Notas
Escribe Antonio Piñero
Pregunta: Me dirijo a usted con la intención de encontrar la respuesta a una pregunta que me he hecho siempre y que, aun hoy, no he podido averiguar. Es bien sabido que si hay alguien que me pueda aportar esa información es usted. Ha dedicado su vida al estudio de la vida de Jesús de Nazaret, y sobre él y más concretamente sobre lo que él opinaba acerca la homosexualidad, va mi pregunta. Estaba Jesús de Nazaret a favor o en contra de la homosexualidad? Las averiguaciones que he hecho me llevan siempre al mismo punto. La mayoría de autores que he consultado coinciden en que Jesús no se manifestó sobre ese tema, o al menos no se recogen opiniones sobre ese tema hechas por Jesús, ni en la Biblia ni en los evangelios. Lo que si hay son muchas interpretaciones de su punto de vista sobre ese tema elaboradas por diversos autores. Unos dicen que compartía la visión del Antiguo Testamento, en que la práctica homosexual era considerada una abominación. Otros, que solo estaba en contra de la pederastia. Me gustaría saber su opinión. RESPUESTA: Usted lo dice casi todo en su pregunta misma. Mi opinión: no podemos contestar a esta pregunta con certeza. No hay textos explícitos. Pero por el conjunto de lo que conocemos con mayor o menor probabilidad de Jesús de Nazaret, y de su situación psicológica, social y religiosa respecto a la religión y religiosidad judía del momento; su concentración en temas de la proclamación de la venida inmediata del reino de Dios y la necesaria preparación; su opinión sobre el matrimonio y el divorcio, en la que se manifiesta en la línea más rigorista farisea, afín a la de los esenios, es mucho más verosímil pensar que el tema de la homosexualidad no se le pasó ni siquiera por la cabeza. Y que si se le hubiera pasado, la habría condenado enérgicamente. La Biblia hebrea y la tradición judías son muy claras al respecto. El Evangelio secreto de Marcos (lea, si le es posible una exposición crítica del único texto principal que según Morton Smith se ha conservado en mi obra “Jesús y las mujeres” de Editorial Trotta, Madrid, 2014) parece presentar a un Jesús con ciertas veleidades homosexuales (no lo dice expresamente ni mucho menos)… ¡Pero el texto es falso! Pregunta: Cuando se habla de un "Mesías" todos los reyes de Israel eran Mesías, hasta los reyes malos. Eran ungido con aceite de oliva por medio de un profeta que le echaba aceite en al cabeza y los reyes tenias que ser humanos y ningún rey era puro ni perfecto. ¿Cuándo los cristianos escuchan la palabra "Mesías" en mezclar a Dios y al Mesías, ponerlo en la misma cabeza en el mismo lugar es un concepto absolutamente pagano? RESPUESTA: Por supuesto que no. Ese concepto es judío y solo judío en sus peculiaridades. Que tenga contactos con otros personajes mezcla de mito e historia es normal. He publicado desde hace un cierto tiempo el índice de "Preguntas y respuestas" por segunda vez y puesto al día hasta finales de mayo. Le ruego que copie el índice completo y lo ponga en papel y tendrá respuesta a bastantes de sus preguntas. Otra manera de responder a muchas preguntas sobre Jesús es el libro “Ciudadano Jesús”, donde respondo a muchísimas. Entre, por favor en www.ciudadanojesus.com El lema/voz "Mesías" ha sido tratado varias veces. Le copio: • Mesías, concepto y figura del (C, 14 mayo 2015, Blog/FB) • Jesús mesías (C, PyR, 28 mayo 2014, FB) • Jesús mesías rey (C, PyR, 3 agosto 2014, FB) Donde los significados de las siglas son: Nombre de la sección Bc: Bajar a la calle PyR: Preguntas y respuestas C: Compartir FB: Facebook Lugar en que se encuentra el término buscado Blog FB Blog/FB: en ambos lugares Le ruego que esté atento al Índice. Pregunta: En los Evangelios de Marcos, Mateo, Lucas, Juan y Hechos de Apóstoles: cuando Jesús en juzgado por el "Sanedrín", sus nombres no aparecen dentro del relato, ¿a qué, se debe que no los incluyeron, y si aparece en algunos como Caifás y Anás, y también Poncio Pilato, pero los nombres del sanedrín que eran Consejo supremo nacional y religioso de los judíos, sus inicios data del siglo III a. C. hasta el siglo I d. C, a que se debe a que sus nombres no aparezcan en el Nuevo Testamento? RESPUESTA: Usted plantea una pregunta imposible de contestar, al menos satisfactoriamente. El Sanedrín constaba de 72 miembros. Bastante es con que se nombre al presidente Caifás, y al que estaba manejando los hilos en la sombra, su suegro Anás. Y bastante es que se nombre también a uno de sus miembros, Gamaliel II, en Hch 5,34. Y que Marcos nombre igualmente a otro miembro del “Consejo” (=Sanedrín), José de Arimatea, en Mc 15,43 y paralelos Mt 27,57 y Lc 23,51, más 19,38. Probablemente el Nicodemo de Jn 3,1ss, también era miembro del Sanedrín, si es que este personaje es histórico. Y para responder más, tendría que preguntar Usted directamente a los autores de los Evangelios y al autor de Hechos por qué no citaron más nombres de miembros del Sanedrín. Y ya puede Usted comprender que eso le va a ser un poco difícil. Por este motivo, no se puede responder totalmente a su pregunta y nos tenemos que contentar con lo que sabemos. Pasa a menudo en historia antigua. Saludos cordiales de Antonio Piñero Universidad Complutense de Madrid www.antoniopinero.com
Domingo, 17 de Julio 2016
Comentarios
NotasEscribe Antonio Piñero Pregunta: Me gustaría preguntarle por la Abominación Desoladora de 2 Tesalonicenses. Si la carta no es paulina me gustaría saber que quería decir el autor con que el hombre de iniquidad se sentaría en el Templo de Dios, diciendo ser Dios, si el Templo ya no existía. Segundo, me gustaría saber para cuándo tendremos la nueva Biblia de San Millán y si en su desarrollo participan autores confesionales además de agnósticos. Muchas gracias por todo y un abrazo profesor. RESPUESTA: Usted se refiere probablemente al inicio del capítulo segundo de 2 Tesalonicenses donde propiamente no habla de “la abominación desoladora”, sino del anticristo y el que lo retiene para que no obre la maldad. He aquí el texto: 2 1 Os rogamos, hermanos, acerca de la venida de nuestro Señor Jesús el Mesías y de nuestra reunión con él, 2 que no os mováis tan a la ligera de vuestro pensamiento, ni os alarméis ni por un espíritu, ni por una palabra, ni por una carta presuntamente nuestra, como si estuviera inminente el día del Señor. 3 Que nadie os engañe de ninguna manera, porque antes vendrá la apostasía y se manifestará el hombre inicuo, el hijo de la perdición, 4 el adversario que se rebela contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto, hasta el punto de residir en el templo de Dios, mostrándose como si fuera Dios. 5 ¿No recordáis que cuando todavía estaba con vosotros, os decía estas cosas? 6 Ahora conocéis también qué es lo que lo retiene para que pueda manifestarse a su debido tiempo. 7 Pues ya está activo el misterio de la iniquidad. Sólo hace falta que el que lo retiene sea quitado de en medio. 8 Entonces se manifestará el impío, a quien el señor [Jesús] matará con el aliento de su boca y aniquilará con la majestad de su venida; 9 la venida del impío se realiza por la actuación de Satanás con todo su poder, con signos y prodigios falsos, 10 con toda clase de engaños inicuos destinados para los que han de perecer, porque no han aceptado el amor de la verdad en orden a su salvación. 11 Por eso, Dios les envía un engaño poderoso para que crean en la mentira, 12 y sean condenados todos los que no han creído en la verdad, sino que se han asentido a la injusticia. Como ve, no sale en absoluto ese sintagma, que solo aparece en Mc 13,14, “14 Y cuando veáis «la abominación devastadora» erigida donde no debe –quien lea entienda– entonces los de Judea huyan a las montañas” y que se refiere a una profanación del Templo en la época del autor del Evangelio de la que no sabemos decir qué fue exactamente y que le comentaré luego. El texto de 2 Tesalonicenses es ciertamente una posible referencia a Daniel 11,31: «De él surgirán tropas que profanarán el santuario, la fortaleza, abolirán el sacrificio perpetuo y establecerán la abominación desoladora». Este pasaje es evocado también en Mateo 24,15. De este texto no se puede deducir que en el tiempo de su redacción el templo estuviese todavía en pie. El templo en general había pasado a ser una categoría espiritual (Efesios 2,21; 1 Corintios 6,19). También el templo de Jerusalén era objeto de uso metafórico. Un tratado entero del Talmud, Middot, describe en presente las dimensiones de un templo que ya no existía. Por tanto, no es dificultad alguna que el autor de 2 Tesalonicenses, discípulo de Pablo y probablemente judeocristiano utilizara el Templo como dimensión espiritual sin que existiera ya realmente. Y El texto de Marcos 13,14, puede comentarse así aludiendo también al pasaje de 2 Tes que es posterior al del Evangelio: la expresión abominación desoladora (o devastadora) está tomada de la versión de los Setenta de Daniel 9,27; 11,31 y 12,11 (también en 1 Mac 1,54) y significa una profanación del templo. En ese libro de Daniel significa la imagen sobre el altar del templo de la divinidad cananea Baal de los cielos, que para los judíos era totalmente idólatra pues equivalía al Zeus olímpico, erigida por Antíoco IV Epífanes hacia el 168 a.e.c., que originó –entre otras cosas– la rebelión macabea. Posteriormente pudo entenderse como el intento de Calígula de erigir su propia imagen, y la Zeus Olímpico, dentro del templo de Jerusalén en los años 39-40, que fracasó gracias a su muerte, asesinado, en el 41. En tiempos cercanos a la composición de Marcos, esa abominación debía de ser una persona, porque bajo la versión española, erigida, se halla un participio griego en masculino singular, hestekóta. No sabemos a quién se refiere, pero las especulaciones de los exegetas van desde el ejército romano asediador, personificado, hasta figuras más o menos conocidas, como la consagración como sumo sacerdote de un personaje, un tal Fanías, no apto para el cargo durante la guerra contra Roma, hasta una figura anónima, desconocida, el anticristo, al estilo de la que se menciona en 2 Tes 2,8-12. La aparición de este anticristo es ya la antesala del tiempo final. Respeto a su segunda pregunta: la nueva Biblia de San Millán va por partes. Por ahora lo que se va a publicar el año que viene, 2017 es solo el Nuevo Testamento . Está terminando, pero en fase de corrección: “pulido y abrillantado” en todos los aspectos. No intervienen más que autores independientes, no confesionales. Y en la parte de interpretación de los textos y la redacción de notas y aclaraciones solo somos tres: Fernando Bermejo, José Montserrat y yo. De la corrección del español (todo. Desde puntos y comas hasta la utilización del vocabulario y el estilo) se encarga el catedrático de Filología Hispánica, de la Universidad de la Rioja, Claudio García Turza y su equipo. La editorial es Trotta, de Madrid. Saludos cordiales de Antonio Piñero Universidad Complutense de Madrid www.antoniopinero.com
