EL ARTE DE PENSAR. Alfonso López Quintás







Blog de Tendencias21 sobre formación en creatividad y valores

Método tercero

La experiencia artística, vivida de la forma indicada, perfecciona nuestro modo de mirar, pensar, contemplar la realidad. Veamos, por vía de ejemplo, cómo ensancha nuestros espacios interiores en diversos aspectos.


La obra de arte nos revela el carácter relacional de la belleza

Los griegos descubrieron tempranamente que la belleza es fruto de la armonía. La armonía se logra al unir la proporción y la medidao mesura. Un templo es proporcionado cuando todas sus partes están equilibradas entre sí. Las columnas tienen una altura equivalente a 16 veces el radio de la base, si son dóricas; 18, si son jónicas, y 20, si son corintias. Todas las partes del edificio están ajustadas entre sí conforme a proporciones bien determinadas. La medida viene dada por la adecuación de cada parte del edificio y de su conjunto a una realidad considerada como canon. Esa realidad es el hombre. El templo atenido a esa medida resulta mesurado, comedido, ajustado a la naturaleza del ser humano. Tal comedimiento debía darse, según los griegos, en todas las actividades humanas -artísticas, éticas, urbanísticas, políticas...- si habían de ser bellas y buenas.

La belleza va unida con una cuidadosa ordenación, y ésta se logra mediante un cálculo preciso, que puede expresarse en una fórmula. De ahí el nexo profundo entre la belleza y el número.

"Mira el cielo -exclama San Agustín-, la tierra, el mar y cuantas cosas hay en ellos, ya brillen en lo alto o se arrastren, naden o vuelen acá abajo. Todo está investido de forma porque todo tiene números. Suprime éstos y los seres se convierten en nada" .

Esta vecindad entre belleza y número -es decir: proporción y medida- permitió a los griegos descubrir que la belleza es un fenómeno cualitativo que cabe describir de forma cuantitativa, mediante fórmulas. Al fondo del corredor del Louvre descubres la figura de la Venus de Milo. Admiras espontáneamente, dejándote llevar de tu gusto estético, la esbeltez de sus formas, la gracia de su porte. Una vez que la has contemplado de esta forma, puedes analizar la proporción existente entre las diferentes partes de la escultura, y observarás que sus dimensiones están proporcionadas entre sí según una medida o canon (la sección áurea) que se ha mostrado sumamente eficaz en cuanto a generación de belleza .

Cada parte de la obra de arte es considerada como una fuente de expresividad, es decir, como un ámbito. El entreveramiento de diversos ámbitos es una forma de encuentro expresivo que genera luz y belleza. En la línea marcada por la estética griega de la forma y la luz, Tomás de Aquino define la belleza como "la luz que resplandece sobre lo bien configurado" (lux splendens supra formatum). Configurar implica ordenar diversos elementos de forma que hagan juego entre sí. Este juego creador es la fuente última de la belleza.

La vinculación de armonía, belleza y bondad inspiró la investigación estética y ética hasta bien entrada la Edad Moderna. Descubrir que, al crear unidad, se alumbra belleza y se practica la bondad supuso un acontecimiento decisivo en orden a la comprensión profunda de la vida humana y su desarrollo .

Frutos de la experiencia artística

Cuando asumimos activamente los valores de una obra de arte, vivimos una experiencia sumamente fecunda en orden a nuestro desarrollo personal:

1. Aprendemos a integrar en un mismo acto de contemplación diversas realidades de rango diferente. Con ello superamos la tendencia a pensar de forma unilateral y quedarnos en las apariencias. A una mirada superficial, el cuerpo humano presenta características de objeto, de realidad manejable y disponible. La experiencia estética nos enseña a ver lo sensible-corpóreo como una vertiente personal del ser humano, tan digna de respeto como el espíritu. No es el instrumento a través del cual se manifiesta el espíritu. Es el lugar en el cual toda la persona hace acto de presencia, de forma análoga a como en los sonidos se revela el Requiem alemán de Johannes Brahms y en el mármol el David de Miguel Ángel Buonarroti. El que conozca de cerca las "leyes de la expresión" cobra un altísimo concepto de lo sensible y lo corpóreo. Esta revalorización tiene repercusiones sumamente benéficas en la vida ética.

2. La obra de arte, articulada en ocho niveles, se nos muestra como un ámbito de realidad complejo y rico al que sólo tenemos acceso si entramos en relación de presencia con él. Para estar presente a una realidad, debemos hallarnos cerca pero a cierta distancia. Esta distancia de perspectiva nos permite ver las realidades de forma comprehensiva, fiel a su complejidad y riqueza.

