudadano y por ahí vienen, con la dimensión del mercado, las trascendencias desde el momento que se tienen en cuenta conceptos de ciudadanía y sus derechos, por lo tanto, esta libre circulación de servicios, no se acaba de conseguir.
Capítulo aparte merece la libre circulación de personas, que prácticamente está inédita, porque, al no poder trascender al mercado, esa libre circulación se ha hecho a través del Convenio Schengen, que no es un Convenio de la Unión Europea, sino que es un convenio que se hace al margen de la arquitectura institucional de la Unión Europea.
Con todo y con ello, “La UE enfrenta desafíos sin precedentes, tanto a nivel mundial como en su seno: conflictos regionales, terrorismo, presiones migratorias crecientes, proteccionismo y desigualdades sociales y económicas”, y así ha sido reconocido en la Declaración de Roma.
La UE está amenazada
Aunque en la última década, la Unión Europea ha hecho más por el desarrollo de una política de seguridad y defensa común que en los otros cuarenta años de su existencia, en esta celebración en Roma nos hemos encontrado a unos europeos más bien tristes y decaídos pues Europa está rota, perdida, con el ánimo hecho trizas, los objetivos desenfocados y a punto de sentir vergüenza por su torpeza por los fracasos actuales para enfrentar los problemas que la atenazan.
En los últimos años, el contexto estratégico europeo se ha vuelto vulnerable debido al crecimiento de la inestabilidad en sus vecinos y a la disminución de los acuerdos y la cohesión interna.
Nuestra Unión está amenazada. Nuestro proyecto que ha traído paz, prosperidad y democracia, está en cuestión”, según Shared Vision, Common Action: A Stronger Europe A Global Strategy for the European Union’s Foreign And Security Policy.
En este contexto, en el que se enmarcan las relaciones internacionales, el objetivo del sistema de seguridad europeo ha cambiado.
Un sistema de seguridad en el que España, contribuyente a la seguridad de Europa, es el tercer país de la OTAN que menos porcentaje del PIB dedica a Defensa, el 0,9%, solo por delante de Bélgica y Luxemburgo. En la cumbre de Gales (2014) los líderes de la OTAN se comprometieron a dedicar a Defensa el 2% del PIB.
No obstante, vamos hacia una seguridad europea efectiva. La dicotomía entre seguridad exterior e interior está superada. En los nuevos escenarios, la actuación militar sigue siendo necesaria pero hay que incluir una perspectiva civil y crear un cuartel general estratégico para las operaciones de la UE, y ya está planteado.
En cualquier caso, cuando se habla de globalización, la seguridad está en el centro de las preocupaciones de la ciudadanía, estamos ante fronteras porosas, en el sentido de que hasta la mitad del siglo pasado, se podían cerrar las fronteras, eso era algo factible, hoy en día la idea de cerrar las fronteras –propuesta por algunos países- es una idea inviable, porque tenemos un espacio radioeléctrico, porque tenemos una red de redes como Internet, y porque finalmente, el tráfico, el mero movimiento de ciudadanos hace que ese concepto cambie y hay que adaptarlo a esta nueva realidad.
Por otro lado, cabe destacar que, el incremento del número de incidentes relacionados con la ciberseguridad se manifiesta de forma muy significativa, principalmente en el sector de las infraestructuras críticas, donde se ha triplicado la cifra con respecto a años anteriores. En 2016, se ha consolidado la tendencia de los últimos años caracterizada por un aumento del número de ciberataques, su grado de sofisticación y sus consecuencias e impacto.
Así, según la nueva tendencia, no hay un enemigo único, sino focos de inestabilidad con repercusión internacional y ese modelo de amenaza conlleva nuevas estrategias de prevención y defensa.
Esa es la idea de cómo tiene que progresar este espacio europeo para garantizar la seguridad de los ciudadanos y progresar sobre la base del reconocimiento mutuo, de la colaboración, de la cooperación, con Schengen, de nuevo, sin duda, ya metido en lo que es la estructura institucional europea.
En este sentido, los 27 líderes de la Unión Europea (UE) han ratificado con una declaración solemne su voluntad de seguir adelante unidos, más allá de los desafíos de estos momentos difíciles, “Juntos, estamos determinados a enfrentarlos y a ofrecer a nuestros ciudadanos seguridad y nuevas oportunidades”, ha agregado el texto.
Preocupaciones y prioridades políticas de la Unión Europea
La seguridad de Europa se mueve entre la realidad y el deseo y para enfrentarse a ese contexto de naturaleza geopolítica, frágil, inestable y complejo, la UE trata de convertirse en un actor estratégico, con la consiguiente autonomía en Seguridad y Defensa.
En este sentido, y como especial referente de las preocupaciones y prioridades de la UE está el Eurobarómetro que, en otoño de 2016 indicaba que la inmigración y el terrorismo siguen siendo los problemas más importantes a los que debe hacer frente.
El Eurobarómetro de otoño de 2016 se preparó mediante 32.896 entrevistas presenciales realizadas entre el 3 y el 16 de noviembre de 2016 a ciudadanos de todos los estados miembros de la Unión Europea. En comparación con la encuesta de la primavera de 2016, en esta última, ha crecido el apoyo a las prioridades de la Comisión Europea, de tal manera, que, cuando se pregunta a las personas encuestadas cuáles son los dos problemas más importantes a los que la UE debe dar respuesta en la actualidad, la inmigración sigue ocupando el primer lugar entre las preocupaciones, con un 48 % de respuestas en tal sentido, si bien es importante destacar que baja diez puntos respecto al Eurobarómetro anterior y que, por primera vez desde la primavera de 2013, retrocede el porcentaje de respuestas sobre el carácter “problemático” de la inmigración.
El terrorismo se sitúa en segundo lugar, con un 39 % de respuestas, un número que supera en catorce puntos al de la encuesta anterior. En España, el terrorismo es la primera preocupación con un 35 % de respuestas, con un solo punto por delante de la inmigración (34%), mientras que, con gran diferencia respecto al dato general europeo, siendo la situación económica considerada como la tercera preocupación por un 29 % de encuestados, es decir diez puntos más que en la escala de la UE.
Inmigración y refugiados. Ordenación de flujos migratorios
Este continúa siendo uno de los mayores desafíos para la UE. Según la Organización Internacional para las Migraciones, en el año 2016 más de 351.000 migrantes y refugiados han llegado por vía marítima a Europa, sobre todo a Grecia e Italia. Esta cifra supone una muy significativa reducción de los niveles del año anterior.
Así, una de las consecuencias más graves de la crisis en Iraq y Siria ha sido también en 2016 el desplazamiento de millones de civiles en busca de protección internacional, primero a los campos de refugiados de los países vecinos y después hacia Europa.
Sin embargo, la magnitud de este fenómeno, que se ha saldado con un número insoportable de fallecidos en la mar –superior a cinco mil en 2016– obliga a redoblar el esfuerzo internacional para hacer frente a este reto.
Sin embargo, en estos momentos existe una hostilidad brutal en los países de la Europa central y oriental contra los refugiados que llegan de Siria e Irak y de tantos otros países. Ahora que la vocación humanitaria de Europa anda con incertidumbres es, sin duda, el momento de reflexionar urgentemente y reinventarse.
En cuanto a la inmigración, el 69% de los europeos se declara a favor de una política común, el 61% tiene una opinión positiva de los inmigrantes provenientes de otros estados miembros de la UE y el 56% una negativa de los inmigrantes provenientes de fuera de la UE; El 81% de los europeos está a favor de la libre circulación para que los ciudadanos de la UE puedan vivir, trabajar, estudiar y hacer negocios en toda la UE. Sin embargo, en todos los Estados miembros la mayoría de los encuestados se declaran partidarios de la libre circulación, la confianza en la UE es superior a la confianza en los gobiernos nacionales y podemos concluir que la ciudadanía de la UE es, por tanto, un valor estable.
