Bitácora
ADVERTENCIA
José Rodríguez Elizondo
Mientras preparo un libro sobre la historia de las demandas del Perú y Bolivia contra Chile, que espero tener listo poco despues del fallo en la primera causa, me he liberado de trabajos periodísticos. Pero, para no perder el hilo de la actualidad, he mantenido con mi equipo la salida regular de Realidad y Perspectivas (RyP), que trata de asumir y analizar los grandes temas internacionales del Cono Sur y el mundo. Todos sus números están subidos a este blog... y van 20.
Mucho agradecería comentarios sobre sus contenidos.
Bitácora
¿ESTÁ EN PELIGRO EL PERIODISMO?
José Rodríguez Elizondo
Publicado en Colección Actas N° 80 del Seminario de Investigación para la Paz SEIPAZ,
Zaragoza 2012
Nota. Me ha parecido interesante depositar en este apartado de Cono Sur el texto publicado de mi exposición de 2011, en el Seminario de Investigación para la Paz, prestigiosa Fundación aragonesa. Su tema está tanto en la coyuntura como en el futuro próximo. Es noticia en desarrollo.
JRE
I. HISTORIA DEL TEMA
1.- Volver a Zaragoza para exponer y debatir sobre este tema, tiene una historia propia Estuve aquí en el año 2000, en este mismo Seminario de Investigación para la Paz, con una ponencia sobre “el futuro de la prensa, las nuevas tecnologías de la comunicación, la híper y autoinformación, amenazas”. Ese título, de apariencia imponente y con hipótesis ominosa, tuvo de mi parte una decodificación optimista. Dado que aquel futuro lleva ya más de una década de desarrollo, esta nueva reunión servirá para contrastar las percepciones y los pronósticos de entonces. Lo haré en el disfrute de la mayor libertad crítica que es posible concebir. En efecto, si mi actual ponencia implica una autocrítica feroz, todo quedará en familia
2.- Si pudiera hacer una síntesis de mi ponencia del año 200 diría que: a) tomé como referente la prensa-papel y la televisión de España y América Latina, b) el contexto político fue el de la Guerra Fría y la transición democrática, c) el contexto tecnológico tenía como soportes la CNN y el inicio de la expansión de Internet, d) la tesis principal era la correlación entre las democracias desarrolladas y la prensa modélica y/o tradicional, e) había una primera tesis subordinada, según la cual la calidad de la democracia estaba vinculada a la calidad de la prensa modélica, f) según una segunda tesis subordinada, las nuevas tecnologías (NTs) debilitaban la participación social por el efecto que yo llamaba “autismo del internauta”.
3.- Esa ponencia tenía el siguiente supuesto virtuoso: aunque la prensa aludida no era una institución de beneficencia, pues tenía fines de lucro, se configuraba como una empresa que cumplía un rol diferenciado, con códigos éticos propios, representando distintas sensibilidades en lo político-cultural y luciendo un sesgo crítico necesario. Esto último porque, como cualquier periodista sabe, un diario oficialista no es buen negocio. Con base en ese supuesto virtuoso, se concluía que la prensa modélica de las democracias tenía una alta función socializadora. En su virtud, afirmaba la unidad del Estado, al tiempo que exhibía su diversidad interna, desde el mundo de los futbolistas al de los intelectuales (para usar una antinomia grata a José Ortega y Gasset). Simultáneamente, se constituía en soporte del debate social en oficinas, talleres, calles y plazas, como jamás podría hacerlo una pantalla de PC. Desde tal perspectiva, la prensa modélica aparecía como un producto interactivo del Estado, abiertamente funcional a la paz, la cultura democrática y las libertades ciudadanas.
II. AUTOCRÍTICA FEROZ
4.- Aquella fue, lo reconozco, una tesitura más romántica que realista. Jesús María Alemany lo apuntó en el debate posterior, al decir que contenía una excesiva idealización de la prensa que yo categorizaba como modélica. Repasándola, a la luz de lo sucedido en estos últimos diez años, creo que estuvo quintuplemente sesgada.
4.1.- El primer sesgo estuvo en la biografía del ponente. Esto es, en lo que podríamos llamar mi “circunstancia condicionante”. Esta descansaba en un Chile donde viví entre la democracia, la dictadura y la transición democrática. Suponía un exilio en la República Democrática alemana, equivalente a un doctorado en socialismo real. También contenía varios años en la Organización de las Naciones Unidas, con una experiencia en vivo y en directo sobre las tensiones entre su burocracia y su utopía.
4.2.- El segundo sesgo fue una especie de adhesión, por escarmiento, al realismo minimalista democrático. Con tácita ironía churchilliana, levanté el binomio “democracia-prensa modélica” como equivalente al peor sistema político-informativo, con excepción de todos los demás. Esto reflejaba el posibilismo de la época, que aconsejaba asumir lo bueno contra lo mejor, pues lo mejor podía ser sólo un nuevo disfraz de las “ideologías totales”. El escarmiento de base consistía en que la democracia realmente existente pudo parecer mediocre pero, contrastada con el sociaoismo realmente existente, era mucho más que una simple forma. En todo caso, una forma preferible a las utopías de patria o muerte.
4.3.- El tercer sesgo consistió en la proyección de la utopía compleja de la ONU tras el fin de la Guerra Fría. Específicamente, por aquellos “dividendos de la paz” que levantó el Secretario General peruano de la época, Javier Pérez de Cuellar. En mi análisis, éstos contenían la plenitud del binomio “democracia-prensa modélica”, pues el nuevo orden internacional en plasmación permitiría un desarrollo pleno de ambos factores. El profeta más conocido de esta tendencia hiperoptimista fue Francis Fukuyama y la plasmó en su tesis sobre el fin de la Historia.
4.4.- El cuarto sesgo yacía camuflado bajo la inercia de las estructuras binarias de la Guerra Fría. Aquí estaba la estructura geopolítica “este contra oeste”, en evolución hacia bipolaridades sustitutas como “mundo cristiano vs. mundo islámico” o “consumidores vs. productores de petróleo”. El profeta respectivo fue Samuel Huntington y su tesis de “la guerra de civilizaciones”, que concluía con una supratesis descarnada: “West, against the rest” y, más sintéticamente, “USA against the rest”.
4.5.- El quinto sesgo era la falta de dimensionamiento de las NTs. En el año 2000, hablábamos de nuevas tecnologías de la información, en el marco de la utopía onusiana sobre un “nuevo orden mundial informativo”. No sabíamos que eran NTs a secas, y que no se reducían a lo informativo, aunque lo comprendieran. Puesto en nomenclatura que hoy nos es familiar, ignorábamos que el hardware y el software no se habían creado en función exclusiva del periodismo sino, más bien, en función de un innominado socialware.
III. DEFICIT DE LA IMAGINACIÓN TECNOECONOMICA
5.- El déficit de imaginación tecno-económica en la ponencia de 2000, obedece a que mi primera reflexión fue históricamente “seguidista”: si la prensa modélica había sobrevivido a la radio y a la televisión, también podría coexistir con las NTs y, específicamente, con Internet. Para esto bastaba incorporar dichas NTs al proceso de pre-impresión o incorporarse ella misma a Internet, según conveniencias mutuas. Así, los diarios-papel disfrutarían del público ampliado on line e Internet enriquecería sus contenidos tomando, como referente expreso, a los grandes y confiables diarios-papel. El desafío parecía abordable. Todos ganaban.
6.- No hubo, entonces, un análisis cabal de las rigideces económico-sociales de la reconversión de la prensa. Por ejemplo, no se ponderaron los serios problemas que planteaba la inversión en maquinarias y equipos de larga duración, en contraste con la inversión en sistemas de rapidísima obsolescencia. Tampoco se ponderó la resistencia sindical al desempleo, que acompaña siempre a las actualizaciones tecnológicas importantes. Más allá, no se abordó el tema de la desventaja comparativa total del soporte papel, en función de su costo y de la energía disponible para producirlo. Algo debió decirse sobre un hecho significativo: producir una tonelada de papel consume una energía equivalente a 6 barriles de petróleo, mientras que producir una tonelada de acero consume una energía equivalente a 5 barriles y fracción.
7.- En ese contexto, los problemas financieros habían puesto al periodismo tradicional ante una de sus más serias crisis recurrentes. Para superarla, apelaba a medidas que hoy parecen intermedias o propias de períodos “normales”. Entre esas medidas estaban redefinir sus contenidos dando menos política, aumentando las dosis de farándula y futbol, “purificando” los textos de toda palabra culta, reduciendo el tiempo óptimo calculado de lectura, incorporando secciones o suplementos según dispusieran las encuestas, absorbiendo las revistas –semanales o quincenales- en el cuerpo de los diarios y absolutizando la conversión al color. De hecho, el viejo periodiismo estaba en un momento de inflexión
8.- También estaba la ilusión de los mayores recursos (o menores pérdidas) vía racionalización interna. Esto comprendía la reconversión de los propios periodistas, que ya no se dedicarían sólo a cazar noticias y componer textos. Además, tendrían que dimensionar, diagramar y mover sus trabajos desde sus computadores satelitales, según programas o softwares especiales. En esa misma línea, se privilegiaba la venta de suscripciones por sobre la venta del periódico en puntos fijos o móviles de distribución. Otro punto era el énfasis absoluto en la publicidad, que transformó al diario de los domingos en un catálogo de avisos comerciales con un suplemento de noticias. Por último, ahí estaba, como siempre, la concentración o absorción de los medios por los grandes consorcios, dejando cada vez menos espacio a la prensa independiente, nacional o local.
9.- Tecnológicamente hablando, aquello era demasiado poco y demasiado tarde. La opción del futuro no era modernizarse hasta la etapa de pre-impresión, sino programar el abandono del soporte papel, para internetizarse. La mejor prueba está en la rendición progresiva y disfrazada de la prensa modélica. Esta ahora contiene blogs, chats, videos y twitteos en sus páginas-papel y también suele tener una versión on line, con o sin pago de los internautas. El fenómeno refleja ese dicho sajón según el cual if you can’t beat them, join them. Pero también puede contener la ilusión de utilizar transitoriamente las NTs, esperando el retorno a los viejos buenos tiempos. Algo similar a lo que hacían los grandes cineastas de antaño, cuando producían filmes “alimenticios”, para financiar sus genuinas obras de arte.
10.- Sin embargo, no parece viable vivir apostando al caballo ajeno, en cuanto ganador, para poder mantener el propio. La prensa-papel, en estos momentos, podría terminar compitiendo con sus propias versiones on line. Y, si éstas son pagadas, chocaría con la gratuidad de la información que nace desde Internet. Todo esto ha dejado espacio para un efecto curioso: el desarrollo de los diarios-papel de distribución gratuita, que se financian sólo con publicidad. Hay, en todo esto, una paradoja inadvertida: la información que se asume con un diario-papel que se regala o con un simple clic en una dirección web, está resocializando la práctica ancestral de la información gratuita. Esa de los tiempos en que a nadie se le hubiera ocurrido pagarle a los heraldos del Rey.
