CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero

“Compartir” (301) de 9-10-2021. Preguntas y respuestas.




 
Hago una primera síntesis: según lo dicho, el que Jesús anunciara su propia resurrección es sumamente improbable desde el punto de vista de la historia.
 
Añado: en mi opinión, el relato de la tumba vacía hace decir a los judíos, lo que los discípulos mismos no habían entendido, según el Evangelio de Marcos 10,30-32: “Tras marchar de allí iban caminando a través de Galilea y no quería que nadie lo supiera, pues enseñaba a sus discípulos con estas palabras: «El Hijo del Hombre será entregado a manos de hombres y lo matarán, y una vez muerto, resucitará después de tres días». “Compartir” (301) de 9-10-2021. Preguntas y respuestas. Concluyo por ahora el tema de la resurrección de Jesús. Pero ellos no entendieron lo dicho y temían preguntarle”.
 
Mi comentario: El pasaje que acabo de transcribir parece totalmente una construcción marcana, es decir, del evangelista. Como los anteriores, es igualmente poco verosímil que este anuncio de la pasión proceda del Jesús histórico, y la razón es la misma: los discípulos actúan luego como si la muerte de Jesús les cogiese de improviso.
 
Pero si aceptamos lo del relato de la tumba vacía (que como digo es sumamente inverosímil), nos encontramos con la idea de que los adversarios de los discípulos de Jesús temían que estos robaran el cadáver según dice Mateo 27,63: “Señor (hablan los jefes de los judíos a Poncio Pilato), nos acordamos que aquel engañador, viviendo aún, dijo: Después de tres días resucitaré”.
 
¿Es posible esto? Argumentando con nociones anteriores es igualmente poco verosímil que enterraran a Jesús en una tumba de un hombre rico y que los discípulos –que no creían en la resurrección– robaran un cadáver.
 
Y ahora argumento con nociones del autor que cité el otro día, Javier Alonso López, en su libro “La Resurrección” de Arzalia Ediciones, 2017: Solo hay dos soluciones: 1. Jesús resucitó / 2. Alguien robó el cadáver. Comento:
 
1. El que Jesús resucitara es un artículo de fe, manifestado por primera vez históricamente por Pablo en 1 Corintios 15,1-4: “Os transmití, en primer lugar, lo que a mi vez recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras;  que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras”. Este tema de la resurrección no puede tratarse por un historiador, sino por un teólogo, y en ese campo no me creo competente.
 
2 ¿Alguien tenía interés en robar el cadáver de Jesús? También es muy improbable desde el punto de vita de la historia aunque ya lo defendiera el famosísimo Hermann Samuel Reimarus: no podemos pensar en saqueadores de tumbas, ni en órdenes del supremos Tribunal, el Sanedrín, ni en los familiares o discípulos de Jesús, ni en nadie… sobre todo si volvemos a considerar que no pudo ser enterrado en una tumba de ricos por sus propios enemigos, que o habían liquidado…No me parece posible y estas razones la explica muy bien a Javier Alonso López a cuya obra vuelvo a remitirme
 
Por todo esto mi resumen total es:
 
La historia de la tumba vacía en un relato apologético en defensa dela resurrección, que los cristianos fabricaron una vez que sus enemigos les atacaran diciendo que ellos habían robado el cadáver. No vale para probar la resurrección de Jesús. No es un indicio para dudar de la postura escéptica de la investigación independiente que como mínimo se abstiene al hablar de la resurrección de Jesús.
 
Saludos cordiales de Antonio Piñero
www.trotta.es/libros/los-libros-del-nuevo-testamento/9788413640242/  

 
Sábado, 9 de Octubre 2021


La respuesta parece clara a tenor de lo que leemos tres veces en el Evangelio de Marcos (8,31; 9,31; 10,32). Transcribo la primera 8,31-32:
 
 
31 Comenzó a enseñarles que era necesario que el Hijo del Hombre sufriera mucho y fuera rechazado por los ancianos, los jefes de los sacerdotes y los escribas, que fuera asesinado y que resucitara después de tres días; 32 y hablaba con franqueza de todo esto.
 
