Notas
Escribe Antonio Piñero
Pregunta: Tras años de publicar y debatir en los foros de Facebook acerca del Jesús histórico, he encontrado de todo. Por un lado me las veo con los creyentes, por otro lado con los negacionistas, entre ellos hay algún historiador. Mientras exhiban argumentos, me parecen debates constructivos y didácticos, pero a vaces recurren a falacias. Como podrás imaginar, cito con frecuencia tus trabajos. En ocasiones alguien ha argumentado, que no te toma muy en serio, y para ello citan una frase que al parecer, pronunciaste en algún medio, que es la siguiente: "Hay más pruebas de la existencia de Jesús que de la de Julio César" Me imagino, que la sacan fuera de contexto y la malinterpretan. Me gustaría que me dijeras, que expresar con dicha frase. Respuesta: El crítico tiene razón en que esa frase es sumamente hiperbólica. Me he arrepentido de haber usado ese ejemplo. Pero sí se podría utilizar el ejemplo de cualquier otro de personajes absolutamente secundarios en la historia del Imperio romano. Y Jesús era un personaje mínimo, casi inexistente, a los ojos de Roma. Dije esa frase malhadada en un momento de exasperación con gente irracional que no saben distinguir entre un rabino galileo, fracasado en su empresa, evidentemente, como algún otro de su época, y el cristo celestial que es un teologuema que empieza con claridad sobre todo en Pablo. Si separasen las dos figuras, no hay razón ninguna para negar la existencia del J. histórico. El cristo celeste no existió nunca históricamente, porque es pura teología y se sitúa a otro nivel, y menos la mezcla de los dos tal como la presentan los Evangelios. La gente, en el fondo, un tanto irreflexiva, quiere decir es que ese Jesús, mezcla de esos dos referentes, no existió nunca. Y tienen razón. “Pero hablan en prosa sin saberlo”. Y no saben que la tienen porque no saben distinguir entre esos dos “personajes”, uno real y mínimo (luego reinterpretado y repensado, idealizado = el Jesús evangélico) y otro, el Cristo celestial. Y menos caen en la cuenta de que la lectura crítica de los Evangelios hace esa distinción…, y entonces no se plantea el menor problema. Insisto: se trata de una falta de reflexión. Creo que el 99% de los investigadores está de acuerdo con esta distinción y no tienen el menor problema con la existencia del Jesús histórico, de verdad Pr.: En el evangelio de San Juan capitulo 18 dice los siguiente:¿ Judas lleva un destacamento de soldado romanos y los guardias puesto a su disposición.? ¿ Es posible que Judas como dice el evangelio lleve soldados romanos para capturar a Jesús, o fue Poncio Pilato que ordeno a Judas en capturar a Jesús? En los evangelios de Juan, Marco, Mateo y Lucas no aparece ningún soldado romano esta bajo el mandato de Judas? R.: Naturalmente Judas no era nadie en sí, sino el señalizador de Jesús en medio de la noche. Los evangelios, literaria y retóricamente, destacan el papel de Judas para estigmatizar la traición. Quien ordenó la detención, sin ninguna duda, y puso la inmensa mayoría de los soldados fue Poncio Pilato. Además es probable, solo probable, que fueran con ellos soldados de Herodes Antipas, que estaba en Jerusalén a la sazón y tenía bastantes ganas de hacer con Jesús lo mismo que con su maestro Juan Bautista hasta formar un buen número. Y el Evangelio de Juan exagera, también sin duda, hasta decir que fueron contra Jesús y sus discípulos una cohorte (unos 600 hombres). Pregunta: Quisiera saber su opinión sobre el verdadero motivo de la separación de Bernabé y Pablo ya que el testimonio de Pablo es diferente al relato de Lucas. (puede que ya lo haya comentado al algún post anterior) También su opinión sobre el porqué silencia Pablo a Bernabé en sus cartas cuando puede que fuera el compañero que más le hubiera ayudado y el más importante -con diferencia - en sus principios como cristiano (según Lucas). R.: Si ninguno de los dos (Hechos y Pablo) lo dice claramente, es imposible saberlo con seguridad. Pero es muy verosímil fuera a) Por disparidad de criterios intelectuales, como apunta en Gálatas, cuando sostiene, en la disputa de Antioquía con Pedro (2,11-14), que Bernabé se “dejó arrastrar a esa misma simulación”. Y ciertamente que eran muy amigos se deduce también de Gál 2,1. Y b) Porque en cuanto al carácter Pablo no debía de ser precisamente un angelito. No sería extraño que Bernabé se cansara humanamente de Pablo. c) El silencio anterior a la ruptura se explica probablemente por el afán de protagonismo de Pablo y porque sus cartas (desde 1 Tes) están escritas después de la separación. La falta de mención posterior a la disputa es de por sí ya evidente. Pr.: Tengo una pequeña duda quisiera saber porque los testigos de jehova insisten que jesus no fue crucificado sino clavado en un madero R.: No es posible saber nada estrictamente sobre el modo de la crucifixión de Jesús , porque los primeros textos, los de Pablo, que habla muchas de veces de Jesús "crucificado" emplea solo un vocablo que puede significar --pero es raro en ese contexto de condena a muerte por los romanos--- de “madero”. Yo creo que los testigos de Jehová hablan de que fue clavado y “colgado” porque se atienen al texto del Deuteronomio 21,22 --que es un texto mesiánico para los cristianos-- y que habla de alguien "colgado en un madero". Así que puede haber opiniones divergentes en ese asunto, que en realidad es mínimo. Lo importante es la muerte en cruz de Jesús –hecho difícil de inventar pos sus seguidores-- y que murió acusado de sedicioso contra el Imperio. Pr: Para poder hacer un análisis real de la biblia, ¿Qué Biblia o de que versión me recomienda Ud. leer, ya que durante años la biblia a sido manipulada y creo yo que hasta distorsionada? Espero su pronta respuesta. R.: He dicho y repetido muchas veces que mi Biblia preferida para el Antiguo Testamento es la de Cantera-Iglesias, Edit. Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, múltiples reediciones. Para el Nuevo Testamento, en conjunto creo que preferiría la Biblia de Jerusalén, de Desclée. La Biblia en hebreo y el Nuevo Testamento en griego son textos establecidos por años y años, siglos, de crítica textual, realizada por múltiples estudiosos de toda condición, creyentes e increyentes, puramente científicos. Lo que sí puede discutirse son las traducciones. Hoya día, sin embargo, son pocos los pasajes que se traducen mal voluntariamente, porque hay muchísima crítica. Lo que sí es posible, y de hecho ocurre, que las notas a pie de página sean muy, muy confesionales y quieran ver, por tradición, lo que no dice el texto. Como creo que sabe, estamos preparando un “Nuevo Testamento, histórico-crítico, universitario, con multitud de notas para que se entienda el texto, no militante, pero estrictamente aconfesional y crítico, sin tutela ni nihil obstat de iglesia alguna”. Formará parte de la Biblia de San Millán, y es posible que el Nuevo Testamento aparezca a finales del 2016 o principios del 2017 en una editorial todavía por determinar. Saludos cordiales de Antonio Piñero Universidad Complutense de Madrid Www.antoniopinero.com
Martes, 10 de Febrero 2015
Comentarios
Notas![]()
Hoy escribe Gonzalo Del Cerro
Homilía XI La ignorancia es la causa de los males Pedro abunda en la visión cristiana de la creación insistiendo en que la caída de nuestros primeros padres hizo perder al hombre la felicidad original. Es verdad que siempre queda abierta la puerta al arrepentimiento y a la penitencia. Pero ello exige un esfuerzo en la voluntad humana. Porque la situación del hombre caído provocó el deslizamiento por las laderas de la ignorancia, que es el principio y causa de todos los males. La causa de la ignorancia creciente es la labor de la serpiente, que suscita toda clase de pensamientos para perjuicio del hombre. Estratagemas de la serpiente Siembra, por ejemplo, en nuestra mente todas las suposiciones falsas contra la unidad divina. Una vez más, la advertencia contra el peligro de la idolatría, el peor de todos los pecados posibles, introducido en la historia por la serpiente del Paraíso. Uno de los consejos de la serpiente es, en efecto, en palabras textuales según el relato de Pedro: “No rechacéis la ignorancia, que es la causa de los males” (Hom XI 12,1). La serpiente acecha con el pretexto de “otro” conocimiento. No debemos olvidar que la primera tentación de la serpiente del paraíso prometía un conocimiento del bien y del mal. Como aquella táctica le salió bien para sus planes, recurre de nuevo al mismo argumento. La ilusión de obtener un mayor conocimiento no dejaba de ser una tentación peligrosa para el hombre y eficaz para las pretensiones de la serpiente. La ignorancia no puede ser excusa En primer lugar trata de convencer al hombre original que, si no escucha la palabra de la verdadera religión, no es reo de juicio. “Por eso, engañados algunos hombres, no quieren escuchar para seguir en la ignorancia, no sabiendo que la ignorancia en sí misma es un veneno suficientemente mortal. Pues no es verdad que si alguien toma un veneno mortal ignorando que lo es, no muere” (Hom XI 12,2). Por ese razonamiento, el Apóstol Pedro subraya la idea y la realidad de que la ignorancia no exime al pecador de su error ni lo libra de la perdición. Pues no es verdad que si alguien toma un veneno mortal ignorando que lo es, no muere. El argumento del avestruz tampoco es válido en estos casos. El ocultar la visión del peligro no libra del mal inminente, como la ignorancia del efecto mortal de un veneno no libra de la muerte. No vale, pues, la ignorancia como excusa, pues el que no quiere aprender para no ser reo de juicio, ya está juzgado como responsable. Pesa sobre él un gesto negativo como es el de negarse a escuchar