11.- Un buen ejemplo de lo anterior se produjo en Chile, cuando los responsables del casi centenario diario La Nación –subvencionado, en cuanto mayoritariamente estatal-, asumieron por fin su crisis total de compradores. En diciembre del año pasado terminaron con la edición papel y optaron por potenciar su versión digital. A tres meses de la decisión, en marzo de este año, el diario tenía 900 mil visitas mensuales; con una proyección de crecimiento a 2 millones de lectores, sólo en el corto plazo. Con base en fenómenos como éste, ya existe en el mundo una bolsa virtual de medios, en la cual se transan los tradicionales y los digitales. Grandes medios on line, como El Huffington Post, se han ultravalorizado y medios tan históricos como The New York Times, han iniciado una marcha forzada hacia la internetización .
IV. DEFICIT DE LA IMAGINACION POLITICA
12.-El déficit de imaginación política de 2000 impidió visualizar que el realismo minimalista era y es funcional a la identificación de los políticos como clase profesional. Desde ese realismo no se aprecia y hasta se niega su calidad… pero se asume que son mejores que nada, pues “alguien tiene que gobernar”. Este fenómeno completó su maduración con la crisis de las “ideologías totales”, tras el fin de la Guerra Fría y con la consiguiente centrificación de los actores sistémicos. En efecto, ante aquel vacío repentino, casi todos se abalanzaron hacia el centro de sus sistemas respectivos, abriéndose a una profesionalización sin creatividad. En ese nuevo contexto la imaginación se hizo sospechosa y comenzó a sustituirse el debate de ideas por las acciones mercadotécnicas. En vez de proyectos de sociedad, los candidatos ofrecían sus rostros y hasta eludían las filiaciones partidistas. El viejo pragmatismo dejó de ser, entonces, un factor dirimente del debate político, para convertirse en una especie de doctrina de lo políticamente correcto. Un primer diagnóstico diría que el fin de los sueños ideológico-escatológicos llegó a confundirse con el fin de todos los sueños, y que el mercado, en vez de eficiente asignador de recursos, tendió a confundirse con la sociedad de mercado. Lester Thurow, notable teórico del extremomercadismo, expuso en su libro El Futuro del Capitalismo el espíritu descarnado de esta etapa: “En el capitalismo simplemente no existe un deber ser social” (…) “la democracia tiene creencias que no son compatibles con las grandes desigualdades”.
13.- De lo señalado derivan tres efectos colaterales, no previstos pero que debieron preverse:
13.1.- Primero, la relegitimación de las dictaduras y teocracias vigentes. Y con mayor convicción, si éstas ofrecían buenos negocios o mercados apetecibles. Podría hablarse, en este sentido, de la amistad fructífera de los gobernantes del realminimalismo democrático con Hosni Mubarak, Muamar el Gadafi, reyes, jeques y emires petroleros. También podría hablarse de su tolerante indiferencia hacia actores dictatoriales o teocráticos económicamente irrelevantes, como los hermanos Castro, los hermanos Ortega y muchos gobernantes africanos.
13.2.- Segundo, la necesidad del enemigo y amigo sustitutos. Según este efecto, el fundamentalismo islámico ocuparía el espacio de la religión soviética derrotada y algunos dictadores “progresistas” serían los nuevos amigos de los huérfanos de la URSS. Por eso, para combatir a Sadam Hussein, George W. Bush debió disfrazarlo de Bin Laden, mientras Hugo Chávez y los hermanos Castro confraternizaban con Gadafi, en cuanto actor vinculado a la Internacional Socialista. En parte, esto era una reproducción de la dicotomía totalitarismos repudiables / autoritarismos conversables, elaborada durante la Guerra Fría por la politóloga norteamericana Jeanne Kirkpatrick, para justificar la buena relación de los Estados Unidos con algunos dictadores oprobiosos. Lo mismo había dicho antes Lyndon B. Johnson, aunque sin eufemismos, cuando aludió al dictador nicaragüense Anastasio Somoza como “our son of a bitch”.
13.3.- Tercero, la paulatina mutación de muchos partidos políticos en simples gestores del poder. En distintos grados de nitidez, tal conversión los mostraba como cajas retóricas de resonancia, con un plantel de operadores expertos en sistemas y métodos clientelares, que abrían las puertas de la corrupción sistémica. Había, en esto, una complicidad estructural con algunos medios de prensa, con anclaje en la publicidad imprescindible, que se expresaba como afonía crítica. Esos medios, para evitar colisiones con los intereses políticos de sus avisadores, cerraban así un circuito desventurado y los dictadores dejaban de ser noticia internacional preferente.
V. DEFICIT DE IMAGINACION PROSPECTIVA EN LO GENERACIONAL
14.- Mi hipótesis es que los jóvenes con vocación política de hoy, primero se sintieron excluidos por los partidos políticos y después ya no quisieron incluirse. Agrego que todavía no descubren una buena razón para “volver” a un sistema democrático al que nunca entraron. Por lo mismo, tampoco los motiva sostener a la prensa que se producía en ese sistema y que ayudaba a reproducirlo. Recuerdo a un distinguido parlamentario de la Concertación chilena, entonces gobernante, reconociendo que no había jóvenes en su partido, pero matizando luego: “los pocos que tenemos están, porque son iguales a nosotros”.
15.- Hubo demasiada autocomplacencia ante este fenómeno. Se quiso creer que quienes no se interesaban por participar en el sistema político, estaban conformes con éste. Es decir, los desencantados o abstinentes, entre los cuales la abrumadora mayoría de los jóvenes, eran una suerte de satisfechos subliminales. No se quiso sospechar que esa apatía constituía una etapa de transición, que podía conducir a la viejísima opción entre reforma o revolución.
16.- Hay dos conexiones que no se hicieron: la primera, que la deserción politica de los jóvenes fue simétrica con su desvinculación de la gran prensa. Si ellos compraban periódicos, era para buscar ofertas de empleo. Segunda conexión ausente: tanto esa deserción, como esta desvinculación fueron coetáneas con la invención y auge de las NTs. Porque, ojo, fueron los jóvenes quienes las inventaron y quienes las están aplicando. Bill Gates creó Microsoft a los 20 años, cuando era estudiante de Harvard. Mark Zuckerberg y su pandilla veinteañera de Harvard crearon Facebook, que hoy tiene 500 millones de afiliados (según cifra de inicios de 2011). Tan cierto es esto, que yo debí recurrir a mi hija para aprender a enviar mensajes por celular y dependo de mi nieta para que me reprograme el aparato. Supongo que no soy el único adulto en estas condiciones de dependencia.
17.- Lo señalado tampoco anuncia un paraíso con administración juvenil. Ya advertimos, en 2000, que Internet no está estructurado como un proyecto periodístico. Es un sistema abierto, sin director responsable, sin director de informaciones, donde se mezclan lo óptimo, lo pésimo, lo santo, lo perverso, la desinformación, la falsificación, la pornografía y la propaganda de las dictaduras. Todo al alcance de una tecla. Por lo mismo, las NTs también pueden ser funcionales al progreso tecnológico de la delincuencia común. Una entrevista del diario brasileño O’Globo del 23 de mayo de 2007 a Marcos Camacho, alias Marcola, delincuente líder de Sao Paulo, es muy reveladora a este respecto. Cito: “no hay más proletarios o infelices o explotados, hay una tercera cosa creciendo allá afuera, cultivada en el barro, educándose en el más absoluto analfabetismo, diplomándose en las cárceles […] ya surgió un nuevo lenguaje. Es otra lengua. La post miseria genera una nueva cultura asesina ayudada por la nueva tecnología, satélites, celulares, armas modernas. Es la mierda con chips, con megabytes”
VI. NUEVA FORMA DE PENSAR, SOCIALIZAR Y COMUNICAR
18.- A inicios de este milenio, veíamos a los jóvenes internautas como simples nerds -una nueva clase de empollones-, mientras ellos estaban diseñando una socialización de nuevo tipo, con soporte en las NTs. Con ese objetivo, primero crearon redes sociales; luego las fijaron -con blogs, facebook, twitter, youtube, mensajes de texto y skype-, y terminaron creando un paralenguaje oral, escrito e icónico, que hoy es la lengua materna juvenil. Tal vez sin saberlo, estaban iniciando la Cuarta Fase en la Historia de la Comunicación Social, tras las de la oralidad, escritura y audiovisualidad: la era de la comunicación on line (COL).
19.- La COL es ese lenguaje, tan presentido por escritores como Julio Cortázar, George Orwell, Aldous Huxley y Anthony Burgess. En su superficie, se caracteriza por la desmaterialización de la palabra escrita que, al abandonar su tablado de papel, inspira una permisividad insólita. Sus usuarios pueden fragmentarla, ajustarla, colectivizarla, intervenirla y expropiarla, aboliendo cualquier copyright. No hay contexto tradicional que pueda impedírselos. En el sustrato del fenómeno está una característica imponente: la rapidez de su producción. En efecto, la COL es una genuina novedad civilizacional, en cuya virtud la información se procesa en tiempo real, sintetizando los clásicos tres tiempos de la prensa-papel: el tiempo del acontecimiento, el tiempo del procesamiento periodístico y el tiempo de la distribución.
20.- Sabemos, desde Marshall Mc Luhan, que los medios no son sólo rutas de información, pues, simultáneamente, modelan el pensamiento. La COL, en cuanto nuevo lenguaje producido por las NTs, lo confirma en vivo y en directo, pues contiene un nuevo enfoque gnoseológico, que produce una nueva manera de pensar, de crear cultura y de posicionarse políticamente. En esta línea, el nuevo posicionamiento político genera, por lo menos, tres opciones decisivas: Primera, el mejor político es el que menos político parece. Segunda, en vez de optar por sistemas políticos establecidos, los jóvenes prefieren crear una politicidad propia. Tercera, esta politicidad implica usar el sistema de socialización e información que hemos denominado socialware. Lo decisivo, en este proceso, es que la politicidad propia se inscribe en la tradición democrática y, por tanto, es disfuncional a quienes no asumieron –en los sistemas politicos y mediáticos-, que la democracia y las libertades fundamentales son y deben ser para todos.
