CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero
Hoy escribe Antonio Piñero


Pregunta:

Me queda una cierta laguna, ya que por una parte por más que investigo, llego a la conclusión de que realmente Galacia nunca existió como tal, con ese nombre y por ende, los Gálatas a los que Pablo escribe tampoco. La pregunta sería entonces ¿Cometemos un error al decir que Galacia no existió? Sabiendo de antemano que la población de la que hablamos estaba formada por celtas y galos. ¿Qué interés tendría Pablo de escribir a los celtas o galos? ¿Es posible que él estuviera escribiendo a otro público totalmente diferente del que el cristianismo a comprendido? Estoy absolutamente convencido de que sí, pero necesito saber con claridad, por eso acudo a usted profesor, de si cometo algún error al aseverar que Galacia nunca existió.

Respuesta:


Sí lo comete y grande, por ignorar la investigación y la historia del Imperio Romano. Por favor, investigue por medio de grandes diccionarios de la Altertumswissenschaft, por ejemplo, la Real Enzyklopädie de Pauli-Wisowa, que habrá traducciones al inglés. Y una buena historia del Imperio Romano. Busque en la Wikipedia inglesa y allemna y que alguien se lo traduzca
Los gálatas entraron en Galacia hacia el 280 ac . Y en tiempos de Pablo estaban totalmente helenizados. Sólo hablaban griego. Su capital era Ancira/Ankyra, hoy Ánkara.


Pregunta:

Me atrevo a pedirle una recomendación sobre el libro de urantia. ¿Cree usted que lo ahí descrito sobre la vida de Jesús puede sostenerse históricamente? Francamente, que nos cuenten la historia de los años perdidos de Jesús es muy tentador y es difícil resistirse. Pero ya que la vida es corta, y mi intención es acercarme a la realidad de los hechos en todo lo posible, no quiero perder el tiempo leyendo algo que sólo es una invención. ¿Es posible que esa historia del viaje por el Mediterráneo este basada en textos reales, o es simplemente ciencia ficción? Un saludo, y muchas gracias,


Respuesta:

Ese libro es muy fantasioso: absolutamente legendario, con algunos detalles tomados de los evangelios apócrifos. Y es la base de la que ha copiado/ se ha inspirado J.J. Benítez para su “Caballo de Troya”, en unos diez volúmenes de éxito. No se crea nada de lo que dicen ni uno ni otro.

Me atrevo a recomendarle algo serio sobre la Vida oculta de Jesús y es un libro mío, que acaba de salir en su 3ª edición totalmente reformada y ampliada: “La vida de Jesús a la luz de los Evangelios Apócrifos”, Editorial Los Libros del Olivo, Madrid 2014. Consulte la página web de esta editorial.

Pregunta:

¿Qué formación pudo tener Jesús? ¿Sabía leer?

Respuesta:

Jesús fue un maestro de éxito en Galilea y Jerusalén; Lucas (4,16-30) afirma que leyó y comentó las Escrituras en un oficio religioso, un sábado, en la sinagoga de Nazaret. Marcos sostiene que la gente se admiraba extraordinariamente de su sabiduría (1,22)

De ello puede deducirse que Jesús no era un artesano analfabeto, sino que sabía, al menos, leer y escribir. En el Evangelio de Juan (7,15: “¿Cómo es que éste tiene conocimientos de la Escritura [literalmente “sabe letras”] si no ha estudiado?”) parece indicarse, que era de conocimiento público, por un lado, que Jesús no había frecuentado ninguna escuela “rabínica” y, por otro, que debía saber leer y escribir porque utilizaba bien los textos de la Escritura como argumentos teológicos.

Es bastante seguro que en época de Jesús casi todos los judíos varones –que tuvieran padres mínimamente religiosos-- sabían leer y escribir, y que lo aprendían normalmente en las escuelas adjuntas a la sinagoga, leyendo y memorizando, como los musulmanes actuales, el texto de los libros sagrados.

Jesús debió de tener intereses religiosos desde muy pequeño. Su propia familia debía de ser muy piadosa, tal como lo pinta Lucas en el “evangelio de la infancia, sobre todo el capítulo 2: visitas al Templo, purificación de María y sacrificios en cumplimiento de la Ley. Por ello la familia debió de proporcionar los fundamentos básicos de la educación religiosa de Jesús.

No es improbable que éste atendiera con gran presteza las lecturas de los oficios religiosos de los sábados en la sinagoga, donde se leían y comentaban párrafos selectos de los textos sacros porque le interesaba mucho la religión. Así debió de aprender lo que necesitaba para su posterior vida de predicación.

Como Jesús ejercía un oficio, tenía que saber algo de cuentas y de letras, al menos para extender recibos.

Saludos cordiales


Jueves, 6 de Noviembre 2014
Hoy escribe Antonio Piñero


Pregunta:


Tal ves podría ayudarme con el tema de los diezmos, quisiera saber si Jesús lo abolió o no, y también con lo de Pablo. gracias.


Respuesta:

Ciertamente Jesús no los abolió porque Jesús no pretendió jamás fundar una nueva religión, sino reformar y pulir el judaísmo. Jesús predicaba el advenimiento inminente de un reino de Dios que vendría a la tierra de Israel. El que se arrepintiera y cumpliera toda la ley de Moisés, entendida en profundidad y sin problemas con las pequeñeces de ella muy discutidas, entraría en el reino de Dios.

Pablo, igualmente no abolió los diezmos para los judíos que creían en Jesús como Mesías, ya que seguían siendo judíos. Pablo tampoco pretendió fundar religión nueva alguna sino vivir su “judaísmo en el mesías”. Para Pablo el judeocristianismo, una vez venido el Mesías era la única manera de vivir el judaísmo



Pregunta:

Tengo varias obras suyas: como leer el nuevo testamento,apocrifos de los hechos de los apóstoles, textos gnósticos biblioteca de nag hammandi 1,ahora bien me gustaría que me recomendará un libro de intruduccion al antiguo testamento
Que me dice de introducción al antiguo testamento de otto eissfeldt?
Ediciones cristiandad.

Una pregunta por qué el canon cristiano no acepto el documento Q,osea por que no es parte del canon cristiano.?


Respuesta:

Le recomiendo vivamente la obra de Otto Eissfeldt. Pero que sepa que ahora, tras los descubrimientos de Qumrán hay muchas cosas que están en ese libro un tanto atrasadas.

A ese propósito, le consejo que siga las publicaciones del Prof. Dr. Julio Trebolle de la Universidad Complutense de Madrid

El Nuevo Testamento no puede aceptar el “Documento Q” o “Fuente Q”, porque no hay ningún manuscrito de él. Es sencillamente una hipótesis científica para explicar los enormes parecidos de algunas perícopas de Mateo y Lucas, también cuando no están copiando de Marcos. Tiene información en la “Guía para entender el Nuevo Testamento” y en la obra de Santiago Guijarro, “La fuente Q” en Ediciones Sígueme, Salamanca, hacia 20110 (consulte Internet)


Pregunta:


Hola profesor. En estos días han surgido noticias que una universidad de Inglaterra compró el Codex Zacynthius. Texto que esta relacionado con el nuevo testamento. ¿Ud. tiene algún conocimiento sobre el mismo? ¿Es de tipo gnóstico? Saludos



Respuesta :

El Codex Zacynthius (designación técnica Ξ 040) ha estado siempre, o desde hace mucho, en tiempos modernos en Londres (British and Foreign Bib. Society 24). Es un palimpsesto. Luego ha pasado a la Universidad de Cambridge. Signatura = Univ. Libr. BFBS Mss., 213, y solo contiene el Evangelio de Lucas, caps. 1 al 11, y muy fragmentario. Es de la Categoría III (Nestle-Aland), es decir, del tipo textual bizantino o eclesiástico, de no mucho valor textual-crítico, pero que contiene algunas lecturas interesantes, pero que no se saben de dónde provienen.

Es, pues, un texto del Nuevo Testamento, y no puede ser gnóstico. Jamás un manuscrito del Nuevo Testamento puede ser gnóstico, porque entonces no sería un manuscrito del Nuevo Testamento, sino una obra gnóstica.

Tiene información en la Edición 28 de Nestle-Aland (Nuevo Testamento griego) p. 803, y en la 123, de la obra de K. y B. Aland, “Der Text des Neuen Testaments”, Deustche Bibel Gesellschaft, 1989. Consulte el índice de esta obra.



Pregunta:

Lo he escuchado en algunas conferencias y debates que Ud. no cree en los extraterrestres, mi pregunta seria: ¿Por qué?


Respuesta:

Porque no está probado científicamente que esos personajes existan.



Pregunta:

a- ¿Cuáles de los grupos cristianos primitivos (judeocristianos, paulinos o gnósticos) puede ser considerado el primero en surgir?
b- b- ¿Cómo consideraban los cristianos gnósticos al personaje de Jesús?
c- ¿Cómo un personaje real e histórico o simplemente como uno mítico encargado de la transmisión de la "Gnosis" (Conocimiento)?




Respuesta:


Sin duda alguna el judeocristiano de Jerusalén y Galilea. Más tarde expandido a Samaria, Chipre, Antioquía. Consulte por favor los Hechos de los Apóstoles caps. 1-11

Los gnósticos pensaban que Jesús era un personaje real. La mayoría, sin embargo, opinan que su cuerpo era apariencial (docetas), que era la encarnación última del Revelador celestial, el Verbo / Logos / Hijo / Salvador / Hombre celestial (así se lo denomina según las ocasiones), que es el último escalón de los reveladores enviados por la divinidad. Tenía como dos misiones que correspondían a su ser doble, psíquico y espiritual.

El Salvador psíquico revelaba doctrinas más o menos elementales correspondientes a los cristianos normales, psíquicos; el Cristo espiritual revelaba doctrina espirituales elevadas solo para les espirituales o gnósticos verdaderos.

Consulte la "Introducción" a la Gnosis (Montserrat-Piñero) del primer volumen de Textos gnósticos. Biblioteca de Nag Hammadi, Madrid 4ª edic. Trotta 2013, o bien, más Breves “Cristianismo derrotados”, EDAF, Madrid, 2009.




Pregunta:


Me gustaría que explique públicamente en su Muro esto. Mateo 13: 41 El Hijo del Hombre enviará a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que son piedra de tropiezo y a los que hacen iniquidad; 42 y los echarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el crujir de dientes.