Viernes, 15 de Julio 2016
NotasEscribe Antonio Piñero Pregunta: ¿No es contradictorio afirmar que Jesús se rige por el desprecio absoluto de la riqueza? Como figura en los evangelios: comía y bebía, acudía a banquetes, se relacionaba con publicanos (ricos) o su mejor amigo era Lázaro (terrateniente)... ¿No resulta, cuando menos, contradictorio el mensaje al respecto de los evangelios? RESPUESTA: En apariencia sí. Pero no en el fondo. Jesús busca en todo momento ganar adeptos para su causa de la penitencia / conversión para estar preparados para la inminente venida del Reino. Acepta las comidas y allí predica sus ideas (por ejemplo, ante el fariseo de Lucas 7 (unción a Jesús de la pecadora). Son más importantes y decisivas sus afirmaciones de “Vende y da todo a los pobres” (por ejemplo, Mt 19,21) que cualquier otra acción, que se describe en los Evangelios sin duda, pero que los mismos autores no consideraban contradictoria con el mensaje de Jesús Pregunta: ¿La Gran comisión de la que hablan los versículos Mateo 28: 16-20 y en Marcos 16: 14-18, aparece en los escrito (papiros) del siglo primero o fueron editados y adicionados en siglos posteriores? RESPUESTA: • El texto de Mateo está en todos los manuscritos, pero es imposible que pertenezca al Jesús histórico, porque refleja unas creencias y, en general, una teología, que es totalmente impropia del Jesús histórico, judío y de creencias judías. A él jamás se le pasó por la cabeza un planteamiento de un Dios trinitario ni tampoco una misión universal. Su concepción del reino de Dios era puramente judía, reservada a Israel y acá en la tierra. • Mc 16,14-18 es secundario claramente y no aparece en todos los manuscritos, Se edita entre paréntesis cuadrados porque se comprueba que es una obra tardía, del siglo II, en especial porque conoce ya los Hechos de los apóstoles, cuya datación debe retrasarse hasta 110-130; porque sus ideas recuerdan ya a las de algunos de los Padres apostólicos como las de Ignacio de Antioquía e incluso Justino Mártir (hacia 155) y porque Ireneo de Lyon lo conoce ya como final de Marcos. Este fragmento es desconocido por los mejores manuscritos, Vaticano y Sinaítico, y por notables versiones antiguas, como la copta siríaca, armenia y georgiana; además no fue aceptado como auténtico por Eusebio de Cesarea y san Jerónimo. Algunos comentaristas suponen que este fragmento pudo ser utilizado como parte de un catecismo pascual y luego añadido a Marcos durante el siglo II por un primer escriba insatisfecho con el final de este Saludos cordiales de Antonio Piñero Universidad Complutense de Madrid www.antoniopinero.com
Jueves, 14 de Julio 2016
NotasEscribe Antonio Piñero Pregunta: El Nuevo Testamento afirma que la profecía de Jeremías 31:31-34Reina-Valera 1960 (RVR1960) 31 He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. 32 No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová. 33 Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. 34 Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado." se ha cumplido en Jesucristo. ¿Piensa Vd. que el judaísmo del II Templo consideraba que esta profecía se refería a ellos, y se había cumplido ya ? RESPUESTA: Primero: Horror eso de Jehová: los judíos no lo vocalizan de esta manera. No lo reconocerían. Es cierto esa nueva alianza se ha cumplido en Jesucristo (Así ya Pablo hacia el 56, en 1 Cor 11,25-26 (“Asimismo también la copa después de cenar diciendo: «Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre. Cuantas veces la bebiereis, hacedlo en recuerdo mío». Pues cada vez que coméis este pan y bebéis esta copa, anunciáis la muerte del Señor, hasta que venga.”). Pero Pablo, y todo los autores del Nuevo Testamento en general jamás piensan que esa alianza ha roto / sustituido la antigua. No pueden pensarlo porque son judíos, y la alianza con Dios es eterna (Romanos 11,29). Es simplemente una renovación, puesta al día e intensificación de la “antigua” de modo que quede más plenamente vigente en todas sus consecuencias. Otra cosa será cuando el grupo de seguidores de Jesús se vaya separando del judaísmo y se piense claramente que el Nuevo Testamento es una nueva alianza de verdad que hace que la antigua resulte inútil. Esto aparece ya en Tertuliano claramente (hacia el 200), autor que denomina al Nuevo Testamento “Novum Instrumentum”, una nueva manera que Dios usa para comunicarse y redimir a la humanidad. Los judíos del Segundo Templo, al no creer que le mesías era Jesús, no tenían motivo alguno para pensar en una “nueva alianza”. Sí sabemos que las mentes piadosas utilizaban en texto de Jeremías para intensificar y depurar la alianza de siempre, con Abrahán, con un corazón nuevo. Pero nada más, de nuevo. Y otra razón: en el Antiguo Testamento hay diversas “nuevas alianzas”…, pero ninguna significa la abolición de la antigua. Así Malaquías 3,1 camina en este sentido cuando habla del “mensajero de la Alianza en la que esperáis” para referirse al precursor del mesías, Elías probablemente. La primera alianza fue la Dios con Noé (y la humanidad a la que promete no destruir más) el arcoíris como signo (Génesis 9,17). En Gn 17,11 es la circuncisión de Abrahán y su gente es signo de una “nueva” alianza de Dios con la humanidad a través de los judíos. Y en Éxodo 24,8ss la aspersión de la sangre del sacrificio es el signo de la alianza “también nueva” que rige entre Dios y el pueblo judío que lleva a la alianza de la Ley promulgada en el Sinaí… Y para los judíos normales, no creyentes en Jesús en la época del Segundo Templo esta era la alianza que continuaba existiendo… y que Jeremías exigía que pasara de la letra de la Ley a la fuerza interior del corazón. Pero nada más. En síntesis, si no hay mesías, no hay “nueva alianza” y esta no aniquila la antigua, sino que la fortalece. Pregunta: Desde el punto de vista del consenso actual histórico , y haciendo una extrema síntesis , se puede decir que Jesús fue un profeta , quizá un fariseo , que proclamó la llegada más o menos cercana del Reino de Dios , dentro del judaísmo. Sólo en sus últimos años pudo tomar conciencia de tener alguna misión más "especial" , quizá incluso como Mesías. Suponiendo que esto es cierto , a su juicio ,¿ qué es lo que diferencia a Jesús del resto de profetas de la época (como Juan el Bautista) y posteriores (aquellos que quizá fueron la inspiración para componer textos puestos en boca de Jesús) ? En resumen, ¿por qué él llegó a tener ese grupo de seguidores, que incluso sufrieron persecuciones , y fue el inicio de una religión con una reinterpretación de su figura como antes no se hizo de otros profetas ? Espero no le importe que le plantee esta duda que creo que puede resolverme. De nuevo , le agradezco enormemente su atención. RESPUESTA: Su “definición” de Jesús me parece exacta. La diferencia es poca con aquellos agente mesiánicos que son profético-apocalípticos y no m3ramente guerreros (suponemos con así algunos por la información sobre ellos, unos once desde el 4 a.C. hasta el 66 d.C. según Flavio Josefo). Por ejemplo, con Juan Bautista las diferencias son pocas; más bien de matiz o de insistencia. El Prof. Dr. Fernando Bermejo ha escrito en el Blog una serie amplia de postales sobre las similitudes entre los dos personajes. Fue esta una serie necesaria porque la mayoría de los comentaristas confesionales suelen insistir y magnificar las diferencias entre los dos olvidándose de que son muchas más las semejanzas. Por favor, utilice el buscador del Blog en el vocablo “Bautista” y supongo que lo encontrará. Saludos cordiales de Antonio Piñero Universidad Complutense de Madrid www.antoniopinero.com
Miércoles, 13 de Julio 2016
NotasEscribe Antonio Piñero Pregunta: Mi consulta es doble: Le oí decir en una conferencia de You Tube que según algunos cristianos gnósticos después de ser creado Adán este no podía levantarse y que andaba como serpenteando por la tierra hasta que recibió el hálito divino. - ¿Hay más pasajes gnósticos o cristianos en general que contengan esta idea con el término griego, que supongo será ἕρπειν? - ¿Cree que hay alguna conexión directa entre esa visión y la homérica, que considera al hombre como el ser más desgraciado de todos los que respiran y se arrastran por la tierra (Ilíada XVIII, 446 ss? Me interesa mucho esta cuestión porque creo que tiene que ver con la cosmovisión del mundo antiguo y la noción de ser humano en ese ambiente. RESPUESTA: Solo conozco un texto (en el que me basé en mi exposición), en la cual empleé la palabra serpenteante, pero no en el sentido de a) parecerse a una sierpe engañadora, etc.; ni tampoco en el sentido de desgraciado en sí, sino en el sentido de aún imperfecto y por lo tanto necesitado de una elevación espiritual. Y esa solo se consigue por el soplo o hálito divino que hace que el ser humano “carnal” pase a espiritual y, por tanto, verdaderamente a imagen y semejanza de la divinidad. El texto es de la Hipóstasis de los arcontes, que le transcribo, pero del que me temo que no lo entenderá plenamente pues hay que haber estudiado anteriormente el pensamiento gnóstico (en la obra que le cito luego, hay una “Introducción a la gnosis” bastante buena, en el volumen I). La lectura de ese texto le hará ver que no tiene nada que ver con el tema homérico. “LA HIPÓSTASIS DE LOS ARCONTES” NHC 86,20 - 97,23 Prólogo 86. │ La realidad de las potestades. Hablando bajo la inspiración del Padre de la verdad, el gran apóstol nos transmitió la siguiente enseñanza acerca de las potestades (exousíai ) de la oscuridad1: Nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra las potestades del mundo y contra los espíritus del mal .2 Puesto que me has interrogado acerca de la real existencia de las potestades, [ te lo revelo]. I. ANTROPOGONÍA El arconte Su jefe es ciego. [Impulsado por su] potencia, por su ignorancia y por su orgullo [...] dijo: │ "Yo soy dios, y ninguno hay [fuera de mí"]3. Al decir esto, pecó contra [el todo]. Y esta palabra llegó hasta 87 la Incorruptibilidad. Entonces, de la Incorruptibilidad surgió una voz que dijo: "Erras, Samael"4 - es decir, "el dios de los ciegos"--. Sus pensamientos se volvieron ciegos. Arrojó su potencia - es decir, la blasfemia que había dicho- y fue perseguido por Pistis Sofía hacia abajo, hacia el caos y el abismo, que es su madre. Y ella instaló a cada uno de los hijos de él de acuerdo con aquella potencia y de acuerdo con la figura del │ eón superior5. Pues hay que saber que las cosas manifiestas han surgido de las cosas escondidas. Formación del hombre terrenal La Incorruptibilidad miró hacia abajo, hacia las regiones de las aguas, y su semejanza se manifestó en las aguas6 . Entonces las potestades de la oscuridad la desearon, pero no fueron capaces de captar aquella semejanza que se les había manifestado en las aguas. (Esto fue ) a causa de su debilidad - es de saber que los psíquicos no pueden captar a los espirituales- , puesto que (las potestades) pertenecen │ al lugar inferior, mientras que (la semejanza) pertenece al lugar superior. Por esto (he dicho que ) la Incorruptibilidad miró hacia abajo, hacia las regiones (de las aguas), a fin de unir el todo con la luz de acuerdo con la voluntad del Padre. Los arcontes se reunieron en asamblea y dijeron: "Vamos, tomemos tierra y creemos un hombre de barro"7 . Y modelaron su criatura haciéndola completamente de tierra. Ahora bien, el cuerpo que tienen los arcontes es de mujer, es un [aborto] de rostro de animal8. Así pues, tomaron [barro] │ de la tierra y modelaron [a su hombre] de acuerdo con el cuerpo de ellos mismos y [de acuerdo con la imagen] de Dios que se les había aparecido en las aguas. Entonces dijeron: "Vamos, apoderémonos (de esta semejanza) por medio de nuestra hechura, de manera que ésta vea a su viva semejanza9 .... 