La importancia capital que tiene el problema de los refugiados nos lleva a plantear las cuestiones humanitarias y de seguridad desde una perspectiva europea. Por otro lado, la Unión Europea no solo debe redefinirse por cómo proteger a sus ciudadanos, sino por cómo se debe comportar en el exterior.
Terrorismo. Amenaza permanente
El terrorismo ha asolado también el territorio europeo, han destacado: en marzo, dos bombas que estallaron simultáneamente en el aeropuerto y en una estación de metro de Bruselas, Bélgica, causando 32 muertos; en julio, un yihadista arrolló con un camión a una multitud en la costa de Niza, Francia, matando a 84 personas; en diciembre, un terrorista entró con un camión al mercado navideño en Berlín, Alemania, y mató a 12 personas.
Pero, como venimos insistiendo, no hay que olvidar que vivimos en un mundo globalizado e hiperconectado, en una UE donde los métodos empleados para ejecutar las matanzas pueden ser estratégicos, suicidas, complejos y diferentes y nos vemos obligados a contemplar un nuevo planteamiento de nuestras seguridades a través del análisis de nuestras propias vulnerabilidades, pero, además, es imprescindible el estudio profundo del talante, talento, fortalezas, debilidades y voluntad del agresor que muestra en todas sus acciones el objetivo común de provocar el máximo daño indiscriminado y hacerlo con la mayor crueldad, a la búsqueda de un potente resultado mediático y psicológico complementario que pueda limitar nuestro bienestar y libertades a través del temo.
Las vulnerabilidades de nuestras infraestructuras críticas y estratégicas son, en general, un problema globalizado, al ser susceptibles de convertirse en objetivo para el terrorismo, experto en interpretar tendencias y adelantar nuevas acciones, por lo que es imprescindible tener en cuenta dónde están verdaderamente esos puntos débiles. En cualquier país o capital moderna de Europa, se pueden contar por miles, refiriéndonos simplemente a todas las infraestructuras estratégicas y críticas para el funcionamiento de los servicios esenciales del país o los lugares simbólicos que sean susceptibles de convertirse en escaparates del terror con gran impacto social, y que reciben constantes y crecientes amenazas de acciones por parte del terrorismo, principalmente yihadista.
Ahora más Europa y más seguridad
La conclusión es que el 69% de los europeos considera que el Tratado de Roma es un evento positivo en la historia de Europa. Es una opinión que comparte la mayoría de los ciudadanos en todos los Estados miembros.
El 67% de los europeos se siente ciudadano de la UE. El 66% de los europeos considera que la Unión Europea es un espacio de estabilidad en un mundo bastante turbulento. En todos los Estados miembros la mayoría de los encuestados comparte este punto de vista.
Más de seis de cada diez ciudadanos de la UE piensa que sería bueno que se tomaran más decisiones a nivel europeo: ocho de cada diez cree que este debería ser el caso de la «lucha contra el terrorismo» y del «fomento de la democracia y la paz» (80%); más de siete de cada diez piensa lo mismo con respecto a la «protección del medio ambiente» (77%); y la «promoción de la igualdad de trato entre hombres y mujeres» (73%) o la «cuestión de la inmigración proveniente de fuera de la UE» (71%).
Finalmente, continuando con la tendencia positiva que ya se observaba en la encuesta de la primavera de 2016, la confianza en la UE ha subido hasta el 36%, por delante del 33% de la encuesta anterior. También ha subido la confianza en los parlamentos y en los gobiernos nacionales, aunque todavía se sitúa por debajo de la confianza en la UE.
Por todo ello, la actuación de la UE y sus países integrantes, debe seguir rigiéndose siempre por la legalidad internacional y la seguridad e, incluso, debemos ir más allá, planteando un debate a escala global sobre la inadecuación de algunas normas a la realidad de los conflictos actuales estructurando una política de seguridad y defensa, integral e integrada, pública y privada y con una mayor potenciación de la inteligencia compartida, quizá una de las asignaturas pendientes para obtener la mejor nota.
Un documento de la Asociación Española de Empresas de Seguridad (AES), con representación mayoritaria del sector de sistemas de seguridad, que ha tomado como referente lo establecido en la Ley 8/2011, por la que se establecen medidas para la Protección de las Infraestructuras Críticas, para el estudio, análisis y el establecimiento de recomendaciones para la implantación de sistemas de seguridad en este tipo de infraestructuras.
Protección de las infraestructuras críticas, nuevos retos para la seguridad privada
Si observamos algunos datos o antecedentes, vemos que la inquietud por la necesidad de proteger determinadas infraestructuras consideradas como críticas se hace patente inicialmente con la adopción por parte del Consejo Europeo del 2004, de un Programa Europeo de Protección de Infraestructuras Críticas (EPCIP) así como de una Red de información de alerta (CIWIN).
En España, las actuaciones necesarias para optimizar la seguridad de las infraestructuras se enmarcan principalmente en el ámbito de la protección contra agresiones deliberadas y, muy especialmente, contra ataques terroristas, resultando por ello lideradas por el Ministerio del Interior.
Pero, ¿qué es la protección de las infraestructuras criticas y cuáles son?
Por Protección de las Infraestructuras Críticas se entiende “el proceso de identificación, análisis, evaluación, estudio e implantación de los medios y medidas preventivas dirigidas para reducir el riesgo en situaciones, principalmente, de desastre natural, sabotaje, vandalismo o terrorismo”.
En este sentido, son infraestructuras críticas o estratégicas, aquellas determinadas por el Centro Nacional para la Protección de Infraestructuras Críticas (CNPIC) integradas dentro de los sectores de actividad siguientes:
- Administración (servicios básicos, instalaciones, redes de información, y principales activos y monumentos del patrimonio nacional);
- Instalaciones del Espacio; Industria Química y Nuclear (producción, almacenamiento y transporte de mercancías peligrosas, materiales químicos, biológicos, radiológicos, etc.);
- Agua (embalses, almacenamiento, tratamiento y redes);
- Centrales y Redes de Energía (producción y distribución);
- Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC);
- Salud (sector e infraestructuras sanitarias);
- Transportes (aeropuertos, puertos, instalaciones intermodales, ferrocarriles y redes de transporte público, sistemas de control del tráfico, etc.);
- Alimentación (producción, almacenamiento y distribución); y
- Sistema Financiero y Tributario (entidades bancarias, información, valores e inversiones).
Por consiguiente, en el campo de la seguridad en infraestructuras críticas hay un importante trabajo realizado y por realizar y es por este motivo que el CNPIC, que es el órgano director y coordinador de cuantas actividades relacionadas con la protección de las infraestructuras críticas tiene encomendadas la Secretaría de Estado de Seguridad del Ministerio del Interior, a la que está adscrito, tiene como principal objetivo el prestar una eficaz colaboración para mantener seguras las infraestructuras críticas españolas que proporcionan los servicios esenciales a nuestra sociedad.
Todas y cada una de las Infraestructuras Críticas, requieren el estudio e implantación de medios y medidas con un enfoque de seguridad integral e integrada que reúna y coordine las diferentes implicaciones y medidas nacionales e internacionales, puesto que hemos de pensar en global, aunque actuemos en local, teniendo en cuenta que la inseguridad está globalizada.
Igualmente, es fundamental que el sector de la seguridad privada, las empresas de servicios, instalaciones y proveedores de seguridad privada, se pongan en disposición especial para la participación e implicación en todo el proceso de este Programa de Protección de las Infraestructuras Críticas, dados los medios, conocimiento y experiencia que en esta materia tiene.
Antecedentes. Legislación y Normativa
En España, el Plan Nacional de Protección de Infraestructuras Críticas las define como: “Aquellas instalaciones, redes, servicios y equipos físicos y de tecnología de la información cuya interrupción o destrucción tendría un impacto mayor en la salud, la seguridad o el bienestar económico de los ciudadanos o en el eficaz funcionamiento de las instituciones del Estado y de las Administraciones Públicas“. Esta definición ya fue establecida por la Directiva europea 2008/114/CE del 8 de diciembre de 2008, subrayando sobre la importancia de “la identificación y designación de infraestructuras críticas europeas y la evaluación de la necesidad de mejorar su protección".
