Notas
Hoy escribe Fernando Bermejo
En un post anterior señalábamos la relevancia de la obra del judío liberal Abraham Geiger, que publicó en 1864-1865 su Das Judentum und seine Geschichte (El judaísmo y su historia), en la que recogió una serie de 34 conferencias públicas, publicadas primero en la “Revista judía de Ciencia y Vida” y luego en dos volúmenes. Una de las contribuciones importantes de Geiger fue que, a diferencia de las visiones típicas, describió a Jesús como uno de los fariseos de su tiempo. Para ello, presentó un retrato extenso del rabino del siglo I, Hillel, como un paralelo cercano a Jesús –aunque aquel, a juicio de Geiger, habría sido superior a este–. Al fin y al cabo, ¿acaso no dijo Jesús a los suyos que hicieran lo que los fariseos predicaban? En este retrato de Jesús como fariseo, Geiger aceptó como legítimas solo aquellas enseñanzas que estaban de acuerdo con su propia visión sobre la naturaleza del fariseísmo; así, por ejemplo, las insinuaciones de que Jesús se consideró mesías eran probablemente auténticas porque otros rabinos en la antigüedad hicieron reivindicaciones similares. No obstante, la dimensión exorcista de Jesús no procedería del fariseísmo. A diferencia del tranquilo Hillel, Jesús habría poseído algunas características derivadas del extremismo religioso predominante en Galilea, una región en la que campaban las tendencias apocalípticas. En otras palabras, el Jesús de Geiger es un fariseo cuyo mensaje estuvo teñido de (Geiger habría dicho: corrompido por) influencias galileas. Así, Jesús es presentado como un hombre que compartió las esperanzas de tu tiempo y que creyó que estas esperanzas se cumplían en él. Jesús no introdujo enseñanzas novedosas que fueran más allá del judaísmo ni derribó las barreras de la nacionalidad. En esto, Geiger siguió la senda de estudiosos judíos anteriores, y es seguido -con mayor o menor consistencia- por la investigación crítica contemporánea. Saludos cordiales de Fernando Bermejo
Miércoles, 4 de Marzo 2015
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Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.
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