"Horno de fuego" aquí parece referirse al infierno. En otros pasajes se usa Gehenna (que se refiere al espantoso basurero del Valle de Hinón) y Hades (el inframundo griego).



Respuesta:


El Hijo del hombre, como sabe, es la figura mítica apocalíptica que procede del Libro de Daniel, 7,13. El evangelista Marcos es, en mi opinión, el primero que aplica a Jesús este apelativo como título mesiánico. Ciertamente Jesús se llamó a sí mismo “hijo de hombre” (no “El Hijo del hombre”), en sentido de persona humana, Lo que hizo Marcos también lo hicieron otros judíos, por ejemplo, los henóquicos consideraron que el Hijo del hombre era el profeta Henoc. Consulte, por favor, la “Guía para entender el Nuevo Testamento”, de Edit. Trotta

Pues bien, ese Jesús, afirma que todo aquel que no crea en su mensaje de la venida del reino de Dios, y no se arrepienta, irá al castigo eterno. Los evangelistas llaman al infierno de distinta manera. Probablemente Jesús utilizó Gehenna que paso a ser no un valle terreno donde se quemaban las basuras, sin el “valle” del fuego eterno e infernal.

Saludos cordiales
Miércoles, 5 de Noviembre 2014
Hoy escribe Antonio Piñero




Pregunta:

Tengo un pequeño jaleo acerca de lo que un cristiano católico acepta como lo que le ocurre justo cuando muere. Según podemos leer en el Apocalipsis de San Juan Evangelista, ¿Qué ocurre exactamente con el cuerpo y con el alma? ¿Resucita directamente? ¿Espera a ese Gran Juicio Universal? Sé que tiene grandes obras sobre Los Apocalipsis, que ya tengo en mi poder. Y leyéndolos, me ha despertado la duda. Ahora no sé si cuando un sacerdote dice... "murió con la esperanza de la resurrección ....", significa que algún día resucitará...... y se le juzgará e irá al cielo o al infierno..... o resucita directamente. Todo esto referido al Apocalipsis de San juan, entiendo que el Pueblo Judío lo mismo ni se planteaba esto. ¿Los muertos en cristo y los pecadores resucitarían para esos 7 años de tribulaciones? ¿O sólo lo vivirán los que vivan en esa época ? ¿Y después? ¿Esos mil años ?¿quién los vivirán? ¿Es la resurrección posterior a esos mil años? ¿O va después? Perdone por tales preguntas de antemano. Espero que pueda contestarme y le mando un gran abrazo. Soy admirador suyo y procuro ir a todas las conferencias. Muchísimas gracias de antemano.


Respuesta:

En primer lugar, le recuerdo que el Apocalipsis es una obra de un autor distinto al del Cuarto Evangelio, aunque se llame Juan. Su vocabulario, sintaxis, estilo y teología son totalmente distintos.

La resurrección en el cristianismo no es una vuelta a la vida en una suerte de estado espiritual, sino una resurrección en cuerpo y alma. Sólo que el cuerpo será espiritualizado para poder gozar de los bienes esencialmente espirituales del cielo (1 Cor 15).

En la doctrina católica la resurrección será inmediatamente antes del Juicio Final. No hay resurrecciones previas, parciales ni particulares.

Una primera resurrección para unos pocos selectos y durante mil años, seguida de una segunda resurrección universal es doctrina del Apocalipsis. Pero de hecho la Iglesia no la mantiene. (Es contradictorio porque eso plantea grandes problemas teológicos al aceptar o rechazar partes de un libro que está en el canon).

Consulte, por favor, la voz/lema (no se diga “entrada”) “resurrección” en un buen diccionario de la Biblia como, por ejemplo, el Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia, de la Editorial Clie, Terrasa, España, editado por Alfonso Ropero Berzosa.



Pregunta:


Me gustaría saber quien y cuando se impuso el sacramento de la confesión. Muchas gracias no solo por responder también por compartir sus conocimientos .


Respuesta.

No lo sé. La confesión, tal como se entiende ahora, ante un sacerdote, oral, y con arrepentimiento y penitencia es tardía. Sinceramente, no sé cuándo ni qué papa o concilio la estableció, porque me supera ampliamente lo que yo estudio que se centra en el siglo I a.C. y II d.C. Eso pertenece a la historia de los sacramentos, y a la de la Iglesia en general. Po favor una buena Historia de la Teología o Diccionario de Teología en la biblioteca de un Seminario o Facultad de Teología.





Pregunta:


• Ahora se ha abierto el debate sobre esta noticia que te pongo al corriente y saber tu opinión cuando puedas y sin prisa en serio, un fuerte abrazo de un gran admirador tuyo :

• http://pijamasurf.com/2014/04/confirman-autenticidad-de-antiguo-papiro-que-sugiere-que-jesus-estaba-casado/


Respuesta:


Ya he escrito sobre eso. El comentario del autor de enlace que Usted me ofrece es sumamente superficial, inexacto y fantasioso.

Reproduzco lo que ya he escrito en mi Blog o en mi obra “Jesús y las mujeres”, 2ª 2dic. Trotta, Madrid 2014, sobre ese presunto papiro copto recientemente descubierto. La tesis de K. L. King:

Hacia inicios de octubre del 2012 prácticamente toda la prensa del mundo occidental publicó la noticia del descubrimiento de un pequeño papiro, del tamaño de una tarjeta de visita, presuntamente del siglo IV d.C., escrito en lengua copta, que fue entregado a la Profesora Karen L. King, de la Universidad de Harvard, sobre el que leyó una comunicación en un congreso de coptología en el verano de 2012, cuyas ideas centrales ha ampliado en un borrador de artículo que ha de aparecer en la Harvard Theological Review en enero de 1913 .

La traducción del papiro en español es la siguiente

1 «Mi madre me ha dado la vida...
2 los discípulos dijeron a Jesús...
3 negó. María es digna de eso...
4 Jesús les dijo: Mi mujer...
5 podrá ser mi discípula.
6 Que los malvados revienten...
7 En lo que me concierne, permaneceré con
ella por...
8 una imagen…

No sabemos a qué documento antiguo pertenece este texto. Se parece, sin duda a los “discursos de revelación” o “evangelios apócrifos conservados en lengua copta”, pero no podemos saber más. La Profesora King, con un cierto afán sensacionalista, le ha otorgado el siguiente nombre “Evangelio de la mujer de Jesús”. Aunque afirma que se trata de algo puramente práctico y utilitario, es decir para designar el fragmente de un modo breve, tal denominación corre el riesgo de hacer creer a la gentes que ese evangelio ha existido en realidad… evidentemente no es así.

En el texto transcrito se lee ciertamente en boca de Jesús a sus discípulos se lee: “Mi mujer” que corresponde al copto “ta hime”. Este sintagma se utilizaba sin duda en la vida normal para expresar la relación, también normal, de marido/mujer, es decir, la convivencia marital. Téngase en cuenta, sin embargo, que quien habla en el papiro es muy probablemente Jesús el Revelador resucitado que, procedente de ámbito celeste, viene a la tierra durante un cierto tiempo (desde un día hasta 12 años, según las tradiciones) para enseñar/complementar a los discípulos los misterios del Reino de los cielos, que no hubo tiempo u ocasión de ser revelados durante su ministerio normal.
¿Cómo hay que entender “mi mujer”? Aquí vienen a colación los textos que he presentado en el presente libro hasta el momento. Según Karen L. King en el referido artículo hay que entender o presuponer lo siguiente:

1. Este papiro es el único texto antiguo que habla explícitamente de Jesús como si tuviera esposa.

2. Este hecho, sin embargo, no proporciona pruebas de que el Jesús de la historia estuviera casado, considerando la tardía fecha del fragmento (siglo IV).

3. La fecha probable de composición del original griego fue la segunda mitad del siglo II. Esto es totalmente gratuito por parte del Profesora King.

4. Al haber salido a la luz este breve texto es necesario plantearse de nuevo la cuestión del estado civil de Jesús.

5. Hay diversos pasajes del Evangelio de María (Magdalena) y del Evangelio de Felipe que puede aducirse en el sentido de que incluso los gnósticos del siglo III podrían ver el matrimonio y su sexo correspondiente como puro precisamente porque no se llevaba a cabo impulsado por el mero deseo carnal sino con una voluntad pura de asemejarse a la pura relación espiritual que los espíritus tienen en el ámbito celeste.

6. Algún que otro pasaje del Evangelio de Felipe son un indicio de que el autor de este evangelio Felipe sostenía que las relaciones de Jesús con María Magdalena eran de marido y mujer

7. Eso supone que en el siglo III, o quizás ya a mediados del siglo II había un debate entre los cristianos acerca de Jesús estaba casado…, lo que nos lleva a la posible pista que el Jesús histórico lo estuviera en realidad, aunque una posible censura en los evangelios canónicos sobre todo ha conducido a que se eliminaran las pruebas de este presunto matrimonio.

Mi opinión al respecto es la siguiente: el contenido de los números 1 y 2 son ciertos. El punto 3 podría ser teóricamente probable, aunque tiende a lo fantasioso ya que no tenemos más pruebas textuales. El 4, teniendo en cuenta que el trasfondo de este papiro es gnóstico y la profusión de páginas que hemos dedicado en el presente libro a debatir esta cuestión, me parece que lo hemos planteado ya. El punto 5 es plausible y lo hemos tratado al hablar de la concepción del matrimonio en el Evangelio de Felipe (pp. *). El 6 ha sido negado rotundamente en las páginas de este libro inmediatamente antecedentes. Y el punto 7, lo ha sido igualmente a propósito de la propuesta ya añeja de Rafael Hereza y Manuel Asensio (pp. *).

En cuanto al sintagma crucial “mi mujer” (copto, ta hime) que puede leerse en la línea 4, debemos consignar que la clave está en cómo debe entenderse. Ya he respondido otras veces a esta cuestión, a saber que debe entenderse de un modo absolutamente espiritual reducido a la relación maestro-discípulo perfecta con los análisis del Logion 61 del Evangelio de Tomás (“Has subido a mi cama y has comido a mi mesa: p. *); logia 21. 22 y 114; del Evangelio de los Egipcios sobre el cese de la función generativa de la mujer; de Las Grandes preguntas de María (El Revelador no mantiene relaciones con María Magdalena; el Evangelio de María (“El Salvador te amaba más que las demás mujeres”, y finalmente del Evangelio de Felipe (“María es su hermana y su madre y su compañera”; Jesús besaba frecuentemente [en la boca] a María Magdalena, unidas el análisis de otros textos en los que se expone la visión del autor del Evangelio de Felipe sobre el matrimonio y el sacramento de la cámara nupcial, en donde hemos concluido con no hay sexo alguno. Podemos afirmar que en la propuesta de K. L. King no hay ni una sola idea que no haya sido considerada, analizada y extraídas sus consecuencias en el presente libro.