Ley española 8/2011 de protección de infraestructuras críticas
En consecuencia, y dada la complejidad de la materia, su incidencia sobre la seguridad de las personas y sobre el funcionamiento de las estructuras básicas nacionales e internacionales, y en cumplimiento de lo estipulado por la Directiva 2008/114/CE, se hace preciso elaborar una norma cuyo objeto es, por un lado, regular la protección de las infraestructuras críticas contra ataques deliberados de todo tipo (tanto de carácter físico como cibernético) y, por otro lado, la definición de un sistema organizativo de protección de dichas infraestructuras que aglutine a las administraciones públicas y entidades privadas afectadas.
Por todo ello, se promulga la Ley 8/2011 por la que se establecen medidas para la Protección de las Infraestructuras Críticas y su desarrollo por el Reglamento por el RD 7047/2011. Como pieza básica de este sistema, la Ley crea el Centro Nacional para la Protección de las Infraestructuras Críticas (CNPIC) como órgano de asistencia al Secretario de Estado de Seguridad en la ejecución de las funciones que se le encomiendan a éste como órgano responsable del sistema.
Planteamiento de las seguridades. En un planteamiento de seguridad global, los objetivos básicamente son: prevenir los riesgos, aumentar la protección, garantizar la intervención, minimizar los daños o pérdidas, incrementar la resiliencia, sistematizar las inspecciones y facilitar el apoyo y las ayudas exteriores. Todo enmarcado en el cumplimiento de la legislación y la normativa vigente.
Marco, en el que como ya se ha definido, “infraestructuras críticas son aquellas cuyo funcionamiento resulta indispensable y no permite soluciones alternativas, por lo que su destrucción o alteración tendría un grave impacto derivado de los tipos de riesgos y de sus magnitudes o consecuencias”.
Por tanto, para su protección hay que desarrollar especialmente y en profundidad los criterios para la identificación y evaluación de los riesgos y las amenazas derivadas de la naturaleza, de los riesgos tecnológicos, de los antisociales o actos deliberados y delictivos, e incluso, de los derivados de las actividades sociales y laborales.
Planes de Seguridad. La Ley 8/2011, así como el Reglamento que la desarrolla, han establecido un conjunto de Planes de Protección de aquellas, que para una mejor comprensión, se ha considerado adecuado clasificarlas en relación al responsable de su creación, que en unos casos corresponde a la Administración Pública y en otros al Operador Crítico.
Clasificación de los Planes del Sistema de Protección
- Responsabilidad de la Administración:
- PLAN NACIONAL DE PROTECCIÓN DE PROTECCIÓN DE LAS INFRAESTRUCTURAS CRÍTICAS (Secretaría de Estado de Seguridad del Ministerio del Interior).
- PLANES ESTRATÉGICOS SECTORIALES (Elaborado por el Grupo de Trabajo coordinado por el CNPIC).
- PLAN DE APOYO OPERATIVO (Cuerpo Policial Estatal o Autonómico, en su caso).
- Responsabilidad del Operador:
- PLAN DE SEGURIDAD DEL OPERADOR.
- PLAN DE PROTECCIÓN ESPECÍFICO (de cada instalación crítica).
Planes de Protección Específicos. De especial incidencia e implicación para los medios y sistemas de seguridad se encuentran los Planes de Protección Específicos (PPE) que se definen y desarrollan con el esquema siguiente:
Concepto: los Planes de Protección Específicos son los documentos operativos donde se deben definir las medidas concretas ya adoptadas y las que se vayan a adoptar por los operadores críticos para garantizar la seguridad integral (física y lógica) de cada una de sus infraestructuras críticas.
Contenido: los Planes de Protección Específicos de las diferentes infraestructuras críticas incluirán todas aquellas medidas que los respectivos operadores críticos consideren necesarias en función de los análisis de riesgos realizados respecto de las amenazas, en particular, las de origen terrorista, sobre sus activos, incluyendo los sistemas de información. Cada Plan de Protección Específico deberá contemplar la adopción tanto de medidas permanentes de protección, sobre la base de lo dispuesto en el párrafo anterior, como de medidas de seguridad temporales y graduadas, que vendrán en su caso determinadas por la activación del Plan Nacional de Protección de las Infraestructuras Críticas, o bien como consecuencia de las comunicaciones que las autoridades competentes puedan efectuar al operador crítico en relación con una amenaza concreta sobre una o varias infraestructuras por él gestionadas.
La Secretaría de Estado de Seguridad, a través del CNPIC, establecerá los contenidos mínimos de los Planes de Protección Específicos, así como el modelo en el que fundamentar la estructura y contenido de éstos que, en todo caso, cumplirán las directrices marcadas por sus respectivos Planes de Seguridad del Operador.
En la resolución de aprobación o modificación, el CNPIC, basándose en los informes o proyectos presentados efectuará al operador crítico las recomendaciones que estime pertinentes, proponiendo en todo caso un calendario de implantación gradual donde se fije el orden de preferencia de las medidas y los procedimientos a adoptar sobre las infraestructuras afectadas.
Los Medios y Sistemas de Seguridad. Sistemas y Tecnologías
En la actualidad, los medios técnicos, los sistemas y tecnologías en su aplicación para la protección de las Infraestructuras Críticas y Estratégicas, están lo suficientemente evolucionados como para no existir problema alguno en el planteamiento de la prevención y protección de todos y cada uno de los riesgos y amenazas que comportan el amplio catálogo de aplicación a este tipo de instalaciones. No obstante, una serie de aspectos pueden condicionar o recomendar la implantación de ciertos tipos de sistemas de seguridad.
Así, los medios técnicos se dispondrán prioritariamente para el cumplimiento de la legislación y la normativa vigente en cada caso o comunidad social, que se centran, principalmente, en la instalación de los medios para la prevención y protección contra actividades antisociales y terrorismo, así como el establecimiento de los medios y sistemas complementarios para facilitar la ejecución de los planes de autoprotección.
Con independencia de las disposición de los medios y medidas de seguridad por imperativo legal, pueden existir -según los casos y circunstancias- muchas otras situaciones donde, con carácter general, otros tipos de riesgos relacionados directamente con las Infraestructuras Críticas, pasen igualmente a la consideración de prioritarios o muy importantes en función de su análisis y evaluación, como es el caso de algunos riesgos de tipo técnico y, sobre todo, los agrupados en el ámbito de los riesgos derivados de las actividades antisociales o actos deliberados.
De cualquier modo, como contraposición a cada uno de los grupos de riesgo diferenciados, se dispondrán los medios de protección física o pasiva, medios técnicos de control, video vigilancia, sistemas de detección alarma, comunicaciones, etc. que, en cada caso, correspondan. Todo ello, sin olvidar el mantenimiento de los objetivos que prioritariamente nos hemos fijado de eficacia, celeridad y flexibilidad y, desde luego, sin perder la perspectiva de la optimización de los recursos disponibles o a disponer.
En este sentido, como es sabido, el mercado de la oferta de medios técnicos agrupados por áreas de riesgo diferenciadas, tanto en sus campos de lo que podríamos denominar la protección pasiva (medios físicos y mecánicos) como la protección activa (medios electrónicos) así como la seguridad lógica, presenta para sus aplicaciones -generales y específicas- en las Infraestructuras Críticas y Estratégicas, una muy amplia gama de materiales, productos, equipos y sistemas perfectamente adecuados para responder a la exigencia de seguridad ante los riesgos planteados y sus distintas y posibles valoraciones o necesidades.
Planteamiento y recomendaciones
En general, los medios técnicos para la prevención de los riesgos o para la protección de personas y bienes se dispondrán directamente relacionados con los tipos de riesgos y amenazas ante los que han de enfrentarse, con la correspondiente evaluación de éstos y, consecuentemente, con la decisión final al respecto de la reducción, asunción o transferencia de estos riesgos y amenazas potenciales o reales.
