LA ODISEA DE SHACKLETON: Javier Cacho




Blog de Tendencias21 sobre su legendaria expedición a la Antártida

Uno de los peores momentos de mi vida


Alexander V. O'Hara

11 de agosto de 1915
El temporal de estos días nos ha propinado un buen empujón hacia el Norte, pero también nos ha producido un cierto número de destrozos en el barco. Pero lo peor ha sido lo de los perros. Casi no me atrevo a contarlo.



El timón ha sido dañado, pero no sabemos cuánto.
El timón ha sido dañado, pero no sabemos cuánto.
Después de la tensión de los días anteriores la calma volvió a reinar a nuestro alrededor. O más bien un aparente calma dado que el panorama que se veía desde el puesto del vigía en lo alto del palo mayor no podía ser más desolado.

No me gustan mucho las alturas y no me hubiera subido de no ser porque Hurley me pidió que
le ayudase a hacer unas placas fotográficas.

Belleza en cualquier lugar
La banquisa, hasta donde alcanzaba la vista, estaba en un estado caótico. La presión había reventado toda la superficie de hielo. Parecía como si hubiese entrado en ebullición, pero con la diferencia que no había formas redondeadas. Todos eran aristas y bloques de hielo partidos una y mil veces que cubrían hasta el más mínimo espacio.

-Bonito, ¿verdad? –Me dijo Hurley o comentó para sí mismo.

Yo no fui capaz de contestar. Aquella superficie me dolía cuando la miraba, pero tampoco podía aparte la vista de ella. Sin quererlo mis ojos vagaban de un lado a otro. Estaba como hipnotizado.

-No sé si conseguiremos captar toda la fuerza que tiene –Seguía diciendo Hurley, mientras buscaba en el precario equilibrio de los mástiles el mejor encuadre.

Daños en el timón
Desgraciadamente, el episodio de presiones gigantescas en las que nos habíamos visto envueltos ha provocado importantes daños en el timón. Por el momento no es posible estimar el alcance de los destrozos dado que grandes masas de hielo siguen atascadas contra la popa.

En cualquier caso, si en algo nos ha beneficiado el efecto combinado de las presiones y el vendaval es que nos ha desplazado, en tan sólo cuatro días, más de 60 kilómetros en dirección Norte.

Cuanto más al Norte nos lleve, antes nos encontraremos con aguas más cálidas que fundan esta coraza helada que nos atenaza.

Les acompañé en su último paseo
Pese a todos los cuidados de los médicos, no está siendo posible atajar la enfermedad que afecta a varios de estos nobles animales. Los parásitos que tienen en el estómago continúan imparables su labor destructiva y, ayer, Shackleton tuvo que tomar la decisión de que se sacrificasen los cuatro que estaban en peor estado.

Como siempre, esa labor tan ingrata la tuvo que realizar Frank Wild. Todos sabíamos que no se podía hacer nada por aliviar sus dolores, pero nadie se atrevía a terminar con su vida. Hasta que Wild tomó la decisión de hacerlo él mismo.

Por una de esas malditas circunstancias de la vida yo estaba con Tom Crean cuando se acercó para pedirle que le ayudase. Yo tragué saliva y les acompañe. Sabía que no me necesitaban para nada, pero sentí que no podía dejarles solos en ese trago.

Por la pasarela les bajamos a la banquisa y caminamos un poco entre aquel caos de bloques de  hielos. Los que estaban en la cubierta del barco, salvo Shackleton, desaparecieron.

Con un gesto de Wild nos paramos. Entonces, les fue cogiendo uno a uno por el collar y se los llevaba detrás de un montículo de hielo.

Se dejaban conducir dócilmente. Luego se escuchaba un disparo y volvía a por otro.

El último, como si supiera lo que le iba a hacer, o incluso como si le estuviese agradecido por evitarle mayores sufrimientos. Le estuvo lamiendo la mano mientras se lo llevaba.

Como se podrán imaginar, fue uno de los peores momentos de mi vida.

-Gracias. -Nos dijo Wild cuando volvíamos al barco.



Editor del Blog
Javier Cacho
Eduardo Martínez de la Fe
Javier Cacho es científico y escritor especializado en historia de la exploración polar.
Fue miembro de la Primera Expedición Científica Española a la Antártida, a donde regresó en otras cinco ocasiones, las últimas como jefe de la base antártica Juan Carlos I. Recientemente ha publicado “Amundsen-Scott, duelo en la Antártida” (2011), y “Shackleton, el indomable” (2013). En el blog, recrea la expedición de Shackleton a través de un periodista imaginario, Alexander Vera O’Hara.


La obra definitiva sobre la odisea de Shackleton. No te la pierdas.


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