la doctrina de la verdad. Porque esta estratagema nada puede como defensa frente a Dios, que sondea los corazones. La consecuencia es, por tanto, la necesidad de huir del malvado pensamiento que la serpiente transfiere a nuestra mente. Y si realmente uno termina la vida presente en la ignorancia, será acusado de que no conoció durante su vida quién fue el benefactor que le proporcionó sus alimentos. Además, como insensible, desagradecido y como siervo muy indigno, será apartado del reino de Dios. Error del politeísmo Sigue la argumentación de la serpiente aportando sus reflexiones falsas con apariencia de verdad. Muchos de los hombres saben y reconocen que solamente hay un solo Dios, que merece ser honrado y adorado. Pero añaden la idea de que eso no quita ni anula la existencia de otros dioses a los que el hombre puede o debe honrar. La serpiente recurre al ejemplo varias veces aludido del César. Porque de la misma manera que hay un solo César, pero tiene bajo su poder administradores -cónsules, gobernadores, tribunos, centuriones, decuriones-, de la misma manera, siendo uno solo el gran Dios, como el César, hay también dioses según la razón de sus poderes inferiores, sometidos a él, pero que nos gobiernan a nosotros. Frente a estos argumentos exige Pedro de los hombres vacilantes o que han sido infectados (por la serpiente) con esta doctrina como con un terrible veneno, -me refiero a la perversa concepción de este ejemplo-, para que conozcan qué es bueno y qué malo. Sería el “otro” conocimiento aludido como el que adquirirían Adán y Eva comiendo del árbol de la ciencia (Hom XI 14,3). El politeísmo es un ultraje del Dios único La consecuencia lógica de las reflexiones de Pedro lleva a la conclusión de que en realidad el politeísmo es un ultraje contra Dios. Y vuelve al ejemplo del César, que tiene funcionarios subordinados, pero que no merecen ni tienen permitido que se les dé el título y el honor del César. Si alguien de su entorno tuviera la osadía de hacerlo, recibiría el castigo correspondiente. Y ello aunque entre el César y sus subordinados existe solamente la distancia finita que puede darse entre hombres. Si el ultraje del hombre lleva consigo una pena, mucho más los que llaman dioses a otros seres estarán sometidos a un castigo eterno, por haber ultrajado a Dios. Saludos cordiales. Gonzalo Del Cerro
Domingo, 8 de Febrero 2015
Notas
Escribe Antonio Piñero
Espero que los lectores se acuerden de que en este mismo Blog reproduje una conferencia del Prof. Rubia, con un título muy parecido, que hizo surgir entre los lectores una interesante discusión. Ahora la conferencia se ha transformado en un libro pequeño, de fácil lectura, con una inmensa cantidad de datos, sobre todo de resultados de experimentos e indagaciones neurofisiológicas, con gran una exposición neta y clara de los resultados y una notable bibliografía. La casa editorial es “Fragmenta” (Colección “Fragmentos” 31), Barcelona 2015, 21 x 13 cms., 221 pp. Rústica. De esta misma editorial he comentado un libro de Abdelmunin Aya, El arameo en sus labios. Saborear los cuatro evangelios en la lengua de Jesús. Entre mis notables colegas de la Universidad Complutense es el Prof. Rubia uno de los más laureados que conozco y ha sido catedrático de La Ludwig Maximillian Universität de Múnich (en conjunto una de las mejores universidades de Alemania) y consejero científico de ella. Ha sabido, además unir, el rigor de más de cuarenta años de investigación (más de doscientas publicaciones) en el campo de la neurofisiología con una dedicación, cuando ha sido oportuno, a la tarea de promover el desarrollo científico. Francisco Rubia ha sido subdirector del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, director de su “Departamento de Investigación”, vicerrector de investigación de la Univ. Complutense y director general de Investigación de la Comunidad de Madrid. En la actualidad pertenece al prestigioso Colegio Libre de Eméritos. En el “Prefacio” el autor deja muy clara la intención del libro. “Cerebro espiritual” quiere decir que este órgano humano posee “estructuras que, debidamente estimuladas son capaces de generar experiencias espirituales, místicas, religiosas o de trascendencia”. El que el cerebro produzca experiencias espirituales plantea problemas para delimitar entre materia (el cerebro es puramente material) y espíritu, entre natural y sobrenatural, e incide directamente en la cuestión del origen de la religión, puesto que –aunque espiritualidad y religión no son iguales-- la segunda se basa sobre la primera. El autor postula que el vocablo “espiritualidad” que defiende este libro debe ser correctamente definida, teniendo en cuenta que la experiencia espiritual –que no es igual, ni mucho menos, a la experiencia religiosa-- se da en niños y agnósticos, amén de personas que pertenecen a corrientes religiosas que deben ser estrictamente definidas como ateas, tales como el budismo (otra cosa es que muchos budistas iletrados hayan considerado, a posteriori, a Buda como un dios y le rindan culto), jainismo, taoísmo, confucionismo y algunas formas del hinduismo. El autor define así la espiritualidad: “Sentimiento o impresión subjetiva de alegría extraordinaria, de atemporalidad, de acceso a otra realidad diferente a la cotidiana, que se experimenta más vívida e intensamente que la realidad cotidiana, producida por una hiperactividad del cerebro emocional”. La espiritualidad aún no es religión (por ejemplo, los estados espirituales producidos por la audición de música ), pero es la base de toda religión, que no se entiende sin la existencia de la “segunda realidad”. La espiritualidad es tan antigua como el ser humano y no es extraño que ya en los homínidos se dieran manifestaciones de una cierta espiritualidad, quizás de manera fortuita al descubrir por casualidad el potencial de alteración de la mente de plantas u hongos durante la exploración de su entorno en busca de alimento. Al ser definida de este modo, la primera constatación es que la espiritualidad es inherente al ser humano, pero que el origen de ella hay que buscarla en los “estados alterados de la consciencia”. Advierte el autor de que esta expresión no significa enfermedad o patología alguna, sino un estado especial, no usual, que conecta al ser humano con una realidad que no es la cotidiana y normal, una segunda realidad, transcendente. Pero no es más que un estado fisiológico, una facultad humana como otra cualquiera. La idea de que la espiritualidad se genera en el cerebro sin duda alguna se prueba por múltiples y repetidos experimentos. Así la ingesta de fármacos que producen trances extáticos, o electrodos que dan impulsos, por ejemplo, al lóbulo temporal. Con el avance de la neurofisiología se ha comprobado repetidísimas veces que estimulando determinadas estructuras cerebrales pertenecientes a nuestro cerebro emocional o sistema límbico, sobre todo la amígdala cerebral y el hipocampo, este cerebro genera emociones, memoria, atención y un sistema de recompensas. Además de la neurofisiología, también por la historia de la humanidad apunta a que los fenómenos espirituales son un mero producto de nuestro cerebro. La historia ha observado repetidas veces que utilizando ciertas técnicas –como el ritmo, la música, la danza, el aislamiento, la falta de sueño y de alimento-- así como drogas naturales el ser humano se ha procurado artificialmente el acceso a esa “segunda realidad”, que ha considerado trascendental respecto a la realidad cotidiana.. El libro plantea muchas preguntas que surgen de estas observaciones. Una de ellas y muy importante es: ¿hizo Dios el cerebro y, por tanto, la espiritualidad y la realidad en la que ella se inserta de modo que el hombre llegara a conocerlo de algún modo? Y el autor responde que la pregunta en sí no es pertinente científicamente porque la idea de Dios no es demostrable ni falsable, es decir negable. Por tanto, desde un punto de vista estrictamente científico hay que decir que la espiritualidad –y consecuentemente la religión cuando se deriva de ella en determinadas circunstancias-- es un producto de la evolución. Naturalmente, algunos, o muchos lectores, argüirán que esta evolución ha sido decidida por Dios como un “diseño inteligente”. Cada uno verá que le convence más. ¿Para qué sirve la espiritualidad? Se pregunta también el autor ¿Cuáles han sido las modificaciones del entorno que han llevado a provocar su surgimiento en el ser humano? En líneas generales responde Rubia con diversos autores que la espiritualidad nació por tener un valor biológico para la supervivencia, pero entendida de un modo amplio: no solo la supervivencia primaria, sino tab la secundaria, es decir, la necesidad de una vida placentera y segura y de un sistema que sirve igualmente para la cohesión del grupo. El autor apunta también que concepto de “sobrenatural” está íntimamente ligado al de lo “espiritual”, pero sostiene que en sí es totalmente distinto, ya que lo sobrenatural es una súper interpretación que el cerebro mismo propone de algunas de sus producciones espirituales. Por ejemplo, fenómenos espirituales básicos son los trances provocados por la música o las expresiones artísticas, que nada tienen que ver con lo sobrenatural. Es este un concepto que nace secundariamente y que está ligado con el origen de la religión que es muy discutido. Otras secciones del libro abordan cuestiones como la “búsqueda de la espiritualidad”, la utilización de sustancias enteógeneas (es decir, generadoras de la idea de que un dios habita en el ser humano en algunos momentos) en ritos y cultos religiosos”, la “neurobiología de la experiencia espiritual” (i. e. cuáles son las estructuras cerebrales que debidamente