88 y que la capturemos en nuestra hechura", sin comprender, a causa de su impotencia, el poder de Dios. Formación del hombre psíquico Y sopló en su rostro10: entonces el hombre pasó a ser psíquico sobre la tierra por muchos días, y ellos no pudieron ponerlo de pie a causa de su impotencia11. Como vendavales, perseveraron en el propósito de capturar aquella semejanza que se les había manifestado en las aguas, pero ignoraban │ la potencia de la semejanza. Sin embargo, todo esto sucedió de acuerdo con la voluntad del Padre del todo. Creación del hombre espiritual Después de estos sucesos, el Espíritu vio al hombre psíquico sobre la tierra. El Espíritu partió de la tierra adamantina,12 descendió y habitó en él. Aquel hombre pasó a ser un alma viviente . 13 Y le puso el nombre de Adán, puesto que fue hallado arrastrándose sobre la tierra.” Estas son las “Notas” que tiene el texto. 1. Col 1,13. El redactor cristiano prefiere la expresión paulina "potestades" (gr. exousíai); el redactor judío aduce "arcontes". 2. Ef 6,12. Cf. ExAl 131,4ss. 3. Is 45,5; 46,49. Cf. Ireneo, Adv. Haer. I 5,4. 4. Samael: deformación (ya atestiguada en AscIs 1,11) de la palabra hebrea semel , que a partir de Ezequiel (cf. 8,3 6) designa el ídolo antagonista de Yavé ("semel de la envidia"). 5. Para los hijos de los arcontes, cf. 95,13 96,11. Cf. Adv.Haer. I 30,4 5; I 11,1: secundum memoriam meliorum . 6. Tema común a varias gnosis, cf. ApocJn 14,30 34; OgM 108,28 31; C.H. Poimandres 14 15. 7. Cf. Gn 2,7. 8. Entiéndase "es también de mujer". Los arcontes son andróginos, cf. 94,18. El hombre terrenal primordial es también andrógino; su aspecto de mujer viene de los arcontes, su aspecto de varón viene de la imagen reflejada en las aguas. 9. "Viva semejanza": cop. schbreine, literalmente "imagen correlativa. El sentido de esta expresión ha sido elucidado por Vycichl en su Dictionnaire Étymologique..., p. 257: se trataría de "imagen viva" en el sentido de las estatuas paganas, resultado de una teúrgia y no de una simple copia. Pero los arcontes son malos teurgos y no logran imprimir en este hombre la imagen de Dios. 10. Gn 2,7. El redactor suprime "un aliento de vida". Los agentes del párrafo anterior eran "los arcontes". Ahora, en este párrafo, es un agente individual. El texto paralelo que mejor explica esta diversidad es Adv. Haer. I 30,6: "Entonces Yaldabaot, para reunirlos y convencerlos, les dijo: "Venid, hagamos un hombre a imagen". Las seis potencias escucharon esa invitación, y la Madre les suministró una imagen del Hombre para de este modo vaciarles de la primera potencia, Entonces se reunieron y confeccionaron un hombre inmenso en altura y longitud. Pero como únicamente se arrastraba serpenteando, lo llevaron a su padre." 11. Tema común a varios autores, cf. OgM 115,5; ApocJn 19,13 14; Satornilo, en Adv. Haer. I 24,1; véase la n. anterior. 12. El mundo supracelestial. 13. Gn 2,7. "Viviente" es aquí sinónimo de espiritual. El texto completo se halla en mi edición (junto con J. Montserrat y F. García Bazán) de los textos de Nag Hammadi: Textos Gnósticos. Biblioteca de Nag Hammadi. Vol. I Textos filosóficos y cosmológicos. (Editor general y autor de la Introducción General [118 pp.]. Madrid (Trotta), 1997. Tercera edición en tapa dura: 2007; ISBN 84-8164-884-1. Cuarta edición en tapa dura: 2011. ISBN obra completa: 84-8164-163-4. Textos Gnósticos. Biblioteca de Nag Hammadi. Vol. II, Evangelios, Hechos, Cartas. (Editor general y autor de Diálogo del Salvador; La Hija de Pedro; Hechos de Pedro y los Doce Apóstoles; Carta de Pedro a Felipe; Libro de Tomás, el atleta. Madrid (Trotta) 1999. Tercera edición en tapa dura: 2007; ISBN 84-8164-885-X. Cuarta edición en tapa dura: 2011. ISBN obra completa: 84-8164-163-4. Textos Gnósticos. Biblioteca de Nag Hammadi. Vol. III. Apocalipsis y otros escritos. Editorial Trotta, Madrid, 2ª edic. 2009, 476 pp. ISBN: 84-8164-306-8. 2-4ª edición como en los volúmenes precedentes. Por último: para rastrear algún texto antiguo con el vocablo serpentear, en griego ἕρπειν pude Usted utilizar el programa “Diógenes” que es el Thesaurus Linguae Graecae en digital, y el diccionario A Patristic Lexicon, de Peter Lampe. Saludos cordiales de Antonio Piñero Universidad Complutense de Madrid www.antoniopinero.com
Lunes, 11 de Julio 2016
Notas
Escribe Antonio Piñero
Pregunta: Parece ser que Jesús no mandó formar un ejército, a pesar de su posicionamiento político claro contra Roma. ¿Qué quiso ser entonces Jesús, quedarse en un profeta más, un mesías-rey político o un mesías-sacerdote? ---¿Podemos confirmar que el "no se hizo el hombre para el Sabbath" es legítima de Jesús? ¿Cómo interpreta usted esta sentencia? ---¿Cómo se castigaba la pederastia en tiempos de Jesús? ---En su libro "Jesús y las mujeres" ¿podré encontrar información sobre la vida de las mujeres en tiempos de Jesús o no se trata ese aspecto más social? RESPUESTA: 1. Opino que lo caracteriza a Jesús, o lo que mejor define su autocomprensión es la de ser un profeta. Pero no un profeta cualquier, sino aquel al que Dios había escogido para anuncia la noticia trascendental y última de la inminente venida del reino de Dios. No estamos seguros, pues, de si Jesús llegó a a designarse a sí mismo como mesías-rey de Israel. Da toda la impresión de que sí –y hay notables indicios en los Evangelios, por ejemplo, el títulus crucis– de que al final de su vida, e impulsado por sus seguidores, se declaró mesías-rey de Israel. Pero jamás pensó, creo en que él ere un mesías- sacerdote. 2. Es casi seguro que esa frase la pronunció Jesús. Y tenemos testimonios de otros rabinos, aunque un poco posteriores, que dijeron lo mismo. Y era natural que así fuera, porque Jesús y los fariseos en general pensaban que Dios había creado el sábado para que el ser humano descansara y lo honrara a él como creador. No para mortificarlo. 3. No creo que en el mundo antiguo existiera una acusación y proceso por pederastia exactamente como hoy día. Por eso no sé cómo se castigaría. En el ámbito de Israel sería considerada como un caso extremo de homosexualidad que estaba penada con la muerte según Levítico 18,22; 20,13. 4. Sí. En el libro “Jesús y las mujeres” hay un capítulo al principio que trata expresamente el tema .Luego se trata también muchas veces pero ya indirectamente. De todos modos para el interesado en esta cuestión el libro “Jesús y las mujeres” presenta todos los textos que hay, hasta el siglo III, sobre las relaciones de Jesús con las féminas. Pregunta: Leyendo Hechos de los Apóstoles, en donde Gamaliel hace una intervención, aparece un nombre que se llama Teudas. Dicen algunas referencia que era discípulo de Pablo el apóstol y era también gnóstico. ¿ Es cierto, que Teudas era discípulo de Pablo y a al vez gnósticos y que tenia seguidores? RESPUESTA: El texto se halla en Hch 5,34-37, que transcribo: Entonces un fariseo llamado Gamaliel, doctor de la ley, con prestigio ante todo el pueblo, se levantó en el Sanedrín. Mandó que se hiciera salir un momento a aquellos hombres, 35 y les dijo: «Israelitas, mirad bien lo que vais a hacer con estos hombres. 36 Porque hace algún tiempo se levantó Teudas, que pretendía ser alguien y que reunió a su alrededor unos cuatrocientos hombres; fue muerto y todos los que le seguían se disgregaron y quedaron en nada. 37 Después de éste, en los días del empadronamiento, se levantó Judas el Galileo, que arrastró al pueblo en pos de sí; también éste pereció y todos los que le habían seguido se dispersaron. 38 Os digo, pues, ahora: desentendeos de estos hombres y dejadlos. Porque si esta idea o esta obra es de los hombres, se destruirá; 39 pero si es de Dios, no conseguiréis destruirles. No sea que os encontréis luchando contra Dios.» Y aceptaron su parecer. Si se lee bien el texto, Gamaliel está haciendo una breve lista de dos hombres que se levantaron en armas contra los romanos y perecieron. Flavio Josefo, en su obra Antigüedades de los judíos, XX 97-98 lo cita igualmente y dice de él que Josefo también menciona a un Teudas (Ant., XX, v. 1), era un mago que en el tiempo del procurador Cuspio Fado (44-46 d. C.) afirmó ser un profeta. Atrajo a mucha gente, y prometía dividir las aguas del Jordán, como inicio de la llegada de un posible reino de Dios sobre Israel. Pero los romanos los dispersaron por las armas; muchos murieron a espada, y Teudas fue capturado y decapitado. Pero hay un error (debido al autor de Hechos) que hace decir a Gamaliel que Teudas fue anterior en tiempo a Judas el Galileo, que se levantó contra los romanos –en contra del censo de Judea, que Augusto al convertirla en provincia romana (había desterrado a Arquelao, hijo de Herodes el Grande, por cruel e incompetente),había ordenado el año 6-7 d. C. La única palabra que sirve de pasto para la especulación es la de “mago”, vocablo que servía de acusación común en la época contra los enemigos, tuvieran que ver o no con la magia. Era un insulto y una suerte de cargo judicial. Dicho esto, ¿de dónde se saca que era discípulo de Pablo (que aún no había recibido la llamada divina en esos momentos en los que eran presentados ante el Sanedrín los apóstoles Pedro y Juan)? Y ¿de dónde que era gnóstico? Y así ocurre con muchas “noticias” que se propalan especialmente en Internet. Saludos cordiales de Antonio Piñero Universidad Complutense de Madrid www.antoniopinero.com
Sábado, 9 de Julio 2016
Notas
Hoy escriben Mª José Bosch y Antonio Piñero