Los medios técnicos de prevención y protección son, por tanto, todos aquellos materiales, elementos, dispositivos, equipos y sistemas que se pueden emplear o se emplean, en general o específicamente, como contraposición a los riesgos o amenazas identificados y evaluados.
El marco de trabajo y tratamiento establecido para los medios técnicos en este documento como “RECOMENDACIONES PARA EL DISEÑO DE INSTALACIONES DE SISTEMAS DE SEGURIDAD PARA LA PROTECCIÓN DE LAS INFRAESTRUCTURAS CRÍTICAS Y ESTRATÉGICAS”, se centra en el esquema de contenido siguiente:
- OBJETO. INTRODUCCIÓN, sobre la base del planteamiento y desarrollo de la Ley 8/2011;
- FASES DE PROYECTO, desde un esquema de tratamiento integral del diseño y análisis, la instalación, la operación y el mantenimiento de los sistemas;
- ÁREA DE IMPLANTACIÓN DE LAS MEDIDAS, desde el esquema de aplicación sobre áreas perimetrales, áreas periféricas o áreas interiores;
- SISTEMAS DE PROTECCIÓN, bajo la clasificación de la Protección Contra la Intrusión, el Control de Accesos, la Protección de Información y Valores, la Centralización e Integración de Sistemas y los Sistemas de Control y Coordinación de Medidas de Seguridad Físicas y Lógicas.
Todos los sistemas de seguridad clasificados en este Documento de Recomendaciones se especifican por su tipo de equipo, su instalación para cada nivel de riesgo, sus observaciones a tener en cuenta y sus recomendaciones de aplicación.
Finalmente, y sin ánimo de ser exhaustivos, se considera que el sector y la industria de las seguridades presentan múltiples medios y medidas de prevención y protección de total aplicación a las Infraestructuras Críticas y Estratégicas, tanto en su aplicación general como específica.
Miembro de la Junta Directiva de AES
(Asociación Española de Empresas de Seguridad)
Artículo publicado en el Boletín Informativo número 60 de AES
Decidido, tranquilo pero mitinero, Donald Trump pronunció sus primeras palabras como presidente de los Estados Unidos en un ambiente de caras largas, poco entusiasmo y protestas. El nuevo presidente dibuja un EE.UU., S.A. desde un TRUMP, S.L. y sabemos que de empresas entiende, pero ¿podremos confiar en que se deje que alguien le asesore en cuanto a la información que utiliza para sus sentencias?
Refiriéndose a los inmigrantes sus mensajes apocalípticos les pretenden hacer ver como el cáncer que amenaza la salud nacional: “Hemos defendido a otros países mientras nos negamos a defender nuestras fronteras. A partir de este día va a ser sólo primero Estados Unidos. Cada decisión sobre comercio, impuestos e inmigración, asuntos extranjeros, se tomará para beneficiar a los trabajadores estadounidenses, para defender nuestras fronteras”.
Al aflorar su lado más populista, imita el discurso grandilocuente de otros no reconocidos como demócratas, insistiendo una y otra vez sobre cómo, con su mandato, va a traer de vuelta para los americanos "nuestros empleos, nuestras fronteras, nuestra riqueza, nuestra prosperidad, nuestros sueños”, “…sacaremos a la gente de las ayudas sociales y la pondremos a trabajar, reconstruiremos nuestro país con mano de obra estadounidense”.
En este sentido, parece que olvida que, en cuestión de empleo, aparte de la importante recuperación habida en la era Obama, seis millones de empleos en Estados Unidos dependen del comercio con México, y que estos empleados mexicanos y otros centroamericanos se ocupan de tareas que no suelen ser valoradas o que algunos locales evitan hacer como albañiles, empleadas del hogar, jardineros, recogida de basura, enfermeras, etc.
También ignora lo que hace diez años mostraba la película “Un día sin mexicanos” de Sergio Arau, que recuperó su visibilidad y valoró una situación naturalizada sobre lo que pasa con los millones de mexicanos, hondureños, guatemaltecos y ecuatorianos que viven en California , revelando la hipocresía de una nación que llama “ilegales”, “hispanos” o “indocumentados” a millones de mujeres y hombres que hacen los “trabajos sucios” que “los blancos” (así se llaman a sí mismos) no quieren hacer y que significan un pilar fundamental de su economía. La película plantea una hipotética desaparición de todos los mexicanos –y otros latinos– del estado de California, y sus efectos negativos sobre el resto de los californianos.
El presidente Trump también ha dicho: “Vamos a seguir dos reglas muy sencillas y es: compra estadounidense y contrata a estadounidenses”. Sin embargo, vuelve a ignorar que México es el primero, segundo o tercer mercado de 30 de los 50 estados de Estados Unidos. México es el tercer socio comercial de Estados Unidos (14% del comercio total), luego de China (16%) y Canadá (15.4%), así que veremos qué hace con todo ello.
También dice que el verdadero problema de sus fronteras es con México y los 3.000 km. que quiere tener amurallados a su costa para interrumpir el cruce de la droga y de mexicanos, pero debería de saber que pese a que el Congreso de los Estados Unidos aprobó fondos para reforzar la seguridad de la frontera y las aduanas con ese país, ninguno de esos objetivos da respuesta al drama que atraviesa México que es la violencia generada por el combate con y contra el narcotráfico, más allá de los migrantes y su trasiego de drogas hacia el norte y armas hacia el sur.
Olvida que, en Estados Unidos, además de que sus habitantes poseen 310 millones de armas de diferentes tipos en poder de sus ciudadanos, con un promedio de casi un artefacto por habitante, por decisión del Congreso de la nación, no tiene ninguna medida que haga referencia a la necesidad de regular y controlar mejor la venta de armas que alimenta los arsenales de los cárteles de la droga. Diversas fuentes informativas señalan que el 90% de las armas en poder del narcotráfico mexicano provienen de compras legales en Estados Unidos. Solo en las ciudades fronterizas hay más de 10.000 tiendas de venta de armas, la mayoría de tecnología sofisticada como la que utilizan las fuerzas de seguridad.
Estados Unidos representa el 4,4% de la población mundial, pero sus ciudadanos poseen el 42% de las armas en manos civiles de todo el mundo. Según cifras de 2015, en Estados Unidos mueren una media de 92 personas al día por armas de fuego. Son 1,45 millones de muertes (asesinatos, suicidios o accidentes) desde 1970.
En algunos medios se ha postulado que el presidente electo Trump ahora tendrá que ser más inclusivo porque ocupa el cargo más alto de la tierra. Sin embargo, como muchos estudios científicos demuestran (entre ellos los de Leigh Tost en la Universidad del Sur de California, en colaboración con Francesca Gino en la Escuela de Negocios de Harvard y Rick Larrick en la Universidad de Duke) las personas que experimentan la embriaguez del poder son menos propensas a comprender cómo otros piensan, ven y sienten. Encontraron que las personas que experimentaron una mayor sensación de poder eran más propensas a ignorar los consejos de sus asesores en comparación con aquellos que experimentaron menor sensación de poder.
Se ha oído comentar a Barack Obama cómo la práctica política en la propia Oficina Oval puede cambiar a la gente, llevándoles a ser más inclusivos con sólo incorporarse a la ponderación diaria. Sin embargo, la investigación anterior demuestra que un mayor sentimiento de poder sostenido desencadena lo contrario: puede perjudicar la toma de perspectiva, producir una peligrosa sensación de control sobre los eventos aleatorios, y una mayor tendencia a desoír el asesoramiento incluso de expertos.
Entonces, ¿cómo luchar contra el lado oscuro del poder?
