NotasBlog 12 / 1274: 11-01-2023. Foto de la cubierta del libro en la postal anterior
Escribe Antonio Piñero
Una mirada al Prólogo del libro de Segura Jaubert, cuyo título está arriba, prólogo redactado por mi colega, A. Bernabé, ayuda muchísimo a situarse en lo que son en verdad los cultos de misterio. Voy a extractar lo que creo más interesante, pues ayuda a entender muy bien que son los “cultos de misterio” por contraposición a la religión oficial del Estado, y por tanto a comprenderlos bien y poderlos comparar con el culto cristiano. Escribe Alberto Bernabé: ”La religión griega era una religión del Estado, cuya función principal era la de estructurar la vida de los ciudadanos, a través de una serie de ritos, proteger a la ciudad de la ira de los dioses por no actuar debidamente para con ellos, reforzar los vínculos entre los ciudadanos, marcados por la tradición, articular los ritmos de las estaciones por medio de diversos ritos y, en definitiva, relacionar al ciudadano no solo con los demás, sino también con sus gobernantes e integrarlo en la comunidad. ”De este modo, el transcurso de sus vidas y el de la ciudad obedecería a pautas conocidas y discurriría de una manera ordenada y previsible, porque cada uno sabría qué debía hacer para cada uno de los asuntos importantes. Cosas similares pueden decirse de la religión romana, de cuya base, profundamente política, es buena muestra el culto al Emperador, que asociaba aún más a los gobernados con sus gobernantes, a través de un vínculo religioso. ”Sin embargo, con esta manera de vivir la religión –en la que el ciudadano encontraba muy pocas respuestas o casi ninguna a sus problemas personales e íntimos–, coexistía otra forma de actividad religiosa, con diversas variantes, a la que llamamos “religiones mistéricas” (aunque sería más adecuado decir “cultos mistéricos”), que pretendía llenar ese hueco. Se trataba de ritos religiosos secretos, que eran accesibles solo para quienes se iniciaban en ellos. Por tanto, se accedía a ellos voluntariamente, frente a los ritos públicos de la religión de la ciudad que eran por así decirlo obligatorios. ”En cierto sentido, pues, los Misterios eran más cerrados que los ritos públicos, en la medida en que solo participaba en ellos quien quería y se le permitía (los homicidas, por ejemplo, podían ser excluidos por el sacerdote), pero en otro sentido eran más abiertos, porque en los ritos de la ciudad solo participaban los ciudadanos (no los esclavos, ni los extranjeros, en algunos casos estaban claramente delimitados a un sexo, el masculino), mientras que los Misterios estaban abiertos a ambos sexos e incluso a no ciudadanos o a extranjeros, con tal de que pudieran pagar los costes de los ritos y sacrificios conexos con la iniciación. ”No obstante, los Misterios no eran “otra religión”, opuesta a la cívica, sino una manera diferente de relacionarse con la divinidad, complementaria de la anterior y más volcada hacia la vertiente personal que hacia la colectiva. Frente a la frialdad de la religión oficial y a la relación distante y “política” que se tenía con la divinidad en la religión cívica, las religiones de los Misterios ofrecían a los fieles una posibilidad de acercarse de modo más íntimo a lo divino, y, sobre todo, les brindaban consuelo y esperanza, frente a los problemas personales, como el miedo a la enfermedad, a la muerte y a lo que sucede después de ella, o el desconsuelo por los avatares negativos de la vida. ”Podría decirse que, mientras que la religión cívica determinaban las relaciones “externas” de los seres humanos y los dioses y se planteaban como el vehículo para rendir culto a la divinidad, los cultos mistéricos proponían una relación íntima y no buscaban que los asistentes ofrecieran nada al dios (“Yo te doy un sacrificio y tú, el dios me retribuyes con tu protección”), sino, por el contrario, recibían del dios soluciones para sus problemas personales. ”Los beneficios atribuidos a los Misterios iban desde los más elementales (salud y prosperidad para el iniciado en este mundo) hasta otros que se