21.- Digresión importante: muchos intelectuales de primer nivel miran el fenómeno COL con aprensión sectorializada. Paradigmático es lo expresado recientemente por Mario Vargas Llosa, último Premio Nobel de Literatura e influyente lider de opinión a nivel global. A su juicio, es preocupante que, mediante las NTs, los jóvenes acorten las palabras y vulneren las reglas gramaticales en los chats de Internet o en Twitter y Facebook. Esto implicaría que Internet “ha liquidado la gramática” y que “si escribes así, es que hablas así; si hablas así, es que piensas así y si piensas así, es que piensas como un mono” [[1]]url:#_ftn1 . Por cierto, es la perspectiva de un maestro del lenguaje -por extensión, de los intelectuales vinculados a las bellas letras-, que contrasta la cultura emergente con la que creen estar custodiando (y reproduciendo). Para la mayoría de estos intelectuales la COL es sólo un lenguaje empobrecido, como cualquier jerga local de cualquiera época. Otros, más apocalípticos, creen que es síntoma de la crisis inexorable de la Cultura –con mayúscula y en singular- a la cual miran como un segmento terrenal del plan divino o un producto social acabado. En tal condición, la cultura debiera moverse de manera rectilínea y eventualmente ascendente, como si fuera el acoplado de una Historia que nos arrastra hacia un fin. Sin embargo, las culturas realmente existentes siempre han estado insertas en la historia multívoca, expuestas a quiebres, paralizaciones y retrocesos, desde la barbarie, al Renacimiento y de éste a la Segunda Guerra Mundial. Es lo que expresa el elocuente aserto-pregunta de Raymond Aron en una de sus obras más célebres: “Cada momento de la historia tiene varios sentidos, ¿puede la historia entera tener sólo uno?” [[2]]url:#_ftn2 . El hecho es que McLuhan, en los años 60, ya pensaba en ese tipo de objeciones a los nuevos comunicadores, cuando pergeñó su estupendo aforismo “nadie ha cometido jamás un error gramatical en una sociedad analfabeta” [[3]]url:#_ftn3 . Por cierto este es un gran tema para otra ponencia y hasta para todo un nuevo seminario. Fin de la digresión.
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VII. LOS NUEVOS POLÍTICOS
22.- El nuevo posicionamiento y la nueva politicidad son un gran sub-tema en proceso. A nuestra vista está la insurgencia en Egipto, el Magreb y otros países árabes, con una repercusión global, equivalente a “la caída de los muros” de 1989. The Economist la decodificó como una suerte de admonición, dirigida a quienes sostenían que los árabes no estaban preparados para mejorar su estatus sociopolítico y que sus dictadores eran la única defensa contra el fundamentalismo islámico: “A los estudiantes testarudos de la realpolitik les gusta pensar que sólo ellos ven el mundo como es realmente y que aquellos que persiguen los derechos humanos y la democracia tienen la cabeza en las nubes” [[4]]url:#_ftn4 . Por lo mismo, otros medios exhumaron la palabra “revolución”, que tanto prestigio tuvo durante los años de la Guerra Fría. Sin embargo, a diferencia de las antiguas, en esta revolución árabe no se percibió una doctrina política previa. Como habría dicho Machado, “se conceptualizó al andar”, sobre una base minimalista pero poderosa: realizar la democracia y las libertades, prometidas pero congeladas.
23.- ¿Se trata, entonces, de una revolución retórica, sin el aporte de la fuerza? No lo creo. Aunque con menos visibilidad que en el asalto bolchevique al Palacio de Invierno, los insurgentes han sido fieles a ese aporte de Marx, según el cual “las armas de la crítica preceden a la crítica de las armas”. La diferencia epocal radica en que las armas de la crítica se ejercieron sin antes mostrarse y la crítica de la fuerza llegó sin que se programara. Dicho de otra manera, aquí no vimos la etapización histórica “normal”: construcción del partido revolucionario, creación de su aparato de “agitprop”, política de alianzas funcional a la idea revolucionaria, acopio de arsenales para disuadir o actuar y convocatoria a la sociedad nacional. En esta “revolución árabe” (en proceso), quienes manipulaban las NTs plantearon el objetivo revolucionario y forjaron la fuerza en tiempo real, comprometiendo incluso a la fuerza establecida. De paso, exhibieron una enorme superioridad sobre esa prensa papel tan fácilmente bloqueable, sobre todo al interior de los cuarteles. El equivalente a la toma del Palacio de Invierno no tuvo una Iskra preparatoria y fue, en definitiva, la toma de los centros de Internet.
24.- La otra gran pregunta que formulan las almas prácticas es ¿dónde están los nuevos líderes políticos? Por supuesto, es la gran incógnita del presente. Desde nuestra cultura política sólo podemos asegurar que los habitantes de la web no plantean ni presentan candidaturas tradicionales y que, técnicamente, éstas son disfuncionales a los 140 caracteres que exige el twitteo. Además, el predicamento de algunos barones de la COL es que los líderes políticos ni siquiera son necesarios: “Lo que ustedes no entienden, y parece ser que no lo quieren entender, es que esta protesta no tiene organizadores reales (…) es una protesta sin un líder” dijo Wael Ghonim, ejecutivo de Google para el Medio Oriente y norte de Africa, a propósito de Egipto [[5]]url:#_ftn5 .
25.- Aunque Ghonim quizás no lo sepa, la prescindibilidad de los líderes políticos entronca con una notoria sub-utopía marxiana. Esa según la cual la sociedad futura no necesitaría el gobierno sobre las personas, pues le bastaría la administración sobre las cosas. Lo que está sucediendo, de facto, es que los líderes de la nueva politicidad están madurando en la propia web. Allí están y pronto emergerán. Baste pensar que la bloguera cubana Yoani Sánchez, sometida a todo tipo de censuras internas, tiene una base de apoyo propia de más de 100 mil seguidores en su cuenta de twitter. Comparativamente el sitio en el cual se publican las reflexiones de Fidel Castro tiene 20.750 seguidores, según reciente medición de AOL. A mayor abundamiento, mientras se escriben estas líneas apareció la lista de las 100 personas más influyentes del mundo, según la revista Time. En esa lista están personalidades de las NTs como Julian Assange y Reed Hastings -presidente de una empresa de video por Internet- y la encabeza… ¡Wael Ghonim!
26.- El poder de las NTs equivale al del “arma total” durante la guerra fría y plantea un dilema insoluble al poder establecido. Por la alta velocidad de la información que diseminan y por la masividad global de los informados, su control previo es prácticamente imposible. Cortar Internet de manera global, como medida de censura previa, equivaldría a un disparo a los pies propios. A semejanza de la utópica huelga general revolucionaria del viejo comunismo, afectaría masivamente la actividad económica del país, pero no por obra de los insurgentes, sino del propio gobierno. Y todo esto sin contar con que habrá wikileaks cuándo y dónde menos se piense..
27.- La COL puede burlar la censura gracias a la autocontención obligada del poder establecido y, también, gracias acontramedidas tecnológicas como los servidores externos pivotales y la triangulación de mensajes y twitteos. Todo esto se ha testeado en el proceso de la “revolución árabe”. Podemos recordar que el diario argentino Clarín, del 2 de febrero informó, desde El Cairo, que “la censura en la web intentó frenar la revuelta, pero causó un caos económico”. Otro ejemplo está en la información del 1° de marzo, desde Bengasi, de la cadena árabe de televisión Al Jazeera. Esta mostró lo siguiente: “en el principal edificio de justicia se organizan las principales acciones para derrocar a Gadafi (…) en su interior hay un centro de Internet donde un pequeño equipo de técnicos trabaja en sus laptops”. Para Al Jazeera, era una “revolución cibernética” en la cual esos técnicos arreglaron el sistema tras un apagón total de Internet, se comunicaban con las cadenas CNN y BBC mediante Skype y chats, trabajaban en Facebook y Twitter y tenían una impresora de oficina para producir carteles y banderas. De paso, todo esto compone un excelente aporte para quien se dedique a investigar la actualidad y obsolescencia de la clásica obra de Curzio Malaparte, Técnica del golpe de Estado.
VIII. DIEZ CONCLUSIONES RECTIFICATORIAS:
28.- A continuación, algunas conclusiones de lo expuesto:
28.1.- Primera: hoy no está en peligro el periodismo mismo o esencial, sino el tradicional y modélico con soporte en papel. Según los datos y tendencias actuales, será desplazado de su importancia histórica por el periodismo con soporte electrónico de las NTs.
28.2.- Segunda: para el periodismo emergente, la globalización comprende el proyecto democrático o no es globalización. Es un avance sobre el reaalismo minimalista del periodismo tradicional, que se venía resignando a los statu quo no democráticos, en función de la estatura socioeconómica de las naciones afectadas y/o de sus intereses empresariales propios.
28.3.- Tercera: hay un lenguaje comunicacional nuevo que genera nuevas maneras de pensar, comunicarse y actuar. Estas nuevas maneras generan, a su vez, una nueva politicidad, caracterizable por ser un atajo directo (shortcut en lenguaje computacional) entre la información, la convocatoria y la acción.
28.4.- Cuarta: las NTs, con base en la comunicación on line, tienen un soporte generacional definido, pues nacieron y se expandieron con la juventud tecnotrónica. Por esto, decirles a los jóvenes que busquen su información en la prensa seria, es como pedirles que renuncien a sus ventajas comparativas genuinas. Es como si ellos nos conminaran a leer nuestros periódicos en castellano antiguo.
28.5.- Quinta: el binomio prensa tradicional sin filo crítico y apatía política ciudadana, no era un fenómeno estático, sino una etapa de un periodo de transición. Este se produce desde aquella politicidad resignada a la participación mínima y se dirige hacia la politicidad de las mayorías excluidas, con soporte en las NTs.
28.6.- Sexta: las redes sociales de las NTs no reemplazan a la participación política. Son una nueva forma de participación política, en cuyo contexto pueden crearse nuevos centros convocantes, con objetivos temáticos acotados, que produzcan líderes legitimados por los resultados.
28.7.- Séptimo: para los jefes de los partidos políticos ya no se trata de ser más inclusivos, especialmente con los jóvenes, pues los marginales a los partidos tienen hoy la misma o mejor información y mayor capacidad de convocatoria. Las opciones reales del momento son negociar con ellos o unirse a ellos, ya que es más posible que los excluidos modifiquen a los partidos que el fenómeno inverso.
28.8.- Octava: lo que está sucediendo puede ser el comienzo del fin del conformismo con las democracias de baja o nula intensidad. Es decir, con el conformismo de los partidos políticos clientelares, compuestos por dirigentes vitalicios, militantes teloneros y masas manipulables. Frente a ellos, los internautas se autoperciben como participantes democráticos ab initio, con influencia sobre una masa crítica y en crecimiento exponencial.
28.9.- Novena: la validez de lo sostenido se está verificando en el propio establishment político, con los militantes que asumen la nueva politicidad, socavando las disciplinas partidarias –“díscolos” y “trásfugas”- y los que están aprendiendo el oficio de blogueros y twitteros. Es lo que ha contribuído a instalar en el debate político temas transversales a los partidos, como la protección de los ecosistemas, la implantación de la huella de carbono, el cambio climático, la protección de las especies en extinción, el problema del agua y el combate a todas las dictaduras..
28.10.- Décima: como lo muestra la “revolución árabe”, la crisis de los partidos políticos ha dejado de identificarse, automáticamente, con la crisis de la idea democrática. Ahora, puede gatillarse una gestión democrática sobre otras bases, según la crisis sea coyuntural o terminal. Aunque todavía no se perciba así, esto implica que la representación política sin participación democrática genuina, ya no tiene como única alternativa la implantación de una dictadura.
IX.- DOS CONCLUSIONES PERSONALIZADAS:
Primera: pronto nadie sabrá qué cosa era un suplementero o un quiosco de periódicos, pero nosotros seguiremos comprando diarios en boutiques especiales, pues el mercado nos considerará en la categoría “coleccionistas”. Esto significa que la prensa con soporte papel seguirá la ruta de los innecesarios sellos postales y que algunos literatos ironizarán sobre cuanto diafrutábamos, los antiguos, con su olor a tinta fresca.