En síntesis: el copto ta hime, “mi mujer” de este papiro no prueba nada respecto a que el desconocido autor de ese Papiro del siglo IV pensara que María Magdalena era la mujer de Jesús, ni mucho permite pensar que a mediados del siglo II los cristianos (¡gnósticos además!) discutían o no si el Jesús de la historia había estado casado. Opino que todas estas ideas nucleares en las propuestas de King son meras hipótesis, en nada novedosas, suficientemente conocidas por todos los estudiosos, y en esta ocasión presentadas al público con ribetes sensacionalistas y fantasiosos.

Queda, por último, una cuestión esencial que K. L. King no contempla: ¿y si fuera falso el papiro en cuestión? Recientemente también así lo han sugerido Francis Watson de la Univerisdad de Durham (Reino Unido)y Alberto Camplani, de La Sapienza de Roma. Los argumentos de ambos investigadores son muy parecidos. Resumo los del Prof. Watson a los que he podido tener un acceso más amplio en diversas en publicaciones en Internet . Son los siguientes:

• Sería falso no el soporte papiráceo en sí, muy difícil de falsificar, sino el contenido copiado en él. Ello puede verse tanto por el contenido como por la tinta utilizada que puede ser moderna aplicada a un soporte antiguo.

• A diferencia de otros papiros no ha sido descubierto directamente en una excavación arqueológica científicamente controlado , sino que proviene de un mercado de antigüedades, hay que adoptar precauciones, que excluyan que se trata de algo falsificado".

•El texto parece haber sido elaborado a partir de piezas pequeñas --palabras o frases-- tomadas principalmente en el Evangelio de Tomás, copto, logia 101 y 114, y ambientada en contextos nuevos. Esta dependencia es prácticamente segura. Este modo de proceder es el que utilizaría probablemente un autor moderno y no un hablante nativo de copto. Hay una línea adicional (7) tomada del Evangelio de Mateo 28,20. El autor parece haber usado la técnica de composición que se denomina hoy día "collage" o "patchwork", lo que apunta de nuevo un personaje moderno, cuyos conocimientos de copto son limitados.

• Es muy posible que el fragmento sea incompleto intencionadamente, y que sus lagunas no sean auténticamente antiguas, sino se hayan pensado así desde un principio para dar la impresión de antigüedad, puesto que no parece posible colmar las lagunas de nuestro texto con material del Evangelio de Tomás contiguo al que se cita. La impresión de modernidad se ve reforzada en la línea 1, cuya terminación parece depender de la línea divisoria de versículos del manuscrito copto de fácil acceso en las modernas ediciones impresas. A menos que esta impresión de la modernidad se vea contrarrestada por nuevas investigaciones y consideraciones, parece poco probable que el fragmento pertenezca a un evangelio originario. Watson especifica:

1) Las líneas 1 y 5 del Papiro se basan en el logion 101 del Evangelio de Tomás, quien a su vez se fundamenta en Lc 14,26. Jesús dijo: "Quien no odia a su padre y su madre por mí, no puede ser mi discípulo. Y el que no odia a su padre y a su madre a mi manera, no puede ser mi discípulo… A partir de esta materia prima el autor del Papiro ha creado las líneas: 1 "... [Puede] no sea mi [discípulo]. Mi madre me dio la vida ... " 5 "... ella puede ser mi discípulo ... " Es interesante que la línea 1 comienza en la mitad de una palabra, exactamente en el mismo lugar que en el pasaje equivalente en el único manuscrito superviviente del Evangelio de Tomas.


2) La línea 2 consiste en la fórmula introductoria siguiente: "Dijo Jesús a los discípulos". Esta fórmula no aparece en los evangelios neotestamentarios, pero sí se encuentra tres veces en el Evangelio de Tomás, logia 12, 18, 20.
3) Las líneas 3 y 4 están tomadas del logion 114 = conclusión del Evangelio de Tomás
4) La línea 7: "Yo estoy con ella, así como a ...", no es una adaptación del Evangelio de Tomás, pero probablemente sí de Mateo 28,20: “Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”

Por tanto el Papiro siempre se concibió como un texto fragmentario o mejor intenta dar la impresión de ser un texto fragmentario: fue así desde el principio. Todas estas consideraciones no prueban que el Papiro sea un falso, sino más bien suponer poner de relieve cuestiones que deben resolverse antes de que el texto pueda ser aceptado como genuino. Si es auténtico, no es imposible que otros fragmentos puedan posteriormente ver la luz.

Por todo lo expuesto, y en el momento en el que se escriben estas líneas cuando aún no se han hecho públicos los análisis definitivos de la tinta utilizada en el Papiro, el escepticismo radical es la postura más recomendable respecto al contenido de este brevísimo documento.


Saludos cordiales
Martes, 4 de Noviembre 2014
Literatura Pseudo Clementina. Las Homilías griegas.
Hoy escribe Gonzalo Del Cerro

Homilía IX

La verdadera religión

Los hechos y la experiencia de la humanidad son una clara demostración de los caminos desviados que sigue la historia. El pecado del Paraíso fue un ejemplo que se prolongó en la vida del hombre sobre la tierra. El Pseudo Clemente hace continuas referencias a esa conducta reprobable, acompañadas de recomendaciones de una rectificación buscada por Dios. Algo así como una vuelta a la vida feliz original. Las palabras de Pedro no ofrecen lugar a dudas: “En esta vida de ahora, estáis siendo afrentados por los demonios con sufrimientos horrendos, cuando llegue la separación del cuerpo, también tendréis las almas castigadas para siempre” (Hom IX 9,1).

La necesaria rectificación de la libertad humana

La perspectiva del futuro humano exige una profunda rectificación. Dada la realidad afirmada con obsesiva reiteración por el Pseudo Clemente, relativa a la libertad o el libre albedrío del hombre, es cuestión de esfuerzo y buena voluntad. Los demonios tienen ahora el poder sobre los hombres por la carencia de obras buenas. Porque el actual resultado, dice Pedro, es fruto de las malas obras. El poder que los demonios ejercen sobre la humanidad es consecuencia de la actitud de quienes les han ofrecido ventajas de toda índole. Los alimentos impuros introducen a los demonios en los cuerpos y hasta en las almas de los que no se cuidan de su futuro. Por ello, los demonios se mezclan con los que viven en el descuido de su vida trascendente.

Unión de los demonios con las almas de sus poseídos

Las almas de los hombres acaban mezcladas con los demonios hasta el punto de verse inclinadas a seguir sus caminos y sus destinos. Por esa razón, tales almas son llevadas por los demonios a los lugares que ellos prefieren. Y cuando al final de todo, los demonios sean entregados al fuego, las almas a ellos unidas serán atormentadas, mientras que los demonios se alegrarán. Pues las almas nacidas de la luz no podrán soportar las llamas, que son la esencia de la raza de los demonios, mientras que ellos se gozan especialmente al sentirse como lazos irrompibles de las almas por ellos devoradas.

Razón de la posesión diabólica

Lo que es una realidad palpable y lógica es la necesidad que sienten los demonios de entrar en los cuerpos de los hombres. Como son espíritus puros, experimentan la deficiencia de sus naturalezas para participar de ciertas ventajas de los humanos, que tienen cuerpos carnales. Los demonios “sienten deseos por la comida, la bebida y la unión sexual”. Pero como espíritus que son, no pueden realizar esos íntimos deseos. Pues para ello necesitan poseer los órganos idóneos para esas operaciones. Y como carecen de tales órganos, se esfuerzan por entrar en los cuerpos de los hombres con el fin de tener los órganos adecuados para la satisfacción de sus aspiraciones. Entrados en los hombres, consiguen tener dientes y paladar para comer y beber, así como partes genitales para la unión sexual.

La aflicción corporal

En consecuencia, un remedio para ahuyentar a los demonios es la abstinencia, el ayuno y la aflicción corporal. Si a pesar de todo consiguen entrar en el hombre para participar de estas prácticas, con la aflicción corporal son expulsados. Pero si algunos demonios se hacen fuertes y se resisten a alejarse del hombre aunque son castigados, es preciso recurrir con plegarias y oraciones a la bondad poderosa de Dios, que les ayudará para que puedan apartarse de toda ocasión impura con la fuerza de la mano de Dios que los tocará para curarlos como a quienes son puros y fieles.

El remedio para ahuyentar a los demonios es la fe

Pero el medio más eficaz de todos es la fe. Los demonios conocen perfectamente este detalle y saben que su presencia es incompatible con le fe de sus poseídos. Así lo explica Pedro en su prolija alocución: Los demonios “permanecen en los que no creen, se demoran en los que tienen una fe débil, pero con los que creen firmemente y obran bien no pueden convivir ni un momento” (Hom IX 11,2). Y es que el alma, como convertida en la naturaleza del agua por la fe en Dios, apaga al demonio como si fuera una chispa de fuego.

Por consiguiente, es tarea de cada uno comprender la forma de huida del demonio que en él mora. Pues unidos a las almas para que cada una descuide su propia salvación, infunden en la mente de cada uno pensamientos sobre lo que quieren. Pero la fe y las prácticas consiguientes anulan la voluntad de los demonios y hacen imposible su presencia en el alma de los creyentes.

Saludos cordiales. Gonzalo Del Cerro



Domingo, 2 de Noviembre 2014
Hoy escribe Antonio Piñero


Pregunta:

Quería preguntar lo que usted dice que Jesús pensaba y decía que el fin de los días era inminente ,¿como puede ser que los enviara a predicar su palabra hasta el fin de la tierra?¿ y que el fin no vendría hasta que su palabra no fuese predicada hasta el ultimo confín?.
gracias


Respuesta:

El problema planteada por esas palabras que Usted cita de un pretendido Jesús, es que son añadido de Mateo y no las pronunció jamás el Jesús histórico. Pero Mateo no las añadió porque sí, sino porque un profeta cristiano, que pensaba sinceramente tener el espíritu de Jesús las dijo en su nombre acomodando las palabras de Jesús a la situación real de la comunidad, que estaba un tanto desanimada porque no venía el ansiado retorno de Jesús para el Final. Explico este proceso en la "Guía para entender el NuevoTestamento" de Edit. Trotta.



