Tengo que reconocer que me admira la combinación de paciencia y sangre fría de algunos de mis compañeros, entre los que sobresale especialmente Shackleton, Los días pasan y el hielo que nos rodea no parece que se vaya a romper y, cada día, el invierno se acerca un poco más.
Desde mi anterior crónica la placa de hielo se ha abierto y cerrado en varias ocasiones. Hace dos días tuvimos la mejor ocasión al abrirse una grieta desde la proa del Endurance hasta el canal que había más adelante. Shackleton mandó poner en marcha las calderas, pero el conseguir potencia en el vapor lleva su tiempo y antes de poder comenzar a movernos la grieta se había cerrado.
Cada uno de estos episodios se viven con intensidad. Todos somos conscientes de nuestra situación y nos reconcome el tener que ser espectadores pasivos. Dado que no podemos hacer nada más que esperar.
Para complicar más las cosas estos días hemos tenido una copiosa nevada que ha durado un par de días, a lo que ha seguido un descenso de las temperaturas que han aproximado a los 20ºC bajo cero. Lo que ha soldado todavía todas las fisuras de la placa de hielo que nos rodea.
Pese a todo, los científicos siguen con sus trabajos y los sondeos de los últimos días han encontrados hielo glaciar a unos 1.000 metros de profundidad. Mientras la corriente nos sigue derivando hacia el Suroeste, lo que es bueno. Ayer la posición era 76º 57’ de latitud S y 35º 7’ de longitud Oeste.