Concluimos ofreciendo en el texto de la entrevista que comenzamos ayer a propósito del libro “Gnosis, cristianismo primitivo y Manuscritos del mar Muerto y del Premio Trithemius otorgado el 20 mayo de 2016. Y ¿qué pasó con los Manuscritos del mar Muerto? Pues que solo dos años más tarde, en 1947, se descubren los primeros restos de los Manuscritos del mar Muerto. Y en esta ocasión ¿cómo es el relato del descubrimiento? También fue un hallazgo totalmente fortuito. El descubrimiento tuvo lugar en unas cuevas de Qumrán, cerca del mar Muerto. Parece que un grupo de pastores andaban buscando una cabra perdida cuando, en lugar de encontrar al animal, descubrieron siete rollos de pergamino… ¿Cuántos manuscritos se encontraron? En total ochocientos cincuenta, divididos aproximadamente en cuarenta mil fragmentos, algunos son una verdadera locura porque son fragmentos tan pequeños como un sello. Ya en 1948, cuando apenas se conocía el contenido de los primeros cuatro manuscritos descubiertos, un destacadísimo arqueólogo W. F. Albright, apuntó al descubrimiento de los manuscritos como el más importante de los tiempos modernos. Sin duda, estamos ante descubrimientos fundamentales, y por muchas razones. Supone que nosotros por primera vez en toda la historia, teníamos documentos seguidos de primera mano de una de las ramas importantes del cristianismo que a punto estuvo de alzarse con el poder de los intelectuales en el cristianismo del siglo II. Estos manuscritos son, para nosotros, un testimonio directo de quienes los escribieron hace dos mil años o más porque han llegado a nuestras manos directamente, sin intermediarios de diversos copistas y múltiples personas que hubieran podido alterarlos con el correr de los siglos, como es lo normal en la transmisión de textos antiguos. Por otra parte, como entre ellos hay abundantes copias de prácticamente todos los libros del Antiguo Testamento, y todas ellas son varios siglos anteriores a los manuscritos conocidos en los que se fundamentan las modernas ediciones de la primera parte del libro sagrado cristiano, los estudiosos que se ocupan del texto de la Biblia hebrea se encuentran con una documentación, es decir, con una base textual muchísimo más antigua y más cercana a los originales de lo que habían soñado tener hasta el presente. Los Manuscritos del mar Muerto representan un valioso testimonio de las ideas religiosas del mundo palestino y del judaísmo anterior a nuestra era. Y precisamente ese es un periodo crucial para la historia, tanto de los siglos inmediatos al nacimiento de Jesús como de los años en los que nace el cristianismo, del cual no poseíamos sobrados documentos. Y, por último, y no menos importante, los Manuscritos del mar Muerto nos enseñan muchísimo sobre el Nuevo Testamento y su entorno natal, conocemos sus personajes, sus preocupaciones, sus ideas religiosas, su manera de expresarlas… Dentro del impacto que para nuestra cultura occidental supone el descubrimiento de los Manuscritos del mar Muerto, ¿qué capítulo considera de interés más relevante? Sin duda, el capítulo Qumrán y Nuevo Testamento o Qumrán, Jesús y el cristianismo primitivo. Aunque estos textos descubiertos en 1947 son casi todos anteriores al nacimiento del cristianismo, se ha afirmado repetidas veces que tanto la figura de Jesús como parte del Nuevo Testamento no son sino una copia de las peculiaridades teológicas y sociales de un grupo de judíos, una rama de los esenios que se halla detrás de tales manuscritos. No está de más, por tanto, que nos preguntemos: ¿fue realmente Jesús un burdo remedo del fundador de esa secta, el Maestro justo? ¿Tenemos que modificar toda nuestra concepción de la historia del cristianismo primitivo después de la publicación de los Manuscritos del mar Muerto? Y ¿cuál es la respuesta a tan apasionantes interrogantes? En nuestra respuesta a estas candentes preguntas se impone una primera observación: parece hoy ya definitivamente probado que los textos de Qumrán no contienen ni pueden contener ningún dato concreto sobre Jesús, Juan Bautista o los cristianos, ni siquiera mención o alusión ninguna a ellos, por la sencilla razón de que son anteriores en el tiempo a estos personajes y al movimiento provocado por la predicación del Nazareno. Por tanto, si tuviéramos que reescribir la historia del cristianismo a partir de los textos de Qumrán sería tan solo una obligación indirecta. Los concienzudos estudios paleográficos y los análisis espectrométricos a base del carbono-14 muestran que la inmensa mayoría de los textos qumránicos son anteriores a la era cristiana, y desde luego ninguno coetáneo con el nacimiento del cristianismo como fenómeno de divergencia ideológica dentro del seno del judaísmo de la época. ¿Qué relación existe entre Qumrán y el Nuevo Testamento? Desde un punto de vista científico, o simplemente serio, no puede prestarse la menor atención a obras modernas que interpretan los textos de Qumrán arbitrariamente como una historia críptica del primitivo cristianismo, como si todos estos manuscritos estuvieran escritos en clave y fuera necesario un código secreto —a descubrir por el especialista— para interpretarlos. ¿Qué relación o semejanzas pudieron existir entre la comunidad de Qumrán y ciertos rasgos ideológicos y organizativos del grupo más primitivo de seguidores de Jesús? Los contactos ideológicos entre la comunidad cristiana primitiva y los textos de Qumrán son, ciertamente, numerosos. Por ejemplo, ambas comunidades se consideran los santos, ambas tienen las mismas imágenes apocalípticas del mundo y participan de las mismas concepciones en ese entorno: creencia en la resurrección, retribución por parte divina, es decir, castigos y premios a las acciones de los humanos durante su existencia terrena, efusión del espíritu en los últimos días, etc. Igualmente, creen ambas formaciones religiosas que los ángeles participan en la liturgia y la vida sagrada del grupo. Las dos comunidades mantienen una comunión de bienes con algunas semejanzas; celebran ambas comidas comunes, y su organización presenta puntos en común. Especialmente la corrección fraterna, testimoniada en el Evangelio de Mateo y en Qumrán, pero rarísima en el resto del judaísmo, ha sido objeto de una consideración especial como posible muestra de contacto entre los dos grupos sectarios. Es probable, además, que la organización de «asistencia social» entre los cristianos, la ayuda a viudas, huérfanos y otros miembros necesitados de la comunidad, podría haberse inspirado en el modelo esenio, fuertemente desarrollado en el Israel de entonces. ¿Es la comunidad cristiana un remedo de la comunidad qumranita? Aunque existen evidentes y reales semejanzas, es conveniente atender a las diferencias entre ambos grupos, lo que ayuda a dilucidar en lo posible la cuestión de las influencias. Comencemos con el bautismo cristiano que no es una copia ni procede ciertamente de las abluciones de Qumrán. Es prácticamente seguro que el bautismo cristiano, con su fuerte aspecto sacramental, procede de la práctica del bautismo por parte de Jesús y, a su vez, la de este viene en línea directa de su imitación de la del Bautista. El perdón de los pecados y la efusión del espíritu, asociados con el bautismo cristiano, son ajenos a los baños rituales de Qumrán y de los esenios en general. Bastante distintas son también las esperanzas mesiánicas de la comunidad primitiva cristiana y el variado complejo de creencias mesiánicas esenias y qumranitas en particular. En estas últimas no encaja de ningún modo la afirmación fundamental cristiana de que el Mesías ya había venido, y que era una persona histórica concreta, el crucificado Jesús de Nazaret. Mucho menos se compadece con la mentalidad esenia la concepción cristiana, radicalmente nueva y rompedora dentro del judaísmo, de un mesías que, según un plan divino, fracasa (aparentemente), padece, muere y resucita. La diferencia en estos conceptos claves entre los esenios y el cristianismo naciente es abismal e irreconciliable. «Se venden manuscritos bíblicos provenientes, al menos, del 200 a. de C. El lote podría ser un regalo ideal de un individuo o de un grupo para una institución científica o religiosa. P. O. Box 206». Wall Street Journal Sorprendente este anuncio publicitario insertado el día 1, 2 y 3 de junio de 1954 en el célebre periódico… Sí, sí, imagina…Casi cuarenta años más tarde esta oferta sería imposible. Sencillamente, el lote de manuscritos que entonces se ponían a la venta (cuatro de entre los más importantes de los pergaminos del mar Muerto) hoy no tiene precio. ¿En qué situación se encuentra actualmente la recuperación de estos manuscritos? Desde 1947 hasta hoy se han reunido unos 40.000 fragmentos que han dado un total de unos 800 textos recuperados, legibles, y miles de fragmentos de otros tantos o más escritos, perdidos. En la actualidad están prácticamente estudiados todos. La edición de estos textos ha sido muy lenta… entre 1947 y 1973 pasaron treinta años… Hay quienes quisieron ver en el retraso de la edición una conspiración interesada, ¿cuál es su opinión? Desde luego, es demasiado tiempo; es molesto y hasta cierto punto incomprensible. Pero creo que las razones que lo aclaran van por otros derroteros distintos a esa conspiración interesada a la que han hecho referencia distintos investigadores. En mi opinión, las razones estarían más relacionadas con las continuas guerras sufridas en Israel, incluidos los cambios de las fronteras; la dificultad de la edición en sí fue otro motivo explicativo del retraso. Quitados una veintena de manuscritos, el resto, 600, es un auténtico rompecabezas. La mayor parte son fragmentos minúsculos, estropeados por accidentes de conservación o por el mal trato en el momento de los descubrimientos. Editarlos supone, en primer lugar, un trabajo detectivesco, de análisis de contenido y de caligrafía, para ver cómo se pueden casar los fragmentos entre sí para ofrecer, en la edición, un texto con algo de sentido. Y, por último, en mi opinión, el retraso de la publicación de los manuscritos qumránicos pudo deberse a la típica celotipia, vanidad y orgullo profesional del primer equipo que se constituyó para su estudio. Es una teoría personal, hasta cierto punto, parece lógico el afán de reservarse entre ellos y para ellos la fama, la gloria —y el posible rendimiento económico, al menos indirecto— que conllevaba ser el autor de la edición principal de tan importantes hallazgos. ¿En la actualidad están todos los manuscritos editados? A pesar de la lentitud, sí puede decirse que en 2012 —en veintitantos volúmenes publicados por Clarendon Press de Oxford— se dio por concluida la edición parcial. ¿Dónde se encuentran los manuscritos en la actualidad? La inmensa mayoría de los manuscritos se halla en las cajas fuertes del Santuario del libro de Jerusalén y los textos en sí son perfectamente accesibles a todos los estudiosos en la mencionada colección oxoniense o bien en la denominada Biblioteca Huttington. En Internet hay toda suerte de detalles y las autoridades del Museo del Libro han iniciado la publicación digital de los textos, que, en no muchos años, estará concluida. No hay, pues, secreto alguno en los textos, ni misterios ocultos… El Vaticano, ¿conserva en su sede alguno de esos documentos? El Vaticano jamás —que yo sepa— ha tenido la posesión física de ninguno de los manuscritos importantes, y en sus archivos y bibliotecas no hay ningún texto de Qumrán. Y para finalizar, Profesor Piñero, un asunto mollar: ¿es cierto que en los Manuscritos del mar Muerto no encontramos ni una sola palabra directa sobre el cristianismo? ¡Naturalmente que no! Sin embargo, ayudan y mucho a comprenderlo como un fenómeno esencialmente judío, con sus características peculiares y, en segundo lugar, una de las formas de cristianismo más controvertidas e interesantes, la gnosis cristiana y judía de los siglos I y II, movimiento que no duró mucho en su pujanza, pero que ha dejado rastros en la cábala judía y el misticismo cristiano. Saludos cordiales de Mª José Bosch y Antonio Piñero