excitadas generan la espiritualidad, en especial el lóbulo temporal, cuestión que podría definirse como neuroquímica de la trascendencia). La última parte del libro me ha parecido en extremo interesante, pues es en primer lugar una exposición de la teoría del autor sobre “el éxtasis como probable origen de la religión”. En síntesis podría sostenerse según el autor que los hombres descubren los estados alterados de conciencia = la espiritualidad en tiempos remotos bien por observación Dios los animales que ingieren sustancias alucinógenas y entran en una suerte de trance observable, o bien por casualidad al ingerir hongos o hierbas con poderes enteogénicos. Y una vez descubierta la espiritualidad y sus posibles beneficios, los grupos humanos hacen el resto para su beneficio y seguridad últimos Finalmente el libro se cierra con una historia abreviada, muy sintética, de las hipótesis o teorías que en los últimos siglos se han expuesto sobre el “origen de la religión”. Se trata de una verdadera enciclopedia de ideas. Aunque el autor no se decanta por una teoría concreta, da la impresión de que le satisfacen más, como propuestas más convincentes sobre el origen, las teorías sociales que hacen hincapié en la función del grupo o conjunto social. La espiritualidad es individual e intransferible, pero la religión es ante todo una función social. No rechaza el autor ideas como el antropomorfismo/ animismo (el ser humano dota espontáneamente de vida semejante a la suya, con sus misma cualidades, a objeto inanimados, a seres que se aparecen en los ensueños, y también a fenómenos poderosos de la naturaleza que le aterrorizan), o bien otras doctrinas que sostienen que la creencia en los agentes sobrenaturales son en gran parte productos accesorios de un mecanismo cognitivo, seleccionado por la evolución, para detectar agentes, como predadores o protectores; y de ahí el paso a agentes supranaturales que explican al hombre primitivo el universo, o que le protegen y aseguran un más allá confortable, etc. Multitud, pues, de teorías que sería conveniente, quizás que el autor desarrollara críticamente en un ensayo autónomo, pues ya ha reunido y conoce bien la necesaria bibliografía. Por último: disiento en algunos aspectos o puntos de vista de este libro. El primero es la consideración de que el cristianismo fue fundado por Jesús de Nazaret (al menos el lector puede pensarlo así). Hoy día desde el punto de vista histórico es esta posición insostenible, ya que el cristianismo solo nace después de la muerte de Jesús y como una reinterpretación, a la luz de la palabra de Dios, las Escrituras, y por parte de sus seguidores de la figura y misión de su Maestro. Y segundo, porque parece imposible que alguien sea el fundador de una religión cuando jamás se lo propuso ni jamás fue infiel a la suya, el judaísmo, al que sólo y en todo caso, se propuso reformar y profundizar en lo que creía lo mejor de sus esencias. Igualmente, unir el cristianismo con Jesús de Nazaret y este con el chamanismo (tesis no propuesta por el autor, pro citada largamente y sin comentario alguno) o proponer aunque sea solo modo de hipótesis que Jesús fue un chamán es superficial e incorrecto. Tampoco es correcto dar credibilidad a la historia del éxodo atribuyendo, sin discusión a Moisés experiencias chamánicas, ya que se trata de racionalizar algo que es pura leyenda. De dejarse más claro en el libro que se parte de ese punto de vista y que lo que se explica es como chamanismo es la historia legendaria y no la historia a secas. La interpretación moderna va evidentemente por otros derroteros. Mucho menos correcto es decir que el cristianismo copia de la religión de Mitra. He aclarado en multitud de ocasiones que hay que distinguir entre dos Mitras: A) Lo que sabemos del Mitra Zoroástrico por medio de los himnos Gathas, avésticos, que es poco, que se refiere a una divinidad de la luz, coordenadora y cocreadora del universo, que arregla el caos primordial, por tanto una divinidad más bien abstracta, del orden y la luz, en la que el torno no representa otra cosa que la vida o energía primordial, y B) otra cosa muy distinta de lo que sabemos (apenas textos; solo arqueología y representaciones iconográficas altamente discutidas por los historiadores de la religión de Mitra, creación artificial, igual a la de Serapis en Egipto, por sacerdotes al servicio del emperador Adriano, a partir de la mitad del siglo II d.C., cuando el cristianismo ya está relativamente bien conformado en su cristología. De este segundo Mitra es del que se afirman su nacimiento en una cueva el 25 de diciembre (¡no hay ni un solo texto de la antigüedad que lo diga!), el taurobolio y el ser rociado con su sangre, etc. Pero por estas fechas de los siglos II y III no necesitaba el cristianismo copiar nada, pues su teología estaba ya bien contorneada. En todo caso –se ha argumentado también, creo, sin más razones que la apologética-- que el mitraísmo copió algunas cosas del joven cristianismo. En realidad tampoco lo necesitaba. Sobre el tema he recomendado varias veces la lectura del libro de Jaime Alvar, Los Misterios. Religiones orientales en el Imperio romano (). Aparte estas pequeñas disensiones, el libro del Prof. Rubia me parece excelente y digno de leerse, pues recoge unos datos de la neurofisiología actualísima que no pueden negarse y que obligan a plantearse la cuestión de la espiritualidad y la religión con otros ojos. Es inútil no querer prestar atención a lo que la investigación médica sobre nuestro cerebro pone una y otra vez de manifiesto. Saludos cordiales Antonio Piñero Universidad Complutense de Madrid www.antoniopinero.com
Viernes, 6 de Febrero 2015
Notas
Hoy escribe Fernando Bermejo</strong>
Tras los asesinatos de unos periodistas franceses –o, según otros, después de que unos piadosos valientes depararan su merecido a unos necios faltos de buen gusto y de respeto que se lo han buscado–, los racionalistas de turno han salido intentando dar lecciones a los homines religiosi, intentando distinguir con su natural discernimiento entre personas e ideas. No debe uno meterse con los musulmanes (o con los cristianos, o los judíos…), sino en todo caso con el Islam (o el cristianismo o el judaísmo…). Puedes meterte con el Islam mientras no te metas con los musulmanes. Musulmán, atiende: se pueden meter con tus ideas mientras no se metan contigo. He aquí el sagaz mensaje: “Hay que respetar a las personas, pero no a las ideas, que no merecen ningún respeto especial”. Y se quedan tan anchos, los tíos.<!--more--> ¡Como si a nosotros se nos pudiera dar lecciones de sutileza! Como si quienes distinguimos perfectamente entre Mahoma y Alí, o entre Jesús y Juan el Bautista, o entre un rifle de asalto XM-8 y un SIG550, no pudiéramos distinguir entre ideas y personas. Pero estos tíos, ¿por quién nos han tomado…? No se trata solo de que en las creencias religiosas nos va la vida porque nos implicamos con todo nuestro ser (personal). Es que, además, la religión trata, al fin y al cabo, de personas, y de personas divinas. Dios, Yahvé, Allah son personas –o tres nombres de una sola persona, o en realidad solo una de ellas es una persona y las otras son ídolos, bueno, me estoy perdiendo… retomemos el hilo–. La cosa es que la divinidad es personal. ¿Y qué hay más sagrado, por amor de Dios, que la Persona Divina? Y hay también otras personas, como por ejemplo Jesucristo. Jesucristo es una persona –de hecho, una persona con dos naturalezas, que ya te gustaría a ti, pobre mortal uninatural–, así que ni se te ocurra meterte con él ni decir nada que yo pueda malinterpretar. Y no digamos con la virgen María –quam pulchra, quam sancta–, también ella una persona como Dios manda, y tan femenina e indefensa, ella. Y Mahoma, y Alí, y Fátima, y Abrahán, y Moisés… Todas estas personas son reales realísimas, como mínimo mucho más reales que tú y que yo. Y como personas verdaderas y-de-hecho-las-más-verdaderas, tienen su honor. Y como el honor no está para tomarlo a risa, y menos algo como el honor de las personas divinas y/o sacras-por-la-dignidad-especialísima-que-ocupan-para-las-propias-personas-divinas-y-para-las-personas-que-veneramos-a-tales-personas, si el honor de esas personas es vulnerado, pues hay que vengarlo. ¿O no? Y para eso estamos nosotros, los que nos tomamos en serio el carácter personal de las Personas. Así pues, tú no te metes con Dios/Allah o con alguna otra de la larga lista de personas enumeradas, porque de lo contrario te largo un puñetazo o una descarga de mi Kalashnikov o te rebano el cuello con un sable. No vayas a pensar que eso depende de mi mayor o menor sentido del humor o de si estoy más o menos civilizado que tú, sino de la voz sobrenatural pero no por ello menos personal que yo oigo en mi interior y que me dice clara y sabiamente qué debo hacer, pues -repito- obviamente es más real que tú y que yo. A ver si os enteráis. La religión es cosa de personas. Por eso tampoco te metas con la Iglesia (“¿Cuál de ellas? Hay cientos…”, pero cállate, hombre), o con la Umma, porque la Iglesia/Umma es como mi mamá, de hecho es mi mamá. Y a quien se atreve a meterse con mi mamá yo le largo un par de ostias, o un puñetazo. Y nadie va a decirme nada, ¿verdad? Porque madre no hay más que una. Y porque las mamás, por definición, son personas. Espero que os quede claro, racionalistas de pacotilla, y no volváis a las andadas. Y si no, ateneos a mi puño o al Kalashnikov de mi primo, el de Zumosol (ya sabéis, el muyahidín de turno). Que sí, que se han pasado, que había demasiada sangre. Pero es que cuando alguien se mete con las personas, no digamos con la mamma… ma è normale, è normale! Saludos cordiales de Fernando Bermejo :::::::::::::::::::::: NOTA PARA LOS QUE VIVAN EN MADRID y pueda interesarles: Hoy, miércoles 4 de febrero 2015 voy a presentar el libro del Prof. Dr. D. Francisco J. Rubia, colega mío, de Medicina, de la Universidad Complutense, con el título "El cerebro espiritual", libro que estimo interesantísimo y de consecuencias muy importantes: Lugar: MADRID c/ Arapiles 14. Salón de actos de "Técnicas Reunidas", a las 19.30 horas. Saludos, A. Piñero