Pregunta:


Estoy realmente interesado en cursar un Máster en Historia del Cristianismo o en formarme en dicha temática de la manera más productiva posible. Quería pedirle, siempre que el tiempo se lo permita, si me pudiera ofrecer algún consejo sobre cómo adentrarme en el estudio de la materia.

He visto algunos Másteres a distancia (en concreto el que ofrece la Universidad de Pueblos de Europa), y no sé si es una buena opción o las hay mejores. Considero fundamental, desde luego, que se enfoque el estudio desde un punto de vista no confesional.


Respuesta:



Le confieso que no conozco un Master de "Historia del Cristianismo" como tal en ninguna Universidad española.

Lo que sí hay diversos magister / master en Ciencias de las religiones, tanto en la Univ. Complutense, en la Universidad confesional San Dámaso de Madrid, y en la Univ. Pablo de Olavide de Sevilla.

Sí existen buenas obras sobre la historia del cristianismo como la de Diarmaid Mac Culloch, Historia del cristianismo/cristiandad (consulte el buscador de mi Blog para leer una reseña) y la de Editorial Trotta, dirigida por Fernández Ubiña y otros.


Pregunta:

En cuanto a las posibles reinterpretaciones teológicas, o incluso añadidos "no históricos" a la biografía y las enseñanzas de Jesús, ¿cómo se pudieron introducir en la comunidad primitiva en una época en la que todavía vivían discípulos directos de Jesús y otros testigos oculares? ¿Por qué no nos han llegado indicios, por ejemplo, de que algún apóstol u otros discípulos dijeran: "Jesús no hizo realmente ese milagro", "ese episodio no ocurrió realmente así", o "Jesús no instituyó la Eucaristía tal y como la enseña Pablo" (en el caso de que se considere una reinterpretación paulina)? Gracias.


¿Qué opinión le merece el Nuevo Testamento de Manuel Iglesias de Ediciones Encuentro (2003), en el que revista su versión publicada por la BAC junto al Antiguo Testamento de Francisco Cantera (1975)?


Respuesta:

La respuesta a su pregunta está en la “Guía para entender el Nuevo Testamento”, Trotta, 4ª edic. 2011: “Ciertas palabras de los profetas cristianos primitivos, pronunciadas en nombre de Jesús resucitado que los inspira con su Espíritu, se introducen dentro de la tradición del Jesús terreno sin ninguna marca distintiva especial, (es decir, no se introducen en la tradición como “Un profeta dijo que Jesús dijo”, sino como “Jesús dijo simplemente) con lo que se confunden con éstas. Por tanto, hay “palabras de Jesús” en los Evangelios que no son propiamente de éste, sino de los profetas primitivos que hablaron en su nombre. La explicación de este proceso es: Jesús vive en la comunidad; los profetas inspirados participan de su mismo Espíritu. Lo que diga un profeta inspirado es como si lo dijera Jesús.

Segundo: Los Evangelios se componen bastante tarde. Es incluso posible que haya que retrasar la composición de Marcos hasta el año 79 (Marcos es el primer autor en toda la literatura griega que nombra a la Decápolis, que no fue fundada políticamente y adquirió consistencia hasta ese año) y, por tanto, la de los demás evangelios que están estrechamente relacionadas con la fecha de Marcos. Por tanto, se podía contar leyendas, expansiones y milagros sin que protestaran los pocos –en todo caso—que estuvieran en el lugar de la composición de tal o cual leyenda que hubieran conocido a Jesús.

Tercero: No conozco la revisión del Nuevo Testamento de Manuel Iglesias y no puedo opinar. Normalmente utilizo el Nuevo Testamento en griego. El Antiguo Testamento de Cantera es muy bueno.


Pregunta:


1. A la hora de datar la fecha probable del nacimiento de Jesús, usted y la mayoría de los historiadores coinciden en señalar los años 6 o 5 a.C, dado que tanto Mateo como Lucas coinciden en que el nacimiento se produjo en los últimos tiempos del rey Herodes el Grande. Sin embargo, si no aceptamos como históricos otros datos en los que coinciden los capítulos 1 y 2 de Mt y Lc (como el nacimiento en Belén), ¿Por qué aceptamos los datos que afectan a su fecha de nacimiento? Sabiendo que Herodes fue un rey violento y despiadado, se me ocurre pensar que a Mateo, quien no disponía datos sobre el nacimiento de Jesús, le convenía hacer coincidir el nacimiento de Jesús con el reinado de Herodes para así fortalecer la historia de la matanza de los inocentes, que no sería creíble si no gobernara un rey feroz.

2. Y, aun aceptando que naciera en el final del reinado de Herodes (40-4 a.C), ¿Por qué Jesús hubo de nacer tan al final del reinado? ¿Por qué no pudo nacer 5 o 10 años antes de lo que se piensa? De esta manera Jesús habría comenzado su ministerio rondando los 40 años, y cobraría más sentido lo expresado en Jn 8, 57: Le dijeron entonces los judíos: Aún no tienes cincuenta años, ¿y has visto a Abraham? Aquí parece evidente que los que se dirigían a Jesús, aun pudiendo estar equivocados, intuían que el nazareno estaba cerca de los 50 años, al menos pasados los 40.


Respuesta:

Ciertamente, el dato de la fecha aproximada está expuesto en un contexto legendario de los evangelios de Mateo y Lucas. Pero, la mayoría de los investigadores opina que precisamente por eso algún dato intrascendente y no legendario –por ejemplo, no el nacimiento virginal-- puede contener algo de verdad. Y ciertamente también encajaría mejor con el texto del Evangelio de Juan. Personalmente la idea no me parece mal.

Pero no se puede retrasar tampoco mucho la fecha de nacimiento de Jesús para que encajen bien los datos con la cronología de Pablo (en Gálatas, al comienzo) y con la fecha de 1 Tesalonicenses que debe ser el 51.

Y que Jesús tuviera en el año 33 d.C. (el 30 y el 33 son los años en los cayó la luna llena en abril) alrededor de 40 años no cambia nada. Explicaría incluso mejor su fuerza de atracción sobre discípulos jóvenes.

Pregunta:


Don Antonio...una cuestión que atanye a mi curiosidad. Desde cuándo la gente es cionsciente de estar viviendo en tal siglo D.C. ? Sé que se instauró un calendario... pero imagino que sería básicamente de uso para las clases dirigentes e intelectuales. Pero el pueblo llano del siglo III p ej, era consciente de estar viviendo en el siglo III? Ya me entiende usted, aunque no me explique del todo bien. Agradecido de antemano...Un seguidor fiel, que no le sigue por devoción ni por fanato, sino para parender cada día un poco más y hacerlo con todo el gusto del mundo.

Respuesta:

La gente en el mundo antiguo, si no era cristiana, no tenía ninguna consciencia, como nosotros, por ejemplo, de vivir en el siglo IV, época del Concilio de Nicea. Se tenía la conciencia de vivir en el año tal desde la fundación de Roma, o en el año tal en la “Olimpiada número tal”, o en el año tal del reinado del Emperador tal.

Para los cristianos ocurría lo mismo, con el añadido de que había comenzado ya el tiempo mesiánico. Sólo comenzó a expandirse el antes de Cristo y después de Cristo hacia el siglo VI, en concreto después del 525, cuando el monje Dionisio el Exiguo presentó al papa reinante, Juan I, la propuesta de cambiar el modo de computar los años según la fecha del nacimiento de Cristo. A este respecto, el capítulo 1 (EL AÑO 1 NO FUE EL AÑO 1: JESÚS NACIÓ ANTES DE CRISTO) de mi obra “Año 1. Israel y su mundo cuando nació Jesús”, Editorial Laberinto, Madrid, 2ª edic. de 2014, le será muy útil




Pregunta:

¿ laformula del padre nuestro que conocemos enla actualidad . es la original o ha podido ser modificada a lo largo de la historia? .
agradecido. gracias por compartir cultura.


Respuesta:


No podemos decir que sea la original, porque las ediciones del Nuevo Testamento a partir de los manuscritos, incluidos los papiros no pueden ir más atrás del año 200 d.C. Por tanto, reconstruimos el Nuevo Testamento a base de copias de copias y los autógrafos se han perdido. Pero al parecer la transmisión fue fidedigna, como se deduce de algunas posibles citas de Mateo en la Didaché, o de 1 Corintios en Ignacio de Antioquía (autores del primer cuarto del siglo II d.C.) que concuerdan con el Mateo que tenemos, y con el Papiro 52 de más o menos 125 d.C. que transmite ya unos versículos del capítulo 18 del Ev de Juan más o menos como lo leemos según la reconstrucción del año 200.

Además se discute si ese “Padre Nuestro” es original de Jesús o bien éste lo tomó de Juan Bautista y lo transmitió a su vez a sus propios discípulos



Saludos cordiales
Domingo, 2 de Noviembre 2014
Hoy escribe Antonio Piñero


Pregunta:

¿Qué piensa de todos los milagros que hizo Jesús que aparecen reportadas en la escrituras? ¿Sucedieron o no?


Respuesta:

Utilizo fragmentos de una conferencia mía en la Universidad Popular de la Rioja.

Para abordar un análisis de los milagros de Jesús y aclarar qué grado de historicidad puede atribuírseles es absolutamente necesario distinguir entre unos milagros y otros, es decir, clasificarlos, para mejor discernir.

Al respecto opino que para lo que interesa al cristiano normal es mejor seguir una clasificación más clara y tradicional, como la adoptada por el especialista J. P. Meier, porque simplifica las cosas: 1. Exorcismos; 2. Curaciones; 3. Resurrecciones; 4. Milagros sobre la naturaleza.