Creo que he escrito ya muchas veces que esta sección del primer Evangelio es claramente un añadido de Marcos, y que manifiesta ya una teología cristiana sobre la pasión, muerte y resurrección del mesías, manifestación contraria a la tradición normal judía sobre el mesianismo. Más tarde la incrementará el evangelista con una precisión, a saber, el sentido de sacrificio expiatorio de esa muerte en pro de la humanidad (10,45). No puede atribuirse esta concepción nueva del mesianismo sufriente al Jesús histórico.
 
Lo más probable, en el caso de que Jesús se sintiera el mesías ya en este momento (muchos estudiosos lo dudan), es que tuviera una concepción del mesianismo en el sentido que supone Pedro en lo que viene a continuación, al mesías le compete la victoria terrenal, no la derrota de la muerte.
 
En todo caso, como profeta, Jesús podría prever, o barruntar, su muerte en Jerusalén, como la de otros profetas, si su misión fracasaba, pero el evangelio da a entender que Jesús no fue a Jerusalén expresamente para morir.
 
Y ya he escrito también muchas veces que el comportamiento general de los discípulos tras la muerte de su maestro –su huida– indica además que no contaban en absoluto con el fracaso de la cruz y la resurrección.
 
Su comportamiento es inexplicable si estas predicciones de la pasión (más las de 9,31y 10,32) provinieran del Jesús histórico.
 
 Saludos cordiales de Antonio Piñero
Viernes, 8 de Octubre 2021

Notas

1Voto(s)
Pido disculpas. en mi comunicación de hoy me he saltado una palabra muy importante:
El investigador mencionado no  es naturalmente "Javier López", sino "Javier Alonso López".

Gracias y perdón por ese borrado fortuito.
Jueves, 7 de Octubre 2021

“Compartir” (299) de 7-10-2021. Preguntas y respuestas.


Ayer prometí comentar brevemente el v. 66 del capítulo 27 del evangelio de Mateo que lo vuelvo a transcribir ahora: “Ellos fueron al sepulcro (griego táphos), lo aseguraron sellando la piedra, y pusieron guardia” e insistí que se leyera  a la luz de la diferente tradición de Hechos de Apóstoles 13,26-29, que transcribí ayer en este lugar.
 
El famoso “códice Beza” del Nuevo Testamento lee el final del versículo 28 y el 29 del capítulo 13 de Hechos de apóstoles (donde aparece un vocablo, mnemeíon, “sepultura honorífica”, diferente al empleado por el evangelista Mateo) que conduce a ver lo de la tumba única y honorífica de Jesús de una manera bastante diferente. Dice este famoso códice:
 
«Lo (a Jesús) entregaron a Pilato para su eliminación. 29 Y como modo de cumplir todo lo que estaba escrito sobre él, pedían a Pilato que crucificara a este (y no a Barrabás). Después de haber logrado de nuevo (su deseo), lo bajaron del madero y (lo) pusieron en un sepulcro… » = también emplea “mnemeíon”
 
Señalo que la exégesis confesional no suele comentar demasiado (a veces incluso los pasa por alto estos versículos), aunque son una variante importantísima de la tradición sobre el descendimiento de Jesús: no fue José de Arimatea (y menos Nicodemo: Evangelio Juan 19,39), sino los jefes de los judíos por medio de sus servidores, quienes descendieron a Jesús (y a los otros dos crucificados con él).
 
Consecuentemente –como tales jefes eran enemigos acérrimos de Jesús y habían causado su crucifixión, según la tradición evangélica unánime– no le pudieron dar a Jesús una sepultura honorífica (enterramiento de lujo, con grandes cantidades de perfumes y ungüentos; sepultura donde nunca antes había sido sepultado otro), sino que muy probablemente enterraron a los tres en una fosa común, cavada en un terreno para inhumar malhechores, que existía en los alrededores de Jerusalén.
 
Por tanto, vuelvo a insistir en que el vocablo honorífico para tumba, sin más, utilizado por Hechos de Apóstoles, es claramente apologético, por tanto sujeto a duda, introducido dentro en una tradición poco favorable a Jesús.
 
Hay otros investigadores (como Javier López) que sostienen que el Gran Sanedrín de Jerusalén tenía unos funcionarios (que formaban un pequeño grupo, o “sanedrín”) encargados de enterrar a los malhechores que morían en Jerusalén, y que José de Arimatea pudo ser el jefe de esos servidores.
 