Miércoles, 4 de Febrero 2015
NotasEscribe Antonio Piñero Pregunta: Tendría varias preguntas, como una que le formulé hace un par de años a un sacerdote que no me supo responder "sabía Jesús desde su niñez que era el hijo de Dios, o lo fue descubriendo poco a poco" partiendo de la base de que lo fuera. Respuesta: La ciencia histórica, que se ocupa exclusivamente del Jesús histórico y no del Cristo celestial o Cristo de la fe (que es cosa de teólogos), no responde a esa pregunta, que supone que “hijo de Dios” está entendido como los cristianos posteriores: hijo físico, óntico, real de Dios, segunda persona de la Trinidad, etc. Nada de eso sabía Jesús. Jesús se creyón hijo de Dios en ese sentido del Antiguo Testamento, una relación especial con Dios, siendo mero hombre, como el rey, el profeta o el sumo sacerdote. Especialmente en su función de profeta/proclamador del reino de Dios. Según los evangelistas, Marcos y Mateo y Lucas eso ocurrió en el bautismo por parte de Juan Bautista. Lo más probable es que fuera después cuando decidió fundar su propio grupo aun antes de la muerte de su mentor o maestro. Por tanto a principios de su vida pública. Pr.: ¿Es cierto que la propaganda del Cristo y su ejecución tuvieron lugar en el reinado de Tiberio, pero su eco no afecto a Roma? ¿Poncio Pilato envió algún informe sobre el caso al emperador? R.: 1: Totalmente cierto en tanto en cuanto los historiadores de la antigüedad coinciden en que Poncio Pilato fue procurador de Judea del 26 al 36 d.C. Tiberio murió (probablemente su muerte fue acelerada por Calígula en el 37 d.C. Naturalmente que la muerte de Jesús no afectó a Roma una cosa tan insignificante y un personaje tan desconocido dentro del maremagnum del Imperio 2: Lo más probable es que sí lo enviara, puesto que una ejecución de 3 sediciosos contra Roma, y en la Pascua, era importante Pr.: ¿Podría usted decirme cómo puedo conseguir una traducción del Tanaj judío en español? necesito que me indique el nombre de la editorial o el nombre del traductor o algún sitio donde pueda comprarlo ya que la mayoría de las traducciones que he podido conseguir son traducciones cristianas (lo he podido comprobar al leer cómo traducen los versículos 22:16 de los salmos, y Isaías 7:14). Re.: Yo utilizo la de Cantera-Iglesias. Editorial B.A.C. Madrid (múltiples reediciones). La compra en cualquier librería seria o en "San Pablo" Naturalmente sus autores son cristianos, pero en el AT son excelentes hebraístas, agnósticos muchos de ellos, independientes y además es la única que tiene notas críticas. Y si busca una traducción puramente judía (acuda, por favor a Google porque ahora no puedo decirle ninguna de memoria, ya que yo uso la Biblia en hebreo) también serán "confesionales", parciales. Pr.: Hola Antonio. Le escribía para consultarle sobre algún libro que exponga el estado de la cuestión de las relaciones entre el cristianismo y los Misterios eleusinos o, por lo menos, que sistematice los problemas a los que se ha enfrentado el estudioso. R.: El mejor que conozco y con abundante bibliografía es el de un profesor de la Universidad Carlos III = Alvar Ezquerra, J., Los misterios. Religiones orientales en el Imperio Romano. Crítica, Barcelona 2001. Pr: Verá han vuelto a traer por fin en la librería los tres volúmenes de Textos gnósticos. Biblioteca de Nag Hammadi que usted editó, sin embargo quisiera saber si los textos que trabaja en esta publicación son todos los textos encontrados o solo los gnósticos propiamente, es decir si son todos los papiro o una parte de ellos. Otra consulta, verá tengo el libro de Aurelio do Santo "Los Evangelios apócrifos"en edición bilingüe y quisiera saber si usted trabaja más textos o cuál es la diferencia con esta publicación. Mi otra consulta es si en este libro suyo de la Bibliteca de Nag Hammadi desarrolla todos los evangelios descubiertos, ya que también tiene usted otra publicación titulada "Todos los evangelios" en qué se diferencias estos dos libros R.: 1: Son todos, absolutamente todos, los textos que se encontraron en 1945 en esa localidad. Si está en la Biblioteca, lea por favor, la Introducción. 2: Mi edición no es bilingüe, no tiene amplias introducciones, y presenta, (a excepción del Evangelio secreto de Marcos y otro fragmento del Evangelio del Salvador, que conocí más tarde, todos los evangelios que se conservan. De Santos publica también algunos títulos (recibidos de los Santos Padres, títulos solos, sin texto, que yo no publico. 3: Los “evangelios” de Nag Hammadi son los descubiertos en esa localidad y “Todos los evangelios”, son todos los que tenemos en diversos manuscritos que no soon, naturallmente, de Nag Hammadi. Confieso que estas preguntas se las podría haber respondido Usted a Usted mismo con un poco de reflexión y leyendo mi página web donde tiene Usted toda la información. Saludos cordiales de Antonio Piñero Universidad Complutense de Madrid Www.antoniopinero.com
Martes, 3 de Febrero 2015
Notas![]()
Hoy escribe Gonzalo Del Cerro
Homilía XI La caída original Pedro extendía su discurso apoyado en hechos y experiencias históricas. Y da por sentado que Dios hizo al hombre para la felicidad, que logrará por el ejercicio de las obras buenas. Ése era el proyecto original de Dios. Pero el hombre creado para la felicidad, perdió su camino cuando abandonó el plan de sus orígenes. Se fue deslizando hacia la ignorancia, que es el principio de todos los errores que afligen a la humanidad. Otra realidad comprobada en las páginas de la historia humana es que las malas obras van acompañadas del consiguiente castigo con una particularidad. La dignidad del personaje ofendido marca la calidad y cantidad del castigo. “El castigo es mayor para el que ha sido impío con un superior; y es menor para el que ha pecado contra un inferior” (Hom XI 10,1). Impiedad de la caída El mal entró en la historia del hombre por la impiedad más grave que podía imaginarse. La creación había sido un regalo al hombre constituido como rey de la creación. Dios había dado al hombre la capacidad de dominar sobre las cosas creadas. El paraíso terrenal era su reino o conjunto de bienes y venturas sin medida. Pero tuvo que soportar una prueba consistente en una limitación. El hombre podía disponer de todas las delicias que el Paraíso le concedía. Un árbol solamente fue la prueba de su bondad y su capacidad de renuncia. El principio de la Biblia narra el suceso de la desobediencia del rey de la creación al autor del mundo. Si el castigo del pecador guarda una proporción con la maldad de la impiedad cometida, el caso del primer pecado de nuestros primeros padres tuvo unas consecuencias de dimensiones descomunales. El ofendido era Dios, el ser superior a todos los posibles. Pero era no sólo el hecho de ser impío con el Creador, sino con el gran benefactor de la humanidad. No es que Dios necesite compensaciones frente a sus bondades y favores. La misma creación se irrita con los que deshonran a Dios. “Toda la creación –dice Pedro- se irrita contra el impío y naturalmente se venga de él” (Hom XI 10,2). Como si la creación saliera en defensa de su autor y gobernante. La indignación de la creación con los impíos “Pues el sol no dará su luz al blasfemo, ni la tierra sus frutos, ni la fuente su agua, ni en el Hades concederá descanso al alma el que allí está constituido gobernador; cuando incluso ahora mientras subsiste la constitución del mundo, toda la creación está indignada. Por eso, ni el cielo proporciona en absoluto lluvias, ni la tierra frutos, con lo que los hombres en su mayoría perecen. Incluso el aire mismo, sobrecalentado de cólera, se convierte en mezcla pestilente”. Es lo que podría pasar, pero lo que pasa, sin embargo, es que Dios obliga a la creación por su propia misericordia para que dé a los hombres todos los bines de que disfrutan. De este modo, toda la creación está irritada con los que deshonran al creador del universo. La inmortalidad del alma Pudiera ser que con la disolución del cuerpo se viera el hombre libre del castigo. Pero una de las afirmaciones más reiterativas de las Pseudo Clementinas es la convicción de que la existencia corporal del hombre está abierta a una existencia eterna de su espíritu inmortal. Porque es inmortal incluso el alma de los impíos, para quienes sería mejor que no fuera incorruptible. Pues castigada con un interminable suplicio por el fuego inextinguible, y siendo inmortal, su desgracia no tiene fin. El hombre sucumbe con cierta facilidad a los encantamientos de la serpiente malvada, oculta en su corazón, que siembra astutamente en el ser humano ficciones hostiles a Dios, bajo el pretexto de la amistad con Dios. Es preciso volver a la reconciliación con nosotros mismos, pues por nuestra salvación se produce de nuevo mediante las buenas obras el refugio en Dios. Es lo mismo que huir de un extraño deseo irracional que provoca una cierta hostilidad con Dios, pues so pretexto de prudencia se fortalece la ignorancia. Inutilidad absoluta de los ídolos Algunos dicen: “Dios no se preocupa de nosotros”. También esto es falso. Pues si realmente no se preocupara, no haría salir el sol sobre buenos y malos ni enviaría su lluvia sobre justos e injustos. Y otros dicen: “Somos más piadosos puesto que veneramos tanto a Dios como a las imágenes”. Esto