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Blog de Tendencias21 sobre las implicaciones sociales del avance científico, tecnológico y biomédico.
La ciencia no deja de avanzar y los nuevos descubrimientos y artefactos son sorprendentes. En Newcastle unos estudiantes de bioquímica han logrado modificar una bacteria para que sea capaz de rellenar las grietas que se producen en el hormigón. Si el avance tiene éxito aportará un pequeño beneficio social ya que será una ayuda para evitar obras en algunos edificios.
Un equipo de estudiantes de bioquímica de la Universidad británica de Newcastle ha desarrollado unos microorganismos que secretan una sustancia que pega el hormigón. El pequeño organismo es una bacteria denominada Bacillus subtilis que ha sido transformada genéticamente y se le ha denominado, de una manera un tanto efectista, como BacillaFilla.
El compuesto lo metabolizan una vez que están en contacto con el propio hormigón. Además, se le ha insertado una secuencia génica que hace que sean autolimitantes, es decir que se mueran una vez que ya no hay grieta que tapar u hormigón que sellar.
El artefacto biotecnológico es sorprendente. De hecho, las nuevas tecnologías biológicas no hacen otra cosa más que sorprender. En este sentido, y si dejamos volar la imaginación, podemos pensar en que podría resultar relativamente sencillo tapar las grietas y los poros que van formándose en las paredes de muchos edificios.
Alguno de los responsables del avance, hablan de que esto va a reducir el impacto ambiental que genera la producción de hormigón. Esta argumentación proviene del hecho de que el 5% de la producción de CO2 atmosférico está causado por la fabricación de hormigón. Como es obvio, esta argumentación no es otra cosa que un discurso del tipo “ciencia espectáculo” que tanta confusión genera en el público en general. A esto podemos sumar la idea de que esta bacteria transgénica será útil para sellar las grietas producidas por sismos.
Además, y como siempre, habrá que esperar para conocer si este producto será realmente viable y comercializable. En tal caso, además, será necesario conocer el precio lo que puede hacer que sólo sea accesible a unos pocos. Ya veremos…
El compuesto lo metabolizan una vez que están en contacto con el propio hormigón. Además, se le ha insertado una secuencia génica que hace que sean autolimitantes, es decir que se mueran una vez que ya no hay grieta que tapar u hormigón que sellar.
El artefacto biotecnológico es sorprendente. De hecho, las nuevas tecnologías biológicas no hacen otra cosa más que sorprender. En este sentido, y si dejamos volar la imaginación, podemos pensar en que podría resultar relativamente sencillo tapar las grietas y los poros que van formándose en las paredes de muchos edificios.
Alguno de los responsables del avance, hablan de que esto va a reducir el impacto ambiental que genera la producción de hormigón. Esta argumentación proviene del hecho de que el 5% de la producción de CO2 atmosférico está causado por la fabricación de hormigón. Como es obvio, esta argumentación no es otra cosa que un discurso del tipo “ciencia espectáculo” que tanta confusión genera en el público en general. A esto podemos sumar la idea de que esta bacteria transgénica será útil para sellar las grietas producidas por sismos.
Además, y como siempre, habrá que esperar para conocer si este producto será realmente viable y comercializable. En tal caso, además, será necesario conocer el precio lo que puede hacer que sólo sea accesible a unos pocos. Ya veremos…
Martes, 8 de Febrero 2011
Perfil
Juan R. Coca
JUAN R. COCA Profesor Contratado Doctor del Departamento de Sociología y Trabajo Social de la Universidad de Valladolid (España). Actualmente es director de la Unidad de Investigación Social y Enfermedades Raras de la Universidad de Valladolid.
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