Jueves, 7 de Julio 2016
Notas
Hoy escriben Mª José Bosch y Antonio Piñero
A propósito del Premio Trithemius la conocida periodista Mª José Bosch, que ha trabajado muchos años en la radio y que ahora se dedica con más intensidad a la tarea de edición de libros, entre otras cosas, me hizo una entrevista que quizá sea interesante porque ilustra sobre cuestiones que suscita la lectura de este libro. La divido en dos partes, que presentaré hoy y mañana, porque es un tanto larga. A propósito del premio Trithemius, Profesor Piñero, ¿qué ha querido contar realmente en “Gnosis, cristianismo primitivo y Manuscritos del mar Muerto”? He querido más que contar, despejar mil dudas que tiene una parte importante del público. Yo he querido poner orden al caos que tiene la mayoría de las gentes sobre los Manuscritos del mar Muerto, la gnosis y el cristianismo. Este libro pretende enfocar al público dos temas que son dificilísimos pero esenciales. En primer lugar, una de las formas de cristianismo más controvertidas e interesantes, la gnosis cristiana y judía de los siglos I y II, y el segundo asunto es la relación de dos fenómenos trascendentales en el descubrimiento de manuscritos en el siglo XX y el cristianismo primitivo. Comencemos con la gnosis, ese vocablo griego cuyo significado apunta al ‘conocimiento’. La gnosis parte básicamente del supuesto del desgarro que siente el ser humano al verse aprisionado en un mundo que le oprime y en el que se siente extranjero. Al considerar la extensión del mal en el mundo o la inanidad de la materia en sí, muchos seres humanos se ven conducidos al deseo de liberarse de este mundo y unirse de algún modo a la divinidad a la que creen pertenecer. Es como la sensación del desgarro y distanciamiento de dos polos que deberían estar unidos. La gnosis así entendida pertenece al sentimiento común que se halla en la base de diferentes sistemas espirituales o que se forma en el interior de ellos. En el Mediterráneo oriental la gnosis pudo manifestarse como una atmósfera religiosa que consideraba a una religión determinada, dentro de la cual crecía, como un estadio inferior de la religiosidad que, por ejemplo, no sentía tan profundamente la sensación de desgarro interno ante el mundo, arriba mencionada. El estadio superior lo tendrían los verdaderos «conocedores» o gnósticos, que albergaban un deseo especial de poseer la verdad total, y a los que respondía la divinidad con una revelación. Naturalmente, los gnósticos serían la élite, digna de recibir esa revelación que dará respuesta a las cuestiones esenciales del hombre religioso, tales como: ¿Quién soy yo realmente? ¿De dónde vengo? ¿Qué relación tengo con la divinidad? ¿Cómo conseguiré poder volver allí de donde procedo, es decir, cómo alcanzaré la salvación? ¿La gnosis, por tanto, es la respuesta a estas preguntas existenciales? Sí, además, la investigación ha considerado la gnosis como el legado de las reflexiones y conocimientos esotéricos acerca de lo más profundo de la divinidad, de los secretos de la creación del universo y del hombre y de la relación de este mismo con Dios. ¿En qué momento sitúa la historiografía el nacimiento de la gnosis occidental? Es muy probable que la gnosis naciera antes de la era cristiana y en concreto en el suelo de un judaísmo marginal. Es posible que ciertos judíos, lectores de filosofía griega y en concreto de Platón, preocupados por el mal en el mundo o por el sentido del universo en sí mismo, pensaran que era necesario encontrar para todo esto una explicación más convincente que la tradicional que se leía en sus textos sagrados. Es posible que la revelación en torno al misterio del mal les viniera a estos judíos sobre todo leyendo el diálogo Timeo de Platón, donde encontraron el mito del Demiurgo. Era este un poder divino, pero inferior de algún modo al Uno y al Bien, y a la vez el responsable de la creación del Universo, tan problemático y tan lleno de maldad. El siguiente paso en la explicación del origen de la gnosis judía y luego cristiana es suponer que los judíos helenizados —los que hipotéticamente se sintieron cautivados leyendo a Platón— aplicaron estas y otras ideas platónicas a la lectura del Génesis, su libro preferido, a una exégesis de él. ¿Es la gnosis la base fundamental del cristianismo místico? Y no solo del cristianismo místico sino del judaísmo místico que va a parar a la cábala que nace en el siglo I y II. La gnosis, y más tarde el movimiento derivado de ella, el gnosticismo, constituye un fenómeno, un sistema de pensamiento, una atmósfera religiosa de una intensidad e importancia extraordinarias que se extendió por todo el Mediterráneo durante los siglos I y II de nuestra era. Tuvo tanta repercusión este movimiento durante esos siglos, tan cruciales en la historia del cristianismo primitivo que sin comprender lo que es la gnosis no puede entenderse en profundidad una buena parte del Nuevo Testamento, especialmente Pablo de Tarso y el Evangelio de Juan, tan importantes para la constitución del credo cristiano, moldeado en buena parte con elementos intelectuales gnósticos. Es absolutamente fundamental conocer a fondo la gnosis, sin ello, créeme, no entenderemos una buena parte del Nuevo Testamento ni de las religiones que surgen entre los siglos I y II, el judaísmo actual, el cristianismo y ¡ojo! también el islam, que surge a finales del siglo VII. Pues bien, esta gnosis que yo creo tan importante, es uno de los asuntos cruciales que yo trato de explicar en este libro que ofrece a sus lectores instrumentos que les permitirán entender ese fenómeno desde el principio. El siglo XX es el siglo de los grandes y múltiples descubrimientos de grandes manuscritos, muchos de los cuales pasaron absolutamente desapercibidos; sin embargo, usted se centra en dos fenómenos nucleares. Así es, y entre estos múltiples hallazgos tienen lugar casi de manera simultánea dos fenómenos interesantes que ayudan a comprender algo más este cristianismo que ha marcado, directa o indirectamente, las vidas de quienes vivimos en el hemisferio occidental. ¿Cuál es la historia de estos fabulosos descubrimientos? Como muchas veces ocurre en la ciencia, el descubrimiento de los manuscritos fue totalmente casual. Y tengo que advertir de que este relato, naturalmente, puede ser en gran parte ficticio y legendario… El primero de ellos fue el descubrimiento de los Manuscritos de Nag Hammadi: al final de la Segunda Guerra Mundial, dos aldeanos egipcios, que deambulaban con sus camellos en busca de ciertos fertilizantes naturales, nitratos, que se hallan entre las rocas que bordean el Nilo, en la zona llamada Jabal al-Tarif, encontraron cerca de Nag Hammadi, en un talud al que las lluvias habían removido las entrañas y bajo una gran piedra, un ánfora muy antigua. Al principio tuvieron un cierto miedo, pensando que algún genio maligno, un djinn, podía estar encerrado dentro. Pero al momento la curiosidad y la codicia vencieron al miedo. Pensaron que el vetusto recipiente podía contener algún tesoro, oculto durante siglos, y lo abrieron afanosos. Pero al romper el ánfora quedaron decepcionados. La antigua jarra no contenía oro ni joyas escondidas en otros tiempos, sino solo unos volúmenes de cuero protegidos por el recipiente. Los libros estaban medio raídos por el paso del tiempo y su escritura no era árabe. Quedarían aquellos aldeanos profundamente decepcionados… Es más que probable; sin embargo, estos aldeanos, a pesar de su decepción, en realidad habían descubierto un tesoro más importante para la humanidad que mil jarras llenas de oro. ¿Cuál es el estado en el que se hallaron estas joyas? Gran parte de los documentos encontrados estaban gravemente dañados, pues las tinajas que los contenían se habían ido rompiendo con el paso de los siglos. Y además, porque la mujer y la madre de uno de los beduinos que los descubrió utilizo parte del códice trece para envolver una suerte de bocadillos, y una vez que devolvían el pergamino impregnado de grasa lo utilizaron para encender el fuego… Fue una verdadera pena que el trapicheo inicial, sin control científico, hiciera que se perdieran parte de los manuscritos tanto de Nag Hammadi como del mar Muerto. ¿Qué aportación realizaron los descubrimientos de Nag Hammadi al estudio de la gnosis? Los descubrimientos de Nag Hammadi a finales de 1945 nos han proporcionado trece libros que contienen un total de unos cuarenta tratados gnósticos, anteriormente desconocidos algunos, y otros, en parte. Antes del hallazgo, para entender lo que significaba la gnosis antigua, teníamos que recurrir a los escritores cristianos antignósticos (¡sus enemigos intelectuales!) como Ireneo de Lyon, Hipólito de Roma o Epifanio de Salamina, quienes nos habían dejado pretendidas y amplias refutaciones de los sistemas gnósticos cristianos, cuyo atrevido pensamiento afectaba al dogma y ponía en peligro la ortodoxia. Hoy en día, tras la publicación de los Manuscritos de Nag Hammadi, conocemos directamente este movimiento espiritual, y no ya a través de sus detractores e impugnadores. Nada menos que el conocimiento de escritos gnósticos cristianos, judíos y paganos, de primerísima mano y sin intermediarios. Estos textos de Nag Hammadi nos ayudan a comprender bien el judaísmo y el cristianismo primitivo, y en buena parte también algunos pasajes o autores importantes del Nuevo Testamento, como Pablo de Tarso y el Evangelio de Juan. Esto fue basto y fundamental. ¿Qué información existe sobre la procedencia de estos manuscritos? Los trece libros, escritos en copto, es decir, en lengua egipcia, eran una pequeña biblioteca gnóstica probablemente de algún personaje importante o de un grupo de cristianos de esta tendencia gnóstica que vivía cerca de Nag Hammadi. Las secas arenas del desierto entregaban así a la ciencia histórica, tras más de mil quinientos años, la posibilidad de conocer de primera mano documentos que nos iluminan sobre cómo eran realmente los gnósticos antiguos y cuál era su pensamiento. Debido a su venerable antigüedad, tengamos en cuenta que son de los siglos III y IV, pero muchos son copias de documentos anteriores, su contenido nos informa también de la evolución del cristianismo egipcio durante los primeros siglos de su existencia. Para la historia del pensamiento religioso en su conjunto, los documentos encontrados eran, pues, preciosos. Mañana aparecerá la segunda parte Saludos cordiales de Mª José Bosch y Antonio Piñero
Miércoles, 6 de Julio 2016
Notas
Escribe Juan Carlos Avilés.