tampoco es verdad. Pues si quien esto afirma dijera a un rey: “Te doy el mismo honor que a los muertos y al estiércol arrojado”, no creo que saldría bien parado. Pero alguien dirá: “¿Es que llamas estiércol a nuestros objetos de culto?” Pues sí que lo afirmo. Porque los habéis convertido en inútiles para vosotros al ponerlos entre los objetos de culto, cuya materia posiblemente no sirve para otra cosa que para estiércol. Pedro recurre una vez más al ejemplo de la comunicación entre padres e hijos, relación que debe reflejarse en el trato entre Dios y sus criaturas. Pero ahora ni siquiera valen los ídolos para esto, cuando son adorados después de ser transformados. ¿Cómo decís que sois incluso más piadosos cuando sois los más impíos de todos y merecéis ante el Dios verdadero la ruina del alma por aquel mismo pecado incomparable, si en él perseveráis? Si un hijo, que ha recibido muchos favores de su padre, da a otro que no es su padre el honor debido al padre, es seguramente desheredado. Pero si viviendo según el criterio del padre, le da las gracias por sus favores, con razón es nombrado heredero. El hombre, hijo y amigo de Dios, está destinado desde su origen para ser su heredero nada menos que de una felicidad sin fin y un descanso eterno (Hom XI 12). Saludos cordiales. Gonzalo Del Cerro ::::::::::::::::::: Una nota enviada por José Marco Segura Jaubert, a propósito de una entrevist mía en su Blog: "“De dioses y hombres” es un blog de investigación sobre Ciencias de las Religiones y Mitología coordinado y dirigido por José Marco Segura Jaubert y Carmelo Morales Marcos. El blog cuenta con la ayuda y colaboración de grandes expertos en las distintas religiones y materias. Catedráticos, profesores de universidad, doctores, doctorandos, estudiantes de Máster, y toda una serie de expertos que ponen sus conocimientos al servicio del blog, bien como colaboradores o, bien como entrevistados. Desde aquí queremos agradecer a Antonio Piñero, Lorena González, Ester Belaire, Jennifer Montiel, Macarena García, Aura Fernández, Benjamín García, Kenneth Zapata, Antonio Justo, Ramadan Mizan y Julian Natucci su ayuda y colaboración con nosotros. Este mes de Febrero damos paso a tres artículos que no dejaran indiferentes a nuestros lectores: Antonio Justo, apoyado en autores tan expertos como Antonio Piñero, nos enseñará que el cristianismo actual, católico, ortodoxo y evangélico, no se corresponde con el pensamiento del Jesús histórico. Macarena García retoma el hilo de su anterior entrada de su dios de Israel para investigar y profundizar acerca de los diferentes nombres y epítetos divinos, ampliando así el carácter de la divinidad israelita. José Marco Segura Jaubert nos trae una continuación de su anterior artículo, tratando de este importante protagonista de la religión griega conocido como Orfeo, pero esta vez nos lo descubrirá desde su faceta de mago. ¡Esperamos que disfrutéis! Aprovechamos para recordar que aún quedan unos días para participar en nuestro sorteo: ¡¡¡DOS ENTRADAS PARA LA PELÍCULA DRAGON BLADE O EL ÚLTIMO LIBRO DE ANTONIO PIÑERO “AÑO I”. SOLO TIENES QUE DAR ME GUSTA EN NUESTRA PÁGINA DE FACEBOOK “DE DIOSES Y HOMBRES” Y SI YA LO HAS HECHO Y ERES SEGUIDOR NUESTRO, BASTARÁ CON QUE DES A COMPARTIR ESTA NOTICIA!!!. Se te asignará un número de dos cifras y si coincide con los dos últimos números de SORTEO EXTRAORDINARIO DE SAN VALENTÍN del 14 de febrero de 2015 serás el afortunado y podrás elegir uno de estos dos premios: 1. Libro de Antonio Piñero “Año I” que nos habla de Israel y su mundo cuando nació Jesús o bien, 2. Dos entradas para el estreno en febrero de Dragon Blade, un film épico de romanos ambientada en la época del emperador Tiberio y la dinastía china Han, protagonizada por actores de la talla de Adrien Brody, John Cusack y Jackie Chan.
Domingo, 1 de Febrero 2015
Notas
Escribe Antonio Piñero
Pregunta: Tengo una pregunta personal para usted: Usted cree que la salvacion viene de la Ley de Moises, La Ley de Moises es el camino? me encantaria conocer su opinion, incluso su creencia, me despido y que Dios le bendiga. Respuesta: Personalmente, como agnóstico, no puedo creer que la salvación venga de la ley de Moisés. Pero como estudioso del Nuevo Testamento sí puedo decirle, que según Pablo de Tarso, la ley de Moisés sigue siendo el camino obligatorio, toda ella entera, incluida la circuncisión, para cualquier judío que se convierta a la fe de Jesús el mesías, naturalmente incluso hoy día. Pero, también según Pablo, Dios le había revelado que los paganos que se convirtieran a la fe en Jesús no tenían que hacerse judíos. Se salvarían por esa fe, y por las obras que ella exige, pero no pasan a ser miembro estrictos de la Alianza que Dios hizo con el pueblo judío. Ese sigue siendo el elegido. El pagano converso se salvará igual, pero no tiene que por qué cumplir esa parte de la Ley de Moisés que sirve para que los miembros del pueblo elegido sigan siendo miembros especiales de la Alianza. Los demás, los paganos conversos, son hijos adoptivos de Abrahán. Por tanto, no el pagano converso cumplirá las leyes de Moisés que son solo para los judíos: circuncisión, pureza ritual y normas sobre los alimentos. Por tanto, la ley de Moisés, tal cual, toda entera no es camino de vida, por ejemplo, para Usted, si no es judío. Pero sí está obligado a cumplir la parte de la ley de Moisés que es universal y eterna, que se resume en el Decálogo. Por favor, lea el capítulo 2 de la Carta a los romanos de Pablo. Pregunta: ¿Qué opina sobre la sigueinte tesis, respecto a la fecha de la Navidad de origen cristiano y nó por el Sol Invivto? http://www.es.catholic.net/op/articulos/4132/cat/8/calculando-la-navidad-la-autentica-historia-del-25-de-diciembre.html Respuesta: Es farragoso, enojoso, molesto en suma, rebatir verdades a medias. La tesis de este periodista es una verdad a medias. Le insto, a Usted y a todos los lectores que la lean cuidadosamente y observarán que en lo fundamental no son más que vaguedades y una afirmación sin prueba alguna. En ese mismo artículo hay datos de sobre para refutarlo plenamente y bien para mantener una sana postura crítica y escéptica, pro más bien inclinada hacia la tesis que ahora es de consenso y que la misma iglesia católica admite, a saber, que a lo largo de los siglos IV y V hubo una superposición consciente de festividades (y no “festivales” como horriblemente dice esa traducción) paganas por otras cristianas, e incluso de Isis, como reina del cielo y madre de Horus, por la Virgen María. ¿Qué opina Usted de la Vida de Jesús de E. Renan? Respuesta: Fue un libro rompedor en su tiempo y maravillosamente escrito. Hoy existen mejores perspectivas de lo que fue Jesús. Es una joya literaria, descubrió para los franceses (los alemanes ya lo sabían) el aspecto humano de Jesús , pero hoy día no vale como guía para entender al Jesús de la historia. Pegunta.: Le he oído decir en un programa de radio que Jesús “fue un predicador fracasado”. ¿Qué quiere decir eso? Respuesta: Es bastante sencillo. Jesús fue un maestro de la Ley que predicó la inmediata venida del reino de Dios sobre Israel, pero que no logró convencer a sus connacionales judíos. Y acabó muerto en el cruz. Pr.: Algunos judíos opinan que Jesús fue un traidor a su pueblo entre otras razones porque en la Biblia hebrea no aparece ni una sola vez el concepto del reino de Dios, que e inventó Jesús en contra de las tradiciones de su pueblo. Re.: El judío que diga eso dice una media verdad. Es cierto que como tal “reino de Dios” no sale apenas en el Antiguo Testamento, aunque sí el concepto de que Dios es el rey de Israel (pero pocas ocurrencias). Pero aunque no esté las palabras está la idea, y mil veces, expresadas sobre todo en los profetas. Jesús no hace otra cosa que concretizar el concepto del “mundo futuro” de Isaías sobre todo en una amalgama de palabras, un sintagma poco usado que es “reino de Dios”. No tiene nada más que leer a los autores judíos del siglo XX sobre Jesús como G. Vermes, D. Flusser, J. Klaussner y una decena más. Así que ese judío tiene poca idea. Además, en los Apócrifos del Antiguo Testamento sí parece el concepto. Vea el interesantísimo y maravilloso (por la cantidad de información) tomo I de la colección APÓCRIFOS DEL ANTIGUO TESTAMENTO (Madrid. Edit. Cristiandad 1982--) ISBN: 84-7057-324-1 (obra completa). Pr.: Estoy viendo una conferencia suya de este año con los masones de Sevilla sobre el origen del canon neotestamentario, La dirección de su conferencia en youtube es https://www.youtube.com/watch?v=d-_fi9_T0V8 . En esta conferencia en el minuto sesenta aproximadamente usted dice que el Nuevo Testamento está hecho básicamente por protestantes utilizando un programa de computadora tras hablar de la multiplicidad de papiros que se han encontrado y son los cristianos incluyendo los católicos lo que utilizan una Biblia estructurada por protestantes. Sin embargo yo tenía entendido por ejemplo que la Biblia hecha por Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera, que la de mayor difusión entre los evangélicos, fue a base del escrito de Erasmo de Roterdam quien era católico. ¿Podría desarrollar un poco más su postura por favor? R.: Se trata del Institut für neutestamentliche Textkritik, de la Universidad de Münster, Westfalia, Alemania, donde están recogidos (en microfilm microfichas, fotografías, etc.) todos los manuscritos del Nuevo Testamento y donde se practica el arte de reconstruir el texto griego del Nuevo Testamento. Sobre cómo se hace esa reconstrucción, consulte, por favor, el cap. 4º de mi obra Guía para entender el Nuevo Testamento, Trotta, Madrid 2006. 568 pp. ISBN: 84-8164-832-9. 2ª edición 2007. 3ª edic. 2008. 