Segunda: puede que mis pronósticos de hoy tampoco sean certeros y que Jesús María Alemany piense, ahora, que incurrí en un exceso de la imaginación prospectiva. En tal caso, lo peor que puede suceder es que ello de pábulo para una tercera exposición, en un nuevo seminario, en este mismo lugar. Esto es, para tener la alegría de seguir debatiendo con los viejos amigos, sobre el futuro del periodismo en los diez años que vendrán.
Zaragoza 2012
Nota. Me ha parecido interesante depositar en este apartado de Cono Sur el texto publicado de mi exposición de 2011, en el Seminario de Investigación para la Paz, prestigiosa Fundación aragonesa. Su tema está tanto en la coyuntura como en el futuro próximo. Es noticia en desarrollo.
JRE
I. HISTORIA DEL TEMA
1.- Volver a Zaragoza para exponer y debatir sobre este tema, tiene una historia propia Estuve aquí en el año 2000, en este mismo Seminario de Investigación para la Paz, con una ponencia sobre “el futuro de la prensa, las nuevas tecnologías de la comunicación, la híper y autoinformación, amenazas”. Ese título, de apariencia imponente y con hipótesis ominosa, tuvo de mi parte una decodificación optimista. Dado que aquel futuro lleva ya más de una década de desarrollo, esta nueva reunión servirá para contrastar las percepciones y los pronósticos de entonces. Lo haré en el disfrute de la mayor libertad crítica que es posible concebir. En efecto, si mi actual ponencia implica una autocrítica feroz, todo quedará en familia
2.- Si pudiera hacer una síntesis de mi ponencia del año 200 diría que: a) tomé como referente la prensa-papel y la televisión de España y América Latina, b) el contexto político fue el de la Guerra Fría y la transición democrática, c) el contexto tecnológico tenía como soportes la CNN y el inicio de la expansión de Internet, d) la tesis principal era la correlación entre las democracias desarrolladas y la prensa modélica y/o tradicional, e) había una primera tesis subordinada, según la cual la calidad de la democracia estaba vinculada a la calidad de la prensa modélica, f) según una segunda tesis subordinada, las nuevas tecnologías (NTs) debilitaban la participación social por el efecto que yo llamaba “autismo del internauta”.
3.- Esa ponencia tenía el siguiente supuesto virtuoso: aunque la prensa aludida no era una institución de beneficencia, pues tenía fines de lucro, se configuraba como una empresa que cumplía un rol diferenciado, con códigos éticos propios, representando distintas sensibilidades en lo político-cultural y luciendo un sesgo crítico necesario. Esto último porque, como cualquier periodista sabe, un diario oficialista no es buen negocio. Con base en ese supuesto virtuoso, se concluía que la prensa modélica de las democracias tenía una alta función socializadora. En su virtud, afirmaba la unidad del Estado, al tiempo que exhibía su diversidad interna, desde el mundo de los futbolistas al de los intelectuales (para usar una antinomia grata a José Ortega y Gasset). Simultáneamente, se constituía en soporte del debate social en oficinas, talleres, calles y plazas, como jamás podría hacerlo una pantalla de PC. Desde tal perspectiva, la prensa modélica aparecía como un producto interactivo del Estado, abiertamente funcional a la paz, la cultura democrática y las libertades ciudadanas.
II. AUTOCRÍTICA FEROZ
4.- Aquella fue, lo reconozco, una tesitura más romántica que realista. Jesús María Alemany lo apuntó en el debate posterior, al decir que contenía una excesiva idealización de la prensa que yo categorizaba como modélica. Repasándola, a la luz de lo sucedido en estos últimos diez años, creo que estuvo quintuplemente sesgada.
4.1.- El primer sesgo estuvo en la biografía del ponente. Esto es, en lo que podríamos llamar mi “circunstancia condicionante”. Esta descansaba en un Chile donde viví entre la democracia, la dictadura y la transición democrática. Suponía un exilio en la República Democrática alemana, equivalente a un doctorado en socialismo real. También contenía varios años en la Organización de las Naciones Unidas, con una experiencia en vivo y en directo sobre las tensiones entre su burocracia y su utopía.
4.2.- El segundo sesgo fue una especie de adhesión, por escarmiento, al realismo minimalista democrático. Con tácita ironía churchilliana, levanté el binomio “democracia-prensa modélica” como equivalente al peor sistema político-informativo, con excepción de todos los demás. Esto reflejaba el posibilismo de la época, que aconsejaba asumir lo bueno contra lo mejor, pues lo mejor podía ser sólo un nuevo disfraz de las “ideologías totales”. El escarmiento de base consistía en que la democracia realmente existente pudo parecer mediocre pero, contrastada con el sociaoismo realmente existente, era mucho más que una simple forma. En todo caso, una forma preferible a las utopías de patria o muerte.
4.3.- El tercer sesgo consistió en la proyección de la utopía compleja de la ONU tras el fin de la Guerra Fría. Específicamente, por aquellos “dividendos de la paz” que levantó el Secretario General peruano de la época, Javier Pérez de Cuellar. En mi análisis, éstos contenían la plenitud del binomio “democracia-prensa modélica”, pues el nuevo orden internacional en plasmación permitiría un desarrollo pleno de ambos factores. El profeta más conocido de esta tendencia hiperoptimista fue Francis Fukuyama y la plasmó en su tesis sobre el fin de la Historia.
4.4.- El cuarto sesgo yacía camuflado bajo la inercia de las estructuras binarias de la Guerra Fría. Aquí estaba la estructura geopolítica “este contra oeste”, en evolución hacia bipolaridades sustitutas como “mundo cristiano vs. mundo islámico” o “consumidores vs. productores de petróleo”. El profeta respectivo fue Samuel Huntington y su tesis de “la guerra de civilizaciones”, que concluía con una supratesis descarnada: “West, against the rest” y, más sintéticamente, “USA against the rest”.
4.5.- El quinto sesgo era la falta de dimensionamiento de las NTs. En el año 2000, hablábamos de nuevas tecnologías de la información, en el marco de la utopía onusiana sobre un “nuevo orden mundial informativo”. No sabíamos que eran NTs a secas, y que no se reducían a lo informativo, aunque lo comprendieran. Puesto en nomenclatura que hoy nos es familiar, ignorábamos que el hardware y el software no se habían creado en función exclusiva del periodismo sino, más bien, en función de un innominado socialware.
III. DEFICIT DE LA IMAGINACIÓN TECNOECONOMICA
5.- El déficit de imaginación tecno-económica en la ponencia de 2000, obedece a que mi primera reflexión fue históricamente “seguidista”: si la prensa modélica había sobrevivido a la radio y a la televisión, también podría coexistir con las NTs y, específicamente, con Internet. Para esto bastaba incorporar dichas NTs al proceso de pre-impresión o incorporarse ella misma a Internet, según conveniencias mutuas. Así, los diarios-papel disfrutarían del público ampliado on line e Internet enriquecería sus contenidos tomando, como referente expreso, a los grandes y confiables diarios-papel. El desafío parecía abordable. Todos ganaban.
6.- No hubo, entonces, un análisis cabal de las rigideces económico-sociales de la reconversión de la prensa. Por ejemplo, no se ponderaron los serios problemas que planteaba la inversión en maquinarias y equipos de larga duración, en contraste con la inversión en sistemas de rapidísima obsolescencia. Tampoco se ponderó la resistencia sindical al desempleo, que acompaña siempre a las actualizaciones tecnológicas importantes. Más allá, no se abordó el tema de la desventaja comparativa total del soporte papel, en función de su costo y de la energía disponible para producirlo. Algo debió decirse sobre un hecho significativo: producir una tonelada de papel consume una energía equivalente a 6 barriles de petróleo, mientras que producir una tonelada de acero consume una energía equivalente a 5 barriles y fracción.
7.- En ese contexto, los problemas financieros habían puesto al periodismo tradicional ante una de sus más serias crisis recurrentes. Para superarla, apelaba a medidas que hoy parecen intermedias o propias de períodos “normales”. Entre esas medidas estaban redefinir sus contenidos dando menos política, aumentando las dosis de farándula y futbol, “purificando” los textos de toda palabra culta, reduciendo el tiempo óptimo calculado de lectura, incorporando secciones o suplementos según dispusieran las encuestas, absorbiendo las revistas –semanales o quincenales- en el cuerpo de los diarios y absolutizando la conversión al color. De hecho, el viejo periodiismo estaba en un momento de inflexión
8.- También estaba la ilusión de los mayores recursos (o menores pérdidas) vía racionalización interna. Esto comprendía la reconversión de los propios periodistas, que ya no se dedicarían sólo a cazar noticias y componer textos. Además, tendrían que dimensionar, diagramar y mover sus trabajos desde sus computadores satelitales, según programas o softwares especiales. En esa misma línea, se privilegiaba la venta de suscripciones por sobre la venta del periódico en puntos fijos o móviles de distribución. Otro punto era el énfasis absoluto en la publicidad, que transformó al diario de los domingos en un catálogo de avisos comerciales con un suplemento de noticias. Por último, ahí estaba, como siempre, la concentración o absorción de los medios por los grandes consorcios, dejando cada vez menos espacio a la prensa independiente, nacional o local.
9.- Tecnológicamente hablando, aquello era demasiado poco y demasiado tarde. La opción del futuro no era modernizarse hasta la etapa de pre-impresión, sino programar el abandono del soporte papel, para internetizarse. La mejor prueba está en la rendición progresiva y disfrazada de la prensa modélica. Esta ahora contiene blogs, chats, videos y twitteos en sus páginas-papel y también suele tener una versión on line, con o sin pago de los internautas. El fenómeno refleja ese dicho sajón según el cual if you can’t beat them, join them. Pero también puede contener la ilusión de utilizar transitoriamente las NTs, esperando el retorno a los viejos buenos tiempos. Algo similar a lo que hacían los grandes cineastas de antaño, cuando producían filmes “alimenticios”, para financiar sus genuinas obras de arte.
10.- Sin embargo, no parece viable vivir apostando al caballo ajeno, en cuanto ganador, para poder mantener el propio. La prensa-papel, en estos momentos, podría terminar compitiendo con sus propias versiones on line. Y, si éstas son pagadas, chocaría con la gratuidad de la información que nace desde Internet. Todo esto ha dejado espacio para un efecto curioso: el desarrollo de los diarios-papel de distribución gratuita, que se financian sólo con publicidad. Hay, en todo esto, una paradoja inadvertida: la información que se asume con un diario-papel que se regala o con un simple clic en una dirección web, está resocializando la práctica ancestral de la información gratuita. Esa de los tiempos en que a nadie se le hubiera ocurrido pagarle a los heraldos del Rey.