Que Jesús practicó exorcismos parece admitido hoy día por prácticamente todos los investigadores del cristianismo primitivo. Que esta actividad de Jesús sea histórica se deduce de los análisis históricos: cumple con diversos requisitos. Primero, de lo que se llama “criterio de plausibilidad histórica contextual”, es decir, a priori puede admitirse como histórica sin más porque encaja perfectamente con el contexto socio-cultural al que pertenecía Jesús, el Israel del siglo I. En efecto, la creencia en la existencia de espíritus y su actividad entre los hombres de esa época era común no sólo entre las clases populares, sino también entre las cultas:

a) No hay testimonios escritos que nieguen expresamente tal existencia de espíritus y su actividad.

b) No había necesidad de explicar la naturaleza del fenómeno de la posesión, de donde se deduce que lo admitía todo el mundo.

c) Se conservan textos en los autores antiguos de estatus social elevado que afirman o presuponen la posibilidad de la posesión y la existencia de exorcistas. Entre los judíos destaca Flavio Josefo y entre los paganos, Plutarco, en sus Moralia (por ejemplo, 706E) o la Metamorfosis de Apuleyo, o Vida de Apolonio de Tiana de Filóstrato. Aunque estos autores son posteriores a Jesús reflejan sin duda alguna el ambiente que se vivía también en el siglo I.

La práctica de exorcismos por parte de Jesús cumple también con el criterio de “plausibilidad efectual”. Esto quiere decir: sin suponer que Jesús fue un exorcista de éxito, no se pueden explicar la gran cantidad de textos evangélicos, venidos de diferentes fuentes y con muy diversas formas literarias, que mencionan esta actividad de Jesús. No parece plausible que sean inventados todos esos pasajes; luego no parece razonable para un historiador negar que así ocurrió en verdad: Jesús fue un exorcista.

Que lo fuera se verifica también por el criterio de “dificultad”: las acusaciones contra Jesús por parte de sus adversarios de que “expulsaba demonios” (aunque fuera por haberse puesto de acuerdo con el Príncipe de esos mismos espíritu malvados: Mc 3,22 y QLc 11,14-23 que pertenece a la Fuente “Q”), o que él mismo estaba “endemoniado” (Jn 8,48) no pudieron ser inventadas por sus propios partidarios, puesto que tal invento en nada podría favorecer la propaganda de una religión que tenía su base en Jesús. Por tanto, tales historias tienen que haber tenido su base en la realidad misma.

Con otras palabras: hasta los mismos enemigos de Jesús reconocían que el tenía el don de “expulsar demonios”, o lo que es lo mismo, que en muchísimos casos curó enfermedades relacionadas con el poder demoníaco. Jesús era en verdad un auténtico sanador.

Como nota final sobre los exorcismos deseo señalar con J. P. Meier (Un judío marginal II/2 764), que es “difícil decidir si en algunos de los exorcismos de Jesús ocurrió en verdad un auténtico milagro, es decir, si Dios hizo algo por encima de toda capacidad humana para librar del demonio a un determinado individuo que va más allá de cuanto es posible juzgar desde bases puramente históricas”. O si, por el contrario, los exorcismos son explicables por medios naturales, aunque extraordinarios.

Consideradas críticamente las historias de sanación de los Evangelios, los relatos que tienen más posibilidades de remontarse al Jesús histórico –aunque en algunos detalles hayan sido elaborados por los evangelistas cuando incorpora la tradición oral a su obra- son:

• El paralítico bajado por un boquete en el techo (Mc 2,1-12).
• El paralítico situado junto al estanque de Betesda (Jn 5,1-9).
• La curación del ciego Bartimeo (Mc 10,46-50).
• El ciego de Betsaida (Mc 8,22-26).
• El sordomudo narrado en Mc 7,31-37

Ahora bien, aun aceptando que hay un transfondo histórico en hechos reales de sanación por parte de Jesús durante su vida pública, conocer ulteriores detalles de esas enfermedades curadas -como su carácter exacto según la medicina moderna, si las curaciones fueron de por vida, o temporales, etc.- es empresa imposible.
Personalmente, y en bloque, creo que un historiador racionalista no debe tener dificultad alguna en reconocer que estas sanaciones son hechos históricos, porque muchas de ellas ocurren también hoy día y se deben –creo- a la naturaleza psicosomática de tales enfermedades luego sanadas y a las especiales cualidades, llamadas carismáticas, del sanador -a su potentísima personalidad- junto con la fe de los pacientes, que coadyuva sin duda a la curación.
Jesús, por su parte, estaba absolutamente convencido de su poder de sanación. Dos ejemplos. 1. En Mt 11,20-24 leemos:

“Entonces se puso a maldecir a las ciudades en las que se habían realizado la mayoría de sus milagros, porque no se habían convertido: «¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que se han hecho en vosotras, tiempo ha que en sayal y ceniza se habrían convertido. Por eso os digo que el día del Juicio habrá menos rigor para Tiro y Sidón que para vosotras. Y tú, Cafarnaún, ¿hasta el cielo te vas a encumbrar? ¡Hasta el Hades te hundirás! Porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que se han hecho en ti, aún subsistiría el día de hoy. Por eso os digo que el día del Juicio habrá menos rigor para la tierra de Sodoma que para ti»”.

Este dicho de Jesús parece auténtico, pues lo que en el fondo relata es el fracaso del Nazareno en convertir para su mensaje del reino de Dios a los habitantes de tres ciudades. Según el criterio de dificultad, no parece apropiado pensar que la iglesia postpascual inventara esta constatación de un fracaso. Por otro lado, el hecho de que Jesús nombrara a tres ciudades hace referencia a que muchas de sus sanaciones eran públicas y conocidas por todos.
En la Fuente “Q” (Mt 12,22-28 / Lc 11,14-26) tenemos una pregunta polémica de Jesús a sus adversarios que apunta también a esta creencia:

“Entonces le fue presentado un endemoniado ciego y mudo. Y lo curó, de suerte que el mudo hablaba y veía. Y toda la gente atónita decía: «¿No será éste el Hijo de David?». Mas los fariseos, al oírlo, dijeron: «Este no expulsa los demonios más que por Beelzebul, Príncipe de los demonios». Él, conociendo sus pensamientos, les dijo: «Todo reino dividido contra sí mismo queda asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma no podrá subsistir. Si Satanás expulsa a Satanás, contra sí mismo está dividido: ¿cómo, pues, va a subsistir su reino? Y si yo expulso los demonios por Beelzebul, ¿por quién los expulsan vuestros hijos? Por eso, ellos serán vuestros jueces»”.

Según el relato evangélico, momentos antes Jesús había curado a un “endemoniado” ciego y mudo. Por ello es evidente que esta disputa trataba no sólo de exorcismos sino ante todo de sanaciones, en las que causa de la enfermedad -conforme a las creencias de la época- era atribuida al demonio. Jesús se consideraba, pues, a sí mismo un sanador.
Los denominados milagros sobre o contra la naturaleza

Dentro de esta categoría se hallan los siguientes relatos de milagro: La moneda hallada en la boca del pez; La maldición de la higuera; La pesca milagrosa; Jesús camina sobre las aguas; La tempestad calmada; La conversión del agua en vino; La multiplicación de los panes.

Como dijimos, para un historiador es ésta la categoría de milagros que más cuesta aceptar. Por suerte, sin embargo, los críticos, aun católicos, se han encargado de demostrar con toda contundencia que los criterios de historicidad muestran que todos estos relatos no proceden del estrato del Jesús histórico, ni siquiera del de los primerísimos seguidores de Jesús, sino de una comunidad de cristianos que en su afán misionero por presentar al Jesús resucitado con todos sus atributos, cualidades y poderes, formuló e inventó historias, relatos, narraciones como medio de mostrar a los posibles conversos, o a los fieles mismos, de una manera sencilla y convincente esa imagen del Jesús Resucitado y Viviente, del Jesús ya sentado a la diestra de Dios que le interesaba difundir.

¿Cuáles son los argumentos en los que se basan los críticos? En líneas generales se basan en el análisis sereno y pausado de los textos para reconstruir la historia de la composición de cada uno y de las fuentes que utilizaron, más la aplicación de los criterios de historicidad.

Así, se llega a la conclusión que el milagro de la “maldición de la higuera” no es más que una historia pegada por el evangelista al episodio de la mal llamada “purificación del Templo” para indicar que lo que Jesús quiso significar con esta acción era advertir de que Dios aniquilaría el templo presente y que, en tiempos ya del Reino mesiánico, ese santuario sería sustituido por otro con cuya construcción colaboraría Dios mismo. Es improbable su historicidad, pues se trata de un milagro “punitivo”, de castigo que choca frontalmente con el resto de la tradición de Jesús y que parece inspirado en historias del Antiguo Testamento.

El análisis de “La pesca milagrosa”, tras la cual Jesús promete a Pedro que “será pescador de hombres”, indica que este milagro parece ser la transposición a la vida de Jesús por parte de Lucas, o de su traición, de una aparición de Jesús después de su resurrección. De hecho basta una comparación con el capítulo 21 del Evangelio de Juan donde, tras la misma pesca milagrosa, el Jesús resucitado perdona a Pedro su traición triple y le promete que será el primero entre sus apóstoles, el que apacentará sus ovejas. Se trata por tanto de un caso de transposición.

El “caminar sobre las aguas” y la “tempestad calmada” no parecen remontarse a ningún hecho de la vida del Jesús histórico. Por varias razones. Primero por los criterios de discontinuidad y coherencia. Estos “milagros” no muestra continuidad ninguna con la vida y el estilo de Jesús ni son coherentes con su modo de actuar. Jesús nunca, menos aquí, hace milagros de exhibición, sino de ayuda, por decisión propia o movido por la compasión. Segundo: los elementos de una manifestación divina y las alusiones al Antiguo Testamento, que parecen servirle de fuente, se muestran por doquier en el relato: se trata de dos impresionantes teofanías, como otras del Antiguo Testamento, en las que Yahvé domina y vence la violencia de las aguas, que son el símbolo del caos y del mal.
Escribe el sacerdote católico Meier en concreto sobre la tempestad calmada:

“El examen de la teología, que Marcos muestra en este relato, la fuerte presencia de temas y expresiones del Antiguo Testamento al servicio de una cristología elevada, la similitud con la narración del caminar sobre las aguas, la falta de testimonios múltiples para este milagro, más su continuidad con los milagros típicos de la iglesia primitiva y no con los que más posibilidades tienen de remontarse al ministerio público de Jesús, nos llevan a la conclusión muy probable, aunque no totalmente segura, de que la tempestad calmada es un producto de la teología cristiana primitiva” (II/2, 1070)

El cambio del agua en vino en las “Bodas de Caná” (Jn 2,1-11) tiene muchas dificultades de tipo histórico, empezando porque la descripción de la boda y del maestresala corresponde más a la de un banquete de tipo griego que palestino. A ello se une que la narración muestra rasgos continuos del estilo y sobre todo de la teología del autor del Cuarto Evangelio. Tanto que se ha podido interpretar, con razón, todo el relato, como una composición simbólica que describe las bodas del novio mesiánico, Jesús, o esposo celeste, con su iglesia. Parece claro que –al igual que oros relatos del Evangelio, como el episodio de Nicodemo, o el de la samaritana-, fue creado bellamente por el autor evangélico para dar cuerpo a una idea teológica que no corresponde a la época del Jesús histórico, sino a una teología sobre él de finales del siglo I.