Y subsidiariamente Antonio Piñero Hoy sigo con la presentación de mi libro, Gnosis, cristianismo primitivo y manuscritos del Mar Muerto, de Editorial Tritemio. Pero no lo hago yo, sino el director de la Editorial, Juan Carlos Avilés, en su Prefacio al libro. No se puede encontrar en Internet, por lo que no puedo ofrecerles un vínculo para leerlo. Por ello lo copio aquí. Espero que les parezca bien, pues el panorama que ofrece de una parte de la gnosis moderna es muy poco común y muy interesante. Quienes hayan poseído el conocimiento divino brillarán con todo el resplandor de los cielos, pero aquellos que lo hayan transmitido a los hombres según las leyes de la justicia brillarán como estrellas por toda la eternidad. Estas inspiradas palabras de quien firmaba sus obras como un «Filósofo Incógnito», Louis-Claude de Saint-Martin, cobran especial sentido cuando nos referimos al autor del libro que en sus manos tiene el lector. El profesor Piñero, en este texto, como en la totalidad de su obra escrita y didáctica, nos aporta un despliegue de conocimiento cuya trascendencia destilan todas y cada una de las páginas que lo componen. Y nadie mejor que el autor para hacernos entender los misterios de la gnosis, sinónimo del ‘conocimiento vivido y realizado’. El altruismo intelectual con el que Antonio Piñero comparte su gnosis, su conocimiento, es difícil de encontrar y, por lo tanto, de valorar en su justa medida. Gracias a toda una vida entregada a la ardua tarea de desvelar estas materias, bien sea como docente experto, como escritor o simplemente como divulgador, ha conseguido guiar a alumnos y seguidores por este enmarañado terreno que ha sido, desde hace siglos, uno de los más importantes aspectos de la cultura occidental, salvando de manera magistral, la dificultad que representa la distancia espacio-temporal del objeto de estudio. La respuesta del doctor Piñero a la solicitud de aportar a esta colección una síntesis sobre las complejas materias sobre las que trata este estudio ha sido extraordinaria. En Gnosis, cristianismo primitivo y Manuscritos del mar Muerto, el autor revisa y actualiza conferencias pronunciadas a lo largo de su vida académica, extractos de algunos de sus artículos y traducciones de diversos textos gnósticos. De este modo, procura al lector un interesante estudio sobre los textos de Qumrán y sobre su relación con las distintas corrientes gnósticas, el judaísmo y el cristianismo primitivo. El trabajo que nos aporta en esta obra el profesor Piñero encuentra un perfecto lugar aquí, en esta colección que nos honra dirigir bajo la denominación de Tradición Perenne y que, desde una perspectiva antropológica, se propone hacer más asequible al hombre moderno un acervo cultural que ahora solo ocupa, en Occidente, a un reducido número de estudiosos expertos y, más especialmente, en un entorno universitario y de investigación. Con esta colección, se intenta equilibrar en cierta medida esta situación, poniendo en las manos del lector no especializado, pero interesado en disponer de su legítimo legado cultural, fuentes de conocimiento que le faciliten felizmente encontrar la salida del laberíntico escenario en el que suele actuar la dividida mente del hombre del siglo xxi. Paradójicamente, en la práctica, la vida moderna no suele orientarse a facilitar que el individuo alcance una realización personal interior mediante un sistema de educación superior. Sucedáneos tales como la tecnología de las telecomunicaciones o el hecho de sucumbir al sugestivo escape de la realidad individual creada por el entorno propio inducen, en general, a desembocar en una dispersión agotadora o incluso a dirigir más la mirada hacia culturas exóticas y, por ello, presumiblemente más atractivas. Se ha generado así una enorme proliferación de estímulos a nuestro alrededor que hace unas décadas solo era imaginable desde la ficción y el ensueño. Quizá esta «mayávica» situación promovida por nuestra civilización, con una sobrevaloración de la distracción y la dispersión, nos coloca en una dirección opuesta a la que buscaba y busca el «pretendiente a la Sofía», a la liberadora sabiduría de los gnósticos. El sabio siempre ha precisado y encontrado la manera de propiciar aquella concentración sin la cual ninguna acción alcanza su máxima eficacia. A efectos de reforzar esta idea, en concordancia con ciertos posicionamientos de los gnósticos, recordemos que diabolos significa en griego «proyección de lo dual», lo diferenciado, lo particular y, por extensión, la «dispersión». Esta dimensión moderna y excesivamente especializada que metafóricamente alguno podría definir como «diabólica», hace perder de vista el symbolos que, opuestamente, podría traducirse como «proyección de lo que reúne y unifica». Y es, a mi entender, de símbolos y de mitos de lo que trata la enseñanza gnóstica. Sus cosmogonías y antropogonías sobre cómo fue originado el cosmos y el hombre, más que una forma de teología, en el sentido en que unánimemente se entiende hoy este término, son susceptibles de ser acometidas desde el pensamiento mítico. Mito y símbolo van unidos en un polisémico lenguaje que permite la comunicación entre la capacidad razonadora del hombre y el inconsciente, individual o colectivo, de la humanidad. Entendido de esta forma, no cabría interpretar hoy como herética o heterodoxa ninguna forma de simbolismo, pues la mente inconsciente del hombre hacia donde se dirigen los mitos no admitiría, precisamente por su extensión y riqueza, una representación monolítica y reduccionista de algo que, después de siglos, sigue y seguirá siendo un enigma solo formulable mediante aproximaciones en forma de diversos modelos literarios o científicos. Quizá fuera esto lo que metafísicamente más ocupaba a los buscadores de la gnosis. Ellos, denunciando ontológicamente una dualización progresiva de la unidad, pretendían ofrecer la fórmula para salir de una continua dicotomía y regresar al estado de reunificación cognitiva con el Ser Único, fuente y origen del universo. Pero frente a la armonía y unidad del cosmos tal como reclamaba Plotino, se percibe en los escritos de los gnósticos una cierta actitud de hostilidad frente al cosmos, al tiempo que una persistente atención a considerar la necesidad de resolver las paradojas de la existencia. Todo ello finalmente desembocaría en diversas enunciaciones formales de carácter dualista. Aunque, en realidad, con una lectura más profunda, se puede percibir en los gnósticos que su principal obsesión se centraliza en un esfuerzo por trascender el mundo de una dualidad que no es más que en un antagonismo del tipo mazdeísta iranio o incluso órfico. El Dios con quien buscaban unirse no es, para ellos, el que ha creado la materia, donde solo una chispa divina ha quedado encerrada. Una imagen obtenida de la alquimia nos haría figurarnos una centella espiritual, aprisionada por la materia densa, que intentará retornar a su origen, organizando y haciendo evolucionar a todo aquello que en principio se le opone: la tierra, el agua y el aire. Los gnósticos extrajeron de Platón no solo la idea de Soma-Sema, es decir, que la chispa espiritual de cada ser humano estaba aprisionada por la materia y sus leyes, sino también el concepto de Demiurgo, que será de fundamental importancia en su filosofía. Explican en sus relatos que hay un Dios supremo, desconocido, del que emanan los eones constituyentes del Pleroma. Uno de esos eones, Sofía, al querer comprender a Dios directamente, engendra sin pareja al Demiurgo, celoso y vanidoso artífice de la creación del mundo material. En sus textos se puede apreciar que el Dios desconocido, el Uno del que todo emana, está muy por encima de este último Demiurgo, por lo que no habría que comparar a uno con el otro si no es para trascender el engaño del reino de la materia en pro de una reunificación escatológica. En realidad intentan explicar el problema del mal, entendido como el sufrimiento que produce al hombre no tener respuestas ante el dolor y la angustia producida por las antinomias de la vida. Para ello organizaron diversos modelos de interpretación de la creación y sus consecuencias. Pero si la creación del mundo material ha sido hecha por una figura imperfecta, y los gnósticos inducen a trascender el cosmos creado por esta, cabría deducir que la etapa de atención cognitiva predominantemente material no sería sino un estadío necesario para completar una parte de la evolución del género humano más que una condenación definitiva en sí misma. El pretendido dualismo gnóstico no coloca a dos divinidades opuestas en un mismo nivel. Se trataría de un dualismo más vertical que horizontal. Finalmente, el mal no sería en realidad sino el fruto del estado de conciencia del hombre, que no se resolverá hasta que la integración de las experiencias y leyes de la existencia produzcan aquella maduración interior que las enseñanzas gnósticas pretenden avanzar en el buscador. Cada cual será capaz de percibir hasta donde sus conceptos y educación en las diferentes áreas cognitivas le permitan. No obstante, según ellos, no todos los seres humanos van a vivir el proceso de reintegración en la unidad de la misma forma. Dentro de la prisión de la carne habitarían tres estados de conciencia diferentes. Por un lado, los hylicos, orientados únicamente a la materia y su atracción, durmientes e insensibles a la voz interior. Por otro lado, estarían los psíquicos, quienes deberán esforzarse en salir de la influencia demiúrgica dual y generadora de estados emocionales opuestos. Transitando entre la exaltación egoica sentida al satisfacer sus deseos personales, y los estados de abatimiento y dolor cuando la resistencia a sus proyectos los vence, el psíquico, según los gnósticos, deberá aprender a neutralizar los opuestos de la vida y depurar su conciencia mediante oraciones, prácticas espirituales y un ejercicio continuado de ascesis. Finalmente, los pneumáticos o espirituales, libres de toda visión dual, encuentran el sentido en la unión natural de los opuestos, actuando como si ante la contemplación, por ejemplo, de una barra de imán se fijaran más en la unidad de la propia barra en sí que en las cargas polares y variables que la circulan dándole su fuerza. Estos pneumáticos, sintiéndose libres de las fuerzas contrarias, mantienen una lucidez cognitiva solo propia de aquellos que han alcanzado un alto grado de serenidad y paz interior. Es interesante observar que una clasificación semejante se aprecia en el budismo tibetano. Allí, los «seguidores del Sutra» precisan de leyes materiales fijas, de textos morales y educativos para cumplir con su sendero y alcanzar la liberación solo después de un inmenso número de vidas sucesivas. Serían los más comparables a los hylicos de la gnosis. En el siguiente nivel estarían los «seguidores del Tantra», quienes a fuerza de transmutar los estados psíquicos y emocionales más bajos en otros más elevados, conseguirían su liberación, gracias a sus ritos y prácticas esotéricas, retiros y visualizaciones, incluso transgrediendo principios que serían inamovibles para los seguidores del Sutra. Los tántricos serían comparables directamente con los psíquicos. Finalmente están los «seguidores del Dzogchen», quienes no tienen nada de lo que liberarse, pues mantienen una presencia cognitiva y espiritual plenas, en cada instante de sus vidas. Su conciencia es resistente y transparente como el diamante, que colocado sobre cualquier material, adopta su color sin cambiar en nada su naturaleza esencial, lo que facilita el desarrollo de una personalidad equilibrada. Están colocados en el tramo más elevado de la escala y serían comparables, entre los gnósticos, a los pneumáticos o espirituales. Siguiendo fieles a la proposición de contemplar los mitos de los gnósticos desde una perspectiva simbólica y no teológica, se podría aceptar el abordaje de sus esquemas desde el método analógico de la alegoría. Cabría, dada la flexibilidad ofrecida por esta representación, interpretar a las sizigias emanadas por el Desconocido como la proyección de las diversas polaridades que deben resolverse hasta encontrar el punto de equilibrio en cada expresión de la existencia desde el Pleroma o mente universal; a su Hijo como el ser humano con conciencia tanto de lo material como de lo espiritual y, por ello, andrógino; a Sofía como la sabiduría del alma, que permite la reunificación con el origen de todas las cosas; y a su vástago, el Demiurgo, como el intelecto del hombre caído, separado del orden cósmico y creador de un mundo imperfecto y ególatra. Con la separatividad intencional perpetrada por el referido demiurgo, se constituye la base de un dualismo que el gnóstico pretende superar cuando el intelecto separador, gracias a un completo desarrollo de sus facultades de adaptación, pueda alcanzar su plena reincorporación en el estado unitivo del ser. Extendiendo esta libre interpretación de las alegorías gnósticas al ámbito más pragmático de las