11.- Un buen ejemplo de lo anterior se produjo en Chile, cuando los responsables del casi centenario diario La Nación –subvencionado, en cuanto mayoritariamente estatal-, asumieron por fin su crisis total de compradores. En diciembre del año pasado terminaron con la edición papel y optaron por potenciar su versión digital. A tres meses de la decisión, en marzo de este año, el diario tenía 900 mil visitas mensuales; con una proyección de crecimiento a 2 millones de lectores, sólo en el corto plazo. Con base en fenómenos como éste, ya existe en el mundo una bolsa virtual de medios, en la cual se transan los tradicionales y los digitales. Grandes medios on line, como El Huffington Post, se han ultravalorizado y medios tan históricos como The New York Times, han iniciado una marcha forzada hacia la internetización .
IV. DEFICIT DE LA IMAGINACION POLITICA
12.-El déficit de imaginación política de 2000 impidió visualizar que el realismo minimalista era y es funcional a la identificación de los políticos como clase profesional. Desde ese realismo no se aprecia y hasta se niega su calidad… pero se asume que son mejores que nada, pues “alguien tiene que gobernar”. Este fenómeno completó su maduración con la crisis de las “ideologías totales”, tras el fin de la Guerra Fría y con la consiguiente centrificación de los actores sistémicos. En efecto, ante aquel vacío repentino, casi todos se abalanzaron hacia el centro de sus sistemas respectivos, abriéndose a una profesionalización sin creatividad. En ese nuevo contexto la imaginación se hizo sospechosa y comenzó a sustituirse el debate de ideas por las acciones mercadotécnicas. En vez de proyectos de sociedad, los candidatos ofrecían sus rostros y hasta eludían las filiaciones partidistas. El viejo pragmatismo dejó de ser, entonces, un factor dirimente del debate político, para convertirse en una especie de doctrina de lo políticamente correcto. Un primer diagnóstico diría que el fin de los sueños ideológico-escatológicos llegó a confundirse con el fin de todos los sueños, y que el mercado, en vez de eficiente asignador de recursos, tendió a confundirse con la sociedad de mercado. Lester Thurow, notable teórico del extremomercadismo, expuso en su libro El Futuro del Capitalismo el espíritu descarnado de esta etapa: “En el capitalismo simplemente no existe un deber ser social” (…) “la democracia tiene creencias que no son compatibles con las grandes desigualdades”.
13.- De lo señalado derivan tres efectos colaterales, no previstos pero que debieron preverse:
13.1.- Primero, la relegitimación de las dictaduras y teocracias vigentes. Y con mayor convicción, si éstas ofrecían buenos negocios o mercados apetecibles. Podría hablarse, en este sentido, de la amistad fructífera de los gobernantes del realminimalismo democrático con Hosni Mubarak, Muamar el Gadafi, reyes, jeques y emires petroleros. También podría hablarse de su tolerante indiferencia hacia actores dictatoriales o teocráticos económicamente irrelevantes, como los hermanos Castro, los hermanos Ortega y muchos gobernantes africanos.
13.2.- Segundo, la necesidad del enemigo y amigo sustitutos. Según este efecto, el fundamentalismo islámico ocuparía el espacio de la religión soviética derrotada y algunos dictadores “progresistas” serían los nuevos amigos de los huérfanos de la URSS. Por eso, para combatir a Sadam Hussein, George W. Bush debió disfrazarlo de Bin Laden, mientras Hugo Chávez y los hermanos Castro confraternizaban con Gadafi, en cuanto actor vinculado a la Internacional Socialista. En parte, esto era una reproducción de la dicotomía totalitarismos repudiables / autoritarismos conversables, elaborada durante la Guerra Fría por la politóloga norteamericana Jeanne Kirkpatrick, para justificar la buena relación de los Estados Unidos con algunos dictadores oprobiosos. Lo mismo había dicho antes Lyndon B. Johnson, aunque sin eufemismos, cuando aludió al dictador nicaragüense Anastasio Somoza como “our son of a bitch”.
13.3.- Tercero, la paulatina mutación de muchos partidos políticos en simples gestores del poder. En distintos grados de nitidez, tal conversión los mostraba como cajas retóricas de resonancia, con un plantel de operadores expertos en sistemas y métodos clientelares, que abrían las puertas de la corrupción sistémica. Había, en esto, una complicidad estructural con algunos medios de prensa, con anclaje en la publicidad imprescindible, que se expresaba como afonía crítica. Esos medios, para evitar colisiones con los intereses políticos de sus avisadores, cerraban así un circuito desventurado y los dictadores dejaban de ser noticia internacional preferente.
V. DEFICIT DE IMAGINACION PROSPECTIVA EN LO GENERACIONAL
14.- Mi hipótesis es que los jóvenes con vocación política de hoy, primero se sintieron excluidos por los partidos políticos y después ya no quisieron incluirse. Agrego que todavía no descubren una buena razón para “volver” a un sistema democrático al que nunca entraron. Por lo mismo, tampoco los motiva sostener a la prensa que se producía en ese sistema y que ayudaba a reproducirlo. Recuerdo a un distinguido parlamentario de la Concertación chilena, entonces gobernante, reconociendo que no había jóvenes en su partido, pero matizando luego: “los pocos que tenemos están, porque son iguales a nosotros”.
15.- Hubo demasiada autocomplacencia ante este fenómeno. Se quiso creer que quienes no se interesaban por participar en el sistema político, estaban conformes con éste. Es decir, los desencantados o abstinentes, entre los cuales la abrumadora mayoría de los jóvenes, eran una suerte de satisfechos subliminales. No se quiso sospechar que esa apatía constituía una etapa de transición, que podía conducir a la viejísima opción entre reforma o revolución.
16.- Hay dos conexiones que no se hicieron: la primera, que la deserción politica de los jóvenes fue simétrica con su desvinculación de la gran prensa. Si ellos compraban periódicos, era para buscar ofertas de empleo. Segunda conexión ausente: tanto esa deserción, como esta desvinculación fueron coetáneas con la invención y auge de las NTs. Porque, ojo, fueron los jóvenes quienes las inventaron y quienes las están aplicando. Bill Gates creó Microsoft a los 20 años, cuando era estudiante de Harvard. Mark Zuckerberg y su pandilla veinteañera de Harvard crearon Facebook, que hoy tiene 500 millones de afiliados (según cifra de inicios de 2011). Tan cierto es esto, que yo debí recurrir a mi hija para aprender a enviar mensajes por celular y dependo de mi nieta para que me reprograme el aparato. Supongo que no soy el único adulto en estas condiciones de dependencia.
17.- Lo señalado tampoco anuncia un paraíso con administración juvenil. Ya advertimos, en 2000, que Internet no está estructurado como un proyecto periodístico. Es un sistema abierto, sin director responsable, sin director de informaciones, donde se mezclan lo óptimo, lo pésimo, lo santo, lo perverso, la desinformación, la falsificación, la pornografía y la propaganda de las dictaduras. Todo al alcance de una tecla. Por lo mismo, las NTs también pueden ser funcionales al progreso tecnológico de la delincuencia común. Una entrevista del diario brasileño O’Globo del 23 de mayo de 2007 a Marcos Camacho, alias Marcola, delincuente líder de Sao Paulo, es muy reveladora a este respecto. Cito: “no hay más proletarios o infelices o explotados, hay una tercera cosa creciendo allá afuera, cultivada en el barro, educándose en el más absoluto analfabetismo, diplomándose en las cárceles […] ya surgió un nuevo lenguaje. Es otra lengua. La post miseria genera una nueva cultura asesina ayudada por la nueva tecnología, satélites, celulares, armas modernas. Es la mierda con chips, con megabytes”
VI. NUEVA FORMA DE PENSAR, SOCIALIZAR Y COMUNICAR
18.- A inicios de este milenio, veíamos a los jóvenes internautas como simples nerds -una nueva clase de empollones-, mientras ellos estaban diseñando una socialización de nuevo tipo, con soporte en las NTs. Con ese objetivo, primero crearon redes sociales; luego las fijaron -con blogs, facebook, twitter, youtube, mensajes de texto y skype-, y terminaron creando un paralenguaje oral, escrito e icónico, que hoy es la lengua materna juvenil. Tal vez sin saberlo, estaban iniciando la Cuarta Fase en la Historia de la Comunicación Social, tras las de la oralidad, escritura y audiovisualidad: la era de la comunicación on line (COL).
19.- La COL es ese lenguaje, tan presentido por escritores como Julio Cortázar, George Orwell, Aldous Huxley y Anthony Burgess. En su superficie, se caracteriza por la desmaterialización de la palabra escrita que, al abandonar su tablado de papel, inspira una permisividad insólita. Sus usuarios pueden fragmentarla, ajustarla, colectivizarla, intervenirla y expropiarla, aboliendo cualquier copyright. No hay contexto tradicional que pueda impedírselos. En el sustrato del fenómeno está una característica imponente: la rapidez de su producción. En efecto, la COL es una genuina novedad civilizacional, en cuya virtud la información se procesa en tiempo real, sintetizando los clásicos tres tiempos de la prensa-papel: el tiempo del acontecimiento, el tiempo del procesamiento periodístico y el tiempo de la distribución.
20.- Sabemos, desde Marshall Mc Luhan, que los medios no son sólo rutas de información, pues, simultáneamente, modelan el pensamiento. La COL, en cuanto nuevo lenguaje producido por las NTs, lo confirma en vivo y en directo, pues contiene un nuevo enfoque gnoseológico, que produce una nueva manera de pensar, de crear cultura y de posicionarse políticamente. En esta línea, el nuevo posicionamiento político genera, por lo menos, tres opciones decisivas: Primera, el mejor político es el que menos político parece. Segunda, en vez de optar por sistemas políticos establecidos, los jóvenes prefieren crear una politicidad propia. Tercera, esta politicidad implica usar el sistema de socialización e información que hemos denominado socialware. Lo decisivo, en este proceso, es que la politicidad propia se inscribe en la tradición democrática y, por tanto, es disfuncional a quienes no asumieron –en los sistemas politicos y mediáticos-, que la democracia y las libertades fundamentales son y deben ser para todos.
21.- Digresión importante: muchos intelectuales de primer nivel miran el fenómeno COL con aprensión sectorializada. Paradigmático es lo expresado recientemente por Mario Vargas Llosa, último Premio Nobel de Literatura e influyente lider de opinión a nivel global. A su juicio, es preocupante que, mediante las NTs, los jóvenes acorten las palabras y vulneren las reglas gramaticales en los chats de Internet o en Twitter y Facebook. Esto implicaría que Internet “ha liquidado la gramática” y que “si escribes así, es que hablas así; si hablas así, es que piensas así y si piensas así, es que piensas como un mono” [[1]]url:#_ftn1 . Por cierto, es la perspectiva de un maestro del lenguaje -por extensión, de los intelectuales vinculados a las bellas letras-, que contrasta la cultura emergente con la que creen estar custodiando (y reproduciendo). Para la mayoría de estos intelectuales la COL es sólo un lenguaje empobrecido, como cualquier jerga local de cualquiera época. Otros, más apocalípticos, creen que es síntoma de la crisis inexorable de la Cultura –con mayúscula y en singular- a la cual miran como un segmento terrenal del plan divino o un producto social acabado. En tal condición, la cultura debiera moverse de manera rectilínea y eventualmente ascendente, como si fuera el acoplado de una Historia que nos arrastra hacia un fin. Sin embargo, las culturas realmente existentes siempre han estado insertas en la historia multívoca, expuestas a quiebres, paralizaciones y retrocesos, desde la barbarie, al Renacimiento y de éste a la Segunda Guerra Mundial. Es lo que expresa el elocuente aserto-pregunta de Raymond Aron en una de sus obras más célebres: “Cada momento de la historia tiene varios sentidos, ¿puede la historia entera tener sólo uno?” [[2]]url:#_ftn2 . El hecho es que McLuhan, en los años 60, ya pensaba en ese tipo de objeciones a los nuevos comunicadores, cuando pergeñó su estupendo aforismo “nadie ha cometido jamás un error gramatical en una sociedad analfabeta” [[3]]url:#_ftn3 . Por cierto este es un gran tema para otra ponencia y hasta para todo un nuevo seminario. Fin de la digresión.