4ª edic. 2011., capíitulo 4º. El texto griego de Erasmo de Rotterdam es muy malo. Y ha sido ampliamente mejorado y superado. Incluso el texto griego de la Políglota Complutense, impreso en 1514, antes que el de Erasmo, pero distribuido después, es mucho mejor. Le copio un párrafo de una conferencia sobre la columna griega del Nuevo Testamento de la Políglota Complutense, que aparecerá en un libro sobre la Políglota Cisneriana hacia el 2016: Teniendo en cuenta que el texto neotestamentario de la BPC era bastante superior al de Erasmo, y que hubieron de pasar cerca de 300 años para que los filólogos se atrevieran a editar un texto diferente y mucho mejor, a base de los manuscritos unciales del Nuevo Testamento no utilizados por el humanista de Rotterdam, no es chovinismo decir que nuestra Políglota, en caso de haberse distribuido bien y de que se hubiesen hecho ediciones “populares” como las de Erasmo, habría contribuido notablemente a que el texto utilizado por estudiosos y clero, tanto protestantes como católicos, hubiese sido mejor, aunque no radicalmente distinto al erasmiano como una edición moderna. Pero no fue así. No se produjo el impacto y la influencia debida. La gloria, injusta, fue para el texto erasmiano alabado descarada, pero eficacísimamente, por Elzevier en su invitación al lector en la edición de 1633: Textum habes, nunc ab omnibus receptum, in quo nihil inmutatum aut corruptum damus. ¡Qué arrogancia! Una vez más se cumple el dicho de que “Dios ayuda a los malos cuando son más que los buenos”. Saludos cordiales de Antonio Piñero
Domingo, 1 de Febrero 2015
Notas
Escribe Antonio Piñero
He disfrutado mucho leyendo el último libro de Ariel Álvarez Valdés. Bien escrito, con un lenguaje sencillo y atrayente, con una presentación de las cuestiones en plan de “intriga/suspense”, es decir, el planteamiento de un enigma cuya solución está a final de cada capítulo. Y como el lector lo sabe, va leyendo cada capítulo –que no son muy extensos-- con la avidez de un lector de nivelas policíacas. Edición electrónica de la “Librería virtual San Pablo”: https://sanpablo.com.ar/comprar/product_info.php?products_id=1933&osCsid=325b0c13bd48bf7da20c02c9e8bf6c6b En líneas generales estoy de acuerdo con Ariel en casi todo (hablaré luego de un disentimiento profundo) lo que argumenta como historiador, y no me parece mal, aunque me abstengo de pronunciarme decididamente sobre las consecuencias para la vida cristiana que como teólogo extrae de prácticamente todos los textos que aclara. Señalo ahora algunas notas de lectura a través de sus quince capítulos. En el caso de Jefté, el juez de Israel que sacrificó su hija por un voto a Yahvé, capítulo 1 del libro de Ariel, me parece totalmente plausible su análisis de la historia de este personaje y su análisis de cómo los episodios del voto, de la muerte de su hija y de su incineración en pro de Yahvé son inconsecuentes – y están mal unidos al relato central-- con la nuclear nuclear de la vida del personaje en el libro de los Jueces (capítulo 11). Es también plausible el porqué ofrecido por Ariel de los designios sesgados del autor deuteronomista, que ha añadido el episodio del voto en pro de una concepción particular de la historia de Israel. Cuando no existía la monarquía el pueblo de Israel vivía mucho peor, de modo que sutilmente ensalza la realeza (davídica), con lo cual está también justificando el papel real del futuro mesías, que ha de nacer de la semilla de David. Encantadora la lectura de la historia de Tobías, el primer ciego curdo en la Biblia, el modo de contarla por parte de Ariel, y la enseñanza final extraída por el autor de su lectura en conjunto del libro: Dios no nos deja solos: “Simplemente, bajo la forma de una novela sapiencial, el autor quiso mostrar cómo en la vida ordinaria de toda persona actúa siempre la providencia de Dios”. Convincente el capítulo dedicado al milagro de Jesús andando sobre las aguas. Su crítica al estudioso norteamericano Doron Nof, que “demoró más de una década en llegar a una solución obsoleta, ya que la investigación bíblica hace tiempo que había abandonado este tipo de explicaciones” es totalmente pertinente. Ariel ridiculiza --criticando la solución de Nof (Jesús caminó en circunstancias muy especiales sobre un trozo de hielo formado en el Mar de Galilea)-- los intentos pseudo racionalistas de explicar los milagros de Jesús en contra de las leyes de la naturaleza. Estoy, pues de acuerdo, pues como señala el autor, esta explicación, y otras “suponen que los discípulos eran tan tontos que no se dieron cuenta de lo que pasó, y pensaron que era un milagro, ya que el relato dice que “ellos quedaron completamente estupefactos” (Mc 6,51). Y para peor, Jesús habría consentido que se creyeran semejante engaño”. La crítica de Ariel ha de aplicarse igualmente a las explicaciones naturalistas del milagro del cruce de las aguas en el libro del Éxodo, a las historias del diluvio en el Génesis o la destrucción de Sodoma y Gomorra. Pero –atención-- hay explicaciones de dos clases: una que dan una aclaración naturalista del milagro y afirman que el hecho en sí, por ejemplo, Moisés y sus exiliados caminando a pie enjuto por el “Mar de las Cañas”, sucedió tal cual lo narra la Biblia, aunque tenga su explicación natural; mientras que otras ---que si son aceptables—ofrecen explicaciones puramente geológicas de fenómenos que ocurrieron en el entorno de la cuenca del Mediterráneo oriental hasta el mar Negro y el Mar Caspio en tiempos pretéritos y que pudieron dar origen a mitos muy antiguos, no hebreos específicamente, sino sumerios, o acadios, como el diluvio o la destrucción de las dos malvadas ciudades por una “lluvia de fuego y azufre”. La solución o aclaración de Ariel al milagro de caminar sobre las aguas me parece excelente: “La caminata de Jesús no fue un hecho “sobrenatural” ni tampoco “natural”, sino que simplemente no se produjo. Por eso no debe tomarse literalmente, como si se tratara de una crónica histórica. Es más bien un relato compuesto por las primeras comunidades cristianas para transmitir una idea teológica”. Con ello admite nuestro autor que existen leyendas puras y duras, no históricas, aunque presentadas por los autores bíblicos como tales, en los libros sagrados, porque la revelación se hace con los hombres de una época que tenían esa mentalidad y no la nuestra. Me convence también la idea de Ariel sobre que el mensaje evangélico sobre la eucaristía cristiana, que empezaba en la multiplicación de los panes y terminaba en la caminata sobre el mar, “exponía cómo los cristianos, que se hallaban en el ‘desierto’ de sus vidas, sintiéndose solos y experimentando hambre de muchas atenciones, podían alimentarse con un pan especial que les ofrecía la Iglesia, multiplicado gracias al poder de Jesucristo. El segundo milagro en concreto, la caminata marina, ilustraba de qué manera Jesucristo se hacía presente en aquel grupo que había comulgado, y que luego se había lanzado a la oscuridad de la noche, en medio de un mundo hostil que le impedía remar y avanzar. Aun cuando se encontraran en la situación más caótica y perturbadora, como era el mar para los judíos, Jesús hallaría la forma de ‘presentarse’ ante ellos para infundirles ánimo y calmar sus temores”. Me parece que está bien señalado mensaje qué quiso transmitir el Evangelio. El episodio del tributo al César está desentrañado en una línea que --creo—empieza poco a poco a gozar de un cierto consenso entre los estudiosos. Escribe nuestro autor: “En conclusión, si bien Jesús era un hombre de gran valentía e integridad moral, también era astuto. Sabía que no convenía exponer de modo directo su pensamiento a los interrogadores, porque tal respuesta habría significado su captura y condena inmediata. Por eso replicó con una frase ambigua y enigmática. Pero ambigua únicamente para quienes no conocían la teología de que Israel era sólo propiedad de Dios. Es decir, para los romanos. En cambio para la gente quedó en claro que la declaración de Jesús fue: no corresponde pagarlo”. La estrategia fue tan brillante que, como revela el Evangelio, la gente “quedó maravillada con su respuesta” (Mc 12,17). Y añade: “Sin embargo cuatro décadas más tarde las comunidades cristianas, que conocían el mensaje original de Jesús, tuvieron que traducirlo y aplicarlo a una forma de sociedad diferente, organizada y bien constituida jurídicamente como era la romana. No pretendieron modificarlo, ni falsearlo. Al contrario. Como entendían perfectamente la mentalidad de Jesús y lo que él había querido decir, sabían que su doctrina había estado influenciada por las condiciones históricas que le tocaron vivir. Sabían también que si Jesús se hubiera hallado en el ambiente en que ahora ellos estaban, habría predicado de otra manera. Por eso Marcos recogió una adaptación del mensaje de Jesús, y la volcó en su Evangelio. Quienes son creyentes (no simples historiadores), y por lo tanto admiten que los Evangelios son también palabra de Dios inspirada a los hombres, no tienen dificultad en aceptar que Marcos escribió una ‘adaptación’ de las enseñanzas de Jesús por inspiración divina, ya que eran ésas, y no las palabras ‘históricas’ de Jesús…, las que en ese momento debían oírse en su comunidad. Estas palabras de nuestro autor justifican el intento de la crítica histórico-literaria de los evangelios en su búsqueda del Jesús histórico, y dejan a la vez un regusto de escepticismo sobre la fiabilidad de los evangelios, puesto que en muchas ocasiones –se puede pensar-- adaptarían más de la cuenta. Respecto al primado de Pedro y la discusión sobre Mt 16,16, debo mostrar mi discrepancia --aquí sí que, creo, radical con algunas interpretaciones de nuestro autor de la teología