proyectaban sobre la vida futura, ya que en algunos Misterios se prometía una situación de privilegio en el Más Allá. ”Aunque algunos elementos de los Misterios se remontan a una gran antigüedad, el desarrollo en Grecia en la forma en que los conocemos se relaciona con el descubrimiento de lo individual en el mundo griego, que se produce en el s. VI a. C. ”Si bien se suele decir que los Misterios son tardíos, y de procedencia oriental, el hecho es que los conocemos desde fines del s. VII a. C, (con el himno homérico a Deméter) y que, incluso en el caso de que divinidades orientales protagonicen Misterios griegos (como es el caso de Isis) el hecho es que en sus lugares de origen no están asociadas a estos ritos. Podemos afirmar sin dudas que los Misterios son un fenómeno griego. ”Los Misterios ejercen sin duda una notable fascinación, dado que, por una parte, están asociados a mitos particularmente atractivos y emocionantes, como el mito de Orfeo o el rapto de Perséfone y por otra, su carácter secreto hace que los conozcamos de forma muy imperfecta. Sin embargo, a pesar de que los iniciados debían guardar secreto de cuanto ocurría en ellos, los estudiosos han podido reconstruir, siquiera sea parcialmente, los elementos más significativos de los Misterios, a través del uso combinado de los datos de la arqueología, las artes plásticas, inscripciones o textos literarios, que suministran algunos importantes destellos de información”. Hasta aquí A. Bernabé en el claro e informativo prólogo al libro de Segura Jaubert. Seguiremos Saludos cordiales, Antonio Piñero www.antoniopinero.com NOTA: Enlace a un par de entrevistas con el canal de You Tube “Fe hebrea” Fe Hebrea 03-01-2023 *Jesús y el trabajo: https://youtu.be/t6Mv5X-id3I *La división del cristianismo: https://youtu.be/S4FjpD6Rfag
Martes, 10 de Enero 2023
Comentarios
Notas
Escribe Antonio Piñero
1273.- 4/01/2023 Empiezo hoy unas presentación y breve comentario a un libro que va a interesar, y mucho, a los lectores preocupados por los orígenes del cristianismo. Estoy seguro de que habrán oído mil veces que el cristianismo, en especial el paulino, un modo de judeocristianismo que resultó triunfante sobre los demás, apenas si hizo otra cosa que copiar burdamente de los cultos o “religiones” de misterio que se conocen en Grecia desde el siglo VII a. C., en especial los de Eleusis. Y también habrán oído que los relatos de la infancia de Jesús, capítulos 1 y 2 de los evangelios de Mateo y de Lucas son una copia, igualmente crasa y fácil, del culto a la divinidad persa Mitra. ¿Es todo esto verdad? Este libro de José Marco Segura Jaubert, de la Universidad de Costa Rica, responde a estas preguntas con una claridad y mezcla de información inusitadas. El libro, cuyo título es el encabezamiento de esta postal, está publicado por EUNA, Univ. Nacional de Costa Rica en el año pasado 2022. Tiene 232 pp. ISBN 978-9977-65- 639-7. El precio: no consta. Puede adquirirse en la página de la Editorial EUNA: https://www.euna.una.ac.cr/index.php/EUNA/catalog/book/333. El libro es el producto de una tesis doctoral codirigida por el Prof. Dr. Alberto Bernabé, de la Universidad Complutense, un gran experto, mundial, en el orfismo y temas conexos, y por mí mismo. Por eso lleva un “Prólogo” del Dr. Bernabé y un “Epílogo mío”. Existe en Internet un debate mío con un judío estudioso de estos temas, cuyo nombre es Irving Gattel. En opinión del autor del libro que presento, el Sr. Gattel sabe menos de los cultos de misterios de lo que afirma, puesto que, en ninguno de ellos se habla estrictamente de la resurrección (resurrección no del alma, que no la necesita, pues es inmortal, sino estrictamente de los cuerpos, como afirma el fariseísmo, y luego el judeocristianismo. En todo caso son algunos de los dioses como Atis, Dioniso u Osiris quienes de alguna forma vuelven a la vida. Propiamente, para los griegos (véase la risa de los filósofos de Atenas cuando Pablo habla con ellos y afirma que les anuncia la resurrección de la “carne” y se mofan de él… = Hechos de Apóstoles 17) no hay por ningún