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VII. LOS NUEVOS POLÍTICOS
22.- El nuevo posicionamiento y la nueva politicidad son un gran sub-tema en proceso. A nuestra vista está la insurgencia en Egipto, el Magreb y otros países árabes, con una repercusión global, equivalente a “la caída de los muros” de 1989. The Economist la decodificó como una suerte de admonición, dirigida a quienes sostenían que los árabes no estaban preparados para mejorar su estatus sociopolítico y que sus dictadores eran la única defensa contra el fundamentalismo islámico: “A los estudiantes testarudos de la realpolitik les gusta pensar que sólo ellos ven el mundo como es realmente y que aquellos que persiguen los derechos humanos y la democracia tienen la cabeza en las nubes” [[4]]url:#_ftn4 . Por lo mismo, otros medios exhumaron la palabra “revolución”, que tanto prestigio tuvo durante los años de la Guerra Fría. Sin embargo, a diferencia de las antiguas, en esta revolución árabe no se percibió una doctrina política previa. Como habría dicho Machado, “se conceptualizó al andar”, sobre una base minimalista pero poderosa: realizar la democracia y las libertades, prometidas pero congeladas.
23.- ¿Se trata, entonces, de una revolución retórica, sin el aporte de la fuerza? No lo creo. Aunque con menos visibilidad que en el asalto bolchevique al Palacio de Invierno, los insurgentes han sido fieles a ese aporte de Marx, según el cual “las armas de la crítica preceden a la crítica de las armas”. La diferencia epocal radica en que las armas de la crítica se ejercieron sin antes mostrarse y la crítica de la fuerza llegó sin que se programara. Dicho de otra manera, aquí no vimos la etapización histórica “normal”: construcción del partido revolucionario, creación de su aparato de “agitprop”, política de alianzas funcional a la idea revolucionaria, acopio de arsenales para disuadir o actuar y convocatoria a la sociedad nacional. En esta “revolución árabe” (en proceso), quienes manipulaban las NTs plantearon el objetivo revolucionario y forjaron la fuerza en tiempo real, comprometiendo incluso a la fuerza establecida. De paso, exhibieron una enorme superioridad sobre esa prensa papel tan fácilmente bloqueable, sobre todo al interior de los cuarteles. El equivalente a la toma del Palacio de Invierno no tuvo una Iskra preparatoria y fue, en definitiva, la toma de los centros de Internet.
24.- La otra gran pregunta que formulan las almas prácticas es ¿dónde están los nuevos líderes políticos? Por supuesto, es la gran incógnita del presente. Desde nuestra cultura política sólo podemos asegurar que los habitantes de la web no plantean ni presentan candidaturas tradicionales y que, técnicamente, éstas son disfuncionales a los 140 caracteres que exige el twitteo. Además, el predicamento de algunos barones de la COL es que los líderes políticos ni siquiera son necesarios: “Lo que ustedes no entienden, y parece ser que no lo quieren entender, es que esta protesta no tiene organizadores reales (…) es una protesta sin un líder” dijo Wael Ghonim, ejecutivo de Google para el Medio Oriente y norte de Africa, a propósito de Egipto [[5]]url:#_ftn5 .
25.- Aunque Ghonim quizás no lo sepa, la prescindibilidad de los líderes políticos entronca con una notoria sub-utopía marxiana. Esa según la cual la sociedad futura no necesitaría el gobierno sobre las personas, pues le bastaría la administración sobre las cosas. Lo que está sucediendo, de facto, es que los líderes de la nueva politicidad están madurando en la propia web. Allí están y pronto emergerán. Baste pensar que la bloguera cubana Yoani Sánchez, sometida a todo tipo de censuras internas, tiene una base de apoyo propia de más de 100 mil seguidores en su cuenta de twitter. Comparativamente el sitio en el cual se publican las reflexiones de Fidel Castro tiene 20.750 seguidores, según reciente medición de AOL. A mayor abundamiento, mientras se escriben estas líneas apareció la lista de las 100 personas más influyentes del mundo, según la revista Time. En esa lista están personalidades de las NTs como Julian Assange y Reed Hastings -presidente de una empresa de video por Internet- y la encabeza… ¡Wael Ghonim!
26.- El poder de las NTs equivale al del “arma total” durante la guerra fría y plantea un dilema insoluble al poder establecido. Por la alta velocidad de la información que diseminan y por la masividad global de los informados, su control previo es prácticamente imposible. Cortar Internet de manera global, como medida de censura previa, equivaldría a un disparo a los pies propios. A semejanza de la utópica huelga general revolucionaria del viejo comunismo, afectaría masivamente la actividad económica del país, pero no por obra de los insurgentes, sino del propio gobierno. Y todo esto sin contar con que habrá wikileaks cuándo y dónde menos se piense..
27.- La COL puede burlar la censura gracias a la autocontención obligada del poder establecido y, también, gracias acontramedidas tecnológicas como los servidores externos pivotales y la triangulación de mensajes y twitteos. Todo esto se ha testeado en el proceso de la “revolución árabe”. Podemos recordar que el diario argentino Clarín, del 2 de febrero informó, desde El Cairo, que “la censura en la web intentó frenar la revuelta, pero causó un caos económico”. Otro ejemplo está en la información del 1° de marzo, desde Bengasi, de la cadena árabe de televisión Al Jazeera. Esta mostró lo siguiente: “en el principal edificio de justicia se organizan las principales acciones para derrocar a Gadafi (…) en su interior hay un centro de Internet donde un pequeño equipo de técnicos trabaja en sus laptops”. Para Al Jazeera, era una “revolución cibernética” en la cual esos técnicos arreglaron el sistema tras un apagón total de Internet, se comunicaban con las cadenas CNN y BBC mediante Skype y chats, trabajaban en Facebook y Twitter y tenían una impresora de oficina para producir carteles y banderas. De paso, todo esto compone un excelente aporte para quien se dedique a investigar la actualidad y obsolescencia de la clásica obra de Curzio Malaparte, Técnica del golpe de Estado.
VIII. DIEZ CONCLUSIONES RECTIFICATORIAS:
28.- A continuación, algunas conclusiones de lo expuesto:
28.1.- Primera: hoy no está en peligro el periodismo mismo o esencial, sino el tradicional y modélico con soporte en papel. Según los datos y tendencias actuales, será desplazado de su importancia histórica por el periodismo con soporte electrónico de las NTs.
28.2.- Segunda: para el periodismo emergente, la globalización comprende el proyecto democrático o no es globalización. Es un avance sobre el reaalismo minimalista del periodismo tradicional, que se venía resignando a los statu quo no democráticos, en función de la estatura socioeconómica de las naciones afectadas y/o de sus intereses empresariales propios.
28.3.- Tercera: hay un lenguaje comunicacional nuevo que genera nuevas maneras de pensar, comunicarse y actuar. Estas nuevas maneras generan, a su vez, una nueva politicidad, caracterizable por ser un atajo directo (shortcut en lenguaje computacional) entre la información, la convocatoria y la acción.
28.4.- Cuarta: las NTs, con base en la comunicación on line, tienen un soporte generacional definido, pues nacieron y se expandieron con la juventud tecnotrónica. Por esto, decirles a los jóvenes que busquen su información en la prensa seria, es como pedirles que renuncien a sus ventajas comparativas genuinas. Es como si ellos nos conminaran a leer nuestros periódicos en castellano antiguo.
28.5.- Quinta: el binomio prensa tradicional sin filo crítico y apatía política ciudadana, no era un fenómeno estático, sino una etapa de un periodo de transición. Este se produce desde aquella politicidad resignada a la participación mínima y se dirige hacia la politicidad de las mayorías excluidas, con soporte en las NTs.
28.6.- Sexta: las redes sociales de las NTs no reemplazan a la participación política. Son una nueva forma de participación política, en cuyo contexto pueden crearse nuevos centros convocantes, con objetivos temáticos acotados, que produzcan líderes legitimados por los resultados.
28.7.- Séptimo: para los jefes de los partidos políticos ya no se trata de ser más inclusivos, especialmente con los jóvenes, pues los marginales a los partidos tienen hoy la misma o mejor información y mayor capacidad de convocatoria. Las opciones reales del momento son negociar con ellos o unirse a ellos, ya que es más posible que los excluidos modifiquen a los partidos que el fenómeno inverso.
28.8.- Octava: lo que está sucediendo puede ser el comienzo del fin del conformismo con las democracias de baja o nula intensidad. Es decir, con el conformismo de los partidos políticos clientelares, compuestos por dirigentes vitalicios, militantes teloneros y masas manipulables. Frente a ellos, los internautas se autoperciben como participantes democráticos ab initio, con influencia sobre una masa crítica y en crecimiento exponencial.
28.9.- Novena: la validez de lo sostenido se está verificando en el propio establishment político, con los militantes que asumen la nueva politicidad, socavando las disciplinas partidarias –“díscolos” y “trásfugas”- y los que están aprendiendo el oficio de blogueros y twitteros. Es lo que ha contribuído a instalar en el debate político temas transversales a los partidos, como la protección de los ecosistemas, la implantación de la huella de carbono, el cambio climático, la protección de las especies en extinción, el problema del agua y el combate a todas las dictaduras..
28.10.- Décima: como lo muestra la “revolución árabe”, la crisis de los partidos políticos ha dejado de identificarse, automáticamente, con la crisis de la idea democrática. Ahora, puede gatillarse una gestión democrática sobre otras bases, según la crisis sea coyuntural o terminal. Aunque todavía no se perciba así, esto implica que la representación política sin participación democrática genuina, ya no tiene como única alternativa la implantación de una dictadura.
IX.- DOS CONCLUSIONES PERSONALIZADAS:
Primera: pronto nadie sabrá qué cosa era un suplementero o un quiosco de periódicos, pero nosotros seguiremos comprando diarios en boutiques especiales, pues el mercado nos considerará en la categoría “coleccionistas”. Esto significa que la prensa con soporte papel seguirá la ruta de los innecesarios sellos postales y que algunos literatos ironizarán sobre cuanto diafrutábamos, los antiguos, con su olor a tinta fresca.