En agosto pasado, el profesor Kevin Dutton, de la Universidad de Oxford, publicó los resultados de un trabajo científico en el que estudió los aspectos psicopáticos de algunos de los personajes históricos más relevantes de todos los tiempos. https://phys.org/news/2016-08-presidential-candidates-psychopaths-good.html
Con independencia de que esos aspectos psicopáticos estudiados no sólo eran los negativos, Donald Trump obtuvo 171 puntos, colocándose dos por encima del dictador Adolf Hitler. El candidato republicano a la Casa Blanca es solo superado por Saddam Hussein -que encabeza la lista con 189-, Enrique VIII -con 178- e Idi Amin -con 176-.
Trump ha retratado a EE.UU. como un país en crisis, diciéndole a sus conciudadanos que se han de ver amenazados por los de diferente raza, sexo, religión, origen, pensamiento, haciéndoles sentir en un estado de crimen y caos permanente, en el que las élites se han enriquecido y han maquinado a espaldas del pueblo.
Sin embargo, si bien parte de la criminalidad es cierta, también es verdad que en cifras absolutas, en la era Obama ha habido un control y un descenso importante en el país.
Ya en julio, cuando Trump aceptó la nominación del Partido Republicano en la convención en Cleveland, prometió que el 20 de enero “se restauraría la seguridad” en Estados Unidos, y el 21 “los americanos finalmente se despertarían en un país en el que las leyes (…) se van a aplicar”.
Tampoco sabe entonces que el índice de inseguridad en EE.UU., con un total de casi 15.000 muertes por homicidio, tiene una tasa de apenas 4,7 por cada 100.000 habitantes, muy deseable de disminuir, pero por debajo de muchos otros.
En 2015, que es el último año del que hay estadísticas, hubo 1,2 millones de crímenes violentos, según el FBI, no obstante lo cual Estados Unidos es considerado un país de “seguridad media”, según el reconocido Índice de Paz Global 2016.
Por otro lado, Estados Unidos tiene menos del 5 por ciento de la población mundial, pero casi la cuarta parte de los presos del mundo, es decir, 2.300.000 criminales entre rejas, lo que representa una cifra superior a la de cualquier otra nación, con 751 individuos presos por cada 100.000 habitantes (si se consideran sólo los adultos, uno de cada 100 norteamericanos está preso) y pasan en la cárcel más tiempo que los presos de otras naciones. Se puede asegurar que Estados Unidos es el país que controla y encarcela a más gente en el planeta.
La superficialidad de las opiniones de Trump en otros temas como el cambio climático, el terrorismo radical islámico, las pandillas o las drogas no hacen más que afianzar el criterio de que estamos ante la difícil encomienda de tratar de equilibrar durante un tiempo el clima que va a crear un individuo narcisista y desinformado, un rey desnudo que la plebe aplaude por ignorancia, miedo o interés, haciéndole sentir ornado con sus mejores galas y que dijo: “Vamos a reforzar todas las alianzas contra el terrorismo radical islámico. Lo vamos a erradicar completamente de la faz de la tierra”. Sobre la sociedad estadounidense: “Las pandillas y las drogas nos han robado muchos días en nuestro país. Esta carnicería humana se detiene aquí mismo y ahora mismo”.
Más allá de sus discursos populistas, el presidente Trump tiene un profundo trabajo personal que hacer para informarse bien y acercarse a una visión más realista y humana de las cosas, y una responsabilidad que cumplir si quiere llevar a término sus fácilmente vendibles promesas políticas. Sus asesores y agencias también tienen mucho que analizar y aportar a la toma de decisiones en materia de Economía y Comercio y, sobre todo, en todo lo que se refiere a su visión global, medioambiental, humanitaria y estratégica, acciones futuras a vigilar de cara no sólo a la seguridad interna y externa del país, sino a la seguridad internacional.
Lo malo de la desinformación o la ignorancia es que no sabe que lo es. Lo bueno es que tiene siempre fecha de caducidad.
"Locura es hacer la misma cosa una y otra vez y esperar resultados diferentes".
Albert Einstein
Si repasamos la inseguridad objetiva y subjetiva sufrida durante el año 2016, cabe destacar diversos problemas globales graves de diferente calado, que han recibido un tratamiento mediático irregular como: la multiplicidad de atentados yihadistas de diversa consideración y su deslocalización, el incremento de las ciberamenazas y su permanente desarrollo, las vulnerabilidades en las infraestructuras críticas, el crecimiento de la inseguridad ciudadana, así como el deficiente tratamiento que se da a la crisis consolidada de los refugiados y la preocupante y permanente cifra de la mortalidad infantil en el mundo.
Si resumiéramos y adjetiváramos los problemas de inseguridad global en el año 2016, quizá se podría hablar de “incertidumbre plural”.
El número de muertos por actos terroristas en 2016, ha sido de casi 900 personas, incluyendo a los perpetradores. Los más graves en este año han sido en Siria, Irak, Francia, Estados Unidos, Turquía, Alemania, Bélgica y Nigeria, entre otros países. En Europa, han destacado: en marzo, dos bombas que estallaron simultáneamente en el aeropuerto y en una estación de metro de Bruselas, Bélgica, causando 32 muertos; en julio, un yihadista arrolló con un camión a una multitud en la costa de Niza, Francia, matando a 84 personas; en diciembre, un terrorista entró con un camión al mercado navideño en Berlín, Alemania, y mató a 12 personas; antes de fin de año, al menos 28 personas murieron en un doble atentado suicida en un mercado de Bagdad, en un ataque reivindicado por el Estado Islámico (IS).
Turquía ha sido foco de numerosos atentados en el último año, especialmente provocados por el conflicto kurdo y la intervención en Siria. Alrededor de 300 personas murieron en 2016 en distintos atentados y hasta el último día del año, donde un hombre armado con armas automáticas ha abierto fuego durante la celebración de la Nochevieja en el Club Reina de Estambul, uno de los locales recreativos más exclusivos de la capital, con un resultado de 39 muertos, entre ellos 16 extranjeros.
Pero, además no debemos olvidar que el terror yihadista incrementa a diario la cifra de muertos en muchos países, sin que éstos -o nuestra comprensión y compasión- aparezcan en primera plana de los medios de comunicación, ni sus caras inunden nuestras cadenas de televisión.
Esos otros, los muertos inocentes sin rostro, piden también entrar en nuestras estadísticas y en nuestros planes de acción, convirtiendo la paz y el bienestar de los suyos en un reto tan importante como la de los nuestros.
Mientras, también Oriente Medio sigue en guerra, asolado por la violencia del autodenominado Estado Islámico en la cruel guerra de Siria.
Todo ello teniendo en cuenta que vivimos en un mundo globalizado e hiperconectado, donde los métodos empleados para ejecutar las matanzas pueden ser estratégicos, suicidas, complejos y diferentes y nos vemos obligados a contemplar un nuevo planteamiento de nuestras seguridades a través del análisis de nuestras propias vulnerabilidades, pero, además, es imprescindible el estudio profundo del talante, talento, fortalezas, debilidades y voluntad del agresor que muestra en todas sus acciones el objetivo común de provocar el máximo daño indiscriminado y hacerlo con la mayor crueldad, a la búsqueda de un potente resultado mediático y psicológico complementario: La limitación de nuestro bienestar y libertades a través del temor, bajo la consigna de: “Mata a uno y asustarás a miles, mata a cientos y asustarás a millones”.
En este sentido, el caso y la situación de España, citada y amenazada frecuentemente en comunicaciones de los grupos terroristas, aunque muy lejos de parecerse a la de Francia, Rusia, Holanda, Alemania o Inglaterra, aparece también en el punto de mira de los terroristas.
En España, las fuerzas de seguridad desarticularon este año varias células que pretendían atentar. Casi 200 islamistas están en prisión y más de 600 radicales han sido arrestados desde el 11-M en Madrid.
El desafío que representa el guante lanzado por los terroristas a distintos países, principalmente de occidente, es delicado y complicado de recoger. Por una parte, responder al terror con el terror y el odio ya tenemos experiencia sobre la terrible e inútil reacción en cadena que provoca, y por la otra, la necesidad de respuesta nos puede enfilar hacia un dramatismo sobre el que es preciso reflexionar.