lado resurrección corporal de esa “parte” del ser humano. Tal resurrección del cuerpo no ocurre con los iniciados de los cultos de misterio, sino, a lo que acceden en todo caso, si cumplen escrupulosamente los ritos, es a una salvación ultraterrena del alma / espíritu: la diferencia aquí con el judaísmo y el judeocristianismo es muy notable. Opina Segura Jaubert que el señor Gattel, y yo lo suscribo, "ve misterios en el cristianismo por todos lados". Para los judíos sobre todo, el cuerpo del ser humano es tan consustancial con la persona humana completa, que si se elimina lo corporal, no hay ser humano, sino una sombra. Escribo en el Epílogo (p. 223) unas líneas que confirman lo que he dicho al principio de esta postal: “Después de haber leído este libro, cualquier lector atento tiene –en mi opinión– todos los elementos necesarios y convenientes para responder a las viejas y a veces insidiosas preguntas acerca de la relación de dependencia, e incluso de burda copia, de la que se acusa a las concepciones teológicas de los cristianismos primitivos, y en particular al paulinismo. El motivo de dicha acusación es que el cristianismo, sobre todo paulino, se muestro muy cercano al ambiente misteriosófico (es decir, cercano a la atmósfera de intenso deseo de salvación en un mundo ultraterreno que es el origen de los cultos de misterio) que se encuentra en una buena parte de las religiones paganas del Mediterráneo oriental de los siglos I al III de nuestra era, en los cuales nace y se consolida el cristianismo”. Seguiremos y utilizaré elementos para la explicación de la importancia del libro de Segura Jaubert tanto del Prólogo de mi colega Alberto Bernabé, como de mi epílogo. Saludos cordiales de Antonio Piñero www.antoniopinero.com
Miércoles, 4 de Enero 2023
NotasEn poco menos de un año el libro se ha vendido muy bien
Escribe Antonio Piñero
“Blog 12”, nº 1272. 30-12-2022 Una noticia ya confirmada es la aparición en el mercado de la tercera edición de “Los Libros del Nuevo Testamento", que es un volumen “gordito”, de 1664 páginas y que supone una buena base para los lectores aficionados al Nuevo Testamento en general, a la vida de Jesús de Nazaret y a la historia del cristianismo primitivo. En efecto, me parece que este volumen ofrece una perspectiva, en opinión de muchos bastante completa de los estudios estrictamente académicos sobre el Nuevo Testamento, pero sin tecnicismos al nivel del público general, en una perspectiva laica, no confesional, no sujeto a Iglesia alguna. "Los Libros del Nuevo Testamento" es un libro “laico”. Ahora bien, como he repetido muchas veces, este vocablo no significa antieclesiástico, el clero, ni anti iglesia alguna, sino que viene del griego laós, que significa “pueblo”. Un libro escrito desde el “pueblo” que no perteneciente a ninguna institución eclesiástica, y “para el pueblo”, que desea entender qué es el Nuevo Testamento desde una perspectiva histórica. Como editor y autor de una buena parte de este volumen, "Los Libros del Nuevo Testamento" no es un libro para leer seguido, sino sobre todo de cabecera. Por ejemplo: si un lector/lectora va a misa los domingos y oye la lectura de una epístola del Nuevo Testamento, o bien una sección de los Evangelios, puede ir al libro que estoy recomendando y ver qué dice sobre el sentido del texto en cuestión, es decir, cómo hay que entenderlo no solo hoy día, sino ante todo desde la perspectiva de cómo se escribió, si hay, o no, algún problema de historicidad en torno a lo leído y si puede aplicarse, o no, al pie de la letra al mundo de hoy. Y volviendo al tema de lo que se oído en la iglesia, una sección evangélica o de una epístola de san Pablo, opino que es interesante conocer qué opiniones tienen al respeto las diversas ramas de la investigación de modo que el lector pueda escoger la que le parezca más conveniente. La responsable de la edición de "Los Libros del Nuevo Testamento" es la editorial Trotta, de Madrid. La primera edición fue de 3.000 ejemplares, y salió en noviembre de 2021, aunque los primeros 900 ejemplares se vendieron ya