Opino que no se pueden conciliar la tradición de Mateo sobre el descendimiento y sepultura de Jesús con el texto de Hechos e Apóstoles 13. Y que  de cualquier modo, fueron los judíos quienes enterraron a Jesús, por lo que no pudieron darle en manera alguna una sepultura honorífica, sino común y propia de malhechores o sediciosos contra el Imperio, como lo eran los dos crucificados con Jesús,  a derecha e izquierda.
 
Así pues, mi conclusión (discutida por muchos) es que la historia de la tumba individual vacía no es auténtica y que no vale para probar la resurrección de Jesús.
 
Saludos cordiales de Antonio Piñero
Jueves, 7 de Octubre 2021
Sobre la tumba vacía hay que leer el texto de Mateo 27,62-66. Es el siguiente:

“Al día siguiente, que es el que sigue a la Preparación, los sumos sacerdotes y los fariseos acudieron de consuno a Pilato 63 y le dijeron:
             –Señor, hemos recordado que aquel impostor, cuando vivía, había dicho: «Después de tres días resucitaré. 64 Manda pues que vigilen el sepulcro hasta el tercer día, no sea que vayan sus discípulos, lo roben y digan al pueblo: «Resucitó de entre los muertos, y sea la última impostura peor que la primera».
             65 Les respondió Pilato:
             –Tenéis vuestra propia guardia. Ocupaos vosotros mismos de la vigilancia, que ya sabéis hacerlo.
             66 Ellos fueron al sepulcro, lo aseguraron sellando la piedra y pusieron guardia.
Aquí tenemos una crítica de gentes contrarias a los “mesianistas” (judeocristianos) dando una explicación racionalista a la tesis cristiana: la tumba estaba vacía.
 
Lo primero: ¿Por qué no hacemos caso a lo que dice Pablo, según el autor de los Hechos de los apóstoles (sea quien fuere; en mi opinión no el mismo que el del tercer evangelio, “Lucas”, sino un discípulo suyo que escribe en su nombre) y aceptamos que no fueron José de Arimatea (más Nicodemo en el Evangelio de Juan), sino los judíos (las autoridades ordenan; los sirvientes cumplen) los enemigos de Jesús, los que lo bajaron de la cruz. He aquí el texto:
 
26 Hermanos, hijos de la estirpe de Abrahán y los que de vosotros sois temerosos de Dios, para nosotros fue enviada esta palabra de salvación. 27 Pues los habitantes de Jerusalén y sus jefes, que no lo conocían ni a él ni las declaraciones de los profetas que se leen cada sábado, las cumplieron al condenarlo. 28 Y aunque no encontraron ninguna causa de muerte, pidieron a Pilato que lo eliminara. 29 Y cuando cumplieron todo lo que estaba escrito acerca de él, lo bajaron del madero y lo pusieron en un sepulcro” (griego mnemeíon) que comentaré mañana deo favente.
 
Otra cosa:
 
Hoy, miércoles, 6-10-2021, daré una conferencia vía Zoom y You Tube en el “Foro de Análisis” de Sevilla. Se puede ver en directo y más tarde en diferido en
 
https://www.forodeanalisis.org
 
https://us02web.zoom.us/j/89385295361, hoy por la tarde
 
o bien en el canal de YouTube
 
https://youtu.be/lxciMWLMf7g
 
Saludos cordiales de Antonio Piñero
Miércoles, 6 de Octubre 2021

Tema inagotable


Sigo con mi respuesta de ayer respondiendo primero dando a conocer de nuevo que el tema ya está tratado en la Red:
 
2009-08-13     Resurrección, inmortalidad y confirmación de la divinidad del salvador crucificado” (109-09)
2009-06-09     Se formó la tradición sobre Jesús sin ninguna influencia de la fe en su resurrección? (109-F)
2009-05-16     Reino de Dios. Pagola (88-17) La creencia en la resurrección
2009-03-15     La poética en los relatos de la resurrección de Jesús G. del Cerro
2009-02-03     El más allá. La resurrección” (100-02-G)
2008-09-11     La fe en la resurrección: convicción mayéutica, no salto ciego. Réplica de Andrés Torres Queiruga
2008-09-09     Carta abierta a Antonio Piñero sobre su reseña de Repensar la resurrección de Andrés Torres Queiruga
2008-09-05     Repensar la resurrección”. Sobre un libro de Andrés Torres Queiruga (y III)
2008-09-04     Repensar la resurrección”. Sobre un libro de Andrés Torres Queiruga (II)
20080-90-3     Repensar la resurrección”. Sobre un libro de Andrés Torres Queiruga (I)
2008-07-17     En tres días vivirás 3/5 Muerte y resurrección del mesías según Israel Knohl
2008-07-15     En tres días vivirás 2/5. La resurrección del mesías…, según Israel Knohl
2008-07-01     Cambio general de la religión judía al contacto con el pensamiento griego y el Helenismo 08/15 Juicio divino. Resurrección s12
2008-03-11     La verdadera historia de la Pasión 2/6 Comer y ser comido en el Egipto antiguo. Osiris y la resurrección (II)
2007-04-13     Sobre la resurrección de Jesús
2007-02-11     La Poética en los relatos de la Resurrección G. del Cerro
 Todo esto lo he sacado del estupendo trabajo de  José García Guillén
 