3. Nos habituamos a ver las realidades no sólo como objetos sino como ámbitos. Al recorrer un museo, te ves rodeado de ámbitos, que te invitan a vivir lúdicamente, creando juego con ellos. El camino, el bosque, la calle o plaza, la marina, la imagen religiosa, el interior de un hogar..., todos los grandes temas de los cuadros te remiten a un plano de ámbitos y de juego creador. El arte te revela que el verdadero entorno del hombre no está formado por un conjunto de cosas u objetos, sino por una trama de ámbitos de muy diverso orden .

No tiene, por ello, sentido intentar ser auténtico como persona mediante el recurso de situar la propia actividad en niveles infrapersonales, infracreadores e infraresponsables, porque en ellos es inviable la creatividad propiamente humana. El ser humano tiene que conquistar la autenticidad a través del riesgo que implica la creatividad y, por tanto, la relación de diálogo y encuentro. Es su excepcional y arriesgado privilegio . Este descubrimiento amplía insospechadamente el horizonte de nuestra vida, nos enseña a ver las realidades circundantes de forma más elevada, nos da una clave definitiva para comprender a fondo las obras culturales -entre ellas, las mismas obras de arte- y nos permite fundamentar sólidamente la actividad ecológica y una eficaz educación para el cuidado del medio ambiente.

A. La contemplación "ambital", "relacional", de un templo. Si adoptas una actitud flexible y dinámica, comienzas a contemplar el templo desde un punto determinado y a ver el conjunto de ámbitos espaciales que se divisan desde allí, pero muy pronto estos ámbitos te invitan a moverte porque remiten a otros ámbitos conectados con ellos. Te desplazas un tanto de lugar y contemplas otra perspectiva formada por otros ámbitos, al tiempo que retienes en la memoria la perspectiva anterior y prevés las perspectivas que van a venir. Una vez que has recorrido de esta forma todo el edificio, recógete para ensamblar en tu mente todos los ámbitos que has contemplado y su interna articulación. Esa trama de ámbitos constituye el templo, en su aspecto estético.

Artículo n°84

Entra en la basílica del monasterio de El Escorial. Sitúate un poco a la izquierda, entre el comienzo de la nave central y la capilla del Cristo de Benvenuto Cellini. Mira hacia adelante y verás diversos espacios concatenados, con sus arcos, sus bóvedas, su distinta iluminación y tamaño. Fija la atención en el más cercano y observarás que te invita suavemente a deslizar la mirada hacia otro ámbito contiguo, y éste a otro... Desplázate despacio hacia la derecha, y se irán abriendo ante tus ojos otros ámbitos, entre ellos el espacio grandioso de la nave central, con la elevación que le imprime su impresionante cúpula y el cierre glorioso del retablo y la joya del tabernáculo. Si prosigues esta lenta marcha, descubridora de ámbitos, re-crearás por tu cuenta la basílica en su más genuino sentido arquitectónico. Constatarás qué distinto es verla de este modo genético y dinámico a contemplarla estáticamente, mediante el simple recurso de colocarte en la nave central, verla en su conjunto, y recorrer luego las naves laterales para admirar de cerca los cuadros e imágenes que presiden los altares. La basílica, como tal, surge en el entreveramiento contigo a medida que vas asumiendo todas las posibilidades espaciales que te ofrece. El talento y la experiencia de cada visitante decide la orientación y el ritmo a seguir. En diferentes visitas se pueden adoptar ritmos distintos y seguir orientaciones diferentes, de modo que cada experiencia no constituya una repetición de la anterior sino un encuentro originario que complemente los anteriores y enriquezca el espíritu del visitante.

La experiencia artística -en este caso, arquitectónica- nos enseña a descubrir la importancia de los ámbitos y las relaciones, e incorporarlos creativamente a nuestra vida. Con ello nos habitúa a pensar "en suspensión" (Karl Jaspers), de forma comprehensiva, atendiendo simultáneamente a diversos aspectos complementarios. Este modo de contemplar la realidad hace posible el poder de discernimiento.


Artículo n°84
B. La experiencia genética de los jardines. El arte de la jardinería tuvo en la historia gran relevancia y conserva todavía hoy un poder formativo sobresaliente. Recorres, por ejemplo, el Jardín del Buen Retiro de Madrid, y pasan ante tus ojos varios siglos de la historia europea. En los siglos XVII y XVIII, el espíritu barroco francés inspiró una forma geométrica de modelar el paisaje. Se procedía de dentro a fuera: el hombre dictaba leyes a la naturaleza, al modo racionalista. Al avanzar el siglo XVIII, se fue gestando en Inglaterra una forma distinta de contemplar y tratar la Naturaleza. Ella era la fuente de la belleza y debía ser conservada y admirada en su estado original. Pronto los soberanos europeos se apresuraron a convertir los jardines franceses en jardines ingleses. En el Retiro madrileño sólo restan del período francés la Rosaleda y los macizos que jalonan algunas entradas.