Las ciberamenazas
Dentro de las agresiones, lo mismo puede aplicarse a las ciberamenazas en 2016: las masivas redes zombis compuestas por dispositivos conectados paralizaron gran parte de Internet en octubre, mediante grandes ataques a la infraestructura global de red, cuando servicios como Twitter, Spotify y Netflix dejaron de funcionar. Los atacantes cada vez utilizan herramientas más sólidas y han demostrado lo que son capaces de hacer.
2016 ha sido el año de las fugas de información y el robo de datos. Las brechas han afectado al sector sanitario, entretenimiento, redes sociales, gobiernos, etc. Hasta el punto de que Facebook a través de un directivo declaró que están comprando contraseñas en el mercado negro, con todo lo que ello implica. El incesante hackeo de sitios web de alto perfil, la vulneración y el vaciado de datos, los robos millonarios a entidades bancarias mediante el sistema SWIFT, y mucho más. Sin embargo, la industria de la ciberseguridad ya había pronosticado varios de estos incidentes, en algunos casos hace ya varios años, y para ellos, probablemente el mejor término con el que lo calificarían sería el de “inevitable”.
Engañar a la gente para que revele su información personal o instale un programa malicioso que captura los datos de sus cuentas bancarias en línea se mantuvo como una opción popular y exitosa para los ciberpiratas en 2016. La proporción de los ataques contra dispositivos Android se cuadruplicó.
Con todo, el último eslabón vulnerable es el factor humano. En 2016 también descubrimos que las campañas de ataques dirigidos no necesitan ser técnicamente avanzadas para tener éxito. Los seres humanos, desde desafortunados empleados hasta infiltrados maliciosos, a menudo fueron la ruta más fácil de acceso para los atacantes y sus métodos. Así, 22 de los 33 troyanos más populares en 2016 han sido troyanos publicitarios. Esta cifra duplica a la del año 2015.
En octubre de 2015, Cisco realizó un estudio con el fin de valorar la percepción que los responsables de la toma de decisiones de TI tienen de los riesgos y retos para la seguridad. El 68 % de los participantes en el estudio identificó el “malware” como el principal reto externo de seguridad para sus organizaciones. Le acompañaron la suplantación de identidad y las amenazas persistentes avanzadas, con el 54% y el 43%, respectivamente.
También se comprobó que la mayoría de las empresas (92%) emplea un equipo de seguridad dedicado dentro de la organización. El 88% de los participantes indicó que sus organizaciones disponen de una estrategia global de seguridad que se renueva con regularidad.
El estudio muestra que las pequeñas y medianas empresas utilizan menos defensas que las organizaciones de gran tamaño. La proliferación de “ransomware” es un ejemplo típico. El impacto, en 2016, de infecciones por ransomware ha sido alarmante. El retorno económico que produce y la poca concienciación en las empresas hace que el cibercrimen haya avanzado a pasos agigantados. Como venimos sufriendo el “ransomware” proporciona a los delincuentes un método sencillo para obtener más dinero directamente de los usuarios.
Capítulo aparte ha merecido la actividad “maliciosa”, apodada por el gobierno estadounidense como GRIZZLY STEPPE, que tenía como objetivo “comprometer y explotar las redes y los servidores asociados a las elecciones de EE.UU.”. El Gobierno de EE.UU. atribuye los ciberataques a dos grupos de espionaje ruso, identificados como APT28 y APT29, APT, que corresponden a las siglas de “amenaza avanzada persistente”, en inglés.
Mientras que se ha constatado la necesidad de aumentar la colaboración entre Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y empresas tecnológicas, en el otro lado está viéndose en algunos países presiones de lo gobiernos para acceder por ley a "colaborar" en temas considerados como "seguridad nacional".
Las vulnerabilidades
Las vulnerabilidades de nuestras infraestructuras críticas y estratégicas son, en general, un problema globalizado, al ser susceptibles de convertirse en objetivo para el terrorismo, experto en interpretar tendencias y adelantar nuevas acciones, por lo que es imprescindible tener en cuenta dónde están verdaderamente nuestras vulnerabilidades. En cualquier país o capital moderna, éstas se pueden contar por miles, refiriéndonos simplemente a todas las infraestructuras estratégicas y críticas para el funcionamiento de los servicios esenciales del país o los lugares simbólicos que sean susceptibles de convertirse en escaparates del terror con gran impacto social, y que reciben constantes y crecientes amenazas de acciones por parte del terrorismo, principalmente yihadista.
Por ejemplo, en febrero se demostró con qué facilidad se podía penetrar en la red interna de un hospital y controlar un dispositivo MRI, encontrar datos personales sobre pacientes y los procedimientos de sus tratamientos y acceder al sistema de archivos del dispositivo MRIA a la caza del lucro económico.
Algunos gobiernos han expresado gran preocupación por el auge del mercado de vulnerabilidades sin parche, el llamado "software armado". Estas herramientas son esenciales para la comunidad de estudio de la seguridad, que busca maneras de proteger las redes de todo el mundo.
Sin embargo, en malas manos, especialmente las de regímenes represivos, esta tecnología pensada para el bien ya se ha empleado para cometer delitos financieros, robar secretos nacionales o comerciales, reprimir la disensión política o incapacitar una infraestructura esencial.
Pero, para la protección de las infraestructuras críticas, además de los análisis aplicables a todas las generales, hay que desarrollar especialmente y en profundidad, los criterios para la identificación y evaluación de todos los riesgos y las amenazas derivados de los antisociales o deliberados y delictivos, y controlar las consecuencias de las actividades sociales y laborales, además de solventar al máximo todas las vulnerabilidades.
Sabemos que mantener la seguridad tiene un precio -como sostenían ya los pensadores de la filosofía política clásica, desde la antigüedad- y, para alcanzarla, tenemos que renunciar a una parte de nuestra libertad y someternos, más o menos de manera voluntaria, a un conjunto de reglas y restricciones. Esta es una premisa universal que se significa en la garantía de funcionamiento de nuestras infraestructuras críticas.
Por otro lado, en las infraestructuras críticas y estratégicas, ante la gravedad de los riesgos y las amenazas que puede comportar su especificidad, resulta obligado compartir responsabilidades entre agentes, actores y autoridades, a pesar de la existencia habitual de obstáculos de difícil eliminación, como puedan ser las barreras a la hora de compartir información, las carencias sobre la confianza mutua en la cooperación y los desencuentros puntuales, en la confianza que estas circunstancias mejorarán merced a la interrelación operacional institucionalizada.
La inseguridad ciudadana
Entre las 50 ciudades más violentas del mundo en 2016, más de 40 se encuentran en Latinoamérica y hasta con una tasa de 171 homicidios por cada cien mil habitantes, como es el caso de San Pedro Sula, en Honduras. España, para ese mismo número de habitantes, registra una tasa de 0,7 homicidios.
El análisis, evaluación y toma de decisiones preventivas o correctivas hacia la obtención de niveles aceptables de seguridad/inseguridad ciudadana, objetiva o subjetiva, pública o privada, presenta un panorama mucho más complejo, y no se puede evaluar simplemente como resultado de la percepción de inseguridad derivada de una determinada “alarma social” que puede responder a realidades de nuestro entorno o tensiones derivadas de decisiones políticas más o menos estudiadas o acertadas.
En los últimos tiempos, principalmente desde finales del pasado siglo XX, esa percepción de inseguridad se genera en un ambiente en el que la sociedad está dando importantes cambios sociales, económicos, políticos y demográficos, perdiendo la carrera frente a una obsolescencia operativa que, a menudo, pone en duda la capacidad de los Estados para resolver los problemas que de ahí derivan.
En este sentido, es importante analizar la situación actual en base al Índice de Paz Global (Global Peace Index), que mide el nivel de paz y la ausencia de violencia de un país o región. Se elabora y publica desde el año 2007 por el Institute for Economics and Peace y el Centre for Peace and Conflict Studies, de la Universidad de Sydney, con datos procesados por la Unidad de Inteligencia del semanario británico The Economist.