http://mynorte.com/cristoria  
http://mynorte.com/cristoria/pyr.html
 
a quien agradezco muchísimo su esfuerzo.
 
Pediría por favor a José que sustituyera en su índice el enlace de todas las “postales” que están tomadas de mi Blog “Cristianismo e Historia” que ahora es https://www.tendencias21.es/crist/    y no como antes, que era: “.net” o bien “.com”
 
Saludos cordiales de Antonio Piñero
Martes, 5 de Octubre 2021

“Compartir” (297) de 4-10-2021. Preguntas y respuestas.


Respondo primero aludiendo a lo que puede encontrarse fácilmente (esto es relativo) en Internet:
 
2017-11-23     Libro. Javier Alonso. La resurrección. De hombre a Dios 2/2
2017-11-20     Libro. Javier Alonso. La resurrección. De hombre a Dios 1/2
2015-07-29     Creyeron griegos y romanos en la resurrección corporal?
2013-04-20     Revista de Libros”, resurrección de Jesús y Javier Gomá (448)
2013-02-01     Final de “La resurrección de Jesús”. Diálogo de A. Flew con N. T. Wright” Dios existe (Conclusión) (442-11)
2013-   La resurrección de Jesús”. Diálogo de A. Flew con N. T. Wright” Dios existe (X) 442-10
2012-05-11     Desde la unción en Betania a cuestiones en torno a crucifixión y muerte. Entierro y resurrección. Preguntas respondidas en el libro Ciudadano Jesús” (B).
2011-09-11     Perplejidad de los discípulos ante la resurrección de Jesús (199-08).
2010-09-15     J. Mosterín (Los cristianos) 161-24. Resurrección de Jesús en Pablo
2010-09-02     J. Mosterín (Los cristianos) 161-13. Mesianidad y resurrección de Jesús
2010-07-11     La resurrección de Jesús. Apostillas a la obra de G. Vermes (y V) (149-05)
2010-07-10     Anuncios previos de la resurrección de Jesús y otros temas (IV) (149-04)
2010-07-09     La resurrección de Jesús, según Geza Vermes (III) (149-03)
2010-07-07     La resurrección de Jesús (II) (149-02)
2010-07-06     La resurrección de Jesús. Geza Vermes analiza este tema (I) (149-01)
2010-02-26     Equivale la resurrección al reino de Dios ? 1 Cor 15,50-58 (3-10-42)
2010-02-22     Cómo será la resurrección? 1 Cor 15,35-49. 3-10-41 .
2010-02-19     Sin resurrección la vida de los cristianos es una locura 1 Cor 15,29-34. 3-10-40.
2010-02-01     Habéis creído en vano! 1 Cor 15,1-4 : La resurrección de Jesús (3-10-37)
2010-01-29     La resurrección de Jesús y la de los cristianos 1 Cor 15,1-58: (3- 10-36)
2009-11-02     El cuarto y último fragmento de la Primera carta conservada a los corintios: sobre la resurrección de Jesús (3-10-10)
2009-08-21     Promesa de resurrección e inmortalidad a los devotos del salvador crucificado” (109-12)
 
Para no dar la lata, mañana sigo con la lista

Saludos cordiales de Antonio Piñero
Lunes, 4 de Octubre 2021
Los libros del Nuevo Testamento
Queridos amigos de “Cristianismo e Historia”
 
Ya sé que soy un pesadito, pero como estamos --la editorial Trotta y yo-- inmersos en la campaña de suscripción/preventa del Comentario al Nuevo Testamento, creo que debo pasaros una entrevista que me han hecho al respecto.
 