paulina y petrina. Sostiene Ariel que “Desde su “conversión”, san Pablo había comprendido que los cristianos ya no estaban sometidos a la ley de Moisés. Se hallaban libres de las prescripciones judías, y no tenían por qué practicar la circuncisión, ni las normas dietéticas, ni el descanso del sábado. Pablo afirmaba que la muerte y resurrección de Cristo los habían liberado de todos esos ritos, y que bastaba con creer en él y seguir sus enseñanzas para ser un buen cristiano. Muchos creyentes aceptaban esa postura, porque ayudaba a los paganos a convertirse al cristianismo y les simplificaba su práctica religiosa”. Opino que es esta una interpretación radicalmente errónea por falta de especificación: ni Pablo se convirtió a nada, salvo a vivir su judaísmo en el mesías, y sólo supo de su “llamada” para proclamar el evangelio del Hijo a los gentiles, ni jamás Pablo extendió esa libertad sobre la ley de Moisés a todo converso a le fe en Jesús, judíos incluidos que parece dar a entender el párrafo transcrito. Solo los gentiles –nunca los judíos—convertidos al mesías están libres de cumplir la ley de Moisés completa. Hay en la Ley dos partes: una eterna y universal y otra específica para los miembros de la Alianza. Los judíos conversos, la observancia de la Ley, y por tanto, para Pablo mismo era absolutamente obligatoria. Son estos postulados que explico largamente, con la aclaración de abundantes textos, en la obra –que espero salga en abril o principios de mayo— “Guía para entender a Pablo. Una interpretación del pensamiento paulino”, y que dará lugar, supongo, a una fuerte discusión. Y segundo, no puedo admitir, por el mismo argumento básico, lo que escribe Ariel a propósito del conflicto de Antioquía entre Pablo y Pedro: “Pedro por un lado, rechazó la posición extrema de Pablo, que eliminaba todas las leyes judías de la comunidad cristiana. Pero por otro también descartó la línea radical de Santiago, que pretendía imponer a todos las normas del Antiguo Testamento, lo cual desalentaba la conversión de los paganos. Asumió, pues, una postura más equilibrada entre las dos visiones, y propuso una solución intermedia: aceptó que algunas normas de Moisés debían ser observadas por los cristianos (como decía Santiago), pero eliminó el rito de la circuncisión y otras normas judaizantes (como proponía Pablo). De esta manera, la iglesia de Antioquía quedó marcada por la posición petrina de pensamiento, y Pedro se convirtió en el referente teológico por excelencia de los cristianos antioquenos”. Y no puedo admitirlo por el mismo argumento de fondo: ni Pablo “eliminó todas las leyes judías de la comunidad cristiana”, ni fue Pedro el “inventor” de que los gentiles no tenían que cumplir la ley de Moisés. Entre otras razones porque eso supone creer en la historicidad de fondo de Hechos 10 (visiones de Pedro y conversión del pagano Cornelio bautizado por Pedro), que es totalmente legendario e irenista por parte de Lucas/Hechos, inventado para tender puentes entre petrinos y paulinos = Pedro actúa como Pablo (cap. 10) y Pablo habla como Pedro (cap. 13. Discurso en Antioquia de Pisidia). Espero que cuando salga mi interpretación de Pablo, discutiremos más tranquilamente. Por ahora solo pongo en guardia que no creo que este capítulo del libro de Ariel interprete correctamente a Pablo, ni a Pedro. Por tanto, también pongo en duda el siguiente juicio “Mateo puede justificar la teología y la estructura que había en su Iglesia de Antioquía, diciendo que estaba fundada sobre el pensamiento de Pedro. Por ello conservaba la garantía de la voluntad histórica de Jesús”… Interpreto: ¿acaso quiere decir Ariel que Jesús dio a Pedro el poder de que este estableciera como norma en la iglesia de Antioquía lo que él, el Jesús histórico, jamás hizo en vida, ni lo pensó probablemente jamás, es decir, eximir a los paganos de la circuncisión? Lo pongo en duda. Respecto al capítulo sobre Santiago, el hermano del Señor, veo plausible que como explicación psicológica –dentro de una imposible explicación histórica del fenómeno de las apariciones de Jesús—se pregunta Ariel: ¿Qué hizo cambiar a Santiago de postura, es decir, de considerar un loco a Jesús (Mc 3,20) y luego pasar a ser seguidor suyo? Y responde: “San Pablo lo cuenta en una de sus cartas: tuvo una visión de Jesús resucitado (1 Cor 15,7). No sabemos cómo fue. Pero aquella experiencia lo impactó de tal manera, que terminó abandonando su incredulidad y aceptó a Jesús como Mesías y salvador de Israel. Por eso, el día de Pentecostés, lo encontramos ya integrado al grupo de los fundadores de la Iglesia (Hch 1,13-14)…A partir de ese momento, Santiago se convirtió en un fervoroso difusor de las ideas de Jesús, en Jerusalén”. También es iluminadora la explicación de por qué se denomina Lucifer al Diablo, que creo es ya opinión común entre los exegetas: “¿Cómo se produjo tan lamentable confusión? Debido a la mala interpretación de un pasaje de la Biblia. En el libro del profeta Isaías existe un antiguo himno, no compuesto directamente por Isaías (quien vivió en el siglo VIII a.C.), sino por un poeta judío doscientos años más tarde, hacia el año 562 a.C. El poema gustó tanto en su época que terminó incluido en el libro de Isaías como si lo hubiera escrito éste… Así, la fantasía judía terminó atribuyendo la sátira conmemorativa de los funerales del rey babilonio, a la caída del Diablo al infierno. Por eso alrededor del año 50, en una obra apócrifa llamada El 2º Libro de Henoc, encontramos ya relacionado este himno con la figura de Satanás…. Más tarde tal interpretación judía pasó al cristianismo, y comenzó a extenderse entre los Santos Padres y escritores de la Iglesia. Tertuliano († 220), Orígenes († 255), Agustín de Hipona († 430), y muchos otros, están convencidos de que el Lucero de Isaías no es otro que Satanás expulsado de la presencia divina. Muy interesante la aclaración –muy novedosa para las gentes, incluso las que saben que el nombre de Lucifer aplicado al Diablo no está en la Biblia-- es lo siguiente: “Siguiendo la práctica del Nuevo Testamento (llamar lucero de la mañana a Jesús en el Apocalipsis y en 2 Pedro), algunas comunidades cristianas comenzaron a llamar Lucifer a Jesús. Por ejemplo el poeta cristiano Prudencio (de fines del siglo IV), en su famosa obra Psychomachia, compuesta alrededor del año 395, escribe: “No tiemblen, hombres; / el que da la vida, también la sostiene; / busquen a Lucifer, alimento del dogma celestial, / para que, aumentando la esperanza, / la llene de vida eterna”. Como ven por estos comentarios a vuela pluma, me parece que quedará muy claro al lector que el libro de Ariel que comentamos, merece la pena ser leído. A mí me ha interesado mucho y yo recomiendo encarecidamente su lectura. Saludos cordiales de Antonio Piñero Universidad Complutense de Madrid Www.antoniopinero.com
Viernes, 30 de Enero 2015
Notas
Escribe Antonio Piñero
Mi pregunta es en base a varias obras. Una de éstas es el "Evangelio de Acuario" por Levi H. Dowling, el cual es un libro escrito en 1908 que afirma ser la historia verdadera de la vida de Jesús, incluyendo los dieciocho años "perdidos" silenciados en el Nuevo Testamento. El relato sigue al joven Jesús a través de lugares como India, Tíbet, Persia, Asiria, Grecia y Egipto. El autor parece haber practicado meditación durante varios años para poder leer los "registros akásicos", materia sutil donde estaría registrado todo hecho del pasado. Las otras obras son “Jesús murió de viejo” de Holger Kersten y “Jesús vivió y murió en Cachemira” de Andreas Faber-Kaiser. La pregunta es: ¿Existen fuentes fiables que Ud. conozca y haya estudiado donde se pueda inferir de la estadía del personaje Jesús por esos lugares o son meras especulaciones de los autores de dichos libros? Respuesta: Para los historiadores “normales” y “científicos”, al menos tal como se entiende en la Universidad, y por gente no religiosa, sino escéptica y agnóstica, o confesional y respetuosa, no existen tales registros akásicos. Especulaciones sobra la vida de Jesús hay a cientos, y lo mismo se dice una cosa que otra. Un historiador de la Antigüedad no tiene más fuentes que la arqueología y los textos de épocas más o menos cercanas a los hechos o que recogen tradiciones que parecen verdaderas a al luz de la crítica. Y respecto a esos años de Jesús no se sabe nada absolutamente. Nada. Ni siquiera los dos capítulos iniciales de los evangelios de Lucas y de Mateo dicen casi nada que sea considerado histórico por los historiadores. ¿Cuánto más esos frutos de meditaciones, lecturas de registros fantasiosos, y de la imaginación más o menos desbocada. Además no olvide el interés económico de quienes propalan semejantes a fabulaciones. No haga, pues, caso y dedíquese a estudiar a Jesús con las fuentes de las que disponemos, los cuatro evangelios canónicos, los más cercanos a Jesús y olvídese de los demás. Eso sí teniendo en cuenta siempre la crítica histórica y sus métodos ya contrastados y los avances de la ciencia histórica durante los últimos 250 años. Pr.:¿Qué relación tenía Jesús con las mujeres? Si no es mucha molestia, ¿puede darme bibliografía? He escrito un libro entero sobre el tema, reeditado en 2014 en Trotta y fácilmente accesible (vea mi página web o catálogo de Trotta). Mis conclusiones son: • Jesús nada dice respecto al papel de su madre, o sus hermanas, que revolucione las concepciones de la maternidad o fraternidad femenina en su época. • Jesús defiende el matrimonio monogámico y la doctrina tradicional de su tiempo sobre la familia basado en un modelo patriarcal judío. Jesús solo se alinea con una de las escuelas judías más rígidas de la época. En este caso no aporta ninguna idea personal. • Aunque