Entre los diez primeros países con mejor índice de Paz Global figura, en primer lugar, Islandia seguido de Dinamarca, Austria, Nueva Zelanda, Portugal, República Checa, Suiza, Canadá, Japón y Eslovenia. España figura en el lugar 25. Y entre los diez últimos o peor índice están Libia, Sudán, Ucrania, R. Centroafricana, Yemen, Somalia, Afganistán, Irak, Sudán del Sur y, finalmente, el peor índice lo posee Siria.
Tras el estudio, consideran que la paz positiva se basa en ocho factores: buen clima para los negocios, buena relación de los vecinos, altos niveles de capital humano, aceptación de los derechos de los demás, bajos niveles de corrupción institucional, buen funcionamiento del Gobierno, libre flujo de la información y una distribución equitativa de los recursos.
La crisis de refugiados
El mundo está viviendo la peor crisis de refugiados y para Europa se trata de la mayor crisis migratoria y humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial.
Así, más de cinco mil refugiados e inmigrantes ilegales han perdido la vida en el año 2016 cuando intentaban llegar a Europa, según un informe sobre inmigración elaborado por un grupo de organizaciones públicas y benéficas italianas, en colaboración con el proyecto de protección de refugiados SPRAR Millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares, arriesgándolo todo para escapar de conflictos, desastres, hambre y pobreza.
Más de 65 millones de personas han abandonado sus hogares debido a conflictos, a la violencia y la persecución. Millones huyen de desastres naturales y de la pobreza. Entre enero y junio de 2016, casi 100.000 refugiados y migrantes llegaron a Europa cruzando el Mediterráneo a través de la que es considerada la ruta más mortal del mundo. La mayoría de ellos llegaron en barcos organizados por traficantes poniendo en peligro sus vidas buscando seguridad y protección en Italia o Malta. Sin embargo, la gran mayoría de las personas desplazadas permanecen en lugares mucho más próximos a sus países de origen.
El conflicto en Siria, que está ya en su quinto año, ha superado los 270.000 muertos, de los que cerca de 80.000 son civiles y, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, ha provocado que casi 5 millones de personas se hayan visto obligadas a huir del país. El Líbano, con una población de 4,5 millones de personas, acoge a 1,2 millones de estos refugiados. A día de hoy, una de cada cuatro personas que viven en el Líbano es refugiada siria.
Según datos de la organización Save the Children, más de dos millones de niños han huido del horror del conflicto y viven en campos de refugiados en los países vecinos. Dentro de Siria hay más de 7,5 millones de niños afectados por el conflicto que lo han perdido todo. Permanecer en el país sigue siendo la opción más peligrosa porque cada día deben enfrentarse a la muerte, a la enfermedad, al riesgo de ser reclutados por grupos armados, a ser detenidos, al trabajo infantil o al abuso.
Las necesidades humanitarias en Siria se han triplicado en el último año, dos tercios de la población está aun desatendida, más de 212.000 personas viven en estados que están sitiados y 4,8 millones de personas residen en zonas en que las agencias humanitarias solo acceden de manera esporádica.
La Unión Europea ha convertido las expulsiones de extranjeros en bandera de su política migratoria. Con un número de llegadas al continente que no ha hecho sino crecer desde el estallido de las primaveras árabes, en 2011.
Al igual que ocurrió con el autor del atentado de Berlín que debía regresar a Túnez, los datos demuestran que la mayoría de quienes reciben la orden de abandonar el territorio comunitario no lo hacen.
En los campos fronterizos de Turquía y Jordania, que también albergan refugiados sirios, la situación es desesperada y 1,5 millones de personas precisan ayuda humanitaria.
De las expulsiones decretadas en 2015, apenas un 36% se cumplieron, según las cifras oficiales. La crisis migratoria en Europa, también conocida como crisis migratoria en el Mediterráneo o crisis de refugiados en Europa, es una situación humanitaria crítica, que se agudizó en 2015, por el incremento del flujo descontrolado de refugiados, solicitantes de asilo, emigrantes económicos y otros migrantes en condición de vulnerabilidad y otros que, en conjunto, comparten las vías de desplazamiento irregular hacia países de la Unión Europea.
El pasado mes de septiembre, se pactó reubicar a 160.000 refugiados en dos años en la Unión Europea, incluyendo los 40.000 propuestos en mayo. Desde entonces solo han sido reubicados 583, según ha denunciado la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR).
Los países en desarrollo, principalmente de Oriente Medio, África y Asia, acogen en la actualidad al 86% del total de 19,5 millones de refugiados del mundo. Schulz ha dicho sentirse "avergonzado" por el trato que dispensan países comunitarios a los refugiados frente al que les ofrecen países como Turquía.
La enorme violencia sobre los débiles
El número de niños que mueren cada año en un país es un índice del bienestar y la salud de dicho país. En la actualidad, la situación mundial de la mortalidad infantil es trágica: cada 4 segundos muere un niño por causas evitables. Los niños son siempre las víctimas más vulnerables de la violencia y el terrorismo en su forma más sutil: la del hambre, la falta de higiene, de medios, de paz… La erradicación del yihadismo y los peligros que conlleva puede llevar años o no resolverse nunca, sin embargo, la muerte de esos 22.000 niños por día está en nuestra mano, en su gran mayoría, que deje de producirse si enfrentamos con eficiencia la erradicación de ese terrorismo de guante blanco, que es nuestra indiferencia.
En comparación, en el conflicto bélico más sangriento de la historia de la humanidad, la Segunda Guerra Mundial, se registró una cantidad de muertos que superaba los 60 millones, la cual, dividida entre los 6 años, representó más de 10 millones de muertes por año. No obstante, en aquel momento, fallecían por otras causas más de 20 millones de niños por año. Por lo tanto, la mortalidad infantil fue, en comparación, mucho más alta que la mortalidad en general de la guerra más terrible de la historia de la humanidad. La mortalidad infantil puede reducirse drásticamente si los gobiernos decidieran priorizar las políticas a favor de los niños en sus presupuestos nacionales.
El Estado Mundial de la Infancia 2016, el principal informe anual de UNICEF, describe un panorama desolador para el futuro de las niñas y niños en situación de mayor pobreza en el mundo, si los gobiernos, los donantes, las empresas y las organizaciones internacionales no aceleran los esfuerzos para dar respuesta a sus necesidades básicas.
Algunas de las cifras más preocupantes que recoge el informe, son: más del 80% de la mayoría de las muertes infantiles ocurrieron en Asia meridional y África subsahariana; El número de niños que no asisten a la escuela ha aumentado desde 2011; unos 124 millones de niños no acceden a educación primaria y secundaria. En 2030, 750 millones de niñas se habrán casado siendo aún niñas. Ese mismo año, 167 millones de niñas y niños seguirán viviendo en la pobreza.
Para el año 2030 -fecha límite para los objetivos de desarrollo sostenible de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)- a los niños en situación de vulnerabilidad les espera pobreza, analfabetismo, explotación laboral, explotación sexual y muerte prematura, una amenaza no sólo para el porvenir de los más pequeños, sino que pone en peligro el futuro de sus sociedades.
Si continúan las tendencias actuales, 69 millones de niñas y niños morirán debido a causas evitables de aquí a 2030 y 167 millones vivirán en pobreza.
En España, la tasa de riesgo de pobreza o exclusión social infantil es del 34,4% y se eleva hasta el 60,3% cuando esos niños son hijos de migrantes afincados en el país, según el Informe sobre el Estado Mundial de la Infancia correspondiente al año 2015.
Todo ello alerta de que, a pesar de los avances conseguidos, el mundo sigue siendo un lugar muy injusto para millones de niñas y niños que se enfrentan a una vida de pobreza y de falta de oportunidades que les convierte en víctimas anónimas y muy poco mediáticas, lo que distorsiona nuestra información, llevándonos a la impresión de ser los únicos amenazados y haciendo que el miedo a sufrir sustituya a la compasión por los que sufren.