Ahí va el enlace:                               
 
https://www.youtube.com/watch?v=3N92alcAif0&t=14s
 
Saludos cordiales de Antonio Piñero
 
Domingo, 3 de Octubre 2021

“Compartir” (296) de 2-10-2021. Preguntas y respuestas.


RESPUESTA
 
Desde el punto de vista de la historia es imposible analizar el contenido objetivo, histórico de una visión de un personaje muy religioso, místico visionario, totalmente convencido de la verdad de su mensaje con un convencimiento cercano a cierto fanatismo
 
Es igual que si alguien me preguntara por la historicidad, o el contenido histórico, de las visiones de santa Teresa de Jesús o de san Juan de la Cruz. Un historiador nada tiene que decir, sino solo que tales místicos creían que Jesús, o el Padre eterno, se les había revelado dándoles la gracia de comprender cosas de su religión que otros no comprendían.
 
Así que me declaro incompetente para decir algo totalmente objetivo de las revelaciones de Pablo. Pero no quiero detenerme aquí.
 
Sin embargo, me atrevo a exponer de forma breve lo que creo que –probablemente, insisto– fue el contenido de esas revelaciones. Lo tomo de las cartas de Pablo y afirmo con cierta seguridad que ese contenido es la base de la interpretación paulina de un mesías histórico, judío, aparentemente fracasado en un salvador universal.
 
En la revelación, el Resucitado (Gálatas 1,16) lo escoge sorprendentemente para convertirlo de perseguidor en miembro del grupo por él perseguido (Gálatas 1,12). Dios lo  llama para ser esclavo y apóstol del Mesías (Romanos 1,1), ante todo entre los gentiles (Gálatas 2,7).
 
Dicho sea de paso y como entre paréntesis: este evento no es una «conversión» a religión nueva alguna ya que el cristianismo no existía aún, sino una «llamada» divina que le instaba a aceptar otro tipo de ideas acerca de cómo era el Mesías, Jesús, y su obra, y a convertirse en su mensajero (Gálatas 1,15). Por ello cambia su nombre de Saulo, un monarca de Israel, a Paulo, el «Pequeño (esclavo/siervo de Yahvé y de su mesías)».
 
Pablo tiene la misión de extender la llamada divina a los conversos a la fe en el Mesías, y considera que esta llamada suya estaba predeterminada por Dios desde toda la eternidad. Dios ha decidido misteriosamente quiénes se salvarán y quiénes no (2 Corintios 2,14-16; Romanos 9,20). Existe, sin duda, en Pablo un sentimiento predeterminista, aunque él no lo considere incompatible con la responsabilidad personal en caso de rechazar la llamada divina a creer en el Mesías.
 
En la visión Dios le encomienda, como a Isaías o Jeremías (Gálatas 1,15), una misión especial: explicar las consecuencias de la peripecia del Mesías, su muerte y resurrección/exaltación, destinadas a que se cumplan finalmente los designios divinos sobre la creación y la totalidad de las promesas a Abrahán junto con el desiderátum expresado por la Shemá (oración judía; véase Deuteronomio 6,5), de que Yahvé sea el Dios de todas las naciones.
 
Para ello es preciso conducir a los gentiles (G Gálatas 2,7-8), llamados por Dios a la fe del Mesías, y a que se injerten en el seno del pueblo elegido, Israel (Romanos 11,17). Pablo ha sido destinado por Dios para facilitar ese proceso de incardinación de los gentiles en Israel, que supone su salvación aunque sin necesidad de convertirse en judíos por medio de la circuncisión (1 Corintios 7,18.20).
 
La visión le indica que habrá así en el tiempo mesiánico un pueblo elegido, hijo natural de Abrahán, y numerosos pueblos, hijos adoptivos del Patriarca (Gal 4,5; Rm 8,23). El concepto de «elección/llamada» –tanto a él como a otros seres humanos– y de «filiación adoptiva» de los gentiles conversos respecto a Dios quizás fuera también el contenido de la visión
 
Consecuencia de la revelación: Pablo llama «evangelio», «buena nueva/noticia» (1 Tesalonicenses 1,5) al conjunto de su mensaje sobre Jesús y la salvación por él aportada, salvación no solo de los judíos sino de los gentiles que crean en ese Jesús que el Padre le ha revelado.
 