en octubre de ese mismo año, en una suerte de promoción, que fue enviada por correo. En marzo, o por ahí, de 2022 salió la segunda edición de 1.500 ejemplares (es decir, apenas seis meses después). Y ahora la tercera edición de otros 1.500 ejemplares en noviembre de 2021… en total en un año justo. Como el precio del papel es una locura (el papel ahora es el primer enemigo del libro) y es papel “semibiblia”, y viene desde Finlandia, es lógico que este volumen haya subido el precio. Hay que consultar lo que cuesta en Internet, porque yo no lo sé con exactitud. De todos modos, el volumen me parece muy barato, en torno al 40 %, en comparación con los precios que tienen los libros de unas mil páginas de tema religioso en España… y este tiene 664 páginas más. Además, el contenido de cada página (lo que creo que se denomina “mancha tipográfica”) es muy grande, sin márgenes amplios, ni nada de eso, que se hace a veces para aumentar el número de páginas. Todo lo contrario: se trató de hacer un volumen manejable dentro de la amplitud del tema: ¡el Nuevo Testamento completo con una nueva traducción al español y comentarios creemos los autores más más importante dentro de la sección. Naturalmente no a todos los versículo, ya que si se hiciera eso, el libro debería tener el doble de páginas, por lo menos. Existe, además una versión “libro electrónico” / “digital” o “Kindle”, que es unas diez veces más barata, esto sí lo sé, de lo que vale un libro electrónico en el mercado religioso alemán. El que lo desee lo puede comprobar en Internet. Saludos cordiales de parte de los cinco que hemos hecho este libro y en especial del editor fáctico, Alejandro Sierra y del editor literario, Antonio Piñero
Viernes, 30 de Diciembre 2022
NotasBlog 12, nº 1271 22-12-22
Escribe Antonio Piñero
Hoy mi comentario al libro de Mar Pérez i Díaz, “Fue Marcos discípulo de Pedro o de Pablo” (Verbo Divino 2022), será relativamente breve: me parece una obra absolutamente necesaria y conveniente, aunque no esté de acuerdo con algunas de sus conclusiones, debidas, como escribí, a que la autora no está al día en los estudios sobre Pablo de investigadores judíos (véase M. Zetterholm, “Approaches to Paul. A Students’Guide to Recent Scholarship, Fortress Press, Minneapolis 2009) y en el mercado español mismo la obra de Pamela Eisenbaum, “Paul was not a Christian” del 2009, cuya traducción al castellano publicó Verbo Divino “Pablo no fue un cristiano”, y que a pesar de algún defectillo, es como la popularización de los nuevos estudios paulinos. En mi opinión, Mar Pérez se queda en la postura de James Dunn (“La nueva perspectiva” en los estudios paulino abanderada por N. T Wright, Paul in Fresh Perspective” de Fortress Press, Minneapoilis 2009). Y ocurre que ahora existe –también según creo– una nueva y verdadera perspectiva sobre el pensamiento de Pablo, como ha indicado Carlos A. Segovia, Pablo de Tarso, ¿judío o cristiano?, del 2013 de Atanor Ediciones, encontrable, por ejemplo, en Amazon. En fin que la investigación ha cambiado mucho. Por otro lado reconozco que el tema planteado por el libro es “necesario para la exégesis actual”. Es prudente su afirmación de que no todo lo que leemos en el Evangelio de Marcos es paulino “sino que el evangelista “retoca y cambia las fuentes de lo que recibe para que esté en consonancia con Pablo” (p. 17). Creo que esto es decir bastante. Y también es acertado el juicio de que el Evangelio de Lucas es “demasiado tardío para transmitir la frescura, radicalidad y la convicción del propio Pablo (p. 18). Suscribo también la idea de que “Marcos presentaba a Jesús a su comunidad, por lo que no podemos encontrar vocablos o expresiones típicamente paulinas en la narración marcana, porque Marcos no quiere presentar a Pablo, sino la interpretación que se hace de Jesús cuando está en sintonía con Pablo” (en la misma p. 18). Suscribo, pues, esta idea, que ha sido presentada por mí desde hace muchos años: Jesús de Nazaret es un judío radical; Pablo reinterpreta a Jesús y en realidad lo convierte en Jesús – Cristo celestial, y