Conclusiones y paradojas
Si nos apoyamos en datos fríos y si buscamos en Internet “causas de mortalidad en el mundo”, saldrán las cifras oficiales facilitadas por la Organización Mundial de la Salud y se verá que las causas menos frecuentes de muerte en la actualidad son las guerras, la violencia y el terrorismo. Muere mucha más gente a causa, por ejemplo, del tabaco y los accidentes de tráfico.
En los países desarrollados hay una gran contradicción entre el estado real de la inseguridad y las magnitudes en que la estamos percibiendo, porque vivimos como si estuviéramos inmersos en un estado cierto de miedo a la violencia, sin darnos cuenta de que esa inseguridad es muy relativa y decididamente mínima si la comparamos con las cifras reales del drama que se vive de forma objetiva en las situaciones y lugares donde la muerte se enseñorea frente a nuestra egoica indiferencia.
Partimos de la base de que la paz y la seguridad absoluta son entelequias no compatibles con nuestra condición humana, pero, en contra de lo divulgado con dramatismo por muchos profesionales del desastre, nunca se ha vivido a lo largo de la historia una época tan larga y tan intensa de paz. La humanidad, en gran medida, vive en paz y en cierto progreso a pesar de las evidentes, numerosas y sangrantes excepciones magnificadas, no obstante, por algunos medios de comunicación y su falta de ponderación y de equilibrio en el tratamiento de las noticias
El mundo de hoy se ha vuelto cada vez más complejo. Las fuerzas sociales moldean a los individuos en el qué pensar, cómo actuar, y qué creer, de una forma que beneficie a la sociedad impulsada por el consumo.
Se han elevado súbitamente las capacidades tecnológicas y la fuerza de trabajo, y, sin embargo, la pobreza y la desigualdad de la riqueza están todavía muy extendidas y cada vez más polarizadas en todo el mundo.
El conflicto básico es cómo está siendo desatendido el problema en aspectos de educación y cultura. Necesitamos aprender cómo abordar cualquier situación desde el discernimiento, mirar desde todos los ángulos, y hacer una hipótesis formulada a través del pensamiento crítico; sabiendo que la información está siempre sujeta a cambios si una nueva evidencia se presenta.
Los ciudadanos tienen que despertar a la valoración de estas realidades complejas, movilizar su opinión y emprender acciones colectivas para intentar actuar en pro de una mejora de sus propias conductas así como del status quo que consiente la demencial escala de valores actual, provocando un cambio fundamental en las decisiones gubernamentales. Los gobiernos han de estar al servicio del ser humano, su bienestar, su supervivencia y su paz y, más allá de sus competencias territoriales, unirse para trabajar por que estos derechos fundamentales dejen de ser violados en cualquier rincón del planeta.
Por último, es hora de que el mundo como un colectivo supere esta gran ilusión del miedo y deje que la solidaridad y la sostenibilidad tomen el control y guíen a la gente por su camino natural de coherencia hacia una seguridad consolidada en el bien común.
La seguridad global hay que abordarla con inteligencia y visión holística y como consecuencia seguridad e inteligencia son un binomio indisoluble como partes de un mismo objetivo, que, ahora especialmente, de forma integral e integrada, deben avanzar y potenciarse en un despliegue de iniciativas sensatas y preventivas contra la amenaza real de ese enemigo oculto, difuso y confuso que vive entre nosotros y que adopta tan distintos disfraces.
El ex presidente de EE.UU., Bill Clinton, será recordado por diversas cosas, pero una de ellas es por la frase de "…es la economía, idiota", que utilizó para criticar a Bush padre en campaña electoral. Cambiando la palabra "economía" por "cambio climático" tenemos la respuesta para los que busquen el principal motivo de preocupación actual:
“…es el cambio climático, idiota”…
Según la Organización para las Naciones Unidas (ONU), por cambio climático se entiende un “Cambio de clima atribuido directa o indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la atmósfera mundial, y que se suma a la variabilidad natural del clima observada durante períodos de tiempo comparables”.
Causas del cambio climático
La Oficina Meteorológica Mundial (OMM), advertía ya en 2015 que la concentración media de CO2 en la atmósfera superará también globalmente las 400 partículas por millón (ppm), frente a las 278 de hace dos siglos y por encima de los 350 considerada por los científicos como la línea de “seguridad” para evitar un impacto incontrolable en el clima.
Consecuencias ambientales
Dimensionémoslo para hacernos una idea realista:
Crecimiento de la demanda y los problemas
La agricultura es el principal consumidor de agua y se espera que, en la mayoría de los países su demanda supere al 70 por ciento del consumo actual.
El cambio climático y la inseguridad
Podemos concluir que el cambio climático genera una crisis creciente con importantes repercusiones en las economías, la salud y la producción alimentaria, entre otras, y las consecuencias de los efectos de este fenómeno ambiental tendrán incidencia en ámbitos sociales, afectando a los distintos escenarios geopolíticos y geoestratégicos, y representando un problema de seguridad humana y ciudadana de consecuencias aún imprevisibles que afectarán a la sostenibilidad global, que ya se está haciendo patente, sobre todo, a través de migraciones hacia los grandes núcleos urbanos.
Repercusiones
- La vulnerabilidad que desencadena, pues el cambio climático representa una amenaza para la seguridad alimentaria y la salud humana, y aumenta el grado de exposición de los seres humanos a fenómenos extremos;
- Las consecuencias para el desarrollo, porque, produce una desaceleración o una reversión del proceso de desarrollo, y aumenta la vulnerabilidad y la incapacidad de los gobiernos para mantener la estabilidad socioeconómica;
- Las imprevisibles reacciones a la inseguridad ciudadana percibida por el incremento de la migración, sobre todo en las grandes ciudades;
- Los potenciales conflictos sociales locales o nacionales, derivados de lucha por la escasez de recursos;
- Los potenciales conflictos internacionales que pueden repercutir en la cooperación internacional.
Acciones y tendencias imprescindibles
Dedicado por más de 30 años a la Consultoría e Ingeniería de Seguridad y Defensa por más de 20 países como asesor para asuntos aeroportuarios, puertos, cárceles hospitales, entidades bancarias, museos, transporte ferroviario, servicios de Correos y puertos.
Es socio fundador y presidente para Europa de la Federación Mundial de Seguridad (WSF), Director para Europa de la Secretaría Iberoamericana de Seguridad, Asesor gubernamental en materia de integración operativa de seguridad pública y privada en diversos países latinoamericanos.
Como experiencia académica es profesor de postgrado en ICADE (Universidad Pontificia Comillas de Madrid) desde 1986, codirector de postgrado en la Facultad de Psicología (Universidad Complutense de Madrid) y director del Curso de Seguridad en Infraestructuras Críticas del Instituto General Gutierrez Mellado de la UNED, así como conferenciante habitual y profesor en más de 20 países sobre Seguridad y Defensa.
Su representación institucional es principalmente como Miembro Experto de la Comisión Mixta de Seguridad del Ministerio del Interior, Director para Europa de la Federación Panamericana de Seguridad (FEPASEP), representante “ad honores” de la Federación de Empresas de Seguridad del MERCOSUR (FESESUR), asesor del BID (Banco Interamericano de Desarrollo) para asuntos de Seguridad Ciudadana y Observatorio de Delincuencia en Panamá, socio fundador y de honor del Observatorio de Seguridad Integral en Hospitales (OSICH), socio fundador y vicepresidente de la Asociación para la Protección de Infraestructuras Críticas (APIC)
Autor y director de la BIBLIOTECA DE SEGURIDAD, editorial de Manuales de Proyectos, Organización y Gestión de Seguridad
Actualmente es presidente y director del Grupo de Estudios Técnicos (GET), socio-senior partner de TEMI GROUP Consultoría Internacional y socio-director de CIRCULO de INTELIGENCIA consultora especializada.
Tendencias 21 (Madrid). ISSN 2174-6850