Por el contrario, y para concluir, la historia de la tradición sobre la multiplicación de los panes, milagro que de hecho no se describe en el texto, sino que se intuye, y que es de gran sobriedad, permite concluir, tras un análisis de las posibles fuentes, que detrás de una –no dos; la segunda (Mc 8) es un mero doblete- multiplicación de los panes se esconde el recuerdo histórico de alguna memorable comida a base de pan y de pescado, con alusiones, o quizá como símbolo –corriente en Jesús-, al banquete mesiánico del final de los tiempos. Esta comida debió de celebrarse en tiempos del Jesús histórico, en la que participaron con él sus discípulos y una gran muchedumbre de oyentes junto al mar de Galilea, y debió de impresionar tanto que quedó en la memoria de los seguidores de Jesús.

Ahora bien, admitido esto, decidir si en verdad sucedió un hecho milagroso, no está en las manos del historiador.

En suma, a propósito de los pretendidos milagros sobre la naturaleza: no hace falta ser un redomado racionalista y escéptico para negar en bloque su historicidad. Los datos de los análisis literarios y de fuentes que nos ofrecen los intérpretes católicos en su comentarios nos llevan a concluir que no hay posibilidad alguna de que alguno de ellos –salvo el recuerdo de una comida comunal- esté basado en un hecho real del Jesús de la historia.


Saludos cordiales
Sábado, 1 de Noviembre 2014
¿Ha sido refutada la hipótesis de un Jesús sedicioso? Una respuesta sistemática (537)


Hoy escribe Antonio Piñero

El título que lleva esta postal corresponde a un artículo del Dr. Fernando Bermejo, que junto con otros que mencionaré a continuación, acaba de ser publicado en la revista BANDUE, que es el órgano de la Sociedad Española de Ciencias de las Religiones, dirigido por el Prof. Dr. Francisco Díez de Velasco, y publicado por Trotta, Madrid, número VII, 2013 que ha salido ya hace un cierto tiempo.

Este número me ha parecido especialmente interesante, porque contiene otros artículos que me parecen muy buenos. Así Juan Arnau escribe sobre “Lo que el budismo no es (y lo que pudiera ser); Óscar Celador Angón lo hace sobre “Dimensión institucional, jurídica y constitucional de los Acuerdos entre el Estado Español y la Santa Sede”; Oscar Figueroa Castro tiene un artículos sobre “Anuttara (anuttarastik, una plegaria atribuida a Abhinavagupta”; Francisco López Cedeño tiene otro sobre “Claves para una hermenéutica de diálogo entre Averroes y Abenarabi”.

Grecy Pérez Amores escribe sobre “El objeto ausente. Sobre la desdichad objetividad del objeto”, un título que precisa de aclaración, y que formula principios teóricos sobre las investigaciones antropológicas hechas sobre las religiones de hoy por investigadores que fingen deliberadamente ser miembros de los grupos estudiados, o son iniciados y entran a formar parte consecuente de la religión en la que profundizan; Sergio Pou Hernández tiene un artículo sobre “La leyenda de los asesinos. Mito, textos y correlatos a partir de la obra ‘Alamud’ de Vladímir Bartol”; Roberto Carlos Rodríguez González escribe sobre “Historia y Cultura Dios las Religiones: una experiencia docente”, y finalmente, Carlos A. Segovia sobre “Pablo de Tarso, Israel y los gentiles. El nuevo enfoque radical sobre Pablo y el cariz judío de su mensaje”
En esta breve reseña me fijaré únicamente en los dos artículos que afectan más directamente a la temática de este Blog.

El artículo de F. Bermejo argumenta que contra la hipótesis según la cual Jesús de Nazaret estuvo implicado en algún tipo de ideología y actividad sediciosa opuestas al Imperio romano se han esgrimido numerosas objeciones. Suele creerse que estas han asestado un golpe mortal a la hipótesis y, de hecho, la inmensa mayoría de los estudiosos da por supuesto que ha sido refutada y está obsoleta. El artículo enumera una veintena de esas objeciones y argumenta de modo sistemático que ninguna de ellas es convincente. Esta instructiva conclusión desafía presupuestos muy arraigados en el ámbito académico, proporcionando con ello otro argumento a favor de la interpretación de Jesús como una figura cuyo mensaje religioso tenía interpretaciones políticas subversivas y de que no era, en última instancia, incompatible con la violencia.

Me parece fundamental las reflexiones de F. Bermejo sobre cada una de las 20 objeciones. El conjunto me parece irrefutable y obliga a cambiar una buena parte del paradigma interpretativo sobre Jesús. Por mi parte, desde 1993, en Fuentes del cristianismo. Tradiciones primitivas sobre Jesús, capítulo sobre “El Evangelio paulino y los diversos evangelios del Nuevo Testamento”, y en la Guía para entender el Nuevo Testamento, desde su primera edición en 2006, vengo abogando incansablemente en favor de la idea de la religión y la praxis de Jesús tenía innegables consecuencias políticas y que el amor a los enemigos no era una razón convincente, una vez bien interpretado, para afirmar que Jesús está totalmente fuera, o más allá, de los antagonismos políticos de su época. El artículo de F. Bermejo es una aportación definitiva en el aspecto de quien quiera negar la hipótesis de un Jesús sedicioso tiene que aportar muchas pruebas.

El otro artículo que me parece interesantísimo es el de Carlos A. Segovia. Los lectores de este Blog saben de su incansable esfuerzo por introducir en castellano los trabajos de la nueva interpretación de Pablo, que para muchísima gente, incluso académicos, es absolutamente desconocida. La pregunta de la que parte C.A. Segovia en este artículo es “¿Se propuso Pablo superar el judaísmo o simplemente integrar a los gentiles en Israel por medio de Cristo? Esta es ciertamente una de las cuestiones clave y también de las más debatidas en la investigación actual. El artículo del Dr. Segovia trata de ofrecer una respuesta a través de la breve reseña y valoración de trabajos de K. Stendahl, Ll. Gaston, J. Gager, P. Tomson (sic), N. Elliott, B. Campbell, S. Stowers, M. D. Nanos, C. Johnson Hodge, P. Friedriksen, P. Eisenbaum y D. Rudolf, todos responsables de lo que se ha llamado el “nuevo enfoque radical” en los estudios paulinos y la figura del Apóstol. La hipótesis que defiende el Dr. Segovia puede resumirse así “Pablo de Tarso no abandonó, no abjuró del judaísmo, sino que buscó incorporar a los gentiles en Israel al final de los tiempos, instándoles a cooperar con los judíos en la preparación del reino de Dios y en la restauración final de Israel, que ha de verse como el horizonte de su misión a los gentiles”.

Los lectores del Blog saben que participo de muchísimas ideas de este enfoque sobre la persona, misión y doctrina de Pablo y que hemos discutido muchísimo sobre los puntos más difíciles, al menos a primera vista, de asimilar en la nueva perspectiva y cómo hemos llegado a un acuerdo en muchos aspectos. En el libro entregado ya a la Editorial Trotta, y que se publicará en el primer cuatrimestre del año 2015, se recogen y analizan cuidadosamente los resultados de esta línea de investigación cuyo fautor en España, e introductor, es sin duda Carlos A. Segovia.

Los otros artículos de este número de BANDUE me han resultado muy interesantes, y sin quitar méritos a otros quiero señalar uno que me ha parecido absolutamente iluminador, el de Juan Arnau sobre el budismo, “qué no es” (¡enorme es la confusión de la gente!) y “lo que pudiera ser”.
Enhorabuena a la Sociedad Española de Ciencias de las Religiones, a su Director y editor, el Prof. Díez de Velasco, a la abnegada secretaria de la Sociedad, la Dra. Almudena Rodríguez Moya y a la benemérita Editorial Trotta por la publicación.

Saludos cordiales de Antonio Piñero
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com
Viernes, 31 de Octubre 2014
Hoy escribe Antonio Piñero


Pregunta:


Me permito distraer su atención para felicitarlo y agradecerle por la edición de su novela, en coautoría, "El trono maldito", la cual adquirí en formato digital en lacasadellibro.com. Es muy estimulante poder leer la historia del ministerio de Jesús, en un formato de novela, que cautiva y educa al mismo tiempo.
Por otro lado, quisiera poder conocer su opinión respecto de una teoría que me está dando vueltas por la cabeza: en la historia del joven rico (Mt 19,16-22; Mc 10,17-31 y Lc 18,18-23) en los tres pasajes se dice que Jesús indicó a su interlocutor que vendiera todo lo que tenía y lo diera "a los pobres". Por otro lado, Pablo de Tarso, en su epístola a los Gálatas 2,10 indica que en su entrevista con los notables de Jerusalén aquellos le solicitaron: "que nos acordáramos delos pobres", lo que motivó la recolección de un donativo entre las comunidades paulinas destinado a la iglesia de Jerusalén. Por otro lado, en Hechos 2,45 se nos dice que los primeros cristianos vendían sus propiedades y hacían con ello un fondo común. Lamentablemente no se griego, pero sospecho que la palabra para "pobres" utilizada en estos pasajes es la misma.

En consecuencia, ¿podríamos decir que en estos pasajes el apelativo "pobres" no correspondía a los desposeídos del mundo, de manera genérica, sino a los seguidores de Jesús? ¿Jesús estaba estimulando al joven rico a vender su propiedad y donar el producto a su propio grupo? ¿Esto significa que Jesús hacía "fund rising" (disculpe el anglicismo) para financiar sus actividades? ¿Era esta una costumbre anterior a la comunidad postpascual de la que nos habla Hechos 2? ¿Habían hecho lo mismo, vender su propiedad y donarlo al fondo común del grupo: Pedro, el publicano Mateo, y los otros discípulos?