El arte nos enseña aquí, una vez más, a trascender lo inmediato, ver en relieve y descubrir en las avenidas de un jardín los avatares de varios siglos de intensa vida cultural, en la que se entretejen orientaciones filosóficas, actitudes ante la naturaleza, corrientes artísticas, proyectos políticos...

4. Esta forma relacional-ambital de ver la realidad nos permite superar a la vez el subjetivismo y el objetivismo, la tendencia a pensar que el sujeto lo decide todo en ética, estética y política..., o bien que es la realidad externa al sujeto la que se impone implacablemente. La primera concepción lleva a la arbitrariedad; la segunda amengua la capacidad creativa y el poder de iniciativa.

5. La experiencia artística, vivida de la forma que hemos esbozado, suscita en el hombre una actitud de espíritu abierto. Esta actitud, tan solicitada por diversos pensadores y pedagogos -H. Bergson, A. Maslow, V. Löwenfeld, J. Dewey, Th. Munro, M. Dufrenne, H. Read, I. Wojnar, E. Souriau...-, implica, entre otras, las capacidades siguientes:

• Una forma de percibir penetrante, comprehensiva y de largo alcance.
• Un modo de sentir altamente cualificado, relacional, no recluido en el sujeto o en el objeto, en lo espiritual o en lo material. "Si uno ya no cree que la espiritualidad puede formar una unidad orgánica con la materia –escribe H. Read-, tampoco puede creer en el arte" .
• Un afán tenaz de búsqueda de la verdad, de comprensión a fondo de la realidad en sus dimensiones esenciales.
• Iniciativa creadora en todos los órdenes. V. Löwenfeld subraya con particular interés que las actividades artísticas creadoras sirven de modelo e impulso para otras formas de trabajo creador humano .
• Capacidad de vivir experiencias de diverso orden.
• Flexibilidad de espíritu y agilidad de mente para descubrir, a través de los diferentes actos que se realizan en la vida, la articulación interna de los procesos que desarrollan la personalidad humana y los que la amenguan o incluso destruyen.

6. El espíritu abierto permite al hombre descubrir la afinidad que existe entre la experiencia estética, la ética, la metafísica y la religiosa . Este descubrimiento pone al descubierto las distintas formas que tenemos de ser creativos en los diferentes aspectos de la vida. Es decisivo para la formación hacer ver a niños y jóvenes que la vida creativa no se reduce a ciertas manifestaciones geniales de algunos artistas, científicos, políticos y escritores. Podemos ser creativos en nuestra vida cotidiana y en múltiples aspectos muy accesibles a todos.

Teniendo ante la vista lo antedicho, se comprende en todo su alcance la tesis expuesta por H. Read: "...El principio estético penetra en la matemática y la historia, en la ciencia misma y, por sobre todas las cosas, penetra en todos los aspectos sociales y prácticos de la vida escolar. (...) Palabra y gesto, acción o movimiento, todo modo de comportamiento y expresión posee su configuración; la estructura de esta configuración tiene efecto y eficiencia en el grado en que posee valor estético" .

Alfonso López Quintás
26/05/2015

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Alfonso López Quintás
Alfonso López Quintás
Alfonso López Quintás realizó estudios de filología, filosofía y música en Salamanca, Madrid, Múnich y Viena. Es doctor en filosofía por la Universidad Complutense de Madrid y catedrático emérito de filosofía de dicho centro; miembro de número de la Real Academia Española de Ciencias Morales y Políticas –desde 1986-, de L´Académie Internationale de l´art (Suiza) y la International Society of Philosophie (Armenia); cofundador del Seminario Xavier Zubiri (Madrid); desde 1970 a 1975, profesor extraordinario de Filosofía en la Universidad Comillas (Madrid). De 1983 a 1993 fue miembro del Comité Director de la FISP (Fédération Internationale des Societés de Philosophie), organizadora de los congresos mundiales de Filosofía. Impartió numerosos cursos y conferencias en centros culturales de España, Francia, Italia, Portugal, México, Argentina, Brasil, Perú, Chile y Puerto Rico. Ha difundido en el mundo hispánico la obra de su maestro Romano Guardini, a través de cuatro obras y numerosos estudios críticos. Es promotor del proyecto formativo internacional Escuela de Pensamiento y Creatividad (Madrid), orientado a convertir la literatura y el arte –sobre todo la música- en una fuente de formación humana; destacar la grandeza de la vida ética bien orientada; convertir a los profesores en formadores; preparar auténticos líderes culturales; liberar a las mentes de las falacias de la manipulación. Para difundir este método formativo, 1) se fundó en la universidad Anáhuac (México) la “Cátedra de creatividad y valores Alfonso López Quintás”, y, en la universidad de Sao Paulo (Brasil), el “Núcleo de pensamento e criatividade”; se organizaron centros de difusión y grupos de trabajo en España e Iberoamérica, y se están impartiendo –desde 2006- tres cursos on line que otorgan el título de “Experto universitario en creatividad y valores”.





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