Jesús defiende la superioridad de la “familia espiritual” sobre la “carnal”, ello no supuso ataque alguno por su parte a las estructuras vigentes de una familia “patriarcalista”. • La enseñanza de Jesús sobre el divorcio/repudio no se plantea modificar las funciones tradicionales de la mujer en Israel. La postura de Jesús al respecto se acomoda tanto al fariseísmo más estricto como a cierta línea entre los esenios. Cuando Jesús cita abreviadamente el libro del Génesis, capítulos 1 y 2, asume (desde el punto de vista hoy, acríticamente) tanto el espíritu igualitario de Gén 1,27 como el espíritu subordinacionista de la mujer respecto al varón de Gén 2,18-25. Pero todo dentro del marco mental de la época. • Las parábolas y otros dichos de Jesús presentan a la mujer normalmente en su función secundaria en la sociedad sin ofrecer doctrina alguna para modificar la situación. • No se recoge en los Evangelios ninguna proclamación de igualdad esencial en funciones, naturaleza, libertad por parte de Jesús, ni en sus acciones durante su vida pública se manifiesta tendencia alguna teórica similar. • El que Jesús haya curado también a mujeres, y con especial desvelo y ternura si cabe, no significa una proclamación de la necesidad de cambiar el injusto reparto de los roles sociales en la sociedad de su época. En frase lapidaria de J. R. Esquinas: “Curar a una mujer no puede considerarse un acto de liberación feminista”. “A lo sumo, indica que la salvación que trae la acción de Yahvé en la historia también afecta a las mujeres” (p. 214), cosa que nadie en Israel discutía. • La tradición sobre María Magdalena como discípula predilecta del Revelador Jesús se desarrolla sobre todo tras la muerte de este y pasados decenas de años, quizá un centenar. No puede atribuirse al Jesús de la historia la atribución de un papel relevante a este personaje en su grupo escatológico, porque el Evangelio de Juan, el único que parece defender esta postura, la pinta en realidad como una discípula imperfecta que pasa a la fe perfecta solo tras atender a las palabras del Revelador. • Los Evangelios gnósticos no prueban fehacientemente un matrimonio entre Jesús y María Magdalena. Tampoco encontramos en ellos proclamas igualitarias y feministas en el ámbito social. Sí hay, sobre todo en el Evangelio de María, un movimiento en pro de la igualdad entre varones y mujeres en el discipulado de Jesús y en pro de la validez igual de la doctrina recibida por las mujeres. Semejantemente se defiende el derecho de éstas a enseñar. • Las figuras principales del grupo de Jesús son doce varones que representan a las tribus del Israel restaurado. No parece que hubiera mujeres en los puestos principales entre los primeros seguidores de Jesús. • El encargo por parte de Jesús de la predicación de la inminente venida del reino de Dios es a solo varones. Por tanto: • El “mítico mensaje igualitario de Jesús de Nazaret no existió nunca. Y tampoco en el cristianismo primitivo, el grupo que se constituye inmediatamente, tras su muerte”. • Que Jesús fuera el primer feminista expreso de la historia es un auténtico “mito fundacional moderno” que influye necesariamente en la plasmación correspondiente de una imagen falsa del Jesús histórico. • Es igualmente mítica la idea de que estos felices comienzos de un cristianismo igualitario fueron echados irremisiblemente a perder sobre todo por el desarrollo de la nueva religión hacia un movimiento protocatólico, con su episcopado jerárquico y machista al frente…, y por su acomodación al espíritu machista del Imperio romano. No han quedado huellas en la tradición textual del Nuevo Testamento y en las obras inmediatamente posteriores, como los primeros Padres Apostólicos, de que los varones al mando de la jerarquía eclesiástica hubieran censurado y eliminado de la vida y enseñanza de Jesús algunos actos positivos en favor de las mujeres, así como de la presencia de éstas en el inicio del movimiento. Tomado de Jesús y las mujeres. Aguilar-Santillana, Madrid, 2008, 284 pp. ISBN: 978-83-03-09901-2. Reedición Trotta, Madrid 2014, 253 pp., ISBN 978-84-9879-501-1. Pregunta: La presente es para preguntarle si en realidad este texto: Mat 28:1 oce de sabbaton, to epifoskouse eis mian sabbaton, significa el primer día de la semana o en realidad significa el primero de los sabados segun el contexto de las fiestas judias al igual que otros textos que tienen la misma expresión. Le estaria muy agradecido por su repuesta. Respuesta: Significa “el primer día de la semana”. Aquí, por metonimia (literalmente “con (otro) nombre”) se emplea la parte significativa, el sábado, en vez de decir la “semana”. Probablemente los judíos corrientes no utilizaban nombres concretos para cada día, sino un sistema parecido al portugués, “Segunda.. Quarta… Feira”, hasta el sábado. Saludos cordiales de Antonio Piñero. Universidad Complutense de Madrid Www.antoniopinero.com
Miércoles, 28 de Enero 2015
Notas![]()
Hoy escribe Gonzalo Del Cerro
Homilía XI Cuarto día en Trípolis La obsesión de Pedro se apoya en el rechazo de la idolatría. Frente a esa actitud se alza el hecho de que el hombre es y representa la imagen de Dios. Un afán presente en la historia de la humanidad es la mirada hacia un ser supremo que lleva las riendas del universo, al que todos llaman Dios. Los distintos pueblos y las diversas civilizaciones han señalado realidades muy diferentes en su deseo de dar culto a ese ser. Pero las divergencias han sido profundas y hasta contradictorias. Elementos como el sol, ciertas plantas, fuentes o determinados animales han ocupado la cima del poder sobre el universo. Y en otros ambientes, los ídolos resultaban ser muy diversos en su origen y su significado. En busca de la imagen de Dios Los hombres sabían que debían honrar a personajes divinos, así calificados en base a razones muy divergentes. Pero la historia demostró que esa imagen de Dios que los humanos buscaban y trataban de honrar con honores divinos se apartaba cada vez con mayor evidencia de la imagen de Dios, una imagen que el Creador quiso reflejar en el hombre. Algunos atribuyen a Dios la existencia de la idolatría, porque su poder infinito podría evitar esos desvíos de los hombres hacia realidades supuestas como divinas. Podría, sin más, eliminar a todos los seres que han sido adorados a lo largo de la historia humana. Los creyentes en un Dios supremo responden que en tal caso, dejarían de existir realidades insustituibles en la vida de la humanidad. Muchos “dioses” no reflejan la imagen de Dios Desaparecerían entonces el sol, la luna, el agua, la tierra, las montañas, los árboles, las semillas, e incluso el hombre, como era el caso de Egipto. Era preciso que Dios no hubiera dejado nada, ni siquiera a nosotros, para que no hubiera nada que fuera adorado o que adorara. Eso es lo que verdaderamente quiere que suceda la terrible serpiente que está oculta dentro de vosotros y que ni siquiera se abstiene en estos casos. Pero no será así, clama el autor del texto, pues nada peca el que es adorado, sino que padece violencia de parte del que quiere adorarlo. Y aunque se dé un juicio injusto de parte de todos los hombres, no se da de parte de Dios. Ya que no sería justo que recibiera el mismo castigo el que sufre que el que hace sufrir, a no ser que aquél acepte de buen grado el honor debido al único que realmente lo merece (Hom XI 6). La paciencia de Dios y el libre albedrío del hombre Lo que pasa es que Dios es eterno y no está sujeto a prisas ni aceleraciones. Tiene paciencia con todos los que viven en la impiedad, como padre compasivo y filántropo, pues sabe que los impíos pueden volverse piadosos. Y muchos de los que veneran a los seres infames e insensibles, volviéndose moderados, cesan de venerarlos y de pecar; y acudiendo al Dios verdadero con oraciones y buenas obras, obtienen la salvación hasta los griegos más recalcitrantes. Y es que todo en la vida de los hombres depende en proporciones inmensas del libre albedrío. No puede decirse que la conducta del hombre está determinada de forma fija por Dios o por el horóscopo. Si todo estuviera fijado por Dios, se concluiría que Dios era responsable de fornicaciones, insolencias, ambiciones y toda clase de blasfemias. En cuanto al horóscopo o destino señalado por la posición de los astros en el momento del nacimiento, ya hemos hablado de la serie de absurdos que se seguirían y que no se dan en la historia real de las civilizaciones. “Y no digáis que Dios no reclama ningún honor. Pues si él no reclama nada, no reclama nada, era preciso que vosotros miréis por lo que es justo correspondiendo con palabras agradecidas al que nos ha favorecido en todo.” (Hom XI 8,5). La realidad de la creación es el gran argumento a favor de Dios A pesar de todo, Dios es un Dios celoso, como dice la Escritura. No es que necesite ni de la gratitud ni del honor que puedan prestarle los hombres. Pero al ser autosuficiente, no necesita nada de nadie ni sufre daño. Propio del hombre es el poder ser ayudado y dañado. “Pues de la misma manera que el César, ni cuando se habla mal de él, sufre daño, ni cuando es objeto de gratitud, reporta utilidad, sino que el que es agradecido se libra de peligro, y el que habla mal de él, perece, así también los que hablan bien de Dios en nada le favorecen, sino que se salvan a sí mismos, igualmente también los que blasfeman de él no le causan daño, sino que perecen” (Hom XI 9,6). Daludos cordiales. Gonzalo Del Cerro cg[
Lunes, 26 de Enero 2015
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Editado por
Antonio Piñero
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Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.
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