Creo que si la respuesta a estas preguntas es positiva, cambia la apreciación con respecto al grupo de Jesús, ya que no se trataría de fundamentalistas menesteroros, sino de fundamentalistas con recursos económicos, lo cual a los ojos de Herodes Antipas y los romanos, los volvía mucho más peligrosos. Con esto no estoy diciendo que Jesús no fuera un asceta, lo cual yo creo, sino que su grupo disponía de medios como para ganar el favor del pueblo mediante la asistencia social.



Respuesta:

Su pregunta es muy sugerente. Efectivamente, la palabra es siempre la misma, ptochós en griego. Pero es tan genérica que por sí misma no permite obtener conclusiones. Por tanto, hay que ir al contexto.
En Hechos y en Pablo, ciertamente se refiere a los pobres de la comunidad de Jerusalén que lo habían vendido todo, la parusía no llegaba… y estaban en la miseria. Por tanto, eran los pobres del grupo.
Pero en Jesús podría ser diferente. Ahora bien, en todos los casos Jesús hace referencia al Decálogo, a la Ley judía, aunque universal. Por tanto se refiere a los pobres judíos, a los prójimos inmediatos, que son los pobres en general, judíos.

Realmente no creo que pueda probarse que sea una colecta interior para el grupo, por ejemplo, para alimentarse y comprar armas. No lo parece, ya que el grupo tenía como benefactores fijos al grupo de mujeres al que alude Lucas 8,2-3, y porque normalmente vivían de la caridad y hospedaje público allá donde iba el grupo. Pero si llegara a probarse, admito que un grupo financiado es mucho más peligroso para el Imperio, porque entre otras cosas podría comprar armas, como se ve en Getsemaní. Dejo, pues, la cuestión abierta.


Pregunta:


Quisiera preguntarle que opinión le merece aquella cita tan controversial de lucas19,27 violencia pura en labios de Jesús, que las iglesias nunca han explicado, y otra pregunta acerca del famoso pecado imperdonable que es el pecado contra el Espíritu Santo a que se referirá.

Respuesta:


1.A su primera pregunta respondo con un texto del Prof. Dr. Fernando Bermejo que comentaré mañana viernes 31 oct 2014, ¿Ha sido refutada la hipótesis de un Jesús sedicioso? Una respuesta sistemática. Revista BANDUE, que es el órgano de la Sociedad Española de Ciencias de las Religiones, dirigido por el Prof. Dr. Francisco Díez de Velasco, y publicado por Trotta, Madrid, número VII, 2013 que ha salido ya hace un cierto tiempo.

Tiene Usted toda la razón. El texto huele a violencia y las explicaciones en otro sentido, simbólico, etc., no convencen.

2 . El pecado contra el Espíritu Santo es, probablemente, en la mente de Jesús la obstinación en rechazar la invitación de Dios a la conversión y prepararse para la entrada en el Reino. Supone que Dios invita por medio de los profetas, en este caso Jesús, que son movidos por la actuación del mismo Dios como Espíritu.

Desde el punto el punto de vista del evangelista significa la obstinación perversa en no creer en Jesús como enviado de Dios y proclamador de la venida del Reino, y atribuir sus señales de la derrota de Satanás (sanaciones y exorcismo) como obra de una allianza con Satanás mismo.




Pregunta:


Me gustaría acerca de la pseudoepigrafía en el N.T., sobre todo en las cartas paulinas, pastorales, católicas... . ¿Por qué ese fenómeno? ¿Podemos considerar Filemón como una carta pastoral ? Y luego acerca de la fuente Q: ¿en qué medida es verosímil esta hipótesis? Gracias.¿Qué obra me podría ayudar en todo esto?


Respuesta:

1. La pseudoepigrafía desde el punto de vista moderno es simplemente una falsía y el autor pseudoepígrafo es en sí un falsario. Sin embargo, no es tan simple. Desde el punto de vista de autores que escriben en el tiempo del Nuevo Testamento puede significar que el “falsario” está totalmente convencido de que el espíritu de Jesús, el Resucitado y el Viviente, vive dentro de él, por lo cual está capacitado, al igual que los profetas en las asambleas, a hablar en nombre de un apóstol muerto o el mismo Jesús acomodando sus enseñanzas a las circunstancias presentes que vive la comunidad.

2. La Fuente Q ha sido y es considerada por casi el 95 % de los investigadores como una hipótesis razonable para aclarar por qué Mateo y Lucas coinciden en bastantes pasajes de sus evangelios entre sí casi al pie de la letra, en lugares que no se encuentran en la fuente segura que están utilizando, Marcos.

Sobre una explicación más detenida de la Fuente Que, por favor consulte mi obra “Guía para entender el Nuevo Testamento” de Editorial Trotta. Madrid 4ª edic. 2011.



Pregunta:


¿Jesus hablaba en arameo o griego koine?



Respuesta:


Con muchísima probabilidad su lengua materna era el arameo occidental, de Galilea. Pero parece muy probable que Jesús entendiera también el griego y se manejara en él con cierta soltura, si es que era en verdad, como parece, “artesano carpintero/constructor de casas” y que muchos de sus clientes debían de ser griegos.

En el Evangelio de Juan 7,35; 12,20 se supone que Jesús sabía griego y bien: podría predicar entre los griegos y algunos de éstos les pidieron que los recibiera.



Pregunta:

Queria hacerle llegar una consulta sobre una cuestión que me ha llamado poderosamente la atención y pese a que le sigo y que estoy familiarizado con estos temas, de la que nunca había tenido noticia. Lo leí ayer en un blog en el que alguien se jacta de denunciar verdades mutiladas por la iglesia católica sobre el verdadero Jesus, ocultando unas supuestas "actas de Pilato" que aparecen en la "Apologética de Justino mártir (fechadas en torno al 150 d.c , según dice) y otras que según este "bloguero" aparecen en el "Apologético de Tertuliano" de en torno al año 200. Él presenta estos documentos como una serie de crónicas sobre el verdadero proceso judicial de Jesús, consistente en unas serie de cartas enviadas por el procurador de Judea al emperador Tiberio, y de lo cual se podrían extraer las siguientes conclusiones:

-Que dichas actas son mencionadas por Eusebio de Cesaréa en su "Historia eclesiástica" y que supuestamente trataban a Jesús como un zelote poco menos que terrorista.

-Que estas actas eran leidas en las escuelas paganas hasta la llegada del Emperador Constantino, y que a partir de entonces, hubo un especial empeño en redactar unas "falsas actas de Pilato" para crear confunsión y contrarrestar las verdaderas

-Que Epifanio de Salamina en su "Refutación de las herejías" del 376, ya citaría parte de las "falsas" actas de Pilato

-Dichas nuevas actas -por tanto, falsas- empezarían a circular por los textos cristianos, hasta pasar a formar parte en torno al siglo X, del "Evangelio de Nicodemo"

-Pese a las falsificaciones, asegura el autor de este artículo, que los trabajos de Juan Manuel de Castells sobre la reconstrucción de las actas de Pilato, no deja lugar a dudas sobre su autenticidad, y que el personaje referido como "Johanan" en dichas misivas, no puede ser otro que el propio Jesús.

- Johanan aparece en las cartas como un agitador que se proclamaba Rey de los Judios, y que entró en el templo de Jerusalén, para apodarse de sus armas y tesoros

-Asimismo, Poncio Pilato mandó su arrestro por estos hechos en el huerto de Getsemaní, en el que se produjo un enfrentamiento con los legionarios.

-Según se desprende de estas cartas, pudo escapar del huerto, ayudado por Simón de Cirene. pero el tal "Johanan" sería posteriormente capturado en Samaria y decapitado por sedición contra Roma.

- Por tanto, de todo ello se concluiría que el verdadero Jesús, fue decapitado en vez de crucificado, cosa que según el autor de dicho artículo, se vería confirmado en el que considera el evangelio más "antiguo" de los aceptados por la iglesia católica, es decir, el de San Juan, ya que globalmente data los evangelios canónicos en torno al siglo III d.C, pues en la opinión de este "bloguero" la fuente Q no se ha localizado por lo que no se tiene constancia de los evangelios originales fueran más antiguos.

- Por tanto, para finalizar el autor del artículo cita el evangelio de San Juan (que dice que es del año 125 d.c), en la parte que supuestamente probaría que Jesus fue decapitado: “kai {y} palin {de nuevo} etera {otra} grafh {escritura} legei {dice,} oyontai {ellos mirarán} eiV {a} on {quien} exekenthsan {ellos traspasaron o decapitaron}” 19:37
Muchas gracias por su enorme paciencia profesor, espero que mi pregunta sea digna de su consideración y que pueda clarificarme alguno de los temas aquí expuestos, pues pregunto desde la más profunda ignorancia.



Respuesta:


Su pregunta es compleja, pero puede concentrarse en la historicidad o no, la veracidad o no de las supuestas Actas de Pilato, y de cartas conservadas entre Tiberio y Poncio Pilato
No conozco ningún investigador serio que crea en la historicidad de esas supuestas Actas, que son una falsificación palmara, aunque su origen es muy antiguo: su base puede ser del siglo II, sin duda. Y tampoco que crea en la autenticidad de tales cartas.

Lea Usted es Actas y la correspondencia con Pilato en mi publicación “Todos los Evangelios”, de EDAF, Madrid 2010, y se convencerá por sí mismo. Ahí aparece también su utilización por el Evangelio de Nicodemo

En las hipótesis de ese bloguero se mezcla alguna verdad con teorías inverosímiles, como la utilización de las Actas por el Evangelio de Nicodemo. Pero lo demás son fantasías. La interpretación del episodio de la lanzada del Evangelio de Juan como una decapitación es sencillamente absurda.

Igualmente es hipótesis temeraria e improcedente la equiparación de Johanán con Jesús.

En síntesis: A palabras necias oídos sordos.


Saludos cordiales.
Jueves, 30 de Octubre 2014
Algún amable lector planteaba recientemente la pregunta de si el homicidio/asesinato (phónos) mencionado en Mc y Lc podría tener algo que ver con el episodio del arresto en el Monte de los Olivos. Respondo a esta cuestión brevemente en lo que sigue.