Marcos, al presentar a Jesús de Nazaret (¡nombre griego no israelita) a su comunidad lo hace reinterpretando a Pablo. Así surgirá el cristianismo que no es más que un fenómeno exegético, reinterpretación de un Jesús histórico, puramente judío, radicalmente judío (Daniel Boyarin, “A Radical Jew”, libro de 1997, cito de memoria) que será transformado en Jesucristo (sin guion alguno), comenzando por la reinterpretación de la vida de Jesús hijo de José (nombre judío) con una exégesis nueva de pasajes seleccionados de la Biblia hebrea interpretados mesiánicamente. De este modo, Mar Pérez abre un camino muy fructífero dentro de la exégesis confesional, aunque sin sacar todas sus consecuencias. Saludos cordiales de Antonio Piñero www.antoniopinero.com
Jueves, 22 de Diciembre 2022
NotasBlog 12, nº 1270. 15-12-22 Escribe Antonio Piñero Olvidé hacer hincapié en mi primera entrega / comentario, la semana pasada, al libro de Mar Marcos, en su Introducción (en la que justifica y delimita el tema), olvidé, repito, señalar lo que supone un cambio de paradigma para el pueblo cristiano que es creyente practicante. A saber, es un cambio de paradigma para el pueblo declarar en un libro sobre la teología de Marcos que ella, la autora, solo acepta siete cartas auténticas de Pablo y rechaza como espurias, secundarias, aunque canónicas, otras siete atribuidas a Pablo, pero que fueron escritas por sus discípulos. En efecto ese creyente sigue oyendo decir en las lecturas de la misa dominical: “Lectura de la Primera carta de san Pablo a Timoteo”…, e ignora que sus teólogos saben que esa formulación no es correcta. Opino que hay un gran desfase en la práctica entre lo que los exegetas católicos enseñan en las universidades e institutos de teología y lo que siguen manteniendo en los oficios litúrgicos, que es lo que verdaderamente llega al pueblo. Quizás se debería ir animando a los responsables de las homilías dominicales que instruyan al pueblo sobre lo que piensan de verdad sus teólogos. En este caso y en otros. José Montserrat en la Introducción del volumen "Los Libros del Nuevo Testamento" (del que anuncié ya la tercera edición en doce meses) escribe a propósito del problema de la pseudonimia en el corpus de escritos cristianos que la “pseudonimia supone en muchos casos, la intención de defraudar se deduce de los términos en los que el suplantador se presenta explícitamente como el suplantado”. Y luego añade: “Términos eufemísticos como «relectura» o «presentificación» –para pasar de largo por el problema de pseudonimia– no son más que recursos desesperados para intentar soslayar el problema teológico de un inspirador divino que se comunica a través de falsificadores”. Teológicamente, sostengo, este problema debe abordarse y explicarse al pueblo cristiano. También quisiera insistir en lo que ya escribí comentando la contracubierta del libro…, a saber que estoy profundamente de acuerdo con el enfoque de Mar Pérez u Díaz en su obra. Ciertamente el primer evangelista es un discípulo intelectual de la teología paulina. Y no puedo menos que estar de acuerdo porque es una tesis que he defendido desde siempre, y que he puesto de manifiesto hace ya suficientes años. Por ejemplo, en mi “Guía para entender el Nuevo Testamento”, sexta edición desde 2006 (si se cuenta también la digital); en mi obra “Guía para entender a Pablo de Tarso. Una interpretación (no una introducción, que también lo es, sino un poco más) del pensamiento paulino de 2019 y que va por la segunda edición. Y tanto más debo defender la posición de Mar Pérez, porque es la base del volumen “Los Libros del Nuevo Testamento", la edición del Nuevo Testamento no denominada así porque no sigue el orden usual de los libros que en este corpus se contiene. No comienza esta obra, edición /comentario del Nuevo Testamento, por el Evangelio de Mateo y lo demás, sino que sitúa en primer lugar la Primera Carta de Pablo a los tesalonicenses escrita probablemente en año 51 de la era común al judaísmo y el cristianismo. Igualmente defiendo la misma postura básica que Mar Pérez i Díaz en