relaciones humanas, cabría percibir muchas de nuestras conductas como si hubiéramos sido víctimas de una caída, no ya del individuo en sí, sino también de la colectividad social. Esto tendría como consecuencia la necesidad de un voluntario reconocimiento del valor de una unidad social integrada por personalidades suficientemente realizadas. En el abordaje del contenido social de la caída, podemos reconocer ciertos símbolos. El sujeto separado e inmerso en la dualidad, tras un primer estadío de gozo y exaltación producido por la percepción y vivencia de las fuerzas aparentemente antagónicas, va sintiendo progresivamente los duros efectos del distanciamiento. Será después de un continuado esfuerzo de recuperación de las capacidades y valores perdidos y sentidos originalmente como dicho individuo podrá reintegrarse a la colectividad, asumiendo con ello nuevamente la fuerza y seguridad que aporta la unidad del conjunto. Extrapolando el cuadro simbólico anterior al del pensamiento espiritual del ser humano solo estaríamos explicando con otras palabras el mito de la salida del paraíso edénico, del asesinato de Abel por Caín o del episodio de la Torre de Babel. Los relatos míticos, como todo símbolo, siempre poseen la interpretación que cada uno pueda otorgar desde su propio nivel de consciencia. Por eso se resaltaba la naturaleza polisémica del lenguaje simbólico, pues cada escenario admite distintos niveles de interpretación y diferentes alcances en cuanto a la significación del entorno donde se ubique. Es, pues, obvio que no puedo pretender que la exégesis antes aludida sea ni la única ni la más válida de las posibilidades hermenéuticas que ofrece el relato de la Creación. La gnosis estaba íntimamente relacionada con la revelación, ya fuera inducida, desvelada o individualmente alcanzada mediante un proceso de iluminación o percepción de la existencia progresivamente más diáfana, meta escatológica de toda vía espiritual o religiosa. El gnóstico se convertiría, según los acercamientos de las diferentes escuelas o posiciones individuales, en un realizado más que en un creyente, a pesar de cierta insistencia en el aspecto aparentemente pasivo sugerido por la idea de la «recepción de la gnosis». Debía concluir su proceso espiritual sintiéndose liberado del error, y no constreñido ante una eventual posición sacerdotal o filosófica que le exigiera la interpretación de un símbolo como una realidad en sí misma o una entrega sin condiciones. Pero una cosa es la gnosis y otra los distintos movimientos gnósticos, del mismo modo que una cosa es el fenómeno espiritual y otra muy diferente las diversas interpretaciones institucionalmente establecidas como religiones. Nuestro autor nos acerca sobradamente a comprender todos aquellos movimientos y sus respectivas filosofías a lo largo de la totalidad de su obra, por lo que no cabe aquí detallarlos. No obstante, al hablar de filosofías, quizá se nos permita una pequeña reflexión. Generalmente, en nuestra civilización, se suele sostener, especialmente desde que John Burnet expusiera sus tesis al respecto, que la evolución de la cultura cuenta con un punto de inflexión determinante cuando el pensamiento mítico fue sustituido por el logos. Recorriendo históricamente la cuna griega de los filósofos, el saber transmitido por los mitos tal como recogieran Homero o Hesíodo en los siglos viii y vii a. de C. se fue viendo desplazado por una forma supuestamente más racional o científica. Con la aparición de las primeras escuelas filosóficas en Grecia, aparentemente se empezaba a racionalizar la concepción del universo. Por otro lado, la búsqueda de una sabiduría liberadora por parte de los gnósticos ya había sido expresada entre los iniciados pitagóricos, quienes buscaban una unificación semejante entre lo racional y lo simbólico, y la superación de las necesidades y esclavitudes corporales. De hecho, se afirma que fue el mismo Pitágoras quien precisamente diera nombre a la filosofía por primera vez. Posiblemente, sea la usual asociación en la figura de este sabio de la matemática y la filosofía lo que haya inducido a relacionar su forma de impartir el conocimiento con un supuestamente primitivo pensamiento científico, entendido desde la perspectiva académica vigente. Lo expongo así porque no creo que el paradigma de aquellos presocráticos fuera simplemente una primitiva forma de ciencia. Sostengo, más bien, que era una forma de ciencia más holística e integradora y, por tanto, diferente en todo a la actual. Existe en el pensamiento mítico una concepción cognitiva no superada por el logos, pues se trata de dos formas de psiquismo distintas pero no necesariamente excluyentes. Lo lógico y racional, válido para el mundo de lo ponderable, lo objetivo y lo evidente, no puede pretender sustituir por completo el valor de lo intuitivo. Una alianza entre ambos modos de psiquismo quizá permitiría alcanzar niveles paulatinamente más trascendentes. El equilibrio intelectual no supondría, desde esta perspectiva, superar el mito mediante el logos, sino hacer coexistir los dos enfoques, esclareciendo la mente de forma paulatina mediante una extensión analógica y racional según emerge a la conciencia la unidad aún indefinible y solo abordable desde el universo simbólico ofrecido por el mito. La no aceptación de la vivencia individual de la realidad trascendente, y de la búsqueda de una sana posición de reconocimiento de la unidad aunque gradual de la entidad espiritual del ser humano, sería susceptible de generar posicionamientos religiosos, filosóficos e incluso científicos que llevarían a una imposición dogmática y autocrática. Esto solo podría ejercerse desde un poder autoproclamado y reconocido por la masa, y con el apoyo de un código. Todo ello debilitaría el valor del mito, que pasaría así a ser relegado, en tanto que modelo de contemplación, al particular mundo interior del «buscador de Sofía». Lamentablemente es una actitud muy común, tanto entre las distintas escuelas gnósticas como en el conjunto de las religiones institucionalizadas, confundir el mito con el logos. De esta forma, se han teologizado diversos dogmas extraídos de diferentes elementos míticos y simbólicos, con la consiguiente creación de una estructura ética formulada a base de códigos. El modelo generalmente adoptado por las religiones no establece el acercamiento individual a la espiritualidad y su vivencia desde la asunción de una ética propia, sino el cumplimiento de unas normas definidas e inalterables, lo que ha supuesto acabar con el mito y hacerlo logos bajo la forma de una teología, ‘conocimiento de Dios’, explicando el origen ontológico y el fin escatológico, alfa y omega, ‘principio y fin’. Es común asociar a los gnósticos con los cristianos, pero el profesor Piñero contextualiza magistralmente el asunto, resaltando la existencia de una gnosis precristiana entre los judíos e, incluso, una gnosis helénica. La forma de gnosis conocida como hermetismo, cuyos textos surgieron en los primeros siglos de nuestra era y el cual sería revivido más tarde en la Florencia renacentista, fueron asimismo fruto de la influencia de obras de filosofía clásicas como el Timeo de Platón. Por tanto, la gnosis, más que una rama herética del cristianismo podría ser comprendida como una facción crítica en cuanto a la interpretación del mismo, así como lo fuera también de la Torah judía o del platonismo heleno. Los gnósticos se diferenciaban entre sí en función de su mito de origen y en función de lo que sus promotores intentaban inducir sobre su audiencia. Con el tiempo, surgieron distintas corrientes con la consiguiente situación de un aparente caos ideológico, cuando en realidad lo que ofrecen es una enorme riqueza de contemplación e interpretación. En toda civilización el hombre intenta acercarse a las causas trascendentes. En otros tiempos, ciencia y filosofía estaban unidas en el intento de acercar al hombre a sus orígenes ontológicos. Posteriormente, entre ambos modos se han ido estableciendo mayores separaciones tal como sugieren las sizigias de los gnósticos, y eso no termina: en un primer tiempo la sabiduría incluía ciencia y filosofía; después la filosofía se subdividió llevando a la separación entre logos y mito; después, animada por el modelo aristotélico de clasificación, se vuelve a dividir en distintas escuelas; finalmente ciencia se separa de filosofía y esta queda igualmente separada de la religión. Lo que sucede con esto es que cada nueva tendencia, no apreciando el valor unido de las cosas, busca modelos únicos y hegemónicos de gestión del conocimiento, excluyendo o minusvalorando aquello de lo que se separa. Es, precisamente, la misma actitud de intentar hacer prevalecer un modelo de interpretación frente a otros lo que ha llevado a las etnias y culturas al acoso extremo, hasta suceder lo que aconteció a los gnósticos: sus ideas fueron perseguidas hasta casi su desaparición en el siglo iv, especialmente tras las conclusiones del Concilio de Nicea. No obstante, cíclicamente se ha reabierto el asunto cada cierto tiempo, por lo que vemos reaparecer un caso semejante en el siglo xi con los cátaros. Nuevamente se puso de manifiesto el fracaso en intentar eliminar por la fuerza cualquier aspecto del pensamiento. La creencia cátara tenía sus raíces religiosas en formas estrictas de un gnosticismo de corte maniqueísta. Su teología era de un dualismo radical, basada en la creencia de que el universo estaba compuesto por dos mundos en absoluto conflicto, uno espiritual creado por Dios, y otro material, forjado por el enemigo. Los hombres, albergando una semilla angélica, viven una realidad transitoria. Según ellos, las almas se reencarnarían sucesivamente, tal como los pitagóricos, platónicos y tantos filósofos griegos sostuvieran hasta el citado Concilio de Nicea, hasta que fuesen capaces de alcanzar aquel autoconocimiento que les llevase al paraíso. El ejercicio de un férreo ascetismo, estricta castidad y vegetarianismo eran parte de sus prácticas orientadas a esa forma de liberación. Nuevamente se acentuó la dicotomía entre luz y tinieblas, entre el bien y el mal: ¡el dualismo de los gnósticos está muy presente en la vida cotidiana! Se produjo una oposición entre el catarismo y la iglesia católica, en la habitual actitud de ambas facciones de acusarse mutuamente de representar la mentira. Los cátaros fueron oficialmente eliminados en el siglo xiii y desaparecieron progresivamente, aunque persistiera su influencia moral, así como algunos de sus textos. Una vez más se vivió la intolerancia y la lucha por la supremacía de un dogma y con ello el dolor y la separación, dando la razón a la visión gnóstica tan cercana al dualismo. Aunque también, como anteriormente ya había sucedido con otros movimientos gnósticos, se hiciera desaparecer oficialmente al catarismo, en realidad nunca han dejado de aparecer nuevas formas e interpretaciones acerca del bien y el mal, de lo celeste y lo demónico. En el siglo xix Jules Benoît Doinel du Val Michel, después de ciertas experiencias místicas, reabriría el asunto del movimiento gnóstico cuando fundara, en 1890, un movimiento denominado la Gnosis Restaurada. Este contaba con una marcada influencia ideológica cátara en sus rituales, el soporte del Evangelio de san Juan y del gnóstico del siglo i d. de C. Simón de Samaria, todo ello aderezado con el sustento filosófico de los textos de Valentín y Marcus, gnósticos del siglo ii d. de C. Sería precisamente este Valentín, uno de los teóricos más influyentes en su tiempo, quien inspirara a Doinel a usar su nombre y así, bajo la denominación de Valentín II, asumiría el oficio de patriarca de la Nueva Iglesia Gnóstica. Esta se compondría de fieles conocidos como perfectos y perfectas y sería administrada por obispos masculinos, y sofías, cuando el episcopado recayera sobre mujeres. Estos obispos y sofías firmaban con un simbólico nomen sagrado precidido por la palabra o signo Tau. Unos y otros serían elegidos, entrenados y finalmente consagrados según el recién constituido rito gnóstico. Entre los obispos consagrados por Doinel se encontraban conocidas figuras del universo esotérico de la época, entre los cuales cabe citar al doctor en medicina Gérard Encausse, Tau Vincent, obispo de Toulouse; Lucien Chamuel, Tau Bardesane, obispo de La Rochelle; Louis-Sophrone Fugairon, Tau Sophronius, obispo de Béziers; Marie Chauvekl de Chavigny, Tau Esclarmonde, sofía de Varsovia; y Léonce-Eugène Joseph Fabre des Essarts, Tau Synesius, obispo de Burdeos. También llegarían a formar parte de esta iglesia René Guenon, Tau Palingenius, director de la revista La Gnose; y Jean Bricaud, Tau Johannes, quien fuera un renovador de la iglesia gnóstica. Pero en 1895, Jules Doinel, presumiblemente influenciado por el estafador Leo Taxil, súbitamente, abdica del patriarcado del movimiento por él creado, regresando al catolicismo romano. Esto provocó una relativa devastación de esta nueva iglesia que, no