Segunda: puede que mis pronósticos de hoy tampoco sean certeros y que Jesús María Alemany piense, ahora, que incurrí en un exceso de la imaginación prospectiva. En tal caso, lo peor que puede suceder es que ello de pábulo para una tercera exposición, en un nuevo seminario, en este mismo lugar. Esto es, para tener la alegría de seguir debatiendo con los viejos amigos, sobre el futuro del periodismo en los diez años que vendrán.
[[1]]url:#_ftnref1 Entrevista en semanario uruguayo Búsqueda, versión de diario chileno El Mercurio, 29.4.11
[[2]]url:#_ftnref2 El opio de los intelectuales, Ediciones Siglo Veinte, Nuenos Aires, pg. 161
[[3]]url:#_ftnref3 La Galaxia Gutenberg, Editorial Planeta-De Agostini, Barcelona, 1985, pg. 282.
[[4]]url:#_ftnref4 Versión en castellano de El Mercurio, 25.2.11.
[[5]]url:#_ftnref5 Newsweek, 16.2.11
Bitácora
HUGO CHAVEZ: EL CASTRISTA QUE SUPERÓ A CASTRO
José Rodríguez Elizondo
La Segunda 6.3.2013
Para muchos de sus primeros analistas, Hugo Chávez era el pupilo rico y no muy inteligente del listísimo Fidel Castro.
Hoy está claro que aquello no pasó de ser una caricatura. En definitiva, el líder venezolano fue una excepción entre los discípulos del cubano incombustible, por tres razones básicas: nunca pretendió conquistar a los intelectuales, su fuerza venía del ejército regular y no de una guerrilla castrista y emergió a la notoriedad cuando Castro viajaba hacia el otoño. Los seguidores de éste ya estaban bajo tierra o en “el reformismo” y –más grave aún- había quedado sin la cobertura económica del comunismo soviético.
Por eso, Castro no apareció en su vida para darle el abrazo regional del oso, como hiciera con los jefes guerrilleros sesentistas, los comunistas de obediencia soviética y los socialistas históricos. Por el contrario, fue él quien apareció en la vida de Castro, para seducirlo. El primer paso lo dió en 1995, cuando -recién salido de la prisión por golpista- fue a La Habana para insinuarse como ejecutor del sueño del patriarca: “Con el petróleo venezolano la revolución continental sería cuestión de meses”, había dicho éste a su instrumental teórico francés Régis Debray, 36 años antes.
Tras su éxito electoral de 1998, Chávez dio señales de que no sería el vicario de Castro, sino el Bolívar socialista del siglo XXI. Pero, para mitigar los siempre temibles celos del cubano, mantuvo su talante de discípulo respetuoso y, más importante aún, de financista petrolero. Sabía que a un mecenas no se le mira el diente ni se le dice, como a Salvador Allende, “mátate o muere matando”.
Así fue como Chávez inauguró una nueva metodología de toma del poder total, en cinco fases: Golpe militar fallido, pero mediático; conquista del gobierno en lid democrática, aunque despotricando contra la Constitución; tiro de gracia a la “moribunda Constitución”, para elaborar una a su medida; asistencialismo popular, y “chavistización” de las Fuerzas Armadas. En ese diseño, lo que mantuvo del castrismo ortodoxo fueron las técnicas stalinianas de endiosamiento del jefe. La fe, como sustituto de la razón, en detrimento de la forja de nuevos líderes y de la posibilidad de reinstitucionalizar democráticamente a Venezuela.
Así vino su control hegemónico de las palancas civiles del Estado, la provocación retórica al “imperio” (aunque cuidándolo como cliente petrolero), la inversión en líderes extranjeros, la intervención polarizante en América Latina y la perseverancia en ese “electoralismo”, tan aborrecido por Castro. En definitiva, Chávez entendió que en la posguerra fría no debía romper con la legalidad formal ni con la clientela comercial establecida. Su gran test confirmatorio se produjo cuando, con excepción de Chile, los países de la región condenaron el golpe de Estado en su contra, en abril de 2002.
En el balance internacional, los hechos dicen que el tosco coronel Chávez fue más eficiente que el refinado abogado Castro. En vez de promover focos antisistémicos artesanales, se erigió en líder de una alianza “bolivariana” (ALBA) que comprende Bolivia, Cuba, Ecuador, Nicaragua, varias islas caribeñas e, informalmente, la Argentina kirchnerista. Además, introdujo en la región a aliados bastante incómodos. Ayer, la Libia del difunto coronel Gaddafi; hoy, el Irán de Mahmud Ahmadinejad y los ayatolas. En tales emprendimientos, supo beneficiarse con la neutralidad benévola y casi ingenua del Brasil de Lula; la rara contención de su muy insultado George W. Bush; la resignación, eventualmente timorata, de los demás gobernantes de la región –sólo Alan García supo pararlo en seco-, y la tradicional impotencia de la OEA, a cargo de su también insultado José Miguel Insulza.
Lo anotado permite pronosticar que la vida no será fácil para los presuntos administradores del chavismo. Productos de ese complejo de Blanca Nieves que suele aquejar a los “hombres fuertes”, ellos lucen –dentro y fuera de Venezuela- más como funcionarios diminutos o portavoces de médicos anónimos, que como líderes. Doblemente grave pues, en el vacío de poder que reflejan, tampoco la oposición se muestra capaz de actualizar las enseñanzas de Rómulo Betancourt, el patriarca democrático, intentando un equivalente al histórico Pacto de Punto Fijo de 1958.
En este contexto la suerte de Venezuela, de sus socios externos y de la internacional bolivariana, hoy está dependiendo de las Fuerzas Armadas, en cuanto institución permanente. Visto que sus mandos fueron educados en el antagonismo entre la politización y la eficiencia profesional, la burocracia chavista suele mirarlos con recelo. Por otra parte, es inevitable que los militares institucionalistas comiencen a expresar en voz más alta su recelo histórico hacia los comisarios militares de Cuba. Saben que descienden de los comandantes sesentistas que encuadraron a los guerrilleros locales, durante el régimen de Betancourt.
Quizás por ello, los albistas ponen sus barbas en remojo, el diputado Fidel Castro calla y su hermano Raul toma una medida audaz: siguiendo los ejemplos de la reina Beatriz de Holanda y del Papa Benedicto XVI, se ha comprometido a gobernar sólo hasta 2018, cuando apenas tenga 86 añitos, de los cuales 58 en la cúpula del poder.
Para muchos de sus primeros analistas, Hugo Chávez era el pupilo rico y no muy inteligente del listísimo Fidel Castro.
Hoy está claro que aquello no pasó de ser una caricatura. En definitiva, el líder venezolano fue una excepción entre los discípulos del cubano incombustible, por tres razones básicas: nunca pretendió conquistar a los intelectuales, su fuerza venía del ejército regular y no de una guerrilla castrista y emergió a la notoriedad cuando Castro viajaba hacia el otoño. Los seguidores de éste ya estaban bajo tierra o en “el reformismo” y –más grave aún- había quedado sin la cobertura económica del comunismo soviético.
Por eso, Castro no apareció en su vida para darle el abrazo regional del oso, como hiciera con los jefes guerrilleros sesentistas, los comunistas de obediencia soviética y los socialistas históricos. Por el contrario, fue él quien apareció en la vida de Castro, para seducirlo. El primer paso lo dió en 1995, cuando -recién salido de la prisión por golpista- fue a La Habana para insinuarse como ejecutor del sueño del patriarca: “Con el petróleo venezolano la revolución continental sería cuestión de meses”, había dicho éste a su instrumental teórico francés Régis Debray, 36 años antes.
Tras su éxito electoral de 1998, Chávez dio señales de que no sería el vicario de Castro, sino el Bolívar socialista del siglo XXI. Pero, para mitigar los siempre temibles celos del cubano, mantuvo su talante de discípulo respetuoso y, más importante aún, de financista petrolero. Sabía que a un mecenas no se le mira el diente ni se le dice, como a Salvador Allende, “mátate o muere matando”.
Así fue como Chávez inauguró una nueva metodología de toma del poder total, en cinco fases: Golpe militar fallido, pero mediático; conquista del gobierno en lid democrática, aunque despotricando contra la Constitución; tiro de gracia a la “moribunda Constitución”, para elaborar una a su medida; asistencialismo popular, y “chavistización” de las Fuerzas Armadas. En ese diseño, lo que mantuvo del castrismo ortodoxo fueron las técnicas stalinianas de endiosamiento del jefe. La fe, como sustituto de la razón, en detrimento de la forja de nuevos líderes y de la posibilidad de reinstitucionalizar democráticamente a Venezuela.
Así vino su control hegemónico de las palancas civiles del Estado, la provocación retórica al “imperio” (aunque cuidándolo como cliente petrolero), la inversión en líderes extranjeros, la intervención polarizante en América Latina y la perseverancia en ese “electoralismo”, tan aborrecido por Castro. En definitiva, Chávez entendió que en la posguerra fría no debía romper con la legalidad formal ni con la clientela comercial establecida. Su gran test confirmatorio se produjo cuando, con excepción de Chile, los países de la región condenaron el golpe de Estado en su contra, en abril de 2002.
En el balance internacional, los hechos dicen que el tosco coronel Chávez fue más eficiente que el refinado abogado Castro. En vez de promover focos antisistémicos artesanales, se erigió en líder de una alianza “bolivariana” (ALBA) que comprende Bolivia, Cuba, Ecuador, Nicaragua, varias islas caribeñas e, informalmente, la Argentina kirchnerista. Además, introdujo en la región a aliados bastante incómodos. Ayer, la Libia del difunto coronel Gaddafi; hoy, el Irán de Mahmud Ahmadinejad y los ayatolas. En tales emprendimientos, supo beneficiarse con la neutralidad benévola y casi ingenua del Brasil de Lula; la rara contención de su muy insultado George W. Bush; la resignación, eventualmente timorata, de los demás gobernantes de la región –sólo Alan García supo pararlo en seco-, y la tradicional impotencia de la OEA, a cargo de su también insultado José Miguel Insulza.
Lo anotado permite pronosticar que la vida no será fácil para los presuntos administradores del chavismo. Productos de ese complejo de Blanca Nieves que suele aquejar a los “hombres fuertes”, ellos lucen –dentro y fuera de Venezuela- más como funcionarios diminutos o portavoces de médicos anónimos, que como líderes. Doblemente grave pues, en el vacío de poder que reflejan, tampoco la oposición se muestra capaz de actualizar las enseñanzas de Rómulo Betancourt, el patriarca democrático, intentando un equivalente al histórico Pacto de Punto Fijo de 1958.
En este contexto la suerte de Venezuela, de sus socios externos y de la internacional bolivariana, hoy está dependiendo de las Fuerzas Armadas, en cuanto institución permanente. Visto que sus mandos fueron educados en el antagonismo entre la politización y la eficiencia profesional, la burocracia chavista suele mirarlos con recelo. Por otra parte, es inevitable que los militares institucionalistas comiencen a expresar en voz más alta su recelo histórico hacia los comisarios militares de Cuba. Saben que descienden de los comandantes sesentistas que encuadraron a los guerrilleros locales, durante el régimen de Betancourt.