Saludos cordiales de Antonio Piñero
Sábado, 2 de Octubre 2021

Notas

En honor a Luis Gil Fernández
Queridos amigos:
 
Aunque lo parezca menos por el simple título, mi comunicación de hoy tiene igualmente que ver con la filología y la historia general y de las ideas en torno al Nuevo Testamento, a Jesús y al cristianismo primitivo, pero desde otro punto de vista: mi intenso y profundo agradecimiento hacia una persona que murió ayer y a quien debo todo (y “todo es todo” como se diría en el ámbito político de cierto eximio doctor) en ese campo en el que trabajo desde hace más de cincuenta años: el catedrático emérito de Filología griega, primero de la Universidad de Salamanca y después de la Complutense de Madrid y doctor honoris causa, D. Luis Gil Fernández.
 
Luis Gil fue un hombre verdaderamente extraordinario, un humanista del Renacimiento, que se carteaba de joven con su hermano Juan (de la Real Academia Española) en latín ciceroniano. Yo creo que en el campo de la Filología griega lo sabía sencillamente todo. Pedagogo eximio, con un gracejo y una ironía fuera de lo normal, extraordinario y divertido, que utilizaba un español castizo con una propiedad asombrosa.
 
Recuerdo que tras acabar yo mi segunda licenciatura en la Universidad de Salamanca, tuve ofertas de varios profesores salmantinos –quizás porque me dieron el premio extraordinario de fin de carrera– para hacer con ellos la tesis doctoral, pero me incliné por D. Luis Gil, porque además de lingüista tenía una vertiente de estudios sobre el humanismo que me interesaban. Y en charla con él me convenció de que no me dedicara a la lingüística, sino al conjunto del cristianismo primitivo –expresado todo él en griego– pero desde una perspectiva filológica e histórica. Me habló de que continuara el filón, o tema, de un libro suyo, “Los antiguos y la inspiración poética” (Guadarrama/Cristiandad, Madrid 1968). En él sugería Luis Gil que el modo de la inspiración poética y profética en el mundo grecorromano era similar al de algunos de los profetas judíos, lo que de algún modo había puesto de relieve ya Filón de Alejandría: la divinidad penetraba en las entrañas del ser humano, lo desposeía de la razón, lo inspiraba/divinizaba de alguna  forma, y lo utilizaba por medio de sus órganos fonadores para emitir poesías u oráculos divinos. Y ahí empezó todo para mí…. Hasta hoy mismo.
 
Don Luis (todos los discípulos seguíamos llamándolo así, aunque algunos fuéramos ya octogenarios) fue premiado en su vida…, pero creo que no lo suficiente, dada su inmensa valía. Fue Premio Internacional Menéndez Pelayo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas; Nacional de Traducción; Premio Nacional de Historia… Sí, de historia, aunque fuera un filólogo, por haber descubierto (no lo sé exactamente, al menos la sacó del total olvido) en el Archivo Nacional de Simancas la correspondencia de Felipe II, ¡en griego!, con la Persia safávida para intentar formar una pinza estratégico/política contra el Imperio otomano. Don Luis no necesitó de ningún modo desparecer de la tierra para ser alabado unánimemente por todos los colegas en España y fuera de ella, aparte de los premios explícitos.
 
La obra de Luis Gil Fernández es muy numerosa, como puede verse fácilmente en Internet, tanto en la traducción y comentarios de notables autores de la Grecia clásica, (Platón, Lisias, Sófocles, Luciano o Aristófanes), como en el ámbito del humanismo español. En el primer campo destacaría algunas obras sencillamente maravillosas: “Censura en el mundo antiguo”, “Introducción a Homero”, “Transmisión mítica” y de modo especial “Therapeia: la medicina popular en el mundo clásico”.
 
Y en el terreno del humanismo y la historia españolas, para algunos menos conocido, destacaría “La cultura española en la Edad Moderna”, “Panorama social del humanismo español” y “Campomanes, un helenista en el poder”.
 
Se nos ha ido un hombre maravilloso. Con lágrimas en los ojos y con una emoción intensísima sirvan estas líneas como expresión de mi profundo agradecimiento a la persona a quien he debido todo en el ámbito académico…, Don Luis.
 
Saludos cordiales de Antonio Piñero
Viernes, 1 de Octubre 2021
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Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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