Alguien escribió alguna vez que si conociéramos la verdadera identidad de Barrabás la historia de Yeshua ben Yosef / Jesús de Nazaret se iluminaría sensiblemente. En realidad, esto podría afirmarse de muchos otros episodios evangélicos. Si conociéramos la identidad de los co-crucificados con Jesús, si supiéramos lo que realmente pasó en el Monte de los Olivos en el momento del arresto, si supiéramos lo que sucedió en el incidente del Templo… entenderíamos bastante bien la historia de Jesús. Ahora no sabemos a ciencia cierta nada de esto, no solo porque la recuperación de la historia es un arduo ejercicio de reconstrucción tentativa e hipotética, sino porque la tradición ha preferido que no tuviéramos una narración verosímil de ninguno de los episodios clave de los últimos días de Jesús, y ha editado selectivamente la memoria: los autores de las narraciones evangélicas o los transmisores de la tradición han preferido callar o editar convenientemente mucha información esencial. El resultado es que esos relatos son de todo punto inverosímiles tal como nos han llegado, de tal modo que solo una mente privada de todo sentido histórico puede tomarse los relatos sobre el arresto de Jesús o el incidente del Templo –sucesos a todas luces claves– como narraciones creíbles.

Solo quien ha percibido el alcance de las incongruencias de los relatos evangélicos de la pasión y se ha hecho consciente de que con ellos no es posible llegar a buen puerto puede iniciar una labor escrutadora que quizás le conduzca a algún sitio. Quien no lo ha hecho –quien sigue citando mucho material evangélico legendario, truncado, o claramente editado, como si fueran informes que corresponden a una historia real– está perdido.

Esto muestra hasta qué punto el trabajo de oscurecimiento (no necesariamente consciente, ni mucho menos) llevado a cabo por los fautores de la tradición evangélica ha sido eficacísimo. En efecto, cualquiera que intente ofrecer una narración alternativa a la de la (incongruente e históricamente increíble) narración evangélica aparezca siempre como una osadísima mente especulativa.

Y, sin embargo, más vale excogitar hipótesis plausibles que puedan explicar los hechos que comulgar con las ruedas de molino que nos ofrecen los evangelistas y sus acólitos hodiernos.

En Mc 15, 7 y Lc 23, 19 se halla la referencia a una revuelta (στάσις) en Jerusalén aproximadamente en la época en la que Jesús llega a la ciudad o poco antes, en la que algunos sediciosos (στασιασταί) habían sido encarcelados tras haber recurrido a asesinato (φόνος). Este es otro (más) de esos pasajes que se refieren a un suceso del que se nos escapan los detalles. Por supuesto, al igual que en el caso de los crucificados con Jesús, los evangelistas quieren creer y hacernos creer que no hay relación alguna con Jesús, pues nada dicen al respecto (en el caso de los crucificados, se han esforzado cuanto han podido para negar explícitamente la relación).

Sin embargo, hay algunas coincidencias que dan que pensar. Hay derramamiento de sangre en la revuelta, y resulta que hay también derramamiento de sangre en el Monte de los Olivos. En el primer caso, la indeterminación no nos permite saber quiénes y cuántas fueron las víctimas; en el segundo, en rigor, tampoco (los relatos evangélicos del arresto de Jesús, con su extraordinario grado de concisión e incongruencia, presentan todos los visos de ser la estilización de un episodio más grave y comprometedor). Hay hombres arrestados en espera de juicio o de condena en Mc 15, y hay hombre(s) arrestado(s) en el Monte de los Olivos. ¿Hay alguna relación entre estos hechos? Robert Eisler (en una obra que, por desgracia, casi nadie lee), Samuel Brandon y otras mentes inquisitivas y sensatas han conjeturado que puede haberla habido. Y es muy probable, dado que en la época de los prefectos no parece haber habido revueltas todos los días. Históricamente es muy probable que haya existido una conexión –ideológica y operativa– entre los protagonistas de esos episodios (si es que no son, como algún estudioso ha conjeturado, relatos diferentes del mismo episodio).

Esto es todo lo que, en mi opinión, puede decirse del asunto. Es muy poco, pero este poco me parece más que el cúmulo de incoherencias, contradicciones e inverosimilitudes que nos ofrecen los relatos evangélicos de la pasión.

Saludos cordiales de Fernando Bermejo
Miércoles, 29 de Octubre 2014
Hoy escribe Antonio Piñero




Pregunta:



Don Antonio, ¿Por qué muere Jesús?, y no pregunto ¿para qué? porque eso sería un análisis post muerte, post hecho consumado.

¿Tubo opción Jesús de evitar/postergar su muerte en la fecha que sucedió?

Dicho de otro modo, ¿lo pillaron por sorpresa o se agendó para ello?

Respecto a mi consulta de fuente recomendada, le comento que si bien uso la Biblia de Jerusalén, observo "cambios" de palabras, por ejemplo sepultura por fosa, lo cual es muy importante al momento de leer los hechos y ver donde fue depositado Jesús. Así muchas palabras que usted cita en sus presentaciones en las biblias que utilizo aparece un conveniente "sinónimo", por ello le reitero si me puede guiar con algún material de fuente más puro o cercano a lo histórico.


Respuesta:

Jesús muere porque los romanos consideraron probado que se había proclamado mesías-rey de los judíos. Eso era en el Imperio Romano un delito contra la majestad del emperador. Merecía la peor muerte. Jesús no tuvo opción ninguna de postergar su muerte.

Jesús no pretendió morir, ni agenció nada. Jesús entró triunfante en Jerusalén pensando que Dios finalmente vendría la tierra e instauraría su reino.

Todas las Biblias tienen sus problemas. El equipo de la “Biblia de San Millán” está preparando un Nuevo Testamento, con muchas notas explicativas, y suplirá esa falta que Usted siente. Está prevista su salida para 2016 o 2017. Se enterará de ello.


Pregunta:

Ahora sabemos q los apostoles una vez crucificado jesus huyeron despavoridos y se escondieron y q empezaron a escribir despues de 30años cuando se hubomedio calmado la persecucion.Espor eso q sus escritos pueden contener falencias e incongruencias como dicen q en efecto las tienen.Porqué no creer en los relatos de maria magdalena si dicen q fue la apostol favorita de jesus,tanto que a ella fue a quien primero se le aparecio jesus despues de muerto?Porqué a ella y no a los "machotes"apostoles?

Respuesta:

La crítica del Nuevo Testamento no cree a los apóstoles ni a nadie, sino que aplica a todos los mismos criterios críticos que la filología clásica utiliza, por ejemplo, par estudiar a Tucídides o Tito Livio. Y no creemos que sea histórico el cap. 20 del Evangelio de Juan, sino simbólico, ni tampoco el Evangelio de María Magdalena, compuesto quizás en torno al 200!!!



Pregunta:

Lo que no se ve, es el accionar de los cercanos, de los que vivían con
él. ¿Por qué siguieron si su Jesús no trajo el Reino de Dios, es más lo
atraparon, lo crucificaron y lo tiraron a una fosa como a un vulgar
ladrón? Y una pregunta que se esconde ¿Cómo siguieron? ¿Quienes
siguieron? y sobre todo ¿que es eso de seguir?


Respuesta:

Todos esos “porqués” constituyen el rompecabezas del origen histórico del cristianismo que me es imposible escribir aquí por lo inmenso. Por favor, consulte mis dos obras, “"Guía para entender el Nuevo Testamento", Edit. Trotta, Madrid 4º ed. 2011: capítulo dedicado a "Las primeras reinterpretaciones de Jesús" y “Cristianismos derrotados”, EDAF, Madrid 2009, en los primeros capítulos.

Pregunta:


Me gustaria saber la opinion del Dr. Piñero con respecto a la hipotesis de
Judas de gamala o Judas el galileo como padre de Jesus

Respuesta:


No hay la menor prueba de esa hipótesis en texto alguno.


Pregunta:

Saludos amigo Antonio. Me interesa preguntarle sobre el texto lucano del
evangelio que evidentemente se diferencia en parte del otro texto lucano de los
hechos. Me llama la atención que en el Evangelio según San Lucas aparezcan
discípulos pescadores, ignorantes o clases medias, incluyendo a mujeres
discípulas interesantemente reivindicadas por la comunidad lucana; pero en Los
Hechos surge la imagen evidente de un "cenáculo" de ciertos privilegiados que
empiezan a hablar en lenguas (glosolalia) [quizás extraterrestremente si cabe
la comicidad], en un ámbito donde la madre de Jesús también es incluida.
¿Cómo sostener la misma autoría de ambos textos a un sólo médico como
Lucas, o a una misma comunidad lucana? ¿O es un corpus redactado en varias
etapas? Gracias por la valiosísima academicidad que nos ofrece, y su genial
memoria. Espero su corrección y su respuesta a mi consulta.


Respuesta:


Todas esas cuestiones que Usted plantea se las ha formulado la crítica desde hace mucho tiempo. La respuesta es que la segunda parte del Evangelio fue escrita por Lucas unos veinte años después que la primera. Que ésta se le había escapado ya de las manos y era moneda corriente en muchas comunidades.

Pero a pesar de estas dificultades, por el vocabulario y por la teología común, la crítica sigue aceptando que la autoría es la misma, la del Evangelio y Hechos, aunque no sepamos en verdad quién fue el autor. Lo de Lucas es una convención.

La fecha de composición de Lucas ha de situarse entre el 115-120 d.C.


Pregunta:


Me gustaría dejarle una reflexión sobre las apariciones de Jesús tras la crucifixión y una pregunta que espero no sea tonta.
Siempre me ha chocado que, si se trataba de una invención por parte de unos discípulos derrotados por la muerte de su líder, no recurriesen a imágenes celestiales, con ángeles, truenos y relámpagos al hablar de la aparición de Jesús. Sin embargo, dicen que en un principio no lo reconocen, sólo al repartir el pan se les abren los ojos. Todo un poco rebuscado y difícil de explicarlo después al trasmitir el mensaje.
Mi pregunta es ¿No hubiera sido más fácil al "inventarse" la resurrección llenarlo todo de pompa y majestuosidad que la versión oficial?


Respuesta:

Efectivamente, tienes Usted razón. Es sorprendente la parquedad y simplicidad de presentación de tales apariciones. Y ese ha sido un argumento archirrepetido por la investigación tradicional en pro de la historicidad.

Y la crítica más radical, entre los que cuento, responde que, aun siendo así, las historias de la resurrección y las apariciones están, en primer lugar, tan trufadas de contradicciones e inverosimilitudes que no pueden aceptarse desde el punto de vista de lo literario-histórico, y segundo, que la resurrección y las apariciones no son materia de la historia, sino de la fe. No nos competen, pues.

Saludos
Martes, 28 de Octubre 2014
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Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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