mi libro “Aproximación al Jesús histórico”, de 2019 y que va por la cuarta edición. Creo que la idea ha tenido por mi parte suficiencia presencia pública en lengua española. Escribí en mi comentario de la semana pasada lo siguiente: Todo estupendo (en este libro)…; pero para una edición española podría haber recurrido a bibliografía española… ¡también! Pero la ignora. Con ello contribuye animosamente al proverbio Hispanicum est non legitur “Está escrito en español. ¡No se lee!”; o no se cita ni por los españoles mismos. Naturalmente en esto no estoy de acuerdo. Y en la próxima entrega espero poder demostrarlo. Naturalmente, estas obras que acabo de mencionar no están recogidas en el pensamiento (lo veremos) y en bibliografía de Mar Pérez i Díaz (“Sección 3. Estudios paulinos”). Y lo mismo le sucede a otros trabajos de autores independientes en lengua española como los de José Montserrat, G. Puente Ojea y F. Bermejo, que parten del mismo presupuesto (el evangelio de Marcos depende teológicamente de la concepción paulina de Jesús de Nazaret) al que llega Mar Pérez tras un sesudo estudio. ¿Debo agradecer esta no mención bibliográfica, al igual que agradecí a Mercedes Navarro Puerto, que en su bibliografía sobre las mujeres y la Biblia no recogiera en el listado mi obra, puramente filológica e histórica, “Jesús y las mujeres”, que va por la segunda edición? Reflexiono… Pues a lo mejor sí debo agradecerlo, porque estas ausencias demuestran un cierto sesgo por parte de autores confesionales y que sus opiniones deben ser comentadas y criticadas con crítica positiva y constructora. Por el contrario, parece que los autores independientes en lengua española no tenemos empacho en leer y comentar cortés y educadamente en la mayoría de las ocasiones la bibliografía española al respecto de lo que tratamos. Yo, al menos, no dejo de alabarla en todo lo que tiene de bueno. Y fíjense en un hecho curioso e instructivo, el artículo de unas 30 páginas de C. Gil sobre el fracaso del proyecto de Pablo y su reconstrucción sí aparece en la p. 276, de la bibliografía…, pero no las obras citadas arriba. Hay un sesgo claro. Por tanto y he demostrado hasta aquí lo que dije en mi postal anterior. Y ahora volviendo al libro de Mar Pérez i Díaz: creo que es estupendo en líneas generales, y necesario, aunque yo pueda tener otras perspectivas. Y concluyo con una cita de la autora en la p. 17 sobre las cuestiones teológicas “recogidas en el mundo de la exégesis” (añado confesional) “como características de la teología de Pablo”. Son las siguientes: · Importancia de la teología de la cruz · La libertad cristiana · La crítica a la Ley · El amor al prójimo · La apertura a los paganos · El no patriarcalismo · La relación con el poder romano · El concepto de Evangelio · Jesús presentado como un nuevo Adán · Debate sobre la pureza · La justificación (es decir, preciso, la absolución de los pecados de cada ser humano ante el tribunal de Dios) por la fe · La importancia del Templo · La relación con los discípulos y la victoria sobre los demonios. Con ello pretende la autora contrastar el fondo teológico del Evangelio de Marcos y encontrar en él las huellas del pensamiento paulino. Con el devenir de los días discutiré /dialogaré con el texto de la autora sobre aquellos pasajes cuya interpretación no me parece oportuna o muy dudosa, al menos. Saludos cordiales de Antonio Piñero www.antoniopinero.com NOTA Enlace a una entrevista que me hizo Alonso Naranjo Arias, en su canal “Indagando la Biblia”: https://youtu.be/xhmbzd-3hDI
Viernes, 16 de Diciembre 2022
Notas
Un repaso a la vigencia que la Ley de Moisés tuvo y a cuándo y por qué se aplicó como norma para la vida judía ofrece resultados verdaderamente sorprendentes. Nuevos estudios han llegado a conclusiones que enriquecen nuestro conocimiento sobre el judaísmo y coinciden en retrasar notablemente su aparición y confirmación.
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Editado por
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.
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