obstante, lograría sobrevivir bajo el control de un sínodo de obispos hasta 1896. Se eligió, para sustituir a Doinel como patriarca a Fabre des Essarts quien, conjuntamente con Louis-Sophrone Fugairon, estudioso del catarismo y el templarismo, inició una campaña para «enfatizar la teología gnóstica» en el movimiento creado, y renombró a continuación la institución, que pasó a llamarse entonces Iglesia Gnóstica Universal. Jean Bricaud dando un golpe de timón la encabezará más tarde y, junto a Fugairon y Gérard Encausse, la renombrará como Iglesia Católica Gnóstica, aunque en 1908 retomarán el antiguo nombre de Iglesia Gnóstica Universal. La Iglesia Católica Gnóstica será el nombre que, no obstante, mantendrá Theodor Reuss, Peregrinus, quien fuera investido por Encausse en 1908 y que independizará su rama alemana, entre los años 1918 y 1920. Bricaud, al recibir la sucesión de Joseph-René Vilatte en 1913, aportó a su iglesia el linaje episcopal que refrendaba a su estructura. Louis François Giraud, proveniente del mismo linaje de Vilatte, transmitió el episcopado a Constant Chevillon, Tau Harmonius, quien murió por sus creencias durante la segunda guerra mundial. En 1944, tras la muerte de Chevillon, la Iglesia Gnóstica Universal continuó su actividad bajo Charles-Henry Dupont, Tau Charles-Henry. Este renuncia en favor de Robert Ambelain, Tau Robert, quien había recibido la transmisión episcopal de Roger Menard, vía Victor Blanchard y el mismo Bricaud. Ambelain por su parte organizaría en 1960 su Iglesia Gnóstica Apostólica a través de las líneas sucesorias cruzadas con Pedro Freire, Tau Pierre, que pasa a caminar asociada con la Iglesia Gnóstica Universal. Sin embargo, ambas en 1978, se convertirán en organizaciones internacionales tras la renuncia al patriarcado por parte de Fermín Vale Amesti, Tau Valentinus iii. Entre los obispos consagrados por Chevillon se encontraba el médico alemán Krumm Heller, doctor honoris causa por la Universidad de México, quien a su vez fuera el maestro del colombiano Víctor Manuel Gómez, organizador de una de las corrientes del gnosticismo moderno más activas en la actualidad. Tras su muerte en 1977, sus discípulos formaron nuevas organizaciones para difundir sus enseñanzas, bajo el término genérico de Movimiento Gnóstico Internacional. Asimismo, el movimiento neognóstico se ha visto animado por otras corrientes como la Sociedad Gnóstica, que fue fundada para el estudio del gnosticismo en 1928 y formada en 1939 por los teósofos James Morgan Pryse y su hermano John Morgan Pryse en Los Ángeles. Esta sociedad, desde 1963, ha estado bajo la dirección de Stephan Holler y opera en asociación con la Ecclesia Gnóstica, fundada en 1953 por Richard Duc de Palatine, en Inglaterra, bajo el nombre de la Iglesia Católica Gnóstica Prenicena, la cual dice representar la tradición gnóstica inglesa al tiempo que mantiene vínculos con la tradición gnóstica francesa. Finalmente para concluir con una muestra significativa del espectro de organizaciones de carácter gnóstico, se debe incluir el Lectorium Rosicrucianum o Joven Fraternidad Gnóstica, fundada por el holandés Jan van Rijckenborgh (1896-1968). En general, estos nuevos grupos gnósticos se han esforzado en recoger las transmisiones episcopales de tantas iglesias cristianas como han podido con el objeto de legitimar su filiación espiritual, llegando a retrotraerse hasta los primeros discípulos de Jesús. Pero existen ciertas contradicciones entre la actitud del gnosticismo primitivo y la actual corriente neognóstica. Una de ellas es el diferente posicionamiento en cuanto al culto. Los antiguos no le daban el mismo valor como vía para alcanzar la gnosis que sí le da el neognosticismo. Por otra parte, se aprecia actualmente una tendencia general a organizarse de manera más semejante a instituciones formales que a la eklesia de los primitivos grupos filosóficos gnósticos (con menor o ningún aparato institucional). Una cierta forma de ritualidad es comprensible en la incorporación a la fraternidad gnóstica, en la celebración de sus misterios o en la transmisión denominada apostólica, tal como hiciera Bricaud para activar un movimiento de recuperación de la gnosis; pero el mantenimiento de estructuras institucionales excesivamente formales no parece ir en el sentido de propiciar una vivencia experimental individual de trascendencia. Un posicionamiento de mayor coherencia entre los seguidores del movimiento neognóstico sería orientarse más hacia la vivencia íntima de la espiritualidad que a la práctica de nuevos ritos bajo la forma de una nueva religión institucionalizada. Más que sostener diferentes elucidaciones en función de las distintas corrientes o iglesias que puedan confluir en la transmisión de sus linajes, se justificaría una postura en la que solo lo común fuera aceptado en cuanto a un culto. Este, por otra parte, adquiriría su máximo sentido desde una posición realmente universal en la que el modelo de la génesis del universo y el hombre, incluyendo la caída y la ulterior reintegración, permaneciera en el campo de lo mítico y simbólico. Así, la gnosis solo sería accesible desde el interior de cada uno de los fieles y no desde el cumplimiento del correspondiente dogma, lo que permitiría una salvación entendida como la salida de la ignorancia. Primero vendría la liberación gracias a la comprensión intelectual de un modelo que, además, debería incluir la aparente desadaptación del hombre a la naturaleza; posteriormente llegaría la percepción transcendente de la existencia. Se precisaría, para mantener un equilibrio espiritual, no de un seguimiento fanático del dogma, principalmente de componente emocional, sino de una hermenéutica individual, siendo los esquemas cosmológicos, teológicos y mitológicos, sencillamente nuevos modelos a integrar cognitiva y experimentalmente. Otra contradicción surge al comparar la actitud vital de los gnósticos primitivos, intentando superar la prisión de la materia y sujetos a persecución, con la superficialidad con que se abordan en la red, y en cierta literatura sensacionalista y fanática, asuntos que solo deberían encontrar su focus en individuos con una íntima y sincera forma de búsqueda mística. Eso suele llevar a la sustitución de un dogma por otro y no a facilitar la superación de la esclavitud de unas apariencias forjadas a la medida intelectual y moral del creyente. Un gran número de grupos envolvieron al movimiento gnóstico original y lo siguen haciendo hoy día, generando en la mayor parte de las ocasiones más confusión que ayuda para encontrar un camino de trascendencia. Muy lejos de esa actitud se posiciona el trabajo del profesor Piñero, una de cuyas muestras se encuentra a punto de leer. Una trayectoria profesional anclada en el rigor académico, unida a una sensibilidad poco común para penetrar en el pensamiento profundo de nuestra cultura mediterránea, hace de su obra una fuente de conocimiento de inapreciable valor. Afortunadamente, acontecimientos históricos como el descubrimiento de los Textos de Nag Hammadi en Egipto o los Manuscritos de Qumrán en el mar Muerto aporta un nuevo valor académico a asuntos que anteriormente solo eran transmitidos conforme a los modos de la tradición, es decir, oralmente, en el seno de sociedades iniciáticas más o menos discretas. Gracias a estos hallazgos se puede volver a redimensionar el valor de la diversidad de los posicionamientos espirituales que un día surgieron en Occidente. La maestría con que Antonio Piñero trata estas fuentes documentales, haciéndolas asequibles al ciudadano común, nos hace sentir inmensamente agradecidos ante una obra excepcional que resume una gran parte de su trabajo y, sobre todo, de su sabiduría, de su Sofía. Saludos del Dr. Juan Carlos Avilés Y de Antonio Piñero
Lunes, 4 de Julio 2016
Notas
Escribe Antonio Piñero
Hace ya un montón de días, el 20 de mayo de 2016 en el Ateneo de Madrid tuvo lugar una sesión académica de presentación del libro, cuyo título es el de esta postal y del que soy autor. Además, en ese acto, se me hizo entrega de un Premio llamado “Trithemius” (que lleva el nombre de Johannes Trithemius, nacido en Trottenheim, 1462-1516, abad de Sponheim y prior finalmente del monasterio de Würzburgo. Fue muy considerado en su época como escritor, matemático y lingüista) no solo por este libro, sino por el trabajo de mi vida académica, en especial por mis publicaciones. La ficha completa aparte de título y autor: Editorial Tritemio. Colección “Tradición perenne”, cartoné, 552 pp. 14x22 cms. ISBN: 978-84-92822-99-7. Precio 16 euros. Ventas on line en la Web de la Editorial. También en Amazon. No voy a hacer ningún comentario especial, sino que pasará a transcribir el Prólogo y el Índice, puesto que ambas cosas presentan el libro convenientemente. PRÓLOGO: “El cristianismo no nace en la historia de la humanidad como un meteorito caído del cielo, sino que es el producto de una época axial, de un momento eje de la historia de la humanidad en un perdido rincón del Mediterráneo oriental. El Israel del siglo I de nuestra era. En esos cien años vieron la luz en forma aún embrionaria –los desarrollos históricos son generalmente lentos—el cristianismo y el judaísmo moderno, dos religiones que duran hasta hoy manteniendo ciertas líneas que se desarrollaron esencialmente en esa época. Un observador atento, además, puede caer en la cuenta de que también en el siglo I de nuestra era se pusieron los gérmenes precisos para el nacimiento, casi seiscientos años más tarde, del islam, que no es más que otra expresión, acomodada a su tiempo, lugar, personas y situación social de la Arabia Feliz, de la herencia abrahámica –libro del Génesis-- de la que ya habían surgido las dos primeras ramas, judaísmo y cristianismo. Ese mismo observador atento, si con una máquina del tiempo hubiera tenido la ocasión de contemplar al Mahoma predicador del islam de los primeros momentos habría podido atreverse a sostener que lo que estaba oyendo de labios del Profeta no era más que un judaísmo sui generis (los judíos dirían que un judaísmo bárbaro) con una buena mezcla del Jesús/Cristo de los evangelios apócrifos. Este libro se centra en dos de esas tres religiones abrahámicas mencionadas, dejando aparte el islam: Cristianismo y judaísmo. No va a tratar en sí de la esencia, historia primitiva o de sus figuras principales, Jesús de Nazaret, Pablo o alguno de los rabinos famosos, sino de dos fenómenos interesantes que ayudan a comprender algo más ese cristianismo que ha marcado directa o indirectamente las vidas de quienes vivimos en el hemisferio occidental. En primer lugar, de cómo los famosos Manuscritos de Mar Muerto no dicen ni una palabra directa sobre el cristianismo, pero ayudan mucho para comprenderlo como un fenómeno esencialmente judío con sus características peculiares, y en segundo lugar, una de las formas de cristianismo más controvertidas e interesantes, la gnosis cristiana y judía de los siglos I y II, movimiento que no duró mucho en su pujanza, pero que ha dejado rastros en la cábala judía y el misticismo cristiano. Los textos que siguen a continuación tienen su origen en conferencias pronunciadas a lo largo de mi vida académica. Algunos de ellos han dado como fruto secundario su conversión en capítulos de diferentes libros. Todos ellos han sido revisados para la presente ocasión, limados y en algunos pequeños aspectos puestos al día”. ÍNDICE PRÓLOGO LA HISTORIA DEL CRISTIANISMO I LOS MANUSCRITOS DEL MAR MUERTO 1. LOS MANUSCRITOS DEL MAR MUERTO Y LOS ORÍGENES DEL CRISTIANISMO ¿Una revolución pendiente en la historia del cristianismo primitivo? 2. LOS MANUSCRITOS DEL MAR MUERTO Y EL NUEVO TESTAMENTO 3. EL SIGNIFICADO GENERAL DE LOS MANUSCRITOS DEL MAR MUERTO. A Propósito de un libro de J. VanderKam y P. Flint 4. LOS MANUSCRITOS DE COBRE Y PLOMO HALLADOS EN JORDANIA EN 2012. SÍNTESIS DEL ESTADO DE LA CUESTIÓN II GNOSIS/GNOSTICISMO. JUDAÍSMO, CRISTIANISMO, CÁBALA A. Temas introductorios 1. EGIPTO Y LOS ORÍGENES DEL CRISTIANISMO 2. EL CONTEXTO SOCIAL Y CULTURAL DE LA BIBLIOTECA COPTO GNÓSTICA DE NAG HAMMADI B. Gnosis en general 1. LA SALVACIÓN POR EL CONOCIMIENTO REVELADO: LA GNOSIS 2. IDEAS BÁSICAS DE LA GNOSIS Y DEL GNOSTICISMO C. Gnosis judía 1. LA GNOSIS JUDÍA: SUS ORÍGENES; SIMÓN MAGO; GNOSIS PRETALMÚDICA; ESCRITOS JUDÍOS DE NAG HAMMADI. LA CÁBALA MEDIEVAL D. Gnosis cristiana 1. CRISTIANISMO Y GNOSTICISMO. FIJANDO FRONTERAS 2. EVANGELIOS GNÓSTICOS 2.1. EL EVANGELIO DE FELIPE 2.2 EL EVANGELIO DE JUDAS 2.3 EL EVANGELIO DE LA VERDAD 3. LOS EVANGELIOS APÓCRIFOS Y EL JESÚS GNÓSTICO Mañana publicaré el prólogo del director de la Editorial, Dr. Juan Carlos Avilés, que creo muy interesante. Saludos cordiales de Antonio Piñero Universidad Complutense de Madrid www.antoniopinero.com
Domingo, 3 de Julio 2016
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Editado por
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.
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