Quizás por ello, los albistas ponen sus barbas en remojo, el diputado Fidel Castro calla y su hermano Raul toma una medida audaz: siguiendo los ejemplos de la reina Beatriz de Holanda y del Papa Benedicto XVI, se ha comprometido a gobernar sólo hasta 2018, cuando apenas tenga 86 añitos, de los cuales 58 en la cúpula del poder.
Revista Realidad y Perspectivas
RyP N°15
José Rodríguez Elizondo
Bitácora
¿LO SUPO PINOCHET?
José Rodríguez Elizondo
La Segunda, 11.1.2013
Entre los temas históricos que, de manera colateral, se procesan en La Haya, está el de la dos fechas que marcan la primera señal política enviada por Perú. Para este país, todo comenzó el 23 de mayo de 1986, cuando se presentó “el memorándum Bákula” a nuestra Cancillería. Para Chile, la primera señal se produjo el 20 de octubre de 2000, cuando la Cancillería peruana objetó una carta oceanográfica chilena.
Puede que esto hoy parezca simplemente adjetivo, pues sólo definiría responsabilidades políticas chilenas. Es decir, un tema de difícil comprensión en nuestro país, máxime si su marco (real o formal) es una política de Estado. Superando el tabú, yo he sostenido que en Chile optamos por el año 2000, para minimizar el impacto interno del memorándum mencionado. En parte, sería un ocultamiento de evidencia, con traslado de la señal desde el gobierno de Augusto Pinochet al de Ricardo Lagos. En parte, sería una suerte de solidaridad tácita con el desatino del canciller Jaime del Valle. ¿Cuál desatino?...pues el de pedir al diplomático peruano Juan Miguel Bákula que escriturara su exposición del 23 de mayo, sin sospechar que éste le haría llegar un documento oficial de su Cancillería.
Sin embargo, nunca las cosas son definitivamente claras en materia de diplomacia secreta. En la edición de ayer, a tenor de declaraciones del ex embajador en Chile, Hugo Otero, la revista Caretas da pistas sobre una señal peruana previa a la de Bákula. Sucede que, antes de asumir Alan García su primera Presidencia, a fines de junio de 1985, envió a Otero a Chile con una misión especial: plantear a Pinochet algunos temas supuestamente livianos, como una especie de guarnición táctica para un textual “plato fuerte”: la discusión del límite marítimo “no existente”. ¿Y cuál fue la reacción del general respecto a ese plato estratégico?... Según Otero, Pinochet habría respondido “todo se puede hablar, transmítale el mensaje al canciller Augusto del Valle”.
Pasemos por alto ese lapsus -casi freudiano- en el nombre. Lo notable es que, de ser como Otero lo cuenta –y él es un hombre creíble-, el general no sólo estaba al tanto de la pretensión peruana desde junio de 1985. Además, habría derivado el tema a su canciller. Por lo mismo, queda pendiente la pregunta que el reportero de Caretas no formuló: ¿cumplió o no el mensajero de García con servirle el mismo “plato fuerte” a del Valle?
Sucede que yo entrevisté a Otero al retorno de su misión (edición de Caretas del 1° de julio de 1985) y al menos puedo decir que sí conversó con del Valle. Debo agregar que el canciller chileno no le cayó simpático, de lo cual quedó constancia en el siguiente párrafo:
“En cuanto a su entrevista con el canciller sureño, Otero la describe como rutinaria y formal. Al parecer, Jaime del Valle, abogado ‘hosco y duro’, carece de la autonomía de vuelo necesaria para ir más allá de los rollos de ocasión”.
Supe de buena fuente que ese párrafo no le cayó en gracia a del Valle. No podía adivinar que, 28 años después, bien podría servirle como prueba de esa sagacidad y prudencia que después todos le negaron. Es que, con lo consignado, parece claro que no dio pábulo para que Otero le sirviera el “plato fuerte” degustado por Pinochet.
Es cierto que, once meses después, del Valle dio señales de receptividad ante la pretensión que le planteó Bakula. Al menos, no consta que la haya rechazado de manera hosca y dura. Pero, a esa fecha, tanto él como su jefe estaban al tanto de las intenciones de García respecto a la frontera marítima. Por lo mismo, alguna instrucción superior debió recibir o interpretar. Si para Pinochet “todo se puede hablar” (cosa que técnicamente era correcta), del Valle bien pudo entender que podía pedir un memorándum sobre lo hablado (cosa que tácticamente era equivocada).
Para beneficio de la escurridiza verdad histórica, esto aporta una hipótesis nueva: En 1986 Bákula no sorprendió al gobierno de Chile, pero sus actores principales no supieron aprovechar su previo conocimiento para elaborar una estrategia defensiva. Como efecto no querido, facilitaron la mutación de una exposición oral y sin testigos, en la primera pieza peruana de un futuro expediente judicial.
De todo esto se desprendería que no hubo desatino atroz de del Valle -al menos por cuenta propia-, en la petición de un memorándum a Bákula. También es muy posible que, con su silencio en los años que siguieron, se haya convertido en una especie de blindaje humano de Pinochet.
La conclusión definitiva, en cualquier caso, es que sólo un Estado democrático de Derecho hace posible la existencia de políticas de Estado, en materias de seguridad e integridad territorial.
Entre los temas históricos que, de manera colateral, se procesan en La Haya, está el de la dos fechas que marcan la primera señal política enviada por Perú. Para este país, todo comenzó el 23 de mayo de 1986, cuando se presentó “el memorándum Bákula” a nuestra Cancillería. Para Chile, la primera señal se produjo el 20 de octubre de 2000, cuando la Cancillería peruana objetó una carta oceanográfica chilena.
Puede que esto hoy parezca simplemente adjetivo, pues sólo definiría responsabilidades políticas chilenas. Es decir, un tema de difícil comprensión en nuestro país, máxime si su marco (real o formal) es una política de Estado. Superando el tabú, yo he sostenido que en Chile optamos por el año 2000, para minimizar el impacto interno del memorándum mencionado. En parte, sería un ocultamiento de evidencia, con traslado de la señal desde el gobierno de Augusto Pinochet al de Ricardo Lagos. En parte, sería una suerte de solidaridad tácita con el desatino del canciller Jaime del Valle. ¿Cuál desatino?...pues el de pedir al diplomático peruano Juan Miguel Bákula que escriturara su exposición del 23 de mayo, sin sospechar que éste le haría llegar un documento oficial de su Cancillería.
Sin embargo, nunca las cosas son definitivamente claras en materia de diplomacia secreta. En la edición de ayer, a tenor de declaraciones del ex embajador en Chile, Hugo Otero, la revista Caretas da pistas sobre una señal peruana previa a la de Bákula. Sucede que, antes de asumir Alan García su primera Presidencia, a fines de junio de 1985, envió a Otero a Chile con una misión especial: plantear a Pinochet algunos temas supuestamente livianos, como una especie de guarnición táctica para un textual “plato fuerte”: la discusión del límite marítimo “no existente”. ¿Y cuál fue la reacción del general respecto a ese plato estratégico?... Según Otero, Pinochet habría respondido “todo se puede hablar, transmítale el mensaje al canciller Augusto del Valle”.
Pasemos por alto ese lapsus -casi freudiano- en el nombre. Lo notable es que, de ser como Otero lo cuenta –y él es un hombre creíble-, el general no sólo estaba al tanto de la pretensión peruana desde junio de 1985. Además, habría derivado el tema a su canciller. Por lo mismo, queda pendiente la pregunta que el reportero de Caretas no formuló: ¿cumplió o no el mensajero de García con servirle el mismo “plato fuerte” a del Valle?
Sucede que yo entrevisté a Otero al retorno de su misión (edición de Caretas del 1° de julio de 1985) y al menos puedo decir que sí conversó con del Valle. Debo agregar que el canciller chileno no le cayó simpático, de lo cual quedó constancia en el siguiente párrafo:
“En cuanto a su entrevista con el canciller sureño, Otero la describe como rutinaria y formal. Al parecer, Jaime del Valle, abogado ‘hosco y duro’, carece de la autonomía de vuelo necesaria para ir más allá de los rollos de ocasión”.
Supe de buena fuente que ese párrafo no le cayó en gracia a del Valle. No podía adivinar que, 28 años después, bien podría servirle como prueba de esa sagacidad y prudencia que después todos le negaron. Es que, con lo consignado, parece claro que no dio pábulo para que Otero le sirviera el “plato fuerte” degustado por Pinochet.
Es cierto que, once meses después, del Valle dio señales de receptividad ante la pretensión que le planteó Bakula. Al menos, no consta que la haya rechazado de manera hosca y dura. Pero, a esa fecha, tanto él como su jefe estaban al tanto de las intenciones de García respecto a la frontera marítima. Por lo mismo, alguna instrucción superior debió recibir o interpretar. Si para Pinochet “todo se puede hablar” (cosa que técnicamente era correcta), del Valle bien pudo entender que podía pedir un memorándum sobre lo hablado (cosa que tácticamente era equivocada).
Para beneficio de la escurridiza verdad histórica, esto aporta una hipótesis nueva: En 1986 Bákula no sorprendió al gobierno de Chile, pero sus actores principales no supieron aprovechar su previo conocimiento para elaborar una estrategia defensiva. Como efecto no querido, facilitaron la mutación de una exposición oral y sin testigos, en la primera pieza peruana de un futuro expediente judicial.
De todo esto se desprendería que no hubo desatino atroz de del Valle -al menos por cuenta propia-, en la petición de un memorándum a Bákula. También es muy posible que, con su silencio en los años que siguieron, se haya convertido en una especie de blindaje humano de Pinochet.
La conclusión definitiva, en cualquier caso, es que sólo un Estado democrático de Derecho hace posible la existencia de políticas de Estado, en materias de seguridad e integridad territorial.
Editado por
José Rodríguez Elizondo
Escritor, abogado, periodista, diplomático, caricaturista y miembro del Consejo Editorial de Tendencias21, José Rodríguez Elizondo es en la actualidad profesor de Relaciones Internacionales de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile. Su obra escrita consta de 30 títulos, entre narrativa, ensayos, reportajes y memorias. Entre esos títulos están “El día que me mataron”, La pasión de Iñaki, “Historia de dos demandas: Perú y Bolivia contra Chile”, "De Charaña a La Haya” , “El mundo también existe”, "Guerra de las Malvinas, noticia en desarrollo ", "Crisis y renovación de las izquierdas" y "El Papa y sus hermanos judíos". Como Director del Programa de Relaciones Internacionales de su Facultad, dirige la revista Realidad y Perspectivas (RyP). Ha sido distinguido con el Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales (2021), el Premio Rey de España de Periodismo (1984), Diploma de Honor de la Municipalidad de Lima (1985), Premio América del Ateneo de Madrid (1990) y Premio Internacional de la Paz del Ayuntamiento de Zaragoza (1991). En 2013 fue elegido miembro de número de la Academia Chilena de Ciencias Sociales, Políticas y Morales.
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Tendencias 21 (Madrid). ISSN 2174-6850
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